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Editorial
Educación intercultural:
memorias, víctimas del conflicto y
experiencias educativas
Jenny Paola Ortiz Fonseca
L
a educación intercultural es una perspectiva ética, política y epis-
témica que nos permite problematizar y combatir las condiciones
históricas de desigualdad de los sectores subalternos. Consideramos
que desde este punto de vista se han problematizado y complejizado
permanentemente algunos núcleos de análisis: el problema de la cultura,
las relaciones de poder, el lugar que ocupan los sujetos y las colectivi-
dades en la jerarquía de la diferencia, el colonialismo/modernidad y el
cuestionamiento a la matriz colonial que ha configurado un proyecto
de sociedad racista, excluyente, sexista y clasista.
Los tres primeros artículos estarán situados desde el primer eje reflexi-
vo, y nos presentarán, a su vez, tres aspectos:
una vida digna. Esto significa que, cuando se plantea la discusión sobre
los trabajos por las memorias y la historia como disciplina, se hace desde
los grupos subalternos que ocupan múltiples y simultáneos espacios de
exclusión, explotación y opresión. La memoria y la historia son prácticas
de construcción del pasado y se relacionan entre sí. La primera se ocupa-
rá del recuerdo como un acto subjetivo que le da sentido a la experiencia
individual y colectiva, mientras que la segunda buscará explicar y com-
prender los procesos y fenómenos sociales como parte del campo de la
disciplina histórica. Desde ambas perspectivas, se puede resaltar que las
memorias subalternas luchan por la verdad, se enfrentan por el pasado y
sus narrativas, y permiten reafirmar las identidades colectivas.
Resumen: Colombia está viviendo un momento histórico debido a la superación del prolongado
conflicto armado. En este artículo se reflexiona sobre uno de los componentes centrales de los
acuerdos de paz de La Habana: el derecho de las víctimas colombianas a la verdad, la justicia,
la no repetición y a una vida digna. Este tema se conecta con la historia oral, pues ella juega un
papel clave en la reconstrucción de las memorias de las víctimas y, en general, de los grupos sub-
alternos. En consecuencia, este texto responderá a tres preguntas: ¿de qué memorias hablamos y
cómo se relacionan con la disciplina histórica?, ¿cuál es la verdad a la que apuntan los trabajos de
la memoria?, ¿qué papel juega la historia oral en estos procesos? De esta forma, los historiadores
y estudiosos del pasado no están ausentes en este momento crucial del país.
Cómo citar este artículo: Archila, Mauricio (2017). Memoria, verdad e historia oral. Revista Con-
troversia, 209, 21-39.
“[…] los historiadores son algo así como los custodios no solo del pasado,
sino de la ‘conciencia histórica’ de la ciudadanía” (Carretero, 2007, p.175).
Introducción
C
olombia está viviendo un momento crucial en su historia, pues
está ad portas de superar el conflicto armado que por más de se-
senta años la ha consumido. Los estudiosos del pasado no están
ausentes en esta coyuntura histórica y, como señala Mario Carretero,
hablando de los usos públicos de la Historia, tienen varias funciones
que cumplir, especialmente en relación con la “conciencia histórica”
de la ciudadanía. Tal es el trasfondo de las reflexiones de este artículo.
Es cierto que los acuerdos de La Habana con las farc (Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Colombia)1 sufrieron un golpe con la derrota del
plebiscito aprobatorio por un pequeño margen el 2 de octubre de 2016
y que, de todas formas, no significan el fin de toda violencia política,
pues aún se está negociado con otra guerrilla histórica, el eln (Ejército
de Liberación Nacional), y, además, subsisten grupos paramilitares y
bandas narcotraficantes, pero sin duda estamos ante una oportunidad
única. En este artículo reflexionaremos sobre uno de los componentes
centrales de dichos acuerdos: el derecho de las víctimas del conflicto ar-
mado colombiano a la verdad, la justicia, la no repetición y a una vida
digna. Las víctimas son casi una cuarta parte de la población del país,
8 000 000 de personas —la gran mayoría son desplazados internos—,
y, generalmente, se ubican en los sectores sociales más explotados y ex-
cluidos de la sociedad. Pretendemos conectar este tema con la historia
oral, pues ella juega un papel clave en la reconstrucción de las memo-
rias de las víctimas y, en general, de los grupos subalternos. De dichas
memorias saldrán los múltiples relatos del pasado, algo que es un reto
ético y político para los historiadores. Todo ello en el marco de la cons-
trucción nacional de memoria histórica, especialmente de las víctimas,
1) Memorias e historias
Para los historiadores es claro que el pasado está relacionado con el pre-
sente y, de alguna manera, desde allí se proyecta al futuro. El presente
sería esa intersección entre lo que Koselleck (1993) llama el espacio de
la experiencia y el horizonte de expectativas. No en vano los fundado-
res de la escuela de los Annales, en su disputa con el historicismo de-
cimonónico, reclamaban que toda historia es presente. En ese sentido,
la historia se nutre de él y vuelve a él para, en palabras del historiador
marxista británico Eric Hobsbawm, impedir que el presente sea una
mera repetición del pasado (1998). Por su parte, Enzo Traverso dice: “la
memoria se conjuga siempre en presente” (2007, p. 18), en consecuen-
cia, se trata de invocar un radical “nunca más”, ahora en el terreno de
la historiografía.
2 Ella trae a colación dos palabras guaraníes que significan ambas “nosotros”, pero
con distinta cobertura: “ore” es el nosotros comunitario y “Ñande” el más amplio
que incluye también a los cercanos (Jelin, 2003, p.45).
Memoria, verdad e historia oral 25
Aquí es necesario afirmar con Jelin (2003, cap.5) que ninguna memoria
es más verdadera que otra, son distintas formas de rememorar el pa-
sado. Para Dominick LaCapra, la distinción es entre memoria primaria
—“la de una persona que ha pasado por acontecimientos y los recuerda
de una determinada manera”— y memoria secundaria —“el resultado
de un trabajo crítico con la primaria”—(2009, p. 35). A su juicio, ambas
se influyen mutuamente y la secundaria puede ser internalizada por
la primaria. Por ello “ningún recuerdo es puramente primario”, pues
siempre estará mediado por elementos externos (LaCapra, 2009). La me-
moria “literal” o primaria de las víctimas puede servir para fortalecer la-
zos comunitarios y construir identidades frente a los externos, mientras
la “ejemplar” o secundaria puede hacer más universal la experiencia y
26 Controversia 209
fortalecer alianzas con los otros distintos. La primera parece estar más
cercana a posturas esencialistas en la construcción de identidades, mien-
tras la segunda se acerca a cierto pragmatismo antiesencialista en la la-
bor identitaria y es ciertamente un puente con el trabajo del observador.
3 Para las siguientes secciones retomo elementos del artículo Voces subalternas e
historia oral (Archila, 2005) actualizándolos para el caso colombiano del momento.
28 Controversia 209
pero algo menos que una nueva corriente historiográfica. Por supuesto
cuestiona las disciplinas sociales, al plantear no solo nuevas fuentes de
conocimiento, sino una relación más horizontal con los investigados y,
por esa vía, contribuir a empoderarlos como sujetos de su devenir. Pero
muchos de los que la utilizamos no la consideramos una corriente his-
toriográfica o epistemológica radicalmente diferente de las que existen.
Y, en ese sentido, no hay razón para decir que la historia oral es supe-
rior a otras formas de practicar el oficio de historiador, como tampoco
puede considerársela como una labor inferior o secundaria ante otros
métodos de acercarse al pasado. Todo depende del objeto y enfoque de
la investigación. Yo, de hecho, la he usado como historiador social, y la
he encontrado muy útil en mis pesquisas con grupos o movimientos
sociales que no han dejado mucha documentación escrita o que son
analfabetos. También me ha servido para dar luz a aspectos menos
épicos de la vida cotidiana, especialmente las dimensiones simbólicas y
culturales. En otra parte he hablado de mi experiencia concreta en este
campo (Archila, 1998), aquí quiero concentrarme en los alcances de la
historia oral en la reconstrucción de las memorias subalternas, en las
que incluyo a las de las víctimas.
Algo muy común es proclamar que la historia oral da voz a los sin
voz. Esto lo he comprobado desde la práctica simple de entrevistar
ancianos que sienten que pueden volver a hablar sin ser rechazados,
incluso por sus familias cansadas de oír sus repetitivos “cuentos”. Pero
es justo interrogarse sobre qué significa eso de “dar voz a los sin voz”.
De una parte, es obvio que se trata de algo metafórico, pues en general
los subalternos no pierden la voz, sino que no son escuchados o su
voz ha sido silenciada. Por otra parte, y más a fondo, hay que volver al
desafío que hace años lanzó la filósofa india Gayatri Ch. Spivak (2003):
¿habla el subalterno?, o ¿quién habla cuando habla el subalterno?, o La
segunda pregunta es una forma de responder la primera: a juicio de Spi-
vak el mundo subalterno es irreductible a las categorías hegemónicas
occidentales, y cuando el subalterno las usa para ser escuchado, ya no
habla él estrictamente, sino las formas coloniales de mediación con las
30 Controversia 209
que se expresa. Por esa vía, que respira la búsqueda esencialista de una
subalternidad pura e incontaminada, podemos llegar al silencio total
del subalterno, algo que nos recuerda la figura del “musulmán” en los
campos de concentración nazis.
escuchado, estas son dos preguntas cruciales para nuestro oficio, pre-
guntas que, a su vez, tienen consecuencias éticas y políticas.
3) Verdad(es)
Mucho hemos hablado sobre la existencia de distintos regímenes de
verdad, tanto entre memoria e historia como dentro de las distintas
memorias subalternas, especialmente la literal o vivida y la ejemplar o
transmitida. Es bueno preguntarse qué entendemos por verdad.
32 Controversia 209
Partimos del supuesto de que, como dice Eric Hobsbawm (1998), los
hechos no son pura ficción y se produjeron más allá del historiador. De
entrada, esto marca distancia con corrientes posmodernas que insisten
en que los hechos tienen mucho de ficción literaria y son construcción
de los colectivos humanos y especialmente de los historiadores. De ser
así nos quedaríamos, usando una metáfora de Laurence Stone (1991,
p.217), en un cuarto de espejos mirando la proyección infinita de nues-
tra imagen, pero sin considerar lo que está más allá de los espejos, eso
que solemos llamar la realidad.
Ahora bien, que los hechos existan o hayan existido más allá de los
historiadores no quiere decir que podamos llegar a ellos como si cal-
cáramos la realidad. Ese sueño positivista de la escuela de Von Ranke
no es posible. La verdad histórica es reconstruida a partir de las huellas
que dejaron los hechos, pero también de las preguntas e hipótesis que
formulen los historiadores. Como bien lo ha expresado E. P. Thompson
(1981), se trata de un diálogo no exento de tensiones entre dato empí-
rico y teoría. Más aún podemos decir que casi desde que se produce el
dato o la huella, ya hay alguna interpretación por parte del testigo o del
escribano. Luego, el almacenamiento y clasificación de esas fuentes en
los archivos también está marcado por lecturas del pasado, en este caso
desde las agencias estatales y los intereses privados que promueven
tales depósitos de la memoria. Y, en fin, el trabajo del historiador con-
sistirá en interrogar esas fuentes y tratar de comprenderlas desde sus
hipótesis y elementos teóricos. Y, por supuesto, la validación del cono-
cimiento producido pasa por las comunidades involucradas, entre ellas
las de los académicos. En ese sentido, la verdad histórica es múltiple y
plural, por eso será siempre vano el intento de hacer una historia única
y oficial. Pero al mismo tiempo los historiadores no cejamos en buscar
esas verdades, pues de eso se trata nuestro oficio (Archila, 1999).
Pues bien, existe una antigua relación entre historia y justicia, sobre todo
en vertientes que hacen explícita su opción ética por un conocimiento
del pasado que impida su repetición. Durante mucho tiempo se asimiló
el papel del historiador con el del juez. Más aún, ambos comparten la
búsqueda de la verdad y, principalmente, la necesidad de la prueba.
Pero como dice Carlo Ginzburg (1993, p.21), el historiador no es el juez:
su tarea no consiste en juzgar, sino en comprender5. Y complementa
Traverso, la verdad del historiador “no tiene un carácter normativo, es
imparcial y provisional, jamás definitiva ([…] en cambio) la verdad de
la justicia es normativa, definitiva y coactiva” (Traverso, 2007, p.66).
En síntesis, es una verdad de comprensión y explicación, no de juicio y
sanción. En ese sentido, la prueba tendrá distintas implicaciones para el
5 Más adelante dice: “El camino del juez y el del historiador, coincidentes durante un
tramo, luego divergen inevitablemente. El que intenta reducir al historiador a juez,
simplifica y empobrece el conocimiento historiográfico; pero el que intenta reducir
al juez a historiador contamina irremediablemente el ejercicio de la justicia” (Ginz-
burg, 1993, p.112).
34 Controversia 209
Pero además no sobra recordar que, por lo hasta ahora señalado, difícil-
mente reconstruiremos una verdad única y menos oficial de una histo-
ria tan compleja como lo es la de la violencia en Colombia9. En nuestro
caso, y haciendo eco de algo expresado por el jefe de los negociadores
de La Habana, Humberto de La Calle, es urgente pensar más que en una
verdad que arroje conocimiento sobre el conflicto armado, que siempre
será necesaria, en una verdad de “reconocimiento” del conflicto arma-
do, de las víctimas y de los victimarios, una verdad “reparadora” que
nos permita iniciar un camino de no repetición y de convivencia.
Conclusión
Los trabajos de la memoria desde las víctimas y la sociedad en su con-
junto son cruciales para la búsqueda de verdad, justicia y reparación. Si
en la Europa de la segunda posguerra fue más largo el silencio sobre el
trauma —algunos autores dicen que solo hasta los años sesenta afloró
Pero hay razones para tener un moderado optimismo: estamos ante una
posibilidad única de romper la maldición de nuestros cien años de sole-
dad, para así tener una segunda oportunidad sobre la tierra y construir
la sociedad que soñamos —al menos una en la que no nos matemos por
nuestras diferencias políticas o ideológicas—. En ese orden de ideas,
es fundamental el trabajo de reconstrucción de las diversas memorias
apuntándole a una verdad histórica que nos permita entender lo que
pasó, complementada con una verdad judicial que condene a los res-
ponsables y permita generar una nueva conciencia ciudadana, capaz de
reconocer a las víctimas y de llegar a la superación de la cultura exclu-
yente que nos caracteriza. Tal es el horizonte que tiene trazada la cev,
allí será fundamental la colaboración de los estudiosos del pasado en el
espíritu de las palabras iniciales de Mario Carretero.
Referencias
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Thompson, Eduard Palmer (1963). The Making of the English Working Class.
Nueva York: Vintage Books.
Resumen: Las reflexiones que se presentan en este artículo surgen en el contexto del proyecto
“Educación intercultural por la defensa de los derechos de los grupos étnicos”, desarrollado por
el Centro de Investigación y Educación Popular/Programa por la Paz (Cinep/PPP) en Cartagena,
sur de La Guajira y Sierra Nevada de Santa Marta. A partir del trabajo con maestros y maestras
wayúu, wiwas, afrodescendientes y mestizos, se argumenta que, en el marco de la relación en-
tre los grupos étnicos y el Estado Multicultural, la etnoeducación y la educación propia –como
política educativa– no logra transformar la posición epistémica desigual que ocupan los grupos
étnicos en el sistema educativo colombiano. Aunque, en apariencia, para la política educativa son
legítimos otros proyectos curriculares que operan a partir de las aspiraciones y planes de vida de
los grupos étnicos, encontramos que los proyectos etnoeducativos no logran afectar la idea de un
currículo nacional homogéneo, que se convierte en el único referente del sistema de evaluación,
específicamente, de las pruebas que realizan los y las estudiantes a nivel nacional (Pruebas Saber).
Este artículo muestra también que maestros y maestras –aunque no prescinden de ese currículo
oficial– desarrollan prácticas curriculares en los bordes, donde se articulan acciones pedagógicas
de resistencia en medio de tensiones con las políticas educativas nacionales.
Palabras clave: etnoeducación, educación propia, currículo oficial, violencia epistémica, evalu-
ación, bordes, resistencia.
Mestizo teachers, it is argued that, in the framework of the relations between ethnic groups and the
multicultural State, ethno-education and own-education -as educational policies- fail to transform
the unequal epistemic position occupied by ethnic groups in the Colombian educational system.
In the surface, these educational policies seem to legitimate other curricular projects that operate
within ethnic groups’ own life aspirations and plans. However, it was found that ethno-educational
projects actually fail to challenge the concept of a homogeneous national curriculum, one that be-
comes the only reference of the educational assessment system through the national tests taken by
students across the country (Pruebas Saber). This article further shows that teachers –despite not
putting aside the official curriculum- develop curricular practices ‘at the borders’, where pedagogi-
cal actions of resistance are articulated in tension with national educational policies.
Cómo citar este artículo: Perneth Pareja, Leidy Laura (2017). Violencias epistémicas y acciones
pedagógicas de resistencia en el Estado multicultural. Revista Controversia, 209, 41-90.
Introducción
L
as reflexiones que presento en este artículo surgen de mi partici-
pación como asesora pedagógica en el proyecto “Educación in-
tercultural por la defensa de los derechos de los grupos étnicos”,
desarrollado por el Centro de Investigación y Educación Popular/Pro-
grama por la Paz —Cinep/PPP— en Cartagena, sur de La Guajira y
Sierra Nevada de Santa Marta1 desde el año 2016. En el marco de este
2 Los Proyectos Integrados de Aula —pia— se entienden como una propuesta peda-
gógica constructivista que trabaja alrededor de una pregunta de interés elaborada
con los y las estudiantes, la cual es abordada desde diferentes áreas. Desde esta
perspectiva, se dejan de enseñar áreas específicas del conocimiento y se proponen
reflexiones que abordan diferentes campos disciplinares.
3 En el caso de la observación participante, el equipo de investigación participó en
talleres de sistematización de experiencias pedagógicas. Realizamos veintiún entre-
vistas semiestructuradas a maestros y maestras a través de las cuales recolectamos
información sobre su trayectoria y prácticas pedagógicas, así como de su experiencia
subjetiva como hombres y mujeres afrodescendientes, negros (as), palenqueros (as),
indígenas, mestizos (as) o sin identificaciones étnicas; de igual forma, las entrevistas
arrojaron información sobre experiencias de racismo y discriminación vividas por los
y las docentes. En cuanto a los grupos focales, se realizó uno en cada nodo y en ellos
se discutió cómo entendían maestros y maestras la interculturalidad y la perspectiva
de género, así como también las posibilidades, dificultades, tensiones y retos que
encuentran en sus respectivas instituciones para aplicar estas perspectivas.
46 Controversia 209
materia de educación para estos grupos étnicos entre las décadas de los
setenta y los noventa.
En los pia desarrollados por maestros y maestras wiwas hay una perma-
nente pregunta y una apuesta pedagógica por lo tradicional, lo propio,
que debe ser fortalecido y recuperado. Se parte del supuesto de que
años de violenta intervención de la iglesia-docente, como la nombra
Castillo y Rojas (2005), produjo afectaciones en la identidad cultural
que hasta hoy se mantienen. Por lo tanto, la educación propia opera
como una suerte de nueva intervención para formar y recuperar esas
identidades.
6 Hago referencia, sobre todo, a niños y niñas del pueblo wiwa y wayúu.
52 Controversia 209
Tal como relata Luis, la acción del Cric fue importante en la promoción
de acciones políticas para el reconocimiento de derechos educativos
especiales de este grupo étnico, conforme con sus particularidades cul-
turales y lingüísticas. Resultado de la incidencia política del cric, se
dio la promulgación del Decreto 1142 de 1978, en el cual se habla por
primera vez de etnoeducación y se plantea la autonomía de los grupos
étnicos para diseñar sus proyectos curriculares, mantener su lengua
(bilingüismo) y a elegir sus propios maestros (García, 1999; Castillo,
2008). De esta manera, los grupos étnicos se posicionan como un actor
que disputa su participación y legitimidad en la formulación de políti-
cas públicas nacionales.
lengua con los mayores y me dio buen resultado porque en un año ya aprendí
a hablar la lengua (Luis, comunicación personal, 14 de junio de 2017).
En San Francisco hay una particularidad que ha sido fortaleza por un lado
para la educación propia, pero debilidad por otro lado. Y en esta comunidad
los niños son monolingües en wayuunaiki. Y, por ejemplo, yo como docente
de los niños más grandes siempre hago como el esfuerzo de que hablen en
español y les hablen español. Se enseña en wayuunaiki, pero he dado el
énfasis en español porque ellos no son niños de prescolar; cuando están
en prescolar, wayuunaiki. Porque yo quiero que ellos hablen en español,
no que olviden el wayuunaiki, pero tienen que hablarlo porque hubo una
dificultad el año pasado, y es que muchos niños cuando les hicieron como
entrevistas para pasar el bachillerato, no dieron por qué, no sé… les da pena
que lo pronuncien mal. No importa, o sea, tú no estás hablando mal el espa-
ñol, tú lo estás hablando desde tu wayuunaiki. Porque es que es otra, lo que
pasa es que educamos a nuestros niños en wayúu, pero hay es que educar
a los arijunas. A que si tú dices, por ejemplo: un libro, en wayuunaiki es
60 Controversia 209
Nosotras contamos con un plan de área focalizado con los temas que se
tienen que llevar a cabo. Nosotras en ocasiones reestructuramos eso de-
pendiendo de las dificultades que se presenten en el aula, por ejemplo,
deberíamos estar en sumas llevando, pero los niños no están en ese periodo,
no han aprendido a contar bien del uno al diez, no podemos pasar al segun-
do plano, nos toca reestructurar y seguirnos por el proceso de aprendizaje
que ellos llevan. El plan lo hemos construido de acuerdo con el contexto, a
las necesidades de ellos. Aquí estamos a paso de cangrejo, avanzamos un
paso y en la casa retroceden dos. Vienen con deficiencias, lo que más se les
da a ellos es lecturas comprensivas, análisis de texto, producción textual,
vocabulario, lo que exige las pruebas Saber. A los niños se les da algún
tema, se les dan las pautas, ciertas palabras, y a través de ellas producen un
texto de su imaginación. Los contenidos están en el currículo, se establecen
los temas en la planeación, se establece lo que se va a dar desde preescolar
hasta once. En ciertos casos hacemos modificaciones, trabajamos el libro
de competencias, el pta, ese libro en ocasiones viene muy elevado para los
62 Controversia 209
niños y los adaptamos a sus niveles, condición, o a sus contextos, más bien.
En castellano estamos cogiendo a los niños bastante atrasados, el año pa-
sado no alcanzaron a ver las palabras normales: mamá, papá, loma. Este
año ya deben repasar combinaciones, pero yo no pude repasar, yo tuve que
enseñarlas. Lo importante es que aprenda a leer, en este momento ya están,
bueno algunos cancaneando, pero la mayoría ya está leyendo (Documento
de caracterización, Institución Educativa Liceo Bolívar-Cartagena, proyecto
“Educación intercultural por la defensa de los grupos étnicos”, Cinep/PPP).
Que el pia “Yo soy manglar” tenga un legítimo lugar curricular implica
volver a Cartagena, y, específicamente, al Cerro de la Popa, parte funda-
mental del currículo institucional. Sin embargo, según anota Armando:
Ejercicios de enunciación
El maestro que actúa en el borde ha reconocido que —en el marco
del proyecto Educación Intercultural— trabaja con estudiantes indíge-
nas, negros, afrodescendientes y palenqueros. En las instituciones de
68 Controversia 209
Ahora bien, se actúa desde un borde en tanto que en los currículos ins-
titucionalizados la experiencia del estudiante y las posiciones ocupadas
en la estructura social no tienen la capacidad de alterarlo. Si bien, con
esta actuación curricular fronteriza se mantiene ese lugar inalterable
del saber oficial, hallamos que en esos bordes tienen lugar las afectacio-
nes e interpelaciones que estudiantes y docentes han producido.
70 Controversia 209
De esta forma, las maestras y los maestros que actúan en estos márge-
nes lo hacen a partir de la comprensión de que el currículo, como lo
anota Castillo (2016), es un acto de poder. En ese sentido, encontramos
que en la episteme del currículo dominante subyacen ideas lineales de
Violencias epistémicas y acciones pedagógicas 71
de resistencia en el Estado multicultural
Trabajamos también muy específico el agua, les explicaba yo, les contaba
yo una pequeña historia tradicional de nosotros, lo que significa el agua,
de por qué no debemos jugar mucho en el arroyo, y por qué tampoco de-
bemos jugar con los animalitos que hay en el arroyo. Porque muchas veces
pasa que de pronto los niños se van a bañar y les gusta estar tirándose,
jugando, tirando piedras y no es de pronto, no es bueno porque el agua es
viva así como nosotros, y ella es una mujer. De pronto llega el día en que
ella se puede cansar de que de pronto jugando con ella y de pronto ella
se los puede llevar, puede suceder un caso que uno, son historias propias
que yo se la contaba a los niños sencilla, porque de pronto ella está en lo
profundo, pero algo que ellos pudieran entender, entonces ellos me decían
que muchas veces los papás les decían que no estuvieran jugando en el
arroyo, pero ellos no sabían por qué, simplemente les decían así (Yanis,
docente wiwa, comunicación personal, junio 13 de 2017).
Las áreas que se trabajan continúan siendo las mismas del currículo
oficial (Ciencias Sociales, Ciencias Naturales, Humanidades, Matemáti-
ca, Tecnología e Informática) y a estas se incorporan campos de cono-
cimiento propio.
[…] los nivelamos con los de acá. Ya hacemos ejemplos: llave, aquí le llaman
manguera, o tapón, no hay relación, no le dicen qué haría usted con la llave,
qué haría usted con el tapón si llega a ver la manguera abierta. Y le hemos
aplicado las preguntas que traía eso, y el niño sí responde como el palito.
Entonces eso ha hecho una estrategia también para demostrarle al gobierno
que también hay una educación de calidad acá adentro de las comunidades
indígenas. Y nos da resultado porque antes estábamos en 3.2, ahora estamos
en 4.7 […] nos dan otro lenguaje, nos miden como cualquier institución
(Miguel, docente wiwa, comunicación personal, junio de 2017).
78 Controversia 209
Historia
Ética y valores
Filosofía
EDUCACIÓN INTERCULTURAL Ciencias Sociales
Territorio y Geografía
Derecho propio
Legislación indígena
Medicina tradicional
Naturaleza
EDUCACIÓN BILIGUE Ciencias Naturales
Química
Física
Castellano
Dumuna
Koguian
Inglés
Matemática
Matemática
Geometría
Agricultura propia
Tejido y tecnología
La pregunta central del proyecto del ecosistema fue cómo, o sea, compa-
rar el ecosistema de afuera y el nuestro. En qué sentido, para nosotros
el ecosistema es todo, y todo lo que está en el territorio para nosotros es
importante. Así lo mismo, para el blanco, para el hermano menor también
tiene importancia, pero ellos lo miran de una manera diferente, en el sen-
tido de que de pronto es algo como desarrollo, y nosotros no lo miramos
como desarrollo sino como conservación. Desde allí nosotros hemos traba-
jado en ese sentido dándole a conocer a los estudiantes cómo lo entienden
allá afuera y cómo es lo nuestro. Con eso no queremos decir que el cono-
cimiento blanco no es viable para nosotros. Yo creo que, aquí trabajando
la experiencia, dando ejemplo a los estudiantes, los estudiantes van a com-
prender por qué allá afuera lo miran de una manera y nosotros de otra
forma (César, docente wiwa, comunicación personal, junio 12 de 2017).
Cuando estudiamos el tema del ecosistema desde lo occidental, es un pen-
samiento que se diferencia del pensamiento de nosotros y de pronto de
muchas otras etnias o culturas que hay en el mundo, y de pronto cuando
uno entra hace esas comparaciones (Yanis, docente wiwa, comunicación
personal, junio 13 de 2017).
80 Controversia 209
Ahora bien, los maestros a cargo del área de ciencias sociales, en la que
se inscribió la etnoeducación –sugiriendo que ésta solo tenía que ver
con la enseñanza de la historia, pero no con las denominadas ciencias
duras–, mantenían representaciones estereotipadas y floclorizantes de
la población negra, afrodescendiente, palenquera y raizal, las cuales
fueron trabajadas en el marco de este proyecto.
Es una materia, la doy yo, como hace tres años. Tres horas de sociales y una
de etnoeducación […] El Proyecto de Etnoeducación, para el 20 (de mayo)
hay un trabajo que queremos elaborar un trabajo de las comidas gastro-
nómicas de los etnos, de la raza étnica. También pienso hacer una obra de
teatro, la harán de África, en sexto grado me toca América, Colombia, lo que
es Palenque […] En la presentación gastronómica se muestran las comidas
y se evalúan […] Al principio me dio duro, primero que todo porque como
no soy de aquí, en mi tierra nunca se ha vinculado la esclavitud ni nada
de eso, me sentía como rara, yo soy cachaca, a mí me dicen cachaca, yo
digo que me discriminan, pero ya después me fui acostumbrando. Enton-
ces al principio fue duro, pero después ya me acostumbré, no le paré bolas
a nada, es más, yo la daba, pero con recelo porque sea como sea me iba
a meter en algo no conocido, que no era mi área (Marta, docente de Carta-
gena, comunicación personal, marzo de 2016).
fanegada, todo ese tipo de medidas y de peso, la roba, hay ciertas medidas
de peso que actualmente nosotros solo trabajamos con el gramo y el kilo-
gramo, y la libra, siempre ha sido el kilo, ciertas medidas de peso no se co-
nocen. Aquí, más que todo, en varias unidades se enseña eso, porque hay
que complementarles a los niños lo que es un centímetro cúbico, qué va-
lores tiene, entonces tratamos en ese aspecto también de combinarlo. Ese
conocimiento está débil porque los pelaos no van a comprender bien y lo
que hace uno es enredarlos en su futuro. Está la tecnología, es bueno que
sepan que nuestros ancestros trabajaron con otras medidas, pero para
que ellos la retomen como medida actual no tiene aplicabilidad. El que cono-
ce sabe que sí existe, pero viabilidad para implementarlo a futuro no se pue-
de, cómo yo le aplico que me haga esta medida aquí. Nosotros cada vez que
podemos, en cualquier tema, por lo menos en mi caso, tratamos de poner-
le algo de lo etnoeducativo. Hay temas que desafortunadamente no tenemos
cómo ponerle el ingrediente de la etnoeducación, a pesar de que este colegio
es etnoeducativo, hay temas que no le conseguimos. Hoy estoy dando natu-
rales y me tocó darles exactamente lo que tenía que dar, ahí no aplicaba, pe-
ro sí siempre estamos, tenemos un área específica de etnoeducación, es una
materia. No es tan sencillo, yo tengo el seminario de etnoeducación, por eso
quiero hacer el diplomado, porque es muy corto, el contenido que uno a ve-
ces necesita para llevar nuestras materias se me hace difícil, de pronto en mi
materia específica que es matemática es muy poco para dirigirlo que vaya to-
do a etnoeducación, no tengo la suficiente formación en ese aspecto, me gus-
ta, pero no tengo la suficiente formación. Ahora en matemática muy poco
incluyo contenidos étnicos, sobre todo esas medidas, pero son poquitos los
temas. Lo hice en las medidas de peso y en las medidas, porque entre otras
cosas nosotros aquí estamos usando centímetros cúbicos, estamos usando
el peso el kilogramo, y no sabemos que hay una medida que se llama roba,
que una roba tiene tantos kilos, que hay un peso que se llama el quintal, la
vara, ciertas cosas, pero cuando uno pasa a otro tema, ya no tengo más na-
da, como si hubiese muerto lo que quería dar. En naturales muy poco lo uti-
lizo, porque el contenido que yo sé de etnoeducación es poco, mi formación
en etnoeducación fue a dos seminarios cortos que fui, no intensos (Wil, do-
cente etnoeducador de Cartagena, comunicación personal, marzo de 2016).
86 Controversia 209
Referencias
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Cómo citar este artículo: Angeles Contreras, Isaac (2017). Volver a tu tierra: dispositivo pedagógico
intra y entrecultural en la formación docente inicial en Oaxaca, México. Revista Controversia, 209,
93-109.
Primeras palabras
L
a educación escolarizada es vital y compleja para los Estados
nacionales por su posibilidad de incidencia en la configuración
de sujetos; por ello, el empeño en direccionarla. El problema en
México es la perspectiva de homogenización y hegemonización que se
le impone, más aún, en contextos de diversidad cultural como Oaxaca.
3 Sujeto escindido
4 Aquí se concibe la reflexividad como un atributo de la potencia humana para pen-
sarse en el mundo y darle sentido e intencionalidad a su Estar, lo que le permite
hacer en un distanciamiento y también en proximidad por sumersión sobre su
propia experiencia.
5 Concibo la hermenéutica como la disciplina de la interpretación, que nos permite
comprender los textos en sus contextos respectivos.
Volver a tu tierra: dispositivo pedagógico intra y entrecultural 99
en la formación docente inicial en Oaxaca, México
[…] había detectado en los años que llevo en la escuela que se genera
una crisis de identidad […] se desquebraja o que se va cercenando por la
influencia de otras culturas o de un proceso de culturización distinto al de
su origen, se determina la crisis como una situación de vulnerabilidad que
los llevar a adoptar formas culturales distintas a las de su origen en el afán
de obtener aceptación social […], cuando ocurre eso supongo que hay una
identidad vulnerada8.
¿cómo favorecer procesos fortalecimiento del SdP por parte de las futuras
docentes?, ¿cómo generar en las estudiantes una actitud de respeto a las
distintas expresiones culturales de los distintos contextos donde ejerzan
como profesionales si no empiezan por sí mismas? Estas y otras interro-
gantes surgen al reconocer a los docentes no solo como propiciadores
de procesos de aprendizaje, sino como portadores de cultura, histórica y
políticamente situada en un espacio-tiempo; de tal manera que, si desde
la fdi no hay un autorreconocimiento, re-valoración y re-significación
de sus prácticas culturales, ya se ha vulnerado la pertenencia ante el
avasallamiento de las tecnologías de la subjetivación homogenizantes.
Por mi parte, era estar ahí en una condición de mostrar que a pesar de mi
situación económica y de mujer, se puede tener una carrera, que no por
ser mujer no puedes salir y elegir lo que quieres ser; eso, porque en mi
comunidad existe muy fuerte el machismo13.
se les explicó que era necesario trabajar a través del pueblo y entender
primeramente que para comprender la historia es necesario comprender pri-
meramente la historia de su pueblo, de su comunidad y en tiempos cortos,
primeramente tenían una problemática: comprender la historia, que es su his-
toria también, y hacerla agradable15.
es una preocupación, porque la imagen que tú les des sea la más agradable,
[…] es una responsabilidad y es un compromiso no solo contigo, sino con
ellos, con tu pueblo, con tu gente […] ser maestro […] no es cualquier
cosa, y que es algo que te la tienes que creer, implica muchas cosas, que
no las crees, o no las veas, hasta que lo vives16.
A manera de conclusión
Las condiciones y situaciones que plantea el escenario geopolítico glo-
bal del momento llaman a construir desde abajo los mundos posibles,
que ayuden a resistir el avasallamiento de la homogenización y hege-
monización del modelo neoliberal depredador que arrasa imaginarios,
mundos, culturas y la naturaleza toda.
Hoy, quizá más que ayer, es imperativo luchar por un mundo donde
quepan muchos mundos.
Referencias
Bourdieu, Pierre (2003). El oficio de científico. Ciencia de la ciencia y reflexivi-
dad. Traducción de Joaquín Jordé. Barcelona: Anagrama.
Resumen: ¿Qué significa el perdón? ¿Está el perdón en el centro de las narrativas de los sobrevi-
vientes del conflicto? ¿Qué tan cerca se encuentran las narrativas de la prensa de las narrativas
propias de quienes sufrieron el conflicto armado colombiano? La comparación de los discursos
de los medios de comunicación con testimonios de víctimas, sugiere que existe una brecha en las
narrativas de ambos al referirse a mecanismos de reparación. El perdón no está en el centro de
las narrativas de las comunidades. En ese panorama, se hace necesario un estudio que muestre
hasta dónde la narrativa del perdón ha sido institucionalizada para la reconfiguración del país,
alejándose de las concepciones propias de quienes sufrieron violencia. Esto es de especial impor-
tancia en regímenes de transición.
Palabras clave: narrativas, perdón, Topic Modeling, amnistías, indultos, opinión pública.
* El presente artículo toma y actualiza los apartados, planteamientos e ideas del trabajo
de grado para optar por el título de Magíster en Sociología de la Universidad Nacional
de Colombia, titulado “Análisis sociológico del perdon: discursos hegemónicos y con-
tra-hegemónicos”. Una versión completa de dicho documento se puede consultar en:
http://bdigital.unal.edu.co/51988/1/1020742390.2016.pdf
** Economista, Magíster en Economía y Magíster en Sociología, especialista en Dere-
chos Humanos y Derecho Internacional Humanitario. Actualmente, es investigado-
ra del Cinep/PPP.
114 Controversia 209
armed conflict? The comparison of the speeches of the media with testimonies of victims suggests
that there is a gap between both narratives when referring to mechanisms of reparation. Forgiveness
is not at the core of the narratives of the communities. In this scenario, a study is necessary to show
how far the narrative of forgiveness has been institutionalized for the reconfiguration of the country,
moving away from the conceptions of those who suffered violence. This is especially important in
transition regimes. The methodology of this research includes novel mixed methods that allow us
to approach the object of study: forgiveness as a narrative of reconciliation. The use of qualitative
methods such as text analysis, and quantitative methods such as Topic Modeling, make this study
a novel investigation. To this end, 1,407 press articles were analyzed from the country’s two main
newspapers (El Tiempo and El Espectador) and from the magazine with the largest circulation (Se-
mana), and were compared with 407 stories and testimonies from victims of five emblematic cases,
understanding the former as dominant discourses, and the latter as alternative discourses.
Cómo citar este artículo: Henao, Laura (2017). Análisis sociológico del perdón: discursos dominantes
y alternativos. Revista Controversia, 209, 111-168.
Después de más o menos dos años… creí que debía elegir entre perdonar
para poder seguir adelante o no perdonar y seguir aferrada a la rabia y al
sufrimiento [...]. Hay muchos que creen que el perdón es condición necesaria
para la reconciliación. Eso no es cierto en mi caso.
(Wendy Lanski, 2015, sobreviviente del ataque del 11 de septiembre de 2001).
D
iariamente, los medios de comunicación lanzan mensajes sobre
la guerra, que coexisten con noticias sobre perdón. Los noticie-
ros y los periódicos narran el conflicto colombiano, pero descui-
dan las narrativas de reconciliación. ¿Qué pasa con los testimonios y
las iniciativas de quienes sufrieron la guerra, que hoy recuerdan más la
superación del trauma que el perdón?
vez, busca mostrar la lucha discursiva entre las narrativas en los medios
de comunicación y los referentes de las víctimas para superar los hechos
violentos, dificultando la extensión de la solidaridad con los sobrevi-
vientes del conflicto. Las representaciones que surgen de las narrativas
de los medios de comunicación y de las propias víctimas deberían lograr
una dinámica de reconciliación que anime a la sociedad civil para dar
lugar al posconflicto.
Siempre que el perdón está al servicio de una meta, por noble o espiritual
que esta sea (indulto o redención, reconciliación, salvación) […] entonces
el “perdón” no es puro —ni lo es su concepto. El perdón no es, no debería
ser, ni normal, ni normativo, ni normalizante […] El perdón perdona solo
lo imperdonable (p.117).
1 Aunque de las 7700 personas que solicitaron amnistía solo fue concedida en 1200
casos (Hamber, 2003, p.1078, citado por Uprimny, 2006, p.31).
122 Controversia 209
Cuando los procesos de perdón son instaurados por los Estados como
políticas de reconciliación, ¿no puede significar una carga para las vícti-
mas? Cuando el perdón “surge de una situación de indefensión prolon-
gada” se puede convertir en “un acto que refrenda el daño” y mantiene
un estado de impunidad (Chaparro, 2005, p.242). Sin embargo, según
este autor, cuando el perdón es la consecuencia de una verdadera ac-
ción colectiva, “un perdón sin soberanía”, que no espera nada a cam-
bio, puede otorgar “un sentido nuevo a la acción de la comunidad de
Análisis sociológico del perdón: 123
discursos dominantes y alternativos
3 En 2013, Ríos Montt fue condenado a ochenta años de prisión por violación de de-
rechos humanos y genocidio, sentencia que fue revocada el mismo año, por lo cual
el exdictador sigue sin pagar por los crímenes cometidos contra el pueblo maya ixil
entre 1982 y 1983 (bbc Mundo, 2015).
4 En España hubo un total olvido e impunidad de los hechos de la Guerra Civil y del
franquismo (Melo, 2002). La Ley de Amnistía de 1977, tras la muerte de Franco,
exoneró los crímenes cometidos antes del 15 de junio de 1977 (Agencia Estatal
Boletín Oficial del Estado, Gobierno de España, 2015).
Análisis sociológico del perdón: 127
discursos dominantes y alternativos
2009). “Ah, ah... eso nunca se olvida, uno quiere que hagan justicia,
pero mientras eso, necesita encontrarlos... No sé si perdoné o vaya a
perdonar, pero necesitaba saber”. (Notas de campo Memoria Histórica,
Conversación con mujer madre de joven desaparecida, febrero del 2011,
Centro Nacional de Memoria Histórica, 2011, p.332).
Según la sociología cultural, para que la narrativa que cuentan las víc-
timas genere mayor solidaridad debe apelar a un sufrimiento colectivo.
Heins y Langenohl (2011) arguyen que el sufrimiento experimentado
por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial, pese a que fue
de una magnitud excepcional, con más de cinco millones de soldados
alemanes muertos, más de un millar de ciudades y pueblos afecta-
dos, alrededor de seiscientos mil civiles alemanes muertos y más de 1
500 000 mujeres violadas, no logró convertirse en un trauma cultural
aceptado por los demás países, incluso años después cuando Alemania
había logrado convertirse en una de las economías más fuertes y po-
derosas de Europa. Gao (2011) sugiere una explicación parecida para
la reconstrucción maoísta de la nación china. A pesar de la pérdida
de tres millones de chinos en combate y de más de tres millones de
civiles dados de baja en la Guerra de Resistencia contra Japón entre
1937 y 1945, la tragedia permaneció en el ámbito privado e individual
(p.53). Lo anterior, según Gao, fue consecuencia del bloqueo hecho por
un trauma cultural universal: la lucha de clases de la china maoísta.
Esta lucha opacó el surgimiento de una narrativa que permitiera ver al
japonés como el enemigo de los chinos y fue reemplazada por una lu-
cha entre el burgués y el proletario.
Las narrativas del sur creadas especialmente por grupos indígenas (De
Sousa Santos, 2012) también pueden considerase narrativas alternati-
vas. Estas muestran, a través de semánticas y lenguajes diferentes, la
capacidad de crear concepciones y cosmovisiones propias que se alejan
de las narrativas que propone la racionalidad occidental. Las narrativas
del sur han creado una cultura política emancipatoria (2014) que debe
sobrepasar la cultura indolente, institucionalizada en todos los niveles
de educación y en la historia, escrita siempre por los vencedores. Para
ello, se debe ampliar el valor simbólico de las luchas de quienes resis-
ten las injusticias diarias.
En 1832, sin que mediara un conflicto armado de por medio, fue aprobada
una amnistía general para todos aquellos que tuvieran delitos políticos
pendientes; de esta manera se celebraba la creación de la Nueva Granada
[…] esta “ley de olvido”, […] estuvo pensada como una estrategia política
para proyectar el imaginario de un nuevo comienzo (p.36).
Lo mismo sucedió cinco años más tarde, cuando el general Rojas Pi-
nilla (1953-1957) promulgó el Decreto 2184, creado para cobijar a los
militares implicados en el fallido golpe de 1944 contra López Pumarejo,
y luego, el Decreto 1823 expedido el 13 de junio de 1954 que cobijaba
a los presos políticos, miembros de grupos guerrilleros, y extendía su
efecto a grupos paramilitares denominados “guerrilleros de paz” (Mola-
no, 1980; Villar Borda, 1982). Esto, como la historia ya lo había mostra-
do, no garantizó una paz duradera ni evitó la ola de violencia durante
1955-56. Tampoco evitó el ambiente de desconfianza derivado de las
muertes de muchos desmovilizados que fueron asesinados6 por fuerzas
oscuras durante el gobierno del Frente Nacional.
Ante este revés, Turbay buscó otra opción: la Comisión de Paz. Esta co-
misión tenía tres objetivos: la defensa de los derechos humanos, la des-
movilización de los grupos guerrilleros a cambio de perdón incondicional
136 Controversia 209
[…] pedimos perdón a las víctimas de esta tragedia, a sus familiares y ami-
gos, por la parte de responsabilidad que nos corresponde. […] (Quiero) que
podamos decir que el 7 de noviembre de 1995 hubo un acto de perdón
que abrió la puerta para que los niños y niñas de este país se metieran en la
construcción de una paz verdadera para toda Colombia (Grabe, 2001; Gómez
Gallego et al., 2010, p.329).
Navarro Wolff también diría: “Por esos hechos, el M-19 les pidió perdón
a todas las víctimas inocentes, a sus familiares y al país. Yo quiero re-
petir hoy esa solicitud de perdón. Y reconozco que, por mucho perdón
que pidamos, nunca será suficiente” (Navarro Wolff e Iragorri, 2004,
citados por Gómez Gallego et al., 2010, p.330). El presidente Betancur y
el exministro Enrique Parejo González también expresaron la necesidad
de pedir perdón: “El Ejército tiene que pedirles perdón a las víctimas,
el primer obligado debió ser el ministro de Defensa y en algún sentido
todos nosotros les debemos pedir perdón a las víctimas” (Gómez Galle-
go et al., 2010, p.351).
3. Metodología de la investigación
Debido a la enorme cantidad de información disponible en la actuali-
dad, analizar su contenido se ha convertido en una tarea compleja, lo
que ha estimulado el uso de herramientas que indexen grandes colec-
ciones de documentos. La mayoría de análisis se han centrado en datos
binarios o cuantitativos. No obstante, datos cualitativos como los textos
no han sido aprovechados en todo su potencial.
7 Un tema como dinero tiene mayor probabilidad de contener palabras como banco,
liquidez, consumo, transacción, ahorro o deuda, que palabras como agua, fluvial,
flujo, vegetación, peces, las cuales tienen mayor probabilidad de componer un
tema como río. Una palabra puede estar en varios temas, pues el modelo permite
polisemia (Griffiths y Steyvers, 2007).
8 Uno de los supuestos de modelo es que no importa el orden de las palabras dentro
del documento, sino la probabilidad con las que estas conforman el mismo. Esta
es una de las grandes limitaciones de la metodología. Griffiths y Steyvers. 2007
presentaron una extensión del modelo que supera la limitación. Además, a la hora
de definir temas el investigador supera esta limitación.
Análisis sociológico del perdón: 141
discursos dominantes y alternativos
Por ejemplo, Nelson (2011) analizó 112 mil artículos de prensa del Ri-
chmond Daily Dispatch entre noviembre de 1860 y diciembre de 1865,
con casi 24 millones de palabras para explorar y descubrió los cambios
que se dieron en la vida social y política de los habitantes de Virginia a
causa de la Guerra Civil de Richmond. También Blevins (2010) analizó
el diario de Martha Ballard y encontró patrones emocionales en la vida
de esta mujer del siglo xviii que en un primer momento no parecían
relevantes en la investigación.
12 Este gráfico incluye las diez palabras con mayor probabilidad que formaron cada uno
de los ocho temas (uno por cada año) más sonados en los tres medios analizados.
Análisis sociológico del perdón: 143
discursos dominantes y alternativos
13 Por ejemplo, el senador Roy Barreras se pronunció sobre el interés del gobierno en
“ganar todo en verdad y reparación, y algo en justicia”. Se refería a la creación de
un nuevo marco legal que permitiera futuras desmovilizaciones para lograr una paz
que “la aplicación rígida de la justicia” dificultaba en países que enfrentan conflic-
tos (Semana, 21 de enero de 2011).
144 Controversia 209
Ahora, cuando estamos dialogando para construir la paz con verdad y jus-
ticia, debemos expresar […] que sentimos un profundo pesar. Declararlo
hoy no repara lo irreparable […] ni borra el sufrimiento generado a tantas
familias, sufrimiento del cual somos conscientes y por el que ojalá seamos
perdonados (El Espectador, 18 de diciembre de 2014).
Pese a que este es un acto simbólico muy positivo, según el mismo pre-
sidente Santos, tampoco podemos aventurarnos a concluir que este acto
desencadenó una serie de acciones y símbolos de reconciliación, pues
tampoco se generaron otros contextos de perdón como días después lo
reclamó el alcalde de Medellín, Aníbal Gaviria, en una entrevista a Víc-
tor Andrés Álvarez, corresponsal de El Tiempo en esta ciudad: “¿A unos
sí y a otros no? […] Me parece un gesto que hay que valorar, […] pero
no dejo de reconocer que el perdón debe ser a miles de víctimas de las
Farc” (El Tiempo, 22 de diciembre de 2014).
4.1.1 Trujillo
Este municipio, ubicado al noroccidente del departamento del Valle,
vivió entre 1988 y 1994, junto con los municipios de Bolívar y Rio-
frío, masacres perpetradas por estructuras narcotraficantes, la Policía
y el Ejército, que dejaron “342 víctimas de homicidio, tortura y desa-
parición forzada”. En el corregimiento La Sonora, ocurrió “la desapari-
ción de los ebanistas, el asesinato del sacerdote Tiberio Fernández y la
15 Este acápite ofrece la visión de algunas víctimas del conflicto armado, entendiendo
que son heterogéneas y que la distinción entre víctima y victimario muchas veces
es imposible de establecer. Por lo tanto, se reconoce que es solo una visión parcial
del universo de sobrevivientes.
Análisis sociológico del perdón: 147
discursos dominantes y alternativos
16 El cilindro fue lanzado por miembros del Bloque 58 de las farc, el 2 de mayo de 2002.
148 Controversia 209
fueron arrebatadas por los miembros del Bloque Elmer Cárdenas (Ver-
dad Abierta, Conflicto armado en Colombia, s. f.).
17 La Diócesis de Quibdó fue ganadora del Premio Nacional de Paz en el 2005, por su
papel en la reconstrucción del tejido social (Verdad Abierta, 2008; Premio Nacional
de Paz, 2008). Este premio es convocado por Semana, El Colombiano, El Tiempo, el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Caracol Radio y Caracol Televi-
sión, en el que entregan sesenta millones de pesos y un diploma de honor al ganador.
Análisis sociológico del perdón: 149
discursos dominantes y alternativos
ocupa un papel menor, sin que esto signifique que las víctimas guarden
rencor, no estén dispuestas a seguir con su vida o no quieran generar
iniciativas de reconciliación. Sin embargo, existen otros asuntos más
relevantes a la hora de reconstruir sus vidas de forma satisfactoria. La
siguiente figura muestra los temas que las víctimas más mencionan,
como aproximación para entender sus prioridades.
En las iniciativas de memoria, un ejemplo es el Jardín de la Esperanza.
Este es un monumento en memoria y reparación de las víctimas de San
Carlos, inaugurado en 2011. Está ubicado en el parque principal de este
municipio con flores que llevan el nombre de cada víctima para recor-
darlas (San Carlos: Memorias del éxodo en la guerra, 2011). En Trujillo,
el Árbol de la esperanza y las Esculturas de la reconciliación hechas en
cemento han sido usados como herramientas de expresión para aflorar
el rencor y la rabia. La idea de este proyecto fue volver a “vestir al fami-
liar desmembrado, devolverle sus miembros” (Testimonio, mujer hija
de víctimas, Trujillo una tragedia que no cesa, 2008).
1.600
1.400
1.200
Referencias
1.000
800
600
400
200
0
Procesos Políticos
Memoria
Autogestión
Justicia
Reparación
Jóvenes
Alianza del Retorno
Organización
Verdad
Reconciliación
Cultura
Iglesia
Tejido Social
Perdón
Dezmovilizados
Esto hace parte de la elaboración del duelo, ya que permite seguir re-
cordando a quien ya no está. Así, se ha convertido el sitio en un lugar
sagrado, porque allí se encuentran todas las imágenes, todo lo que eran
las personas. Dentro de su proceso de exigencia de reconocimiento, la
memoria del padre Tiberio ha sido importante. En la capilla construida
en un montículo, como parte de la reparación del Estado, se encuentra
un cuadro de un Cristo sin cabeza, tal como encontraron el cuerpo
del padre Tiberio. A partir de allí se han zurcido historias en las que
la memoria hace parte importante de la recuperación del tejido social.
Asimismo, en el 2008, las víctimas empezaron a trabajar en la construc-
ción de textos personales que relataran lo sucedido. En los textos rea-
lizados por víctimas o familiares, se encontró información biográfica,
en la cual se resaltó el aspecto sentimental y humano de las víctimas.
Otro ejemplo de memoria se encuentra en Bojayá: la iniciativa de Dan-
zas Bojayá para recordar lo ocurrido. Con el apoyo de la parroquia San
Pablo Apóstol de Bojayá, los niños y jóvenes han logrado transmitir un
mensaje de memoria (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2010).
víctimas, como las de Bojayá o San Carlos, han manifestado que una
reparación está ligada a la devolución de los proyectos productivos
que tenían antes de haber sido vulnerados sus derechos. Por ello, la
creación de empleo, la implementación de proyectos productivos,
la construcción de viviendas y el apoyo a los procesos organizativos son
propuestas claras de reparación (San Carlos, testimonio anónimo 1).
5. Conclusiones
Colombia es un país en donde la guerra y el perdón han coexistido si-
multáneamente. El perdón ha sido estudiado desde muchas disciplinas,
mostrando las aporías existentes en su construcción y la dificultad de
su praxis en contextos de reconciliación. Ha sido pensado desde la filo-
sofía, la teología, la ciencia política y la esfera político-jurídica. Desde
156 Controversia 209
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www.youtube.com/watch?v=6SAJ8MsmGoI.
Resumen: El presente trabajo tiene como principal objetivo reflexionar sobre el papel de la escue-
la en los ejercicios de reparación de afectaciones acaecidas en el marco del conflicto armado en
Colombia. Para dicha tarea, resulta importante reconocer que hace aproximadamente tres décadas
las Ciencias Sociales asisten al crecimiento exponencial de trabajos que sitúan la memoria como
elemento sustancial en la comprensión del pasado y su incidencia en los discursos sociales, polí-
ticos, culturales y normativos del presente, frente a los cuales la escuela no es indiferente, pues se
encuentra en un lugar privilegiado para la producción y reproducción de discursos relacionados
con los ejercicios de memoria. En este sentido, se acude metodológicamente al orden cualitativo de
revisión bibliográfica, enfatizada en la localización y recuperación de información para construir
reflexiones desde la óptica de la pedagogía de la memoria, que, más que conclusiones, se conciben
como abrebocas ante la mirada multidisciplinar con la que es necesario asumir los retos del reco-
nocimiento de las diversas formas de reparar en la escuela.
review, emphasized in the location and retrieval of information, to build reflections from the
perspective of the pedagogy of memory, which, more than conclusions, are conceived as an
appetizer before the multidisciplinary view that is necessary to assume the challenges of the
recognition of the diverse forms to make amend for the school.
Cómo citar este artículo: Torres Gámez, Ingrid Lorena (2017). Agenciamiento de la memoria social
en la escuela colombiana como mecanismo reparador. Revista Controversia, 209, 171-204.
A manera de introducción
P
ara hablar del agenciamiento de la memoria en la escuela, con-
viene comenzar acotando el contexto en el que se propone esta
acción, al igual que las implicaciones de promover procesos de
reparación con ejercicios de memoria de un tema específico como es el
conflicto armado. Conforme esto, este texto reconoce las preocupacio-
nes, discusiones y reflexiones en torno al desarrollo de este tema; sin
embargo, privilegia el aspecto pedagógico para hablar de reparación en
el escenario escolar.
2 Art. 145, Ley 1448/2011: “El Ministerio de Educación Nacional, con el fin de garan-
tizar una educación de calidad y pertinente para toda la población, en especial para
poblaciones en condición de vulnerabilidad y afectadas por la violencia, fomentará
desde un enfoque de derechos, diferencial, territorial y restitutivo, el desarrollo
de programas y proyectos que promuevan la restitución y el ejercicio pleno de los
derechos, desarrollen competencias ciudadanas y científico-sociales en los niños,
niñas y adolescentes del país; y propendan a la reconciliación y la garantía de no
repetición de hechos que atenten contra su integridad o violen sus derechos”.
3 Art. 145, Ley 1448/2011: “El Ministerio de Educación Nacional, con el fin de garan-
tizar una educación de calidad y pertinente para toda la población, en especial para
poblaciones en condición de vulnerabilidad y afectadas por la violencia, fomentará
desde un enfoque de derechos, diferencial, territorial y restitutivo, el desarrollo
de programas y proyectos que promuevan la restitución y el ejercicio pleno de los
derechos, desarrollen competencias ciudadanas y científico-sociales en los niños,
niñas y adolescentes del país; y propendan a la reconciliación y la garantía de no
repetición de hechos que atenten contra su integridad o violen sus derechos”.
Agenciamiento de la memoria social en la escuela 183
colombiana como mecanismo reparador
4 Resolución 1084 del 26 de febrero 1974, por la cual se crean los servicios de orien-
tación y asesoría escolar en colegios dependientes del Ministerio de Educación Na-
cional, considerando que “el servicio de orientación y asesoría escolar debe estar
integrado al proceso educativo, ya que este incide sobre la personalidad global de
los educandos y por consiguiente ha de orientarse de manera que se preserva la
salud mental de estos” (Ministerio de Educación Nacional, 1974).
5 El Código de la Infancia y la Adolescencia “tiene por finalidad garantizar a los
niños, a las niñas y a los adolescentes su pleno y armonioso desarrollo para que
crezcan en el seno de la familia y de la comunidad, en un ambiente de felicidad,
amor y comprensión. Prevalecerá el reconocimiento a la igualdad y la dignidad
humana, sin discriminación alguna” (Congreso de la República, 2006).
6 Por medio del cual se constituyen equipos interdisciplinarios de orientación escolar
en las instituciones educativas oficiales del Distrito Capital: “La Secretaría Distrital
de Educación constituirá equipos interdisciplinarios de orientación escolar coordi-
nados por orientadores escolares e integrados por profesionales especializados en
convivencia escolar, resolución de conflictos y atención integral a la comunidad
educativa, que estén vinculados a la Institución.” Artículo 1, Acuerdo 518 de di-
ciembre de 2012.
184 Controversia 209
7 Cifra reportada por la Unidad para las víctimas en el Registro Único de Víctimas
—urv—. Fuente consultada en diciembre de 2017.
8 La educación para la paz se reafirma con el Decreto-Ley 1732 de 2015 para desarro-
llo de la Cátedra de la Paz.
9 Referido al manejo constructivo de los conflictos, el perdón, la reparación y la re-
conciliación.
10 Relacionado con la noción de calidad, donde el derecho a la educación es garan-
tizado a todos los miembros de la sociedad, con el objetivo que esta se torne más
equitativa.
11 Responden al respeto de las normas, bienes públicos, la construcción de memoria
histórica y la reducción de inequidades.
12 La Cátedra de la Paz fue instaurada bajo la Ley 1732 del año 2014 y el Decreto
1038 de 2015, en ella se proponen doce ejes para el abordaje y construcción de la
paz en las instituciones educativas (justicia y derechos humanos; uso sostenible
de los recursos naturales; protección de las riquezas culturales y naturales de la
nación; resolución pacífica de conflictos; prevención del acoso escolar; diversidad
y pluralidad; participación política; memoria histórica; dilemas morales; proyectos
de impacto social; historia de los acuerdos de paz nacionales e internacionales).
186 Controversia 209
Esta perspectiva nos coloca ante las condiciones materiales de una es-
cuela con necesidades heterogéneas, acuñadas a la conveniencia de
pensar la reparación teniendo presente la diferencia, la diversidad y la
equidad con justicia social; por eso, se reivindica en sí mismo el argu-
mento reflexivo de la responsabilidad de asumir tareas de reparación
con múltiples puntos de vista sobre el pasado individual y colectivo.
Esta noción implica dar un lugar a otras voces, diferentes a las de los
adultos. Sin lugar a dudas, la explicación “objetiva”, “veraz” y “cohe-
rente” que ha sido asignada a las narrativas adultocéntricas, como si-
nónimos de mayoría de edad para construir versiones que valen la pena
ser integradas en relatos más amplios, deben dialogar con las narrativas
de niños, niñas y adolescente y sus experiencias. ¿Qué quiero narrar?
¿Cómo quiero que me recuerden? ¿Cómo me imagino el territorio de
donde son oriundos mis padres? ¿Por qué recordar a los que me hicie-
ron daño, pero también a quienes me han hecho bien? Estas cuestiones
manifiestan en lo público formas de elaborar marcos sociales significa-
tivos en la escuela.
Finalmente, vale la pena decir que los procesos pedagógicos que pro-
pendan la reparación de personas que han sido víctimas del conflicto
armado deben incluir ejercicios de memoria, acciones psicosociales que
activen canales comunicativos diferentes a los establecidos comúnmen-
te en la escuela y que privilegien la formación de una opinión política
sobre la historia reciente de Colombia, entendiendo que
Consideraciones finales
Como se mencionó al inicio de este texto, el principal interés con la
escritura de estas líneas recaía en situar algunas reflexiones acerca de
la relación entre agenciamiento, escuela, memoria y reparación en el
contexto nacional de justicia transicional. No se pretendía colocar ver-
siones acabadas sobre el tema, o perspectivas unidireccionales, por el
contrario, se esperaba socializar elementos para la lectura de la difí-
cil tarea de hablar de reparación en el escenario escolar, encontrando
como mínimo tres grandes puntos de inflexión respecto esta relación.
Referencias
Agencia Colombiana para la Reparación (2010). Modelo de atención psicosocial
para la paz. Bogotá: Alta Consejería para la Paz.
Foucault, Michel (1970). Arqueología del saber. México D. F.: Siglo XXI.
Pineau, Pablo (1996). ¿Por qué triunfó la escuela?, o la modernidad dijo: “esto
es educación” y la escuela respondió: “yo me ocupo”. En H. Cocuzza
(Comp.). Historia de la educación en debate (pp. 306-331). Buenos Aires:
Miño y Dávila.
Rufer, Mario (2009). Memoria pública y usos del pasado en contextos pos-
coloniales. México D. F.: Colegio de México.
Ortega, Piedad; Castro, Claribel; Merchán, Jeritza y Vélez, Gerardo (2015). Pe-
dagogía de la memoria para un país amnésico. Bogotá: Universidad Peda-
gógica.
Resumen: Este artículo presenta tres notas que nos permiten acercarnos a la construcción de
planes de estudio y currículos de las instituciones educativas en territorios indígenas a partir de
las experiencias colectivas y comunitarias de pueblos indígenas en el Departamento del Cauca
(Colombia). El ensayo es producto de la experiencia de trabajo con docentes, organizaciones y
comunidades indígenas durante el 2015 y 2016 en los municipios de Silvia y Jambaló. Estas notas
son reflexiones personales y colectivas que presentan algunas tensiones pedagógicas que vive la
educación escolar en territorios indígenas al suroccidente colombiano. Las cuales nos permiten
acercarnos a los cambios que viven algunas instituciones educativas que atienden población indí-
gena y afrontan el gran reto de construir currículos y planes de estudio en el marco de la educación
propia y el Sistema Educativo Indígena Propio que adelantan las organizaciones indígenas.
Palabras clave: educación indígena, currículo, maestros comunitarios y movimiento étnico peda-
gógico
Cómo citar este artículo: Ávila Escobar, Nathalia y Montenegro Gómez, Gutiérrez Sánchez, Santiago
A. (2017). Notas acerca de la construcción curricular en la educación indígena. Revista Controversia,
207-229.
Introducción
C
on la intención de proliferar escenarios de reflexión sobre la educa-
ción en Colombia, se presentan aquí algunas notas1 sobre la cons-
trucción de planes de estudio y currículo en territorios indígenas
de la zona andina desde los aportes del campo de la antropología y la
educación. El ensayo es producto de la experiencia de trabajo con orga-
nizaciones indígenas durante el 2015 y 2016, tiempo en el cual acompañé
procesos de formación a niños, niñas, adolescentes y docentes indígenas
en los municipios de Silvia y Jambaló, departamento del Cauca. Estas
notas representan algunas tensiones o encrucijadas que vive la educa-
ción escolar en territorios indígenas al suroccidente de Colombia; por
tanto, nos permiten acercarnos a los cambios que viven algunas institu-
ciones educativas que atienden población indígena de los resguardos del
municipio indígena de Jambaló, como también los retos que plantean los
docentes al momento de construir planes de estudios.
Lo anterior pone de relieve que propuestas como las del pec se encuen-
tran en un campo de tensión y lucha. Para Vasco (2002), el proyecto
de etnoeducación que plantearon el Gobierno y algunas organizaciones
indígenas en la década de los ochenta ocultaba relaciones de poder,
jerarquías de saberes y formas de dominación de una sociedad a otra.
En este sentido, plantea:
5 Resulta pertinente aclarar que este movimiento no fue impuesto, ya que respondió
a los procesos/necesidades de los diferentes pueblos indígenas.
Notas acerca de la construcción curricular 217
en la educación indígena
6 Entre 1997 y 2005, mediante diferentes acciones el Cric le exigió al Estado recono-
cer y operativizar el (Seip), lo que resultó en una serie de convenios de contratación
docente para territorios indígenas entre el pebi, la sed y el men (Cric, 2011).
218 Controversia 209
Como puede verse, las organizaciones indígenas han dado pasos impor-
tantes tanto en la construcción de las políticas etnoeducativas7, como
también en la consolidación de experiencias pedagógicas bilingües y
comunitarias. En este sentido, las organizaciones plantean el Sistema
Educativo Indígena Propio (Seip) como el modelo pedagógico, político y
administrativo de la implementación de la educación pública en territo-
rios indígenas. Un elemento central del (Seip) es su componente pedagó-
gico, en donde el dinamizador es una pieza o sujeto fundamental para
la transformación del modelo educativo oficial al desplegar diferentes
estrategias y espacios para consolidar un campo intelectual y narrati-
vo de la pedagogía de la educación propia, en términos de Echeverri
(2015). Es tan importante la figura del docente para estas organizaciones
indígenas, que el Cric crea la Licenciatura en Pedagogía Comunitaria
en la Universidad Autónoma Indígena e Intercultural —uaiin—, la cual
cuenta con diferentes programas para dar respuesta a las necesidades de
las comunidades.
Uno de los primeros ejercicios que realizamos fue retomar las necesida-
des que la comunidad y el cuerpo docente habían identificado con una
matriz dofa en el 2002, y las analizamos de acuerdo al contexto que es-
taba viviendo la comunidad en el año 2016. Este ejercicio permitió ver
que debido a la coyuntura nacional habían cambiado algunas situacio-
nes que antes se presentaban con más fuerza; por ejemplo, el conflicto
armado y la presencia de grupos armados que, aunque siguen latentes,
se presentan de otra manera tras los acuerdos de paz con las farc.
De igual manera, los programas sociales y estatales8 aparecieron como
un aspecto que se debe tener en cuenta y analizar, ya que interviene
de una u otra manera en el ámbito educativo y en las lógicas comunita-
rias9. Durante estos ejercicios, los(as) docentes tanto de primaria como
Referencias
Benavides, Angie Linda (2013). Experiencia educativa resguardo indígena de
Ambaló. Escuela Ayanku´c. En Sandra Patricia Guido (Coord.). Experien-
cias de educación indígena en Colombia: entre prácticas pedagógicas y polí-
ticas para la educación de grupos étnicos (pp. 57-85). Bogotá: Universidad
Pedagógica Nacional. iup.
Levine, Robert (1986). El hecho humano. La base cultural del desarrollo educa-
tivo. Madrid: Visor/MEC.
Rojas, Axel y Castillo, Elizabeth (2005). Educar a los otros. Estado, política
educativa y diferencia cultural en Colombia. Popayán: Editorial Universi-
dad del Cauca.