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EL DIA OPORTUNO

Había una vez unos jóvenes que se dirigían a la escuela todos los días,
desde que estaban en grado prescolar, un lunes
Buenos días jóvenes.
- Buenos días - respondieron en coro los estudiantes mientras se ponían
de pie.
- Pueden sentarse - prosiguió la profesora.
- Gracias – finalizaron los estudiantes.
Era el primer día de clases del curso de 2do de ciencias o quinto año de
bachillerato, como se llamaba en esa época , por allá por el 1981
A la hora del receso, los estudiantes confundidos entre sí, con su camisa
beige, transitaban por el pasillo del liceo y cruzaban miradas tratando de
entablar amistad.
- Hola, ¿cómo te llamas? – dijo un joven a una muchacha que lo miraba
con cariño.
- Gloria - respondió la joven sonriente - ¿y tú?
- Yo soy Chicho. – dijo el joven sonriendo mientras le ofrecía su mano.
- ¿Te llamas Chicho? – dijo Gloria sonriendo.
- Bueno - aclarò el joven - José, José Ascanio; pero en casa y en el barrio
me dicen Chicho y eso me agrada mucho. Además, no estoy
acostumbrado a que me digan José.
- Ah, Ascanio. ¿Así quieres que te llame?
- No, dime Chicho, Me gusta más.
- Okey, Chicho, mucho gusto - dijo la joven mientras ofrecía su mano.
- Mucho gusto - dijo Chicho, estrechando la mano de Gloria.
Chicho era un muchacho físicamente atractivo, alto, blanco, delgado, de
pelo largo y liso, tenia los ojos claros y profundos como el mar, màs su
mirada reflejaba tristeza y una gran carencia afectiva a la que Gloria no
fue indiferente.
A partir de ese día, fueron muchos los momentos compartidos entre los
dos adolescentes que llegaron a ser grandes amigos.
- Una arepita dulce y un jugo de guayaba - ordenó Chicho en la cantina
del liceo.
- ¡Jugo! - dijo Gloria en tono burlón y luego - de la guayaba no se saca
jugo, jugo se saca de los limones, las naranjas y esas frutas que se
pueden exprimir Chicho.
- Ah, si, y entonces ¿cómo se dice? Preguntó Chicho.
- Batido, amigo, batido, no ves que la guayaba la parten y la baten con
agua sin sacarle el jugo.
- ¡Oye, que bien, tú si sabes! - dijo sonriendo mientras acariciaba el rostro
de la joven.
- Que va, tú debes saber más porque eres mayor que yo y esas cosas se
aprenden en la vida, no en la escuela.
- Pues mira que no es así porque aquí estamos, juntos en el mismo grado,
si yo supiera màs estaría màs avanzado que tú; pero perdí mucho tiempo.
- ¡Ay siii!, porque estás muy viejo – dijo Gloria observándolo y esperando
explicación.
- ¿No?, ¿no?, yo tengo diecinueve años amiga. Te aseguro que tú no pasas
de quince
- ¡No! , que va yo tengo dieciséis - dijo Gloria sonriendo.
- Bueno, son tres la diferencia, ¿quieres màs?
La joven sonrió, lo miró fijamente y preguntó:
- Y ... ¿por qué te atrasaste, repetiste año?
- No, me salí cuando estudiaba quinto, perdí cuatro años y aquí estoy otra
vez, si no me habría graduado de quince años.
- Uy ¡que sabroso!, te habrías graduado jovencito, y ¿qué hiciste todo ese
tiempo?
- Yo…trabajaba – respondiò Chicho inseguro y sorprendido ante la
pregunta que no esperaba.
- Si, ¿en que? – insistió Gloria con sus preguntas .
- Bueno, en, en, mentira chica; yo estaba en cosas malas - dijo Chicho
rápidamente, esperando la reacción de Gloria.
- ¿Cosas malas?
- Si, tú sabes.
- No, la verdad no tengo idea; pero si no quieres hablar déjalo así - dijo
Gloria, al ver a Chicho un tanto inquieto.
- Gloria , chama , tú eres mi amiga y yo sé que contigo puedo hablar lo
que sea - dijo bajando la cara con un gesto de vergüenza.
- No chamo, si te da pena, no me digas nada – respondió la joven casi en
susurro.
- No, escucha, yo, yo estba metido en un grupo que... bueno yo, yo
consumía droga.
- ¡Quéee!, ¿droga? – dijo Gloria sorprendida y en voz muy alta.
- Ssss, baja la voz chamita - dijo Chicho tomándola por el hombro.
Mira, ven que te voy a contar, pero ya sabes, confio en tí, si me traicionas
eres mujer muerta para mí – finalizó amenazante, mientras se dirigìa a
un banco solitario debajo de una gran mata de mango.
- Ay vale, no me hables asi, tú sabes que ese no es mi estilo y además
soy tu amiga y te quiero mucho, nunca haría algo que te haga daño – dijo
Gloria algo inquieta.
- Ya pues, ya, tampoco vas a llorar por eso, ven que te voy a contar,
escucha; yo comencé a salir con un grupo de sifrinitos del centro,
tomábamos, parrandeábamos, hacíamos de todo y así comencé a
consumir.
- Y ellos, ¿dónde están? - Preguntó Gloria en voz baja.
- La mayoría se fueron de aquí, ellos si terminaron el bachillerato y están
estudiando, otros trabajan con los papás en el campo, tú sabes, esos
tienen real y los ayudaron.
- ¿Y dejaron de consumir?
- No sé, yo casi no sé de ellos, seguro que todavía hacen sus cosas; pero
trabajan y meten la coba.
- ¿Y tú?
- Yo…si, yo si. - Respondió el jóven muy inseguro.
- Gloria, sin dejar de observarlo, preguntó: ¿y, cómo pudiste?, porque
dicen que el que se mete en eso no puede salir.
- Mira, no es tan fácil; pero yo estaba empezando.
- ¿Y, te ayudaron?, ¿Quién te ayudo?
- Yo mismo.
- ¡Tù mismo!, ¿Cómo?
- Bueno … - Guardó silencio por un momento y prosiguió - no creas que
esa vida es fácil chamita, mira, uno pasa mucho trabajo; bueno al menos
yo pasé trabajo.
- ¿Y tu familia no se enteró?, - preguntó Gloria - ¿no te ayudó, no sé,
cómo actuaron ellos?.
- ¡Mi familia!, nooo vale, mi familia es un desastre Gloria: Mi mamá es
antiparabólica, mi hermano “el grillo” se la pasa metido en problemas por
las mismas cosas, mi hermano menor es medio partío y no quiere nada
conmigo. Esa es mi familia, chama – Finalizó cabizbajo.
- ¿Y tu papá? – Siguió preguntando Gloria.
- ¡Mi papá!, ja, ja ,ja – comenzó a reír - nooo chama, ni sé como es ese
señor, nunca lo vi en mi casa, el grillo dice que es buena gente y siempre
lo visita, es un viejo que trabaja en la pepsi-cola; pero para mí no es mi
papá porque yo nunca lo vì en mi casa, ni lo quiero ver, ¿para qué?.
- ¿Y no tienes tíos, primos, alguien, no sé? ¿tin marín, tienes alguien que
te quiera, me podrás decir el nombre? – bromeó Gloria tratando de
hacerle menos penoso el rato a su amigo.
- Si tengo, pero nada chama , nada, a lo mejor me quieren, como dices
tù; pero esos andan cada quien en lo suyo y tienen su familia de quien
ocuparse. Mira, cómo será que yo me fui de la casa un tiempo sin decir
nada, sin avisar, fui y regresé, y ni pendiente, ellos son así - dijo
encogiendo sus hombros como preguntándose el porqué.
- Y ¿por què decidiste regresar? – preguntò Gloria nuevamente.
- ¡Decidì! – dijo Chicho irònicamente – No chama, yo no decidì salir, eso
fue algo asi como cuando tù te duermes y de pronto...¡zas! te despiertas.
Asi me paso a mì, ¿y tù sabes por què me despertè? Porque el trabajo
que pasè me ayudò, yo tuve que salir de eso, porque si no me morìa de
hambre.
- Pero tù dices que la pasabas muy bien con tus amigos, tomando y
parrandeando ¿y entonces pues, no entiendo?
- Si, yo andaba con ellos y era chèvere, hacìamos locuras y eso era para
reìrnos, en diciembre ibamos a la plaza cuando estaban las misas de
aguinaldo y fastidiabamos a las muchacha, una vez nos metimos al patio
de una casa y nos robamos unas gallinas, despuès nos quedamos
despiertos haciendo tremenda rumba que amancimos y asi pegabamos
una con la otra, eso era feria lo que haciamos en diciembre.
- Si ¿y te parece muy bello, verdad?
- Està bien, ya te dije que nos reìamos de eso; pero ya hace tiempo, yo
estaba loco chama, estaba loco y me parecìa una gracia, ahora me dà
pena, pero ya para què si no puedo retroceder el tiempo.
- Okey; pero còmo hiciste para salir, què te hizo irte del grupo – insistò
la joven.
- Ah si, pepito preguntòn, ya te digo...
- Eh, eh, eh – interrumpiò Gloria – ¿por què me dices asì? Yo te pregunto
porque tù empezaste a echarme ese cuento y ahora no me vas a dejar en
el aire, no, no amigo mio.
- No, mentira chamita, si a mì me encanta hablar contigo porque tù me
entiendes, bueno ve,: ya te dije que la mayorìa de los chamos del grupo
tenìan real, pero tambièn estaban otros que no, que andabamos con ellos
porque nos buscaban, nos gozabamos esos carrotes y echabamos pinta
con ellos; pero un dia tempranito me cayò uno de los limpios de la patota
y me dijo - Chicho hizo una pausa y preguntò a Gloria - ¿Pero tenemos
tiempo suficiente chama, porque este cuento es largo?
- Claro que sì – dijo Gloria - y si suena el timbre antes de terminarlo,
seguimos despuès; pero estamos de suerte porque no tenemos fìsica, asi
que tienes 45 minutos o 50 porque van 5 del receso y son 10, ¿suficiente,
no?
- Ah okey – dijo Chicho – entonces sigo, mira el chamo se llama Asdrubal
y esa mañana me dijo:
- Chicho, tengo un plan para que salgamos de esta peladera chamo.
- Si, pues dìmelo ya porque yo no aguanto màs, ¿cuàl es?
- Bueno chamo, yo tengo un primo en Caracas que ese chamo si es pana,
pana mio de verdad y me dijo que me vaya para allà que me va a poner
en la buena, yo le dije que si, pero me da vaina irme solo, porque tù sabes
èl es nota conmigo; pero... cuando èl no estè, seguro me voy a aburrir.
Por eso le hablè de tì, para ver si te ayuda a tì tambièn y me dijo que sì
- ¡Que bueno, chamo, que bueno! Y ¿De qué se trata?
- Ah tú ves - dijo Asdrubal – eso si no sé; pero él me dijo que es algo muy
bueno y nos va a resolver rapidito, yo creo que debe ser algo asi como de
buhonero porque el primo mio se la pasa vendiendo cosas en un mercado
y le va muy bien, fíjate que él anda con tremenda pinta y de marca chamo,
de marca. Además, tiene tremenda jeva y compró un montón de corotos,
su cuarto lo tiene a todo trapo, ya es un riquito chamo, es un riquito.
- Oye Asdrubal, ya va, ya va, ya va, dime algo, y ¿Nos vamos nosotros
nada más y lo demás?
- Ah no Chicho, deja de estar pensando en los demás, mira esos tienen
real y al final, cualquier vaina complicada que se presente no nos van a
parar a nosotros, y los que no tienen real, bueno, a esos si los podemos
ayudar; pero nosotros nos vamos primero y después vemos cómo los
ayudamos.
- Bueno, vamos a darle pues, usted me dice cuándo y yo estoy listo,
arrancando:, Caracas city uñas – dijo Chicho cerrando los ojos como
imaginando su nueva vida.
- Ya, Chicho, ya, pá mañana es tarde, vamos a llamarlo ¿Qué hora es?
- No sé, chamo, pero creo que ya van a ser las once.
- Ah, no, no Chicho, que va, mi primo ahorita no está en su casa, ese está
en el trabajo, vamos a esperar y lo llamamos a las doce que debe ir a
comer. Asi que consíguete aunque sea unos dos bolívares pa que
colabores con la llamada porque no se sabe si tiene que explicarnos algo
y ¡tú sabes como es! Yo pongo la mitad, esta es una llamada de trabajo.
- Okey, está bien yo tengo algo aquí; pero no me dejes por fuera
hermano, tù sabes que necesito.
- No Chicho, tranquilo chamo, eso ya está cuadrao, Joo, ¿te imaginas?:
quien nos aguanta cuando vengamos con tremenda pinta, porque eso si,
nos vamos a perder un buen tiempo, tú sabes pa hacé bastante real, ya
tú vas a ver cómo nos van a llover las jevitas porque esas como uno viene
y vaina... nooo vale, se ponen suavecitas – terminó Asdrubal emocionado.
Chicho terminó su relato y luego, reubicandose en el presente, le dijo a
Gloria:
- Asi fue chamita, ese fue el principio de mi salida del vicio, Asdrubal y yo
conseguimos plata y nos fuimos para Caracas. Cuando llegamos, su primo
nos recibó chévere, todo bien y arrancamos a trabajar el mismo dia.
- Si, ¡que rápido! ¿y en qué? – preguntó Gloria muy interesada en el
cuento.
- Bueno él nos dió unos paquete de cigarro y nos dijo que nos paráramos
en una esquina de una avenida grandísima, despues dijo que eso era
mientras la gente se acostumbraba a vernos ahí, que nos iba a dar la
mitad de lo que vendieramos y que después nos iba a traer otra cosa que
si nos iba a dar bastante ganancia y en ese negocio ibamos a media y lo
de los cigarros iba a ser todo para nosostros.
- Ajá y despues, ¿qué paso? Porque ahora si estoy confundida, tú dices
que eso fue el principio de la salida, pero si te iba bien, ¿no entiendo? –
preguntó Gloria una vez más.
- Bueno, deja terminar, chama, deja terminar – dijo seriamente y siguió
su relato - todo iba bien; pero los primeros dias nosotros todo lo que
hicimos lo gastamos rumbeando, tú sabes conociendo y uno viendo tantas
cosas bonitas y tanto que hay para donde ir, bueno eso se nos iba en una
noche y siempre terminabamos pidiéndole prestado al primo de Asdrubal
y él nos prestaba, ese chamo era calidad, cuando empezamos a vender
lo otro, ahí nos iba mejor; pero un buen día, o un mal dia, yo no sé cómo
llamarlo, el chamo se desapareció.
- ¿Quién? Asdrubal o el otro.- preguntó Gloria sorprendida.
- El primo chama, que después resultó que no era primo nada y después
tuvimos que irnos de esa casa porque ya él no estaba y... bueno ahí
estaba la familia de él; pero nosotros no le teniamos confianza.
- ¿Y qué pasó con el hombre, por fin? – siguió interrogando Gloria.
- No sé chama, nadie dijo nada, él se perdió y nosotros nos fuimos de ahí
para una posada que otro chamo nos ayudó a conseguir y ahí se nos
empezaron a acabar los reales que habiamos hecho porque no teniamos
con quien conseguir más mercancia de la buena para vender.
- Y ¿por qué no siguieron vendiendo cigarro, pués?
- Si seguimos, chama, si seguimos, pero que va, no nos alcanzaba y
empezamos a pasar trabajo. Después vino el chamo ese que nos ayudo a
conseguir la posada y nos dijo para ir en la noche a una chambita ahí y
nosostros aceptamos.
- ¿Una chambita de qué?
- Ah no Gloria, vas a decir que no sabes- dijo Chicho algo fastidiado.
- De pana, chamo, de pana que no sé de qué hablas, disculpa mi
ignorancia pués – dijo Gloria un tanto avergonzada y aspirando la
paciencia de Chicho.
- Bueno, está bien, pués - dijo Chicho y sonrió – está bien sigo, bueno el
chamo nos dijo para meternos a una arepera a..., a robar chama- dijo
Chicho bajando la cara, en un gesto de vergüenza.
- ¿Qué?, - gritó Gloria sorprendida - chamo pero ustedes le dieron duro
al malandrismo.
-Bueno; pero qué mas ibamos a hacer Gloria, mira yo me quería venir,
pero no tenía con que, el único que andaba conmigo era Asdrubal y estaba
más limpio que yo, ¿quien me iba a yudar?
- Aja y ¿cómo hicieron? – Preguntó una vez más Gloria.
Chicho guardó silencio un momento y luego comenzó a hablar sin ver la
cara de su amiga:
- En la noche nos fuimos, entramos al sitio como a comprar algo y vimos
el movimiento, esperamos que cerraran, y nos metimos, bueno chama
mira los chamos corrieron para la caja a agarrar los reales y yo corrí fué
para una bandeja de carne molida que estaba conjelada y asi me la comí,
porque me estaba muriendo de hambre, ya tenía como tres dias, casi sin
comer.
Bueno resultó que casi no había real en la caja sino un sencillito, los
chamos lo agarraron y nos llevamos una caja de paquetes de cigarro..
Después que salimos subimos a un cerro, a la a casa del otro chamo y
nos repartimos los cigarros; hasta ahí llegué con ellos, le dije a Asdrubal
que yo me venía y él dijo que se iba a quedar, yo le dije: bueno quédese
usted; pero yo me voy, yo no me calo más esto, lo que podemos conseguir
es que nos peguen una bala o nos pongan presos. No chama yo ya había
pasado mucho trabajo y me sentía como triste, me hacía falta el pueblo,
la casa y hasta mi familia, aunque no me parara, pero yo los veo aunque
sea y se que están ahi...
Bueno, la mañana siguiente me paré en la avenida y vendí los cigarros a
precio de gallina flaca, con eso comí y agarre un autobus, me alcanzó
para llegar hasta la encricijada de ahí me vine pidiendo cola y aquí me
tienes. Ese día juré que más nunca me meto en eso. Ahora voy a estudiar
y hacer otra vida, quiero ser otra persona, alguien importante, o lo que
sea pero más nunca vuelvo a esas locuras porque no me sentí bien en
eso.
- Que bueno amigo – dijo Gloria abrazando a Chicho muy conmovida. El
joven respondió el abrazo en silencio y juntos regresaron al pasillo donde
estaba el resto de sus compañeros.
Luego, en el salón de clase, Chicho de frente al pizarrón, al lado de su
pupitre recitaba:
- Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela
que al hombre que desespera
una pena inolvidable
aunque la pena sea grande con el cantar se consuela.-
Finalizó y afirmó: - algo así dice profe y es de José Hernández.
- ¿Cómo se llama la obra? - Pregunto la profesora.
- Martín - dijo Chicho con duda.
- ¿Martín qué Ascanio? Por ahí va la cosa, es Martín; pero cuàl es el
apellido - preguntó la profesora.
- Martín, Martín…ay no sé profe.
- Martín Fierro, Ascanio, ya veo que no leyó la obra porque ni siquiera
sabe el nombre completo y esa estrofa está deficiente, se nota su
inseguridad; tiene que concentrarse más en lo que hace.
- Si profe; pero es que no tengo tiempo para leer.
- Bueno, no sé, Usted verá; pero trate de ponerse al día – ordenó la
profesora.
- Si profe – dijo el joven sumisamente.
Al salir al receso Gloria y Chicho fueron al patio del liceo y la joven muy
sonriente dijo:
- Chicho, te quedó buenísima esa estrofa de Martín Fierro porque tiene
buena rima, pero la profe se la sabe toda y no se la comió. ¿Cómo hará
para aprenderse ese montón de novelas ahh?, porque se da cuenta de
todo.
- Nooo Gloria, esa vieja no tiene màs oficio ni màs ilusión, seguro se pasa
la vida entera leyendo. Tu no ves que el marido trabaja, trabaja, trabaja
y no la lleva a ningún lado; que màs le queda. - observó Chicho.
- No chico, esa señora es muy culta y le gusta su cosa, además se ve que
no está acostumbrada a andar brincando por allí, es muy formalita y
seguro que no se siente mal porque no sale, se le nota que desde joven
fue así, ¿no ves como se viste? Es super formal – dijo Gloria.
- Verdad – sonrió Chicho – parece una monja y es que hasta tiene acento
así como de religiosa, chamita, porque yo a las únicas que les había
escuchado hablar asi es a las monjitas que me dieron catesismo en la
escuela, eran asi limpiecitas, como de otro mundo y hablaban igual, todo
era: hijito venga; ¡pero cuando se ponían bravas! parecian fieras, asi
mismo como la profe, igualitas.
- Si el acento, peruanito la hace dulcita, ¡verdad? ¡como dice!: asiento
joven, asiento - Dijo Gloria en tono muy bajito tratando de imitar a la
profesora de castellano.
- ¡Dulcita?, noo Glroia, a mí no me parece dulce, mas bien la veo como
gafa, no sé, no me gusta esa vieja. – dijo Chicho con desprecio.
- Pues aunque no te guste te las vas a tener que calar porque nos tocó
de profesora guía , así que mejor se va acostumbrándo amiguito - dijo
Gloria mientras sacudía el hombro izquierdo de Chicho y sonreía con
cariño.
Al día siguiente, en el salón de clases:
- Ascanio, póngase de pie y dígame de nuevo la primera parte de Martín
Fierro. - Ordenó la profesora de castellano.
- Ah no profe, ¿otra vez yo?, si la clase pasada me tocó y se la dije.
- Si - asintió la profesora con la cabeza - Usted dijo algo que se parece
pero no es, así que... De pie por favor, de pie y si no sabe leala para que
no la olvide jamás.
- Está bien - dijo el joven mientras veía hacia los lados como pidiendo
ayuda.
- ¿Y ahora, qué le pasa? - interrogó la profesora.
- Bueno profe, que yo no tengo ese libro y estoy viendo quien me lo
presta.
- Chicho – dijo Gloria - mientras extendía su mano con el pequeńo
libro.
-Ah, gracias chama - dijo Chicho al tomarlo sonriendo, un tanto
nervioso.
- Okey -dijo la profesora- ahora si estamos listos Ascanio, empiece.
- Si profe – dijo Chicho y guardó silencio mientras arreglaba su pelo si
quitar la vista del pequeño libro ya abierto.
-Comience pues – dijo la profesora a Chicho - y ustedes; oído al tambor.
- ordenó al resto de los alumnos.
El joven , muy nervioso, comenzó a leer:
- “Aquí me pongo a cantar
al compás de la vigüela,
que el hombre que no desvela
una pena extraordinaria
como el ave solitaria,
con el cantar se consuela” -
Finalizó la estrofa un poco deletreado.
- Bien , Ascanio, bien. Ahora repita la estrofa que dijo en la clase pasada
, ¿la recuerda?.
- No profe , esa estaba mala.
- No - dijo la profesora - mala no está, sólo que no pertenece a José
Hernández sino a Usted, y no es de Martín Fierro , es de su propia obra ,
¿que le parece si la continua? Sería un buen inicio de su gran obra, yo la
veo muy bien, anímese, por algo se empieza, todos esos que hoy son muy
famosos quizás comenzaron como usted; pero creyeron en lo que
hicieron, por eso se atrevieron a que otros lo vieran, eso es lo que a usted
le falta, que crea en lo que hace para que se empeñe en hacerlo mejor.
Hablo en serio - finalizó la profesora muy formal.
- Nooo profe, Usted si inventa – dijo Chicho avergonzado.
- Píenselo joven, píenselo - dijo la persona en tono de consejo – no estuvo
mal, además esa una forma de invertir muy bien su tiempo libre y le
serviria de crecimiento espiritual, hablo en serio joven, hablo en serio -
recalcó la profesora.
Al salir de clases, en el pasillo del liceo, Gloria dijo a Chico:
- Chicho , tronco de susto con lo de la lectura, es que yo te veía como un
pajarito en grama y no sabía si darte el libro o no, porque me decía: si se
o doy y no quiere leer es horrible y si no se lo doy y si quiere leer me va
a reclamar porque no lo auxilié, ¡chamo! Yo estaba más asustada que tú.
- Noo Gloria, esa vieja no me pela, chama, es que me tiene el ojo puesto,
y no apunta para otro lado ni que la maten.
- Es que ella lo que quiere es ayudarte, ves y por eso está pendiente
porque si no te pregunta tú nunca intervienes.
- Si pero que no me ayude tanto, que ayudde a los demás también porque
puro yo, noo vale, ya me tiene cansado – concluyó Chicho con tono
fastidio.
- ¿Y que, vas a hacer lo que dijo la profe? ¿ te vas a poner a escribir?
Porque a ella le gustó la estrofa de Matín Fierro que escribiste, perdón de
Martín Fierro no, de Chicho Fiero y te digo que a mí también me parece
muy buena, yo te lo dije y no me hicicste caso.
- Noo Gloria, que voy a estar escribiendo yo, esa vieja lo que hizo fue
aprovechar para estar con su aconcejadera, porque eso es lo que le
encanta a ella, aconsejar al que se le atraviese; pero más a mí que a todo
el mundo.
- Pero yo si creo que ella habla en serio, que le gustó tu estrofa, lo que
pasa es que esa es su forma de hablar y tú sabes que los adultos son asi,
ellos aprovechan lo más mínimo para aconsejarte, nunca se te dejan ir
liso, sin una regañadita.
- A pues, yo no estoy escribiebdo nada, aunque ella diga que no creo en
lo que hago, pero a mi no me gusta eso.
- Bueno, no escriba nada si no quiere y que se pierda ese talento - finalizó
Gloria enganchando a su amigo por el brazo y conduciendolo hacia la
salida del liceo.
Al concluir el primer lapso del año escolar, Gloria estaba contenta porque
Chicho obtuvo un rendimiento satisfactorio, aprobó todas las materias y
ella se sentía parte de su logro.
- Chamo – dijo a Chicho - te felicito por el boletín, tu mamá debe estar
contenta.
- ¿Mi mama?, noo Chama, ni pendiente - dijo Chicho en tono burlón.
- Bueno, no sé, tú mismo pues y yo también; yo también estoy
orgullosìsima de tí.
- Jaa , será de tí, porque tú si eres calidad chama, cerebrito - dijo a Gloria
mientras le frotaba en cabeza.
- Claro que estoy feliz por mí, pero también por tí - dijo Gloria y lo abrazó.
- Bueno, es que por mí, también es por tí, porque tu me ayudaste, sin ti
hubiese salido raspao en matemática.
- Okey, okey; pero en castellano fuiste lo máximo, hasta inventaste una
estrofa nueva de Martín Fierro y en ciencias de la tierra, la profesora
quedó encantada con tus dibujos. – Finalizó Gloria sin salir de su alegría.
- Ah, ese castellano tan fastidioso.
- Si; pero no puedes negar que con la profe machujón se aprende
bastante, ella trata de hacerlo agradable, además te ayudo mucho – dijo
Gloria en desacuerdo con la apreciación de Chicho.
- Si bastante, me tiene a monte la doña esa, no me puede ver porque de
inmediato dice: de pie joven , de pie – dijo Chicho, imitando a la
profesora.
- Eso es ayudándote vale, si no hace así tú no intervienes nunca y no me
vengas a decir que ayude a los demás y no a tí, ni que machujón te tiene
el ojo puesto.
- Oye Gloria – interrogo Chicho riendo - ¿y de dónde sacaste eso de
machujón?
- Bueno, la verdad es que Yo no sé, ese nombre se lo pusieron los
compañeros de mi hermana cuando fueron sus alumnos y según ella, es
el nombre de una vaca que aparece en una de las novela que la profe les
mandó a leer y así se quedó, ellos nunca la llamaron por su nombre, yo
la conocí así.
- ¡Machujón!, ja ja ja ja - repitió Chicho mientras reía a carcajadas – Ese
nombre si le va bien chama porque me suena asi como algo de la era de
piedra.
- Bueno vamos a celebrar no, dijo Gloria.
- ¿Celebrar?, ¿Qué, dónde y con qué?
- Cómo qué pues y qué va a ser, que salimos bien y dónde va a ser, en
la bodega de don cachito y con qué va a ser, con malta y cocosette.
- ¡Malta y cocosette!, nooo vale, yo creí que íbamos a tomar algo
picantico, una polar, cardenal, nacional o un caballito frenao.
- No señor, nosotros estamos en horas de clases y además para estar
contentos no necesitamos licor, vamos – dijo Gloria tomándolo de la mano
y conduciéndolo hacia la salida del liceo.
Antes de llegar a la bodega, Chicho se detuvo frente a un vendedor de
raspado y dijo:
- ¡Mira Gloria raspao!, ¿te gustaría uno en vez de malta?, mira tiene sabor
a parchita, que sabroso chama.
- ¡Parchita!, bicho… a mi no me gusta eso.
- ¿por qué?
- Porque huele horrible, ¿no te perece?
- No chica, ven pruébalo - dijo a Gloria y ordenó al vendedor: - déme uno
señor..
- Si, uno para los dos - dijo Gloria - total yo no voy a tomar eso.
- No, es uno primero para que lo pruebes, ya verás que te va a gustar y
luego compramos el otro.
- ¿Entonces, parchita? – pregunto el vendedor.
- Si señor con jugo de parchita - dijo Chicho y luego de una pausa,
continuó - ¿jugo?, oye Gloria tú que sabes de eso, y en este caso ¿ cómo
se dice?, la parchita si se exprime pero se le coloca agua; sin embargo
creo que no es batido porque no queda espeso ni se usa la concha; pero
no es como la naranja que se toma concentrada.
- Bueno – dijo Gloria, la verdad no había pensado en eso, pues ni siquiera
lo he tomado nunca; pero a la naranja al agregarle agua se dice
naranjada, no jugo.
- Entonces este será parchitada ja ja ja - dijo Chicho alegremente.
- ¡Guau, que rico es! - exclamo Gloria al tomar un sorbo de lo que había
pedido y luego dijo a su amigo - te juro que el olor de la parchita entera
es fatal; bueno, no sé si todas; pero cuando era niña me regalaron unas
que olían horrible.
- Ah, pero eso fue hace mucho tiempo, ya ves como las cosas cambian -
dijo Chicho en tono burlón - viste, que es sabroso. Luego dirigiendose al
vendedor ordenó - déme otro seńor.
-¿Con leche, o solo? - preguntó el hombre.
-¡Ahh! - exclamó Chicho - ¿Y cuánto cuesta con leche?
-Un real - respondió el vendedor.
-¡Qué!, ¿Un real?, ¿Cuándo lo aumentaron?, ¿y sin leche? - preguntó
nuevamente sorprendido.
-Igual que siempre: medio – respondió el vendedor y luego preguntó -
¿entonces con leche o solo, cómo lo quiere?
-No, solo, yo no pago un real por un raspao; ni que estuviera preñao y
antojao, tome y gracias - dijo al entregar la moneda al vendedor .
- Ay Chicho – observó Gloria - ¿Por qué le dijiste todo eso al señor vale,
lo pusiste todo azarado, yo creo que hasta se molestó.
- Bueno - dijo Chicho - y quién lo manda a lambuceo, cómo va a cobrar
un real por un raspao; acaso que eso tiene tanto trabajo. Si ni siquiera
las parchitas las compra porque las tiene en el patio de la casa y los
tamarindos los recoge en el terreno ese que está frente al cementerio.
- Gloria movía la cabeza hacia los lados mientras sonreía y mostraba su
desacuerdo. Guardó silencio un momento y luego preguntó:
- ¿Y cómo sabes tú todo eso?
- A pues, Gloria - respondió Chicho - yo lo conozco desde hace tiempo.
- Bueno - dijo Gloria - total, ese no es mi problema.
- Claro y no pensarás pelear conmigo por ese señor, así que mejor vamos
a comprar el cocosette- culminó Chicho tomando a Gloria por el
hombro.Se miraron un instante y continuaron su camino en silencio.
El primero de diciembre era una fiesta para los jóvenes del pueblo;
amanecían cantando por las calles dándole la bienvenida a la época
decembrina.
Gloria se levantó muy contenta para ir a clases, aunque algo trasnochada,
pues durmió poco oyendo a sus vecinos dar serenata en toda la cuadra.
- Buenos días profe; ¿Puedo pasar? - Preguntó la joven al llegar al salón,
un tanto retrasada.
- Si pase Gloria, pase, imagino que se quedó dormida o ¿ya está
celebrando la navidad? – dijo el profesor mientras la miraba fíjamente.
- La primera profe; pero es que tuve inconvenientes y no dormí bien, ¿Me
puede poner la asistencia , por favor?
- ¿Poner?, no hija, yo no soy gallina - dijo sonriente el profesor y luego-
no se preocupe, yo sabía que venía en camino y no le coloqué inasistencia,
siéntese, tranquila que estamos comenzando .
- Gracias, profe - dijo Gloria y sonrió.
- Okey, continuamos, - dijo el profesor dirigiéndose a todos los alumnos
y empezó a escribir en el pizarón.
Al salir a receso, Juanita dijo a Gloria
- Oye Pino, vamos a participar en el concurso de carteleras.
- Claro Juany; pero eso no es un concurso, es una exposición y a todos
nos van a dar un obsequio por participar.
- ¡Un obsequio!, ¿será en efectivo chama?.
- No, que va, eso es algún detalle preparado por la profesora de áreas
complementarias, que es la organizadora.
- Ah, no, así no vale porque cómo hacemos para compartirnos ese
obsequio, ¿Te imaginas?: si es un ramo, una flor para cada uno, la base
para el que trabajó mas y lo que va adentro, donde se sostiene las flores,
¿a quien le toca? y si es una libreta: una hoja para cada uno.
- No, chica - dijo Gloria sonriente- es un recuerdito para cada uno, así
que no te preocupes por esa repartición, que si trabajas, a tí también te
tocará...De pronto Gloria gritó - ¡ay mira! allá viene raqueta, voy a hablar
con él, chao, chao - finalizó mientras salía apresuradamente al encuentro
de su amigo.
- ¿Hola pavo , cómo estas tú vale?
- Hola, Gloria, ¿cómo te va?
- Chévere, ¿y a tí?
- Bien.
- ¿Trabajas esta noche?
- Si. ¿Qué quieres que te ponga?
- Lo de siempre , una recopilación tuya , tú sabes lo qué me gusta.
- Si, a ver: ni el clavel ni la rosa de Leonardo Fabio , madrigal por Danny
Rivera , esa pared por Leo Dan , todas las que pueda de Rocío y las demás
que encuentre de Leonardo Fabio, es más, toma , te traje un regalo - dijo
el joven sacando de su bolsillo un casette que Gloria tomó con alegría.
- ¡Carlos!, no me digas que, es de Leonardo Fabio.
- Si allí las tiene todas juntas, las que te gustan y siempre me pides
Carlos era empleado en un club ubicado muy cerca de la casa de Gloria,
lo que le permitía a la joven oír la música que él colocaba todas las noches.
Era un muchacho flaco alto y mereno, físicamente poco atractivo pero
muy simpático.
- La subes - continuo Gloria – esta noche voy a estudiar hasta muy tarde,
tú eres responsable de mi aprendizaje, si me lo haces agradable, aprendo
bastante, okey.
- No te preocupes, yo me encargo de eso y tù te encargas de mí, aprende
bastante para que me ayudes en la prueba mañana. - Finalizó Carlos
riendo.
- ¡Que maravilla!- dijo Gloria uniéndose a la risa de Carlos.
Cuando llegó el día de la exposición de carteleras, Juanita se acerco a
Gloria diciendo:
- Creo que perdimos chama.
- ¿Por qué? - pregunto Gloria con un gesto de preocupación.
- Mira ese nińo Jesús como nos quedo: desnutrido; fíjate en la mula:
parece ciega y buen como que comió demasiado, tremenda barriga. Yo
no sé pero ese pesebre está como escueto , no no, no sé, pero creo que
perdimos
- Bueno, vamos a esperar a ver qué dice el jurado – Dijo Gloria friamente.
- Okey, pero después no te hagas la sorprendida – replicó Juanita.
- No, ¿y por qué pues? Esa cuartelera no es sólo mía, Ustedes también
tienen responsabilidad en este asunto. ¿Qué número somos?
- Seis - dijo juanita con indiferencia y Gloria replicó:
- Ay, pájaro de mal agüero, quédate callada.
- Atención jóvenes – dijo en voz muy alta un profesor- ya el jurado
calificador tiene veredicto final de las carteleras. Les recordamos que lo
mas importante es participar, los que no obtengan premio, no se
desanimen y en nombre de la dirección del plantel, felicitaciones a todos,
lo hicieron muy bien.
- Gracias - gritaban los estudiantes en coro.
- Tercer lugar - dijo el profesor animador - cartelera número 3, motivo :
el nińo campesino, curso ganador 1ro de Ciencias B. Segundo lugar
cartelera número 10, motivo: camino de belén , curso ganador 2do de
Humanidades.
- Viste - dijo Gloria a Juanita - pesimista. Y primer lugar – imaginó-
cartelera número 6, del 2do de Ciencias D. Eso es distribución equitativa:
un primero de ciencias, un segundo de humanidades y un segundo de
ciencias, ¿Ves?
- Si, como no - dijo Juanita – ya vas a ver.
- Y, Primer lugar - gritó conmocionado el profesor: cartelera numero 12,
motivo: navidad en el liceo, curso ganador: 2do de Ciencias C.
- Tenias razón - dijo Gloria a su amiga - perdimos, chama, perdimos ,
será para la próxima.
- Nooo Gloria, ¿cuál próxima? será para tí porque Yo me gradúo y me voy
de aquí.
- Verdad chama, Yo también - Dijo Gloria un poco perturbada.
- Hola chamita – dijo Chicho al llegar, mientras saludaba a Gloria con un
beso en la mejilla - ¿Cómo estás? No te vayas a poner triste por lo de la
cartelera, igual trabajamos bastante, no se pudo, bueno, otro día será.
Yo creía que íbamos a comer cocosette y a tomar malta para celebrar;
pero igual lo podemos hacer por tí, ven, yo te invito.
- Okey, vamos – dijo Gloria dirigiéndose a la salida del liceo en silencio.
Al finalizar la navidad con la fiesta de los reyes magos, inmediatamente
se realizó en el pueblo una caravana simbolizando el “grito de carnaval”
que marca el inicio de esas fiestas; allí estaba Chicho montado en un
camión con algunos amigos del barrio bailando al ritmo del steel band y
compartiendo tragos de cerveza.
El lunes siguiente, en el liceo, ya en el salón de clase - dijo la profesora
guía:
- Buen día jóvenes.
- Buenos días - respondieron en coro los alumnos.
- Hoy la guiatura - continuó la profesora - es para elegir la candidata a
reina del carnaval del liceo.
- Bieeen - gritaron emocionados los alumnos - mientras aplaudían.
- Okey, oído – dijo la profesora - van a escoger tres candidatas para dejar
una que les represente en el certamen.
- Gloria - dijo Chicho sonriendo.
- No, no… Chicho tú sabes que a mí no me gusta eso.
- Gloria - anoto la profesora en la pizarra
- No, profe – dijo Gloria en voz alta, mientras se ponía de pie- Yo no.
- Okey, entonces ¿Quién más? - dijo la profesora mientras borraba el
nombre de Gloria de la pizarra.
- Chama, chama – llamó Chicho en voz baja a Gloria y dijo: - vamos a
poner a esta pila de años - mientras abrazaba a Carmela y reía. Carmela
lo empujo con fuerza y le dijo - quítate para allá; vamos ,vamos, chao
contigo, ridículo.
- Mentira mi amor, tú estás bien bella - dijo Chicho abrazándola de nuevo
- si te metes allí arrasas, estoy seguro.
- Gafo - dijo Carmela observandolo con rabia.
- Bueno, bueno, espero por ustedes jóvenes - dijo la profesora.
- Carmela - dijo Chicho en voz muy alta.
- Okey, Carmela - anotó la profesora y pregunto - ¿quién más?
- Marielena – gritaron algunos en coro - ¡eso si está bello!.
- Bien Marielena - anotó la profesora y dijo - falta una.
- Juanita Hermosa - gritó otro estudiante mientras reía.
- Bien, dijo la profesora, ya está listo y anotó a Juanita.
- ¿Qué es muchacho? - dijo Juanita al joven que propuso su nombre - tú
me gobiernas acaso para que estés nombrándome sin consultarme.
- ¡Ahh! , quédate tranquila chica, es para poder terminar con este asunto,
de todas manera tú no vas a ganar, tú eres muy fea.
- Ay, muérgano - dijo Juanita riéndose y pellizcando el brazo del joven
que se aguantó en silencio para no alertar a la profesora.
Concluida la elección:
- Marielena, Marielena, Marielena, gritaban emocionado los jóvenes
mientras comenzaban a felicitar a Marielena.
- Okey - dijo la profesora - la candidata es Marielena. Apóyenla y trabajen
mucho para que gane.
El día de la elección de la reina del liceo , Gloria estaba en el jurado.
- Epa, Gloria – dijo un joven en voz baja - dispárate un discurso de eso
que tu sabes para que los muchachos voten por Marielena.
- Shiii, cállate - dijo Gloria - mira, ella tiene mucho chance y si te ven en
esto lo que podemos hacer es perjudicarla.
En una lámina que colocaba un estudiante en una columna del Liceo se
leia:
Desde el campo hasta mi casa
me vine por carretera ,
a conocer a la reina
me han dicho que es Marielena
Después de leerla Chicho dirigiendose a Gloria dijo:
- Mira chamita, yo también hice un verso para hacerle propaganda a
Marielena, oye como dice:
- Salto la rana
explotó la escopeta
segurito que gana
la hermana é manigueta.
- Ay chico, no seas malo – dijo Gloria mientras reía - porque le dices
manigueta a Freddy
- A pues así le dicen en su casa , ¿Qué te parece Gloria, ah, como ves mi
verso?
- Bueno, no esta mal ahora falta que a ella la guste, porque le dices
manigueta a su hermano.
- ¡Nooo! ¿y eso es porque le guste?, yo estoy en la comisión de
propaganda y ya la voy a pasar en un papel bond para pegarlo en el patio.
- Okey, allá Ustedes con su bochinche - dijo Gloria sonriente.
Ya en el momento de la elección:
- Uuuuh – pitaron los muchachos cuando desfiló la candidata del 2do A y
luego: - Elena, bájate de ahí que no están eligiendo la gorda del ańo sino
la reina – gritó un joven ocultándose en la multitud.
- Un momento jóvenes - dijo el profesor animador - más respeto con sus
compañeras, aquí todas son bellas y tienen suficientes atributos para
representar al liceo en la elección de la reina del pueblo, donde estoy
seguro que haremos muy buen papel. Y luego, dirigiéndose a la joven: -
seńorita Elena gracias por su participación.
- Uno, uno, uno - gritaban al unísono los jóvenes y saltaban. Confundida
con la alegría de sus compańeros, al ver que estaba ganando Marielena,
Gloria también comenzó a gritar - uno, uno, uno.
- Gloria , Gloria - se acercó una joven y le dijo - chama cállate, tú no
puedes decir nada por que eres del jurado, estás metiendo la pata,
quédate tranquila.
- Okey - dijo Gloria al acomodarse en su silla.
- Al finalizar la elección, el animador gritó - y la ganadora es … - hizo
silencio un rato y luego - la seńorita de la sección …. - ¡ya pues! - gritaron
los muchachos - sabemos quien es, dilo.
- La ganadora es la seńorita: Marielena, representante del 2 de Ciencias
“D” - Concluyó el profesor animador en voz muy alta y confundido entre
la multitud de jóvenes que iban subiendo a la tarima a felicitar a
Marielena.
El profesor prosiguió, invitando a la calma, - atención jóvenes vamos a
oír las primeras palabras de la reina del carnaval 1981 : MARIELENA I .
La joven, muy nerviosa, tomó el micrófono y dijo: - muchas gracias a
todos mis compańeros…
- Bieeen - interrumpieron los estudiante y Marielena esperó para
continuar - estoy muy emocionada, por ser la reina de mi liceo, les
prometo que no les defraudaré, voy a hacer lo posible por dejarlos muy
bien representados, en la elección de la reina del pueblo; de nuevo,
gracias por confiar en mí y especialmente a mis compańeros de sección .
Luego, tomó el micrófono el delegado estudiantil, - okey, vamos a realizar
una caravana para que el pueblo conozca la nueva reina, están todos
invitados a subir a los camiones y a celebrar con nuestra soberana.
- Eeee- gritaron y aplaudieron con entusiasmo al tiempo que comenzaron
a salir del liceo.
- Viva Marielena - gritó Chicho - vivaaa gritó en coro la multitud.
- Viva la D - gritó Carlos - vivaaa - gritaron sólo los estudiantes
pertenecientes a la sección D.
- Viva el liceo - gritó Juanita - vivaaa gritaron todos los estudiantes
agitando las manos mientras se abrazaban y saltaban.
Ya en la caravana, el camión adornado con globos de colores y un gran
cartel que decía: “ MARIELENA I”, estaba repleto de muchachas y
muchachos con su camisa beige, cantando y bailando al ritmo de la
miniteca. Era una caravana donde participaban los profesores, familiares
de los estudiantes y todo el que quisiera incorporarse.
Venga mi reina, yo la acompaño, yo soy su príncipe azul - dijo Chicho a
Marielena al montarla en el camión.
- ¿Si!, ¿ahora si quieres estar conmigo verdad?, pero antes todo era Gloria
– respondió la joven sonriente y aceptando la ayuada.
- No chama yo las quiero a todas, no te pongas celosa - dijo sonriendo
mientras abrazaba a Marielena... de pronto una mano sacudió su hombro.
- Epa, epa, ¿qué te pasa con mi hermana?, mosca chamo, mosca que yo
no acepto cuñados malandros - Era Freddy, el hermano de Marielena que
se acercaba contento a acompańar a su hermana.
- ¿Qué? - respondió Chicho y luego: - ¿y entonces cómo hace ella contigo
que eres su hermano?
- ¿Yo?, no vale yo soy su orgullo, mejor dicho, el orgullo de todos en casa,
¿verdad Mary? - dijo Freddy mientras abrazaba a su hermana y empujaba
a Chicho diciendole: - échate pá allá muchacho, tú no vas pal baile, fuera
, fuera, fuera de aqui.
- ¿Que no voy pal baile?, será para que lo suspendan, si yo soy el príncipe
azul de Marielena, verdad mi reina? - abrazó Chicho nuevamente a la
reina.
- Azul – dijo Freddy en tono bromista - será amarillo, chamo porque con
ese colorcito que tienes, no veo lo azul por ninguna parte.
- Bueno - dijo Marielena - vengan yo alcanzo para los dos, quédense aquí
conmigo para que me protejan y si me tiran algún tomate les caiga a
Ustedes; vengan, uno por cada lado, así - los acerco hacia su cuerpo
abrazándolos mientras reían los tres a carcajadas.
Después de la caravana todos los alumnos se despidieron contentos pues
ya tenían vacaciones del carnaval y se disponían a disfrutar las fiestas del
pueblo donde se realizaban carnavales turísticos.
Se divirtieron mucho en los desfiles de carrozas. El liceo participó con un
inmenso dinosaurio donde iba montada Marielena. En el camión de steel
band, Chicho bailaba sin parar con un grupo de muchachos y muchachas
de su barrio. Todo era alegría y confusión en la multitud , muchos
disfraces, payaso, zanqueros, diferentes tipos de música y comparsas, las
calles llenas de bambalinas, serpentinas y propagandas alusivas a los
lugares donde se presentaban diferentes espectaculos.
La semana siguiente, al regresar al liceo, los estudiantes comentaban con
alegría cómo disfrutaron sus carnavales.
- Gloria, ¿yYChicho? – preguntó Juanita.
- No sé, chica - no asistió a las primeras horas; pero como faltaron casi
todos los varones, imagino que estarán celebrando todavía, tú sabes
como son ellos: ¡mas cañeros!
- Al día siguiente; en el salón de clases:
- Ascanio, José - dijo el profesor - Ascanio, ¿No está?.
- No profe, está preso - dijo alguien en el grupo mientras todos reían a
carcajadas.
- ¡Preso! - dijo el profesor sorprendido.
- Mentira, profe, él no está, respondió el mismo joven sonriendo.
Dos semanas después:
- ¡Chicho, apareciste! - grito Gloria mientras abrazaba al joven y luego:
-¡Qué te pasó , dónde estabas por qué no habías venido?.
- Ya, ya, ya, chama. ¿Qué quieres que te responda primero?, me estás
matando a preguntas.
- Okey , discúlpame – dijo Gloria en voz baja, estaba muy preocupada
porque no sabia nada de tí.
- No chama, discúlpame tú - dijo el joven cabizbajo - yo siempre tan
bruto; pero es que no estoy acostumbrado a que nadie se preocupe por
mí, te voy a responder, discúlpame – hizo una pausa, tapo su cara con
las manos y dijo: - chamita, ay chamita, estoy metido tremendo rollo.
- ¡Otra vez! - dijo Gloria, sorprendida.
- Si, pero esta vez no es por lo que tú sabes.
- Ay, que alivio, menos mal y entonces, ¿ Qué es?
- Es que, es que, bueno, tú sabes que no vine a clases.
- Si, ¿y?, eso tampoco es tan grave como para que te pongas así chico -
dijo Gloria – nooo, me tenías asustada.
- Si, pero es que no se trata de eso, lo que me pasó es insólito.
- Pero, ¿qué te pasó?, ya habla, por Dios.
- Bueno, ven y te cuento – dijo chicho tomando a la joven por el hombro
y conduciéndola al banco cobijado por la sombra del frondoso mango - tú
sabes que me divertí mucho en carnaval ¿verdad?; pero ya al final, en la
octavita, me…
- Adiós señor – interrumpió Freddy en tono de burla, refiriéndose a Chicho
– ¿Cómo la está pasando en su nueva vida de casado? – finalizó y se
marcho riendo con el grupo que lo acompańaba.
- ¡Quéee! – dijo Gloria sorprendida y luego – Chicho, ¿Eso es verdad?
- Si chama, a eso me refería.
- Pero cómo, con quién, tú nunca me dijiste que tenías planes de casarte,
ni siquiera que tenías novia, creo que te apresuraste.
- Tienes razón chama, todo eso es verdad, entiendes ahora porqué digo
que estoy en tremendo rollo.
- Bueno, quien te mandó a casarte pues.
- No chama, si eso es lo peor, que yo no decidí casarme, a mí me casaron,
por eso es que estoy mal, porque tuve que casarme con una loca que ni
conozco, bueno yo la había visto en las fiestas y bailábamos siempre,
compartíamos, tú sabes; pero de allí a casarse hay mucho trecho, es que
ni siquiera éramos novios.
- ¿Y entonces cómo fue?
- ¿Cómo?, borracho chama, con razón dicen que borracho no es gente.
Tomé demasiado, estábamos bailando y hasta allí me acuerdo. Cuando
me desperté en la mańana ella estaba conmigo en mi casa. Bueno lo
demás ya te lo imaginas: llegó la mamá y los hermanos, mi mamá
también me armó un zaperoco…
- Bueno, pero ¿Qué piensas hacer?
- No sé chama, te juro que no sé, porque yo no quiero a esa tipa, para
nada, es que no la quiero.
Cuando finalizó el año escolar, Gloria recibió felicitaciones de todos sus
profesores por haber sido la mejor alumna de la sección y una de las
mejores del liceo.
- Gloria, la felicito - dijo la profesora guía - usted sólo tiene que presentar
prueba final de física, donde obtuvo dieciocho puntos, de cualquier
manera estoy segura que mantendrá su promedio.
- Gracias, profe - dijo Gloria sonriendo, muy contenta.
- ¡Esooo, chama que bueno!- dijo Chicho y aplaudió.
- Ascanio – intervino la profesora – lástima que usted se alegre tanto por
su amiga y se preocupe tan poco por usted mismo.
- ¿Por qué profe? Si yo salí bien en casi todas mis materias.
- Usted lo ha dicho – dijo la profesora - en casi todas, porque en castellano
está muy mal.
- ¡En castellano! y ¿por qué? Si yo asistí a todas mis clases y siempre que
me preguntó le contesté.
- ¿A todas? – dijo la profesora mientras movía la cabeza mostrando su
desacuerdo – no, a todas no, para eso aquí tengo el control de asistencia
y sí, es verdad usted respondió cuando lo interrogué; pero
equivocadamente porque no le gusta leer; así que prepárese bien para la
prueba final, tiene oportunidad de recuperarse, sólo le quedaron dos
materias.
- Bueno profe – dijo Chicho con energía, son dos y qué más quiere, si a
mí antes me quedaban mínimo siete.
- Si, pero usted puede mejorar – dijo la profesora, con igual energía – así
que: estudiemás y ya cállese; asiento joven, asiento.
Al salir del salón Gloria dijo a Chicho.
- Bueno, mi amigo del alma, usted tiene razón al decir que ha mejorado
mucho, si antes le quedaban siete materias mínimo y ahora sólo le
quedaron dos; pero la profesora también tiene razón al decir que puedes
mejorar. ¿No te parece?
- Si chama; pero ¿quien no mejora con una garrapata como tú al lado? Si
no me dejabas la vida en paz para que cumpliera con los trabajos – dijo
chicho en broma y ante la cara de asombro de Gloria; pero luego expresó:
- mentira, mi amor, mentira, tu fuiste mi ángel salvador porque la verdad
es que nunca había tenido una amiga como tú chama, eres una nota -
finalizó abrazándola.
- De verdad, chico - dijo Gloria en tono suplicante - prepárate bien para
la recuperación de esas materias que te quedaron, no vayas a perder todo
el esfuerzo de tanto tiempo y sobretodo, date cuenta que ya habías
perdido bastante tiempo, en este momento que decidiste reincorporarte
al estudio, aprovéchate, busca la superación - Hizo una pausa, lo miró
fijamente y prosiguió - ¿Sabes que?, te quiero mucho y espero verte en
el futuro así todo buen mozote, graduado, con tremenda nave, lleno de
cosas buenas, asi: próspero, en lo que sea, como dijiste tú mismo cuando
decidiste hacer otra vida..
- Ojalá chama, ojalá, yo también te quiero mucho y te deseo lo mejor,
aunque estoy seguro que te va a ir muy bien porque tú si es verdad que
le echas y todo te sale bien, tienes una suerte.
- Ah no, pero tú también tienes que echarle, como dices tú, porque si no
cómo te va a salir todo bien, no creas que es cuestión de suerte, es
necesario esforzarse para conseguir lo que uno quiere, así que, como
mínimo, comienza a estudiar para las pruebas, lo demás vendrá después
y será a su tiempo.
- Ay si, ya chama, ya, que hasta el último día de clase me vas a estar
fastidiando - dijo el joven. Los dos se abrazaron nuevamente y caminaron
hacia la salida del liceo.

EL MOMENTO PRECISO II
Cuando Gloria se dispuso a salir en su pequeño auto, escuchó un ruido
espantoso que la hizo detenerse inmediatamente al arrancar.
- Uff, ¿qué pasa contigo carrito?, no irás a portarte mal ahora que tengo
que viajar - dijo mientras golpeaba el volante moderadamente. Se bajó
del carro, comenzó a observarlo y dijo nuevamente – a ver, ah, menos
mal que es sólo el tubo de escape, déjame medio amarrártelo hasta que
consigamos un taller – hablando con el carro como si este la entendiera.
Subió al vehículo y arrancó nuevamente. Era la mańana de un seis de
enero, había venido a su pueblo a pasar la navidad con su familia.
– Bueno, este es mi regalo de reyes - dijo sonriente y continuó la marcha
- pero, ni modo, tengo que arreglar esto porque no quiero faltar al trabajo
mańana y este ruido no me lo calo durante el viaje.
No llevaba rumbo fijo, luego vio un letrero y se guió por él, llegó a una
casa sin aspecto de taller, pero el garaje estaba habilitado para ese fin.
- Buenos días; ¿Están trabajando hoy? - preguntó a un muchacho que
estaba sentado en las afueras de la casa de al lado.
- Si seńora, pase - respondió el joven amablemente – ya le llamo al
muchacho.
Y luego dirigiéndose al interior de la casa:
- Gordo, gordo, hay cliente esperando - gritó diligentemente el joven.
- Voy, voy, un momento por favor – se escuchó una voz fuerte del interior
de la casa.
Mientras tanto el joven se acercó a Gloria y le dijo:
- Siéntese seńora, mire que el sol está que arde y tiene que esperar –
concluyó mientras le ofrecía un mueble de mimbre.
- Gracias, muy amable – dijo Gloria; pero… ¿Y tú? Interrogó refiriéndose
a que había sólo un mueble.
- No se preocupe, yo me siento aquí - dijo mientras se sentaba en una
gran piedra - así la acompańo mientras le arreglan el carro.
- Ay gracias de nuevo, eres muy amable - dijo Gloria sonriente.
- Seis de enero - dijo el joven en voz baja, un tanto pensativo - terminó
el alboroto de la navidad, ahora todo vuelve al mismo lugar y pensar que
hoy se van los que quedan de mis amigos, porque algunos ya se fueron;
mańana todos empiezan a trabajar o estudiar y Yo en el mismo punto -
finalizó con tristeza.
- ¿En el mismo punto? Y ¿Por qué? – preguntó Gloria al joven.
- Bueno, porque aquí no se consigue nada, este es un pueblo hecho para
la parranda y aquí el que no tenga finca o trabaje para el gobierno, no
encuentra qué hacer, a menos que se vaya a trabajarle a otros en su finca
para que lo exploten.
- Pero, ¿Y tú qué haces? – preguntó Gloria nuevamente.
-Yo, bueno Yo, Yo, en este momento: nada - dijo el joven sonriendo y
luego - bueno si, estoy sentado en esta piedra.
- Okey, te quedó muy bien - dijo Gloria, pero hablando en serio:
¿Trabajas, estudias, las dos cosas, ninguna de las anteriores, o qué?
- Pues, ninguna de las anteriores - respondió el joven y luego - bueno,
hasta el treinta y uno de diciembre ayudé a unos amigos que tienen una
miniteca; pero eso más que trabajo es una diversión, uno lo que hace es
para gastarlo en la misma fiesta y en realidad allí pagan es con caña.
- Pero tú estás muy joven, deberías pensar en estudiar, ¿ Te gustaría?-
finalizó Gloria interrogándolo.
- Si – contestó el joven con energía – es que yo estaba estudiando; pero
salí mal y me vine, bueno, la verdad es que mi papá no me ayudó más
porque salí mal y me tuve que venir.
- Y ¿qué estudiabas?
- Ingeniería, ingeniería mecánica.
- ¿Y eso es muy difícil? – preguntó de nuevo Gloria.
- No, la verdad es que yo me descuidé, me encompinché con unos amigos
y eso era parranda todas las noches. Cuando vine a ver ya no tenía salida,
mi papá se molestó mucho y no me siguió ayudando. El tenía razón, yo
ahora lo entiendo.
- Pero y… ¿Has pensado en seguir? – insistió Gloria.
- Si; pero en otra carrera. Yo tengo un primo que estudia una carrera
técnica y me está ayudando pero se le ha hecho difícil, Usted sabe como
es eso... Bueno, vamos a ver si este ańo tengo suerte.
- Cuánto tiempo hace que dejaste la universidad?
- Tres ańos - respondió el joven un tanto pesaroso.
- ¿Tres años!, uy, bastante, ¿No?
- Si, tres años, ya tengo tres ańos perdidos. Al principio no me importaba;
pero en este momento me pesa. Cuando veo a mis amigos o a mis
compańeros, que ya están bien avanzados en la carrera y me hablan de
lo que hacen, me siento como vacío. Ojalá mi primo logre conseguirme
ese cupo, porque ahora si voy con todo, ya está bueno de perder el tiempo
- finalizó enérgicamente Javier.
Luego de una pausa, continuó.
- Aunque no será tan fácil, mi papá ya no confía en mí; pero yo veré cómo
hago porque si logro entrar de nuevo a la universidad no voy a perder la
oportunidad, de allí salgo con un título de lo que sea.
- ¡Oh, que bueno! - dijo Gloria conmovida - que bueno que has
reflexionado. Te deseo suerte y estoy segura que esta vez si lo lograrás.
– Le colocó la mano en el hombro izquierdo y prosiguió - es más chico,
yo te voy a ayudar; toma - le ofreció una tarjeta de presentación – esta
es mi tarjeta, búscame el lunes en la universidad, yo trabajo allí.
- ¡De verdad! - dijo el joven alegre y sorprendido, ¡no puede ser, hay que
ver que Dios es grande! ¿De verdad me ayudaría?
- Claro que si, búscame, de tí depende, si no vas, bueno - finalizó Gloria
encogiéndose de hombros.
- ¡Que no voy! Mire, yo dejaré de comer; pero de buscarla a usted, jamás
- dijo el joven con mucha seguridad y luego – usted cree que yo no estoy
arrepentido del tiempo que perdí.
- Seńora, seńora, ya el carro está listo - gritó el otro muchacho que
arreglaba el tubo de escape.
- Okey - dijo Gloria mientras se dirigía hacia él.
- Venga y le explico algo - continuó el muchacho - mire, se partió la goma
que sostiene el tubo, es ésta vea – dijo mostrándole la goma partida y
luego;- yo le puse esta mientras tanto - dijo al seńalar la goma nueva,
recién instalada - porque hoy no va a conseguir donde comprar la propia,
pero en cuanto usted pueda le coloca la que es, ¿Okey?
- Okey y ¿Cuánto es?
- Seis mil bolívares.
- ¡Seis mil!, niñooo!
- Si seńora, seis mil, es que tuve que hacerle la base de la goma, soldar
en dos partes, estoy trabajando solo, hoy es seis de enero, usted sabe,
todo eso cuesta dinero.
- Okey, okey, ya me convenciste, toma y gracias por todo.
- Siempre a su orden señora, cuando tenga la goma original si quiere me
la trae y yo se la pongo, sin costo adicional.
- Está bien, hasta luego y gracias de nuevo – dijo disponiéndose a
montarse en el carro y dirigiéndose a Javier – bueno, niño, encantada de
conocerte, quedamos así, te espero el lunes, allá en la universidad.
- Allá estaré, profe- respondió Javier- ya tengo su tarjeta y a propósito,
¿Usted por casualidad será familia de los Pino del centro? – preguntó,
refiriéndose al pueblo.
- Si, ¿Por qué, los conoces?.
- Claro, si su hermana es la esposa de mi primo.
- ¡No! – dijo Gloria sorprendida.
- Siii – dijo el joven muy risueño.
- ¿Y cuál es tu primo, porque yo tengo unos cuantos cuñados?
- Valentín, Valentín Castro.
- ¡Ah! okey, bueno, con más razón te voy a ayudar porque eres familia
de mi sobrina, pero ya sabes, de tí depende.
- Okey, nos vemos el lunes profesora, mi profesora porque yo voy a ser
su alumno - dijo Javier mientras estrechaba la mano de Gloria con gesto
de agradecimiento.
- Okey, asi sea - dijo Gloria con cariño y se dirigió al carro.
La semana siguiente, en la universidad:
- Un poco de silencio, por favor – ordenó Gloria al grupo de estudiantes
que estaban alborotados en el salón de clase - ¿Será que comieron perico?
- continuó.
- No, profe - respondió un joven del grupo, en tono de broma – lo que
pasa es que todavía estamos celebrando la navidad.
- Ahh, ¡Que bueno! y ¿Cuándo termina la navidad, según ustedes? - dijo
Gloria sonriendo y caminó hacia la puerta porque estaban tocando. Sin
dejar de ver al joven, llego a la puerta, la abrió y..:
- Buenos días profesora Gloria- dijo Javier que estaba frente a ella, del
otro lado del umbral de la puerta.
- Buenos días - contestó Gloria un tanto dudosa.
- No me diga que ya no me recuerda - prosiguió Javier.
- Hay, discúlpame hijo; aclárame un poco porque son tantos mis alumnos
que se me hace un poco difícil reconocerlos a todos; pero pasa, pasa,
estamos comenzando apenas.
- No profe, es que yo todavía no soy alumno suyo; pero voy a ser- afirmó
Javier sonriente.
- Sí; pero y... ¿De dónde te conozco, chico?
- Okey, permítame ayudarla un poco - dijo Javier sonriente - recuerde el
seis de enero, su carro, el tubo de escape, el taller donde lo arregló y esta
tarjeta, ¿Le dice algo todo eso? - finalizó mostrándole la tarjeta que ella
le entregó en aquel momento.
- Ahh, disculpa hijo, ¿Cómo estás?, ¡Que bueno que viniste!, mira yo creí
que ya no venías, casi lo había olvidado - luego de una pausa - bueno, en
honor a la verdad, yo lo había olvidado, espérame un momento hasta que
termine la clase y vamos a lo tuyo, ¿Trajiste los papeles?
- Si, bueno, traje todo lo que creo que es; pero si me falta algo, ya veré.
- Okey, espérame, falta poco, espérame - finalizó palmeándo el hombro
de Javier.
El joven esperó pacientemente en un pasillo sin perder de vista el salón,
hasta que, por fin se abrió la puerta y Gloria salió confundida entre la
multitud de etudiantes.
- Hasta luego mi profe bella - dijo un joven que acercó su rostro al de
Gloria, lanzando un beso al aire.
- Hasta luego mis amores, Dios me los bendiga.
- Oiga - dijo Javier acercándose a Gloria - profe esos muchachos no se
quieren ir, parece que les gusta mucho estar con usted, así voy a ser yo
también.
- Si, ellos son así, primero quieren que la clase termine y luego no se
quieren ir - dijo Gloria sonriente – okey voy contigo, mi niño, ven vamos
a buscar a la profesora que nos va a ayudar, ya le comenté tu caso y me
ofreció resolverlo.
- Vamos - dijo Javier siguiendo a Gloria que salió rápidamente.
Al llegar a la oficina del decano.
- Buenos días - dijo Gloria a la secretaria.
- Buenos días profe - respondió la joven sonriendo.
- ¿Está la profesora Moy? - preguntó Gloria a la joven.
- No profe; pero ¿Si puedo ayudarle en algo? - respondió la secretaria,
sin dejar de sonreír.
- No, si, bueno, si pero no - dijo Gloria confundida.
- ¿Si, pero no?, ¿Cómo es eso profe? - preguntó la secretaria riéndose y
algo confundida.
- Mira, lo que pasa es que necesito hablar con ella, algo personal, pero si
tú sabes donde encontrarla ahora, me puedes ayudar y luego que hable
con ella también voy a necesitar tu ayuda.
- No profe ella salió temprano y no dijo a donde; pero si quiere llámela,
este es su número - finalizó la joven mientras anotaba el número
telefónico en un pequeńo papel.
- Si gracias, ves que me ayudaste, porque no tenía su número telefónico;
yo la llamo a medio día o por la tarde; pero si viene te agradezco le digas
que necesito hablarle, okey.
- Okey profe, yo le digo.
- Bueno muchas gracias y hasta luego - dijo Gloria.
- Hasta luego profe – dijo la secretaria.
Al salir de la oficina Gloria dirigiéndose a Javier, dijo – bueno hijo, ya
oíste, tendrás que esperar; pero tranquilo porque ya eso está hablado y
lo vamos a lograr, búscame esta tarde, después de las tres, okey.
- Okey profe, asi será.
- Ah y rece mucho para que todo salga bien - finalizó Gloria sonriendo,
mientras golpeaba el hombro de Javier para tranquilizarlo.
- Si ya voy a empezar a rezar, nos vemos esta tarde profe.
Al mediodía, Gloria desde su casa, hablaba por teléfono con la profesora
Moy:
- Alo ¿Comadrita?
- Hola, qué tal mi comadrita ¿Cómo estás? – respondió la mujer.
- Bien, chévere y tú. Necesitando un favor tuyo, o mejor dicho, otro favor
tuyo.
- Si, porque si no es asi no me llama, ¿Verdad? ¿De qué se trata?
- Del cupo que te hablé para el muchacho del pueblo ¿Lo recuerdas?
- Ay comadre, creo que ya es muy tarde, yo le hice la diligencia pero ya
el semestre está muy avanzado y a él le costaría mucho nivelarse, mejor
déjelo para el próximo y cuente con eso.
- ¡Cómo!, no, mi comadre, tú no me puedes hacer eso, ese muchacho
necesita comenzar ahora.
- Pero y ¿Por qué tanto apuro? cuantos años tiene ese muchacho, si lo
que va a esperar son cuatro meses.
- No, oyeme, no se trata de la edad, el apuro es que ese muchacho está
en un momento que si no lo ayudas ahora después es tarde, el está en
su momento preciso y de ese cupo depende su salvación, si lo deja para
después se desmotiva y quién sabe qué ocurra con él; porque anda en
malos pasos, comadre, en muy malos pasos – finalizó Gloria suplicante.
- Si él quiere estudiar espera, comadre - respondió la profesora con
firmeza.
- Si, pero ya te dije que anda en malos pasos, se pasa el tiempo con otros
muchachos que tampoco estudian , siempre en una sola parranada,
inventando y metiendose en problemas, tú sabes lo que genera el ocio en
los jovenes. Mira él se animó en este momento porque está comenzando
el año, vio a sus antiguos compañeros de estudio, que ya están bastante
avanzados en la universidad y sus actuales amigos trabajan es en una
miniteca, por eso en este tiempo no tienen mucho actividad; si lo dejamos
para luego, comienzan las fiestas, él tiene la posibilidad de ayudar en la
miniteca de nuevo y puede que se desanime y se pierda.
- Pero bueno comadre y ¿Qué tiene de malo trabajar en una miniteca?
- En otra no sé, pero con esta ese muchacho lo que hace es tomar licor y
quién sabe qué otra cosa y con eso le pagan. Eso no es un trabajo
propiamente dicho pero todos los días está ocupado, se va y regresa a los
dos o tres días, depende donde sea la fiesta y pare usted de contar. Usted
sabe cómo son esas cosas porque usted tiene hijos . La mamá de ese
muchacho está muy angustiada, ella fué quien me contó todo sobre su
trabajo en esa miniteca, él me lo mencionó, pero sin detalles.
- Bueno, si es asi, está bien, ya me convenció, dígale que vaya mańana;
pero con una condición - advirtió la profesora.
- ¿Cuál? - preguntó Gloria.
- El tiene que ponerse al día con los objetivos vistos en clase y rendir al
máximo, ¡Cuidado me hace quedar mal! - finalizó la mujer amenazante.
- Seguro, comadre, seguro, no se preocupe, de eso me encargo yo.-
prometió Gloria.
- Bueno eso espero, cuidado como ese muchacho me hace quedar mal.-
repitió la mujer.
-Tranquila, ya le dije que estaré pendiente – reafirmó Gloria.
Cuando terminó el semestre, Javier fue uno de los primeros en promedio
en el grupo de estudiantes, su empeño y dedicación lo llevaron a obtener,
además, el suficiente liderazgo para que sus compańeros lo nombraran
delegado de curso.
- Cómo te sientes - pregunto Gloria a Javier.
- Feliz profe, Gracias a Usted,
- Y gracias a Dios hijo - interrumpió Gloria, mientras Javier prosiguió:
- Para mi es lo máximo ser uno de los mejores del grupo habiéndome
incorporado tarde, ahora soy el representante de todos los estudiantes
ante la universidad.
- Ah si, ya sé que eres el delegado de curso, te felicito – dijo Gloria y
sonrió.
- Si pero del curso mío nada más no, ahora soy el representante
estudiantil de la carrera.
- ¡Ah qué bueno, Cómo has progresado! felicitaciones de nuevo.
- Gracias profe, pero hay más, no sólo mis compańeros confían en mí,
también la decana, ella me está ayudando a conseguir una beca y me dio
alojamiento en su apartamento; cuando se enteró que tengo problemas
económicos me llamó y me lo ofreció.
- ¿Y tu papá, no te ayuda?
- Bueno el ya empezó a recuperar la confianza en mí porque ha visto que
estoy saliendo bien y me estaba ayudando pero se enfermó y me he visto
en apuros.
- Bueno, hijo, pero a nadie le falta Dios.
- No a nadie, la decana se ha portado conmigo como un ángel.
- Qué bueno, me alegro mucho- dijo Gloria mientras se despedía de Javier
con un beso en la mejilla.
Cuando llego el día de la graduación, Javier entre la multitud, vestido con
su traje de graduando, acompañado de sus padres, se dirigió a Gloria
para decirle:
- Profesora, gracias por todo, por haber confiado en mí, por haberme dado
esta oportunidad que me ayudó a ser otra persona, a descubrir esta
carrera que ahora me gusta tanto y a recuperar la confianza de mi papá.
- No, gracias a tí, que me ofreciste tu asiento cuando el sol me agobiaba
- dijo Gloria bromeando y luego, muy seriamente - Me complace mucho
que hayas sabido apreciar la oportunidad que la vida te presentó a través
de tantas personas que te ayudaron. Felicitaciones y que tengas mucho
éxito – Finalizó con un abrazo, al que se unieron los padres de Javier,
emocionados y sonriendo todos con mucho carińo.
Actualmente Javier es un profesional exitoso, habita en el mismo pueblo;
pero con un estilo de vida diferente, pues Gloria si pudo ayudarlo en su
MOMENTO PRECISO.

EL RETORNO
- Gracias señor.
- Siempre a su orden, seńora.
Gloria bajó de un taxi y corrió hacia la oficina de la línea de autobuses a
comprar un boleto. Era tiempo de vacaciones por eso el terminal estaba
repleto de pasajeros que cruzaban afanosamente de un lado a otro
cargando sus equipajes. Confundida entre la multitud vio la figura de un
hombre un tanto sucio, su cabello largo, despeinado y maltratado por el
sol casi le tapaba el rostro, su jean viejo y camisa sin mangas estaban
igualmente deteriorados; pero su porte le pareció familiar y se dijo a sí
misma:
- Este hombre me parece conocido. Luego avanzó hacia él y…-¡Chicho! -
exclamo sorprendida.
- ¡Chama! ¿Qué haces por ahi?- respondió Chicho, igualmente
sorprendido y luego continuó - ¿Cómo estás? Tiempo sin verte chica, que
pequeño es el mundo - culminó mientras saludaba a Gloria con un abrazo
y un beso en la mejilla.
- Bueno - respondió Gloria, estoy chévere y voy a mi pueblo, a mi casa,
a ver a mi familia, ¿Y tú? ¿También vas a ver a tu gente?
- Yo, bueno, no, yo trabajo aquí - respondió Chicho entrecortado.
- ¿Aquí en el terminal? Y ¿Qué haces? No me digas que vendes los
pasajes, porque eso es precisamente lo que necesito y es uno solito, no
te causaré mucho problema.
- No chica, deja la velocidad que vas a chocar, trabajo en esta zona; pero
no en el terminal.
- Ah – dijo Gloria desanimada - yo me alegré vale, por un momento
imaginé que no tendría que hacer esa gran cola, y... entonces... ¿Qué
haces?
- Surtiendo de refrescos los negocios, lo ves, trabajo en ese camión que
está allí - dijo Chicho apuntando con el dedo índice hacia el camión de
refrescos que estaba estacionado en frente - Bueno allí subo y bajo las
caja de refresco, eso es todo, ¿Algo másss? - dijo sonriendo.
- Ah, okey; pero cuéntame de tí, qué más has hecho, cómo está tu familia,
tu esposa, tu… - interrogó Gloria
- Oye, Chama - advirtió Chicho – si vas a comprar pasaje, metete a la
cola porque se va a alargar mas, yo te acompańo y mientras, hablamos.
- Ay si, tienes razón - dijo Gloria, mientras hacía lo indicado.
- Okey, ahora sí - dijo Chicho - porque si no amaneces aquí chamita.
- ¿Chamita?, ja ja ja – rió Gloria y prguntó pícaramente - ¿Todavía te
parezco chamita o eso es para sentirte pavo tú también?
- No, eso es para recordar aquellos tiempos bonitos - dijo Chicho sin
vacilar.
- Si verdad, bien bonitos - dijo Gloria y luego - pero cuéntame, que es de
tu vida.
- No hombre chama, cuéntame tú, mi vida es el mismo desastre de
siempre.
- Y ahora, ¿Qué te pasa? Tú siempre con un enredo.
- Bueno mira me agarraste en mi peor momento, ahorita estoy pasando
las de Caín, porque no tengo ni donde dormir - Finalizó Chicho cabizbajo.
- ¿Cómo? - preguntó Gloria sorprendida- ¿Y tú no tienes años por aquí
felizmente casado?
- Noo, mira, Yo si tengo años aquí, desde que salimos del liceo y tenía
casa y todo; pero ahorita, me separé de la mujer y le dejé todo a mis
chamos - aclaró Chicho algo nostálgico.
- Ah, disculpa pues… y… ¿Cuántos hijos tienes?
- Dos; pero ya están grandes, la más pequeńa es la hembra y tiene seis
ańos, el varón tiene ocho.
- ¡Ocho años!- como pasa el tiempo, ¿verdad?- dijo Gloria sin desviar su
atención
- Si vale - dijo Chicho recuperando la sonrisa - ocho ańos que no te veía
o nueve porque desde que me vine de allá no te veía y ya tengo nueve
ańos por aquí.
- Mira - observó Gloria - pero siguiendo el tema de tí ¿Y lo tuyo con tu
esposa no tiene arreglo? Porque es una lástima que una familia se
desintegre asi, sobretodo por los nińos, no sé, me parece; pero tú sabrás.
- No, chama, ahí no hay nada que hacer, ella anda con otro tipo - dijo
Chicho muy triste.
- Ahh, perdón, en ese caso la cosa está difícil - dijo Gloria avergonzada.
- Si, mira, Yo la encontré con el tipo en mi propia cama, no sé cómo me
aguanté para no matarlos a los dos, lo que hice fue irme de una vez para
evitar, tú sabes, pero es horrible, Chama, Yo estoy que me muero.
Gloria, ante la amargura de las últimas palabras de Chicho, guardó
silencio un momento antes de preguntar:
- ¿Y esa es la misma de cuando estábamos en el liceo?
- Si, la misma - respondió Chicho sin más comentario.
- Pero, tú dijiste que no la querías.
- Está bien, si lo dije y era verdad; pero después me enamoré de ella y la
llegué a querer tanto que dejé las locuras, me acomodé, tú sabes, para
hacer las cosas bien. Yo con esa mujer me porté a la altura y con los
carajitos, bueno chama, con mis hijos era una adoración; todo, todo lo
hacía bien, ¡pá que me saliera con eso! – con su mano derecha dio
puñetazo suave a su izquierda, con un gesto de impotencia y luego
continuó – es horrible Chama, es horrible.
- Imagino - dijo Gloria contagiada por el estado de su amigo- pero, ¿Qué
piensas hacer?, claro que, lo primero es esperar un poco para superarlo,
en lo posible; ¿Pero luego?
- No, nada Chama, nada - dijo Chicho con indiferencia - Yo volví a lo
mismo, la misma vida, las mismas mañas, tú sabes, yo contigo puede
hablar eso - puntualizó recordando su conducta pasada y luego - si cuando
quise portarme bien todo me salió mal: quise estudiar y no pude, después
pasó esto del matrimonio, ¿Te acuerdas? y Yo pálante, asumí mi
responsabilidad, todo por hacer las cosas bien, Yo no la quería, porque tú
sabes cómo fue todo; sin embargo me casé con ella, me puse a trabajar,
le compré su casa, a mis muchachos no les faltaba nada, todo, todo lo
hice bien, tú puedes preguntar a quien quieras y ¿De qué me sirvió , ah,
de qué? No valió la pena chama, mejor me hubiera quedado como era y
habría gozado un mundo porque yo me dejé de parranda, de amigos, de
todo y para nada.
- No digas eso, esas son experiencias que te sirven para madurar - dijo
Gloria, sin más argumentos.
- Noo vale, que madurar, mejor es portarse mal, que uno no tiene que
andar pendiente de nada ni de nadie, asi si quieren a uno, ahí está mi
hermano, el grillo, ese es antiparabólico y la mujer lo adora, le atiende,
está pendiente de él, mira si llega rascao, le hace sopa y lo complace, si
no quiere una cosa le da otra y asi - finalizó despectivo.
- Ay, Chicho, cuanto lo siento, bueno espero que algún día cambies de
opinión.
-Cambiar de opinión, hay chamita, tú crees que nueve ańos echándole no
son suficientes para tener una opinión firme…
Fuuuuu – la corneta del camión, seguida por un grito del chofer
interrumpió la conversación.
- Chicho - gritaba el hombre desde el interior del vehículo - venga mijo
que barco parao no gana flete ¿Hasta cuándo? ¿Va a pasar toda la tarde
charlando?
- Voy, voy - dijo Chicho al hombre y a Gloria - chao, chao, chama me
encantó verte - le dio un beso casi corriendo y luego - ah Gloria pá la
próxima no preguntes tanto chamita - finalizó sonriente mientras
avanzaba hacia el camión cuya corneta no paraba de sonar.
- Ay muérgano, me encantó verte, que todo se te resuelva - grito Gloria
mientras sonreía aún perturbada por la historia de su amigo.
El camión se perdió de vista y Gloria siguió en su cola para comprar el
boleto de autobús, mientras pensaba en la historia de Chicho dijo para
sus adentros:
- Que complicada es la vida de algunas personas, tal parece que no
existiera alternativa para ellos. Y Yo preocupada porque mi carrito no
quiso prender, uf si todo fuese comprar una batería, que felices seríamos
todos. Hay que ver para creer, de lo que si estoy segura es que si Chicho
hubiese tenido quien lo ayudara en aquel momento cuando regresó al
liceo, todo habría sido diferente para él. Sí, porque todos tenemos un
momento preciso y es allí cuando podemos salvarnos o perdernos, sí, es
una encrucijada donde podemos elegir solos por donde ir, y avanzar o
necesitamos la ayuda de otros; pero de cualquier manera es el momento
que decide nuestra vida para siempre.

FIN
Al lector:Ah y tú ¿Recuerdas cuándo fue tu momento preciso, puedes
identificarlo, o aún no te ha llegado? ¿Has tenido cerca a alguien que esté
en ese momento?

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