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Origen del Frente Nacional: Benidorm y Sitges

Por: Melisa Quintero Restrepo


Natalia Tabares Tamayo

Introducción

El Frente Nacional fue un acuerdo entre liberales y conservadores, que se llevó

a cabo en el período 1958-1974. Consistía en el monopolio exclusivo del poder

en manos de los dos partidos políticos tradicionales de Colombia, basado en la

alternancia por períodos en la presidencia; para esto, se realizarían elecciones

populares que serían las que finalmente, como en todo régimen democrático,

legitimarían el Gobierno.

Los motivos que impulsaron esta alianza fueron diversos, pero entre los más

importantes se encuentran: en primer lugar, acabar con la violencia bipartidista

que se había agudizado con la muerte de Jorge Eliecer Gaitán; en segundo

lugar, terminar con la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla, instaurada el

13 de junio de 1953 y que había destruido la democracia y casi a la República

misma, al monopolizar los poderes del Estado y restringir las libertades civiles.

Cabe señalar que aunque el acuerdo del Frente Nacional ha sido uno de los más

importantes de la historia del país, no ha sido la única vez que liberales y

conservadores se unían por una misma causa; incluso, las alianzas políticas en

Colombia son más frecuentes de lo que parecen. Es una “característica propia

de la clase dirigente colombiana, la cual se había puesto en práctica a lo largo


de la agitada historia nacional, que se puede resumir en la increíble facilidad de

elevar al convenio, el acuerdo y el consenso a un grado inverosímil de virtud

nacional.”1

También, nos parece pertinente señalar que, aunque el Frente Nacional fue

idealizado en su mayor parte por Laureano Gómez y Alberto Lleras Camargo, su

primer ideólogo fue Alfonso López Pumarejo, quien tiempo atrás propuso la

pertinencia de desarrollar un acuerdo con las características que finalmente este

tuvo2.

El Frente Nacional no debe observarse como un acuerdo, que al derrocar a

Rojas Pinilla, pretendiera la libertad de competencia política; debe mirarse como

una alianza entre los dos partidos más importantes e históricamente

tradicionales del país para preservarse en el poder, sin pretensión de incluir o

promover la creación de otros partidos.

Con este texto pretendemos dar a conocer los pactos más importantes:

Benidorm y Sitges, que darán los lineamientos para la creación e instauración

del Frente Nacional; consideramos que estos también hacen parte de sus

causas y más trascendental aún, del desarrollo posterior que este tuvo, ya que

en estos es en los que se plasman las aspiraciones y directrices del Frente

Nacional.

1 Eduardo Durán Gaitán, Una mirada al Frente Nacional: apuntes sobre sus orígenes, su
desarrollo y su herencia 1958-1974 (Colombia: Offset La Opinión, 2005),16
2Gabriel Silva Luján, “El origen del Frente Nacional y el gobierno de la Junta Militar,” en Nueva

Historia de Colombia tomo II (Bogotá: Planeta Colombiana Editorial S.A., 1989) ,188.
El Pacto de Benidorm

El pacto de Benidorm, firmado el 24 de julio de 1956, fue el inicio del que

posteriormente se denominaría Frente Nacional. En él se planteaban las

nociones principales para formar un gobierno de coalición entre los partidos

tradicionales de Colombia: Liberal y Conservador. Sus creadores fueron Alberto

Lleras Camargo, director del Partido Liberal, y Laureano Gómez, líder de una de

las facciones del Partido Conservador; ambos personajes, expresidentes de la

República de Colombia. Benidorm es considerado el “punto de partida de la

política de entendimiento de los partidos y […] la unificación de esfuerzos para

luchar contra la tiranía”.3

Para entender las condiciones en que se presentó este Pacto, hay que recordar

que el gobierno de Laureano Gómez fue derrocado el 13 de junio de 1953, por

las Fuerzas Militares y respaldado por el ala ospinista del Partido Conservador.

Gómez fue entonces exiliado a España.

Aquello que en un comienzo fue catalogado como “un golpe de opinión”, y

celebrado por multitudes, pues se estaba derrocando a la tiranía de Laureano, se

convirtió luego en una dictadura militar. El general Gustavo Rojas Pinilla fue el

que asumió la Presidencia, pero pasado un tiempo, su gobierno se tornó

dictatorial. Pinilla se escudó en las Fuerzas Armadas para realizar actos

despóticos innaturales en una República; uno de ellos, y quizás el que más

caldeo los ánimos, fue la censura a la prensa. El monopolio de los poderes del

3“A un año de Benidorm,” El Siglo, 26 de julio de 1957, p4.


Estado fue total, conformó la Asamblea Nacional Constituyente (ANAC), para

instaurar una nueva Constitución, que seguro lograría legitimar su perdurabilidad

en el poder.

Aunque los conservadores de la facción laureanista, denominados la

CONACCIÓN (pues los ospinistas apoyaban la dictadura de Rojas), y los

liberales, no estaban muy a gusto con esto, ninguno había planteado una clara

resistencia a la dictadura. Entonces aparece Alberto Lleras Camargo, que:

[…] Tras una ausencia de varios años, regresó al país para reincorporarse a
la política activa, dividida en esos momentos en sostenedores del régimen y
enemigos de las tiranías. Su partido no había descartado oficialmente
cualquier posibilidad de juego político, y resueltamente, con una resolución
digna de todo elogio, asumió la actitud oposicionista para buscar el retorno a
los cauces tradicionales. Sus tesis se vieron triunfantes en la convención
liberal, y con el respaldo de su partido buscó en una y en otra puerta la
conjunción para la resistencia […]4.

Esa búsqueda por la persona adecuada para plantear serías soluciones ante la

pérdida de la República y de los derechos del pueblo, encuentra a Laureano

Gómez, que como se dijo, estaba exiliado en España. Pero muchos se

preguntarán: ¿Por qué Laureano Gómez? En primer lugar, al ser este destituido

por Rojas Pinilla, tenía motivos suficientes para repudiar su gobierno y además,

Lleras, en una carta enviada a los miembros del Directorio Liberal Departamental

de Antioquia, afirmó:

[…] Pero lo principal, ciertamente, para decidir mi conducta al establecer


inmediatamente un contacto con el doctor Gómez fue la circunstancia de que
tanto sus amigos en Colombia como el expresidente, no tenían temor alguno

4“A un año de Benidorm,” El Siglo, 26 de julio de 1957, p4.


de conversar con el liberalismo y de explorar las posibilidades de un
entendimiento importante y patriótico.5

Los primeros acercamientos entre Alberto Lleras y Laureano Gómez se llevaron

a cabo por correspondencia, y así fue como se planeó el encuentro que daría

como resultado el Pacto de Benidorm.

El 14 de julio de 1956, se encontraron Lleras y Laureano en Benidorm, municipio

español ubicado a las orillas del mar Mediterráneo, donde este último

descansaba junto a su familia; en este ambiente de cordialidad fue donde ambos

líderes sentaron las bases del Frente Nacional.

Varios fueron los puntos que se tocaron en Benidorm, pero el más importante

fue sin duda acabar con la dictadura de Gustavo Rojas Pinilla. Era claro que

para lograrlo era necesaria una alianza entre liberales y conservadores, pues

Sólo un esfuerzo conjunto de los partidos puede restablecer un modo de vivir


en que prevaleció el afortunado equilibro entre los derechos de los
ciudadanos y la acción del Estado como delegatario de poderes limitados,
obligado a dar cuenta de sus actos a los representantes de la Nación.6

En este aspecto es en el que se plantea formar un gobierno de coalición con una

alternación de gobiernos Liberal y Conservador, ya que pensaban que reabrir

una lucha inmediata por el poder entre los dos partidos sería totalmente

5Alberto Lleras Camargo, “Carta del doctor Alberto Lleras a los miembros del Directorio Liberal
Departamental de Antioquia, acerca de la Declaración de Benidorm,” en documentos que hicieron
un País, ed. Archivo General de la Nación de Colombia, (Bogotá: Imprenta Nacional de Colombia,
1997) 306.
6Laureano Gómez, Alberto Lleras, “Declaración de los señores Laureano Gómez y Alberto Lleras

sobre la Política Colombiana, hecha en Benidorm, España, 24 de julio de 1956,” en Archivo


Gonzalo Restrepo Jaramillo, Recortes de prensa folio 12. doc6
perjudicial para la Nación y no se alcanzarían a reconstruir todas las

instituciones que con Rojas se habían marchitado.

Nadie puede poner en duda que debe empezarse por la reconquista del
partido cívico común. Sería insensato reabrir inmediatamente la lucha por el
poder entre conservadores y liberales. Se encuentra necesario y enteramente
posible crear un gobierno o una sucesión de gobiernos de coalición amplia de
los partidos, hasta tanto que recreadas las instituciones y afianzadas por el
decidido respaldo de los ciudadanos tengan fortaleza bastante para que la
lucha cívica se ejercite sin temor a los golpes del Estado […]7.

La libertad cívica perdida y pisoteada en los años de tiranía, la reconstrucción de

la República, recuperar la honorabilidad de los funcionarios del Estado,

restablecer la dignidad de la patria, fueron, entre otros, asuntos importantes

tratados en Benidorm; también ahondaron en recuperar el prestigio que con la

dictadura las Fuerzas Militares habían perdido8. El fin de la violencia bipartidista

que tantos inconvenientes le traía al país, se planteó como otro de los motores

que impulsaría al gobierno de coalición.

Finalmente, el Pacto se firma el 24 de julio de 1956 y es recibido con entusiasmo

por los respectivos partidos. Pero para una coalición total en contra de la

dictadura, faltaba adherir el proyecto al ala ospinista del conservadurismo. Dicha

ala, totalmente excluida de la firma del Pacto, en un comienzo lo rechaza, pero la

situación toma un giro absolutamente favorable para el futuro del Frente

Nacional. Rojas Pinilla decide convocar a la ANAC el 11 de octubre de 1956.

7Laureano Gómez, Alberto Lleras, “Declaración de los señores Laureano Gómez y Alberto Lleras
sobre la Política Colombiana, hecha en Benidorm, España, 24 de julio de 1956,” en Archivo
Gonzalo Restrepo Jaramillo, Recortes de prensa folio 12. doc6
8 Lleras Camargo en su carta al Directorio Liberal Departamental de Antioquia habla

profundamente sobre este tema del prestigio de las Fuerzas Armadas; a lo largo de esta,
expresa que los militares sólo fueron víctimas del tirano y que al estar obligadas a el
cumplimiento de órdenes, sólo esto pueden hacer, y que no son responsables de lo que
acontece en el país.
Mariano Ospina Pérez (también expresidente de Colombia), que era Presidente

de la Asamblea, renuncia al denunciar a Rojas de monopolizar los poderes del

Estado; sumado a esto, las Fuerzas Armadas respaldan a Rojas para que

continúe su mandato de 1958 a 1962. Este acto permite que el ospinismo, que

era el que lideraba el Directorio Conservador, se una al Directorio Liberal para

apoyar el proyecto de coalición bipartidista. El pacto que se firma es denominado

El Pacto de Marzo (firmado el 20 de dicho mes en 1957).

El Pacto de Marzo es el que sella la oposición a la dictadura, pues no olvidemos

que el ospinismo la respaldaba y de cierto modo la legitimaba. Después de esto,

el 10 de mayo cae el gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla, cumpliéndose

uno de los objetivos del Pacto de Benidorm, y así se instaura un gobierno

transicional en cabeza de una Junta Militar.

Es importante resaltar lo que consiguió el Pacto de Benidorm, que fue el que

sentó las bases para el acuerdo final, el de Sitges, que es el que dará la última

estocada para la instauración del Frente Nacional.

Benidorm fue testigo de la unión de dos personajes destacados del país. Estos

se reunieron en el momento oportuno para terminar no solo con la dictadura que

ensombreció la democracia colombiana, sino también con la oleada de sangre

que cubrió a toda Colombia, provocada por la intolerancia bipartidista. El Pacto

de Benidorm demostraba que conservadores y liberales sí podían unir sus

fuerzas, sin necesidad de recurrir a las armas para un mismo fin. Aunque este fin
fuera para su propio beneficio: quitar los estorbos y seguir en el poder, como

tradicionalmente lo han hecho siempre

Tratado de Sitges

Después de un año de haberse realizado este tratado, entre los ex presidentes

Laureano Gómez y Alberto Lleras, tuvo lugar otro, no menos importante, para

examinar la situación existente a la caída de la dictadura de Rojas Pinilla y para

estudiar los procedimientos que podrían recomendarse para el regreso a la

vigencia de las instituciones republicanas. El 27 de julio de 1957 a las 10 y

media de la mañana se celebró un gran tributo de bienvenida a Alberto Lleras

Camargo, que retornaba de entrevistarse con Laureano Gómez, en su casa de

descanso, en la playa catalana de Sitges. Por esos días, este encuentro

absorbía toda la atención del pueblo colombiano y de la prensa: “Durante dos

semanas la opinión ha vivido pendiente de las conversaciones de los dos ex

presidentes y cabezas de los partidos políticos colombianos que, en julio de

1956 dieron base en Benidorm al movimiento que derribó en diez meses a Rojas

Pinilla”9

En dicha reunión, había acompañado a los dos jefes políticos el ingeniero

conservador Camilo Vásquez Carrizosa, que también había asistido a Benidorm

en 1956, actuando en ambas como coordinador. Con el acuerdo entre el bolsillo,

Lleras y Vásquez emprendieron el viaje hacia Bogotá, durante este, Lleras

mantuvo un absoluto mutismo sobre los puntos del acuerdo.

9 “Apoteosis a Lleras” El Siglo, 28 de julio de 1957, diario de la mañana p9.


Las expectativas eran amplias para un acuerdo que se denominaba

“trascendental” en los medios de comunicación. El acto protocolario de

bienvenida estaba detalladamente preparado:

una multitud, integrada por ciudadanos de los dos partidos políticos y por damas
bogotanas, sin distinción de clases sociales, saludará al director del liberalismo,
que entrará en un automóvil “Cadillac” (de último modelo), descubierto, en
compañía de su señora esposa y del candidato nacional a la Presidencia de la
Republica, Guillermo León Valencia10

Los radioperiódicos prometían emitir noticias “veraces y que se ajusten a la

verdad. No hay censura ninguna para los radioperiodistas”11. La declaración de

Sitges solo seria publicada unos días después, luego de consultarla con diversos

jefes políticos de los dos partidos. En su discurso, Lleras advertía que el acuerdo

requería de la cooperación de la Junta Militar de Gobierno y era necesaria la

consulta popular por medio de un plebiscito.

A la llegada de Lleras, los gritos ardientes de la multitud eran bastante dicientes:

“Viva Laureano Gómez” “Viva el partido conservador, “Viva el partido Liberal”,

“Viva Lleras”12.La exaltación heroica de estos personajes sobresalía en la opinión

pública, pues representaban la promesa de un nuevo porvenir:

Después de haber sufrido por tanto tiempo los estragos de la violencia, los
colombianos debemos llegar a una concordia trabajada, a un entendimiento
construido esmeradamente por nosotros mismos, para que luego tengamos
conciencia clara de haberlo merecido” (Del discurso de Álvaro Gómez Hurtado
ayer en recepción al Dr. Alberto Lleras) 13

10 “A las Diez y Media Llega el Dr. Lleras” El Siglo, 27 de julio de 1957, sección Continuaciones.
11 “No hay censura para los radionoticieros”, El Siglo, 27 de julio de 1957, diario de la mañana.
12 Juan Pablo Uribe de la redacción de EL SIGLO. El Siglo, 28 de julio de 1957, diario de la

mañana, p1
13 Nota al inicio de la edición. El Siglo, 28 de julio de 1957, diario de la mañana. p1
Lleras era claro en su principal objetivo pues, “El acuerdo de Sitges es

consecuencia lógica del pacto de Benidorm, y su principal objetivo es el de

consolidar la paz de Colombia, con base en la unión de todos los colombianos

y el apoyo decidido de las fuerzas armadas” 14

Los doctores Alfonso López Pumarejo, Álvaro Gómez Hurtado, Guillermo

León Valencia y Alberto Lleras Camargo, habían expuesto el día anterior, el

pensamiento de los partidos sobre la actual política nacional, y “Los cuatro

oradores destacaron la necesidad, el significado y el alcance de esta nueva

política” 15. En los discursos proclamados el día del acto de bienvenida,

coincidían en que era hora de acabar con el sectarismo entre liberales,

conservadores y militares, que había propiciado tanta violencia, invitando a

todos los colombianos a trabajar por la paz y la tranquilidad, por medio de la

opinión sobre su futura suerte política, para volver así a la auténtica

democracia y a un equilibrio entre los poderes. Además, resaltaron a Lleras

como el caballero que se lanzó a lograr esta restauración, el líder liberal

Alfonso López, refiriéndose a este, afirmaba “La nación reconoce y admira en

vuestra personalidad un anticipo de ese ciudadano que apenas empezamos a

forjar con las ideas y principios del manifiesto del 20 de marzo. Sois, por

decirlo así, el frente nacional hecho carne” 16

14 “La Voluntad de servir a Colombia Mejora la salud del Dr. Laureano Gómez: Camilo Vásquez
Carrizosa” El Siglo, 28 de julio de 1957, diario de la mañana
15 “Alto elogio del Doctor Gómez hizo el Director Liberal, Los Oradores propugnaron por el

Imperio de la paz” El Siglo, 28 de julio de 1957, diario de la mañana. p 1


16 “Discurso del Doctor Alfonso López Pumarejo” El Siglo, 28 de julio de 1957, diario de la

mañana, p12 -13


El 29 de julio de 1957, el ex presidente, Alberto Lleras Camargo, Leyó en una

cadena de radiodifusión el tratado, luego de ser revisado por los miembros de la

Junta Militar, que ya lo habían aprobado y además, habían convocado a

elecciones para el 7 de agosto de 1958. También el día anterior había sido

presentada a consideración de los jefes de ambos partidos, y a los miembros de

CONACCIÓN. Varias fuentes habían declarado que “el texto del acuerdo había

sido recibido con unánime beneplácito”17 e inmediatamente llovieron

felicitaciones a los dirigentes políticos por el tratado pues,

Procediendo con fervoroso patriotismo, con clara visión hacia el futuro y con hondo
sentido de sus responsabilidades históricas, han llegado a resultados satisfactorios
por cuanto lograron acopiar las voluntades, reconciliar los odios y concertar los
propósitos de ambas colectividades hacia objetivos concretos de amplias
proyecciones nacionales18

Primeramente, el tratado proponía las bases políticas para la paz, pues el país

se encontraba aún en medio de la violencia y de una gran crísis económica

debido al deterioro del sector externo. Ahora era necesario consolidar y

ampliar las bases para el entendimiento que en Benidorm se habían

establecido, buscando la mutua cooperación entre los partidos para la

restauración de la Constitución que había sido abolida por Rojas. Esto, con el

fin de volver a vivir bajo el amparo de leyes dictadas por representantes

auténticos del pueblo, era necesario un orden constitucional en el cual cada

persona conociera sus derechos, obligaciones y cuáles las penas para quien

las violase, además que fueran acatadas por todos. Los partidos acordaban en

que el orden solo podía reposar sobre los preceptos constitucionales que

17“A las siete de la noche Lleras leerá el acuerdo” El Siglo, 29 de julio de 1957, diario de la
mañana, p1.
18 Ignacio Escallón, “El Acuerdo Histórico”, El Siglo, 29 de julio de 1957, diario de la mañana, p4.
habían sido violados durante la dictadura y se ordenaba la suspensión del

estado de sitio que aun mantenían los ciudadanos sublevados contra los

abusos del tirano.

Por otra parte, se hacía un llamamiento al pueblo para que confiara en las

Fuerzas Armadas que ahora serían una Suprema Reserva de la República, y

en la Junta Militar, ya que el actual gobierno, en manos de altos oficiales,

generaba discordia: “muchas de sus derivaciones actuales tienen el viciado

origen de la sola voluntad del dictador, lo que no inspira respeto ni confianza

en el poder jurisdiccional” 19. Con esto, también era necesario derrocar la

asamblea cuya invalidez había quedado demostrada por la insurrección del

país entero en contra de sus actos. Se cuestionaba la autoridad ejecutiva por

la falta de normas permanentes que evitaran otros golpes de estado, ya que,

los mismos que ayer se afiliaron a la teoría de la dictadura, pretextando que la


coexistencia de los partidos era la causa única de la violencia y que por ello su
destrucción era necesaria, están ahora en la primera fila del sectarismo
combatiendo su entendimiento y tratando de prolongar el desorden para justificar
el advenimiento de otro tirano 20

El pueblo debía fijar el límite para las elecciones en el congreso. Cada partido

votaría para la provisión de la mitad de las sillas de la Cámara, estableciendo un

equilibrio para evitar la lucha por el poder. Para evitar también que el control de las

Cámaras quedara en manos de uno cualquiera de sus miembros, se estableció

que las decisiones del Congreso se tomaran por una mayoría calificada superior a

la mitad más uno. En el gobierno deberían predominar las ideas de cada partido,

19 Laureano Gómez, Alberto Lleras, “Dos condiciones Esenciales: Libertad de Prensa y que el
Pueblo Acepte la Propuesta” El Siglo, 30 de julio de 1957, p 9.
20 Laureano Gómez, Alberto Lleras, “Dos condiciones Esenciales: Libertad de Prensa y que el

Pueblo Acepte la Propuesta” El Siglo, 30 de julio de 1957, p 9.


pero jamás de forma totalitaria del uno sobre el otro, pues el cuerpo legislativo

debía organizarse inmune al sectarismo. Se requería una rama ejecutiva de

coalición y cooperación de los partidos, en la que se limitara la facultad del

presidente en la elección y despido de todos los funcionarios del gobierno, para

poder crear una carrera respetable y seria de especialistas en el manejo de los

negocios públicos, cuyos deberes no se alteraran por los cambios políticos. Otro

limite que se establecía era hacia el Presidente de la Republica, al escoger sus

colaboradores en el gabinete, para que estuviera obligado a conservar la

proporción política que tenían los partidos dentro de las cámaras legislativas.

Solamente concurrirían a las elecciones del Gobierno del frente Nacional los dos

partidos tradicionales, quedando excluidas otras tendencias políticas.

Así también, se declaró que las mujeres tendrían los mismos derechos que los

hombres y se nombró una comisión Paritaria de defensa de la Libertad de Prensa

que una vez había prohibido Rojas Pinilla,

Sin esa prensa libre las posibilidades de acción eficaz de los partidos
desaparecerían. La mayor obligación y la gran responsabilidad de estos es
defender con toda energía la libertad de prensa. Tal comisión debe estar
estrechamente apoyada por los escritores públicos, de tal suerte que le sea a ella
factible disponer las medidas de protección indicadas cuando alguna violación de
la libertad se registre21

A partir de estas enmiendas, se elaboró un proyecto de consulta plebiscitaria que

contenía los puntos esenciales del programa: paz, convivencia y restauración

democrática, para que el pueblo las aprobara o las rechazara, este sería “el

21 Laureano Gómez, Alberto Lleras, “Libertad del Prensa” El Siglo, 30 de julio de 1957, p 10.
procedimiento más rápido y eficaz, y también el más democrático, para salir del

caos y dar firme piso al orden constitucional” 22 Además,

Un plebiscito evitaría que los problemas derivados de la confrontación entre los


distintos sectores de los partidos dilataran o entorpecieran el proceso de reforma
constitucional. Igualmente, impediría una posible presión militar en las
deliberaciones y neutralizaría cualquier alegato de ilegitimidad por parte de los
enemigos de la coalición23

Realizado ese plebiscito, en el más breve tiempo, y aprobadas las enmiendas por

el pueblo en forma directa, entraran a regir inmediatamente. El tratado fue bien

acogido por la Junta Militar de Gobierno, pues invitaban en sus declaraciones a los

colombianos a “vincularse a esta auténtica empresa de civilización”24 Algunos

políticos como Ignacio Escallón o Germán Hernández, consideraban el tratado

como un garante de largos años de estabilidad política y paz. Por su parte, La

comisión Departamental de Acción Conservadora se refería a los postulados del

tratado: “estructurarán la República del futuro para la Colombia que hemos

anhelado”25. Los directorios de los partidos regionales estudiaban la declaración

para emitir comunicados fijando sus respectivas posiciones.

Según Mario Arrubla Yepes, era opinión corriente considerar “al liberalismo como

el partido del pueblo y al conservatismo como el del orden”26 y que a través de

nuestra historia, estos dos partidos representaron funciones contrarias pero

22Laureano Gómez, Alberto Lleras, “Plebiscito Nacional” El Siglo, 30 de julio de 1957, p 9.


23Gabriel Silva Luján, “El origen del Frente Nacional y el gobierno de la Junta Militar,” en Nueva
Historia de Colombia, (Bogotá: Planeta Colombiana Editorial S.A.,1989)

.24 “El Acuerdo de Sitges fue Acogido por la Junta Militar de Gobierno” El Siglo, 31 de julio de
1957, p1.
25 “Es base para la Republica del Futuro” El Siglo, 31 de julio de 1957, p 1.
26
Mario Arrubla, “Síntesis de Historia Política Contemporánea,” en Colombia Hoy: Perspectivas
hacia el siglo. Colombia tomo II, (Bogotá: Planeta Colombiana Editorial S.A., 1989), 191-192
también complementarias, alternándose de manera dramática y espontánea en la

conducción del Estado. Este curso ciego fue el que el frente Nacional oficializó.

Aunque era claro que el sectarismo ya no funcionaba como elemento legitimador

de los partidos, y que haciendo un esfuerzo, debían demostrarle al país que ellos

constituían la fuerza de decisión del Estado, los acuerdos logrados no generaron

una unión real al interior de cada partido, los conservadores a nombre del sector

laureanista, y los del sector denominado “posibilista”, en cabeza de Mariano

Ospina tenían grandes diferencias aún, basadas sobre todo en el debilitamiento

del ala ospinista, ya que el Tratado se había realizado prácticamente a sus

espaldas. De igual manera, “el texto del pacto desconocía formalmente y por

completo el acuerdo previo entre los ospinistas y el liberalismo, firmado en marzo,

al igual que las recomendaciones de la comisión creada por los conservadores en

junio”27.

El plebiscito logro realizarse, pero el avance hacia la democracia bajo el Frente

Nacional, cada vez se veía más impedido por la desunión conservadora entre

laureanistas y ospinistas.

Bibliografía

Fuentes primarias

Gómez, Laureano y Lleras Alberto. Declaración de los señores Laureano Gómez


y Alberto Lleras sobre la Política Colombiana, hecha en Benidorm, España, 24 de
julio de 1956, en Archivo Gonzalo Restrepo Jaramillo, Recortes de prensa folio
12. doc6
27 Silva, “El origen del Frente Nacional,” 199.
Lleras Camargo, Alberto. Carta del doctor Alberto Lleras a los miembros del
Directorio Liberal Departamental de Antioquia, acerca de la Declaración de
Benidorm, en documentos que hicieron un País, ed. Archivo General de la
Nación de Colombia, Bogotá: Imprenta Nacional de Colombia, 1997.

Periódico El Siglo, julio de 1957.

Periódico El Tiempo, julio 30 de 1957.

Fuentes secundarias

Arrubla Mario, Síntesis de Historia Política Contemporánea, En: Colombia Hoy:


Perspectivas hacia el siglo XXI, Bogotá, Editorial Presencia Ltda., 1991.

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Beltrán, Miguel Ángel. La experiencia del Frente Nacional, Latinoamérica anuario


de estudios americanos, No.34, 2001.

Durán Gaitán, Eduardo. Una mirada al Frente Nacional: apuntes sobre sus
orígenes, su desarrollo y su herencia 1958-1974, Colombia: Offset La Opinión,
2005.

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Una experiencia sui géneris sobre el control político en América Latina, comp.,
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Ediciones UNAULA, 2012.

Silva Luján, Gabriel. El origen del Frente Nacional y el gobierno de la Junta


Militar, en Nueva Historia de Colombia tomo II, Bogotá: Planeta Colombiana
Editorial S.A., 1989.

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