El mundo vivo e íntegro En la cosmovisión andina la naturaleza toda, el mundo, el cosmos, es vida y fuente de vida. Se Lraia de un mundo-animal que contiene en su seno todo cuanto existe, que a su vez también es vivo. Es un mundo orgánico altamente sensitivo, mudable, con deseos, con apetitos, con sensualidad; por tanto, misterioso, impredecible e incluso caprichoso. En estas condiciones, vivir en este mundo vivo supone una capacidad de diálogo, de empatia múltiple, un continuo "estar de acuerdo" con todos aquellos "otros seres vivos" que son nuestros hermanos, y que de una u otra manera son afectados por cada uno de nuestros actos. Considérese que en el mundo andino no sólo son seres vivos los hombres, los animales y las plantas, sino también los suelos, las aguas, los ríos, las quebradas, los cerros, hi< piedras, los vientos, las nubes, las