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Instrucción: subraya 25 ideas importantes y elabora un MAPA MENTAL.


LOS PROYECTOS DE NACIÓN: MONÁRQUICO, IMPERIAL Y REPUBLICANO
CONTEXTO
La Casa de Borbón reinante en España, había hecho reformas importantes que afectaron a los pueblos conquistados. Para 1808, la
monarquía española pasaba por uno de los momentos más débiles de su historia. El rey Carlos IV había confiado en su ministro
Manuel Godoy para permitirle el paso por España a Napoleón Bonaparte, quien, una vez en el país, hizo que el rey y su heredero,
Fernando VII abdicaran a favor de su hermano, José Bonaparte
Cuando esto sucedió, los criollos en la Nueva España intentaron formar una Junta de representantes, encabezada por el virrey José
de Iturrigaray, pero fue apresado y el descontento aumentó.
Con la familia real destituida y extranjeros en el poder, ¿qué motivación podrían tener los novohispanos para obedecer unas leyes
que consideraban injustas? La organización social de los habitantes de la Nueva España, a principios del siglo XIX era:
o Criollos estaban cansados de no poder acceder a los puestos más importantes del poder
o Indígenas: en medio de una sociedad racista, fueron relegados y marginados, realizaban los trabajos peor pagados.
o Mestizos: aun siendo la mayoría de la población, no tenían representación en los cargos públicos, ni podían influir en las
disposiciones que afectaban fundamentalmente su forma de vida.
Las sequías y heladas habían elevado mucho los precios del maíz y otros alimentos indispensables; también hubo epidemias e
inundaciones, además de la mayor desigualdad entre ricos y pobres.
Las posiciones ideológicas existentes en la nación, una vez consumada la independencia, se confrontaron sobre la forma en que
funcionaría el país, es decir, cómo lograrían el desarrollo que buscaban al separarse de España. Había que definir qué proyecto de
nación era el conveniente.
Los grupos que actuaban en la vida pública eran tres:
A. Republicano: formado por antiguos insurgentes
B. Borbonista (Monárquico): insistían en que el emperador fuera un príncipe de la Casa de Borbón
C. Iturbidista(Imperial): querían que se nombrara emperador a Iturbide
Cuando las cortes españolas desconocieron la independencia del territorio mexicano, los borbones dejaron de ser candidatos al
trono de México. El sargento Pío Marcha y su regimiento, con el fin de impulsar la candidatura de Iturbide, promovieron una
manifestación cívico-militar el 18 de mayo de 1822. Después de deliberar, el Congreso lo proclamó emperador el 21 de julio del
mismo año. A pesar del título tenía menos facultades que cuando era regente.
La acumulación de descontento de los antiguos insurgentes contra el emperador, provocó organizar conspiraciones. La situación se
tornó tan crítica que Iturbide disolvió el Congreso sustituyéndolo por una Junta Nacional Constituyente, aunque sus miembros eran
prácticamente los mismos.
El brigadier Antonio López de Santa Anna, el 2 de diciembre de 1822, desconoció al imperio y exigió la restauración del Congreso y el
establecimiento de un gobierno republicano.
Iturbide envió tropas a combatir a Santa Anna, pero las propias tropas imperiales firmaran el Plan de Casa Mata, que exigía la
“instalación del Congreso a la mayor brevedad”. Iturbide atendió lo solicitado; sin embargo, el malestar seguía, y finalmente las
presiones políticas y económicas lo llevaron a abdicar el 22 de marzo de 1823; poco después fue exiliado y fusilado. El Congreso
nombró entonces un triunvirato para ejercer el Supremo Poder Ejecutivo formado por Pedro Celestino Negrete, Guadalupe Victoria
y Nicolás Bravo.
El 4 de octubre del año siguiente, la república fue formalmente instituida con la promulgación de la Constitución de 1824, que
establecía una república representativa, popular y federal. Mantenía al catolicismo como religión de Estado, sin tolerancia de otra. Y
decretaba que el gobierno se dividía en tres poderes: Ejecutivo, Judicial y Legislativo, considerando a este último como dominante.
Días después, el 10 de octubre, fue nombrado el primer presidente de la república: Guadalupe Victoria, — cuyo verdadero nombre
era José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix— con Nicolás Bravo como vicepresidente.
Su periodo presidencial pudo iniciar con desahogo porque el Congreso negoció con el gobierno y la banca inglesa un préstamo de
12.2 millones de pesos. En las cinco décadas posteriores a la independencia de México, Guadalupe Victoria fue el único presidente
que pudo terminar su mandato de cuatro años. Por ese tiempo nació la masonería de rito yorkino en México, impulsada por
Poinsett.
Otro acontecimiento importante fue la rendición de los españoles en la fortaleza de San Juan de Ulúa, el 18 de noviembre de 1825.
El gobierno mexicano, al considerar que España no había abandonado las esperanzas de recuperar su do-minio, decretó la expulsión
de todos los hispanos del país, lo cual impactó a México en varios aspectos: económico, cultural y demográfico, porque disminuyó la
población.
PROYECTOS DE NACIÓN
Monárquico: En 1821 había españoles que tenían el respaldo de algunos criollos y aspiraban a que el Imperio mexicano (como
establecían los Tratados de Córdoba) fuera gobernado por un integrante de la casa de los Borbón (la dinastía reinante en España
desde de inicios del siglo XVIII) para continuar la política de Fernando VII en un territorio independiente.
Es también conocido como “borbonista”, pretendía el cumplimiento del Plan de Iguala sobre la formación de una monarquía
constitucional e insistía particularmente en que el nombramiento de la jefatura del imperio diera a un descendiente de la dinastía
borbónica española.
Esta posición contaba con el apoyo de los comerciantes enriquecidos, burócratas menores y mayores, militares, dueños de grandes
extensiones de tierra que no deseaban perder lo que habían logrado y que tenían familias e hijos nacidos en México, y algunas
autoridades de la Iglesia católica que habían acumulado riqueza y bienes inmuebles. Su alto estatus económico y político los
colocaba como personas importantes para la estabilidad comercial y financiera del nuevo imperio debido a sus contactos con otros
países cuyo reconocimiento se necesitaba y a que poseían los recursos para lograrlo. Si bien eran pocos, concentraban cantidades
considerables de riqueza, conocimiento y poder.
Este proyecto, sin embargo, fue frustrado cuando las cortes españolas desconocieron la validez de los Tratados d Córdoba en
febrero de 1822. Fue desplazado de las discusiones del Congreso Constituyente, por lo que sus partidarios financian la conspiración
del fraile Joaquín Arenas en 1827 que, una vez sofocada, dio lugar al decreto de expulsión de españoles ese mismo año. No
obstante, el proyecto monárquico permaneció latente en la política mexicana del partido conservador. En la segunda mitad del
siglo, luego de la derrota de los conservadores en la Guerra de los Tres años, los partidarios de este proyecto recurrirían incluso a la
intervención extranjera para imponerse en el país.
Imperial: Agustín de Iturbide, personaje fundamental en la consumación de la Independencia, era bastante ambicioso y aprovechó
el apoyo que le prestaba el Ejercito Trigarante que entró victorioso a la ciudad capital el 27 de septiembre de 1821 (con la
providencial intervención del Sargento Pío Marcha, quien en estado inconveniente comenzó a gritar: “¡Viva Agustín I!”). Esto influyó
en la Junta de Notables que se sintió seriamente amenazada al pensar que si no elegían a Iturbide como emperador sus vidas
peligrarían. Esa fue una razón poderosa y circunstancial de que Iturbide fuera candidato a recibir la corona del naciente Imperio
mexicano. Sin embargo, el gran problema de Iturbide, consistió en no saber impulsar el crecimiento de las fuerzas productivas ni
evitar el antagonismo entre liberalismo y conservadurismo, situación que lo llevó a convertirse en dictador y perder el poder.
El de Iturbide fue el primer proyecto de nación. Agustín de Iturbide presidió la regencia del primer gobierno provisional mexicano.
En mayo de 1822, fue proclamado emperador y coronado dos meses más tarde con el nombre de Agustín I de México. En diciembre
de 1822, Antonio López de Santa Anna proclamó el Plan de Veracruz, provocando que los antiguos insurgentes de ideas
republicanas e inconformes con el régimen imperial se levantaran en armas. En febrero de 1823, se firmó el Plan de Casa Mata,
como resultado, los borbonistas y republicanos unieron sus fuerzas para apoyar el derrocamiento de Iturbide. El emperador decidió
abdicar en marzo de 1823 y se exilió en Europa. Durante su ausencia, el Congreso mexicano lo declaró traidor a la patria, dando
órdenes para prenderlo en caso de que volviese el antiguo emperador al territorio mexicano. Iturbide, sin conocer esta resolución,
regresó a México en julio de 1824. Al desembarcar en Tamaulipas fue arrestado y posteriormente ejecutado por un pelotón de
fusilamiento.
El segundo fue Maximiliano de Habsburgo. Fernando Maximiliano José de Habsburgo, fue un noble austriaco. Nació siendo
archiduque de Austria y príncipe de Hungría y Bohemia pero renunció a sus títulos para convertirse en el Emperador Maximiliano I
de México, encabezando el Segundo Imperio Mexicano de 1863 a 1867. Fue traído por los conservadores José María Gutiérrez de
Estrada, Juan Nepomuceno Almonte y Miguel Miramón, se presentó ante el archiduque de la Casa de los Habsburgo a fin de que el
primero de ellos leyera la petición oficial de los monarquitas mexicanos para que éste se ciñera la corona mexicana y ocupara el
trono de México. Finalmente
El plebiscito mostrado a Maximiliano se había realizado en la Ciudad de México. Adicionalmente, hacía apenas cuarenta años que el
primer emperador mexicano Agustín I había sido derrocado, desterrado y posteriormente fusilado. En todo ese tiempo los intentos
españoles por reconquistar el país, la Guerra de Texas, los conflictos entre liberales y conservadores, la invasión estadounidense y la
más reciente invasión francesa habían vaciado las arcas de la hacienda pública. Fue fusilado en el Cerro de las Campanas de la
ciudad de Querétaro el 19 de junio de 1867, junto con los generales conservadores Miguel Miramón y Tomás Mejía.
Republicano: Tras la caída de Iturbide se organizó un triunvirato integrado por Guadalupe Victoria, Pedro Celestino Negrete y
Nicolás Bravo, cuya función fue aprobar la Carta Magna. En este modelo de gobierno el poder ejecutivo se encarga a un presidente
electo por el pueblo; el poder judicial está representado por la Suprema Corte de Justicia, que se ocupa de los asuntos jurídicos de
interés nacional. El poder legislativo estuvo encomendado originalmente a la diputación que representa proporcionalmente a la
población, pero en 1877 el entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada creó la senaduría como la representación de los estados
en el legislativo, lo que además daría más equilibrio a este poder.
El aspecto organizativo de la república federal, se basa en el hecho de que cada estado es libre y autónomo, pero todos quedan
unidos en un contrato llamado federación, a través del cual integran a la República.
Finalmente, la presencia de la democracia queda señalada en el hecho de que los representantes de los poderes ejecutivo y
legislativo deben ser electos por la voluntad del pueblo.
Este modelo político que tiene vigencia hasta nuestros días es legado de la Ilustración, del pensador Charles Secondat Barón de
Montesquieu, en su obra El espíritu de las leyes. En aquel tiempo, la práctica de este modelo representó una gran aventura política,
ya que la realidad histórica era predominantemente monárquica, e incluso religiosamente se cuestionaba si era correcto un
gobierno que no tuviera la aprobación de Dios, ya que la monarquía se basó en el derecho divino que establece: Deus Rex; Rex Lex.
(de Dios el rey, y del rey la ley). Tras la aprobación de la Carta Magna se pudo establecer el método democrático indirecto para la
designación presidencial del general Guadalupe Victoria.
En 1822 Iturbide fue proclamado emperador con el nombre de Agustín I. Diez meses más tarde fue depuesto por una rebelión
dirigida por Antonio López de Santa Anna, su anterior colaborador. Se proclamó la república y Guadalupe Victoria se convirtió en el
primer presidente.
México, sin embargo, no estaba preparado para la repentina democracia. Se inició el conflicto entre los centralistas (grupo
conservador formado por líderes religiosos, terratenientes, criollos y oficiales del ejército, decididos a mantener una forma de
gobierno centralizada) y los partidarios de un gobierno federal (facción liberal y anticlerical que apoyaba el establecimiento de
estados soberanos unidos en una federación, además del apoyo social a los indígenas y a otros grupos oprimidos). Vicente Guerrero,
líder liberal, llegó a ser presidente en 1829, pero fue asesinado en 1831 por las fuerzas dirigidas por el líder político y militar
Anastasio Bustamante. Hasta 1833, año en que López de Santa Anna fue elegido presidente, se sucedieron las rebeliones en el país.
Sin embargo, poco después de su llegada al poder, su política centralista involucró a la nueva república en una guerra.

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