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04-009-225 - América I (Presta) - 13 copias

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164 JOHJv W. JANUSEK PATIOS HUNDIDOS, ENCUE1VTROS /l!TUALES Y EL AUGE DE T!WAN.~KU...
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interacción. En el Horizonre Jvl.edio (500-1000 d.C:), el sitio de Pachacaniac prosperó corno un centro
ceremonial duran ce d apogeo de los esrados Tiwanaku y Wlari (Shimada [ed.) 1991). De hecho, Pachacam:tc
obruvo riqueza y poder debido a su condición de form idable cenero económico y religioso den rro del
.Estado ~vací. Un:t sicuación an:(Joga fue documencada para el Horizonte Tardlo (1450-l 535 d.C.), cuar1~
do Pachacamac se convirríó en un oráculo ríco y poderoso den ero del imperio inca. El sitio de Pachacam.ac
fue considerado d hogar prin1ordia! del creador del mundo, Pachacamac, una deidad marina en 1nuchos
mitos and inos. Varias poblaciones y numerosos complejos esraban afiliados a Pachacamac y hasta la
realeza inca realizaba visicas regulares y hacía abundances ofre ndas.
El énfasis ideológico c:n el igualitaris1no y d •cosn1opolitanisn10• fue importante para la consolida-
ción del pode r de:: convocacori:t de los cultos rtgionales. En Chavín, un ideal de inccgración social se
· prcsenra dararncnce en los numerosos estilos de objetos de prestigio, tales i;omo conchas del género
Siro111bus y v:isijas ceránúcas, que fueron ofrendados en fas galerías del remplo. 1\p::ren cemence, los
S<lcerdotes y deidades aceptaban las ofrendas que representa ban a numerosas ··naciones» y credos.
Esto ranibién e~. evidente en las múltiples formas arquitectónicas e imágenes iconográ fica.~ locales que
se presentan en sus temples principale1>. Tal bricolage de cscilos y sus respectivos rituales p(idrfan· haber
significado una irresistible sensación de c~ráccer cosmopolita para los peregrinos.
Si bien se minimizó su rol en Jos cu ltos locales, las diferencias de estatus fueron expresiones
clar.l mencc prescnces en mu'chos cufros p~ ncegionales prehispánicos. En P;¡chac~ac, el casi d ivino
gobe'r nante inca presentaba d merecido respcco para obrenc~ la victoria en bacalla, del nlis mo modo
en que un agricultor hacía un a ofrenda para ob rcner una buena cosecha (Pacrerson 1985). Sin embar-
go, si bien todo ripo de individuo fut: estiJnulado u oblig~do a rendir culeo, no tod{>S ruvieron el
mismo poder para motivar o. la deidad a tomar acción. la generosidad de Pachacan1ac dependía dd
cribuco y mien tra~ n1ás abu.ndance era este, más gusroso estaba el dios de retribuir en palabr.:,s y
h;:chos (Rosrworowski de: Diez Canseco 1992) . Las dist incio nes sociales camhitn se expre,a.ban en
Fig. J. Vlrta tÚ fa rurnra sur d,L Íllgo Ti:icaca. que muestra lo. ubicadrin d, Tiwanaku y Kl,onkho Wá!lka1u con respecto a O<J'qs
los peregrinajes ~ !a Isla dd Sol, en el lago Titicaca, considerado por b tardía realeza (nea co1no e· sitios con ra.sgos de pt:i.r1ljc prominene.s.
lugar a partir del cual el dios Wiracocha creó el mundo. Si bien el peregrinaje fue un deber :
privilegio· general, ~ no rodos se les permitía pisar la isla y observaI el s.1ntuario principRl. Ei est:.ru: confección y uso de vasijas cerámicas ceremoniales con iconografía dabo(ada. Los cuencos y jarras
social era otorgado según la proxin1 idad en ia que una persona podía acercarse al Titik2la, la piedn. kalasasaya, fechados para el Periodo Formativo Ta rdío 1 (200 a.C.-300 d.C.), presentan feli nos
sagrada de la isla. La mayoría de l:a gence viajaba solo hasrn Copacabana, donde estaban localizados ra mpances y motivos escalonados. Mientras estos estuvieron restringidos a contextos rituales y :ilgu -
los santuarios menores pa...-a las ofrendas co1nunes (Cobo 1990 ( l 652)). El peregrinaje eliminó y zanjó nos sectores residenciales asociados, los cuencos con engobe rojo tuvieron una amplia distribución
alguna.s fronteras soda.les, pero la~ disrinciones entre d?.se.~ continuaroo de manera rígida. (Janusek 2003, 2004a). H acia el Periodo Formarivo Tardío 2 (300-500 d .C.), esta cerámica d io
íocma a un grupo de vasíjas c.erc:monial~ mis elaboradas del esrilo Qeya, qtte p re.~enraban. entre
3. El cam bio de las prácticas rituales en los periodos Formarivo Ta rdío y T ii.vanaku otras imágenes, se res míticos con rasgos combi.c:ados de otros a nima les. Estas in1ágenes podrían
represe ntar a los $<:res invocados du.ranre los trances inducidos por los alucinógenos. Un aspecto
Hasta muy recien1e1nente, los a rqueólogos sabían muy poco acerca del Periodo Formativo "fardío notable de la c~rámica qeya es su escasez: a ún más que la cerámíca kalasasaya, la cerámica qc:ya
(200 ~.C.-500 d. C .) de la cuenca· sur del Tiricaca (Fig. 1). Las invescigaciones recient~s indican que esruvo limitada a con rexros ceremoniales y residenciales de alto estatus.
existió un lapso de tiempo rdaüvame.nre largo y n1uy- d inám ico e<racrerizado por la c.oexistencia de El periodo 'fiwanaku Temprano (500-800 d..C.) trajo mayores ca.n)bios a la región. El n1ás in1poc-
varias encidades polí~icas n1ulricon1an ales e inreractuances (B~ndy 2001; Janusek 2004b, 2007). Las tant<: fue el su rgimiento de Tiwanaku como el pri ncipal cenlío ritual ·y· político de b. cuenca del
características precisa~ de tstas encidades esr:in aún en invcsrigación. Parecen haber cenido fronrcras 1"icícaca. Tiwanaku experim.enró un enérgico ren~cimic.:nto con la conscrucción de varios complejos
fluid~s y compe:itivas qu:: crec(an y decrecían alcernarivamen te en iniporcancir. y cada una· de dlas monumencales'. incluyendo el Akapana, Pu mapunku y Kan tatayir.a, si bien parece ser que esco fue un
tuvo uno o más centros político-ceremoniales. Hacia ei final del Periodo Formativo 1"acdío, los sitios de proceso en marcha que nunca finalizó (Vranich 2001). ·riw:1.uaku estuvo sie1npre bajo construcción,
Khorudio \'X'ank~nt y Tiwanaku fu¡ron, posiblemente, los dos ceneros más importantes en la región cal como ocurre en las ciudades y carreceras contemporáneas, y los momen(os de edificación fueron
(Janusek et al 200.?). Durante el Periodo Forniacivo Tardío 2, ambos sitios aloj aron co1nplejcs n1onu- cien1pos cuando la identidad y propósitos tiwanaku cobraban vida. Algunos sir.íos monumencalcs,
1nenrales caracreriiados por platafo rmas elevadas, patios hundidos y mono litos esculpidos en piedra. como Khonkho Wankane, decrecían en imporca.ncia regíonal, mientras que ocros, como Lukurrnara,
Alrededor de cada uno existían pequefi;;¡s aldeas y sitíos residenciales del tamaño de un caserío. en d valle de Kacari, e Jruhíto, <:n el río Desaguadero, fueron ampliados y renov~dos hasta convertirse
Si bien la cecen1oni~ com unal se cen traba en torno a ~es ceneros, la ~ctividad rirual no estuvo en centro~ regionales y polírico-ccreinoniales locales ti'wanaku. El auge de Tiwanaku fomentó impor-
limit;;da estrictamente a eilos. Las excavaciones en mudios contextos residc:ncwcs locales produj e- tanres transformaci o nes sociopo líticas e11 lugares esrrarégicos y en las clases sociales ci mentadas.
ron ca ntidades significacivas de cubos de hueso y c.uchar~s p~ra rapé ur.ilizados en el alm acen amiento . Poco a poco, Tiwanaku se convirtió en el centro policic.o y ceremonial de la cuenca del lago Titicaca.
y consumo de los polvos psicotrópicos y ocras suscancias psíc:oac:ivas (Benna:1 n J994; Jan usck 2004a). /\. panir de entonces se erigieron solo allí los porcales monolítii;os que proporcionaban d acceso ;i,
D e esta manera, lc>s pobladores hgbrfa.n ingerido estas sus tancias, ob1enidas d~ los valles cercanos, ímporcantes cámaras riruaJes y monoliros que 1eprese.ncaban importances personajes, de acuerdo con
para facilic:u los crances rituales e inducir visiones. C orrelacionadas con tales prácricas estaban !a las nuevas leyes suncuarias.

ISSN 1029-2~04 IS SN 1029-2004


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PATIOS HU/VD/DOS, EJVCUENT!IOS RITUALES Y fil /.IUGF. DE Tl'X'ANllK'J... 167
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En concordancia co n esta rransforn1ación se dio una nueva importancia a las fesrincs y se les
consideró como una actividad social inccgrado ra. Esta transformación se manifiesta en vacia5 líneas
de evidencia. En primer lugar, el co rpus cerámico can1bió drásticamente pa ra incluir una serie d e
tipos nuevos dedicados a la p roducción, ahnacena1nienco, fcrrricnración y consumo rilual de ¡1[imen-
tos y bebidas. Las fo rmas cerámicas ciwan aku implic:i.ron u na intrincada 1ecno logía para s~1 uso
festivo (Janusek 2003): Una impor1a nce in vención fue la copa tipo ke ro , q ue escuvo dedicada al
consún10 ritual de bebidas alcohólicas nacívas (Goldscein 1989, 2005; Janosek 2003, 2004a ). En
segundo lugar, el corpus cerá1:nico riwanaku no estuvo restringido a un contex.co social o ceremonial
específico, como antes, sino que estuvo distribuido tanto en el cen uo como la periferia. Una carac-
terística notable en el estilo cerámico Tiwanaku es su ubicuidad. AJ interior de 'liwanaku, la cerámica
dedicada al co nsumo dnial esruvo distribuida por iodo el escenario urbano. Se le usaba ranio den ero
de los com plejos monumentales y cenuos de dire corno dentro de !os patios 'locales y residenci:i!es
{Janusek 2004a). También fue usada en los sitios y ascntami~ntos locales a lo largo de todas las :írc.as
bajo la influencia directa de Tiwanaku. En tercer lugar, la excavación masiva e informe de po20.~ ele
basura y ceniza surgí6 como una nueva prácrica soci~l en lo.~ asentamientos ti\vanaku. Estos pozos
fueron profusamence excavados para exrraer suelos loca.les, muy útiles par~ la construcción por su alto
.'
contenido de arcilla y para proporcionar basuraies convenientes donde desech<1r las grandes cantida-
des de basura que se generaban a raí1. de los recurrentes festines.
El periodo de transición Formacivo-''fiwanaku fue un:t importante époc:< de transformación en la
historia d e la cuenca del Tit1caca. Desde la perspectiva de las pohlaciones que vivfan en los asentamientos
' locales, esre proceso incr1:mentó el consumo ritual y el acceso a los preciados bienes de prestigio
tiwanaku. La ampli~ distribución de la cerámica thvanakt• ft1e, quizás en par[e, un;; estrategia popu-
lista diseóada para reforzar las lealtades de los grupos locales comprometidos en una variedad de
activicbdes prod uctivas. En el excreino de cales medidas, los líderes ciwanaku deja ro n a los grupos Fig. 2. Dibujo esquemático de ¡l4r.ra del compl•ju eeremonial de I(h~nk;>o \r{1nkanc.
locales a orgu de m uchas formas de producción arcesana.l, agrícola, pastoral, lacustre y de cxrr.icción
durante todo el pe riodo Tiwanaku Ten1prano (Janusek 1999, 2002). Durante el precedente Periodo · · · d ¡ p · ¿ FcJr·m~t· º
i vo "T'• •a rdío en h cue nca sur .
dd 'ficicac:i, tuvieron patios hundidos
Vanos sinos e en 0 0
F.ormarívo Tardío, la prod ucción artesanal fue restringida y el uso de bienes de prcscígío fue bascan tc asociados con plataformas, plai;as y otros espacios ricuales, n1uchos a~ los c~ales ~ccmane~.en
exclusivo. La transfo rmació n puede ser incerprecada como e l auge de una utopía experimental y ·in d ocumenta dos y so¡o unos pocos esr•n ~
e.xcavados · E.n cre los casos de fechado n1as tard10,
,
los. ffi(jOC
popul ista; no obsra nce, o cra evidencia con1plica el panorama: de ma nera inesperada, las gran des publicados so n los •templetes hlindidos» de Khonkho Waokane, e~ ia cuenca dd. rio Desaguadero
construcciones en los n1onu1nen cos y monolitos fueron centralizadas solo en Tiwanaku, un proceso (Fig. 2) . y Tiwanaku, en el val le adyacente del m i.~ mo nombre (Fig. 3.;. En esce r~ba¡o se ~ropone que
afianzado, quizás, por leyes runruanas. ¿Cómo se ·puede explicar d eni.grña de la sin;uilci.nea popula- ambos constituyeron los p rimeros patios construidos d ur.inte el Periodo Forrnacvo Tard10 l , al rede-
ridad y exclusividad de las práccícas riwanalru? Como sugiere el autor, la respuesta p uede resid ir en J;¡ dor de 100 a 200 d.C. Qanust:".k 2004a}. Las Jos son cscrucruras trapezoidales. de 20 ~or 21 metros de
naturaleza de su transformación a partir de un ceo rro ritual local en uno regional y, finalmente, hasta :írca con accesos pnnc1pa· · 1es que desci·Mnde1 ~
·• desde el sur· Conforma11 espacios
. relau van1ente ¡x:que·
Uegar a. ser un centro de peregrinaje panregional: iíos ' ue servían como escapar.ne para segmcncos o danvs ri1ualcs Í~t1m:>.s ;n los q ue ta: personas
odi;n haber estado al lado 0 1nuy cerca de cualquier icono conrenido alh. La presencia de estos
4. La transfocmación y capacidad transfonnadora. de los patios hundidos ~s acios debe cie haber fomentado intensas experiencias físicas.
· P En ambos casos, el lado mayor del rrapezoide se abre hacia el. None, con lo que se llamaba I~
4. l. f-I istoria ·' d b rn vor ·importancia a cere1nonias u ob¡·eros locah7.ados· en ese lado de las estructu-
atenc1on o se a a a · d ¡ d
· ·-' d e seg·n1encos de piedras de campo roscamenre talla as co oca as entre
ras.· Las pared es cons1stla.n .
Los cambios espacial~. materiales y sociales que rodean esca forn1a de espacio rirual, el patio hundi- ·¡ d · d ~ r - presencia de ab11nd.ailres fraomentos de artefactos, co1no cer:!.mica y
al tas •pl astra.s11 e pie (4. La " . J e· 1 '
do, ofrecen algunas pista.s acerca de esi::i t.ransformación. Hacia el ricmpo del auge de Tiwanaku como 'l'd · di ¡ s ~cti'vidades realizadas ·incluveron el consumo ·r1tua ( 1r.o1u t 19901.
hueso& de c.·unc 1 o, 1n ca l¡ue a ~ ' . . d ¡ El
una formación regional después de 400 d.C. los patios hundidos ya disfrutaban de una larga historia . , ad)'acenrc::s :a "rande.s con ;uncos res1denc1ales e a to estatus. '
Ado::más, am bos temp1etes se u b1car0 1• a . 1 . . . , , ._
en la regió n del lago Titicaca. Hastorf (2003) y sus colegas (Bandy 2001) han documentado grandes · recintos supervisaban la v1gilanc1a de los
aut(Jr sugiere ~
aue los ha b'1tance·s de ºSeos . . te1npletes) o.gan1

patios hu ndidos que d.:itan del final dd Periodo Forinativo Temprano en el sicio de C hiripa. Estos se ·d l · l l· ~~dos en dios Oanusek 2 006). En ambos s1uos se construyo una
zab an 1nuchos e os ntua es rea 1- . ..
convinieron en u na forma popular de espacio ricu.al durante el Periodo Forrn;;civo !vfedio y h~cía la gran plataforma sobre el conjunto dura nce·el Periodo Forma(¡vo Taroio 2. .
segunda mitad de este consticuyeror. una forma diagnóstica de espacio ritual denrro de la crad.ición Los dos cemplctes se diferencian en varios aspectos. El templete de Kho'.1kho Wankane n~ne. u~
religiosa Yayam;i.rna, en la zona circun-Tiricaca (Scanísh 2003; Janusek 2004b). Si bie n el Periodo ~-d rn·ient~· que en el de Tiwanaku es ce esn1v<> n:srnngiéo a la escalera pnnc1p~.
acceso en cad a .. ~~ ,
P ·~ . d b ·d ...
Formativo Tardío trajo importantes cambios ideológicos, económicos y políticos a lo largo de la sur. Las paredes de piedra del cemplece de .Khonkho Wankane fueron cub1ert~s con a o es coc1 os e,
cuenca, los p.:itios hu ndidos permanecieron conlo un componente central de los sirios a ntiguo$ y una varíedad de colores brillantes, en canco que las pared.es del rernplere de T1wanaku, por lo que se le
nuevos. AJ parecer. la presencia de un pario distinguió la i1nporrancia de un a~e ncamicnto y, en llama el ,:reinplece Semisubterr.íne~•, fueron ado rnadas co n nu1nerosas es-:ulcuras que representar
algunos casos, de un cenero po lítico-ceremon ial.
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Fig. 3. ElTemplrt< Hundido de Tiwan"k" m r<Útdán con el l<akt1asaya (Ajyntr.u tt:rucrurl!J máJ tardú:u de Tiwanol:11 (B) (Foio: ..
J. Reinhard). '·~ :
";.: .:
cabezas antropomorfas. Muchas fueron lzbradas en un~ rara piedra volcánica de color rosa. Existen ...;.;.'
rcpresenc:iciones de caras impa~iblcs de deid;;cl c.~. cránros disecados y fantasmas de rasgos expresi-
vos, pero ninguna imagen es igual .que la ocra. Co ucure y erres (2002; Kolata 1993) interpreran escas ' .
.·.
esculturas como representaciones de los ances tros primigenios de va(io~ grupos corpor:i.tivos, co1nu- ·:. •!'

nidades o facciones que confounaban la temprana formación civ.-·anaku.


Hack er final dd Periodo Formarivo Tardío 2, el templete de Kbonkho \Vankane fue abandonado y
luego colapsó, mie nt.ras que una grao plataforma, conocida corno Kalasasaya. cubrió el anti guo recin¡o
residencial en T iwanaku (Fig. 4). En T iv.·anaku, a diferencia del Templete Semisubtcrráneo, la gran
entrada principal del Kalasasaya mira hacia el esre. En la p~nc cencro-oriencal dd Kalas:i.~aya, cerca de la.
entrada, se consttL'YÓ un segundo pario hundido. Alineadas con las parede.~ de este segundo pario había
pequeñas estructuras de piedra que, se cree, albergaro n los cuerpos momificados y cnvuelros de los
1niembros de la elite (Poncc Sanginés· L990). Después de 500 d.C. comcni.ó J;i cons trucción de las
grandes plarafonnas del Akapana, al s11resre, y Pamapunku, hacia· el suroe.~te. A pesar de que el cenuo
de lo. cima de.! r .hpana fue c.lc::struido, se reconoció que los ápices de ambos templos fueron diseñados
con parios hundidos (cf Kolata J993). Co rr10 en el Kalasasaya, cada uno de estos pacios esraba siruado
en e! lado cenero-este de la plac:afo(m:a superior.

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De este m odo, hacia 800 d.C., Tiwanaku illcorporó varios complejos ricuales independientes y,
por lo menos, cua rro patios h undidos. Míenrras csros muesrr.in caracrerísric.., s similares en cu;uno a
rr:i·z.ado y consrrucción, y codos ciencn u n patio hundi do cen era[, cada uno difie re del orro en diversas
p~rcicularidades significativas de rorma, consr.rucción y odc ntació n. El auror .~osriene que cada pacio
hnndido fue el núcleo de 11n culto ceremonia! parcicul:ir o una especie de •iglesia• local que formaba
parce de la emcrgen re ideología rdigiosa riv.,~naku Oanusek 2004a). Entreunco, los rempJ~res d e los
cen tros rivales del Periodo Formativo Tii.rdío, como Kho nkho Wankine, fueron abandonados, pero
muchos fueron consrruidos o remozados como centros regionales Liwanaku, coino Chiripa, en Tarac;o
(Browman 1998), y Lukurn1a~a. en el valle adyacente de Kacari (Bermann 1994). Cada. templo fue
construido o reformado en un estilo local. En co nsecuencia, la o rgani7.ación regional tiwa naku parece
más hcrcri rquica que .ieritquica d esde la perspectiva de sus construcciones monu mentales.
Los parios hu ndidos en Tiwanaku,
. Khonkho Wankane y m uchos centros re"íonales~
d el Periodo
Formarivo Tardío alojaron elaboradas esculcuras en piedra. Las mis imponentes fueron los grandes
1nono liLos que representaban personaje> anrropornórfos de cuerpo cnrero. Estos ~parecen en dos e;rilos
an1pliamcnte de6nidos: el estilo Mocachi. que data dd Periodo Forrr•arivo Tardlo, y el escila Tiwanaku,
que data del period o de expansión escatal (Browman 1972; Conklin 2004; Ohnstad y Janusek 2004).
L:is monolitos rnonu menral~s dd esrilo Tiwanaku se conocen solo para el sióo de T iwanaku y la mavoóa
F.ieron enco ntrados fuera de su conrc:x.to original; sin embargo, algunos mono litos fueron encerrad~s in
situ en dos parios. El Monolito Ponce, reali'Z.:ldo en el estilo Tiahuan~co C!ásico y el~borado a pardr de
un bloque d e andesir.a, ~taba erguido ei1 el pario central del Kalasasaya. En el Tc1nplere Semisubrerránec,
dos monolitos CS1ilo MOC1chi parecen empequeñecidos por la p~ncia del ?vfonoliro Bennerr. ~a1nbién
rallado en d esrilo Tiwanaku Clásico (Fig. 5). Esta yuxcaposición de estilos innovadores sobre ~ntiguos
indica que el templece sirvió para o bjetivar la nie.mo ria colecriva tiwanaku, co mo uo antic:u o mon umen-
to cuy•. histori:< es :ipropiada parJ expresar un nuevo patri1nonio histórico. ~
Los patios hundidos no solo fueron formas riru~les construidas, sino 1an1bién lugan:s donde se
pracricahan rituales y d onde los valores id eológicos predo n1ia anrcs eran continuamente definidos y Fig. 5. EJ Mono_lfto Btn~:r uml"!o al fJuln tkl lvfonoliro lJarbtuiu ~ti PtrÍl>tÍIJ Formatiw Tardío, al nwmc111Q de r..t kvant11•
exp resados. Durante los ritos comunales, la gente se reun ía,· de nianera periód ica, proceden re de las milnro dentro atl Tn11ofet1 Ii1111d1dlJ de Tiw11naku (de Bennetr 19:14).

comunidades di:: los alrededores y regiones cercanas para participar en ritos, festines y otra$ ;iccivida-
des, incluso las conducidas en los parios hundidos más íntimos. Las actividades realiz~c.las en cales fo rrn:i.tivos, diero n lugar, después de 500 d.C., a un:i red más cencralízada de cen(ro.~ po lítico·cere·
patios formaban parre 'de u11a larga ~ecuencia que, junta.,, fucilitaban las experiencias cornmunitas y moniales concencrados en ¡ornu a Tiwanaku y sus nJúlriples conj unros y pari<Js. 'fiwar,aku emergió
rel igiosa p ara los peregrinos y pobladores en general. Como Sallnow señala, a partir dd riro conren1- gradua lmente como d n úcleo de un culro de peregrinación regional y como e! nexo d e una r~d
poráneo de Q' oyllur. R.iri, con el rranscurso del tiempo las relacio nes e idencidades sociales de los he!cr:irquica de sfrios de culr.o. Mediante las concinuas construcciones, manrenimicn co y rirua.lizacióo
represenranres de los grupos visitantes pueden haber sido transformadas. Si las variables de idenridad de los pacías hundido~ se rransfo nnaron las condiciones socio po líúcas e id:alcs re ligiosos predomi-
y csi:atvs social de los grupos visicanre.s e~ruvicron claramence definida~ en el accivo c:enrro cos1nopo· nances en el Periodo Fonnativo. En consecuencia, p::ra o hrerter un entendimiento m ~s cornplero del
lita, pasado un riempo tales ~ctividades permitieron el auge de símbolos y prácricas que facilitaban la signific:ido de los pacios hundidos en este proceso .1c debe regresar a los cambios en su espacio,
integración social. . m areriali<lad y los personajes monolídcos que ellos presenraban.
Así como eran importantes el culto y el ritual, la co nstrucción y el 1nanten irniento tan1bién fueron
significa{ivos para este p(Opósico. A se mcjani:a de los eventos de construcció n 1ná:s rard íos en la 4.2. La «espacialidad» cambiante
región, la edificación podría haber incluido grandes reuniones laborales d e reciprocidad acon1paña·
dos por anim ados festines. La fragilidad de las escrucruras q ut los arqueólogos excavan ind ica que el La mukiplicaci6n y Ja configuración cambianre de los patios hundidos en T i>vanaku enfatizan lo que
manrenim ien co y limpieza fueron cuestiones consrances y, q uizá, even cos anuales. Tales trabajos pue- superficialmen te pueden parecer ideales contradict<>rios. De un lado, el auge tÍ\v:tnaku co1no un
den habe r rotado periódicamente ene re grupos de. parentesco o co munidades. Esto · podría indicar centro regional después de 500 d.C. im plicó la construcción de grandes complejos de plaraformas
que una parce: de· la peregri nación que consricuyó un elemento clave del cuico en el centro ceremonial q ue empeque ñecfan, de man era conjunta, el Templete Sem is ubrerráneo (Fi g. 6) . Las pfara.forn1as
cons[sció en emplear el tiempo en la conscrucc ión o refuerzo de una parre específica del rcmplo monunienrales y las extensas plazas adyacences coníormaron ci nuevo ideal de cuico y Tiwan;iku fue la
cuando se concretaba la visica (Isbell y Vranich 2004; cf Rodriguez y Rjck 2004). Probablemenre, locación privilegiada para varias de estis construcciones. La monumenulidad sufrió un cambio d es-
parte de los rituales finales que· se dieron en p:irios y complejos cercanos, coin o la construcción, de espacios relativamenre ínrimos y exclusivos hasra grandes plaraformas y plaz..'ls para feuniones a
preparación regular y n1antenímiento de las estructuras, fut ron realizados cuando se expresaban y gran escala. Las escaleras q ue llevab an hasra el Kalasasaya, Akapana y Pumapunku eran gra ndes y
renovaban las identidades comunales. · bien tall.adas, ·3..1 parecer construidas para acoger ~ nu1ne rosas personas en un solo mome nto.
Las condiciones en curso se transformaron con el paso de las generaciones y en relació n con los Es(e cambio en la or~ni2aci ón espacial de las construcciones monu mencales fue paralelo a una
carr,bios sociopolícicos y cond iciones an1bíentales. Un sistema de cultos regionales casi 211tóno1n os, continua organización dd espacio residencial en la perifer[a urbana. D ebido a que en tre 500 a 800
concc nc rados en múltiples centros polírico-cerernonia1es, así co1no sus complejos m onumentales d.C. el sití¿ ten1prnn o se expand ió hasta converci rsc en una biillicios:i urbe, fueron construidos
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ISSN 1029- 2004 6/13 ISS N 1029·2004
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172 ]OH.IV W. JANl.!SEK PATIOS HU.f\/Dl!JOS, ENCUE1VTROS RITUALES Y EL AUGE DE T!Vf/ANAKU... 173

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Fig. 7. l4; •pil.astrai• >ncga!íúcas de andesÚa 9u..jonrut11 in p,,,~d Balcmiero. del lado otJlf. del Klllasasaytl. Ti>i11:idn pur Grevorio
B N Fí~.6. Las •rtrucriirllsAkapana (,4) y Pumapun/m (B) de Cor<Úrn lvJira>UÚl, e;ta foro <e Sll<Ó 11.nus tk Ju recomtr2'cció11 por el equipo del CIAT de Boliuifl (Cortt$Ía: Direccítin Nacio:'al de
Ar9ueologíay A. V>tZnitb}.
TJ:uanaku (A, adaptado de Ma11z:Anílk I 992; B, corusía:
A Vra>iicb).
4.3. La materialidad cambiante
1nuchos rccincos y barrios dispues[OS en ani!his concénrricos al rededor del núcleo ceremonial rjw;ina ku.
Esre albergó grupos sociales con diversas idenddades sociales y filiaciones culrurales, y cada uno Un cambio igualmente imporunce en el transcurso del Periodo;o Formativo Tardío al periodo Tiwanaku
consrruyó y habitó edificios que siguieron la orientación general del centro monun1enr:<l. 1\n1pl:as fue el uso de piedras volcánicas 1nás durables en las· construcciones monumentales y sus parios. El
caHes y canalera..~ para agua dívidíeron los recintos residenciales y barrios induHriales, y presentaban, mayor ·ín1pacto visual en .Tiw.anaku es el cambio de las edificaciones construidas, en un primer
en conjunro, un parrón reric;ular y una permeabilidad espacial que no ha sido encontrada en ciudades 1no1nenro,. de arenisca roja y pequeñas cantidades de rocas sedímenta.ría.~. ccimo, por ejemplo, piedra
c.omo Wari, en el Perú (Schreiber 2001). La perme:ibilidad de los ~ec:ro1:es monumentales y residen- calí:z:;i, a las edificaciones consrruidas de andesita o, 1nás co1núnmen re, aren is ca y andes ita. Es en
ciales de Tiwanaku atestigua su imporrancia como un gran enclave para d comercio, la interacción algún momento cempran o del periodo r.ivr.1naku que los artesanos aprenden a callar grandes bloques
cosmopolira y su calidad de prestigioso centro ceremonial. de andesita para elaborar portales y monolitos exquísitamente esculpidos (Fig. 7). A una escala. c:omo
Los parios hundidos fueron el punro central para cad.a nueva consuucción n1onumenral (Fig. 6) y nunca anees se vio en la región, los arquirecros y albañíies riwanaku.emplearon la piedra para enfurizar
conservaron su carácter de esrrucruras vi cales paca la nueva religión tiwanaku. Si las plataforn1as mon u- el volunten y durabilida<l de sus principales monumentos e iconos. Además, esto~ maceriales can1bién
men rales lograron ia emergente ..inclusión ritual y social de Tiwanaku,· Jos parios hundidos centrales cenían caracreres reli ginsos q uc enfatiz.3 ban in1porr:inces aspeceos del esraru.~ emergen re de Tiwanaku
n1aterializaron sus fundainencos n1ás ínrimos y locales. Un patio hundido consriruía el espaci(l c:encral de conlo un centro de culto panregional.
cadll nuevo complejo ceremonial monumencal. Las escaleras llevaban a los visitantes haci:: la pacte La arenisca roja empleada para conscr.uir los recincos y monolitos en Khonld10 W."lnhne y Tiwanaku
superior e incerna de los monurncn[OS, y los estrechos pasadizos los conducían hacía los pacías hundi- procede de la.s montañas cercanas d.e Kin1$achata, que se elevan enrr.e los dos ceneros (Fig. l). Úls
dos. P.aca seí1alar d camino había nurne.rosos panales 1nonoiíticos r;;!lados con jambas que guiaban a los reconocimíenros arqueológicos en esra5 monra.íias idenrificaron va das canteras, algunas de las cuales
oficiantes y peregrinos a cravés de varios nivele5 de espacios sagrados y· "mundanos•. Los diseños presenraba.n especies de ••preformas• de bloques cuad!';lnglllares toscamente rallados, que no fueron
fonnales de los monumenros riwanaku reproducían el diseño de t•les porcales. Ellos trasladaban a los destinados para ser llev2dos montaña abajo, y otros más, finan1encc esculpidos y decorados. El color
espacios horizontales los disef1os de las jambas de los portales, que reunían lo mundano C:Jn lo sagrado de la piedra fue lo más in1porranre en su elección par.i. levantar re1nplos y crear personajes. El rojo fue
por medio de movimientos dentro y a través de los remplos. Como dichos portales, sus díseños espacia- cl color de la. pasea y del engobt de muchas de fos vasijas ceremoniales riw.anaku, objero$ que fucilita-
les, disrríbuidos concénrricamen[e, posibilicaban el despla:r.amienro espiritual entre el inundo de les ron los rituales de consumo y reuniones sociales. Más aún, en algunos casos d pignienro mineral rojo
humanos y el de las fuecz.as ancestrales y primordiales. Con10 lo.s sancrum de cada rernplo, los parios fue colocado en los cuerpos de individuos fallecidos, posiblemente para infundir •vida espiritual» en
hundidos facilitaban la experiencia religiosa de manera potencial. Al inrerior de cada rernplo. cada uno el cuerpo. H ist6cicam.::nre, el color r<1jo in vaca a la sangre, o wí'4 en aymara, y es considerado un
de estos espacios era considerado, posiblemenre, un icmbiJic-.,; o lu¡;ar sagrado que permicfa la proxí1ni- líquido esencial que proporciona y significa vida para humanos y camélidos en el aidpl.ano. La sangre
dad espiritual a l<1s fuente~ de po<lcres rr~scenden res y, en ese. se::uido, la apropiación de los poderes de las llamas es, rodavía, una de las más poderos;s ofrendas de sacrificio que acompaña a las ceremo-
divinos pai;ados en beneÜcio del manejo adminísrracivo presente y futuro. nias y cdebracio nes en esca zona. Por analogía, se puede sugerir que la areniso roja proporcionaba

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!74 JOli."f W. JANUSEK PATIOS HUNDIDOS. EJ\/Cl!ElvTROS RITUALES Y El AUGE DE T.lWAJVAKU... 175
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vida c:spirirua! a las consrruccionc:.~ sagradas e iconos de los q ue fonn aba parre. Como foco de un 4.4. L:i corporalida d cambiante y la identidad ritual
cu ico o cen tro cerem onial pan:icu lar, la vi calidad espirit ual de cada pací o si mbo lii;1b:1 la iden cidad
religiosa común de las diversas comunidades q ue rendían culto allí. Esto invocaba !;;, memori a mítica Las e.>culruras mono lícicas fueron, p osiblen1e1:ue, los objt:ros rn.ás irnporran tes qne ve ía un~ perso na al
cie los seres y eventos primordiales para que sirvieran co1no guías de las vidas y d estinos de la genre. ingresar al rancrum interno de u n pario hundido. Ellas conformaban representaciones de persona~
, _La andr.sita es predominancem_e~te gris azulada y procedía de canceras en varios h1g;¡rcs cerca d e los ideales y de obj et05 q ue er~n co nsiderados ·en sí mismos como pcrsona¡es f) •persouas•, corno lo eran
llnurcs de la parte sur del lago .T•ncaca. Enrre las canteras áwanaku má.~ irnponantcs cst:Úl Yu nguyu, los :otem po!.e.i sagrados entre muchas sociedades n ativas d<: Norieamério (Hall 199 í ; Gi liespie 200 l;
cerc,1 d e Copacaban a, y las estnbac1o nes del cerro Ccapia (Dandy 2001; Stanish 2003). Mien rras que Pauket::lr 2005). ¿Quiénes eran estos person ajes? El auror SOHiene que los monolitos de piodra reprc-
los bloq ues d e arenisca roscamence cin celados fueron cr:isladados desde his cercanas 1non rañas de . sentaban a los ancestrvs n1 ícicos (Oh nstad y Jan usek 2004). Tanto Kho nkh <1 Wanl<ane co mo Ttwanaku
Kimsachara hacia Khonkho Wankane y Tiwanaku, los bloque~ de andesira, en su forma b urda, fueron :Jbergab;in cales objetos y cada uno difería del ocro en su n1aterial, repre:;en(ació n o ico nografía.
rransporrados en halsas desde las canteras a ocilla.~ dd lago y luego llevados hacia Tiw:1.naku. M1 icho~ de Presumible.mente, cada p la za o pacio hundido albergaba un monolico, lo que plancea una pregunra
elJus todavía yacen a lo largo de la cosra dei lago cerca de Iwawe, un sitio que.. daramente, si:vió como in1p<Jrcanrc: ¿c:1da monolito perso11ific:a.ha a u n ancescro distin to y, por lo tanto, al origc:n mítico de un
puerro y punro de desemharco {Ponce Sanginés 1981; lsbell y Burkholde~ 2002). El color ~is :izulado de gn1 po soci:i.l o cada uno representaba una versión o interpretación particular de una deidad prirr1or·
la andesira ruvo un signific:do similar al rojo brillante de la arenisca. El autor sosriene qu; el color de la di al y. d e ~s ea manera, una perspectiva discint:i d el origen de l;i h urr.anid:id? ¿O aludían a otra cosa:
mdesira estaba relacionado con el colo r azul del lago Tiricaca y co.n la., propiedades del agua como Estas incerrogantc.s no se. pueden contestar cie 1nancra defin iriva, pero la mej or manera de acercarse
líqu ido dador de vida. C:o n respecto a esto, puede ser in1portance que mu ch o$ de Jo., rnsgos ico~ográftcos a la rl".spuesca es medianre d análisis dd cambio en la iconogr;;fía lítica desde el Periodo f-onnativo
· de los parrales de ande."r:i r~presenren al pe2 boga estili7.ado ( OrestiaJ sp.}. También puede ser sionifica- Tardlo hasta T iwanaku.
rivo que el ré.r mino •Tin Kab1 sign ifique «;Jaro' o 'fdino de pelaje gris'; este es. precis:irnente, el ~lor de Los grandes personajes n1onolicicos que datan d el Periodo Formarívo Tardío so n co1nunts. en
muchos felinos de las montaña.~ que: han habitado cradicionaJmenre esrns áreas y, a Ja ve-., es un color Kh onkh~ 'JC'ankane y Tiwan:tku, pero no en o cro sir io de la cuenca sur d el Ttricaca (Fig. 8). Mienrr.i.s
especial empleado, de manera típica, para represen car Jos ·felinos en los keros tiwanaku. Así como el que la mayoría fueron ene.onceados ex situ, dos fu eron u~icados ~~ d 1emplcre Sc misubtc rráneo de
color y ~cecial d e Ja ";fenisca simbolizan b roca madre de las rnonrañas locales, d auror cree que el color Tiwanaku. Todos fueron esculpidos en una su:ivc roca sed1mencan a, rnayormence arenisca. Cada uno
J' matenal de la andes1ca recuerdan el principio comp lementario de vida del agua en el lago Ti ricaca. represen ta a un so l.o perso naje con una e.xpresión impas ible y máscaras o deco~:tciones faciales; un
!ivíuchos de los nuevos complejos de plaraformas y templos hundidos fueron ediflcad~s coo ~reni.~­ raso-o distintivo es un brazo colocad o sobre e l orro, cruzando el ;o rso, lo que, pos1blc:n1ente, represen-
ca y andesita. Más aún , personajes de arenisca y andesita se enconrraban dcncro de los varios pa.tios cab: la Posición de los brv,os de un c uerPo hwnano enfar..lel;>do y e.ni.errado. La decor:;.ción de cad3
hundidos: al m isn'to tien1po. Puede ser significa(ivo q11e d n i:í.s in1porcaore de los rr;o11oli1os de aren is- personaje es zoo mo rfa y csrá asociada con la~ esferas terrestre y acuática. Es ta fue co mún e~rre los
c:i de esalo T iv.'anaku, la Estd .: Bennerr, yaciera junto ;i una pequeña estela forma civa del csrilo personajes, pero la mayoría inclufa im~gcnes serpenteante~ de peces con caras i.:on b1go[C coioc::idas
.Mocachi en el anriguo Tr;:mplere Semisubcerr~neo (Fig. 5) . En conjunto, duranre el periodo Tiv:anaku a los lados de lo.~ personajes (Bro\vman 1972). Esro$ seres alud ían al agua en sus múlciplcs sentidos: su
fe1nprano, la arenisca y la andesita representa.ron cualidades 'espirituales y productivas dua k.~ y com- fonna serpentina simboli2.3ba les ríos scrpenreanrcs y ~us caras lo~ pequeños hagres narivo~ d el lago y
plementarias. La _a renisca habría simbolizado la ~en.a g;neradora ancesrral de las montañas locales y sus rribu~ios. Hasra el dí:l de hoy la palabra aymar;i kat11ri es un juego verbal y se refiere a u n ríil y
su roca madre p r11no_rd1al, m1encras q11e l.ª andes1ca alud1a a las prop iedades cre~doras del lago, origen a una serpiente m ítica que hab ita en el lago (Orlove 2002: 130). Ent re otros seres recurrenres esrán
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del agua dadora de vida. F~e hacia el penodo Tiwa.naxu Temprano que las vascas planicies costeras del los felinos, h abitantes <le la esfera terresrre y, niás específicamenn.:, de las rnonraií as locales. La p arre
lago se transformaro n en. Cierras ha.se.an te productivas gracias a la agricultura en ci.mpo.s elevados, Ja posre.rior de la etheza de uno de los personajes líricos de Khonkho W:.nk ane. representa, sin duda, . ~11
~ue d~pend16, de fo.rma crucial, d e los cambios en el nivel del agua (Kolata ¡ 98cí, 1991 , 1996). r.ema de «crt-adón», co n forn~as e.xcr.1vaganccs y a1norfas de las que brotan V3Jnas vegetales. En el s1c10
l ostenonnen~e, los sisrema.~ de campos devados se hicieron más extensivos en regiones con10 Kar:iri de Khonkho \Va nkane, dos monolitos rep resentan flgur~s hu man as que d esc ienden, con los huesos
(Seddon 199.?; Janusek y Kolara 2003, 2004). El autor sugiere qu' d co lor, oriÓ'cn ,, ca lidad de l:i. de las cosríllas visibles, posiblemente ancesrros q ue renacen en el segtnenro inferior de w1 cíclico viaje
and~sica simb~li:ló, espirírua11nente, d n uevo pod er productivo agrlcola que Ti:anaku reprodujo y al más' allá.
llevo a las regiones lacusrres incorporadas de manera recíenre. Escos personaje.~ líticos pueden ser considerados paisajes corpóreos e.n si mismos. Los volúmenes
Los grand es bloques en q ue los artesanos empleaban n1eses esculpiendo y po r los q ue los peregri- de los rnonolitos puede n ser vistos conio reci pien tes de narrarivas que contienen los .~í1nbolos y la
.nos gastaban arduos días para visitar, tuviero n un significado adicional. El crabajo de Ja andesi ra híscoria del personaje y, por· a>oci ación, la comu nidad que se ide ntifica co n él (Ohnscad 2005) .
requ::rfa una. chttine Ofiratoire tecnológica comp leramen te nueva para . su producción. Como una Asimismo, for:inan secuencias que 'describen la generación de un ~ ncescro mediante los ciclos de
catedral med1evaJ en Europa o un rascacidos arquifeccó nicamenLc in novador en una ci udad co ntem- origen, m uerte y renacimiento. Los sím bolos y elen1e ntos específicos -serpientes, ojos duales y
poránea, los grande.~ re,mplos, portales y monoliros de andesita fueron construidos de manera laborio- elementos marinos- can1bién aluden a los rasgos de paisajes y escenarios locales en los sitios cerc·
sa can.ro para desl um brar co_mo, po r cierro , hu m illar. Las referencias productivas y re ligiosas del moniales. Los diseños ma rinos hacen referencia a los lugares narur3 les y hurnanos de origen y de
maten al usado para construir Jos parios hundidos y m ono litos d e T iwanaku ;e vin culan con los generación o regeneración esp irirual, co mo los manan tiales y los patios hundidos. Es•os elen1ento
diseños ambiciosos de sus líderes. &í, Ja arenisca era una al<!20ría a las fuerzas tectónicas de b tierra fueron, de manera indudable, la manifestación material de deidades proféticas y conscüuyeron, ram-
Y u~a historia ~ocal, co mo_ se manifestaba en el pa tio hundido or igi nal, nüentras que la <1ndesica bién, d centro de los cultos locales de! Periodo Formarivo Tardío.
COnJuraba los distantes bon7-~ntes !acuse.res que !os líderes riwanaku fueron incorporando junco con Aún du rante d periodo T iwana ku Tc n1prano , los perso najes m onolíticos se col ocaban en lo~
sus nuevos s1srema.~ producuvos, los c u;.Jes ellos diseñaron y constru yeron. Así co mo la arenisca rccinros cerc1noniales, pero su fo rma, rasgos, iconografía y, sobre rod o, su signific;¡do cam biaron
~udfa a la hisro ria reformada, la andesita fungía con10 representación alegórica de su desrin o impe- d r:ísdcamenée (Fig. 9) . Los person ~jes rno noHticos t:sruvíeron rescringidos, a partir de entonce.~. ól
nal. El hecho de que estos mater:ales fueran en1pleados ;¡] misino tierr..po en las construc ciones mismo cenero urbano cercn1o nial d ebido., probablemenre, a las leye.~ suntua rias. Co1uo antes, cada
~agradas ciwan akl• indica que ellos invoc;.ban valores imperiales, espiriruale$ y sociales de car:áccer u:io representaba un único person2jc con una expresión impasible y decoración facial, pero, b<1jo los
inseparable y com plementario. nuevos concepros, sostenía dos obj etos a la alr.ura dd p echo: un kero en la mano izqu ierda y una
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.ISSN 1029-2.!J04 8/13 ;ssN 1029-2004
l'ATlOS lfUNDJD05; F.1VCUENTROS RITUALES Y F.L AUGE DE TlWANAKf.!... ·~~
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::ableta de rapé para sustanci:l.s psicotrópicas en la derecha. Alrededor de este gesto se revelaba un
elaborado panorama iconográfico. A diferencia de los monolitos del Periodo Formativo Tardío, estos
describían la imaginería que representaba la esfera celescial. La iconografía relevante índuye cocados
con figuras radiances y un nuevo énfasis en la imaginería de aves depredadoras. Cad<! monolito
riwanaku presenca una configuración única de cernas iconográficos y deja una dísdnta impresión
(fig. l O): el imponente y rojo Monolito Bcnnetr usa trenzas que cerminan en cabeias de cóndor; el
robusto y gris azulado Monolico Ponce usa ropa que termina en cabezas de pez boga, y d monolito de
arenisca más pequeño, conocido como «El Fraile•, usa una faja con motivos de crustáceos. Cada
JI1onolíto parece representar un repertorio iconográfico que cnfariza illl rango único de motivos. En
conjunto, son diferentes de los personajes líti:c.os 1nás 1empranos, en cuanto .no representan simple-
1nente ancestros deificados y oráculos. Las caras impasibles todavía denot:tn su estatus de deidad,
pero la decoraci6n del cuerpo ha pasado de la iinaginería zoomorfa originaria a ks prestigiosas
cúnicas, faj-as y tocados de los personajes de elite. Estos· personajes cambian· su rol y.. repr,e·sehcan
deidades ancesrralc-.s engalanadas co1no personas dC! elite o personas de elite engalanadas como deida-
des ancescrales y, de esra manera, la icÓnografía juega delibcradamcnre dentro de esca dinámica del
uso de recurso.~. En los monolitos chvanaku se puede ver una «licificaciÓn• de las diferencias de
esratus (Couture 2002) y, por inferencia, la constitución de cla~es diferentes según su a5ociación
relativa con deidades ancestrales tal como se encuenrran representadas y refi1rzadas en los íconos
religiosos dwanaku. Quizás la representación m::s elegante de l:i jerarquía c1nergcnre tiwanaku deco·
ra el friso de la· bien conocida Porrada del Sol, en d conjunto Kalasasaya (Cook 1994; Janusek 2007).
Si los inonolicos de los periodos Formativo 'f:irdío y tiwanaku represencaban personajes ancestrales
o su imicadón, esto no significa nccesarian1cnre que un pario hundido facilicaba un viaje dentro dd
pasado colectivo. Por el contrario, los parías hundidos, plazas y compl~jos de platafcrn1:ls que ca1~a·
B Jfaaban a la gente al interior de ellos, generaron experiencias rransformadoras que podían cambiar la
A visión del mundo de los pereg.rinos y de otros individuos. En ese senddo, los monolitos consdtuyeron
medios didácticos (Conklín 2004). Si cienos aspectos de los iconos provoc.1ban una aprensión inn1c-
diata -la presentación de un kero y una tableta de rapé, la expresión in1pasible, los cuerpos adorna-
dos con ropa decorada de manera dahorada-, la increíblemenre elabor<i.da iconografía que se dc::sa·
rrolla alrededor de dios demandó un esrudio ínci1no y cercano. Sin duda, las grandes ceremonias
.
"" incluyeron una especie de dictado de «lecciones» por pane de especialiscas religiosos ríwanaku. De
esre modo, la sensación íntegra de Ile¡\ar a Tiwanaku y vísirar sus anriguo~ r.emplos e iconos sagrados
fue m:ís relevante para el presente y el futuro. (~orno muchos centros de peregrinaje, Tiw.1naku buscó
forjar una nueva persona ritual; una qu~ interiorizara ios orígenes cu.huralcs tiv•anaku y perm:u1ecíera
«endeudada• por su.jlunlinacíón e idenridad espiritual adquiridas. El hecho de estar en deuda, la
interiorización y· la id en ridad ritual fueron aspectos fundamentales para la riqueza; presng10 e incre·'
mento de poder de Tiwanaku.

4. 5. Los encuentros rituales: intimidad y comwüdad, localidad y distancia, ancestros y destino

Durante el Periodo Formativo Tardío l, Tiw:i.naku fue uno de los varios centro~ polírico-ceremoniaies
incerac.tivos, y potencialmente conflictivos, de la cuenca sur de! Titicaca. En el Pericido Form:uivo
Tardío 2, después de la caída de Pukara corno poder regional, los líderes de Tiwanaku interactuaron
y compitieron concra un núrnero pequeño de ceneros político-cr:remonialt:s grandts y presr.igiosos,
como J<honkho Wankane, ubicado en !a región de Machaca, h;icia el sur. En algún momcnt(l hacia el
final del Periodo Formacívo 'I'ardio 2, al parecer después de 400 d.C., Tiwanllkll se convirtió en el
complejo más extenso e importante de la región del Tilicaca. Si bien los evenr.os históricos y los
procesos precisos detr:is de esta cransfonnación pennanecen incierro~, es verdad que d auge ciwanaku
Fig. 8. Monoti:oJ de a~nisC11 rqj11 del Período Form11tiuo Tardío: la estaba en gran parre susrencado por su papel como un .1 ici o de encuentro ritual y; finalmen re, por su
pttrtet·or.tal de! Monolito Wiúikalll d~ Khonkho '.W.nkane (A) y un rransformación en un centro de peregrinaje regioaal y panregional. Tiw;.naku fue, al mismo tiempo,
detat e del mitmv (8): y el Monolito Barbado de Tiwanaku (C.:
:ornado de Portugal 1998). e el núcleo de una vasta red de intercambio interregional y, hacia 800 d.C., el de una em.:rgenre
entidad polfríca (Browm.an 1981; Kolara l 993; Jan usek 2006). De este n1odo; el nuevo rol político y

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PATIOS HU."IDIDOS. E1'..'CUE!JTROS RITUALES Y El. AUGE DE TlWA/vAKV... 17'.;)
:conómico de Tiwanaku esruvo unido a su pujan te prestigio religioso. Corno se ha propuesr.o ante-
B ·iormenre, este pr.,stígio se rrí:i.nifesr.ó en el c:unbio físico de s11s p;itios hundidos y las nuevas identi-
dades riruales que los parios ayudaron a fo rmular en los peregrinos )' los orros participantes en las
ceremonias de Tíwanaku.
En las secciones pre.:edences ~e han analizado los cambios en el espacio y ma~erialidad de los
¡ patio~ hundid os y la corp<>ralidad rirualiz.ada de sus escultura..~ 1no nolícicas. El au1or propcne que los
::·patios h undidos, en 3u C\lidad de co ns1.ru cc.ioncs par excelknce dt:stinadas a los encuenrros rituales,
; pudieron reunir lo íntimo con lo comunal1 lo local coa lo distanrc, el pasado con d écsri no del sirio
.Ylas actitudes rituales p úblicas y p riv:idas de los adherentes religiosos tiwanaku. Se p ropone que cada
..·uno de estos pare~ de c aracterísticas con1p lc:n1cnt;;rias se relaciona rnuruamenre con otro s pa re.s
i semejantes. Duran ce cl Periodo Formativo Tardíc, el contexto físico integra! de los patios hundidos
'·: en Khonkho Wankane y Tiwanaku enfatizó la intimid:ul espacial. la macerialidad loc.;il y el lugar de los
ancestros cornunales locales. Estos ide:i.les fueron conscruídos dentro de los rccinr.o.s tardíos y el
posrerior. enlbelle.:imiento de los recin tos r.empcanos rhvanaku, si bien, a partir de ese momenro,
entrecruzados con los correlatos espaciales, materiales y rituales de los más gr;indiosos ideales cosmo·
'. politas. Después de 500 d.C., los parios hundidos co nfonnaron el sanctum in1.erno y ios iconos
espaciales centrales de las grandes platafo rmas. Esta configuración ·promovió la coexistf!ncfa de un
antiguo ideal de incimidad junto a un ideal <1scenden1e de reunión comunal y atractivo universal tn
, Tiwanaku.•A,. partir de ese momer.to, los monumentos y 1nonoliros se construye.r.on de arenisca
procedente de las montañas locales y de ~ndesita d'e las c;oscas mas distanre.~ dd lago. Si la arenisca fue
testigo del pa.~ado tiwanaku y promovió su legirimicJad anccscral, la andesira fue un nuevo mareria..I
para la impecable escultura con la que Tiwanaku e~iquetab;i sus ambiciones i'1'1periales )' su destino
intee:ral idealizado.
~
Los paüos hundidos expresa~on los valor~s h istóti.c:os c:arnbi:tnrcs r t~mbíén se presentaron como
clemenros ideales complementarios de una religión ecun1énica y emcrgen¡e. Esta transiorinació n se
testiBca de manera más degante en los cambios iconogr:íficos de Jos 1nonolitos <j üC adornaban el
sanctum interno de los patios h un didos, de cuyos rasgos el más notable es el gesto p rincipal de cada
•.oY ••
. . ·---..,,,V·..... personaje. Los monolitos de.I Período Ponnativo Tardío parecen rep resentar ios resros monüficados e
."
· impasibles de los ancestros, en los cuales la ímagincc/a veget;il y zoomorf.1 c uen ra la h istoria del
personaje y los mitos primigenio.~ de su grupo asociado. Los monolitos Ü\Y:inaku juegan, de una
.· manera evidencc, con la relación en ere lo hu n\ano y lo divino. Ellos aluden a las eÜ res y quizás a los
:: ancestros reales recíenremen ce f.tllecidós, los que, a su ve:i;, im itan a las deidades ancescrales más
: antiguas. Ya no prcsencan Jos brazas cruzado~ a la altura del pecho: al presentar una cableca de rapé y
· un kero con stiruyeron iconos con dos actitudes rituaies co1np lemenrarias. La ingesca de sustancias
psicocrópícas, con una. larg-.i historia en los Andes y en esta región, fue una prácr.ica ritual íntima y s us
efectos comp(eadieron una evidente experiencia personal. A diferencia d:e ello. el consumo de bt'bi-
. das fermentada.~ en vasijas cerenloníale_s ti,vanaku fue una práctica innovadora dentro de la ideología
• religiosa y la hege~onía polícica riw:.in~u. Las escenas de presentació n duales, can claramente rnos-
fradas en los monolitos riwanaku, reunieron el pasado con e[ futuro, así co1no lo pe.rsonal y lo
comunal, en la presen'ClCÍÓn del comporritmienro ritual du~l e ideal del ;<individuo complcro ti\vanak_u...
Esta era una persona que realizaba rituales de carácter ín ci1no y de búsqueda mística para obtener una
·cercanía a los espíritus ancescrales mientras parcicipal>a en los festines comunales usando una elabo-
. rada vajilla de consumo, con lo que ayuda ba a conscruír el prestigio religioso de Tiv.·anaku.
5. Conclusiones
Tim Pa11ketac y Susan Alr (2005: 214) mencionan que •[...} las culturas pueden residir en la menre,
pero ellas son creadas en d mundo materi:i.l•. La ideología riwanaku i!lcorporó l1na presrigio~a y
elegante visión del mundo que la gente de clivcrsos lugares, idenddades y experiencias interiorizó y
Fig. 9. Lo< mon0Jit01 Brnnrrt (A. fom: C. S,,mme/,), Poner. fB) y}.,'/
rraile (C) d. Tiwa.na.lt1t. . llevó de regreso a sus hogares. Esta ideu!ogia f11e cxpre~ada en los monun1entos ri\vanaku más imporran-
tes, por lo que se propone que la forma cómo dlo.1 fueron construidos, mantenidos y transformados
10/13 ISS!\ 1029-2004 ..
•1

180 }OHN W. JANUSEK


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en el tiempo, creó y reprodujo la ideología y prescígío cosmopolita de Tiwanaku. Las rransformacíc.~


nes físicas de los patios hundidos y del concepco de •persona ritual• que ocurrieron del Periodo
Formativo Tardío ha.sea el Horironte Medio rnanifiestan un can1bio significativo de un cenero políti- '
co-ritual de un culto local a un ctntro cere1noni:tl urbano de un culro panregiorial de peregrínaíe a la
cabeza de una extendida red heterárquica de culros locales. Las poblacio'nes que visitaban el cenero
para eventos rituales y festivales procedían de múltiples comunidades y centros locales del culto
ti>vanaku de.,de la cuenca sur del lago Titicaca, ;u;Í con10 de regiones y cuirns religiosos mucho más
distantes. Las transforn1aciones de los edificios monumencales, de las prácticas rituales y de las
i dencidades sociales y los pcrsonaj es involucraron la forn1ación de una id en rielad común «tíwanaku »
como base de la hegemonía cada vez 1nás jerárquíca de un Esrado emergente.
Las ideas expresat.las en este trabajo están aún en proceso. Muchas ideas in1porrantes todavía no
han sido toraln1enre consíderadas. Por ejen1plo, sí bien es cierro que se ha discutido d papel de
ºfiw.inaku como un cl)Inplejo ceremonial, no se· ha profundizado acerca. cic:: cúrno se relaciona esro
con su desarrollo como una gran ciudad y un poderoso cenero polfrico. Además, no ~e ha explicado
del codo el vínculo crucial en ere el rol d·= 'l'iwanaku con10 un sitio religioso y c:om o un foco econó1nico
pan regional (ej. Browm~n 198 l; J;:nusek 2006). Tampoco se han mencionado las alu.~iones a rasgos
narurales y regín1enes productivos en los parios hundidos y su hnagíncría asociada, ios cuales fueron
elementos críticos de su importancia religiosa y económica, ni tarnpoco se ha abordado una impor-
tante cueslión teórica: para 1urner, los centros de peregrinación surgen como un fenómeno hegemó-
nico de respuesra en las periferias de las entidades polfricas principales. Así, la Isla del Sol se:: ubicaba
en la periferia inca hasta que se «convirtió en una institución estatal» (Bauer y Stanish 2001: 21).
En cualquier caso, ios úlcimos 20 años de investigaciones en la cuenc:. sur dd lago Tiricaca han
incren1enrado, de 1nancra acumulativa, 1;1 imponancia de Ti"1anaku com-o nn cenero de peregrinaje
panregional, una importancia que los viajeros y cxplo.r-J.dorcs del siglo XIX dedujeron intuirivamer.te
a partir de sus enigmácicas ruinas (v.g., Squier 1878). La in1portancia de Tiwanak.u como un centro
de reunión ceremonial y encuentro ritual ha resurgido reciencen1ente. En la década dt los treinra, el
gobierno boliviano, con la ayuda del entusiasca Arthur Posn:<nsky, construyó un:i réplica del patio
hundido, con Monoliro Bennert incluido, en una bulliciosa plaza de La Paz. Esce acto fue una apropia-
ción de una antigua forn1a estructural para el hambriento patrimonio de una n:¡ción boliviana rela-
tivamente nueva. En los últimos 20 años, w1 solsticio ritual an u:tl en 11wanaku -.una r.r:idición inventada
para festejar el aiio nuevo aymara- h:i llevado a cienros de bolivianos al sirio. De manera n1ás
reciencc, se inició un ritual pequeño y rnás local en Khonkho Wankane, instigado en parte por una
competencia con la cerernonia anual ciwanaku. Durante esros n1omencos de encuentro, los artes~nos
venden sus productos y la economía [ocal crece. ·
En diciembre. de 2005, Bolivia digió a su primer presidente nacívo. El 21 de enero de 2006, el
nuevo presidente, cientos de participantes y lo~ líderes de 11 naciones viajaron a Tiwanaku para la
ceremor¡ia inaugural. Li cer.en1onia prindpal se re:ili7..Ó en el pario hundido del Kalasasaya, enmarcada
por d Monolíco Ponce. Cientos de bolivianos y docenas de diplomáticos extranjeros asistieron a l:i
certmoní.a, la cual pudieron ver rnillones de personas por Internet. ºfiwan.aku y' los ceneros locales
cercanos, como Khonkho Wankane, han resurgido como centros regionales de culto con claras di-
mensiones polícíc:is y econó1nicas, y el palio hundido permanece como un icono perdurable con
poderosas capacidades de cransformación.

Agradecimientos

Quisiera agradecer a Rafuel Valdez, por su gran ayuda con la traducción y las correcciones al manuscrito.
T«mbién debo mencionar a las varías insdtucioncs que han apoyado las invesrigaciones arqueológicas

- -..........·-·····------------
Fig. JO. (DeJp!egable en la pági"a siguient•). Deta/./.e! iconográficos de lo1 monolitos Bennert (A) y Pon~c (B) (Dib1.:J Ohns:ad}.

ISSN 1029-2004
11/13
182 JOHN W. JANUSEK PAnos !1UNDIDOS, ENCUENTROS RfTUALES y EL AUGE DE TfWA/\'AKU ..
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0

de Pu/tara, cttitrado cpec!.fic11mentc en las druu de! eompfejq Qala.saya y l.a •p.•mpa• cenrral, aborda la rel.ttrili11 ent"te &. arquitectura
ritual)' d liderazgo temprano durant" el PeriodtJ Formatii,11 Tardío (500 a. C -100 d. C). Sobre l.a base de los da.'oJ de a(fzvacionts
como rtsulradc> de la.s i1111ertigaciuncs de A lfred I<.idd<> ll rn 1.939. la.s excavacione; del l'lan COPESCO ,n d QaÚllayo •n 1.a dicada
de /,o¡ setentay excavacionel rtdcn:ti t n la parnpa ;:er.n"d! en 200 J st p!antra io posibilidaddt i:it111r,.,,llar un marcopara e11ra1:seri2A.r
br c.imbio1 cmtpomle1y foncionaüs n1 loi espado.<¡nib/ict>S rk P11luurJ. Lr;s cc.mbios en /.1 ubicarión, traz.11dq.Y uso d, esU!f espado¡ ta.ntQ
..,,, /JJ1 anfwúmd como fJ<'r ltu audicncin proy«'uUÍas StJn ":i!i'!AtÍos como imlic4!ÍortJ tÍl un cnmhio en !.a: ts-"T~ias de l;der4ZI", /:u
' t paldn ~ uner un cardLTer incl11ti1JO e U1JI) tÚ sipr; ""'"Jt"11U r11 Pulta1a dstrtmu ti ,O.,,.iodo R!rmcliw Tardúi.

ibr4! clr.w.: Puktua, lttgo Titicaca, l·'triodo Fonnati110, t!pa<"io< públicos. liderazg,.,, pla?AS h><n.didtis

>srract

VHO WERE flvVJTED.> 'fEA1PORltl.A.1'1D FUNCT.TONAL CH.ANGES IN PUBLICSPAC.ESASA R.EFI.ECT10N


.)FSH!FTJNG LF.ADERSHIP STRATEGIESATPLJKAR/\ DUT<lNG THELATF. FOR1vv1.'I'[VE PF,RIOD

ln :Ju Ltke Titkaca &sin, the 1unke1< <Ollrt cornpla /¡11$ long bem e1Jnnderul ihe artlutyfMÍpublic spa.e. Ir iJ gmeral1J RJJUmed thc.1
eoum serva/ m tht m4fa~ serring far ri11Jlll pe1fomia1ue during the Formative period and poJJil1ly during rk sulna¡~nu Mítldk
Hcri:wn; however, ntnlun eouns are 011/y on.t ofsn1eral ;yper oJpuú!i< arehir•t:atrt in 111e during 1h~ lim•· periods. A diarhronír. .rfl«i.1
ofprthlir <pacer wi!hin :he cerem1Jni11.l districr ar Pukara, rpecifieally fat1ised 1J11 thc Qa'4.<!IJ4 eomplex ond cmtral pampa ttreas, is
directcdat addr.iring 1he rtlariomhip bm11een ritualarr:hítecturt and enrly !rade1!hip during the !.ate Eorn1a1i1,t pcriod (500 BC·AD
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in rhr 19701, dnd recent exeavation< on the mirra{pamp11 in 2001, i: iJ p01Jible to droelop afamewor.~fór charactcrizing temporal
. . ª"df"-nainnal ehanges in Pukawú p,.f,iic rpaces. (.."hmiges in rhc li>clltinn, Íttynut, and use o/ rlure spaces by both bnst! a!td inund..-d
.; 11udi<7l<eJ are"'~121 indirators ofa shififium fodusíve to =fwivr UlllÍDshíp srrategi.e< ar Pukara during the l.Att Formatiw Pcriod.
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-----------·--- ------ - - - -------------·--··- - -


• Traducción dd in~lés al casrdlano: ~faei V~ldez
' Univcrsíty of Calito rni2 ar Los Angeles. C'..otsen )nsrinne of A.rchacology.
ISSN l02º ""'4
13/13 Correo dec:trónica: klll•'" · · ·• ··•l>.edu

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