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MEUSDONES
DONS
ESPIRITUALES
ESPIRITUAIS
• La iglesia es más
que una
organización; es un
organismo.
• Pablo describe a la
iglesia como el
“cuerpo de Cristo”.
• El Señor es la cabeza
y nosotros somos los
órganos, miembros,
ligados unos a otros y
a Él. Es por medio de
su cuerpo (la iglesia,
usted y yo), que Cristo
da continuidad a su
obra de buscar, servir
y salvar.
• “Centrarse sólo en un don, es
como mirar unicamente una de
las caras del diamante, dejando
de ver la belleza de la gema.”
• El Espíritu Santo nos
da la certeza de
nuestra salvación
personal.
• Él nos da la
seguridad que cada
uno de nosotros es
especial y nos
permite desarrollar
una auto-estima
saludable.
• Nos da la certeza de que
podemos dar frutos y
nos motiva a un
crecimiento personal.
• ¿Cuándo recibimos
nuestros dones de
ministerio?
• ¿Cómo podemos
identificarlos?
“Los dones espirituales son
capacidades sobrenaturales
concedidas a los cristianos
por el Espíritu Santo a fin de
que puedan ministrar a otros
por medio del
fortalecimiento y de la
acción misionera.”
Ninguna mujer, en la iglesia, será lo
que debería ser – aunque Jesús
oró y el Espíritu Santo la dotó y
capacitó – hasta que descubra su
don espiritual, o dones
espirituales.
“Aquel que con espíritu dócil y
sincero estudia la Palabra de
Dios, para comprender sus
verdades, se pondrá en
contacto con su Autor ; y, a
menos que no quiera, no habrá
límites para las posibilidades
de su desarrollo”.
Ed. 125
• ¿Qué tipo de ministerio me gusta
más?
• ¿Qué capacidades
espirituales ven los
otros en mí?
• ¿Qué tipo de
ministerio he
desempeñado en
más de una
ocasión?
• ¿Qué tipos de
ministerios están
en armonía con mi
temperamento?
• ¿Qué actividades que
yo realizo diariamente
podrían tener una
aplicación espiritual?
• Enseñar
• Ayudar
• administrar
• En la medida en que estas
afirmaciones sean positivas o
negativas. • ¿Cuál sería su
respuesta si tuviera
la oportunidad de
involucrarse en
alguna de las
actividades
descritas?.
• Nos da un sentido de
valor y propósito saber
que Dios quiere que
contribuyamos
individualmente y de
manera singular.
• Muchos
cristianos están
convencidos de
que no tienen
nada que ofrecer.