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Sesión No. 12
Contextualización
Ahora toca el turno para hablar de los contratos de garantía: fianza, prenda e
hipoteca y contrato de transacción. Este tipo de contratos nace, precisamente,
por la duda que tendría el acreedor de que el deudor no llegase a cumplir con su
obligación; en ese caso, el que garantiza el cumplimiento se vería en la posición
de cumplir por el deudor, satisfaciendo la obligación.
Se supone que el primer contrato que surge en este sentido es la fianza, que
nace bajo palabra. Pero qué sucedería si deudor y fiador corren la misma suerte
de no contar con recursos económicos para cumplir con la obligación; el
acreedor perdería toda garantía del cumplimiento, por lo que nace un nuevo
contrato, éste es el de prenda. Posteriormente a estos dos contratos nace un
tercero, que viene siendo la hipoteca, ésta resulta efectiva para garantizar el
cumplimiento de obligaciones, pues el deudor o un tercero da en hipoteca al
acreedor un bien inmueble para garantizar el cumplimiento de la obligación,
quedando el que da el bien en hipoteca en posesión del mismo y el acreedor
queda garantizado ante el incumplimiento.
Introducción al Tema
Explicación
VI.4 Fianza, prenda e hipoteca
En primer lugar nos ocuparemos del contrato de fianza, que regula nuestra ley
en los artículos 2794 al 2855.
Definiremos fianza de acuerdo al artículo 2794: “la fianza es un contrato por el
cual una persona se compromete con el acreedor a pagar por el deudor, si este
no lo hace”.
Cuando la ley se refiere a una persona que se compromete a pagar por otro, se
está refiriendo en general a persona, por tanto, esta puede ser física o moral la
que dé la fianza.
Algunas características de éste son:
Este contrato crea un derecho personal que se da entre acreedor y fiador;
por el hecho de que si el deudor no cumple, lo tendrá que cumplir el fiador.
También crea una asunción de deuda, puesto que el fiador no es el
deudor sino un tercero que asume la responsabilidad de cumplir lo que su
fiador ha dejado de cumplir. Además nace una condición suspensiva que
se da para el caso de que el acontecimiento futuro e incierto se produzca.
Accesorio, ya que sin la obligación principal no tendría razón de existir.
Unilateral, ya que los derechos son sólo para el acreedor y las
obligaciones sólo para el fiador. Pero también podría ser bilateral, cuando
exista una retribución del acreedor.
Gratuita, se da cuando el fiador no tiene ninguna retribución por la
obligación que asume.
Onerosa, sería cuando el acreedor da una compensación al fiador por el
sólo hecho de obligarse en el contrato. Hago notar que algunos autores
dicen que en este caso ya no se trata del contrato de fianza sino del
contrato de seguro, tomando la compensación como el pago de una
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Formal, sólo en los casos de las fianzas judiciales o las otorgadas por
afianzadoras, de lo contrario serán consensuales.
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VI.5 Transacción
Este contrato debemos considerarlo como principal, bilateral, onerosa y formal.
Está regulado en nuestro Código Civil en los artículos 2944 al 2962, el primero
de los citados nos da una definición diciendo: “la transacción es un contrato por
el cual las partes haciéndose recíprocas concesiones, terminan una controversia
presente o previenen una futura”.
• Consentimiento: Es la manifestación exterior de la voluntad de las partes, en
la cual llegan a un acuerdo para dar por terminada una controversia, o bien,
prevenir una futura.
• Objetos: el objeto directo diremos que es poner fin o evitar conflictos futuros.
El objeto indirecto, serán las utilidades o pérdidas que las partes celebrantes
convengan.
• Capacidad: En toda transacción se requiere las capacidades del adulto en
pleno ejercicio de sus facultades, en algunos casos la ley da facultades a
terceros para representar a los interesados que no disfruten de sus capacidades
legales y se llegue a una transacción.
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• Forma: Éste contrato será formal (requiere ser por escrito) cuando previene
controversias futuras si el interés del negocio pasa de doscientos pesos, o de lo
contrario, será consensual.
Los cónyuges no pueden celebrar transacción ni compromiso en árbitros, acerca
de la nulidad del matrimonio (artículo 253). Tampoco se puede transigir sobre el
estado civil de las personas, ni sobre la validez del matrimonio (artículo 2948).
Así lo preceptúa el artículo 2950 al decir: “será nula la transacción que verse:
I. sobre delito, dolo y culpa futuros;
II. sobre la acción civil que nazca de un delito o culpa futuros;
III. sobre sucesión futura;
IV. sobre una herencia, antes de visto el testamento, si lo hay;
V. sobre el derecho de recibir alimentos”.
Debemos agregar lo dispuesto por el artículo 2956: “la transacción celebrada
teniéndose en cuenta documentos que después han resultado falsos por
sentencia judicial, es nula.
También es nula la transacción sobre cualquier negocio que esté decidido
judicialmente por sentencia irrevocable, ignorada por los interesados (artículo
2958).
Para la interpretación de la transacción debemos atenernos a lo dispuesto por el
artículo 2962, que dice: “las transacciones deben interpretarse estrictamente y
sus cláusulas son indivisibles a menos que otras cosas convengan las partes”.
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Conclusión
La fianza es un contrato por el que una persona paga la deuda de otra, haciendo
hincapié en que puede ser una persona física o una moral. Existen varios tipos
de fianzas como: mercantil, administrativa, legal, judicial, civil. En el contrato de
prenda el deudor o un tercero entregan al acreedor una cosa mueble,
enajenable y determinada para garantizar el cumplimiento de la obligación
principal. Por su parte, el contrato de hipoteca es una garantía real constituida
sobre bienes (inmuebles) que no son entregados al acreedor pero, que en caso
de incumplimiento del deudor, pueden quedar en sus manos, o bien, ser
enajenados para con ello pagar al acreedor. Por último, la transacción contrato
por el que las partes se hacen mutuas concesiones con la finalidad de evitar
futuros conflictos entre ellos.
• Capacidad: Las tres partes deben contar con plena capacidad para
contratar. El artículo 2802 dice: “el obligado a dar fiador debe presentar
persona que tenga capacidad para obligarse y bienes suficientes para
responder de la obligación que garantiza. El fiador se entenderá sometido
a la jurisdicción del juez del lugar donde esta obligación deba cumplirse”.
Por supuesto que el consentimiento debe de ser libre de cualquier vicio.
• Objeto: El objeto directo del contrato es garantizar una obligación, pues
bien, ese contrato primario debe contener una obligación con un motivo,
con un fin o condición lícita. Tomemos en cuenta que el contrato en
estudio es accesorio, por lo tanto, sigue la suerte del principal.
• La forma: No existe ninguna formalidad para su otorgamiento, pero con la
salvedad de que las fianzas legales, judiciales y las otorgadas por
afianzadoras serán por escrito.
Los efectos entre fiador y acreedor son de derechos personales entre los
contratantes, por lo tanto:
• Artículo 1812. Tiene derecho de oponer todas las excepciones que sean
inherentes a la obligación principal, más no las que sean personales del
deudor. • Artículo 2210. La condonación de la deuda principal extinguirá
las obligaciones accesorias, pero la de éstas dejan subsistente la primera.
• Artículo 2211. Habiendo varios fiadores solidarios, el perdón que fuere
concedido solamente a alguno de ellos, en la parte relativa a su
responsabilidad, no aprovecha a los otros.
• Artículo 2844. La liberación hecha por el acreedor a uno de los fiadores,
sin el consentimiento de los otros, aprovecha a todos hasta donde
alcance la parte del fiador a quien se ha otorgado.
Pero también puede darse el caso de que exista confusión, cuando el fiador
adquiere la calidad de acreedor en la misma obligación garantizada, entonces
desparece la fianza.
Además, también puede darse la compensación cuando fiador y acreedor
tengan la calidad de acreedores y deudores recíprocos. Si el acreedor perdona
la deuda principal, se extingue la fianza.
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IV. cuando el negocio para el que se prestó la fianza sea propio del fiador;
V. cuando se ignore el paradero del deudor, siempre que llamado éste por
edictos, no comparezca, ni tenga bienes embargables en el lugar donde
deba cumplirse la obligación.
Efectos entre fiador y deudor
Cuando un fiador paga la deuda del deudor se subroga en los derechos del
acreedor, por tanto, el fiador que paga puede demandar al deudor la deuda que
pagó por él.
Así lo dispone el precepto 2828 al decir: “el fiador que paga debe ser
indemnizado por el deudor, aunque éste no haya prestado su consentimiento
para la constitución de la fianza. Si ésta se hubiere otorgado contra la voluntad
del deudor, no tendrá derecho alguno el fiador para cobrar lo que pagó, sino en
cuanto hubiere beneficiado el pago al deudor.
Lo que puede demandar el fiador al deudor
Lo dispuesto por el precepto 2829 establece: “el fiador que paga por el deudor,
debe ser indemnizado por éste:
I. de la deuda principal;
II. de los intereses respectivos, desde que haya noticiado el pago al deudor,
aun cuando éste no estuviere obligado por razón del contrato a pagarlos
al acreedor;
III. de los gastos que haya hecho desde que dio noticia al deudor de haber
sido requerido de pago;
IV. de los daños y perjuicios que haya sufrido por causa del deudor“.
Lo anterior está contemplado dentro del capítulo III llamado de los efectos de la
fianza entre fiador y el deudor, en los artículos 2828 al 2836.
Y este último precepto establece que: “el fiador puede, aún antes de haber
pagado, exigir que el deudor asegure el pago o lo releve de la fianza:
I. si fue demandado judicialmente por el pago;
II. si el deudor sufre menoscabo en sus bienes, de modo que se halle en
riesgo de quedar insolvente;
III. si pretende ausentarse de la República;
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El artículo 2849 dice: “si la fianza se ha otorgado por tiempo indeterminado, tiene
derecho el fiador, cuando la deuda principal se vuelva exigible, de pedir al
acreedor que promueva judicialmente, dentro del plazo de un mes, el
cumplimiento de la obligación. Si el acreedor no ejercita sus derechos dentro del
plazo mencionado, o si en el juicio entablado deja de promover, sin causas
justificada, por más de tres meses, el fiador quedará libre de su obligación”.
lo tanto, tiene que conservar la cosa como si fuera suya y avisar al deudor
en caso de que sea despojado de ella. Así lo dispone el artículo 2874.
• Usar la cosa de conformidad al convenio: Esto sólo para el caso de que
en el contrato así se pacte, de lo contrario el acreedor pignoraticio no
puede usar la cosa dada en prenda. Al respecto el artículo 2877 dice: “si e
acreedor abusa de la cosa empeñada, el deudor puede exigir que esta se
deposite o que aquel dé fianza de restituirla en el estado en que la
recibió”.
• Restituir la prenda: Esta obligación nace en el momento en que el deudor
pignoraticio, o un tercero, pagan lo adeudado con sus accesorios,
desapareciendo el contrato principal.
Es obligación fundamental del deudor pignoraticio garantizar la posesión pacífica
del acreedor prendario del bien dado en garantía, haciendo valer todos los
derechos necesarios para tal efecto.
Los Montes de Piedad o similares se regirán por sus reglamentos internos en
cuanto a su administración, pero el contrato de prenda se rige por nuestra
legislación civil.
El precepto 2885 dispone un término de gracia al decir que en cualquiera de los
casos mencionados en los tres artículos anteriores, podrá el deudor hacer
suspender la enajenación de la prenda, pagando dentro de las veinticuatro
horas, contadas desde la suspensión.
Actividad de Aprendizaje
Referencias
Bibliográficas
Chirino, J. (1996). Derecho Civil III. Contratos civiles. México: McGraw-
Hill.
Legislativas
Código Civil para el Distrito Federal. Edición actualizada. México: Libuk.