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FACULTAD DE INGENIERIA
EAP: Ingeniería Agroindustrial
CURSO:
DETERIORO DE PRODUTOS AGROINDUSTRIALES
TEMA:
ESTUDIANTE:
DOCENTE:
GARRIDO JULCA JOSE
2019
MARCO TEORICO
I. Introducción.
2.1.Durante la producción.
2.2.Durante la recolección.
2.3.En el tratamiento
V. Deterioro Físico.
IX. Conclusiones.
Deterioro de las frutas de exportación:
microbiológico, físico, químico
I. Introducción.
Una vez que el fruto es separado de la planta empieza la carrera contra el reloj. La meta
es no solo llegar al mercado de destino sino hacerlo con un fruto que externamente luzca
apetecible e internamente sea apetecible al consumidor. Esta carrera, que se juega en el
tramo final, es determinante para la fijación del precio y la posterior ganancia, pues de
nada sirve tener un fruto excelente en el campo si no se cuenta con una pos cosecha y
cadena de frío adecuada. Sin embargo, muchas veces esta etapa es descuidada por el
exportador, explica el especialista en pos cosecha y cadena de frío. (Luis Luchsinger,
Noviembre 2017)
En este caso tomaremos tres puntos los cuales el catálogo: “cinatur GROUP” nos dan una
pequeña referencia de cada aspecto de deterioro:
2.1.Durante la producción
Fisiológicas, durante la germinación de los granos, tubérculos y bulbos.
Biológicas, debido a insectos, ácaros, roedores, pájaros y otros animales.
Microorganismos por motivo de la aparición de hongos, bacterias y virus. Las
frutas son más sensibles a la alteración por hongos, debido a su acidez. A
diferencia de las hortalizas que son sensibles a la alteración por bacterias al
contener menor acidez (mayor pH).
Senescencia de frutas y hortalizas: cambios producidos por transpiración y
respiración.
Bioquímicas o Químicas: por contaminación accidental o deliberada durante el
uso de pesticidas.
2.2. Durante la recolección
2.3.En el tratamiento
La fruta está un 90% del tiempo en el campo, pero es en el 10% restante, desde
que se cosecha hasta que llega a destino, donde realmente ‘se juega el partido’.
“La postcosecha puede durar entre una semana y hasta 45 días, lo que hace que
sea sumamente gravitante para el negocio de exportación”, sostiene el experto y
añade que la labor de cosecha debiese estar considerada en el ámbito propio de la
postcosecha, “sobre todo porque los técnicos y trabajadores en campo no tienen
el conocimiento necesario para saber qué es lo que impacta o no a la fruta para
evitar su posterior deterioro”. (Luis Luchsinger, Noviembre 2017)
La pérdida de la calidad de las frutas pueden darse desde el cultivo hasta el punto
de venta y las causas pueden ser múltiples.
DURANTE LA PRODUCCIOM.
Por eso si eres un vendedor de frutas te recomendamos que hagas tu pedido siempre a un
productor-exportador profesional que cumpla con las normativas y sellos de calidad para
garantizar que tu pedido llegue en buen estado a manos del consumidor.
El microbiota dominante sobre las hortalizas recién cosechadas es muy variable. Está
constituida por bacterias gramnegativos como Enterobacter, Pantoea y Pseudomonas,
pero las partes que crecen cerca o dentro del suelo contienen bacterias grampositivas, por
ejemplo: Bacillus, Paenibacillus, Clostridium y organismos corineformes. Sobre la
superficie de algunas verduras se propagan los Leuconostoc y Lactobacillus. Muchos de
estos organismos son pectinolíticos o celulolíticos y originan el reblandecimiento
característico de las podredumbres blandas, por ejemplo: Pectobacterium carotovorum.
Aunque los mismos tipos de microbios pueden estar presentes sobre frutas u hortalizas,
las características intrínsecas del producto afectan a los organismos residentes
determinando cuáles finalmente desarrollarán. Las hortalizas tienen en general un pH
entre 5 y 6 mientras que las frutas muestran un valor menor a 4,5 aunque existen
excepciones, por ejemplo melón. Por lo tanto las bacterias crecen más rápido que los
mohos y levaduras sobre la mayoría de las hortalizas, y viceversa en el caso de las frutas.
Las frutas exhiben un record excepcionalmente bueno desde el punto de vista de la salud
pública, atribuido principalmente a los mecanismos de defensa naturales que muchas de
ellas poseen. Entre éstos pueden mencionarse una piel gruesa, sustancias antimicrobianas
naturales (por ejemplo aceites esenciales, antocianinas, ácido benzoico, benzaldehido)
y/o ácidos orgánicos (tales como málico, tartárico y cítrico) que contribuyen a la acidez
de las frutas y hortalizas y que generalmente mantienen el pH de la fruta a valores menores
a 4,6.
La mayor parte de las frutas son productos de alta acidez, si bien ciertas frutas tienen un
pH mayor, por ejemplo, chicozapote, banana, melón, mamey, higo y papaya. El bajo pH
y la naturaleza del ácido orgánico per se seleccionan el crecimiento de los
microorganismos tolerantes a ácido, tales como hongos y levaduras (predominantemente
hongos) y bacterias lácticas. Las levaduras, si bien están presentes en gran número junto
con los hongos sobre las superficies de las frutas frescas, no poseen los mecanismos
necesarios para invadir los tejidos de las plantas, siendo por lo tanto agentes secundarios
de deterioro (Alzamora et al., 1995). Varios hongos producen micotoxinas en las frutas
antes y después de la cosecha (por ejemplo patulina). Las bacterias patógenas no pueden
proliferar en las frutas debido a su bajo pH pero pueden sobrevivir durante un tiempo
suficiente para causar enfermedad. Algunas enfermedades ocasionales causadas por
patógenos o toxinas bacterianas en frutas (salmonellosis, hepatitis A, botulismo infantil,
listeriosis) han sido atribuidas en su mayor parte a la contaminación producida por la
exposición a desechos animales o humanos o a agua de irrigación contaminada.
Los métodos más importantes para conservar las frutas y hortalizas son desecación,
congelación, apertización, fermentación láctica y colocación en vinagre o salmuera, pero
ninguno mejora la calidad de la materia prima. La selección previa ayuda a eliminar los
materiales crudos deteriorados y la limpieza en seco quita el suelo del producto antes del
lavado con agua clorada (2 a 5 ppm de cloro residual).
En las cabinas de secado los factores que influyen son la temperatura, la humedad relativa
del aire, la velocidad del flujo de aire y el tiempo. Las frutas son deshidratadas a una
temperatura de 60-74°C, las hortalizas a 57-93°C. Este rango cubre los puntos de muerte
térmica de algunos mohos (por ejemplo 60°C para Rhizopus nigricans, 52°C para
Monilinia fructicola, 58°C para Penicillium digitatum). Algunas piezas del material
vegetal deshidratado pueden tener mayor contenido de humedad que otras, permitiendo
el desarrollo microbiano si no hay un ajuste de humedad suficientemente rápido (2).
Según el artículo 824 del CAA las verduras desecadas o deshidratadas no deben presentar
un contenido de humedad superior al 7%.
V. Deterioro Físico.
Golpes: tanto golpes como contacto frecuente con superficies duras (esto
dependiendo de la materia prima) afecta a la textura, color y composición del
alimento.
Congelación: cuando la temperatura de la materia prima es muy baja
Desecación: cuando la temperatura en la que se encuentra la materia prima es muy
elevada causando que se reduzca la proporción de agua en el producto.
Magulladuras: el daño en los tejidos orgánicos del producto.
Presión: durante el almacenamiento del producto.
Cortes: en el manejo, el ambiente de conservación debe estar libre de objetos que
puedan dañar seriamente el producto.
Las frutas contienen sustancias naturales que son responsables de su color característico.
Estos componentes pueden ser agrupados como carotenos y carotenoides, antocianinas,
clorofila, y compuestos fenólicos.
Operaciones tales como el pelado y la reducción de tamaño permiten que las enzimas
(clorofilasa, peroxidasa, polifenoloxidasa) y los sustratos entren en contacto,
principalmente en la superficie de los productos, originando reacciones enzimáticas
relacionadas al deterioro de color.
Para seleccionar las combinaciones de los factores (y sus niveles) que aseguren la
estabilidad de las frutas, deben tenerse en cuenta los siguientes puntos:
El control de las pérdidas pos cosecha causadas por hongos y bacterias se inicia en el
campo. Está demostrado que cualquier práctica orientada a minimizar el estrés del
producto cuando está en el campo contribuye posteriormente a asegurar la durabilidad
pos cosecha de dicho producto. Esto incluye principalmente una adecuada nutrición,
suministro adecuado de agua, buen control de plagas y enfermedades (por su efecto en la
reducción de fuentes de inóculo), cosecha en el grado de madurez apropiada, buen manejo
durante la cosecha y rápida iniciación de la cadena fría.
2. Tratamientos químicos
Después de la cosecha, los frutos y vegetales que lo permiten deberán ser lavados y
tratados con químicos desinfectantes. El agua de lavado debe ser cambiada con frecuencia
y las soluciones desinfectantes deben ser monitoreadas constantemente para mantener la
fuerza germicida deseable. El cloro es el desinfectante de amplio espectro utilizado
universalmente y con frecuencia se utilizan fungicidas para prevenir específicamente el
daño provocado por hongos.
3. Medidas fitosanitarias en ambientes poscosecha
Adicionalmente, esas mismas áreas con mohos superficiales también pueden favorecer el
desarrollo de organismos que si causan pudriciones.
4. Empaques protectores
IX. Conclusiones.
- Temperatura
- pH (grado de acidez del
- Humedad
alimento).
- Oxigeno
- Especie o cultivar: por factores
- Presión de vibración.
biológicos.
- Luz.
- Actividad de agua (Aw): Agua
- Irradiación.
disponible para el organismo.
- Aditivos.