Вы находитесь на странице: 1из 4

Eros y Tánatos, creación y destrucción unidas en el Arte.

Por Luis Hurtado y Mariana Patricia Salinas Camberos

El arte, además de ser estético, está pertrechado de dos características más: ser
transgresor y creador, con lo cual se busca generar un impacto en la realidad
social, o para ser más concretos, tener un impacto en la realidad cultural de las
sociedades, es decir un impacto en lo simbólico a partir de las formas.

Hablar de lo estético en la cuestión artística es hablar de un concepto algo


abstracto y subjetivo -sobre todo subjetivo- pues los valores estéticos de lo bonito
en lo artístico-cultural están atravesados por elementos de significación, es decir, a
través de las formas sociales de significar las realidades especificas circundantes;
lo que para simplificar podemos expresar del siguiente modo: lo que para unos es
bello o bonito para otros puede resultar grotesco y viceversa.

Uno de los principales objetivos que observamos a partir de una visión psicosocial
(con un enfoque desde el psicoanálisis) es el de apreciar en toda expresión
artística la capacidad de ser un medio que hace posible la sublimación –entendida
como la transformación de la energía sexual que en sí misma es destructiva en
algo más ‘diluido’ que preserve en lugar de romper-, no sólo para quienes ejecutan
tal o cual expresión artística, sino también para quienes se convierten en
cómplices al momento de significar esos elementos presentados como parte de su
realidad.

Con lo anterior podemos decir que en teoría, nuestras pasiones tienen que ser
enfocadas o direccionadas, vaya, deben encaminarse a una actividad socialmente
permisible o apreciada, esto con la intensión de generar una ‘sublimación’ que nos
permita, como diría Sigmund Freud, construir el deseo y evitar que la civilización
se desplome. En ese sentido, el arte, al ser una actividad socialmente aceptada
es un medio para sublimar las pasiones y con ello podemos entender también
que lo que busca el arte es alimentar al Eros, o como señalaría Theodor Adorno:
alimentar a la pulsión de vida, ya que el Eros es el conjunto de pulsiones de vida
que se oponen a la muerte. Con esto, podríamos pensar la propuesta ya hecha
por Adorno, que el arte es un elemento para la construcción de un lazo social.

Sin embargo, es bien sabido que el ser humano no es habitado en su totalidad


por deseos e ideas armoniosas, el ansia por la destrucción es natural en él; la
naturaleza humana es a ratos pasiva y a ratos violenta, se vive en un continuo
movimiento dialéctico que no se resuelve nunca, aunque bien podríamos decir que
si lo hace, esto ocurre con la muerte.

Con lo dicho anteriormente podemos pensar que el arte es un elemento en donde


encuentra presencia lo estético y que tiene como objetivo ser un elemento creador
y unificador, así como otro transgresor, que da golpes directos la realidad o nos da
con ella un golpe el la cara, al generar un impacto desconcertante.

Alimentando al Tánatos y destruyendo el lazo social

Es bien sabido que en nuestro país, México, el clima de violencia es alto. La


guerra contra el narcotráfico que encabezó, sin diagnóstico previo, el gobierno
calderonista ha dejado más de 60 mil muertos y 20 mil desaparecidos. Vaya ha
dejado varios ‘daños colaterales’.

Desde el lado más morboso y con la cabeza fría, el crimen organizado por si sólo
y también con la ayuda implícita de artistas visuales como lo son fotógrafos y
videastas, se han encargado de fomentar una nueva forma de ver el arte, una
forma en donde se alimenta al Tánatos, diríamos en contra-tesis de lo propuesto
por Adorno: alimentar la pulsión de muerte, ya que el Tánatos es el conjunto de
pulsiones de muerte que se oponen a la vida, y con ello a destrucción del lazo
social.
Por muy frío que nos parezca y fuera de contexto o de la realidad, quienes ejercen
la violencia en nuestro país a punta de cuerno de chivo, bazuca en la nuca y
cortando cabezas a quienes se atraviesa 1 han encontrado cabida en el arte, no en
la acción de quitarle la vida al prójimo, sino más bien, en la forma de cómo colocan
el cuerpo o las extremidades de éste, encontrando al final del día una forma
estética del “acomodo”, una forma estética que pasa por lo cultural de un grueso
de la sociedad y no de un puñado de sujetos nadas más, pues existe ya un
significado racional del cómo dejan el cuerpo, que no sólo pasa ya por el mensaje
enviado a la banda rival o al gobierno.

Al final del día, el darse el lujo de acomodar los cuerpos o las extremidades en
escenarios públicos como puentes peatonales, puentes vehiculares, panteones,
cerca de instituciones gubernamentales, escuelas y más lugares es una forma de
decir, sin la necesidad de enunciar, “así se verá más bonito (el sujeto) en tu
fotografía”. Con esto, nos guste o no, se cuenta con otra forma de ver el arte, una
forma que a su modo también es estética, trasgresora y creadora. Además de que
sí genera un imparto en la realidad social, ¿es acaso ahora la violencia una nueva
forma de expresión artísticas que encuentra cabida dentro del performance?

Un retorno a las formas clásicas y a la calma, Eros de vuelta

Hace días mientras leía una revista me topé con un artículo que anunciaba el
regreso del caballero clásico, ese que seduce con su exquisita educación y que
jamás pierde la sonrisa o una palabra de alago; por supuesto, no hablaba de aquel
caballero con armadura y espada en mano, dispuesto a rescatar a la princesa
encerrada en la torre más alta, se refiere a un flash-back que ha tomado fuerza en
los últimos meses y que en estos días en los que la violencia se vive día a día,
manifestándose de mil y un formas, puede ser una forma de transgresión no
violenta.

1
Frase del narcocorrido: Los Sanguinarios del M1 – Movimiento Alterado
Puede decirse entonces que en la caballerosidad –para seguir con el ejemplo-
existe un componente transgresor, es un gesto y una forma de ser, de rebelarse
con sutileza y elegancia a lo que hoy es moneda corriente, como la falta de
cortesía y de respeto por la vida o libertad de los otros.

A pesar de que esta corriente que pretende retomar modelos clásicos del ayer,
pero interpretándolos con la soltura y la libertad de la actualidad se ha visto con
mayor frecuencia y claridad en el mundo de la moda, su influencia en el resto de
expresiones artísticas no se ha hecho esperar: podemos encontrarnos con
fotografías que nos invitan a recordar la ligereza de una tarde de campo y sus
flores; pinturas que traen de vuelta técnicas inolvidables, desnudos discretos que
poco a poco se apartan de lo grotesco, encuentros eróticos que ya no pertenecen
a la vieja pornografía, etc. Estas imágenes del pasado que hoy se nos presentan
como invitación para reunirnos son una provocación al eros y al amor en sus
distintas manifestaciones, en las que el arte irrumpe pero de manera distinta, tan
distinta y ajena en ciertos contextos del hoy que para muchos sería sinónimo de
agresión.

Justo el último párrafo es una muestra de lo que el arte encierra en sí mismo a


modo de incoherencia: en él y posiblemente sólo en él se puede observar o
percibir con perfecta claridad lo que Eros y Tánatos son en la vida del hombre, en
el arte no se contraponen ni se comprometen, simplemente coexisten generando
posibilidades infinitas como la vida misma.

Вам также может понравиться