Un flujo que se alterna entre laminar y turbulento se conoce como de transición.
La transición de flujo laminar al
turbulento no ocurre en forma repentina; por el contrario, tiene lugar sobre cierta región en la que el flujo fluctúa entre laminar y turbulento, antes de volverse por completo turbulento. La transición de flujo laminar a turbulento depende de la configuración geométrica de la superficie, de la aspereza superficial, de la velocidad del flujo, de la temperatura de la superficie y del tipo de fluido, entre otras cosas. Para un flujo sobre una placa plana, la transición del flujo de laminar a turbulento empieza alrededor de Re 1 x 105, pero no se vuelve por completo turbulento antes de que el número de Reynolds alcance valores mucho más elevados, comúnmente alrededor de 3 x 106. El aumento brusco en Nuu a alrededor de u _ 90° se debe a la transición de flujo laminar a turbulento. La transición de flujo laminar a turbulento no ocurre de manera repentina; más bien, se presenta sobre algún intervalo de velocidad, donde el flujo fluctúa entre laminar y turbulento antes de volverse por completo turbulento.
Por supuesto, resulta conveniente tener valores precisos de los números de
Reynolds para los flujos laminar, de transición y turbulento, pero, en la práctica, este no es el caso. Esto se debe a que la transición de flujo laminar a turbulento también depende del grado de perturbación que ese flujo recibe por parte de la aspereza de la superficie, las vibraciones del tubo y las fluctuaciones en el flujo. En las condiciones más prácticas, el flujo en un tubo es laminar para Re _ 2 300, turbulento para Re _ 10 000 y, en los valores intermedios, de transición. Pero se debe tener presente que, en muchos casos, el flujo se vuelve completamente turbulento para Re _ 4 000, como se discute en el “Tema de interés especial”, al final de este capítulo. Cuando se diseñan redes de tuberías y se determina la potencia de bombeo, se aplica un enfoque conservador y se supone que los flujos con Re _ 4 000 son turbulentos. En el flujo de transición éste oscila entre laminar y turbulento de manera aleatoria (figura 8-5). Se debe tener presente que, en tubos muy lisos, se puede mantener el flujo laminar con números de Reynolds mucho más altos, con el fin de evitar las perturbaciones del flujo y las vibraciones del tubo. En experimentos cuidadosamente controlados de esa manera, se ha mantenido el flujo laminar con números de Reynolds de hasta 100 000.
En 1939, Cyril F. Colebrook (1910-1997) combinó los datos disponibles
para el flujo de transición y para el flujo turbulento en tubos lisos, así como ásperos, en la relación implícita siguiente, conocida como ecuación de Colebrook:
En Ingeniería Se Denomina Flexión Al Tipo de Deformación Que Presenta Un Elemento Estructural Alargado en Una Dirección Perpendicular A Su Eje Longitudinal