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INDUSTRIA DEL COBRE

1. Descripción general de la industria (cobre)

La

industria del cobre es un importante contribuyente a la economía


global. El cobre es más que solo un metal extraído; proporciona
trabajos y promueve un nivel más alto de vida. Una tonelada de cobre
brinda funcionalidad en 40 vehículos, alimenta a 60,000 teléfonos
móviles, permite operaciones en 400 computadoras y distribuye
electricidad a 30 hogares.
La industria del cobre proporciona beneficios no tan solo a las
compañías que extraen cobre y fabrican productos a partir de él,
sino a todo aquellos que lo utilizan y se benefician de sus
propiedades y aplicaciones. El cobre estimula el empleo en las
economías locales y regionales para una amplia gama de trabajos,
desde fontaneros y electricistas hasta trabajadores de la industria
automotriz y fabricantes de equipos electrónicos. Estos sectores “aguas
abajo” emplean a un gran número de personas y representan una parte
más grande de las economías locales, regionales y mundiales.
Además, la industria del cobre respalda economías
sostenibles. Según el líder de una compañía minera global, la industria
minera global maneja casi la mitad del producto interno bruto (PIB)
mundial, ya sea directamente o mediante el uso de productos que
facilitan otras industrias. Las minas crean oportunidades de empleo,
apoyan y fortalecen los sistemas comunitarios de transporte público, las
infraestructuras comerciales / comerciales y las demandas de energía de
la comunidad, y permiten a los agricultores producir más y llevar sus
productos a los mercados.

La perspectiva de la industria del cobre también parece positiva


para la economía mundial. Un informe de 2016 del International
Council of Mining and Metals (ICMM) señala que la industria minera es
una fuerza importante en la economía mundial, haciendo hincapié en
que muchos países de bajos y medianos ingresos dependen de la
minería para el éxito económico nacional. Los Estudios de Caso de
ICMM muestran que las ganancias de divisas de la minería pueden crear
efectos positivos en el desarrollo.
En muchos países, la industria de la minería y los metales contribuye a la creación de
empleo, la reducción de la pobreza y un aumento en la calidad de vida.
Propiedades físicas
-Metal de color rojizo y brillo metálico, muy dúctil y maleable.
- Cristaliza en un sistema cubico y presenta una dureza igual a 3.
- Luego, de la plata, es el mejor conductor de electricidad y calor

Propiedades químicas

-Se oxida lentamente al aire, cubriéndose de un compuesto verdoso, que al


adherirse lo protege de la corrosión.
- Es resistente al agua limpia y a agentes químicos. Los ácidos oxidantes, como
el ácido nítrico (HNO3), lo corroen fácilmente.
- Su industria ha obtenido varias aleaciones como: el latón (Cu-Zn), el bronce
(Cu-Sn) y la alpaca (Cu-Ni-Zn).
2. Elementos contaminantes de una industria minera
(cobre).
Los contaminantes más recurrentes son los metales pesados y el arsénico. La
entidad gubernamental explica que los impactos de esta labor extractivita sobre
las fuentes hídricas naturales son la polución de aguas y suelos por efecto de
pasivos ambientales; contaminación de aguas por operaciones en actividad;
descarga y dispersión de mercurio en explotaciones mineras y la inestabilidad de
taludes durante la explotación de áridos y yacimientos aluviales. El documento del
BM sostiene que los ríos más vulnerables a la polución minera se hallan en 11
cuencas: la del río Tumusla (donde confluyen los ríos Blanco, Cotagaita,
Fundación, Limata y Tumusla); la del San Juan del Oro (Tupiza, Tatasi, Sococha y
San Juan del Oro); la del Pilcomayo Alto; la del Caine (Caine, Choyanta y Toco
Paya); la del Grande (Grande); la del Desaguadero Bajo (Desaguadero, Santa Fe
y Huanuni); la del lago Poopó; la del lago Titicaca; la del río La Paz-Boope, la del
Beni y la del Mamoré.

Sin embargo, hay otra víctima que no figura en esta lista: el río Suches. La minería
ilegal, artesanal es la que contamina este cuerpo de agua que enlaza a Bolivia y
Perú que nace en el país vecino y desemboca en el lago Titicaca. Los reportes de
la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) apuntan al mercurio empleado

 Por lo menos 16 ríos en Bolivia están amenazados por la contaminación de


las actividades de la industria minera.

Escasez de agua
El investigador Tom Perreault explicó que el panorama extractivo en Bolivia y Perú
las geografías de la minería y del agua son “coproducidas”, es decir que se
afectan recíprocamente. Un panorama que describen y analizan nueve
investigadores en el libro “Minería, agua y justicia social en los Andes:
experiencias comparativas de Perú y Bolivia”.

Las aguas “coproducidas” se refieren a que la minería requiere grandes


cantidades del líquido elemento, especialmente en el procesamiento de mineral en
los ingenios. La minería no podría existir sin el agua. La geografía de la minería –
es decir, dónde existe y cómo funciona la minería– es posible a causa de la
producción de un “paisaje hídrico” que abastece las minas con agua.

“En este contexto, la geografía del agua afecta en gran parte (y hace posible) la
geografía de la minería. Y la minería, a su turno, afecta en gran parte la geografía
del agua: su disponibilidad para usuarios río abajo, su calidad y cantidad”, anota el
documento.
Con el transcurrir del tiempo se ha podido comprobar que la actividad minera
causa un fuerte impacto ambiental, debido a la destrucción de los suelos
naturales y creación de nuevos suelos, los cuales presentan fuertes
limitaciones físicas, químicas y biológicas que dificultan el desarrollo de la
vegetación.

3. Medidas de prevención y mitigación

Medidas para limitar el impacto ambiental de la explotación minera a cielo


abierto
Estas han sido clasificadas en medidas previas, paralelas y posteriores a las
actividades mineras. La experiencia indica que para reducir los efectos
ambientales se requiere un marco institucional adecuado, así como disposiciones
apropiadas cuyo cumplimiento y control deben estar garantizados.
Medidas previas a las actividades mineras
La medida preliminar más importante consiste en determinar el estado actual del
medio ambiente, a fin de tener un punto de referencia para medir los posteriores
efectos ambientales. Deben tenerse en cuenta los monumentos culturales e
históricos, los suelos, la calidad y el volumen de las aguas superficiales y
subterráneas, así como la flora, la fauna, el uso del suelo, etc. Antes de explotar
placeres marinos debe hacerse un inventario de la flora y de la fauna marinas y
determinar las corrientes de agua, la pendiente del lecho marino, etc.
La planificación exacta de las operaciones permite limitar considerablemente el
impacto ambiental, incluso antes de iniciar las actividades mineras. Un
cronograma adecuado de operaciones permite, por ejemplo, archivar y conservar
los hallazgos arqueológicos, talar madera útil en la zona de explotación y limitar el
tiempo que permanece destapada la mina. De la misma forma, mediante la

Separación cuidadosa y el almacenamiento por separado del humus y de los


horizontes superiores del suelo, es posible asegurar el material necesario para la
recuperación posterior del área de explotación. Un desagüe localizado y efectuado
correctamente en etapas, en conjunto con nuevas técnicas de drenaje o medidas
de sellado, contribuye a minimizar los efectos producidos por el descenso del nivel
de las aguas subterráneas.
La población afectada que sufre los efectos directos o indirectos de la minería (por
ejemplo, reasentamiento o consecuencias del deterioro de la actividad pesquera)
debe participar en las decisiones importantes de la planificación, a fin de tener la
oportunidad de defender sus intereses y prevenir posibles tensiones sociales. Es
sumamente importante obtener una participación adecuada de los grupos
afectados y de las autoridades locales en la planificación y ejecución de medidas
de reasentamiento, pago de indemnizaciones y eventual retorno a las antiguas
propiedades.
Finalmente, antes de iniciar las labores de minería, debe realizarse una campaña
de capacitación y sensibilización en materia de protección ambiental y salud,
dirigida a los encargados de la toma de decisiones y a quienes participan en las
actividades mineras.
Medidas paralelas a las actividades mineras
A fin de reducir al mínimo la superficie de explotación, el material estéril debe
depositarse en vertederos internos; es decir, en los espacios abiertos por la
explotación. Para reducir el nivel de ruido durante las labores, deben usarse
dispositivos silenciadores en los equipos. Algunas máquinas pueden aislarse
completamente con revestimientos anti ruido o dotarse de tubos de escape y
silenciadores especiales. Además, los mineros pueden protegerse
individualmente, por ejemplo mediante el uso de protectores para los oídos.

Finalmente, es posible limitar los períodos durante los cuales se emite ruido, por
ejemplo realizando voladuras una sola vez por día. La construcción de barreras
antirruido puede reducir además la difusión de ondas sonoras en los alrededores
de las fuentes emisoras.
El uso óptimo de explosivos reduce considerablemente las emisiones de ruido y
de polvo provenientes del arranque de rocas consolidadas. La planificación óptima
de las voladuras (cantidad de explosivos, adecuación de la red de perforación y
taponado de perforaciones cargadas) permite reducir la cantidad de explosivos,
limitando de esta manera la potencia de las vibraciones, la dispersión de partículas
ultra finas y el ruido causado por la detonación.
Otras medidas individuales, tales como el humedecimiento de caminos, el lavado
del equipo de transporte (por ejemplo, de camiones), la aspersión y el
restablecimiento de la cubierta vegetal en las escombreras y demás superficies
expuestas así como el uso de aglomerantes contribuyen a evitar las emisiones de
polvo en las explotaciones. Además, se pueden insonorizar aparatos específicos,
por ejemplo machacadoras (chancadoras) en sistemas de cintas transportadoras,
dotándolos de un revestimiento aislante.
La siembra de árboles o setos ayuda a detener la erosión eólica y favorece la
precipitación del polvo. Los aparatos de perforación deben equiparse con
dispositivos para precipitar el polvo, ya sea en seco o en mojado. Las plantas
depuradoras eliminan las sustancias sólidas en suspensión y neutralizan y
purifican las aguas residuales, a fin de que el efluente cumpla normas mínimas de
calidad.

Para cada solución o suspensión existen procesos adecuados de separación


líquido/líquido o sólido/líquido que deben utilizarse para purificar las aguas
contaminadas. Para depurar aguas ácidas contaminadas con metales se pueden
usar, por ejemplo, procesos electrolíticos; en el caso de aguas residuales
radiactivas, puede aplicarse una técnica de intercambio de iones. Por otra parte,
deben aprovecharse todas las posibilidades de combatir las causas de
contaminación.
Al planificar la extracción en seco de carbón, debe preverse la protección de
escombreras susceptibles de combustión espontánea, compactando la superficie
e impidiendo el paso del aire.
Los pilares y frentes de explotación abandonados también deben sellarse para
impedir incendios latentes. Las medidas especiales que pueden tomarse para
proteger los ecosistemas vecinos incluyen la prohibición de acceso, el cercado y el
bloqueo de vías.
Para proteger a la población afectada deben tomarse medidas tales como el
nombramiento de un encargado de asuntos medioambientales y/o de seguridad en
la mina y la asignación de médicos para la atención de los mineros. Dada la
imposibilidad de restringir los daños ambientales a la superficie de explotación,
debe brindarse atención médica a todas las personas que viven en los alrededor
es. Paralelamente a las actividades mineras y a las medidas encaminadas a
reducir los efectos ambientales de la explotación a cielo abierto, deben vigilarse
constantemente todos los factores ambientalmente relevantes, recurriendo para
ello a mediciones de control (monitoria).

Los factores más importantes son: gases de escape, nivel de ruido, vibraciones,
contaminación del agua, emisiones de polvo, movimientos/estabilidad de taludes,
hundimientos y nivel freático.
Medidas posteriores a las actividades mineras
Después de agotar una sección del yacimiento y de haberla rellenado con
desmontes de otros frentes de explotación, deben emprenderse inmediatamente
medidas de saneamiento.
En vista de que las explotaciones a cielo abierto suelen ocupar grandes
extensiones, las medidas de recuperación en las secciones agotadas se realizan
simultáneamente con las labores de extracción en otras secciones. Lo mismo
debe hacerse en explotaciones con extracción en húmedo ubicadas fuera del
cauce de un río.
La recuperación del terreno afectado debe hacerse procurando restablecer las
condiciones naturales del paisaje.
Sobre todo en zonas tropicales, conviene drenar y nivelar todas las superficies
beneficiadas en húmedo, a fin de evitar acumulaciones superficiales de agua que
podrían convertirse en focos de incubación de agentes patógenos y vectores,
especialmente de la malaria. Sin embargo, en algunos casos, las acumulaciones
de agua creadas por la explotación a cielo abierto pueden servir de reserva en
época de sequía o aprovecharse como fuente de ingresos, por ejemplo para la
piscicultura.
Las escombreras y los perímetros de la mina, al igual que las pilas de desmonte
externas y las antiguas superficies de explotación, deben recultivarse

inmediatamente con vegetación autóctona, a fin de limitar o prevenir la erosión


-sobre todo en zonas tropicales de clima húmedo-así como la erosión eólica en
zonas áridas.

En zonas particularmente vulnerables deben utilizarse métodos especiales para


controlar la erosión (por ejemplo, drenaje y consolidación).Finalmente, conviene
sanear progresivamente las superficies explotadas para dedicarlas a la agricultura,
o bien restablecer las condiciones naturales para destinarlas a otros fines. Para
poder aprovechar el terreno, será necesario aplanarlo, compactarlo y cubrir las
superficies mecánica o hidráulicamente con capas de tierra y humus, a fin de
permitir el restablecimiento de la cubierta vegetal y poder cultivar la tierra. Sin
embargo, el recultivo del terreno afectado representa tan solo una posibilidad de
minimizar el impacto ambiental.
Debe tenerse en cuenta especialmente que las medidas de recuperación toman
mucho tiempo y que su éxito no está garantizado.
El recultivo de superficies, especialmente en zonas tropicales, no ha sido lo
suficientemente estudiado y desarrollado en lo que respecta, por ejemplo, a las
consecuencias de ciertos ciclos de cultivos y especies apropiadas para el lugar.

4. Apoyo legal para disminuir esa contaminación

Posibles alternativas

Como vemos, se trata de graves consecuencias cuyos efectos se registran a


corto, mediano y largo plazo. Pero de la misma manera, surgen alternativas para
paliar esta situación. Estas alternativas se orientan a la reducir la formación de
contaminantes y al tratamiento de las aguas contaminadas.

Sin embargo, el factor principal lo constituye la prevención efectiva de la


contaminación desde el inicio de las investigaciones, hasta el abandono de la
explotación, y para ello se requiere un amplio estudio de la hidrogeología del
sector, pues nos brindará los mecanismos de transferencia de los contaminantes
hasta el sistema acuífero.

Como mencionamos anteriormente, la contaminación por el agua de minas es


consecuencia principal de la oxidación de sulfuros expuestos al aire, para reducir
esta formación de agua ácida en las minas abandonadas, se requiere de un
proceso de inundación que detenga la oxidación; siendo el método más eficaz el
de dejar represas que más adelante permitan que la inundación se produzca
naturalmente.

Los mecanismos de control antes mencionados, tienen también el objetivo de


evitar las fugas de agua. Para cumplir este propósito, se debe reducir al máximo la
infiltración por efecto de la lluvia o de aportes superficiales, y ello se logra con la
colocación de barreras impermeables sobre o alrededor de los materiales
extraídos, la construcción de drenes subterráneos y el establecimiento de
diferentes tipos de coberteras vegetales.

Las barreras impermeables, formadas de arcilla, hormigón asfalto, látex o plástico,


pueden evitar que el agua entre en contacto con dichos materiales. Igualmente, la
colocación de una camada de carbonatos reducirá la acidez de las aguas
contaminadas.
Dado que se trata de un agente contaminante que tiende a expandirse, e influye
en toda una cadena de agentes naturales, se necesita un especial control de las
aguas contaminadas., pues una vez que las fuentes de agua se han contaminado,
requieren un tratamiento sumamente eficaz, para minimizar su efecto sobre todo el
entorno biológico.

Principalmente, los métodos de control de estas aguas contemplan su reciclado y


reutilización; a través del estancamiento y la evaporación, el almacenamiento y la
descarga; pero todos estos métodos suponen un peligro para los recursos
acuíferos si es que se realizan inadecuadamente, pues implican un incremento de
contaminantes que pueden infiltrarse o extenderse en la superficie.

Hay que tener en cuenta que cada tipo de explotación minera requiere técnicas
especiales para el control de la contaminación, pues no se pueden aplicar los
mismos lineamientos para todas las actividades de explotación.

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