Caso de consejería

según estrategias de
cambio de Otto
Kemberg

Paciente varón de 33 años

acude a consejería y
manifiesta: “Señorita buenas
tardes, estoy aquí porque
necesito que me aconseje,
es que no se que hacer. Mi
esposa cree que soy
alcohólico, pero no es así;
sin embargo, me dijo que
tengo que venir porque sino
me va a botar de la casa y ya
no veré más a mis hijos. Me
siento desesperado, dígame,
¿qué puedo hacer?” (E. de
precontemplación). Ante
ello, la psicóloga empezó a
indagar datos sobre su
consumo de alcohol: inicio,
frecuencia, intervalo de
latencia, cantidad de
consumo, etc.; llegando a la
conclusión de que el cliente
sí presentaba adicción al
alcohol, por lo que decide
comunicarle su presunto
diagnóstico (E. de
contemplación). Por ello, a
modo de solución, la
psicóloga le planteó dos
opciones: formar parte de
un grupo de apoyo para A.A.
A.A., o bien, asistir a
psicoterapia con enfoque
cognitivo conductual,
puesto que de esta manera
podría seguir estando en
contacto con sus hijos.
Al escuchar lo que la
psicóloga refirió, el cliente
se mostró en desacuerdo;
no obstante, la psicóloga le
recordó que al elegir una
opción y comprometerse a
realizarla, podría
permanecer en casa con su
familia, tal como él desea.
Por esta razón, el cliente
eligió y se comprometió a
asistir a un grupo de apoyo
recomendado la psicóloga
(E. de determinación de la
pauta). Llegando al acuerdo
de asistir tres veces por
semana (E. de acción).
Pasadas dos semana, el jefe
de dicho grupo de apoyo
decidió comunicarse con la
psicóloga puesto que
deseaba saber el motivo por
el cual el nuevo miembro del
grupo había dejado de asistir
(E. de recaída),
comunicándole que solo
acudió a las reuniones
durante la primera semana y
a una, de la segunda
semana (E. de
mantenimiento).