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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ

FACULTAD DE CIENCIAS MATEMÁTICAS


FÍSICAS Y QUÍMICAS

PROCESAMIENTO ALIMENTOS Y LAB I

TEMA:

HIGIENE, SANEAMIENTO Y CONTROL DE

CALIDAD DEL AGUA DE POZO

INTEGRANTES:

 CALVACHE FARFAN GUSTAVO ENRIQUE


 CEVALLOS MENDOZA LADY SILVANA
 INTRIAGO GUILLEN ERIKA SALENA
 MALDONADO SAETEROS SANTIAGO CRISTOPHER
 MERO VELEZ LAURA VERÓNICA
 MORALES VELIZ JHON MICHAEL

DOCENTE:

ING. JADAN PIEDRA FELIPE ARTURO

CARRERA:
INGENIERÍA QUÍMICA

PARALELO:
“A”

PERIODO:
ABRIL 2019 - SEPTIEMBRE 2019
HIGIENE, SANEAMIENTO Y CONTROL DE CALIDAD DEL AGUA DE POZO

El agua es un recurso natural incomparable, escaso y estratégico, elemento clave para la vida

y el desarrollo social, difícilmente se puede exagerar la importancia del agua, es seguramente

el más valioso e imprescindible de los existentes en el planeta Tierra. El agua debería ser un

derecho humano y, sin embargo, 1.100 millones de personas carecen de acceso al agua

potable. La aparente abundancia del agua en el mundo ha dado la impresión, en el pasado, de

que se trataba de un bien inagotable. Era también el más barato. En muchos lugares el agua

era gratuita. El riego se realiza de forma excesivamente generosa y las fugas en las redes de

alimentación de agua de las ciudades son enormes. Una política subsidiada que ha fomentado

su derroche, su explotación excesiva, originando problemas de escasez, pérdida de calidad o

deterioro medioambiental.

Tan solo un 2,5% del total de agua existente en el planeta es agua dulce. Más de dos tercios

de esa agua dulce se concentran en glaciares y casquetes polares. En este contexto, los dos

principales tipos de agua dulce disponibles corresponden en un 30% al agua subterránea y en

un 0,3% a la que se presenta en estado líquido en la superficie. El agua superficial es fácil de

obtener y renovable, principalmente por lluvias, y el agua subterránea es más costosa de

obtener y lentamente renovable.

En el siglo XXI se abre una nueva etapa de gestión del agua que atienda a los principios de

su uso sostenible, superando la visión tradicional de financiación de grandes obras

hidráulicas. Sostenibilidad, es un término, altamente utilizado, que engloba un uso racional

que garantice la renovación y calidad del recurso a largo plazo. Aunque unas crecientes

demandas, mayores que las dotaciones y unas actividades que deterioran la calidad del agua

son actuaciones muy distantes de considerarse usos sostenibles. El viejo paradigma de


incrementar las posibilidades de oferta con la construcción de embalses y explotaciones de

acuíferos ha dejado de ser sostenible social, económica y medioambientalmente, los trasvases

son puestos en cuestión socialmente, en suma se requiere un cambio fundamental de gestión.

La sostenibilidad del ciclo del agua ha de dirigirse hacia un uso más eficiente y ahorrativo de

los recursos disponibles.

El agua, en la historia principalmente se ha utilizado para beber y satisfacer la primera

necesidad del ser humano, posteriormente, el agua empezó a utilizarse para regar, dando esto

el comienzo, muchos años después, a los denominados usos industriales.

En la actualidad, el agua, como bien de dominio público, se podría decir que es gratis, dado

que el precio que se paga por la totalidad de los servicios entre los cuales están, captación,

potabilización, distribución, alcantarillado, saneamiento y depuración.

Una de las características fundamentales de la demanda urbana de agua es la gran

heterogeneidad en cuanto a su utilización, pues incluye utilizaciones domésticas

(individuales), municipales (riego de jardines, bomberos, etc.), colectivas (servicios públicos,

como hospitales y escuelas), industriales, comerciales e incluso agrícolas, todo lo cual

contribuye a dificultar, en gran medida, su conocimiento.

El abastecimiento de agua a los hogares se considera un servicio prioritario con unos

requisitos de calidad, seguridad y garantía de oferta sensiblemente superiores a los de otros

usos y exige un tratamiento previo más avanzado para convertirla en apta para el consumo

humano (Sánchez, 2008).

En una crisis humanitaria, los vulnerados son afectados negativamente por la falta de acceso

al agua potable, a la higiene y al saneamiento.


Que exista acceso al agua potable es de vital importancia para la supervivencia del ser

humano, estando entre las prioridades cubrir las necesidades de consumo, las necesidades

alimentarias y las necesidades de higiene personal.

En situaciones donde la gente se encuentra aglomerada entre personas afectadas por alguna

clase de crisis, los entornos con saneamiento deficientemente resultan ideales para el brote

de epidemias. Asegurar el libre acceso al agua potable, promover la educación a la salud y a

la higiene y facilitar el acceso al saneamiento ayuda a prevenir la transmisión de

enfermedades relacionadas con el agua y la falta de higiene y saneamiento y reducir el riesgo

de epidemias (Garrido) (Ferrero & Garrido, 2008).

De la misma manera, mejorar las condiciones en que la gente accede al agua y al saneamiento

fortalece la capacidad de recuperación y desarrollo socioeconómico de todos los pueblos

afectados, y mejora la protección de las poblaciones más vulnerables.

Por todas estas razones resultan vitales, planes de ayuda humanitaria en los cuales se pueda

implementar proyectos, a comunidades marginadas de este derecho universal, para que se

pueda brindar una forma segura y en lo posible económica de cómo lograr estos objetivos

básicos, que mejoraran sus estilos de vida de una forma drástica.

Debido a lo expuesto, resulta indispensable recalcar lo siguiente.

La higiene, sin ninguna duda, es una de las formas más elementales e indispensables de salud,

ya que gracias a nuestra higiene corporal podemos mantener un sin número de amenazas

fuera de nuestro alcance. Nuestro cuerpo está constantemente en contacto con incontables

objetos y esto conlleva estar en contactos con gérmenes, bacterias y otros agentes que pueden

provocarnos enfermedades si logran traspasar nuestras barreras de protección. Para que esto

no suceda, una adecuada higiene es una de las mejores formas de defensa. Y no hablamos
solo de ducharnos, lavarnos los dientes y demás, sino también de algo que parece no tener

tanta importancia pero que es imprescindible: lavarnos las manos (Crissey, 2005).

Para todas estas actividades de higiene, agua es lo principal, por lo que su flujo constante y

su buen estado influyen directamente en la higiene y aún más importante en nuestra salud.

También un aspecto que incide de manera radical en la salud humana es saneamiento, ya que

una buena deposición de nuestros desechos resulta vital para que no estén en contacto con

nosotros, y aún más importante con el agua que utilizaremos en nuestra diario vivir, lo cual

repercute en el estilo de vida de las personas, el agua como factor principal de todas estas

actividades se ve afectada por cada una de ellas por lo cual mal saneamiento también significa

agua contaminada y avanzando un poco más, comunidades contaminadas.

Todo lo anteriormente mencionado solo nos lleva a una conclusión, el agua es la vida de los

pueblos y manteniéndola limpia y segura, podemos asegurar la supervivencia de la

humanidad.

El agua debe de cumplir una serie de características para poder ser consumida, por ello es

necesario un previo análisis y el tratamiento necesario.

Si el agua que bebemos viene de nuestro propio pozo, debemos hacerle una prueba de calidad

al agua todos los años. Si vivimos cerca de un área de agricultura o ganado donde haya

pesticidas, fertilizantes, o desechos de animales, cerca de desperdicios municipales (desechos

humanos), áreas residenciales donde se aplican fertilizantes, o vive cerca de un área

comercial o industrial, el agua de pozo podría estar contaminada. El agua de beber

contaminada puede ser especialmente peligrosa para los bebés, las mujeres embarazadas y

las personas que ya tienen problemas de salud.

El objetivo de la desinfección es obtener agua de forma continua exenta de bacterias y

gérmenes patógenos. (Armstrong, 1982).


Un tiempo de contacto de 20 a 30 minutos como mínimo, siendo deseable que sea de 1 a 2

horas, con una dosis de cloro o de dióxido de cloro residual de 0,05 a 0,2 mg/l es suficiente

para darle mantenimiento y limpieza a nuestro pozo.


BIBLIOGRAFÍA

 Crissey, P. (2005). HIGIENE PERSONAL: COMO ENSEÑAR NORMAS DE

ASEO A LOS NIÑOS. Barcelona: Paidos E.D.

 salud, O. m. (25 de enero de 2019). Organizacion mundial de la salud. Obtenido de

https://www.who.int/library/services/obtain/es/

 Garrido, L. R.-L. (s.f.). Agua y saneamiento ambiental en proyectos de emergencia y

de cooperación al desarrollo.

 Ferrero, L. R., & Garrido, M. M.-L. (2008). Agua y saneamiento ambiental en

proyectos de emergencia y de cooperación al desarrollo. Madrid: Servicio De

Publicaciones Universidad De Alcalá.

 Sánchez, F. D. (2008). DEMANDA DE AGUA EN ZONAS URBANAS EN

ANDALUCÍA. DEPARTAMENTO DE ESTADÍSTICA, ECONOMETRÍA, I.O Y

ORGANIZACIÓN DE EMPRESAS.

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