LA DISCRIMINACIÓN RACIAL EN PERÚ

Es innegable que el Perú es un país lleno de racismo y no un racismo oculto sino cotidiano,
lo vemos todos los días en eventos sociales, hospitales, colegios, en publicidad y a pesar
de que existen leyes contra la discriminación, en general, éstas no se cumplen. Hoy en día
los motivos por los cuales una persona sufre de racismo no tienen justificación alguna,
simplemente es un comportamiento que se basa en prejuicios muy particulares. Pese a la
diversidad y la riqueza étnica y cultural de Perú, la piel oscura, el pelo ondulado, los ojos
rasgados o la baja estatura son causa de discriminación.

Según las estadísticas, más de la mitad de peruanos considera que la sociedad donde
vivimos es racista pero casi nadie se considera a sí mismo como tal. “Serrano” (como se
denomina a los andinos) y “cholo” son utilizadas hoy como palabras despectivas. El
racismo afecta principalmente la confianza en sí mismo y la autoestima porque enseña a
no amarse, algo que las personas que no lo sufren no comprenden que es una forma de
violencia extrema.

Hace algunos años hubo iniciativas como plataformas digitales para que la gente denuncie
por Internet o por teléfono casos de discriminación racial, pero a pesar de todas estas
situaciones han recibido muy pocos reclamos, pues la gente parece ver como normales
estas situaciones, lo que nos demuestra que estas iniciativas no son suficientes sin la
participación activa de la población, principalmente darnos cuenta que muchas veces el
racismo es una muestra de ignorancia y de limitado conocimiento del mundo. Es casi
evidente que el racista nunca ha salido de su pequeño círculo social e ignora que conocer
e interactuar con personas procedentes de diferentes culturas te enriquece.