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El cuerpo etérico del hombre difiere del de los animales y del de las plantas, por su

estructura ordenada según el espíritu pensante. Ahora bien, como el hombre pertenece
por su cuerpo físico al mundo mineral, por su cuerpo etérico pertenece al “mundo vital”.
Después de la muerte, el cuerpo físico se disuelve en el mundo mineral y el cuerpo etérico
en el mundo vital. Se indica como cuerpo lo que da figura, forma de cualquier género a un
ser. Pag 21
Pero la sensación del color azul, por ejemplo, percibido por aquel que ha recibido los
rayos luminosos, no la hallaremos ciertamente por esta vía; la sensación nace únicamente
en el alma de éste. Por consiguiente, si el ser de ese hombre estuviese constituido,
únicamente, por el cuerpo físico y por el cuerpo etérico, las sensaciones no podrían
ocurrir. Pag 22
el clarividente percibe una revelación, una manifestación del mundo de las sensaciones.
23
El alma sensiente depende, con respecto a su actividad, del cuerpo etérico, porque extrae
de éste lo que debe hacer resplandecer como sensaciones, y como el cuerpo etérico es la
vida en el cuerpo físico, indirectamente el alma sensiente depende también de este
último.
De manera que entre el cuerpo físico y el cuerpo etérico, por una parte, y el alma
sensiente, por otra, se halla todavía otro elemento especial de la entidad humana: es el
cuerpo anímico o cuerpo sensiente. Pag 23
El alma sensiente tiene reciprocidad de acción no sólo con el cuerpo, sino también con el
pensamiento, con el espíritu. Ante todo se sirve del pensamiento. El hombre se forma
pensamientos sobre sus sensaciones, y de este modo se instruye respecto del mundo
externo. Pág 24
Así también el hombre no sigue ciegamente sus impulsos, instintos y pasiones; las
reflexiones le procuran la ocasión de satisfacerlos.
La fuerza pensativa compenetra al alma sensiente de manera parecida a como la fuerza
vital formativa compenetra al cuerpo físico. La fuerza vital normativa relaciona el cuerpo
físico con los antepasados y descendientes, y lo coloca de este modo en un complejo de
leyes que no conciernen a la simple mineralidad. Así también la fuerza del pensamiento
coloca al alma dentro de un orden de leyes a las cuales ella, como simple alma sensiente,
no pertenece.
Llamaremos alma racional (Alma racional: almarazón o alma razonadora) a esta alma
servida por el pensamiento. La podríamos llamar también ánimo. Pag 24
Es para él una natural convicción que las leyes del pensamiento están de acuerdo con la
ordenación del Universo; de consiguiente, se considera perteneciente al Universo, porque
existe tal acuerdo. 25
Cómo se entiende la verdad en relación con el universo, siendo éste el fundamento del
alma consciente.
Lo que es moralmente bueno tiene, como la verdad, su valor eterno en sí, no lo recibe del
alma sensiente. 26
Lo que el alma contiene en sí de lo Bueno y de lo Verdadero es su parte inmortal. Lo que
de eterno resplandece en el alma será llamado alma consciente (Alma-conciencia). 26
Mediante la autoconciencia, el hombre se designa a sí mismo como un ser independiente,
separado de todo lo demás, como un yo. En el yo, el hombre comprende todo lo que
experimenta como entidad física y, anímica. 28

El yo vive en el cuerpo y en el alma, pero el espíritu vive en el yo; y lo que del espíritu
existe en el yo es eterno, porque el yo adquiere esencia y valor de aquello con que está
en conexión. En cuanto vive en el cuerpo físico, está sujeto a las leyes del mundo mineral;
mediante el cuerpo etérico, está sujeto a las de reproducción y crecimiento; en virtud del
alma sensiente y del alma racional está sometido a las leyes del mundo anímico, y en
cuanto acoge en si a lo espiritual, queda sometido a las leyes del espíritu. Lo que es
formado por las leyes minerales y por las leyes de la vida, nace y muere, pero el espíritu
nada tiene que ver con principio y fin. 29
El espíritu forja al yo desde lo interno hacia lo externo, mientras el mundo mineral lo forja
desde afuera hacia lo interno. El espíritu que forma un yo y vive como yo, será llamado
Seidad Espiritual, porque se manifiesta como yo o sí mismo del hombre. 29
En el mismo sentido como las manifestaciones del mundo físico se llaman sensaciones,
así, la manifestación de lo espiritual será llamada intuición. 29
Como sin los ojos no habría sensación de los colores, así tampoco puede haber intuición
sin los pensamientos elevados de la Seidad Espiritual. Como la sensación no crea a la
planta en la cual aparece el color, así la intuición no crea lo espiritual, de lo cual sólo da
noticias. 30
Está separado del Mundo Espiritual que lo circunda, como está separado, como un ser
independiente, de la totalidad del mundo físico. A este ser espiritual independiente, lo
llamaremos Hombre-Espíritu. 31
La “piel espiritual” que separa al Hombre-Espíritu del mundo de la unidad espiritual, lo
hace en este Mundo Espiritual un ser espiritual independiente, que vive en sí mismo y que
percibe intuitivamente el contenido espiritual del mundo. Esta “piel espiritual” será llamada
Involucro Espiritual (Involucro Aurico). 31
Este espíritu etérico será llamado Espíritu Vital. La entidad espiritual del hombre se divide,
por tanto, en tres partes: Hombre Espíritu, Espíritu Vital y Seidad Espiritual. 31
En el alma resplandece el yo, que recibe su contenido del espíritu, resultando así el
vehículo del hombre espiritual. Por este hecho el hombre tiene parte en los “tres mundos”
(el mundo físico, el mundo anímico y el Mundo Espiritual). Por medio del cuerpo físico, del
etérico y del anímico, está enraizado en el mundo físico y mediante la Seidad Espiritual, el
Espíritu Vital y el Hombre-Espíritu se eleva floreciendo en el Mundo Espiritual. Pero el
tronco que tiene las raíces en una parte y florece en otras, es el alma misma. 33
El alma, al hallarse en el medio, entre el cuerpo y el espíritu, está colocada entre lo
transitorio y lo perdurable, pero es también la mediadora entre lo presente y lo perdurable,
porque conserva lo presente para tener el recuerdo pag 36
Si queremos comprender el espíritu de un hombre, debemos saber dos cosas de él:
cuánto le haya sido revelado por el Eterno y cuántos tesoros del pasado han sido
acumulados en él. 40
la forma humana. Esta no puede constituirse directamente por simples fuerzas y materias
físicas, sino que puede provenir únicamente de otra forma igual a la suya, transmitida por
vía de reproducción. 40
aquellas experiencias y si no hubieran quedado conservados los frutos en forma de
capacidades 40
Hasta ahora hemos considerado el espíritu y el alma dentro de los límites señalados por
el nacimiento y la muerte, pero no podemos detenernos aquí. 41
Saber discernir la verdadera relación que existe entre el hombre y sus experiencias. 41

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