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Entre la risa y la rebelión: la caricatura en México 1808-1881

I El periodismo y la pedagogía

Junto con la guerra de independencia la sociedad novohispana se fue


educando a través de la prensa periódica y se fue habituando a gozar de la
libertad de imprenta demandando su presencia sin cortapisas. Los periódicos
le permitían ver, leer en sus páginas distintas opiniones de la oficial, distribuida
a través de las gacetas virreinales. El periodismo fue el foro, en que se dio a la
luz pública la discusión sobre como armar el país. El diseño de una identidad
nacional privilegió al periodismo como novedosa forma de pedagogía.

El primer periódico que salió a la luz en la Nueva España fue La Gazeta


de México y Noticias de la Nueva España fundada en 1722 de la cual salieron
6 números y estuvo dirigida por Juan Ignacio Castorena y Ursúa la cual se
suspendió por críticas injustas. Manuel Antonio Valdéz Murguía retomó la labor
desarrollada anteriormente por el obispo de Yucatán y la amplió con noticias
científicas, logrando un trabajo sólido, por lo cual la Corona Española le otorgó
en 1784, su apoyo oficial a la Gaceta de México, sin embargo no estaba
ilustrada y menos con caricaturas. Las caricaturas salieron en hojas volantes
que se repartían o se pegaban en el centro de las ciudades, debemos dejar
claro que el concepto de caricatura se fue construyendo lentamente y que en
este periodo le llamaremos así a los dibujos que a través de la ironía fueron
desmitificando a las figuras reales y las autoridades. La técnica con la que se
efectuaron fue el grabado. Cuando llegó la litografía en 1826, los tiempos
habían cambiado, México era independiente y un número apreciable de
periódicos circulaban en la capital, la difusión de las imágenes corrió por un
tiempo paralelo en grabado y litografía, sin embargo el producir un mayor
número de impresiones y a menor costo hizo que la litografía se impusiera
sobre el grabado.

El periodismo utilizó diversas formas de presentación para llegar a


distintos públicos que vieron aparecer: folletos, hojas sueltas, panfletos,
semanarios, diarios y más tarde libros por entregas. Los escritores
aprovecharon los distintos modos de lenguaje para lograr una crítica social así
se sirvieron: de la burla y la ironía, o bien del discurso moralizante y religioso a
manera de sermón, del virulento ataque político; en la ilustración se dio el
retrato y la incipiente caricatura o se describieron escenas históricas o
costumbristas. Los impresos se hicieron desde la óptica del editor y fueron los
medios que formaron opinión para presentar alternativas, para decir y
contradecir. Poco importó si lo que explicitó fue falso o verdadero, cada
camino contaba con sus correligionarios.

La noticia visual fue cobrando mayor interés y se convirtió para


mediados de siglo en una exigencia del público que compraba la prensa
periódica. Ver como eran los lugares, las modas y los hechos históricos, se
convirtió una necesidad de la sociedad. La imagen fue el testigo presencial de
los hechos diarios, la memoria de los rostros de los héroes y heroínas. La
construcción de una memoria popular se fue forjando de esta manera, en
relación con la construcción de las historias, lo que permitió la transmisión de
los valores morales, el cuestionamiento del poder y la puesta a discusión del
lugar del individuo.

La incorporación de formas populares a la transmisión de la memoria de


un discurso facilitó la labor pedagógica que los gobernantes buscaron a través
de la educación, entendida en su más amplio concepto, ésta se aprendía:
desde los balcones del teatro, en las fiesta patrióticas de la alameda o en la
plaza de la constitución, en el incipiente museo, en la prensa periódica;
cambiar las costumbres de la vida cotidiana para pasar de una sociedad regida
por las campanadas de la iglesia a una sociedad secularizada fue el anhelo
liberal a partir de la independencia.

El sentimiento solidario y consternado de la población novohispana ante


el ataque napoleónico a España y sus reyes; quedó ilustrado de manera
satírica en los diversos panfletos que circularon a partir de 1808 ya fueran
llegando desde el territorio ocupado o producidos en la Nueva España. En ellos
aparecen contrapuestos y reiterativamente: la alabanza a Fernando VII y los
ataques a Napoleón; mientras el rey aparece justo, joven, bondadoso y con la
corona de oliva en la mano; a Napoleón se le exhibe sombrío, infame, alevoso,
ladrón y coronado con sangre inocente. La imagen manipula los defectos y las
virtudes con el fin de conmover al observador y es el principio de lo que la
caricatura deberá recorrer para llegar a una distorsión de las formas. El apoyo
a Fernando VII ante la invasión francesa fue mostrado por diversas
instituciones en Nueva España

Ilustración 1

Las ilustraciones de los folletos antinapoleónicos la crítica se dirige a los


franceses tal es el caso La muerte de Murat . Escena trágica o bien sea semi-
personal donde se describe como las tropas que lo han derrotado lo persiguen
y el huye hasta donde se encuentra acorralado y lo único que puede hacer es
tirarse a la letrina , sin antes decir “Caigo ya de cabeza , y a lo menos muera
yo entre lo mismo que he vivido” El folleto es un reimpreso publicado por la
casa Arizpe y el grabado esta firmado por M.1 Los letreros dentro de los globos
van a aparecer en estos primeros tiempos de formación de la caricatura.

Ilustración 2

El aguafuerte titulada La antigua Nueva España jura en manos de la


religión vengar a Fernando VII es una producción novohispana firmada por M
en ella se indica que lo grabó e inventó M. Para conllevar su mensaje utiliza el
modo alegórico que estará presente en la sátira de estos años. Los folletos a
favor de la corona son un antecedente a los panfletos que circularán
posteriormente a la independencia. Son de las primeras aguafuertes donde la
Nueva España viste de manera similar a la España conquistadora.

Ilustración 3

La censura durante la guerra de independencia tuvo sus vaivenes. En


1812 mediante una proclama oficial, bajo severas penas, se forzó a que la
iglesia anunciara: que los ejemplares del El Ilustrador Americano fundado en
1811 debían entregarse al arzobispo so pena de excomunión. Por otra parte al

1Helia Bonilla, “La gráfica satírica y los proyectos políticos de Nación (1808 -1857)” en
Pinceles de la Historia :De la Patria criolla a la Nación Mexicana 1750-1860, México
Museo Nacional de Arte 2000, p 173 Es de este estudio de donde sale el material
usado en este ensayo para esta primera etapa donde la caricatura se va definiendo.
promulgar el virrey las constitución española creada por las Cortes de Cádiz
hubo un pequeña apertura para la prensa. Sin embargo los expedientes de
infidencias sobre los que dictaminaba la Junta de Seguridad y Buen Orden de
la Nueva España y que se guardan hoy en el Archivo General de la Nación
patentizan la alerta vigilancia que tuvieron las autoridades sobre las imágenes
como medio de opinión. Uno de los casos se refiere a la figura de Miguel
Hidalgo el prócer al que se reconoce como el iniciador de la Independencia , a
quien se le muestra en un monumento ecuestre, ello era inadmisible desde la
perspectiva española pues los monumentos ecuestres estaban vinculados a las
figuras reales y no a quienes ellos consideraban un levantisco.

Ilustración 4

La imagen fue encontrada debajo de un colchón en la casa


perteneciente a José María García Obeso quien estaba encarcelado por
sedición. La casa estaba ocupada por Juan de Foncerrada y Sorovilla y es el
nombre de su hijo el que aparece en el dibujo. La imagen fue agresiva para los
españoles quienes se sintieron agredidos por la colocación de Miguel Hidalgo
como un héroe, ya que violentaba los valores de la sociedad regalista.

Los temas de la folletería en el primer quinquenio postindependentista


ventilaron el creciente antihispanismo, el anticlericalismo de ciertos sectores y
las disputas de las primeras facciones políticas del México post independiente.

II Progreso y modernidad

Con la palabra modernidad y progreso por delante, llegó a México -como


muchas de las novedades- por las costas del Atlántico y de manos de
extranjeros la litografía. La técnica había sido inventada por el alemán G.A.
Senefelder hacia 1796, la impresión múltiple de ilustraciones a través de la
piedra litográfica, vendría a revolucionar la difusión de las imágenes como
parte de la prensa periódica.

Después de considerables problemas burocráticos llegaron a Veracruz


el 25 de septiembre de l825, quiénes se harían responsables de montar el
primer taller litográfico en la ciudad de México: Claudio Linati de Prévost y su
socio, Gaspar Franchini. Linati desde su juventud en Parma, Italia, había
pertenecido a la Sociedad del Sublime Maestro Perfecto: donde se inició como
carbonario. Linati en l821 luchó por el triunfo del gobierno liberal español, y
huyó a Francia. Refugiado en Bruselas conoció a Manuel E. Gorostiza
encargado de negocios de México en Bélgica, con la ayuda de quien gestionó
el embarco de la máquina litográfica y algunos de sus útiles. Con ella fundó El
Iris y el 4 de febrero de l826 salió el primer número, fue a través de éste
periódico en el que expresó su desacuerdo con la situación política del
momento. El problema entre los masones escoceses o yorkinos se hallaba en
un punto álgido, se había expulsado del país a Santangelo quien había
expresado sus ideas liberales a través de EI Iris y tomado abiertamente partido
con los yorkinos. Linati, desde su periódico aunque de una manera conciliadora
expresaba un credo liberal en cuanto a la educación, el clero y la organización
del ejército. La expulsión de estos extranjeros y la clausura de El Iris, debe
entenderse a la luz, de que el sector conservador no quería que se creara una
opinión pública que forzase al gobierno de Guadalupe Victoria a adoptar las
medidas radicales que exigía el sector liberal incrustado en ese gobierno de
conciliación. Debe quedar claro que no fue el lenguaje formal usado por Linati
en su periódico el que se consideró subversivo, sino el contenido tanto literario
como político e iconográfico. Al desaparecer ésta, algo del carácter crítico y
combativo de la litografía se perdió temporalmente, sin embargo estuvo vigente
en las imágenes satírico-políticas realizadas al aguafuerte que circularon
durante la misma década.

La imagen de la tiranía producida por Linati para El Iris es copia de una


lámina española. Si bien no esta representada según la iconología clásica de
Ripa si lleva consigo los instrumentos que denotan a la tiranía una espada
desenvainada en lugar de cetro que es signo de dominio y gobierno legítimo, la
espada desenvainada es el medio que tiene el tirano para alcanzar la
obediencia de sus súbditos. A la imagen central que se encuentra sentada
tiene pies y orejas de burro, lleva un collar de calaveras en el pecho y un gorro
de bufón la flanquean otras dos el que ve hacia el espectador es un diablo que
lleva en sus manos una gruesa cadena y una hacha, el otro parece ser un
religioso por el tipo de vestimenta con la que se cubre. Atrás unas figuras
fantasmagóricas vestidas de militares atacan con unas bayonetas a otros
soldados; en el plano último vemos una serie de ahorcados que empiezan a
ser dibujados a partir del edificio de la inquisición. Finalmente se alcanzan a ver
nombres de ciudades y países. Como pie a la imagen lleva una cuarteta “Entre
superstición y fanatismo la atroz tiranía mira sentada y con terror y mercenario
espada doquier siembra la muerte del despotismo.”

Ilustración 5

La prensa litográfica traída por Linati fue incautada por el gobierno


mexicano, quien le había conferido un préstamo para hacer llegar la
maquinaria a territorio nacional. La prensa, única, en la Ciudad y de hecho en
todo el territorio nacional fue llevada a la Academia de San Carlos, escuela
encargada de la promoción oficial de las artes. Sin embargo la litografía no se
desarrolló en el precario ambiente de San Carlos. A tono con el espíritu de los
tiempos, no la concebían sino como un arte menor, más unido al trabajo
artesanal y de producción industrial que a la creación intelectual y, por lo tanto,
descartada de las academias, no sólo de la de México.

Esta primera máquina litográfica permaneció en la Academia entre l828


y l839, usándose para imprimir algunas ilustraciones de libros a petición del
ministro del interior, Lucas Alamán. Los impresores particulares no tuvieron
acceso a ella, por ejemplo, en l828 Pedro Patiño Ixtolinque, director de la
Academia, negó el permiso para usar la prensa litográfica a Adriano Fournier y
Pedro Robert debido a sus ligas con los carbonari italianos, quienes mantenían
vínculos con las logias yorkinas, enemigas de las escocesas, en las cuales
participaban algunos miembros de la Academia. Por último al final de la
década de los treintas, la prensa fue trasladada al Colegio Militar, donde se le
utilizó para imprimir planos de tácticas militares.

Sin embargo antes de irse al Colegio Militar, el uso de la litografía


permitió divulgar -al menos en intención- proyectos que antes se habían
quedado en ejemplares únicos. Ahora en 1827 y gracias a que la máquina
estaba a disposición, se aspiró publicar, la Colección de antigüedades
mexicanas que existen en el Museo Nacional por entregas, con las cuales se
podría formar un libro, la publicación fue concebida por Isidro Icaza director del
Museo y por Isidro Gondra miembro de la junta de antigüedades de la misma
institución, las litografías estuvieron a cargo de Federico Waldeck y la
impresión fue labor de Pedro Robert.

Al no tener acceso a la única prensa litográfica, -aquella de la Academia-


el naciente empresariado hizo lo necesario para adquirir prensas propias. En
México, uno de los primeros talleres públicos poseedor de una prensa
litográfica, fue el de Carlos Fournier quien se asoció con Rocha en l836 y
empezaron a operar con una máquina traída directamente de París en l838. Le
siguió la asociación "Decaen-Baudoin" quiénes con el dibujante Federico
Miahle y el mexicano Hipólito Salazar, aprendiz de litografía, quien en 1840
fundaría su propio taller.2 Estos empresarios extranjeros inauguraron una ruta
que seguirían los impresores del país.

En los talleres litográficos, no obstante ser la vanguardia de la impresión,


persistieron las antiguas estructuras gremiales: el aprendizaje de la técnica se
hacía por medio de la práctica y subsistía la división jerárquica del trabajo en el
interior del taller. Múltiples son los ejemplos de aprendices que al cabo de los
años lograron acumular el capital y la experiencia para instalar su propio taller a
través de fusiones: tanto de empresas, como familiares. Un ejemplo temprano
de ello lo vemos en las distintas asociaciones que José Antonio Decaen hizo a
lo largo de su vida. El joven impresor se asoció primeramente con Eduardo
Baudoin cuando el impresor murió, José Antonio se casó con la viuda -
Soledad Coba- adoptando a sus tres hijas. Editorialmente se asoció con Masse
y publicaron en 1841 el Monumentos de México con litografías de Pedro
Gualdi, en 1843 vendieron sus máquinas a Ignacio Cumplido mismas que
Decaen recompró en 1849. En 1851 concluyó alimón en la publicación de
Antonino y Anita con Juan N. Navarro y más tarde en 1857 Casimiro Castro el
joven litógrafo de México y sus alrededores, se casaría con una de las hijastras

2 Clementina Díaz y de Ovando “EL grabado comercial en México 1830-1856” en


Historia del Arte Mexicano ed. Jorge Alberto Manrique, México,. Salvat 1982. núm. 69
p. 169.
de Decaen, estableciendo vínculos no sólo de trabajo, sino familiares entre
impresores y ejecutantes.3

En México hacía falta: papeles, tintas, planchas, tipos, rodillos, lápices,


ácidos y esquemas. En una palabra todo, para iniciar la producción de
imágenes litográficas. Varios fueron los viajes que los impresores hicieron al
extranjero, como el de Cumplido a Estados Unidos en l838 en busca de
maquinaria moderna. Aunque en especial ese viaje fue un rotundo fracaso, al
encontrar bloqueado el puerto de Veracruz, Cumplido a sus 27 años tuvo que
regresar a Nueva Orleans y perdió todo lo que había adquirido. Se cuenta que
regresó a México "teniendo que hacer buena parte del camino a pie, desde
Tampico". Ignacio Cumplido ponderaba las ventajas de la litografía al dar
cuenta de su importancia; para el arte "tipográfico, la litografía significaba una
revolución total en el procedimiento ilustrativo.”

Los talleres se fueron estableciendo a partir de la década de los


cuarenta. Su producción se concentró fundamentalmente en las estampas para
el consumo interno, o bien para la exportación. Las estampas para el consumo
interno variaban su contenido según el público y desde luego eran más baratas
que el importe de una obra original. En cambio para el extranjero se hicieron
álbumes sobre los diferentes aspectos geográficos y costumbristas de México
con la idea de presentar una imagen de civilización, progreso y seguridad que
promoviera la inversión de capitales extranjeros en un país rico en materias
primas aunque pobre en industrias. Estos trabajos ejemplifican cómo se
pretendía difundir la vida y el ambiente mexicano; en ellos el mexicano mestizo
y urbano aparece mitificado, mostrado como tipo curioso, y el campesino o el
indígena aparecen como "presencias típicas", no como sujetos de acción.
Plantear una nueva iconografía de la América era parte de su objetivo.

Se encargaron de estas producciones impresores como Ignacio


Cumplido, Vicente Heredia, Julio Michaud, Manuel Murguía, Felipe Escalante,
Agustín Massé, Juan Antonio Decaen, Eduardo Baudouin Vicente García
Torres y Alfredo Labadie, quiénes, como empresarios, no estuvieron

3 Ricardo Pérez Escamilla, “Casimiro Castro. Por los frutos conoces el árbol, a México
por sus artistas” en Casimiro Castro y su taller, México, Fomento Cultural BANAMEX
e Instituto Mexiquense de Cultura 1996. pp 58-59
desvinculados de la Academia: eran parte de sus accionistas en las
exposiciones bienales y mantenían relaciones comerciales con la institución;
como miembros del sector empresarial urbano se identificaron con la cultura
difundida en estas exposiciones.

La crítica a las acciones gubernamentales se dio desde publicaciones


donde el lenguaje irónico resultó más agresivo que el visual el camino se iba
construyendo. El Toro en 1829 escrito por Rafael Dávila quien hace un terrible
escarnio de los yorkinos quienes habían sido responsables del motín de la
Acordada que terminó con el saqueo del Parían. Dávila da voz a las quejas de
los hombres de bien y acusa a los yorkinos por sus actitudes populistas y por
rodearse de gente de baja ralea. En 1833 al verse desplazados de nueva
cuenta los hombres de bien emplearon de nueva cuenta la sátira en el
periódico El Mono para atacar a Bustamante quien había pactado con los
rebeldes y contra Santa Anna quien ya era presidente. En la caricatura aparece
un mono que es un liberal reformista que traiciona la constitución. En los años
treinta la producción satírica puede contarse y encontrarse a cuenta gotas
sobre todo en las hemerotecas extranjeras. Sin embargo para la siguiente
década aumentaría su producción

En los periodos en que el general Antonio de Santa Anna dejaba el


poder, aminoraba la censura de prensa y aparecieron esporádicamente una
serie de caricaturas. En 1844 después de ser derrocado el generalísimo las
críticas se centraron, sobre su gobierno. Una estampa suelta publicada por la
imprenta Murguía coloca a Santa Anna como una pequeña escultura parado
sobre unas ruinas, cada piedra, lleva los diferentes estados por los que ha
pesado la acción de Santa Anna: en 1821 apoyó a Iturbide, para 1824 defendió
la federación, en 1836 sostuvo el centralismo, en 1841 la regeneración, y
finalmente en 1842 promulgó las 7 bases orgánicas sobre las que iba a
gobernar. A los pies de Santa Anna se dirigen, desde los diferentes estados del
República, pequeñas balas de cañón que tan sólo parecen tambalearlo, debajo
del cañón se lee voto general y una muchedumbre jala el cañón para que las
balas sean más certeras, la cantidad de nombres de los Estados nos habla de
un repudio generalizado a Santa Anna. Bajo su mano derecha se lee una
proclama de una viuda del 27 de diciembre de 1844 “Las contribuciones que
por todo pagamos, a todos nos han reducido a la miseria y todas … están en
Manga de Clavo” A su izquierda un enorme monstruo abre sus fauces que
devora talegas de dinero que en fila los ciudadanos a manera de tamemes le
llevan producto de préstamos forzosos, prestamos del clero, capitación ventas
de minas y bienes nacionales, venta de empleos, contribución sobre
profesiones, objetos de lujo, licencia de algodones, el monstruo escupe las
talegas a un barco que en su rueda dice ya se fue. En la esquina inferior
izquierda unos elegantes caballeros con máscaras proclaman así nos
quedamos. Lo que la hace una caricatura no son los recursos de comicidad,
sino que el mensaje visual se ve enfatizado por los pequeños letreros que la
acompañan haciendo del contenido una crítica al gobierno de Santa Anna. Los
caricaturistas estaban aprendiendo a plasmar en imágenes el contenido de la
crítica.

Ilustración 6

Hacia 1845 la caricatura política dejaría de ser esporádica, El Gallo


Pitagórico, apareció aunque algunos de estos artículos, sin ilustrar, habían sido
publicados en 1842 en el periódico El Siglo XIX y estaban "destinados a buscar
y mostrar las lacras, los tumores cancerosos que la Colonia heredó al México
Independiente y cómo lo mantenían inmovilizado". La edición de 1845 la
ilustraron, los litógrafos Plácido Blanco, Hesiquio Iriarte, Joaquín Heredia y
Romero. Sin embargo, en la presentación de la edición de 1857 se dice
textualmente que la obra está ilustrada con cien grabados hechos en París por
los "mejores artistas", conforme a las instrucciones del autor. Como son iguales
es probable que los grabados fueran tomados de las litografías de 1845 los
cuales están firmados por los litógrafos mexicanos. Si bien hubo un varias
publicaciones con litografía la queja constante fue el costo del papel y la pericia
de los ejecutantes; al impresor le convenía la importación de estampas que se
vendían en el mercado internacional a menor precio y sin que éstas pagaran
impuestos.

FALTA
Ilustración 7

Don Simplicio Periódico Burlesco, Critico y Filosófico, por unos simples


salió a la luz en 1845 se publicaba miércoles y sábados constaba de dos
pliegos y prometían según el número de suscriptores, entregar dos grabados
en madera o dos litografías. Los números sueltos valían un real y la suscripción
mensual seis reales a pagar por anticipado. Guillermo Prieto en Memoria de
mis tiempos cuenta que el editor era Vicente García Torres el director del
Monitor Republicano. Sus colaboradores fueron Guillermo Prieto (quien
firmaba como Zancadilla), Ignacio Ramírez (el Nigromante), Manuel Payno y
Vicente Segura (Cantárida) que desde su posición liberal el caballo de batalla
resultaba la ridiculización de los militares, los conservadores y el clero, su
posición respecto a Santa Anna fue más conciliadora, ya que a pesar de las
críticas parecía ser el único que podía liderear a luchar contra el ejército
estadounidense.

FALTA

Ilustración 8

La guerra del 47 confrontó dos modos de hacer, dos modos de ver. Los
estadounidenses se valieron ampliamente de la generación de imágenes
visuales para informar a sus lectores del suceso. La inclusión de la noticia
visual impulsó a redactores de los diarios y semanarios estadounidenses a
buscar: dibujos y estampas de los cuales sus impresores pudieran obtener las
imágenes finales que notificarían a sus lectores de los últimos eventos. No
manejaron en el momento tanto las fotografías, éstas fueron usadas
mayoritariamente a posteriori para los retratos. El público ávido de imágenes,
no se conformaba con los textos, las ilustraciones llegaron a formar las
secciones más populares entre el comprador apasionado no sólo por saber,
sino por ver. El Picayune de Nuevo Orleans fue uno de los diarios más
comprometidos con su público. El periódico estableció un correo especial que
cruzaba las líneas de guerra para que la información llegara a su destino
rápidamente.
Es en los calendarios donde se encuentran concentradas las escenas de la
guerra, es el aquel pequeño volumen, editado por de Abraham López en 1848
y se llamó Décimo Calendario para el año bisiesto de 1848 en el cual salieron
reproducidas 8 imágenes sobre la intervención, todas ellas sobre los sucesos
acontecidos en la Capital y explicadas en los textos adjuntos. El carácter
popular de su factura, nos habla, de la involucración de los diferentes sectores
de la sociedad.
La caricatura política también halló una tribuna en las páginas de El
Calavera, periódico jocoserio, Político y Literario el cual empezó a circular en
1847, con una periodicidad irregular, pues aparecía cada tercer día o a veces
cada cuatro, prometía cambiar su cabezal por lo menos cada mes A diferencia
de otras revistas ilustradas de la época, El Calavera se caracterizó por sus
ironías y críticas a la guerra de intervención estadounidense, denunció los
errores del gobierno de Santa Anna, los robos y el oportunismo político. Los
ilustradores permanecieron en el anonimato y la publicación fue clausurada el
18 de junio de 1847 "por fomentar la discusión, incitar a la revolución,
desprestigiar a los magistrados y burlarse de los defectos físicos de algunos
funcionarios".

El hecho que los periódicos de estos años, combinen el grabado en


madera con la litografía nos habla de la falta e talleres litográficos donde les
hicieran las litografías que llevaban asimilados el texto a los cabezales, lo cual
también nos indica el bajo tiraje que habrán tenido. En uno de los cabezales el
correspondiente a febrero de 1847 vemos al Calavera observar desde la costa
como se va hundiendo el barco de la República Mexicana, el cual se encuentra
en una fuerte tormenta la invasión norteamericana después de la pérdida del
Texas. EL ejercito estadounidense había entrado por la frontera norte en 1846
y ahora se disponía su ataque desde Veracruz. La actuación de Santa Anna se
había complicado al no perseguir a los estadounidenses por el norte sino
decidir regresar a la capital para reprimir el problema suscitado por los polkos
en la capital y luego partir hacia Veracruz donde su estrategia fue equivoca en
Cerro Gordo y permitió el paso del ejecito enemigo hasta la capital.

Ilustración
El cabezal de mayo de 1847 es un grabado en madera, donde el
Calavera toma el uniforme de un soldado y con una bandera mexicana que
dice Patria Independencia y Libertad se apresta a pelear con su espada el se
coloca en un montículo donde pisa la bandera estadounidense sobre ella hay
un cañón y a su lado una quimera con la palabra invasión. El caricaturista
anónimo se ha valido de la imagen para transmitir el mensaje tan desalentador
que existía en la República.

Ilustración

Al año siguiente ya terminada la guerra, de la misma imprenta Navarro


salió El Máscara, en sus páginas deja traslucir la amargura que representó la
pérdida del territorio.

Ilustración

Los periódicos con caricatura irían en aumento y servirían para apoyar a


los gobiernos en turno o para socavarlos. En agosto de 1849 Joaquín Giménez
ciudadano español y literato errante se asoció con los santannistas y fundaron
el El Tío Nonilla, realizado en ciertas ocasiones en la imprenta de Navarro,
durante su primera época este no fue ilustrado y Giménez actuó como redactor
y director. Por razones políticas Giménez fue expulsado de México y cuando
regresó, refundó El Tio Nonilla sus antiguos aliados se convirtieron en
enemigos y el favoreció la campaña presidencial de Mariano Arista. Una de las
ilustraciones titulada Una conjuración monarquista, Poema Cáustico incita al
pueblo al linchamiento sangriento de Lucas Alamán, Rafael Rafael, Guadalupe
Perdigón Garay Antonio Haro y Tamariz, Tagle y concluía “pueblo la sangre e
estos infames es estiércol que necesita tu árbol sagrado” Giménez anunció el
triunfo de Arista y el cierre de El Tío Nonilla.

Ilustración

Otro periódico que apoyó a Arista fue El Telégrafo el cual surgió en 1852
cuando el gobierno de Arista se vio enfrentado a multitud de problemas:
saqueo de los llamados indios bárbaros en el norte, conspiraciones políticas de
conservadores y santannistas, caos hacendario, y conflictos con el recorte del
ejército. Herculano Méndez el caricaturista de El Telégrafo favorece la figura y
las decisiones de Arista, la calidad gráfica de Méndez, apegada al vocabulario
caricaturil francés, destaca de la producción anterior. Alfredo Bablot quien era
el director -tras las cortinas- de El Telégrafo era de origen francés, de ahí que
el proveyera a Méndez de las imágenes publicadas en Francia por Daumier,
Cham, Vernier y Méndez copiara los esquemas compositivos adecuando las
fisonomías al caso mexicano

Por ejemplo en Actualidades Vernier coloca en el centro a Napoleón III y


a los lados dos personajes que ya se creían ministros , sin embargo al pie de la
caricatura nos dice Yo no lo he nominado ni a uno ni al otro ..no encuentran
que la farsa es buena. La caricatura salió publicada el 7 de febrero de 1851,
para el 17 de octubre de 1852 se publica la de H Méndez . El caricaturista no
piensa en la inversión que sufrirá la imagen de la placa al original así que copia
sobre la placa la posición de los dos candidatos y solo sustituye las facciones
de Napoleón III por las de Arista y le arregla el traje de militar. En la parte
superior de la caricatura dice Actualidades Dos candidatos que llegaron tarde
El pie de imprenta dice Arista: Los siento mucho caballeros y les agradezco su
buena voluntad pero ya aceptó el amigo Yañez la cartera que Ustedes
solicitan. No es el único caso como lo señala Helia Bonilla en su estudio sobre
El Telégrafo sino que ocurre en varias ocasiones con Cham y Daumier.

Ilustración (dos)

Para comentar lo que sucedía en la capital Méndez fuera del ámbito


político y más en el de la vida diaria, caricaturizó el evento de la traslación de la
estatua de Carlos IV de la Universidad a la glorieta del Paseo Nuevo en 1852.
La escultura va montada sobre una plataforma sostenida por una tortuga y
detrás de ella va Don Lorenzo de la Hidalga arquitecto ganador del concurso
que se hizo para el traslado y la construcción de una plataforma y con la que
se debía llevar a cabo el movimiento de la escultura de bronce. La caricatura
caracterizó lo lento y tedioso que resultó el traslado, tanto para el arquitecto
como para los ciudadanos de la capital.

Ilustración
El apoyo de los diarios hacia Arista no duró mucho debido a los embates
contra la libre expresión de la prensa, cuando el 21 de septiembre de 1852,
emitió un decreto que restringía severamente su libertad. Ello lo hacía, con el
fin de que los periódicos, no publicaran los manifiestos y las acciones de los
rebeldes, sobre todo los de Jalisco, abanderados por el coronel José María
Blancarte quien invitaba -a nombre de la nación- al general Antonio López de
Santa Anna para que regresase al territorio de la república y se declarase a
Arista no apto para gobernar.4

El Telégrafo -con la mordaza del decreto del 21 de septiembre de 1852


encima- empezó a encabezar su publicación con el artículo 2 del decreto de
dicho decreto el cual prescribía que:

A nadie le es lícito escribir contra las autoridades o funcionarios de


manera que vengan a menos en la consideración pública, ni contra las
órdenes o providencias que emanen: tampoco se permite asertos
calumniosos o difamatorios , bajo el pretesto (sic) de que así se dice o así
lo asegura el concepto público, más la discusión razonada sobre los actos
del gobierno, o la censura que no agrie los ánimos ni ofenda a las
personas de los funcionarios, no queda prohibida como está por las leyes 5

A partir de la publicación del mandato, la opinión de los redactores del


Telégrafo era que se “ha dado una interpretación exagerada de la ley…y se
veían a si mismos, ni como partidarios de la actual administración ni miembros
de la frenética oposición… hay una franqueza en pro y contra del gobierno…el
ridículo con que cubrimos a todos, griegos y romanos por medio de la
caricatura”6 Ellos agradecían “rendidamente al inventor de estas elocuentes y
expresivas producciones que llamamos caricaturas, el que nos evite llenar

4 El Telégrafo 22 de septiembre de 1852. p. 386. Le agradezco a Helia Bonilla el


préstamo de la fotocopia de El Telégrafo, periódico raro de encontrar en las
hemerotecas públicas.
5 El Telégrafo 25 de septiembre de 1852. p. 393.
6 El Telégrafo, 25 de septiembre de 1852. pag. 393
muchas columnas de nuestro periódico, para expresar menos de la centésima
parte de lo que expresarán unos cuantos trazos de nuestro hábil dibujante…”7

Al comenzar en octubre, su segundo tomo, nos comenta Nuestras


caricaturas no han desagradado al público en general, –lo que no ha
sucedido en lo particular;– y por lo mismo no solo seguiremos publicando
una ó mas en cada número de nuestro periódico, sino que de vez en
cuando daremos algunas en forma de suplemento sobre los asuntos del
día y las crónicas escandalosas… “Contamos al efecto con los lápices
cáusticos, hábiles, maliciosos é inteligentes de varios artistas de un mérito
sobresaliente.– En esta parte de nuestra publicación, seguiremos siendo
atrevidos y malcriados cual ninguno, y procuraremos zaherir por su lado
débil, como ya lo hemos dicho en otra ocasión, pero respetando siempre
la familia y sin atacar jamás el honor ni la vida privada, [aunque sí a] todas
las naciones, todos los pueblos, todas las testas coronadas.... en una
palabra,– todo el género humano.8

Ilustraciones

A la caída de Arista y el empoderamiento de Santa Anna ni tardo ni


perezoso, -y para controlar la situación- decretó el 25 de abril la llamada Ley
Lares, la cual restringía la libertad de imprenta. En ella se exigía que los
periódicos tuvieran editores responsables, el editor de El Telégrafo nunca se
dio a conocer a través de sus páginas; se exigió un deposito de tres a seis mil
pesos en el Monte de Piedad, a disposición del gobierno del Distrito Federal,
para responder por las multas que les fuesen impuestas, el redactor de nuestro

7 El Telégrafo , 1 de septiembre de 1852. pag. 338.


8 El Telégrafo, 13 de octubre de 1852 p 1y 2
bisemanario el señor Alfredo Bablot se encontraba en bancarrota y no tenía
modo de pagar la estratosférica suma que se le pedía.9

Además se prohibía cualquier ataque a las bases de la administración, al


gobierno, a sus facultades, y a los actos ejercidos en virtud de ellas, bajo este
panorama ¿cual iba a ser el contenido de un periódico de oposición?; se
prohibía que se publicasen, vendiesen ó manifestasen al público, dibujo,
estampa, grabado, litografía, caricatura, medalla ó emblema que produzca los
mismos daños contra la sociedad ó los individuos, que los impresos punibles
en esta ley, se les impondrán respectivamente las mismas multas,
inutilizándose los objetos. En caso de insolvencia, sufrirán por vía de corrección
un arresto desde quince días hasta cuatro meses, ¿y las caricaturas que
atacaban tanto a griegos como romanos donde iban a quedar? . Como dice
Enrique Olavarría y Ferrari “… en virtud de la tiránica ley de imprenta del 25
dejaron de existir El Monitor Republicano, El Instructor del Pueblo y El
Telégrafo, los demás periódicos conservadores se sujetaron a la ley, siendo el
principal de ellos El Siglo XIX, que creyó posible seguir escribiendo bajo el
régimen reaccionario.”10

Como indica Helia Bonilla para Bablot editor de El Telégrafo

…su obstáculo esencial fue sin duda el económico, pues justo para fines
de abril de 1853 el editor estaba en franca bancarrota. Se desconoce si la
causa fue su empresa periodística, o si derivó de otros negocios, pero el
hecho es que desde el inicio de la publicación de su revista, mientras ésta
circuló, y aun después, el joven editor firmó un buen número de libranzas,
algunas por sumas muy elevadas, casi todas avaladas por su esposa y
por familiares de ésta, por cuya falta de pago sus varios acreedores
acudieron a diversas notarías a fin de protestarlas. La situación alcanzó
un punto crítico justamente a lo largo del mes de abril, y el día el 30,
además de reclamárseles el pago de dos letras vencidas, Bablot y su

9 Helia Bonilla, El Telégrafo, y la introducción de la gráfica francesa en la prensa


mexicana, México, Anales de Instituto de Investigaciones Estéticas UNAM. 2003. Pp.
53 -121.
10 Enrique Olavarría y Ferrari , México Independiente en México a través de los Siglos
México, Ed. Cumbre, 1962. p 810-811.
mujer tuvieron que ceder a un tercer acreedor buena parte de sus bienes,
entre los que se encontraba una imprenta (seguramente aquélla de la que
había salido la publicación), para cubrir una deuda de $3,930.00. Es claro
que al editor le fue imposible hacer el depósito para que su periódico
pudiera subsistir.11

La prensa de oposición con caricaturas desapareció y el


comentario crítico, reapareció en algunos calendarios, que se publicaron en los
años de 1854 y subsecuentes, donde encontramos algunas imágenes
caricaturescas referidas a éste periodo Santannista. Lo que los calendarios
imprimían en general en esas páginas complementarias al calendario eran:
poemas, versos chuscos, recuentos de historia mexicana y universal, la
insurrección de Tejas, historias de las margaritas -aquellas mujeres que
bailaron el jarabe con los invasores-, cuentos breves, partituras musicales,
anécdotas moralizantes sobretodo en torno al congreso, durante los años
cincuenta, relaciones de viaje que derivaban en descripciones naturalistas,
notas cosmográficas, crónicas sobre volcanes en erupción, terremotos,
consejos prácticos, recetas de medicina, breves noticias sobre los sumos
pontífices, estampas religiosas, y escasas caricaturas políticas. Esta variedad
de temas habla de los diversos intereses de los impresores, por llamar la
atención de un público ávido de sencillas novedades y que año con año se
veían precisados a variar el material con el que complementaban el calendario
en beneficio del comercio.
En opinión de Isabel Quiñones los calendarios de Abraham López
(1852), el calendario Liberal del Licenciado D Liberato Garabato Panzacola
(1852-1854) y El Calendario Caricato (1853-1856) realizados en la imprenta de
Vicente Segura Arguelles, contienen los mejores escritos de sátira política,
junto con el Calendario Impolítico y justiciero (1853-1856) por el Albeitar (o sea
el veterinario) y sangrador de SSMM. Vicente Segura bajo el seudónimo de
Cantárida, tenía experiencia con la producción de periódicos con caricaturas ya
había colaborado años atrás con Don Simplicio.
El juicio popular ante D. Antonio López de Santa Anna posterior al triunfo
liberal, nos muestra al villano por excelencia del siglo XIX. Su paso por la

11 Helia Bonilla, op.cit. p 94.


historia queda acotado al lado oscuro de su actuación, no hay en las
caricaturas, las cancioncillas, las adivinanzas, ó los versos, nada que lo
justiprecie, en los tiempos que algún beneficio dejó a la Nación, como por
ejemplo, ser el héroe de Tampico.12
La caricatura de corte político sirvió para mostrar las inconformidades de
los ciudadanos frente al poder, a través de la critica, la ironía, el sentido doble
de las imágenes fueron acompañados por un pie de imprenta que clarificaba
hasta cierto punto las imágenes. Para el público que convivió con las
publicaciones le fue más fácil la interpretación del significado de la imagen. Sin
embargo con el tiempo los rostros permanecen muchas veces anónimos y hay
que buscaran el significado en un contexto histórico más amplio

Golpe de estado es el título de una caricatura que viene como pliego


insertada en el Calendario Liberal del Licenciado D Liberato Garabato
Panzacola para el año de 1854. El primer calendario fue manufacturado por
Vicente Segura y la caricatura fue realizada en la litografía de Decaen.

ilustración
Golpe de estado es una caricatura que no está firmada -por ninguno de los
escasos caricaturista de la época- y su lectura se necesita compartimentalizarla
para entender los diversos temas que en ella se critican. La podemos dividir en
6 registros. Va acompañada a la manera antigua, de pequeños letreros que
intentan una explicación de la imagen. Al centro podemos leer “La salud del
pueblo es la suprema ley” un personaje tomado de la obra Viaje a donde se os
antoje ilustrada por Johannot levanta la cortina y nos muestra el escenario de
un pequeño teatro guiñol, donde tres personajes, uno de ellos Lucas Alamán,
embuten una serie de leyes a las cabezas de los ciudadanos, que se asoman a
través de unos balaústres huecos. Los ciudadanos llegan hasta aquí por medio
de unas escaleras que se encuentra abajo del teatrito y ellos tal vez
confundidos por las promesas de los ministros, se enlazan en torno a las
escaleras para participar en el supuesto festejo que los ministros les tiene
preparado, pero en vez de un premio los atiborraban con una serie de leyes.

12 Existen versos y cancioncillas adulatorias de los periodos cuando Don Antonio se


encontraba en el poder, durante las 11 veces que fue llamado a ser presidente de la
República.
Conocido fue el régimen por la variedad de decretos que incluyeron los
impuestos a puertas y ventanas.
Hacia la izquierda un segundo grupo encabezado por una retreta festiva
es despedido por un grupo de mujeres que dicen “Adiós Se van nuestros
padres” y un hombre del pueblo que les grita “Adiós mis valedores”. La fila
zigzagueante de personajes va arriada por un militar, quien con un látigo en la
mano nos remite al verso que lo acompaña:
Ya no habrá dietas
Ya no habrá curules
¡Arre conscritos!
¡Arre gandules!
Recordemos que en un acto de soberbia Santa Anna suprimió el
Congreso, y son estos personajes quienes forman “la marcha de los padres del
pueblo” quienes ahora humillados desfilan: unos a pie otros en burros, otros en
carroza, a la mitad de la fila un personaje que va a pie oculta una bolas de
dinero y nos dice “Vendí mi voto”, mas adelante un burro “pide la palabra.” El
primero de la fila montado en un macho cabrío dice “se abre la sesión” a lo que
replica desde las alturas la escultura de Santa Anna “no más congreso.” Arriba
de los personajes que van en carroza encontramos otro estribillo
Por vida de San Pelagio
Si no vendemos anoche
Nuestro voto al Sr. Agio
Hoy no fuéramos en coche
La avaricia de unos cuantos congresistas, vinculados con el de los
agiotistas del periodo era de todos conocida y con el Tratado de la Mesilla o
The Gadsden Purchase, ello quedó evidente, al ser los agiotistas, los más
beneficiados a la hora de repartir el dinero producto del arreglo. A manera de
apostilla, el título diverso que se le da al evento en los dos países obedece al
ocultamiento que ambos dieron al problema Nos preguntamos -al transcurso de
la historia- si para los Estados Unidos ¿Fue sólo una compra? O para el
gobierno de Santa Anna ¿en verdad fue un Tratado?
El tercer grupo arriba a la izquierda nos recibe con la expresión “El
nuevo código renacerá como el Fénix”. Dos carrozas de madera, jaladas por
dos jamelgos, se encuentran cargadas de papeles, que bajo el testimonio
ocular de un militar cruzado de brazos, supervisa a tres trabajadores que
avientan a una muy organizada pira el contenido de las carrozas. Como todas
las frases que acompañan a la caricatura, su sentido es irónico, al proponer
que el nuevo código renacerá como el Fénix. Habría que esperar hasta la
promulgación de la Constitución de 1857 para que se pudiera hablar de un
código renacido como el Fénix.
En el lado derecho de la parte superior leemos “Prisión peligrosa.
Popularidad de los diputados” Varios soldados y agentes de la policía rodean a
un grupo de ex diputados y los llevan a prisión, dos figuras un militar y un
ciudadano festinan el hecho.
“Alcaldes del cuartel. Aquí yacen” es la frase que abre el 5 fragmento de
la caricatura y vemos en un paraje de Río Frío una serie de casquetes
mortuorios
En el último recuadro se ven “los efectos de la última ley sobre ladrones”
donde un populacho formado por hombres y mujeres civiles y militares
observan la tarima donde han sido colocados 5 pretendidos ladrones quienes
con los ojos vendados esperan el castigo, de acuerdo a su vestimenta ellos
provienen de diversas clases sociales. Un lépero que nos voltea a ver roba a
un hombre que viste levita quien observa el tinglado.
La caricatura a través de su varios recuadros presenta una crítica a la
sociedad y a las autoridades. La sociedad queda en un papel infantil, donde se
ríe de lo que no debiera, donde engañada con escenarios de teatro se presta a
la farsa, en fin demuestra la falta de cultura ciudadana de una sociedad que ya
cumplía casi medio siglo de vida independiente. Critica a las autoridades tanto
civiles como militares por su autoritarismo, corrupción e ignorancia. Esta es la
única caricatura (que por ahora conocemos) producida y puesta en amplia
circulación por los calendarios de Segura, durante éste periodo de gobierno del
asfixiante de Santa Anna, probablemente lo que la salvó de la censura fue a
ambigüedad de la caricatura, pues con su critica descarnada a los diputados,
justifica la liquidación del congreso hecha por Santa Anna, hecho que podría
agradarle.
Con la fuga de Santa Anna en julio de 1855 los calendarios para 1856
presentaron sus versiones caricaturescas del general, sin embargo el modo de
presentarlas continúa el modo tradicional de hacer caricaturas con diversos
registros.
Ilustración
La imprenta de Segura de nueva cuenta publica El Calendario caricato
para el año bisiesto de 1856, arreglado al meridiano de México. La publicación
incluye un pliego donde un autor anónimo describe en seis registros, escenas
que un valedor con un telescopio parece observar a la distancia. El centro lo
ocupa el “trono de SAS” quien porta un estandarte y está rodeado por una
joven, un militar y dos civiles quienes se dirigen hacia el grupo de impresores.
Tres incensarios llenan el ambiente que rodea a SAS de alguna mezcla
aromática, los braserillos son portados por el impresor de El Universal ,el
segundo por el responsable del Diario Oficial y el tercero por un asno que le
ofrece un libro al ex-dictador. Entre el asno y el director de El Diario Oficial se
acumulan talegas de monedas, en el lado opuesto aparte del director de El
Universal se encuentran con un candado en la boca los directores de El Siglo
XIX y El Monitor Republicano, el último personaje de chistera negra lleva una
banderilla del periódico La Verdad. Tanto El Monitor Republicano como La
Verdad dejaron de publicarse durante el periodo santannista por problemas de
censura. El primero en caer fue El Monitor Republicano el cual había sostenido
una fuerte polémica con El Universal por el regreso de Santa Anna “de
acuerdo a la Ley Lares la publicación fue suspendida, la imprenta destruida y el
impresor [Vicente García Torres] desterrado”13 al año siguiente en junio de
1854, “por orden del Supremo gobierno, se ordenó se hiciese el depósito que
dispone la ley del 25 de abril del año próximo pasado, por haber abierto sus
columnas para tratar asuntos políticos, por ello se ha suspendido su
publicación a causa de dicha orden.”14
Abajo a la izquierda ciudadanos de todas clases sociales van a pagar
los impuestos que Santa Anna decretó al pago de puertas, ventanas y
posesión de animales, el dinero es colocado en una caja con cuya tapa es la
gran fauce del monstruo y es un diablo con cuernos quien se encarga de
“cuidar” el tesoro, todo ello como alusión a que el dinero recaudado por la

13 Publicaciones Periódicas Mexicanas del Siglo XIX 1822-1855. México Universidad


Nacional Autónoma de México, 2000 p. 263.
14 Ibid. P. 450.
administración santannista era usado por los genios del mal que rodean a la
caja.
Arriba a la derecha la “Venta de la Mesilla [son como] gotas de agua”
que Santa Anna acumula en una pequeña embarcación a la vista de un pueblo
depauperado. A continuación en la parte superior las “ventajas de la
aristocracia” son caricaturizadas por unos caballeros engalanados con plumas
y sombreros que montan unos corceles mientras el pueblo, se arrastra entre las
patas de los caballos, estos mismos personajes se dedican a la “pesca de
caballeros” ya que a la reinstauración de la Orden de Guadalupe el que diera el
dinero suficiente podía aspirar a ser caballero de la Orden, Santa Anna observa
todo aquello subido en un cangrejo y vestido con su traje militar y su tricornio .
Las últimas dos escenas aluden al presente uno es la al “triunfo de la
demagogia”, donde una turba destruye “la imprenta de Escalante” se trata del
taller de José Ma. Andrade y Felipe Escalante, quienes le habían comprado el
taller a Rafael y Rafael, quien con la llegada de Santa Anna fue nombrado
cónsul tanto en Nueva Orleans, como en Nueva York y dada su posición
política intervino en la firma del Tratado de la Mesilla por lo que a la caída de
Santa Anna su imprenta fue destruida por los vencedores.15 Finalmente vemos
una escena patética donde multitud de cuerpos están colgados de la horca.
Ante el caos, Santa Anna en su caballo, se fuga del país y en la carrera hasta
el tricornio pierde.
Dos cuadros históricos del General Santa Anna son publicados
por El Calendario de Pedro de Urdimalas con la historia del general Santa
Anna para el año bisiesto de 1856, uno por la imprenta de Murguía quien
publica la primera parte de la historia y la segunda parte por la imprenta de
Leandro Valdés. El sentido caricaturesco es muy sutil, no es la imagen sino la
manera de contar la historia del héroe de Tampico, desde 1822 hasta 1856 en
su hacienda de Turbaco. Sin embargo no hay mención a situaciones críticas
como el Tratado de la Mesilla, ni al fracaso de la administración del dinero que
se obtuvo por la venta. Sin embargo la historia que forma parte del calendario
termina así “Salió de la capital a guisa de bandolero dirigiéndose a Veracruz en

15 María José Esparza Liberal , Los calendarios y la gráfica decimonónica como


expresión del acontecer social y político de México 1821-1850 . Tesis de maestría,
Facultad de Filosofía y Letras, UNAM. 2003. p174
donde se embarcó el 18 del mismo mes llevando sobre si, la execración de
todos los mexicanos y dejando por herencia la anarquía ¡digno presente del
malvado!16

Ilustraciones1,2
La prensa de oposición, hubiera tenido muchos temas y situaciones que
se prestaban a la broma y la ironía de las caricaturas: la corrupción
generalizada, los agiotistas, la gente de bien, el papel de los negociadores
extranjeros, sin embargo están ausentes de estas historietas gráficas debido a
la grave censura.
El Calendario de Ontiveros para 1856 entrega una litografía del
momento en que Santa Anna huye hacia Veracruz de forma tan precipitada,
que el triconio ha quedado atrás, la bota de la pata de palo va sostenida con un
hilo y el famélico caballo que monta no tiene una sola pata sobre la tierra. El
jinete va detrás de una caravana que se aleja de la ciudad. A un lado los
ministros de: Justicia, Teodosio Lares; Relaciones Exteriores, Manuel Diez de
Bonilla; Fomento, Joaquín Velázquez de León; Hacienda, Manuel María
Canseco; sostienen sus carteras a media calle, y ante el aterrador saqueo de
la casa contigua quisieran desaparecer por las alcantarillas. La turba que
atraca la casa se dedica a quemar las pertenencias. Arriba y dentro de una
aura el símbolo masón de la escuadra y la plomada brilla señalando que los
liberales han triunfado sobre la dictadura y que nuevos tiempos esperan a la
nación.
Ilustración
Manuel Murguía, echó a andar en 1856 La Pata de Cabra, un diario que se
opuso a los intentos monarquistas del partido conservador y cuyas páginas
sirvieron de tribuna a las nuevas tendencias en la caricatura. Se podría
mencionar a Los Padres del Agua Fría el cual contó con un gran número de
ilustraciones satíricas y que volvió a salir a la luz en 1856 con gran influencia
de la caricatura francesa.
Ilustración

III En los años sesenta se recoge la cosecha

16 El Calendario de Pedro de Urdimalas con la historia del general Santa Anna para
el año bisiesto de 1856. México 1856. p 63.
El comienzo de la década de los sesenta señaló el principio de un auge
mayor en el uso de la caricatura. Esto lo explican, de un modo parcial : el fin de
La Guerra de los Tres Años, el triunfo liberal, el ejercicio de una libertad de
expresión discutida y ventilada desde la década anterior y, sobre todo, la
madurez de los viejos ( ni tan viejos) aprendices de los talleres fundadores de
los años cuarenta. Se recogía la cosecha.

Esta producción gráfica se vio influida por las características del


lenguaje de la caricatura francesa del siglo XIX, (ya apuntadas en publicaciones
como El Telégrafo y Los Padres del Agua Fría) cuyas principales constantes
formales fueron: la delineación rápida a manera de sketch, la distorsión de las
formas y la eliminación del ambiente dejando sólo un tenue fondo, la mayoría de
las veces apenas esbozado. El paisaje urbano sólo se aprovechó cuando los
edificios poseían un significado emblemático para el contenido de la caricatura,
dándole importancia a la acción centrada en un reducido número de figuras que
ocuparon un primer plano. En ocasiones cuando se representaron interiores,
éstos se dividieron, en diversas escenas que completan una anécdota. La línea
que se usó para caracterizar fue rápida, sirvió para dar naturalidad a las formas
a pesar de la buscada distorsión. Supongo que es éste uso de la línea el que
caracteriza a esta nueva forma de hacer caricatura. En fin, todo por una
simplificación del lenguaje, a favor de un artificio ordenador desde una mirada
irónica.
Las imprentas donde se hicieron las litografías para algunos de los
periódicos dependieron de las casas litográficas para la producción de
caricaturas que fueron hojas sueltas insertadas en el periódico producido en
otros talleres. Se contó principalmente con cuatro talleres donde se produjeron
las caricaturas de este periodo: el de Manuel Castro, el de Nabor Chávez, el de
Hesiquio Iriarte y el de Francisco Díaz de León. Del primer taller salieron las
publicaciones: Guillermo Tell (l86l), El Títere (l86l), La Orquesta (l86l-l863), El
Buscapié (l865) y Don Folias (l865). Del taller de Nabor Chávez encontramos
publicadas por orden cronológico: El Títere (l86l), Fray Trápala (l862), El
Boquiflojo (l869-l870), Fra Diávolo (l869) y El Jarocho (l869). Hesiquio Iriarte
fue el editor de La Orquesta (l863 a l870), cuando fue sustituido por Francisco
Díaz de León
Los aristas que cultivaron la caricatura en esos años no siguieron una
formación escolar dentro de la Academia de San Carlos. Sólo Melchor Chávez
estuvo inscrito un año como alumno regular de la clase de grabado. Algunos de
ellos, como Alejandro Casarín, Constantino Escalante y Melchor Álvarez,
llegaron a mostrar sus obras de caballete en las exposiciones bienales que
efectuaba la Academia, en su carácter de artistas ajenos a la institución. Nunca
se les habría ocurrido exponer otra cosa que sus pinturas, con las que se
habían iniciado en el camino del arte; la caricatura desde luego tenía vedado el
espacio de una Academia.

Ilustración

Otros caricaturistas, como José María Villasana, Jesús Alamilla,


Santiago Hernández, Méndez, Palomo, Padilla, Moctezuma, Gaitán, Muhler,
Cárdenas, Tenorio y Obregón permanecieron completamente fuera de las
disciplinas del sistema académico. Los periódicos en los que publicaban sus
trabajos criticaban reiteradamente los rígidos sistemas de la enseñanza de la
Academia y se opusieron, además, a que la dirección de las diferentes áreas
de la institución como la de pintura, escultura, arquitectura y grabado, estuviera
en manos de extranjeros.

En términos generales puede decirse que los caricaturistas se


mantuvieron a cierta distancia de la Academia. Sus objetivos eran distintos. La
Academia, por su parte, se encargó de fomentar un arte de consolidación de
los valores tradicionales, mientras que la caricatura cuestionaba la aplicación
de las reformas propuestas por los liberales y exhibió la contradicción, en la
práctica, entre los intereses de los grupos en el poder.

Ilustración

La caricatura de Jesús Alamilla nos muestra una crítica a la temática que


se impulsaba en la Academia de San Carlos sbretodo en la primera mitad del
siglo XIX donde la temática religiosa predominaba y esta fue perdiendo su
supremacía a partir del Segundo Imperio durante el reinado de Maximiliano y
después con la Restauración de la República donde se busco crear un arte
nacional entendido desde la perspectiva liberal que pretendía secularizar al
arte.

La producción de caricatura política, como un lenguaje de confrontación entre


la realidad del país y un proyecto ideal para formarlo, se efectuó desde las
distintas perspectivas de los grupos que aspiraron al poder de un Estado
capitalista en formación. ¿Cuáles fueron los grupos que la patrocinaron?
¿Quienes cultivaron la caricatura? ¿Quienes formaron el público que las leía?
¿Qué contaron los caricaturistas?

IV Cuáles fueron los grupos que la patrocinaron

El desarrollo de la caricatura política, a partir de 1861, va a la par que la


incipiente consolidación del liberalismo. Para el siglo XIX y a partir de la
Independencia, el periodo de 1821 a 1854 representó una etapa de transición
en la que, esencialmente, persistieron estructuras económicas y sociales
provenientes del sistema colonial, aunque se vislumbren algunos cambios
propiciados por los diferentes proyectos liberales y conservadores.

Dichas tendencias se definían entre los objetivos centrales del siglo XIX:
el nacionalismo, la democracia, la libre empresa, la separación del estado y la
iglesia, todo ello a nombre del progreso y la modernidad.

Los proyectos conservadores tendieron a la formación de un mercado


interno de lento desarrollo; en contraposición, el proyecto liberal buscó la
inserción del comercio mexicano en el mercado internacional para lograr un
desarrollo más acelerado.

A partir de la formación del partido conservador en 1849 ,las luchas


entre conservadores y liberales representaron el enfrentamiento de los grupos
en que se encontraba dividida la burguesía, cuyo centro principal de lucha
política fue la ciudad de México.

Para los liberales fue claro que no podía haber Estado mientras
persistiera el poder económico, político y social de la Iglesia, ya que ésta era la
única que había logrado establecer durante la Colonia una estructura
económica de dimensiones nacionales. Por ello la Constitución de 1857,
producto de la facción liberal, en los artículos 13 y 27 minaba el poder
económico del clero al establecer la desamortización de los bienes de la iglesia
y la supresión de los votos religiosos mientras que los artículos 3, 5 y 123 le
restaban autoridad moral y educativa al hacer libre la educación y la
administración de servicios como registro de nacimientos, matrimonios y
fallecimientos.

El proyecto político liberal definía entre sus objetivos el cumplimiento de


la soberanía popular, el equilibrio de los poderes ejecutivo y legislativo y la
fundamentación de un Estado laico moderno. La formulación de estas medidas
o crítica a ella fue difundida por los periódicos, que fueron un eficaz medio para
educar, informar y politizar a una minoría social conformada por la población
urbana de lectores. Los caricaturistas a través de las imágenes, desde los
distintos periódicos, impugnaron, conformaron o propusieron alternativas de
acuerdo con la facción del partido liberal al que pertenecían.

Los periódicos que propiciaron mayoritariamente la caricatura como


instrumento de diálogo fueron de tendencia liberal, pero no todas sus
publicaciones estuvieron ilustradas. Cabe apuntar que la alternativa histórica
planteada por el partido conservador mexicano fue la de traer un monarca
extranjero, Maximiliano de Habsburgo, quien al final de cuentas estuvo más de
acuerdo con los planteamientos de los liberales que con los de los
conservadores. Y sin embargo la censura de prensa respecto a su persona, la
familia real y los problemas relacionados con la realeza europea estuvieron a la
orden del día.

Una primera constante que se aprecia en los periódicos con caricatura


política es su frecuencia, la cual no es diaria, sino semanal, bisemanal o en
todo caso trisemanal, además de que se caracterizó por ser una prensa de
corta duración. Hubo tan sólo tres periódicos que aparecieron por más de
cuatro años con sus altibajos: La Orquesta (16) El Padre Cobos (7) El Ahuizote
(4); seis periódicos salieron a la luz durante dos años: San Baltazar, El
Boquiflojo, La Madre Celestina, La Carabina de Ambrosio, Juan Diego y La
Tarántula, y el resto (32) duraron escasamente un año.

La producción de esta prensa se concentra en varios periodos: en 1861,


año en que resurge la caricatura; 1865, año en que Maximiliano levanta la
censura de prensa; 1869, 1871 y 1877, años de elecciones, que propiciaron la
formación de nuevos periódicos de existencia efímera. ( La prensa, al estar
sujeta a las distintas facciones del partido liberal, aparecía o desaparecía
dependiendo de las luchas entre ellas en su afán de poder y, por lo tanto, la
producción de caricaturas se encontró sujeta a estas variaciones. Es necesario
recordar que muchas de estas imprentas estuvieron financiadas por
intelectuales jóvenes y que, debido a la agudeza de sus críticas, muchos de los
redactores terminaron como perseguidos políticos.

Otra constante en la prensa que usó la caricatura fue la de emplear un


formato pequeño a diferencia de otros periódicos de grandes dimensiones
editados en ese momento. Esto indica que el formato estuvo sujeto al tamaño
de la plancha en la que se ejecutaba la litografía, siendo ésta
aproximadamente de cuarenta y seis centímetros de largo. Así pues, toda la
caricatura política de este periodo y que hoy se conserva se imprimió utilizando
la técnica litográfica, tanto por su rapidez de ejecución como por su bajo costo
en comparación con el grabado, en sus diversas modalidades, al cual terminó
por sustituir.

Técnicamente, la piedra en la que se preparaba la imagen para su


reproducción masiva, no permitía en este periodo por la diferencia en los
medios de impresión, que fuera asimilada al texto del periódico; en
consecuencia la mayor parte de las litografías ocupan ellas solas una página
completa. Esta circunstancia, como afirma Joyce Bailey, permitía que los
impresos litográficos se hicieran en hojas sueltas por algunas casas litográficas
y los impresores de los periódicos las incorporaban a sus publicaciones.
Publicaciones como L’ Illustration en Francia, si contaban con métodos que
permitían combinar la imagen con el texto a partir del uso del grabado en pie.
Como se ha visto Francia y sus caricaturistas fueron la gran influencia
sobre los caricaturistas como lo fueron también la caricatura española y la
inglesa. Ya en l840, El Semanario de las Señoritas editado por Vicente García
Torres, incluía ilustraciones del caricaturista francés Jean Ignace Grandville.
Las imágenes hechas en el extranjero circularon en la ciudad de México a
través de distintas publicaciones, pues estaban exentas de impuestos, no así el
papel blanco que se usaba para lograr una impresión comparable a la del
exterior.

Los caricaturistas siguieron con interés las propuestas gráficas


implementadas desde las publicaciones de la talla de Los franceses pintados
por si mismos - así como sus derivados españoles. De Charivari y Punch,
periódicos de vanguardia en el arte de la caricatura publicados en París y
Londres, respectivamente y, favoritos de La Orquesta. El seudónimo de Carlos
Casarín editor de La Orquesta fue "Roberto Macario", identificándose de esa
manera con el personaje creado por Honoré Daumier quien marcó el cambio en
el vocabulario de la caricatura en el siglo XIX. De la obra de Daumier,
Escalante copió algunos de sus personajes directamente. Tal es el caso de la
figura de Napoleón III a quien en México se le colocan las botas y el sombrero
de Napoleón I para indicar que "el papelito" le quedaba algo grande. Esta forma
de caricaturizar a Napoleón III la había acuñado Daumier y Escalante la copió
cuando se ironizó a cerca de Napoleón con motivo de la Intervención francesa
en México mostrando que las botas de Napoleón I eran demasiado grandes
para Napoleón III.

Ilustración

Otras influencias extranjeras llegaron a México durante el gobierno de


Maximiliano. Se pueden detectar además de la ya mencionada la de artistas
como Peter Brueghel o Francisco Goya de quienes se hicieron, citas aisladas
de ciertos elementos más que citas textuales como en el caso de Daumier.

En cuanto a su temática esta fue de carácter local y fue conformando la


historia de la implantación de la ideología liberal vista por los diferentes
sectores que exigían el fiel cumplimiento de la Constitución de l857.

La caricatura mexicana buscó, a pesar de la influencia europea, ser


singular y crear sus características propias, para lo cual utilizó formas
simbólicas unidas a una tradición de la historia nacional, basada tanto en
refranes como en canciones mexicanas, construyó un diálogo con sus lectores.
Nadie o casi nadie ha explotado desde entonces el refranero nacional como
aquí ellos. El uso de lo mexicano fue un recurso aprovechado por los literatos
para la construcción de una conciencia nacional que fuera forjando el tipo de
sociedad que deseaban. Estos literatos, como Vicente Riva Palacio y Manuel
Payno, fueron al mismo tiempo colaboradores o editores de periódicos liberales
y en múltiples ocasiones ocuparon importantes posiciones dentro de los
diferentes gobiernos. Caricaturistas como Constantino Escalante, Jesús T.
Alamilla, Santiago Hernández y Alejandro Casarín llegaron a formar parte del
cuerpo editorial de La Orquesta y El Padre Cobos e ilustraron novelas de estos
mismos escritores.
Los periódicos pretendieron conscientemente influir en la opinión
pública, pero su contribución fue mitigada por factores externos, a saber: falta
de medios de comunicación, altos precios del transporte y del correo,
analfabetismo y elevado costo del periódico.

A través de las noticias de La Orquesta sabemos que los suscriptores se


quejaban del correo: a veces la publicación les llegaba sin la caricatura y
generalmente con mucho tiempo de retraso. En un medio social en el que sólo
una de cada diez personas sabía leer, el impacto de La Orquesta y otras
publicaciones afines veían mermado su alcance y eficacia política. La
caricatura portadora de un contenido polémico llegaba hasta los analfabetas a
través de una imagen que día con día, fue de más fácil acceso, pues se
construyó paulatinamente un código entre el caricaturista y el ávido lector.
Entre otros, Emilio Rabasa describe en su libro El Cuarto Poder las reuniones
que usualmente se realizaban en las trastiendas de los comercios en provincia,
para escuchar ansiosamente las noticias que llegaban de la ciudad, que
subsanaban -aunque parcialmente- la desinformación causada por
analfabetismo.

El alto costo de los periódicos constituyó un factor que vino a limitar la


circulación. Sin embargo, algunos esfuerzos se hicieron para que la
información llegara a otros ambientes; de ahí las lecturas colectivas, como las
ya descritas, en la provincia. Además de estas, en la capital se hacían lecturas
en los bajos de los hoteles, en los cafés y en las librerías. Estas reuniones
públicas eran anunciadas fijándose una hora precisa por los mismos diarios. Y
si bien los trabajadores, artesanos y algunos tempranos obreros industriales no
tuvieron acceso directo a este medio a causa del analfabetismo y alto costo, las
organizaciones mutualistas a las que estaban afiliados trataban de solucionar
el problema por medio de las lecturas colectivas que se llevaban a cabo en
lugares de reunión antes de sus juntas laborales. Con esto se pretendía educar
y formar al trabajador, preocupación característica de aquellos tiempos. Sin
embargo poco se sabe de la eficacia de las lecturas colectivas.

Si bien el lenguaje de la caricatura sirvió para denostar al enemigo -


entre ellos, los periodistas de la prensa oposicionista- se consideraban
pertenecientes al grupo liberal que había surgido después de la revolución de
Ayutla, y que ese hito, los unía definitivamente con una cierta visión sobre la
historia de la nación, donde Miguel Hidalgo ocupaba el lugar del “Padre de la
Patria”, aquel que había visto en el pueblo el motivo de sus acciones, y donde
la efigie de Iturbide se convirtió, en un sinónimo de mal gobierno, de
despotismo, e Hidalgo en el símbolo definitivo de la creación de la Nación. Más
tarde la Reforma y la lucha por la “Segunda Independencia” los conformaba
como un sólido grupo que aspiraba al poder y esperaba obtenerlo, pues sus
merecimientos en la lucha regional contra el imperio los calificaba. Ellos eran
ahora quienes servían a la opinión pública y representaban al pueblo.

Sin embargo durante el segundo imperio apareció Santa Clara un


periódico conservador. El periódico fue fundado por Miguel Piña y la línea del
periódico fue la defensa del catolicismo que desde su opinión, el imperio
continuaba socavando al clero, el periódico se propuso minar la imagen de
Juárez y la prensa liberal. Miguel Piña había sido un militar que lucho al lado de
Zuloaga en la Guerra de los tres años donde Piña alcanzó cierta notoriedad y y
le fue asignada la comandancia general del Distrito de México. Miramón el
presidente conservador lo nombró jefe político y militar de Tehuacán.17

Ilustración 23 de abril 1865

De la prensa liberal el periódico más atacado fue La Orquesta, es en la


caricatura del 23 de abril de 1865 donde vemos a una beata saliendo de su
casa y mostrando la cruz a cuatro sujetos que se encuentran en la calle, el
cajista y tres miembros del consejo editorial de La Orquesta los cuales llevan
instrumentos que connotan al periódico uno Constantino Escalante el
caricaturista lleva un bolso donde esta pegada una hoja que lleva escrito en
francés la palabras Libertad, Fraternidad e Igualdad. Que a la beata le han de
haber sonado a herejía.

No obstante la presencia de este efímero periódico pues no alcanzó el


año de edad la aspiración de la prensa fue la de ser los representantes de la

17 Helia Bonilla, “El juarismo bajo el lente conservador de Doña Clara” en Juárez bajo
el pincel de la Oposición ,Esther Acevedo (ed.) México, Secretaria de Hacienda y
Crédito Público. 2007. pp 55-98.
opinión pública hicieron que en sus diatribas, el pueblo quedara como motor de
sus acciones. Sin embargo hoy podemos percibir que ese pueblo en realidad
para ellos significaba un sector urbano de clase media. Lo que ellos llamaban
la plebe y el mundo indígena contemporáneo, no formaron parte de su lucha,
sin embargo el indígena histórico si entraba en sus conmemoraciones.

La prensa se había convertido en el cuarto poder, se buscaba a través de


ella colocar a sus candidatos y defender a sus allegados. Era al mismo tiempo
un medio de ascenso al poder, las historias de vida de algunos diputados
muestran sus orígenes como redactores de algún periódico tanto en la capital
como en provincia.
Los periodistas se conocían y entablaban diálogos tanto al producir las
caricaturas como los textos. Era común que un periódico de aparición reciente
estableciera un intercambio con los ya establecidos, por ello, podemos asumir
que se enteraban de lo que unos decían de los otros. Se construían alianzas
entre diversas publicaciones, compartían caricaturistas tal es el caso de
Constantino Escalante, Jesús Alamilla, Alejandro Casarín y Santiago
Hernández quienes ilustraban diversos periódicos.

Por alunas crónicas periodísticas del momento podemos recuperar como


era uno de esos establecimientos donde se producía el periódico. En la pared
estaban pegados los ejemplares mas usuales, las fotografías que adquirían o
les regalaban y las caricaturas que seguramente coleccionaban y criticaban en
sus publicaciones. La lista de personajes que constituían los posiciones en el
ciclo de producción era larga: el cajista, el regente , el redactor , el dueño de
imprenta, el cronista, el editor responsable, el prensista, y el repartidor. La
relación entre los caricaturistas y los editores varía según la publicación y su
historia mínima se rescata de la prensa misma, los periódicos enemigos
colocaban a los caricaturistas al servicio del editor, en cambio con los de “casa”
se ufanaban del carácter independiente del monero.

Tal es el caso del caricaturista de San Baltazar, Alejandro Casarín de


quien nos dicen

Alejandro con su terrible lápiz ha cruzado con líneas grotescas mas de un


rostro pretenciosamente severo
Es un muchacho espiritual valiente magnánimo
Que le importa D Benito a Alejandro ¿Qué le supone Lerdo, Mejía, nadie.
Casarín vio que la oposición era buena y su alma sedienta de la
verdadera gloria y del verdadero honor , ha sabido ver, con el mas hondo
desprecio , a esos buscadores de espíritus débiles que se han propuesto
acabar con cuanto noble , grande e independiente hay en México
Alejandro Casarín tiene pasiones y no ha puesto su alma a la vergonzosa
tarifa a que el gobierno sujeta a los espíritus fuertes. Lerdo cree que todo
el mundo tiene su precio aún no encuentra el de nuestro joven
caricaturista de La Tarántula, El Padre Cobos y San Baltazar.18
Conocer el tiraje de la prensa decimonónica se hace casi imposible ya
que los archivos de las empresas no fueron resguardados. Entre risas y veras
se preguntaban cuantos números tiraban los periódicos y contestaban
solamente en forma de broma -Casi todos , amigo, porque nadie los quiere ni
regalados.19

Las publicaciones oposicionistas para ser más eficaces utilizaban a la


prensa satírica con ilustraciones como el mejor vehículo de propaganda. Los
impresores descubrieron pronto, que producir un periódico crítico y con
caricatura era un buen negocio. Para la segunda época de El Padre Cobos en
1874, Ireneo Paz contaba con dos prensas de tipografía y litografía propias, su
crecimiento continuaría y se publicarían varios periódicos desde su imprenta,
así como álbumes y otras libros conmemorativos.20 El número de periódicos
aumentaba notoriamente durante el periodo de elecciones para vanagloriar a
sus candidatos y denostar a los enemigos. En 1869 El Boquiflojo, uno de los
periódicos conocidos como ministeriales, acusa a la prensa oposicionista, de
estar formada por: “los ultraconstitucionalistas, quienes no vieron a la
convocatoria como un error, sino como un crimen … Desde entonces la prensa
de oposición comenzó a traspasar los límites del decoro y una vez puesta en la
pendiente ha llegado por fin a caer en el nauseabundo fango de las imposturas

18 San Baltazar, 2 de enero de 1870. El año de 1870 no aparece El Padre Cobos ni La


Tarántula.
19 La Gaceta de Holanda, se refiere específicamente a La Linterna. 14 de marzo de

1877.
20 Napoleón Rodríguez, Ireneo Paz Letra y Espada, Fontamara 2002, pag 58.
de los dicterios soeces y de ese lenguaje virulento inocuo y hasta tabernario de
algunos periódicos, que escandalosamente abusan la libertad que disfrutan.” 21
Si la caricatura se había burlado del poder y de la figura del presidente, ésta no
había caído en la distorsión y la impostura, con la que los ojos del público
decimonónico - la empezaron a ver cotidianamente. La tercera reelección de
Juárez, fue la puntilla para que, El Padre Cobos, La Orquesta y San Baltazar
se dieran vuelo en contra de la antes venerable imagen de Don Benito. Años
más tarde en 1875 La Carabina de Ambrosio diría: “Todos los límites de la
decencia, todas las consideraciones sociales, todas las formas, de buen
parecer , han sido atropelladas y desconocidas por esa turba insolente que se
llama así mismas representante de la opinión independiente.”22

V Los avatares de La Orquesta, el periódico emblemático de la década de


los sesentas.

La Orquesta tuvo cuatro épocas. La primera comprendió de l86l a l863 y


abarcó IV tomos. Constantino Escalante se encargó de las caricaturas, a
excepción de tres en diciembre de l862 realizadas por Santiago Hernández. Su
fotografía nos revela a un dandy de la época y su filiación masónica al llevar en
la corbata un símbolo usado en la masoneríaa mexicana el cráneo de una
calavera. Su redactor fue -lo repetimos- Carlos Casarín, quien dejó el cargo al
unirse a las tropas del general Zaragoza; lo sustituyeron Dulcamara e Hilarión
Frías y Soto. La tipografía correspondió a Manuel Castro, cuyo taller estaba en
la calle de Escalerillas l0, hoy Guatemala.

Ilustración

La segunda etapa de La Orquesta está recogida en II volúmenes y se


inicia cuando Maximiliano suprimió la censura de prensa el 7 de agosto de
l864. El caricaturista siguió siendo Constantino Escalante y los editores fueron

21 El Boquiflojo, 23 de mayo de 1869.


22 La Carabina de Ambrosio, 7 de julio de 1875.
Manuel C.Villegas y Hesiquio Iriarte. Su imprenta estaba en Santo Domingo
número l2, hoy República de Brasil.

Los escritores que colaboraron en La Orquesta de l864 a l866 fueron


Lorenzo Elízaga, Arturo Peñaforte, Luis Gonzaga Iza, Juan N Barra y Juan
Darío de Sais, que continuaron con la redacción del periódico. La segunda
época de La Orquesta terminó " por publicar noticias falsas y alarmantes que
violaban la fracción ll del artículo 3 de la ley del l0 de abril de l865". La noticia
que se publicó el ll de julio de l866, por virtud del cual Maximiliano clausuraba
La Orquesta, era el siguiente:

El emperador Maximiliano ha requerido por última vez la asistencia


financiera de Francia declarando que abdicaría si se respondía con la
repulsa. El gobierno francés había resistido a la demanda del emperador
y dado instrucciones al mariscal Bazaine para que convocase a un nuevo
plebiscito en caso de que Maximiliano abdicase. Por esta noticia el
bisemanario recibió su tercera notificación difundida ampliamente por los
periódicos adictos al imperio. La medida de clausura fue injusta, toda vez
que la nota había sido tomado de Le Courrier des Etats Unis, periódico
que a su vez la recogió de La Presse, de París.23

La tercera época de La Orquesta va de l867 a l875 y está reunida en Vlll


tomos. Reapareció cuando se restauró la República en junio de l867. Su primer
artículo dice así: Después de tantos días de silencio, de duelo, de sustos y
granadas, La Orquesta vuelve a tocar a la Independencia, la Reforma y la
República gloriosamente restaurada.

En esta tercera época Constantino Escalante siguió siendo el


caricaturista, y los editores, Manuel C. Villegas y Hesiquio Iriarte. Entre los
redactores estuvieron Vicente Riva Palacio, quien introdujo algunos cambios al
usar la organización del periódico como distribuidora de los libros escritos por
sus colaboradores.

Constantino Escalante murió en l868 después de haber colaborado


durante siete años como caricaturista y editor del periódico. Posterior a su

23 La Orquesta, 16 de julio de 1866.


muerte las caricaturas del periódico las hicieron Hesiquio Iriarte y Santiago
Hernández; este último suplió a Escalante en la tarea de satirizar las noticias a
partir del número 50 del tomo ll de la tercera época. Hernández dejó el semanal
cuando el periódico se convirtió en un enemigo a ultranza del presidente
Sebastián Lerdo de Tejada.

En el tomo III, al empezar el año de l870, hay un cambio en la


administración de la imprenta, que por tantos años había estado a cargo de
Hesiquio Iriarte. La nueva casa editora era propiedad de Francisco Díaz de
León y de Samuel White, y estaba en la segunda calle de la Monterilla l2, en lo
que hoy es 5 de Febrero. La Orquesta adoptó un nuevo tipo de letra y cambió
su diagramación interior, de cuatro a tres columnas, pero se continuó con las
mismas secciones. En el momento del cambio el redactor era Vicente Riva
Palacio. Los editoriales del bisemanario no dijeron palabra sobre el por qué del
cambio en la administración. La litografía de Hesiquio Iriarte, sin embargo
siguió anunciándose en la sección de avisos. No se veía una tormenta entre
ellos.

A partir del tomo V colaboraron por primera vez los caricaturistas José
Ma. Villasana y Jesús T. Alamilla. El año de l874 resultó clave para La
Orquesta ya que sufrió otras mutaciones. En la portada desapareció la fecha
de su fundación y las buscadísimas secciones "Obertura a toda orquesta" y
"Pitos"; también se dejaron de anunciar las obras de sus colaboradores.

Todos estos cambios se introdujeron al separarse del bisemanario los


colaboradores por razones políticas. Manuel C. Villegas se quedó en La
Orquesta y vio en Porfirio Díaz al hombre que estrangularía a la República;
Vicente Riva Palacio ya había fundado junto con Villasana El Ahuizote (l873-
l876), el cual apoyó a Porfirio Díaz para su primera presidencia. Las simpatías
de Riva Palacio hacía Porfirio Díaz ya eran claras desde tiempo atrás cuando a
través de La Orquesta hizo pública su amistad con Díaz en las elecciones de
l867. Hacia l875, La Orquesta, en su último número de la tercera época que se
abre en el octavo tomo, nos dice: Decididamente nos proponemos imprimir a
nuestra publicación el mejor carácter y las mejores condiciones y las más
reformas posibles. Queden pues nuestros suscriptores bien apercibidos de que
no les cantamos el (adiós para siempre) etc... sino que dando desde aquí un
fuerte y expresivo apretón de manos a cada uno les decimos estamos con
ustedes ya volveremos hasta dentro de treinta días.

Los treinta días se convirtieron en dos años. De suerte que la cuarta


época abarca un periodo muy corto, de marzo a septiembre de l877, recogida
en un flaco tomo. Desde el primer número quedó claro que La Orquesta no
volvería a tener la organización y la primacía de antes. Díaz estaba en el poder
y el periódico que la sustituía estaba de su lado.

El caricaturista fue León; el editor, Manuel C. Villegas, y el redactor --uno


solo-- S. Mora. Por dos meses imitaron el formato, el número de hojas y la
aparición semanal de El Ahuizote. Después de este fallido intento, La Orquesta
desapareció diciendo:

Cuando vemos que ni las cosas ni las acciones tienen remedio,


cuando volvemos los ojos a todas partes buscando algo que nos haga
sospechar que la República tiene siquiera la apariencia constitucional,
cuando pretendemos en fin sentirnos republicanos y sólo encontramos al
hombre que manda y muchos que lo obedecen y que aquel y éstos están
hundiendo de día en día a la nación en un abismo sin fondo no podemos
más que parodiar la fúnebre salutación de los gladiadores romanos: Ave
César los que van a morir te saludan.24

Y en su sección de "Pitazos", del mismo número, dicen: Por causa de


enfermedad del director y editor de nuestro periódico, se suspende la
publicación de La Orquesta. 25

Después de l7 años de una existencia plagada de intermitencia -no


obstante ello- fue una de las publicaciones con mayor constancia. La Orquesta
dejó un precedente en la introducción efectiva de la caricatura como medio
expresivo y crítico dentro del periodismo mexicano.

24La Orquesta, 29 de febrero de 1877


25 Ibidem.
IV Los hitos históricos que divulgó la caricatura del segundo tercio del
siglo XIX

El 20 de abril de 1862 las tropas francesas entraron a Orizaba.


Lorencez, su comandante en una carta del 25 de abril, escribía: "Tan superiores
somos a los mexicanos en raza, en organización, en moralidad y elevación de
sentimientos...que con seis mil (hombres) ya soy dueño de México.”26
La derrota del 5 de Mayo de ese año fue una sorpresa para los
franceses. El mismo Zaragoza no comprendía la torpeza mostrada por Lorencez
en el ataque. Este hecho, percibido por el general mexicano, también lo fue por
Napoleón III, quien a distancia y a través de la descripción que recibió de la
batalla ordenó comunicar a Lorencez: "Que él creía que el asalto no había
estado bien organizado."27 Políticamente, el triunfo del ejército mexicano agravó
la situación ante el gobierno francés, ya que el honor del imperio napoleónico se
encontraba comprometido y había que redimirlo. El gobierno de Juárez, ahora
más que nunca, contó con las simpatías de los caricaturistas. La Orquesta uno
de los semanarios satíricos más populares publicó : D. Benito el presidente ya
va encontrando el modo de hacerse querer.
Escalante publicó una significativa caricatura en relación con la batalla
del 5 de Mayo. Lorencez, sorprendido, no se explica por que los zuavos se han
detenido y no pueden regresar. Los soldados imploran ayuda que no reciben.
Ellos se encuentran atorados con las espinas de los magueyes, obstáculos con
que los franceses no contaban. Los franceses en realidad nunca pensaron que
podrían ser detenidos por el ejército mexicano, al que habían subvalorado. Los
magueyes existían en el campo de batalla, pues hay diversos cuadros de la
época los cuales describen como los zuavos se atoran con ellos. El maguey
representa al mexicano, asentado en su lugar de origen, quien sin agredir se
defiende a su manera de los invasores, los cuales corren sorprendidos sin
entender de dónde proviene la fuerza del enemigo. La caricatura resulta de una

26 Ralph Roedor, México y su Juárez, México, Fondo de Cultura Económica, 1972.


P.655.
27 Ibid, p.675
gran eficacia plástica al combinar el frustrado movimiento de los tres zuavos con
la quietud de los magueyes.
ilustración
La euforia de la batalla del 5 de Mayo dio impulso a Escalante para
dibujar a Saligny borrando ese día de un inmenso calendario como único
remedio para olvidar el traumático incidente. Para alcanzar la fecha, Saligny
tiene que ayudarse de una silla. Los zuavos que lo rodean parecen fantasmas
llorosos y avergonzados de su derrota por lo que se esconden tras las figuras
del primer plano.

ilustración

El triunfo no se consolidó después de que los mexicanos ganaron


la batalla de 5 de mayo de 1862 la amenaza continuaba ya que los ejércitos
franceses se retiraron al estado de Veracruz. Escalante utiliza el conocido ritmo
popular de la época, estampado al margen de la caricatura: "Se hacen chiquitos,
se hacen grandotes" para mostrar el peligro de la situación. De una manera
simple le permite a Escalante jerarquizar a los personajes y crear un gran
movimiento en el contrapunto de las posiciones al intercalar los personajes
concretando en forma plástica el ritmo popular que allí aparece.

ilustración
La historia de la escena pertenece a momentos anteriores a otra
batalla que tomaría lugar en el mismo sitio Puebla. Del lado mexicano fue muy
grande el espíritu optimista ya que se percibía una supuesta calma del ejército
francés. No obstante, Escalante es también realista, pues advierte en su
caricatura y con ayuda del ritmo popular que la situación pude cambiar, si el
ejército francés obtiene el triunfo. Esta caricatura fue publicada el l8 de Marzo
de 1863 y muestra la situación de un modo eficaz por un lado nos hace ver que
su deseo esta en el triunfo del ejército mexicano . Tal efecto se logra cuando, en
un primer plano, pone a Juárez de pie frente a Napoleón, quien se encuentra en
cuclillas. En segundo plano y al lado de Juárez, coloca a Forey frente a
González Ortega, quien está en la misma posición vertical que Juárez. Al fondo,
de espalda, se halla el soldado mexicano, de pie, frente al zuavo en cuclillas
también . Mas la posición no es definitiva el ritmo popular lo advierte: en
cualquier momento lo inverso podría ocurrir. El momento era en verdad de
suspenso, en esa primavera de l863, tanto para los franceses como para los
mexicanos.
La lucha entre conservadores y liberales queda de manifiesto en su
caricatura del 9 de agosto de l865 Escalante describe con gran sencillez la lucha
entre los partidos liberal y conservador así como la probable consecuencia de
esta lucha. Es una situación que no está ligada a un tiempo determinado, sino
que podría representar varios momentos de la historia del México independiente.
El liberal, vestido de civil, se encuentra dominando el Palacio Nacional a un
costado de la Catedral, arriba de la cual se ve un sacerdote. Los dos personajes
mantienen una cuerda floja. La nación, representada como una joven bella y
nerviosa, camina por la cuerda y se balancea ayudada de una barra -en la que la
palabra "empréstito" está claramente escrita- con el peligro de caerse ante el
más leve error. Escalante no sólo sintetiza la situación política del país, sino que
también nos ofrece y destaca el punto de vista liberal propio y de la joven nación
ya que muestra al liberal sosteniendo la cuerda y al conservador jalándola. Cabe
recordar que en ese año Maximiliano ya gobernaba en México.
Ilustración
Es evidente en esta caricatura, la fragilidad del punto de apoyo de los
liberales y su liberalismo, comparada ante el sólido sostén de una de las torres
de la Catedral, en la que se encuentra la figura del sacerdote, con la que
Escalante simboliza la tradición centenaria de la Iglesia, utilizada por los
conservadores para encubrir sus intereses. Escalante juega, desde luego, con
un contrapunto al exagerar la escala de los personajes: el liberal es más grande
y fuerte en comparación con el clérigo, no obstante que este tiene el tamaño de
media torre de la Catedral, tamaño que es mayor que el de la construcción de la
que se sostienen los liberales, lo cual acentúa la diferencia en la tradición de
ambas instituciones.
El mismo escenario del Palacio Nacional le sirvió a Escalante para
burlarse de la inauguración del monumento a la Independencia que Maximiliano
había mandado a hacer y que se ubicaría en el centro de la Plaza Mayor. La
historia va así a un mes de haber llegado Maximiliano a la capital, la mañana
del 22 de julio de l864, los lectores habituales de la prensa tuvieron en sus
manos varios periódicos que daban cuenta de las actividades del Emperador.
En un artículo de El Cronista de México se relataba que Maximiliano había
visitado la Academia de San Carlos el día anterior, quedando sorprendido con la
escultura que había visto.28 Un público de talante ideológico diferente pudo leer
otro artículo publicado en el periódico conservador La Sociedad y enterarse, del
primer proyecto escultórico que el Emperador ideó, hizo publicar y se empeñó
en construir. Allí se consigna que Maximiliano, conmovido por la intención del
pueblo mexicano de hacer construir un arco triunfal revestido de mármol en
honor de Carlota, decidió, decidieron públicamente, que con ese mármol se
construyera un monumento a la Independencia en la plaza mayor de la capital.
Maximiliano, en una carta dirigida al ministro de estado Joaquín Velázquez de
León esbozó el tipo de monumento que tenía en mente: en la base de la
columna se colocarían las esculturas de los primeros héroes; rápidamente
nombra a Hidalgo, Morelos e Iturbide...el futuro ocupante de la cuarta esquina
no quedó especificado. En el fuste de la columna irían escritos con letras de
bronce dorado los nombres de los demás caudillos insurgentes. La columna
sería coronada por una escultura en bronce que representaría a la Nación. El
mismo deseaba colocar la primera piedra: en su primer 16 de septiembre de
1864. Sin embargo el veleidoso emperador se fue a Dolores a dar el grito de
Independencia. Y dejó que Carlota Carlota colocara ó la primera piedra con un
martillito de plata. Escalante se burla de todo en la caricatura del (cuando pone
a una corte de fantasmas en sillas vacías siguiendo la carroza de Carlota. 29

Ilustración

Utilizar a los héroes como parte de la caricatura fue otra manera de hacer
e identificar la escena como mexicana. En este caso le tocó a José María
Morelos aquel líder de la Independencia que en 1813 escribió Los Sentimientos

28 El Cronista de México ,"Visita del Emperador a la Academia de San Carlos" 22 de


julio de 1864. El periódico manejaba una posición moderada en sus juicios.
29 La historia del monumento se puede ver en Esther Acevedo, México, Museo

Nacional de Arte , 1995. pp 115-119.


de la Nación donde se abolía la esclavitud, era y es considerado un héroe
radical del lado de los liberales. Sin embargo Maximiliano al ver el proyecto de
escultura en la Academia ordenó que la escultura se terminara y se colocara en
la Plazuela Guardiola -propiedad de una familia conservadora la de Manuel
Escandón.

Ilustración
El inicio de la historia del monumento es anterior al Segundo Imperio. En
1857, Mariano Riva Palacio -patrocinador poco estudiado de obras de carácter
histórico- pidió al escultor Antonio Piatti que hiciera una estatua de Morelos, en
mármol, para ser erigida en San Cristóbal Ecatepec, pero la obra no se colocó.
Después se pensó ubicarla en la Alameda de la capital, sin embargo esto
tampoco se cumplió. Maximiliano aprovechó el camino recorrido y decretó en un
mismo día, a propósito de las fiestas patrias, que se levantara el monumento de
la Independencia, se construyera un sarcófago para Iturbide y se colocara la
escultura de Morelos en la Plazuela de Guardiola para perpetuar el centenario
de su nacimiento.30

Después de tomada la resolución imperial, 14 meses de intenso trabajo


hicieron posible su inauguración. Ahí estuvieron presentes en un día lluvioso
Maximiliano y Carlota, pero la tormenta contra el emperador y la escultura no se
hizo esperar. Un colaborador anónimo de El Cronista de México escribía que
los representantes de los propietarios de la casa de los condes del Valle de
Orizaba conocida como la casa de los Azulejos, "protestan contra la presencia
del intruso de mármol... y están dispuestos a agotar todas las formalidades
antes que permitir que una gloria nacional habite gratis en su arroyo.31 La
plazuela se rentaba a "simones" y no se había expropiado para colocar la
escultura.32 La incomodidad que los Escandón, quiénes vivían frente a la plaza,
y en general el grupo conservador experimentaban hacia Maximiliano, fue
caricaturizada por Constantino Escalante en La Orquesta. Escalante divide la
caricatura en dos: cargada a la derecha está una descripción esquemática del

30 El Cronista de México 18 de septiembre 1865.


31 El Cronista de México, 24 de Octubre 1865.
32 Se daba el nombre de simones a los coches de alquiler.
monumento próximo a ser inaugurado, del lado izquierdo dialogan dos
personajes de la alta sociedad distinguidos por sus trajes. Uno le indica al otro
que con el monumento "se celebra la memoria de un hombre que salió de la
más humilde clase del pueblo, que nació en la oscuridad, en fin un
representante de las clases mistas (sic), nosotros no debemos estar ahí, somos
nobles." Algunas frases del diálogo fueron tomadas del discurso que
Maximiliano leyó el día de la inauguración del monumento Pero lo que en la
alocución era un reconocimiento al origen de Morelos, en las palabras de los
aristócratas se vuelve testimonio de los prejuicios de clase, imperantes entre los
grupos privilegiados. La Orquesta dedicó su “obertura” a comentar el discurso
de Maximiliano haciendo broma de las distintas lecturas que éste podría tener.33

Hubo infinidad de temas que se juzgaron de mal gusto y que la pintura


mexicana decimonónica no dejó plasmados, lo que no pasó en otras latitudes,
donde los eventos de la vida urbana, eran representados como parte de la vida
cotidiana, si bien no llegaron a la ironía utilizada por los caricaturistas. La
pintura tenía como función ennoblecer los hechos y la compañera de la
caricatura fue la sátira .
Una pintura sobre las elecciones en las ciudades, donde se mostrara a
los electores depositar sus votos en la urnas no existe en el repertorio
mexicano, sin embargo en las caricaturas fue un tema abundante en toda la
década.
El modo caricaturil de Alamilla se interrumpe cuando muestra a los
ciudadanos involucrados en la pelea por las elecciones, si bien los rostros se
deforman, la intención irónica no es dirigida hacia los personajes, sino la crítica
va contra las autoridades que recibieron a los electores a bombazos y
estocadas. Su puesta en escena se acerca al vocabulario de la litografía
francesa D’ Epinal que describía la lucha urbana de las barricadas.

En la campaña presidencial de 1871 contendían tres facciones del


partido liberal que tomaron su nombre de los mismos candidatos: juarista,
lerdista y porfirista. Lo que pasaba en el imaginario de los tres candidatos para
la presidencia de la república ese mismo año, nos lo deja ver de nueva cuenta

33 La Orquesta, 4 de octubre 1865


Jesús T. Alamilla quien apenas ajustaba los 18 años. El objeto del deseo era la
silla presidencial, no hay una crítica a los programas de cada uno de los
candidatos, únicamente se apunta al deseo de posesión de la silla, en un juego
de ruleta los tres contendientes ven como gira la sillita , el más distorsionado es
el presidente Benito Juárez y el menos distorsionado era Porfirio Díaz. La
jerarquización de la respetabilidad por la que la sociedad burguesa luchaba, los
caricaturistas se encargaban de derribarla, al colocar a los presidenciables, en
situaciones que sin palabras, evocaban la voracidad de los candidatos por el
poder, a través de la posesión de la silla presidencial.

ilustración

A fin de año ningún candidato obtuvo una mayoría del voto electoral, en
consecuencia, la decisión quedó en manos del Congreso, la victoria le fue
otorgada a Benito Juárez. Lerdo quedó abismalmente separado de su
compañero de 13 años y la facción porfirista recurrió a la revolución para
apoderarse de la maquinaria del gobierno. “Unos pocos días antes de que el
Congreso declarara reelecto a Juárez, se produjo un levantamiento abortado y
sangriento a la sombra de Palacio Nacional que el general Rocha aplastó
rápida y despiadadamente.”34

La figura del presidente Juárez iba sufriendo un cambio total en la


manera que los caricaturistas lo representaban atrás habían quedado aquellas
caricaturas donde se puede hablar de un retrato y no una distorsión cuando
Juárez se veía amenazado por la intervención extranjera y la Patria le solicitaba
dinero para la lucha. Las dos figuras que componen la imagen que Escalante
titula Miserias de la situación están en primer plano los rodea un piso de
grandes losetas y un muro apenas repellado . Juárez mas bajito que la patria
camina parsimoniosamente con su bastón y su sombrero en el brazo su mirada
se dirige al suelo parece no sorprenderse de que alguien le toque el hombro
derecho , tal vez la patria es una presencia etérea que no se siente pero que va
siempre va detrás de él . La patria es más alta que él , vestida con un faldón
doble en cuyo fondo blanco lleva inscrita la palabra patria su blusa es blanca y

34Frank A. Knapp jr., Sebastián Lerdo de Tejada, México, Universidad Veracruzana ,


1962. Pp. 243-250.
escotada ; su cabello recogido cae delicadamente sobre su torso, es un nuevo
arquetipo de la patria lejano a las alegorías clásicas.

Ilustración

Pero conforme fue pasndo el tiempo y Juárez buscab de nueva cuenta la


releeción en 1871 de una manera magistral Casarín convierte a Juárez en un
Juan Diego sosteniendo su ayate frente a una mandorla, pero en vez de
aparecer al centro la Virgen de Guadalupe, su lugar lo ocupa una silla con las
cifras del salario del presidente, el milagro que implora el piadoso indio, es que
le caiga la silla, con todo y sus cifras. El verso que salió el mismo día dice:

A la ardiente sed de oro

A la hambre eterna de mando

A la falta de decoro

Y al estar siempre charlando

Como les llama el Cronista

Pura enfermedad juarista

El convertir en oficio

La silla del Presidente

Haciendo el beneficio

De un hombre perpetuamente35

Ilustración

Si bien en ocasiones se hablaba laudatoriamente del origen indio de


Don Benito la ironía con la que se le representaba no hacía alusión a su
nacimiento. Entre 1861 y 1872 se publicaron en la Ciudad de México más de
500 caricaturas del presidente D. Benito Juárez, en las que se puede ver

35 El Padre Cobos, 12 de febrero de 1871.


claramente no sólo una evolución del lenguaje satírico de la caricatura, sino el
desgaste del personaje y el ataque a su persona de las facciones liberales que
contendían por el poder. A partir de la reelección de 1871 tanto La Orquesta
como El Padre Cobos se ensañaron con la figura de Don Benito, mostrándolo
por lo menos dos veces por semana, los lápices agudos de los caricaturistas
distorsionaron su figura la cual es identificable tan sólo por el desarrollo
paulatino de un arquetipo. Su condición de indio fue tomada irónicamente a
partir de la tercera reelección.

La figura de Juárez impasible es caracterizada como Huitzilopochtli por


lo sangriento de sus acciones. El 11 de junio de 1871 a pocos días de haber
empezado a trabajar Alamilla para Ireneo Paz, la figura de Juárez como
Huitzilopochtli es apenas reconocida por las cejas de la escultura, el pueblo
con la ayuda de una palanca sostenida en la ley electoral pretende derrocar a
quien lleva doce años en la presidencia. El espacio que ocupa la escultura en
piedra del transformado presidente, es agobiante. Juárez no le deja espacio a
nadie. Los ilusorios ciudadanos apoyándose en la ley electoral hacen su mejor
esfuerzo pero el gran tlatoani no se moverá ni un ápice. Como sabemos las
elecciones fueron decididas a su favor por la Cámara. La oposición acusa al
presidente de ser cruel y sanguinario.

Ilustración

La mujer en la caricatura

La figura de la mujer no fue representada por los caricaturistas, ya que


no formaba parte del mundo político donde dominaba la figura masculina. Ni
siquiera como heroínas de la gesta de independencia fueron reconocidas.
Sería hasta el porfiriato cuando se levantaron los primeros monumentos a
Doña Josefa Ortiz de Domínguez y no de forma alegórica. La concepción que
tenían de las mujeres, la liberal prensa oposicionista, publicada en más de una
de sus columnas en tono irónico coincidía con la posición tradicional de la
santa misión de la mujer desprovista de gloria pero fecunda en dulces y castas
emociones. La Orquesta al referirse a las hijas de Eva decía “Ellas que han de
meter la cola en todo, quieren también meterla en la cuestión electoral, y una
Lola por medio de nuestro colega La Paz pretende como pretende hoy medio
México una curul.”36 La intervención de la imagen de la mujer en la política se
ciñe a su uso como alegoría.
La forma en la que la mujer aparecen en el lápiz de los caricaturistas fue
tomada de la tradición pictórica como figura alegórica representando al pueblo,
a la patria, a la constitución, a las artes , a las virtudes o a los vicios.
Alamilla siete años menor que Casarín y proveniente de una clase social
diferente emuló -por lo menos en este comenzar- el modo de Casarín. Al hablar
de reelección en la caricatura del 6 de junio de El Padre Cobos, Alamilla
coloca a una mujer de rodillas torturada en un potro, ella recibe el castigo
valientemente con la frente en alto, el verdugo es Juárez la manera de
caricaturizarlo era un sello ya de la publicación, lo identificamos por esas
enormes cejas, la redondez de su talle y dos pequeñas colas de la levita, que
volaban muchas veces al parejo de las puntas del cuello de la camisa. (fig. 10)
El ejecutor, transformado en insecto, le da vuelta al torniquete y el pueblo
representado por una figura de mujer es obligada por la presión a levantar la
frente.37 La reelección de Juárez en 1871, había unido a lerdistas y porfiristas,
quienes resultaban extraños asociados, pues lo único que tenían en común,
era su oposición a la reelección del presidente. La alternancia del poder
significaba para ellos, que otros liberales tuvieran acceso a puestos
ministeriales, todos los líderes que se habían sacrificado por la patria en la
guerra contra el imperio para obtener la “segunda independencia” se creían
merecedores de alguna posición política y la demandaban a través de la
prensa oposicionista. La Linterna años después comentaba “Si el gobierno
tuviera 8 millones de empleos no habría revoluciones pero no se puede dejar
satisfecho a tanto vago que alarga siempre la mano para recibir y nunca
trabajar”38

36 La Orquesta 5 de julio de 1871


37 Un potro es también un caballo joven que a los cuatro años muda de dientes. Los
periodos presidenciales eran de cuatro años. Es probable que encontremos un doble
mensaje en que a los cuatro años hay que cambiar de dentadura.
38 La Linterna, 19 de febrero de 1877.
La situación política de las diferentes facciones del partido liberal
después de la toma de posesión de Lerdo como presidente electo en diciembre
de 1872 se complicaron. Los lerdistas esperaban un cambio de gabinete a su
favor que no obtuvieron, los porfiristas habían recibido la amnistía por el
levantamiento, y todos querían una parte de las “carteras”. En este clima San
Baltazar, en su segunda época, propone como candidato para la presidencia
de la Suprema Corte de Justicia a Porfirio Díaz. El resultado de las elecciones
“celebradas en febrero de 1873 favoreció, por un margen muy amplio a José
Ma. Iglesias con un total de 5488; en segundo lugar quedó Vicente Riva
Palacio con 1078 y Díaz obtuvo 962.” 39 Al perder su candidato una vía hacia la
presidencia El Padre Cobos se aferró, sin mucha variedad de temas al
enjuiciamiento de los movimientos del presidente Lerdo.

El 6 de octubre de 1877 cuando ya Díaz era presidente la prensa a favor


de Lerdo no se había acallado y Don Quixote seguía publicando a ojos de
Mefistófeles calumnias. La caricatura se vale de una representación del hambre
como una mujer cadavérica, cuya descripción más cercana la podemos leer en
Ovidio “Cada unos de sus enfermos ojos queda sepultados en una oculta y
cavernosa fosa Rala es su descuidada cabellera, tosca y despeinada Y todas
sus venas se ven privadas de sangre Pálido magro y oscuro tiene el rostro  Y
solo la piel cubre sus huesos La protuberancia de sus rodillas hacia afuera se
tiende El pecho colgado en sus costados Su vientre no parece un vientre  con
lo que en suma la hambrienta rabia se asemeja  a una anatomía de huesos que
tuviera alma.”40 (fig. 11) El hambre representada de esta manera, casi ahoga con
sus manos a un perro sentado encima del banco de la calumnia, el perro tiene
dos características en la iconología tradicional: representa la envidia o la
fidelidad, será por ello que el caricaturista se vale del texto, para aclarar que no
es ninguna de las dos, sino hace referencia a la calumnia lanzada por el
periódico Don Quijote cuyo nombre aparece inscrito sobre el cuerpo del perro. El
pie de la caricatura dice La Oposición actual pintada por ella misma En la sección
de reflexiones de Mefistófeles el redactor opina que

39José Ortiz Monasterio, “Patria” tu ronca voz me repetía Vicente Riva Palacio y
Guerrero, México, UNAM, 1999. p. 139.
40 Cesare Ripa, Iconología, Madrid España, Alcal ediciones, 1996. Tomo I. P. 474.
Alamilla pintando a la oposición ladrando de hambre, puso el dedo
en la llaga, estuvo inspirado. El símil es duro, pero duros y más son
los ataques que diariamente lanza esa oposición al gobierno y sus
amigos…la oposición razonada y justa merece nuestro respeto,
pero la que indica nuestra caricatura es despreciabilísima
Ningún gobierno por justificado que sea, puede , ni jamás ha podido
observar una conducta que no merezca las observaciones de la
prensa y la opinión . Pero entre esas observaciones racionales,
justas y moderadas, y el grito del oposicionista calculador, hay una
gran diferencia . Enorme existe hoy entre los que entre los que
hacen política por proyecto y sin mas miras que cuando menos la
subvención…
El Gral. Díaz animado de las mejores intenciones , no había tenido
los datos, los elementos, ni el tiempo necesario par hacerlas
efectivas. De hoy en adelante será otra cosa . La ley tiene que ser
un hecho la teorías políticas y administrativas no tienen razón de ser
. Largos años de luchas sangrientas luchas para discutirlas las han
depurado lo suficiente para par que la practica no sea hoy un
absurdo. Ley, derecho, Constitución …pueblo garantías individuales
sublime colectividad a la que todo el mundo se ha dirigido hace
muchos años.
…los inflexibles pudieran aseverar que estamos en un periodo de
crisis ya lo han dicho más aún , han dicho que el gobierno
tuxtepecano ha llegado a su fin. Necios el gobierno de Tuxtepec
tiene elementos para no temer un porvenir de tempestades.41
Jesús T Alamilla, Alejandro Casarín y José Ma. Villasana que habían
permanecido en la oposición, como parte de un proyecto político que
respaldaba a Porfirio Díaz, a los ojos, de los cada vez más escasos,
oposicionistas se volvieron “ministeriales”. Alamilla pronto partirá para Estados
Unidos, donde contrae una enfermedad y muere en México en 1881. Casarín
tendrá todavía una larga carrera en las artes y seguirá vinculado al ejército

41 Mefistófeles,6 de octubre de 1877. Recordemos que los litógrafos de Hombres


ilustres mexicanos fueron Santiago Hernández y José Ma Villasana.
hasta 1892; cuando al encontrarse en Baltimore lo dan de baja del ejercito
mexicano donde era teniente coronel, él recurre al presidente Díaz para lograr
que no se le de de baja de la “noble institución”. Vive y trabaja en Nueva York
donde muere en 1907. José Ma Villasana con el apoyo directo de Díaz publica
en 1893 desde Chicago México Gráfico, en 1896 es nombrado diputado a la
XVIII legislatura representando al distrito de Comitán Chiapas. Santiago
Hernández volvería a retomar el lápiz oposicionista desde las páginas de El
Hijo del Ahuizote.
La situación de la producción de periódicos había cambiado, en los
principios del porfiriato impresores como Ireneo Paz contaban ya con su
maquinaria tanto tipográfica como litográfica, dejando los periódicos de ser
artesanales, a partir de 1877 Paz, publicaría La Patria la cual recibía su nutrido
material por cable y e incluyó en gran escala multitud de anuncios. Las
posiciones frente al poder se redefinían y los modelos para la caricaturas
empezaban a tener como paradigma los producidos en Estados Unidos a
manera de tiras cómicas, la influencia francesa y española que había sido la
fuente de la caricatura después de la guerra de 1847 iba desapareciendo. La
caricatura había introducido en la cotidianidad de sus lectores la duda y la
crítica como elementos de conocimiento.

La caricatura representó en este periodo como un arte de vanguardia

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