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La concesión, la cual desde el punto vista administrativo la entendemos como

un acto administrativo por medio del cual el estado llamado concedente, le


confiere o le otorga la facultad al particular llamado concesionario para que
administre y explote en su provecho, en forma regular y continua, pero por
tiempo determinado, bienes del dominio público o servicios públicos en vista de
satisfacer un interés colectivo, mediante una ley preconcebida y un contrato
formulado entre las partes. Por lo tanto podemos decir que la concesión dentro
de un estado se refiere a aquellos actos que consisten en que una de las
partes va a realizar una obra para la satisfacción y uso de los particulares
mediante una facultad transmitida por el estado o administración publica la cual
le permite obtener por un tiempo limitado un beneficio mutuo.

En las concesiones administrativas siempre van a participar dos sujetos, en


primer lugar el concedente que generalmente es una entidad administrativa que
actúa en representación del estado y en segundo lugar el concesionario que
generalmente es un particular o una compañía de comercio, cuando estamos
en concesiones de obras públicas el objeto no puede ser determinado
generalmente sino que debe ser necesariamente posible determinar o
establecer sobre él, un tributo (como por ejemplo una tasa), así mismo pueden
ser ejemplo de concesión las construcción de puentes y autopistas, en
consecuencia nunca observaremos que pueda ser objeto de concesión
construcciones realizadas con el fin de ser utilizadas por diversos órganos del
estado como el caso de la asamblea nacional y ministerios.

También es necesario determinar la naturaleza jurídica de esta figura, la cual


podemos analizar desde 3 perspectivas, en primer lugar se observa la
concesión como un contrato, algunos autores lo consideran así debido a que el
concesionario y el estado se obligan recíprocamente por las clausulas
convenidas entre ellos, creando de esta forma una relación contractual sujetas
al derecho civil tanto en su formación y en consecuencia, en sus derechos y
obligaciones, para poder entender esta estructura debemos aceptar la teoría de
la doble personalidad del estado así como tener presente la naturaleza
contractual en cuanto capacidad de las partes manifestación de voluntad
consentimiento y objeto. En conclusión nos referimos a un contrato bilateral
donde actúa el estado y un particular.

En segundo lugar como acto unilateral, en el cual se habla de un acto típico del
poder público en ejercicio exclusivo de la potestad soberana, desde este punto
de vista la concesión se somete a un mandato del poder público, es decir, a
una situación legal y reglamentaria predeterminada sin que la voluntad del
concesionario intervenga en ningún momento ya que se limita a aceptar las
condiciones preestablecidas por el concedente. En este caso podemos
observar al estado actuando investido por su Ius Imperium. dentro de esta
tendencia de la doctrina, la concesión puede ser considerada, un acto
administrativo por el cual se le da poder a un individuo sobre una parte de la
administración pública, para que este saque un provecho el cual sea de
beneficio para ambas partes.

Como tercer punto de vista y el más aceptado, la doctrina moderna, variando la


estructura de la concesión nos muestra la misma como un acto mixto, del cual
se desprenden tres elementos, el comprendido por un acto reglamentario, un
elemento nuevo como el acto condición y un contracto. El acto reglamentario
se encarga de fijar las normas a las que debe apegarse la organización y
funcionamiento del servicio, mientras que el acto contractual se constituye por
las cláusulas que van conceder ventajas pecuniarias al concesionario y
contiene la protección a sus intereses y garantías a sus inversiones por ultimo
el acto condición actualiza en favor o perjuicio del concesionario todos los
derechos u obligaciones establecidos por la ley e incluso impone cargas que
este debe cumplir en el ejercicio de sus funciones.

Luego de haber analizado la figura de la concesión desde un aspecto general,


pasamos a comprender dicha figura desde el punto de vista del derecho
minero. El artículo 24 de la Ley de Minas establece: “…la concesión minera es
el acto del ejecutivo nacional, mediante el cual se otorgan derechos e imponen
obligaciones a los particulares para el aprovechamiento de recursos minerales
existentes en el territorio nacional. La concesión minera confiere a su titular el
derecho exclusivo a la explotación y exploración de las sustancias minerales
otorgadas que se encuentren dentro del ámbito espacial concedido…”.por lo
tanto a partir de esta definición se analizará la figura de la concesión minera en
sentido estricto y abarcando todos los puntos referentes del mismo para
comprender su importancia.

Toda persona que aspire tener una concesión deberá presentar una solicitud
ante el ministerio de energía y minas la cual deberá contener en primer lugar la
identificación del solicitante indicando su domicilio, nacionalidad, estado civil, y
carácter con que actúa, en caso de ser una persona jurídica su nombre o razón
social, domicilio y lugar de su constitución, además dicha solicitud deberá llevar
la indicación de la clase de mineral, superficie aproximada y los linderos del
área solicitada, indicando su ubicación geográfica acompañadas del croquis del
área, firmada por un ingeniero, la denominación que le del solicitante y las
ventajas que se ofrezcan a la república.

Además deberá indicar si el terreno es baldío, ejido, o de propiedad particular y


sus colindantes, y por ultimo deberá comprobar su capacidad técnica,
económica y financiera ante el ministerio de energía y minas. Presentada la
solicitud el ministerio la admitirá o rechazara y se pronunciara dentro de los 40
días continuos a la presentación, si dicho permiso es admitido el ministerio
deberá publicarlo en gaceta oficial dentro de los 20 días continuos a la fecha de
admisión y en un lapso igual de tiempo el interesado publicara la solicitud en un
diario de circulación tanto nacional como local.

La concesión minera es el conjunto de Derechos y Obligaciones que otorga


el Estado, inmersos en un acto administrativo, que confiere a
una persona natural, jurídica o al propio Estado, la facultad para desarrollar las
actividades de exploración y explotación del área o terreno solicitado. Cabe
destacar que en esta figura el concesionario actúa en representación del
estado, pudiendo desarrollar facultades que en principio son propias del mismo
estado, otro aspecto importante es que actúa bajo su propio riesgo, lo cual va
a permitir que el estado pueda liberarse de una posible indemnización en
cuanto a las presunciones que admiten prueba en contrario en cuanto a la
existencia y comercialidad del yacimiento. En cuanto este último aspecto el
estado siempre presume la existencia del mismo yacimiento.

En cuanto al aspecto de la temporalidad de la concesión, una vez que el


ejecutivo nacional otorga la misma para la exploración y consiguiente
explotación la duración podrá llegar a un límite de 20 años, contados a partir
del momento de la publicación en la gaceta oficial de la República Bolivariana
de Venezuela, pero teniendo derecho de prorrogarlo por periodos sucesivos no
mayores de diez años, si así lo solicita el concesionario dentro de los 3 años
anteriores al vencimiento del periodo inicial, y será el ministerio de energía y
minas quien podrá determinar si el mismo es pertinente o no este derecho de
prorroga solo puede ser otorgado cuando el concesionario se encuentre
solvente con el estado, y el mismo deberá formularse antes de los 6 meses
anteriores al vencimiento del lapso inicial.

El derecho de exploración y explotación minera tiene un ámbito espacial


establecido para poder ejercerlo, y el mismo se encuentra establecido a través
de una estructura de triangulo invertido, partiendo de que el centro de la tierra y
su límite exterior se encuentran representados por el vértice de dicho triangulo,
en cuanto a la superficie se establece que la misma es un plano horizontal que
es medido en hectáreas y cuyos vértices y linderos están establecidos o
determinados de acuerdo al sistema de proyección universal transversal
mercator

Uno de los efectos que se derivan de la concesión minera es que este es un


derecho real inmueble en consecuencia el titular podrá enajenarlo, gravarlo,
arrendarlo, sub-arrendarlo, o celebrar sobre el mismo subcontrataciones para la
explotación luego de haber solicitado un permiso ante el ministerio de energía y
minas siempre que este tenga como objeto el beneficio para dicha actividad. El
ministerio no otorgara este permiso si el titular no presenta el programa de
desarrollo y explotación 30 días antes de iniciar la explotación, y el ministerio
deberá decidir en 45 días contados a partir de la recepción de la solicitud del
permiso, entendiéndose como negativo el mismo la falta de pronunciamiento.
El titulo otorgado por el estado al concesionario en el cual consta su derecho
de exploración y consiguiente explotación deberá señalar la duración de dicha
actividad la ubicación, la extensión, y alindera miento del área concedida así
como las ventajas especiales convenidas y cualquier circunstancia que defina
de manera detallada la concesión otorgada. Así mismo en dicho título deberá
señalarse que en caso de controversia entre las partes que no puedan ser
resueltas amigablemente serán presentadas ante los tribunales competentes.
En la ley de minas se puede observar la presunción iuris tantum de la
existencia y comercialidad del yacimiento y sus recursos, pero también, como
el estado no se hace responsable de la veracidad de tales hechos eximiéndose
de esta forma tanto de la indemnización como el saneamiento de ley.

El estado a través del ministerio de energía y minas junto con el ministerio de


ambiente cumplirán con la debida prevención que la explotación de los
minerales puedan causar al ambiente, y el titular del derecho deberá informar
de manera periódica al ministerio de energía y minas las actividades que haya
desarrollado en cada periodo, en caso de que el concesionario al momento de
realizar la actividad deba utilizar explosivos deberá ser autorizado por el
ministerio. Cuando las concesiones son extinguidas, renunciadas, caducadas o
anuladas serán consideradas zonas libres y el ejecutivo podrá otorgarlas de
forma parcial o total.

Se entiende por exploración el conjunto de operaciones que tiene por finalidad


comprobar la existencia del yacimiento minero y analizar si el mismo es factible
desde el punto de vista de explotación y aprovechamiento económico mientras
que la explotación tiene por finalidad la extracción del recurso existente en el
yacimiento.

La concesión confiere al concesionario, a sus herederos o causahabientes el


derecho exclusivo para explotar el área concedida durante el periodo
exploratorio y asimismo podrán elegir la superficie que crean más conveniente
luego de haber realizado un estudio de factibilidad técnica y en ningún caso
dicha superficie superará la mitad del área concedida para la exploración
establecidas por la Ley. El periodo exploratorio no puede sobrepasar los 3 años
y el mismo podrá ser prorrogado por no más de un año. En caso de que la
superficie resulte mayor a la que expresa el título el concesionario escogerá y
trazará en el plano una porción con el número de hectáreas concedidas en las
cuales procederá su explotación.

En caso de que el estudio de factibilidad técnico, financiero y ambiental no sea


conformado por el Ministerio de Energía y Minas, deberá hacérselo saber al
concesionario y el mismo dispondrá de un periodo de 90 días continuos para la
presentación de un nuevo estudio, el cual luego de su aprobación deberá ser
publicado en gaceta oficial. Admitidos los planos el Ministerio de Energía y
Minas contará con 30 dias continuos para declarar la aprobación por resolución
en el cual otorgará al concesionario el certificado de explotación en un lapso no
mayor de 30 días, por lo tanto el concesionario comenzara la explotación en las
áreas permitidas y antes expuestas en los planos.

De la explotación se entiende que la misma se lleva a cabo cuando se extrae


de las minas la sustancia por las que está integrada o cuando se hace lo
necesario para la obtención de las mismas con el fin del aprovechamiento
económico en proporción a la naturaleza y a la magnitud del yacimiento. Los
segmentos de tierra sobre los cuales recaen los derechos mineros a explotar
podrán ser explotados por un máximo de 7 años contados a partir de la
publicación en Gaceta Oficial y no podrá ser paralizado sino por causas
justificadas y no por más de un tiempo mayor a 1 año (exceptuando caso
fortuito o fuerza mayor, debiendo ser notificado al Ministerio de Ambiente).

Clonclusion:Una vez analizada la ley de minas en su aspecto referente a la


concesión minera puedo concluir que esta se refiere al conjunto de derechos y
obligaciones que otorga el Estado a una persona naturall, jurídica o al propio
Estado para realizar actividades de exploración y explotaciòn de un área
determinada por un limite de tiempo de 20 años prorrogables por periodos
sucesivos no mayores a 10 años que beneficia tanto al concedente (entidad
administrativa representante del Estado) como al concesionario (sujeto
particular o compañía ) ya que el Estado cobra un tributo al concesionario por
el derecho al aprovechamiento de los minerales existentes en un área
determinada del territorio nacional. Considero muy importante tener
conocimiento de que la concesión minera es un derecho real inmueble que
puede enajenarse,gravarse, arrendarse,subarrendarse previa solicitud del
permiso correspondiente ante el Ministerio de Energia y Minas y que la
explotación de los recursos minerales están bajo la supervisión de los
ministerios de Ambiente yEnergia y Minas con la finalidad de preservar el
ambiente, por lo tanto los concesionarios deberán solicitar autorización a
dichos entes cuando necesiten utilizar explosivos en sus actividades rutinarias

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