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“Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: 2 Levántate y vete a casa del
alfarero, y allí te haré oír mis palabras. 3 Y descendí a casa del alfarero, y he aquí
que él trabajaba sobre la rueda. 4 Y la vasija de barro que él hacía se echó a
perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.”
Jeremías somete su razón para obedecer por revelación. A veces obedecer a Dios
implica avanzar, aunque no entendamos lo que está pasando; detrás de la
obediencia se esconden grandes milagros y bendiciones, Dios nos enseña varias
cosas en éste texto de Jeremías:
a) Él sabe a qué escenario nos lleva para enseñarnos (“vete a casa del alfarero”).
d) La casa del alfarero nos habla de aquel escenario dónde Dios trabaja.
E ) En la casa del alfarero encontramos la palabra de Dios
II. LA VIDA ES UNA RUEDA: 3 Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que él
trabajaba sobre la rueda.
D.- Nosotros no podemos ver el producto terminado, pero El nos promete que es
maravilloso. UN FUTURO HERMOSO (hay un propósito a nuestra vida)
1 Co. 2:9 nos dice: “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído
oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los
que le aman”.
E.- El alfarero trabaja usando las manos de otros para ayudar a formarnos:
padres, maestros, otros creyentes, incluso los que nos
persiguen.
III. NOSOTROS SOMOS EL BARRO. (Tierra utilizada para elaborar vasijas)
“El hombre, como la hierba son sus días; Florece como la flor del campo,
Que pasó el viento por ella, y pereció, Y su lugar no la conocerá más”. Salmo
103:15-16
E.- La cualidad más importante del barro es que se somete a las manos del
alfarero, se arruinará. El barro no se puede auto moldear por si solo, tiene que
tener al alfarero. El quiere que cooperemos en la oración, la meditación, la
obediencia a su voluntad y que nos rindamos a su toque DIVINO.
G. La restauración de una vasija, Jer. 18: 4a: “Y la vasija de barro que él hacía
se echó a perder en su mano”. Cuando el alfarero comienza su labor, ya tiene en
mente que vasija hará. Asimismo Dios ha planeado un diseño y propósito para
cada uno, desde antes de la fundación del mundo. Él es el Arquitecto Divino.
H. Dios usa una técnica apropiada para cada uno. El alfarero conoce muy bien
su oficio. En casa del alfarero encontramos la rueda, el barro, los hierrillos y
desbastadores, utilizados para dar forma, quitar las asperezas, y pulir los detalles
de la vasija; y por supuesto el horno, que da la dureza correcta y estructura final a
la vasija.
IV. LAS PRUEBAS SON EL HORNO. La vida debe tener sus hornos.
A.- (SE PRUEBA)
1.- NUESTRA FIDELIDAD. Seguirle a pesar de las circunstancias adversas.
2.- FE. Creerle a Dios en lo imposible.
3.- PACENCIA. Aprender a esperar en El.
4.- AMOR. Aprender a amar y perdonar.
5.- CARÁCTER. Permitirle que moldee y corrija nuestro carácter.
6.- MANSEDUMBRE. Soportar a los que nos rodean.
CONCLUSION:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Apocalipsis 2:29
“Este oyó hablar a Pablo, el cual, fijando en él sus ojos, y viendo que tenía fe
para ser sanado, dijo a gran voz: Levántante derecho sobre tus pies. Y él saltó,
y anduvo”. Hechos 14:9-10
G. El tiene grandes planes con nosotros; algunas veces estos planes sufren,
se estancan, se dañan. Pero Dios tiene el poder de restaurar, ante un
genuino arrepentimiento, Dios interviene con su poder sanando, levantando
y restaurando.