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En comparación con las cerámicas, los polímeros y los composites, los metales tienen una
alta tenacidad frente a la fractura, es decir, la capacidad de absorber energía e inhibir la
propagación de fisuras en casos en los que aumenta la fuerza de tracción. En general, los
metales sólidos son más fuertes y densos que otros elementos no metálicos.
La mayoría de los metales tienen una apariencia blanca (niquel, paladio, estaño, zinc). Sin
embargo, hay pequeñas diferencias en el matiz y la intensidad cromática de estos metales
blancos. El oro y el cobre son dos metales no blancos de la tabla periódica, y ambos son
componentes muy importantes de las aleaciones dentales de colado. Las aleaciones más
comunes empleadas en aparatos y prótesis dentales emplean en su mayoría uno de los
siguientes elementos: cobalto, oro, hierro, niquel, paladio, plata y titanio.
Enlaces metálicos
Los átomos sólidos pueden mantenerse unidos mediante una interacción primaria
llamada enlace metálico. Una de las principales características de un metal es su capacidad
para conducir el calor y la electricidad, que se asocia con la movilidad de los electrones
libres que se encuentran en estos materiales.
Los electrones de valencia de la capa externa se pueden eliminar fácilmente de los átomos
de los metales. Los electrones de valencia libres forman una nube o gas que da lugar a la
atracción electrostática entre la nube de electrones libres y los núcleos de los iones
cargados positivamente.
Los electrones libres actúan como conductores tanto térmicos como eléctricos. Transfieren
la energía moviéndose desde las zonas de mayor energía hasta las de menor energía, bajo
la influencia de un gradiente térmico o de un campo eléctrico (gradiente de potencial). El
enlace metálico también es responsable del brillo, o propiedad de reflexión de los metales
pulidos, y de su capacidad para soportar una considerable deformación permanente
(asociada con las propiedades de ductilidad y maleabilidad) al someterse a fuerzas
mecánicas de notable intensidad.
Aleaciones
Una aleación es la mezcla de dos o más metales o de un metal y ciertos no metales. En
odontología las aleaciones contienen al menos cuatro metales y muchas veces seis o más.
La historia de las aleaciones dentales vaciadas ha estado determinada por tres factores
principales:
Incrustaciones.
Restauraciones parciales coladas de recubrimiento cuspídeo.
Coronas.
Prótesis parcial removible.
Prótesis de metal-cerámica.
Prótesis adheridas con resinas.
Elementos de retención intrarradiculares o pernos.
Para dichos usos requerimos que estas aleaciones tengan determinadas propiedades, estas
son:
Biocompatibilidad.
Tamaño adecuado del grano.
Propiedades de adhesión a la porcelana.
De fácil fundición y vaciado.
Fáciles de soldar y pulir.
Baja contracción al solidificarse.
Buena resistencia al desgaste.
Resistencia al estiramiento y a la fuerza.
Resistencia a las manchas y a la corrosión
Color. Expansión térmica, controlada.
Mecanismos de cristalización
Las fronteras de grano son como barreras para la conductividad y sirven como resistencia.
Entre más grandes sean los granos cristalinos tienen mayor grosor “granos gruesos" y si los
granos son pequeños se les conoce como granos finos. Cuando se empieza a enfriar el
metal aparecen los primeros núcleos de cristalización. Si se enfría de manera lenta
aparecerán pocos núcleos de cristalización y abarcaran más espacio esto formará fronteras
de grano grueso y se detendrá el crecimiento hasta que los cristales topen con otro cristal
de diferente núcleo hacia diferente dirección.
Si el enfriamiento se le ayuda con otra fuerza de enfriamiento se podrá enfriar más rápido y
así se podrán formar más núcleos de cristalización y así serán más pequeños ya que
toparán más rápido por la razón de que hay más cristales alrededor formando así fronteras
de grano fina.