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Fátima Pérez Fulco / 2°C 2018

C.I 5.103.629-2

UNIDAD IV
HISTORIOGRAFÍA EN EL RENACIMIENTO

Nicolás Maquiavelo

A- Nicolás Maquiavelo en su obra El Príncipe, plantea que los hombres “…son


ingratos, volubles, disimulados, que huyen de los peligros y son ansiosos de
ganancias” y considera que el impulsor principal de los cambios históricos es el
carácter “natural” de los hombres. La característica del hombre, según
Maquiavelo, es que a pesar de su crecimiento intelectual, que lo convierte en
un ser civilizado, en el fondo continúa siendo un sujeto egoísta que busca el
poder, la riqueza y la gloria, de esto hace alusión el propio Maquiavelo
“Mientras que les haces bien y que no necesitas de ellos, como lo he dicho, te
son adictos, te ofrecen su caudal, vida e hijos, pero se rebelan cuando llega
esta necesidad.” Sobre esto ya habían escrito siglos antes Tácito, influyendo
en Tito Livio, historiadores latinos con cuya obra sabemos que Maquiavelo tuvo
contacto, estos historiadores consideraban que había vicios mientras existan
seres humanos. Considera este historiador del siglo XV que sólo es posible
prevenir la natural tendencia humana hacia la corrupción, mediante leyes que
constituyen el principio ordenador de la vida en sociedad. Esta norma debe ser
proporcionada por quien ejerce el poder, y debe establecer qué es lo justo y lo
injusto. Con respecto a la relación entre la naturaleza egoísta del hombre y el
ejercicio del poder, este se olvidó de la ética cristiana, de la bondad y la moral,
centrándose en los actos realizados por los príncipes para conquistar y
conservar el poder, sobre esto escribe “¡Cuan digno de alabanza es un
Principe cuando él mantiene la fe que ha jurado, cuando vive de un modo
íntegro y no usa de astucia en su conducta.” Lo que Maquiavelo expresa es
que si bien esa idea es una verdad comprendida por todos, la experiencia le
lleva a considerar que existiendo varios príncipes que hicieran caso a la buena
fe, acabaron triunfando debido a su astucia, volviendo a su voluntad y
conveniencia el espíritu humano.
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B- Maquiavelo es movido por un determinismo claramente político. Es, para él, la


temporalidad política lo que determina el curso de la historia. El problema que
se planteó este historiador, fue el de responder qué tipo de fuerza o quién
debería ser el responsable de concretar la hazaña que implica la creación de
un nuevo estado. Es así entonces que escribe con la idea de hacer una historia
política, desarrollando sus ideas acerca de la naturaleza propia del hombre, al
cual considera malo y egoísta, así como la idea del poder, la fortuna y la virtud.
Maquiavelo, en los párrafos que nos ofrece la ficha de la Unidad IV, nos
plantea su visión acerca de la figura de líder, y dice que “…cuando los hombres
reciben bien de aquel de quien no esperaban más que mal, se apega más y
más a él.” Con estas palabras describe la idea que él tiene del poder sobre los
hombres, como llegan los hombres a obedecer a un soberano, a través del
temor o la benevolencia. Para Maquiavelo “es necesario que el Principe tenga
el afecto del pueblo, sin lo cual carecerá de recurso en la adversidad.” En estas
palabras pone en juego el papel del Principe, como unificador y protector de un
pueblo, del cual demanda su afecto porque sin ellos, no posee apoyo en
cualquier situación peligrosa. Para este historiador renacentista la república es
la única posible de dar participación a los dos sectores enfrentados de la
comunidad, para que se pueda contener el conflicto político dentro de la esfera
pública. Maquiavelo señala que es primordial que en dicha república se
disponga de instituciones necesarias para canalizar el conflicto interno, para él,
ninguna de las otras formas de gobierno logran el equilibrio dentro del régimen,
por lo que las considera inestables.

C- El autor de El Príncipe considera que la autonomía del obrar histórico, están


dados por el equilibrio de dos elementos fundamentales, la virtud y la fortuna.
Considera Maquiavelo que existe una lucha entre la voluntad humana y las
fuerzas que le son ajenas a su potestad. La virtud para Maquiavelo es la
capacidad de acción razonada del hombre, que es dirigida hacia distintos fines,
esto es, la libertad de acción. Por otro lado, la fortuna es una fuerza misteriosa,
interpretada de diversas maneras y que se opone a la voluntad del hombre.
Acerca de la fortuna el propio Maquiavelo escribe “…los hombres pueden
secundar a la fortuna y no contrarrestarla.” Considera que allí donde los
hombres poseen un escaso valor y se mueven con poca prudencia, la fortuna
es la expresión tangible de su poder, y por esto es que poseen un carácter
mutable, los estados y las repúblicas sometidos a la influencia de la fortuna,
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cambian frecuentemente. Son virtuosos, aquellos hombres a quienes los


cambios de la fortuna no influyen, si no varían con ella y se mantienen siempre
firmes de ánimo, sin ser dominados por la fortuna. Por otra parte, aquellos que
se envanecen de la buena fortuna, se vuelven “…insoportables y odiosos a
cuantos le rodean.” Maquiavelo se ve inclinado a favor de la capacidad de la
libre acción del hombre.

D- La comparación más explícita que podríamos hacer de la obra de Maquiavelo


con la historiografía griega, la hayamos en la concepción de una historia
cíclica, concebida así por Maquiavelo, inspirada en la historiografía clásica,
precisamente bajo la influencia de Polibio. Maquiavelo, al igual que sus
antecesores tenía una visión de la historia como progreso, pero no de forma
lineal y continua, sino discontinua y cíclica. Romero señala la existencia de un
distingo que hace Maquiavelo entre las fuentes clásicas y no clásicas, porque
el índice de duda metódica que adopta frente a las clásicas es mucho más bajo
que la que adopta frente a las segundas. Es probable que Maquiavelo
conociera casi la totalidad de las obras griegas y romanas que circulan en su
tiempo, así es que la serie constituida por Platón, Aristóteles y Polibio
constituyen un pilar de su labor historiográfica, de cuyas obras extrae datos y
noticias, y particularmente de Polibio extrae una concepción de la estructura
legal de la vida histórica y de la estructura del plano político, pues es este
autor, el que también pone énfasis en el análisis de la política y el arte de la
guerra, tal como Maquiavelo. Por otra parte, también podemos encontrar
indicios de la historiografía griega en la obra de Maquiavelo, en la idea de un
gobernante ideal, el cual este historiador extrae de la obra de Jenofonte, la
Ciropedia. Y por último, encontramos en la obra de Maquiavelo, individuo
movido por su espíritu pragmático, considera que la historia debe tener una
finalidad de mayor trascendencia, y de este modo coincide con la idea de que
la historia es esencialmente enseñanza, es decir, tiene una lección pragmática,
tal como la que hallaban los historiadores clásicos en la finalidad de sus
historias.

E- Maquiavelo tiene una concepción terrenal de la historia, el hombre realiza su


vida en la tierra y su único fin es actuar en ella. Con respecto a la religión hace
una crítica en su libro El Príncipe, en donde no critica directamente a la religión,
ya que en sus propias palabras considera el Estado religioso como bueno y
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unido, sino que hace una crítica más bien a la Iglesia, a la fuerza política que
había logrado adquirir, estableciéndose como una potencia en el centro de
Italia, lo cual consideraba un obstáculo para la unidad. Maquiavelo expresa que
la concepción religiosa de su época ha “afeminado el mundo y desarmado el
cielo” de manera en que la religión cristiana es interpretada lejos de la virtud.
En su concepción de religión, Maquiavelo pretende presentar los fundamentos
de una república en la cual la religión figura, al lado de las leyes buenas y de la
guerra, como su fundamento. Este historiador no sólo no excluye la religión de
la consolidación, conservación y buena marcha del Estado, sino que la exige,
pero no se trata de una única religión que se debería implementar como el
Cristianismo,, sino de la religión que se profese en los respectivos Estados,
sobre esto dice Maquiavelo: “Deben los encargados de regir una república o un
reino mantener los fundamentos de la religión que en él se profese”.
Entre sus argumentos, expone dos razones, para él “poderosísimas” por las
cuales ve en decadencia las naciones cristianas, y estos son por una parte los
malos ejemplos de la propia Iglesia, la cual ha propagado la perdida de toda
devoción religiosa en Italia, y en segundo lugar, acusa también a la Iglesia de
mantener a toda Italia dividida.

Bibliografía:

Nicolas Maquiavelo. El Príncipe. 1532


Nicolás Maquiavelo. Discursos sobre la primera década de Tito-Livio. 1531
José Luis Romero. Maquiavelo historiador. 1943. SIGLO XXI (MEXICO)

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