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La inclusión es, pues, un proceso, una búsqueda cuyo objetivo es dar respuesta a
la diversidad del alumnado. Dicho de otro modo, el reto de la inclusión educativa consiste
en proporcionar una educación común y de calidad para todos los alumnos, al tiempo que
se atiende a las características y necesidades específicas de cada uno.
Donde todos los profesionales deben y tienen que intervenir a la hora de la toma de
decisiones curriculares.
Donde se entiende que no son los alumnos los que deben adaptarse, sino la
escuela la que debe modificarse para dar respuesta a las diversas características y
necesidades de sus alumnos.
Donde todos los espacios de la escuela (no sólo el aula) y los espacios relevantes
del exterior son educativamente significativos, es decir, cada entorno es un lugar
con un rico y variado potencial educativo.
Se centra en el alumno (se ubica al alumno Se centra en el aula (se ofrece apoyo en el
en programas específicos y generalmente aula ordinaria atendiendo a las
se le saca del aula para ofrecerle apoyos peculiaridades del niño sin apartarle de sus
específicos de forma segregada) compañeros).
Tiende a disfrazar las limitaciones para No disfraza las limitaciones, porque ellas
aumentar la posibilidad de inserción. son reales. Considera que lo normal es la
diferencia y trata de aprender a vivir con
ella considerándola como algo
enriquecedor y fuente de aprendizaje.
3. EL CAMINO PARA LOGRAR LA INCLUSIÓN
Para lograr la inclusión, es necesario dotar a las escuelas de todos los recursos
necesarios que sirvan para cubrir las necesidades del alumnado que presenta TDS. En
nuestra opinión la inclusión implica:
Crear ciertas rutinas en el ámbito de la clase, conocidas por todos. De esta manera
le proporcionamos al niño un entorno estructurado y seguro.
Dar instrucciones visuales y verbales simples, para lograr cierto grado de
independencia y que sepa en qué momento del trabajo se halla. Es importante que
se les ayude con agendas, calendarios y esquemas de planificación que los sitúe
respecto de las tareas. Puesto que los niños con TDS presentan dificultades para
relacionar y formar conclusiones, la explicación sencilla pero detallada de los
propósitos de cada actividad les facilitará su realización. A este respecto, el detalle
paso por paso de las labores más complicadas, resaltando los procedimientos
también mejora el rendimiento.
Anticipar los cambios que vayan a tener lugar para evitar en la medida de lo posible
estados de ansiedad o estrés.
4. ADAPTACIONES CURRICULARES
Si queremos lograr una educación inclusiva de los niños con TDS, tenemos que
abandonar la idea de que es el niño el que debe de adaptarse a nuestra forma de
enseñar, pasando a considerar que es la escuela la que debe modificarse para acoger al
niño.
Los niños con TDS, como ya hemos visto, pueden aprender y alcanzar objetivos,
como el resto de los niños, pero de una forma diferente, con una metodología específica.
Por eso se hace necesario un cambio de actitud en este sentido, haciendo las
adaptaciones necesarias para que consigan desarrollar al máximo sus capacidades,
confiando y teniendo en cuenta su potencial y cualidades. Nosotros recomendamos, al
menos, realizar dos reuniones de coordinación trimestrales, en las que todos los
profesionales implicados en la educación del niño tomen decisiones curriculares y ayuden
a realizar las adaptaciones necesarias.
“Las adaptaciones curriculares son medidas que suponen una modificación de elementos
prescriptivos (objetivos, contenidos, métodos pedagógicos y criterios
de evaluación) y/o de acceso al currículo, para dar respuesta a las necesidades
educativas que de modo transitorio o permanente presenta el alumnado a lo largo de su
escolaridad.”
• Arnaiz, P. Educación Inclusiva: una escuela para todos. Aljibe, Málaga, 2003.