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Jose Juan Caselli
Mauro Restivo
Prof. Leandra Yulita
28/4/2015
Análisis de “Ann Street” Charles Ives (1921)
Encontramos que la estructura formal de la obra es una primera “ gran
” sección (c. 1 a 14
inclusive) y su reexposición variada pero interrumpida (trunca) hacia el final (c. 19).
Para el análisis de A (c.1 a 14) seccionamos en 3 subpartes:
a (c1 c2)
b (c3 c6)
c (c7 c9)
c’(c9 c14)
Hacemos esta distinción primero por el cambio dinámico existente entre estas 3 secciones
más pequeñas; en “a” un f p
, en “b” un , en “c” un mp y en “c’” un mp .
a La obra comienza con un arpegio ascendente en ritmo de fusas que abarca dos octavas
(desde La1 hasta Si4), como apoyatura de un acorde (refadorefa) en registro agudo, que
se desciende cromáticamente en tresillo de corcheas hacia el acorde la#dolado. El compás
siguiente es una repetición del primero, donde cambia la direccionalidad entre la primer y
segunda nota superior del tresillo. Con la indicación de “rápido y ruidoso” al inicio y “slower”
junto a un diminuendo hacia el final del compás 2.
b
A diferencia de “a”, esta sección presenta un tempo más lento, con un ostinato de
corcheas en el piano, sin ninguna agrupación irregular, generando así un patrón a
contratiempo. La melodía de la voz esta dividida en dos partes donde cuyas alturas (la sol
mi) se repiten exactamente, con una direccionalidad descendente, finalizando con un salto de
tercera entre Sol4 y Mi4. El último compás de esta sección tiene un tiempo agregado,
pensamos que a modo cadencial hacia la sección “c”.
c Esta sección presenta grandes contrastes con la anterior en cuanto a dinámica (f), tempo
(faster), ampliación del registro, la cantidad de alturas utilizadas (cromatismos) y la duración/
agrupamiento de los compases, por lo que, aunque tomamos en consideración algunas
continuidades y reminiscencias de secciones anteriores (como por ejemplo la percepción del
contratiempo en la mano derecha del piano), además de la proximidad con b, decidimos
llamarla “c” por diversas razones.
Algunas de ellas son que en la melodía del tenor permanece la intención descendente en el
comienzo y el final de la frase, con algunas variaciones (apoyaturas). El acompañamiento de
piano comienza con un arpegio que remite al presentado en la introducción (aunque
reducido) que precede al bicordio sibfa en registro grave que se mantiene como pedal hasta
el c9. En mano derecha continua un ostinato en corcheas en registro medio que se expande
hacia el agudo.
A diferencia de la sección b (diatónica), observamos una tendencia a incrementar la cantidad
de alturas utilizadas (cromatismos). En el c9 aparece un acorde en registro agudo del piano
(resollare) con apoyaturas cromáticas en las notas intermedias (sol la), que se repite
variando solamente las notas de sus extremos (ascendente, luego descendente), mientras
que la línea más grave del acompañamiento desciende cromáticamente desde el La4 hasta
el mib4.
c’
Entendemos que esta sección viene preparada desde el compás 9, ya que el
acompañamiento del compás 10 es una condensación de los parámetros presentados en el
compás anterior. La 2 fusas de apoyatura en el c9 se traducen en el c10 en 4 fusas de
apoyatura una octava más grave. Luego también entendemos a la melodía del
acompañamiento como un arco melódico en c9 (notas más agudas en negras: Re6, Mib6,
Do6, Si5), y una repetición variada por bordadura en c10, donde la nota mas aguda del
acompañamiento articula, también en negras, las dos primeras notas de c9 (Re6, Mib6, Re6,
Mi6, Re6, Mib6). Aquí en el aspecto melódico vemos que la dinámica predominante es el mp
,
a excepción del final de frase (últimas 3 negras del compás 10), donde aparece. junto con un
acorde de blanca en el piano, la indicación de ff
, y dos corcheas marcatto, con una vez más,
un final descendente por 3era.
A partir del compás 12 al 14 encontramos una cadencia hacia lo que será el comienzo de A’,
construido por esa misma tendencia de acentuación en valores largos (antes en negras,
ahora en negras con punto y corcheas), la continuación de la dinámica en ff y una
extrapolación de las apoyaturas en fusas de c10, ahora transformadas en un tremolo. Ambos
materiales (apoyatura en fusas y tremolo) comparten el mismo registro y casi la misma
tesitura (intervalo de 5ta aumentada e intervalo de 5ta justa respectivamente).
Una de las razones por la que relacionamos las dos secciones que abarcan de c7 a c14
como “c” y “c’” es la similitud en la escalística. Ambas secciones presentan, a diferencia de
“a” y “b” una clara tendencia cromática descendente a lo largo del acompañamiento y la
melodía.
Otra de las razones es la similitud en el registro utilizado para el acompañamiento. Si bien en
c’ el registro grave desaparece en la sección (a excepción del final de la misma en la última
blanca del c10), aún se mantiene la tesitura en el registro agudo en clave de sol.
A’ (c15 al final)
b’ Esta última sección es caracterizada en un principio por el retorno a un tempo e
intensidad similares a los presentados en “b”. El acompañamiento del piano comienza con un
arpegio que remite al de la introducción, con variación en las alturas y continúa con un
ostinato diatónico en ritmo de corcheas hasta el c19. La melodía en esta sección remite a la
de “b” en cuanto a las alturas presentadas al inicio (la4 sol4) en movimiento descendente,
variando en el c17 la direccionalidad y el intervalo entre la segunda y tercer nota, en c18 la
melodía finaliza con un salto de tercera mayor descendente (sol4 mib4).
coda c19
El compás final de la obra comienza presentando en el piano un acompañamiento cuyo
movimiento en corcheas se asemeja a los presentados en b y c, aunque con alturas e
interválicas novedosas en la pieza, que junto a la voz de tenor dan forma a una frase
“antecedente” (que se corresponde a las presentadas anteriormente), que no tiene respuesta
(consecuente).
Observaciones finales:
Como conclusión final nos aventuramos a decir que esta obra es una pieza “trunca” o
interrumpida. Entendemos que el autor compuso una primera sección “grande”, estructurada
en 3 partes con una introducción, donde luego al intentar repetirla la finaliza subitamente.
Esto podría decirse que es una característica en la música de Ives, y a las estructuras
formales del tipo estático que presenta en su música. Con estático nos referimos a que
desaparece en sus estructuras formales la direccionalidad tradicional que encontramos en
otros compositores, buscando de esta manera la sorpresa en el oyente.
Entendemos que está interrumpida porque A’ contiene materiales similares a los encontrados
en el comienzo de A, ya que presenta un arpegio ascendente diatónico en fusas, citando
musicalmente a la introducción; además de utilizar los parámetros más característicos de b,
siendo estos del tipo rítmico (patrón en corcheas), dinámico (piano), de tempo (lento) y
melódico (diatónico).
Ives lleva perceptualmente al oyente a sentir que la pieza continuará indubitablemente
utilizando todas las referencias al comienzo de A enumeradas, como el hecho de que el
último compás está compuesto por un patrón rítmico, casi secuencial, que se mantiene hasta
la última corchea del compás, el cual podríamos decir que melódicamente es “cercenado” por
la mitad, considerando que las anteriores apariciones melódicas tienen una duración
promedio de 8 tiempos, mientras que esta en particular solo tiene 4. Otro parámetro fuerte
que nos indica la intención del autor de generar una sección “interrumpida” es el diminuendo
en las últimas dos negras del último compás, que podemos entenderlas como la música
desapareciendo lentamente, como si nos alejáramos de ella.
Por lo que podemos asumir, como se explicó anteriormente, que este último compás es un
“antecedente” melódico que carece de su consecuente, o como dicta el precedente
conceptual que Ives sentó con anterioridad en una sus obras, una pregunta sin respuesta.