Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
1. Definición
El erro es un tema sumamente complicado y no existen posiciones únicas en su tratamiento.
Dentro del derecho se entienden por error el vicio del consentimiento originado por un falso
juicio de la buena fe, que en principio anula el acto jurídico cuando versa sobre el objeto o la
esencia del mismo. Cabe aquí, distinguir entre el error y la ignorancia, en el primero se da un
conocimiento acerca de un punto en particular pero, este no va acorde con la realidad o verdad
de las coas, mientras que el segundo, se trata de una falta de conocimiento total, esto puede
deberse a la falta de instrucción, capacitación, el descuido o una simple negligencia. La
ignorancia, consiste en suma, en una falta completa de conocimiento incompleto o un
conocimiento falso. Pero, esto psicológicamente es de extrema importancia, en el derecho
positivo no interesa. Tal como dice ZUSMAN TINMAN: “El error consiste en la falsa
representación de la realidad, determinada por la ignorancia, es decir, por no haber tenido la
parte de conocimiento de todas las circunstancia que influyen en el acto concertado, o por la
equivocación, es decir, por no haber valorado exactamente la influencia de tales
circunstancias.”
La ignorancia y el error pueden sr de hecho o de derecho, pero las leyes suele unificar su
tratamiento dándoles los mismos efectos. Dentro de nuestro código penal encontramos que el
error puede ser de dos clases: de tipo y de prohibición, estos nombres no obedecen al afán de
ser novedosos con las palabras, sino que expresan contenidos distintos de los que
corresponden a las denominaciones tradicionales de error de hecho y de derecho. Mientras la
denominación de error de hecho o de derecho distinguían entre lo factico y lo jurídico, con
independencia de su ubicación en una contemplación global del hecho, el error de tipo se
refiere a los elementos que forman parte del tipo penal, que pueden ser facticos, subjetivos y
valorativos, todo esto se encuentra a nivel de la tipicidad; en cambio, el error de prohibición
tiene que ver con la valoración de la conducta frente al ordenamiento jurídico en su totalidad, lo
encontramos a nivel de la culpabilidad, según el esquema de la teoría finalista.
El error es considerado como la contrapartida del dolo. Si se trata de un error de tipo vencible
se elimina el dolo pero subsistirá la culpa; en cambio sí es un error invencible se elimina tanto
el dolo como la culpa.
La figura del error es tratado en nuestro código penal en el art. 14, en el primer párrafo se hace
alusión al error de tipo y en el segundo párrafo al error de prohibición. El error de tipo elimina la
tipicidad del acto, en tanto que el error de prohibición solo elimina la reprochabilidad del mismo
a nivel de culpabilidad.
2. Clases de error
Dependiendo de la corriente que se sigue en el derecho penal (casualismo o finalismo), nos
podemos encontrar con diversos tipos de error, como son: error de hecho y de derecho de
acurdo a la corriente causalista y error de tipo y de prohibición de acuerdo a la corriente
finalista. La teoría de error de hecho y de hecho ha sido abandonada, ya que, no se puede
trazar un límite entre los elementos de hecho y de derecho que integran al delito,
especialmente ahora que se ha hecho uso de los elementos normativos para definir la tipicidad.
Ejemplo: La definición de ajenidad
2.1. Error de Tipo
El error de tipo surge cuando se desconoce alguno de los elementos que constituyen el tipo
objetivo. Tal como señala el art.14 del Código Penal, ocurre error sobre el tipo cuando en la
comisión del hecho se desconoce: «un elemento del tipo penal o respecto a una circunstancia
que agrava la pena». Con el término elemento, se alude a los que conforman la tipicidad
objetiva del tipo legal (elementos referentes a: el autor, la acción, el bien jurídico, aspectos
descriptivos y normativos, causalidad). El tratamiento sobre el error de tipo, reitera Jescheck,
“descansa en un sencillo principio fundamental”, a saber: “puesto que el dolo presupone el
conocimiento de todos los elementos del tipo objetivo y en el error de tipo falta ese
conocimiento total o parcialmente, el mismo excluye el dolo”. Ahora bien: si el error citado
fuese vencible, desaparecería el dolo pero se sancionaría a título de culpa la responsabilidad
penal. Tal como señala MUÑOZ CONDE: “el autor debe conocer los elementos objetivos
integrantes del tipo de injusto. Cualquier desconocimiento o error sobre la existencia de alguno
de estos elementos excluye, por tanto, el dolo y todo lo más, si el error fuera vencible, deja
subsiguiente el tipo objetivo de injusto de un delito imprudente.” Por ejemplo, Miguel que
estaba de caza en un lugar donde se encontraba permitido realizar dicha actividad, dispara
sobre Juan que regresaba de una fiesta de disfraces vestido como un oso; Miguel mata a Juan
creyendo que es un animal, dadas las circunstancias en que se produce la acción, surge un
error de tipo invencible porque en ningún momento Miguel pudo imaginarse ni representarse
que Juan no era un oso. Pero, si la acción se hubiese producido en un lugar donde no se
practicase la actividad de caza de animales y que por el contrario es usado como lugar de
esparcimiento familiar, y pese a esto, Miguel dispara sin tomar ninguna precaución sobre los
arbustos que se mueven creyendo que se trataba de un animal y mata Juan, Miguel
responderá por homicidio culposo, dado que se ha presentado un error de tipo vencible; ya
que de haber actuado con mayor diligencia Miguel no habría matado a Juan. Para sus efectos,
el error se divide en esencial (que excluye el dolo respecto del bien jurídico al que se afecta), y
no esencial (que es irrelevante: error in persona o el objeto, aberractio ictus, error sobre las
circunstancias que modifican la pena). El error esencial, a su vez, se subdivide en vencible
(que puede ser eliminado mediante el recurso al esfuerzo de conciencia exigible al sujeto, o
sea, que hubiera podido evitarse si se hubiera observado el debido cuidado), e invencible (que
no puede ser eliminado con dicho esfuerzo de conciencia, o sea, que no hubiese logrado
evitarse ni aplicando la diligencia debida. Al excluir tanto el dolo como la culpa surge la
impunidad, pues en el derecho positivo en general sólo se prevén tipos dolosos o tipos
culposos, de modo que la simple producción de un resultado resulta atípico, ele acuerdo al art
VII y 11° del Código Penal). El error de tipo también alcanza a las circunstancias que modifican
la pena, como es el error sobre las agravantes al señalar el art.14° del C.P), que el error
invencible sobre un elemento que agrava la pena excluye la agravación, por ejemplo, si el
agente comete un delito de violación contra su descendiente menor de 14 años (art. 173° del
C.P.) ignorando dicha condición, no podemos aplicar la agravante porque, no existe dolo con
respecto de esa circunstancia. BUSTOS RAMÍREZ destaca que: “este precepto resulta
sumamente confuso, pues pone en un mismo plano situaciones diferentes, el error invencible
sobre un elemento esencial de la infracción penal y el error sobre un elemento accidental
(agravante). En primer lugar, la clasificación de error invencible o vencible tiene sentido
respecto a un elemento constitutivo, pues se trata de determinar si la realización del hecho ha
sido dolosa o culposa o bien sólo producto del caso fortuito o de una imprudencia no tipificada,
en tal clasificación no es posible aplicarla a un elemento accidental, como una agravante, ya
que el injusto como tal siempre permanecerá, esto es, la realización del hecho no puede
desaparecer por el error sobre la agravante. Sólo los tipos pueden realizarse dolosa o
culposamente, no una agravante”. Y concluye: “En definitiva se trata de una disposición que no
tiene una fundamentación comprensible y que debería desaparecer.”
Siempre debe tenerse en cuenta si el autor tenía pleno conocimiento de la norma prohibitiva
general y del tipo por él realizado. Si lo tenía y su error consistía en el desconocimiento de una
causal de justificación existente, se discute arduamente si se debe condenar por delito
consumado o por tentativa. Por el contrario, si el autor creía en forma equivocada que su
actuar, en realidad no prohibido, lo era efectivamente y que estaba sujeto a sanción, entonces
no comete infracción alguna, de tal modo que no llega a plantearse la cuestión de la tipicidad
y, con ello, de la penalidad (es un delito putativo). Del error de tipo deben distinguirse los
supuestos de desconocimiento de las condiciones objetivas de punibilidad de la culpabilidad o
de alguna causa personal de exclusión de la pena. Dado que las condiciones objetivas de
punibilidad no están comprendidas dentro de la conciencia y voluntad de que trata el dolo, el
error acerca de las mismas es intrascendente, es decir irrelevante y por tanto, carece de
efectos penales. Dentro del tema del Error de Tipo, se presentan ciertos casos que merecen
nuestra especial atención, dado el especial análisis que requieren y la complejidad del tema:
• Error sobre el objeto de la acción (error in objecto vel persona).- En principio, es
irrelevante la cualidad del objeto o de la persona sobre los que recae la acción. Se excluye
el dolo del autor si falta equivalencia típica entre el objeto representado y el objeto
efectivamente atacado (por ejemplo, el sujeto dispara contra el perro y alcanza a su
dueño). En este caso el dolo se da por la conciencia y voluntad de matar al perro, lo cual
desde el plano penal es irrelevante, por eso al dirigirse este dolo por error hacia el dueño
sigue manteniendo su calidad de irrelevante para el derecho penal. Puede darse también
el caso de que ambos objetos sean típicamente equivalentes u homogéneos, pues da lo
mismo que “A” se apodere del automóvil de “B” que creía propiedad de “C” o; que mate a
“D” en lugar de a “Z”. Este caso es diferente al primero porque, desde el principio se quiso
dañar un bien jurídico relevante para el derecho penal.
• Error sobre el nexo causal.- Las desviaciones no esenciales o que no afectan a la
producción del resultado querido por el autor son irrelevantes. Es decir, se produce
cuando entre la representación del autor de un determinado desarrollo del suceso y el
suceso que realmente se produce como consecuencia de la acción, existe coincidencia en
lo esencial, por lo que el dolo no resulta excluido (por ejemplo, “A” quiere matar a “B” en
forma instantánea mediante un disparo con arma de fuego; “B” muere, sin embargo,
después de varias horas de agonía, circunstancia que no es esencial sino secundaria).
Por el contrario, cuando entre la representación del autor y el suceso acaecido hay una
divergencia esencial, esto es, si el resultado se produce de un modo totalmente
desconectado de la acción del autor, el hecho sólo podría imputarse como tentativa de
homicidio (en el ejemplo anterior, si «B» muriese posteriormente a consecuencia del
incendio del hospital). Para el análisis de estos casos, es de suma importancia el manejo
de la teoría de la Imputación objetiva, que se basa tanto en la creación como en el
aumento del riesgo, y si éste es imputable al sujeto activo; de no ser así no existiría
tipicidad objetiva y mucho menos delito.
• Error en la ejecución (aberratio ictus) o «error en el golpe», es decir, el autor queriendo
producir un resultado determinado da con su acción sobre un objeto distinto del que quiere
alcanzar. Por ejemplo, si apunta sobre Luis, dispara, y por mala puntería, o por un
movimiento inesperado, el proyectil Va dar muerte a Marco. Como se advierte, más que
un error hay una desviación material del curso causal previsto, que determina en definitiva
una disconformidad entre lo representado y lo acaecido. La doctrina está dividida en
cuanto a la punibilidad de estas situaciones. Para algunos, se trata de un concurso entre
tentativa del delito querido, con la forma culposa del resultado. Para otros, debe reprimirse
por el resultado producido, como doloso, ya que la ley protege en general la vida humana,
y por eso castiga el homicidio, y eso es lo que ha ocurrido en el hecho. La primera es la
posición de la doctrina alemana, en general; y la segunda es sustentada en España y en
Latinoamérica.
• Error sobre el curso causal en el caso del «dolus generalis». El autor no yerra aquí sobre
el objeto de la acción que lesiona sino, sobre el desarrollo de la acción. Es decir, el suceso
se lleva a cabo en dos actos y el autor juzga equivocadamente el curso de la acción al
creer haber logrado el resultado querido mediante el primer acto (matando, por ejemplo a
Fernando), en tanto que el resultado sólo se ha producido con el segundo acto realizado
para ocultar el hecho (arrojando al lago a Fernando, creyendo que había muerto). En este
caso el autor cree haber consumado el delito, cuando en realidad se produce por un
hecho posterior.
Por ejemplo, Roger dispara sobre Caro, para darle muerte, pero por una desviación del
curso causal representado, yerra y sólo lo hiere. Creyendo que Caro ha fallecido, Roger
decide ocultar su delito y arroja al río el cuerpo inanimado de su víctima. Caro muere por
asfixia a causa de la inmersión. Según la teoría del dolus generalis, ambos actos
constituyen un suceso unitario, en cuya segunda parte existe todavía el dolo homicida.
Desde este punto de vista, se da un hecho doloso consumado. Conforme a la opinión
contraria, en los dos actos del suceso existen dos acciones independientes con elementos
subjetivos diferentes. Estima que al realizarse la segunda acción el dolo homicida se ha
borrado y de esta manera llega al resultado de que se da un homicidio tentado y un
homicidio culposo con pluralidad de hechos.
En la práctica, dice MUÑOZ CONDE, parece más justo apreciar sin embargo, un solo
delito consumado doloso: el sujeto quería matar a la persona y lo ha conseguido.
La primera solución merece preferencia. BACIGALUPO esclarece que “la cuestión
depende de si el autor al realizar la primera parte del hecho ya había tomado la decisión
de realizar la segunda parte del mismo: en este caso habrá una sola acción y un solo
hecho consumado. Si por el contrario, la decisión es posterior habrá dos acciones, una de
tentativa en la primera parte del hecho y otra de homicidio culposo en la segunda. En este
caso, es decir, admitidas dos acciones, no es posible imputar a la primera un resultado
que no se produjo”
• El error sobre los elementos accidentales determina la no apreciación de la circunstancia
agravante o atenuante o, en su caso, del tipo cualificado o privilegiado.
Tratamiento especial merece el (condicionamiento cultural), tales como cuando el sujeto activo realiza
un comportamiento tipificado en el código penal como delito, empero este comportamiento es normal
dentro de su comunidad dada su cultura, caso peruano Los Aguarunas del Alto Marañon en una zona
no muy lejana de la amazonia peruana, si un aguaruna es descubierto en adulterio, la comunidad
aborigen castigará el hecho ocasionando tres cortes en el cuero cabelludo del responsable,
asegurándose antes, que la incisión producida sea de extensión y de profundidad tales que pueda
identificarse por la marca al autor de la relación adulterina (delito de lesiones C.P. Peruano), existen
otros muchos casos. La solución a ésta problemática en el C.P. peruano se establece en el Art. 15 del
C.P. que contempla el error de comprensión culturalmente condicionado.
El error de tipo:
Se señala que existe error de tipo cuando, el sujeto en la comisión del hecho no conoce una
circunstancia que pertenece al tipo legal, por ende no actúa dolosamente. Con ese “conocimiento”,
cuya falta excluye al dolo típico, se hace referencia al elemento intelectual del dolo. Al respecto ya
sabemos que es suficiente para el conocimiento la representación de que el propio actuar conducirá
posiblemente a la realización de un tipo. El conocimiento sólo falta por tanto cuando quien actúa no ha
incluido en absoluto en su representación un elemento del tipo. Así pues, quien p. ej. No se da cuenta
de que el supuesto espantapájaros sobre el que dispara es una persona no actúa con dolo.
Por otro lado, el error de tipo no presupone ninguna falsa suposición sino que basta con la falta de la
correcta representación. Quien seduce a una muchacha que aun no tiene dieciséis años cumplidos
actúa por tanto sin el dolo, no sólo cuando ha supuesto erróneamente una edad situada por encima del
límite de protección, sino ya incluso cuando no ha realizado reflexión de ninguna clase sobre la edad
de la muchacha; pues tampoco en ese caso conoce una “circunstancia que pertenece al tipo legal” (o
sea la circunstancia de que la muchacha aún no tiene dieciséis años).
El error de tipo no afecta por tanto al conocimiento o al desconocimiento de la antijuridicidad , sino tan
sólo al de las circunstancias del hecho.
La terminología “error de tipo” ha sustituido en la doctrina actual la anteriormente empleada de “error
de hecho”, del mismo modo que la expresión “error de prohibición” ha desplazado a la anterior de
“error de Derecho”. La razón es que el tipo puede contener tanto elementos de hecho como de
Derecho (elementos normativos jurídicos) y el error sobre todos ellos merece el mismo tratamiento con
independencia de si son de hecho o de Derecho.
Entonces queda precisado que se admite error de tipo cuando el agente realiza un comportamiento,
desconociendo alguno o todos los elementos del tipo penal. Estos elementos pueden ser descriptivos
o normativos del tipo penal. Así mismo decimos que existe error de tipo cuando el sujeto actúa con
conocimiento equivocado de algún elemento o todos del tipo objetivo.
El error de tipo excluye el dolo, pero deja subsistente una punición por un hecho culposo, bajo dos
requisitos: Primero, que la comisión culposa del delito correspondiente sea punible, y, segundo, que el
error haya sido vencible. Entonces si en el ejemplo indicado inicialmente el tirador, con una suficiente
atención, hubiera podido reconocer que el objeto de su práctica de disparo no era un espantapájaros
sino una persona humana, tiene que se penado por homicidio culposo. En cambio si por ejemplo un
sujeto sustrae una cosa ajena que considera erróneamente como propia, tiene que producirse una
absolución, pues el hurto culposo no esta tipificado; precisando el ejemplo un sujeto se apodera del
abrigo que está en el perchero del café y sale con el, en la creencia de que se trata de su propio
abrigo; quien cree que yace con un una mujer de diecisiete años, que en realidad tiene trece.
Así podemos precisar que existe error de tipo vencible, cuando el agente, observando el cuidado
debido pudo haber salido del error en el que se encontraba y pudo evitar el resultado. En estos casos
sólo se sanciona si existe un equivalente tipo culposo. Por el contrario, es error de tipo invencible
cuando el agente habiendo observado el cuidado debido no pudo salir del error en el que se
encontraba originado el resultado. En este caso, la conducta debe ser atípica aunque exista un tipo
culposo.
El error de prohibición:
Al respecto señala que concurre un error de prohibición cuando el sujeto, pese a conocer
completamente la situación o supuesto de hecho del injusto, no sabe que su actuación no está
permitida. Por ejemplo alguien grava en una cinta magnetofónica, sin que lo sepa su interlocutor, la
conversación telefónica que está manteniendo; no se le pasa por la cabeza la idea de que eso pueda
estar prohibido. O alguien organiza para fines de beneficencia una lotería pública; no sospecha que
necesita una autorización oficial para ello. O alguien yace con una menor de dieciocho años; conoce
su edad, pero considera permitido su hecho.
El legislador a configurado el error de prohibición invencible como causa de exclusión de la
culpabilidad.. En particular, el error de prohibición, sea vencible o invencible, no afecta al dolo del
sujeto. Por tanto, si en los ejemplos de partida aceptamos que los sujetos pudieron evitar su error, se
les castiga por delito doloso. Una concepción así del error de prohibición como causa de exclusión o
atenuación de la culpabilidad no resulta en modo alguno evidente, sino que es el resultado de una
larga evolución y resulta hoy aún discutida.
Así también podemos precisar que se admite error de prohibición cuando el agente desconoce la
ilicitud del hecho constitutivo de la infracción penal, de que se encuentra prohibida su realización. Para
la doctrina moderna actual el error de prohibición, sólo disminuye o excluye la culpabilidad. No excluye
el dolo, eso fue, para la doctrina tradicional.
Entonces existe error de prohibición no sólo cuando el autor cree que actúa lícitamente, sino también
cuando ni siquiera se plantea la lícitud o ilicitud de su hecho. El error de prohibición puede referirse a la
existencia de la norma prohibitiva como tal (error de prohibición directo) o la existencia, límites o
presupuestos objetivos de una causa de justificación que autorice la acción, generalmente prohibida,
en un caso concreto (error de prohibición indirecto o error sobre las causas de justificación).
En el primer caso, el autor desconoce la existencia de una norma que prohíbe su hacer; en el
segundo, el autor sabe que su hacer está prohibido en general, pero cree que en el caso concreto se
da una causa de justificación que lo permite, que actúa dentro de los límites de la misma o que se dan
sus presupuestos objetivos. En la práctica es mucho más frecuente el segundo tipo de error que el
primero.
Debemos dejar precisado que La teoría de la culpabilidad, consecuencia de la teoría final de la acción,
supuso la culminación de todo este proceso. Ciertamente partía de la relevancia del error tanto si se
refería al tipo, como si se refería a la prohibición; pero, al incluir el dolo, como “dolo natural”, en el tipo
y el conocimiento de la antijuridicidad en la culpabilidad, atribuyo a ambas clases de error distinta
trascendencia práctica y sistemática. El dolo, entendido como consecuencia y voluntad de realizar los
elementos objetivos del tipo no tiene, en efecto, nada que ver con la conciencia de la antijuridicidad; se
puede realizar dolosamente un tipo (matar a un hombre) y creer que se realiza amparado por una
causa de justificación (matarlo en legítima defensa). El error de tipo invencible excluye el dolo y, si es
vencible, fundamenta en su caso el castigo por imprudencia; el error de prohibición invencible excluye
la culpabilidad y si es vencible permite atenuarla, pero no afecta en nada el tipo de injusto del delito
cometido.
Se diferencia entre error de prohibición invencible y vencible. La invencibilidad del error de prohibición
es verdaderamente discutible. Así, se dice que el error de prohibición es vencible o evitable cuando el
autor pudo haber salido de su estado de error. De ésta manera, evaluar la posibilidad de si el sujeto
pudo o no salir de ese error requiere de una serie de comprobaciones. En el error de prohibición la
evitabilidad “quiere decir que el sujeto no ha hecho todo lo necesario y posible para salir de su error
sobre el carácter autorizado de su hecho. El error versa aquí sobre una situación jurídica y no fáctica.
El reproche por no haber salido de ese error es mucho más amplio y extenso que el que corresponde a
la imprudencia”.
Dada las características del juicio sobre la vencibilidad de un error de prohibición y sus diferencias con
el juicio de vencibilidad de un error tipo, resulta razonable que el legislador peruano haya indicado
consecuencias penales diferentes: Al error de prohibición vencible le corresponde la pena por el mismo
delito doloso, atenuada (art. 14, 2° párrafo) y al error de tipo vencible le corresponde por el delito
culposo cuando se hallare previsto como tal en la ley (art. 14, 1er párrafo del Código Penal). Se
diferencia entre error directo e indirecto de prohibición. El error es directo cuando versa sobre el
conocimiento de la norma penal, su vigencia o aplicabilidad. Ejemplo: la mujer que ignora que la
práctica del aborto ético está sancionado (art. 120, 1er. Párr. C.P.) el error es indirecto, cuando recae
sobre la existencia jurídica de una determinada causa de justificación y puede ser por la falsa
suposición del la existencia de un permiso que la ley no señala. Ejemplo: el homicida que cree que se
encuentra amparado por la ley de fuga que en realidad no existe o, por la falsa admisión de una
situación de justificación que no se presenta. Ejemplo: justificante putativa o imaginaria: el que cree
que es agredido y se defiende pero en realidad se trataba de una broma.
Debemos mencionar que el error que recae sobre el conocimiento de la antijuridicidad hemos visto que
es un error de prohibición, sea directo (cuando recae sobre la norma prohibitiva misma), sea indirecto
(cuando recae sobre la permisión de la conducta). No obstante, puede haber casos en que el sujeto
conoce la prohibición y la falta de permiso y, sin embargo, no le sea exigible la internalización de la
pauta que conoce.
Zaffaroni señalaba ejemplificadamente si nosotros visitamos la casa de un esquimal y su ocupante
quiere agasajarnos ofreciéndonos a su mujer perfumada con orines, nos resultará bastante difícil
recibir el agasajo y, aunque sepamos que el anfitrión tomará esto como una ofensa , se nos hará muy
arduo internalizar la pauta de conducta que evite la injuria que le inferimos. Si un juez esquimal tuviese
que juzgarnos por la injuria cometida, difícilmente podría exigirnos que hubiésemos internalizado esa
pauta de conducta. De la misma manera, el indígena de una comunidad que tiene desde siglos sus
propios ritos para los funerales y sepelios, incurrirá quizá en una tipicidad contravencional al violar las
reglamentaciones sobre inhumaciones, pero es muy duro exigirle que abandone todas esas pautas
para recibir las nuestras y reprocharle que no lo haya hecho. Nosotros cometiendo injurias al rechazar
a la mujer perfumada con orines en la sociedad esquimal, y el indígena violando las disposiciones
sobre inhumaciones en nuestra sociedad, estaremos en supuestos de errores de comprensión, porque
no se nos podría exigir la posibilidad de comprender la antijuridicidad de la conducta, en el sentido de
internalizar las normas. En estos supuestos estaremos en un error invencible de prohibición en la
forma de error de comprensión, el error de comprensión culturalmente condicionado, por regla general,
será un error invencible de prohibición; que eliminará la culpabilidad de la conducta, por mucho que la
conciencia disidente, en principio, por sí misma, no es una causa de inculpabilidad. Se trata de grados
de exigibilidad de la comprensión que, como sucede con toda la problemática de la culpabilidad, se
traducen en grados de reprochabilidad, no siempre sencillos de valorar.
El mismo autor señala que en principio, es necesario terminar con la lamentable cuestión etnocentrista
de la inimputabiidad del indio. El indio no es inimputable, salvo por las mismas razones que los puede
ser cualquiera de nosotros. Lo que sucede es que el indio incurre en un error de prohibición
culturalmente condicionado o que, por razones culturales, no le sean exigibles las pautas promovidas
por la ley. Este problema debe de ser tratado en el lugar que corresponde, esto es, en la culpabilidad.
Yo no le puedo reprochar a una persona la realización de algo que no pudo comprender y, más aún, si
la cultura a la que este sujeto pertenece le impide comprender el carácter injusto de un determinado
hecho. El problema en cuestión, es un problema de exigibilidad, de reprochabilidad y, por ende, debe
centrarse en la culpabilidad y no en la imputabilidad.
Como ya lo precisamos el indio no es inimputable por ser tal, es más tal dispositivo contraría el espíritu
de varias disposiciones constitucionales.
El error de comprensión culturalmente condicionado se presenta cuando, el infractor se desarrolló en
una cultura distinta a la nuestra y ha internalizado desde niño las pautas de conductas de esa cultura.
Ejm. el miembro de una comunidad nativa de la Amazonía que practica actos sexuales con una menor
de catorce años, pues en su comunidad es costumbre la convivencia incluso con menores de doce
años.
Toma de Posición: