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¿Quién elije el revisor fiscal?

El revisor fiscal debe ser elegido por la asamblea de accionistas o la junta de socios.
Según el artículo 204 del código de comercio, las empresas que estén obligadas a tener
revisor fiscal [o que no estén obligadas por ley, pero que estatutariamente deciden optar
por esta figura], debe ser elegido por la asamblea o junta de socios.
La facultad que tiene la asamblea de accionistas o junta de socios para nombrar revisor
fiscal, es indelegable, de modo que no se puede encargar su nombramiento al gerente,
ni tampoco a la junta directiva, ni a ningún otro cuerpo o ente.
Una vez se haya elegido el revisor fiscal y/o el suplente, se procede a la vinculación,
entendida esta como la formalización de la contratación del revisor fiscal por la empresa.
La asamblea general o junta de socios, mediante una decisión consensuada, elige la
persona que se desempeñará como revisor fiscal principal o suplente, pero no es este
cuerpo colegiado quien formalmente lo vincula o contrata.
La vinculación o contratación del revisor fiscal le corresponde al representante legal,
quien es el que firma el contrato de prestación de servicios al revisor fiscal elegido por
la asamblea.
Si bien la vinculación o contratación compete al representante legal, no quiere decir que
este pueda incidir o formar parte en la elección del revisor fiscal, puesto que tratándose
del revisor fiscal, el gerente o representante legal debe limitarse a cumplir una decisión
de la asamblea o junta de socios, de modo que el representante legal no tiene otra
alternativa que firmar el contrato a la persona que haya decidido la asamblea.
Como se puede inferir de lo anterior, existe una clara diferencia entre elección y
vinculación, siendo la elección del revisor facultad exclusiva de la asamblea o junta de
socios, y la vinculación no es más que una mera formalidad que legaliza
contractualmente la decisión tomada por la asamblea o junta de socios.
Hay que tener presente que así como es necesaria el acta donde la asamblea o junta de
socios nombra el revisor fiscal, se necesita también el contrato de servicios que legaliza
la vinculación del revisor fiscal, esto para efectos civiles, puesto que se trata de
un contrato de prestación de servicios como cualquier otro, y en lo posible debe existir
un contrato escrito, aunque no es requisito que afecte la elección del revisor fiscal.
Quiere decir esto que si no se firma un contrato de servicios con el revisor fiscal elegido,
esto no afecta ni invalida en absoluto la figura de la revisoría fiscal, puesto que la elección
o nombramiento se prueba con el acta de la asamblea y la respectiva aceptación por
parte del revisor elegido.

El revisor fiscal depende únicamente del órgano que lo eligió


El revisor fiscal depende exclusivamente del órgano societario que lo eligió, esto es de
la junta de socios o de la asamblea.
El revisor fiscal no debe depender de la gerencia ni de la junta directiva de ningún ente,
por cuanto pierde su principal característica cual es la independencia.
El revisor fiscal no debe estar sujeto a ningún nivel de subordinación, ni siquiera de la
misma junta des socios o asamblea, órganos que lo eligen, mucho menos del
representante legal o directivos de la empresa.
La asamblea o junta de socios tienen la facultad de nombrar y remover el revisor fiscal,
más no tiene la facultad para ordenarle qué hacer o no hacer o cómo hacerlo. La
asamblea o la junta de socios pueden exigirle al revisor fiscal que cumpla con sus
funciones, lo que resulta apenas obvio, pero no pueden direccionar su trabajo, sus
funciones, puesto que estas están definidas por la ley, y ningún órgano de ninguna
sociedad puede cambiarlas o eliminarlas. Aunque eventualmente puede agregar
funciones adicionales a las contempladas por la ley, siempre y cuando, claro está, que
esas nuevas funciones no vayan contra la ley ni desmejoren o vayan en detrimento de
las funciones ya definidas por la ley.
Uno de los problemas que ha enfrentado la revisoría fiscal, y que ha hecho que muchos
duden de la eficacia y conveniencia de esta figura, ha sido precisamente que muchas
veces el revisor fiscal se encuentra subordinado a los intereses de un sinnúmero de
personas dentro de la sociedad, situación a la que es muy difícil un revisor fiscal se
pueda sobreponer, puesto que la realidad que se vive en las empresas es muy diferente
a la realidad supuesta por la ley.
Sin embargo, y a pesar de la dura realidad laboral, no se debe perder de vista que en lo
posible, la figura de la revisoría fiscal debe someterse a los preceptos legales, o de lo
contrario esa dura realidad empeorará cada día hasta que llegará el momento en que el
estado tomará el camino fácil para solucionar el problema: eliminar la figura de la
revisoría fiscal.

El revisor fiscal no puede asistir a las reuniones de la asamblea o junta de socios


por derecho propio

Para el cabal cumplimiento de las funciones del revisor fiscal, asistir a las reuniones de

la asamblea o junta de socios es una herramienta que resulta ser muy útil, pero el revisor

fiscal no puede asistir a dichas reuniones por derecho propio, sino que debe ser invitado

a ellas.

Así se desprende de la lectura del artículo 213 del código de comercio:

Derecho de intervención del revisor fiscal en la asamblea y derecho de

inspección. El revisor fiscal tendrá derecho a intervenir en las deliberaciones de la

asamblea o de la junta de socios, y en las de juntas directivas o consejos de

administración, aunque sin derecho a voto, cuando sea citado a estas. Tendrá

asimismo derecho a inspeccionar en cualquier tiempo los libros de contabilidad, libros

de actas, correspondencia, comprobantes de las cuentas demás papeles de la sociedad.

Lo que la ley dice es que el revisor fiscal, cuando sea citado a las respectivas

reuniones, podrá intervenir en ellas sin tener derecho a voto, más no faculta al revisor

fiscal para que por su cuenta, sin ser invitado o citado, pueda asistir a ellas.
Se exceptúa el caso de las reuniones extraordinarias de la asamblea o junta de socios,

que el revisor fiscal convoque según se lo faculta el numeral 8 del artículo 207 del código

de comercio, caso en el cual, por ser él quien hace la convocatoria por razones propias

de su cargo, y para situaciones particulares y específicas, tiene el derecho a asistir, pero

por supuesto que en ese caso tampoco tendrá derecho a voto puesto que el revisor fiscal

no hace parte del quórum deliberatorio al no tener ningún derecho en la sociedad.

Para el cabal cumplimiento de las funciones del revisor fiscal, asistir a las reuniones de

la asamblea o junta de socios es una herramienta que resulta ser muy útil, pero el revisor

fiscal no puede asistir a dichas reuniones por derecho propio, sino que debe ser invitado

a ellas.

Así se desprende de la lectura del artículo 213 del código de comercio:

Derecho de intervención del revisor fiscal en la asamblea y derecho de

inspección. El revisor fiscal tendrá derecho a intervenir en las deliberaciones de la

asamblea o de la junta de socios, y en las de juntas directivas o consejos de

administración, aunque sin derecho a voto, cuando sea citado a estas. Tendrá

asimismo derecho a inspeccionar en cualquier tiempo los libros de contabilidad, libros

de actas, correspondencia, comprobantes de las cuentas demás papeles de la sociedad.

Lo que la ley dice es que el revisor fiscal, cuando sea citado a las respectivas

reuniones, podrá intervenir en ellas sin tener derecho a voto, más no faculta al revisor

fiscal para que por su cuenta, sin ser invitado o citado, pueda asistir a ellas.

Se exceptúa el caso de las reuniones extraordinarias de la asamblea o junta de socios,

que el revisor fiscal convoque según se lo faculta el numeral 8 del artículo 207 del código

de comercio, caso en el cual, por ser él quien hace la convocatoria por razones propias

de su cargo, y para situaciones particulares y específicas, tiene el derecho a asistir, pero

por supuesto que en ese caso tampoco tendrá derecho a voto puesto que el revisor fiscal

no hace parte del quórum deliberatorio al no tener ningún derecho en la sociedad.


¿Puede el revisor fiscal firmar el acta de la asamblea?

El acta realice o levante en toda asamblea que se celebre, debe ser suscrita por el

presidente de la asamblea y por el secretario de la misma, pero eventualmente puede

ser firmada también por el revisor fiscal si los primeros no pueden hacerlo.

Esta posibilidad está contemplada por el código de comercio en su artículo 431 cuando

dice: “Lo ocurrido en las reuniones de la asamblea se hará constar en el libro de actas.

Estas se firmarán por el presidente de la asamblea y su secretario o, en su defecto, por

el revisor fiscal.”

Sin embargo, para que el revisor fiscal pueda firmar dicha acta, ha precisado la doctrina

de la superintendencia de sociedades, que es menester que el revisor fiscal haya estado

presente en la asamblea en cuestión, lo cual luce apenas obvio, por cuanto mal haría el

revisor fiscal firmar un acta cuando no estuvo presente en la discusión de los aspectos

que ella contiene, y si bien el revisor fiscal no tiene derecho a voto en las asambleas,

por virtud del artículo 213 del código de comercio puede asistir a ellas e incluso deliberar,

lo que le da el conocimiento de causa suficiente para que pueda firmar el acta respectiva.

Es de aclarar que el revisor fiscal puede firmar el acta de la asamblea siempre que el

presidente y secretario de la misma no puedan hacerlo. No se trata, como algunos han

llegado a interpretar, que el acta debe o puede ser firmada por los tres funcionarios

referidos. Importante considerar que la le dice “o, en su defecto, por el revisor fiscal”,

que dicho de otra forma significa que si los primeros no puede firmar, lo hará el revisor

fiscal.

Modelo de acta de nombramiento del revisor fiscal

REUNIÓN ORDINARIA INFORME 2008

En la ciudad de San José de Cúcuta, departamento Norte de Santander, República de

Colombia, a los nueve (9) días del mes de Febrero de dos mil nueve (2018) siendo

las 9:00 de la mañana, previa convocatoria escrita firmada por el Representante Legal

de la Sociedad el día 16 de Enero de 2018, se reunieron de manera Ordinaria en la CL 1

AV 2, los socios únicos de la sociedad “RAZON SOCIAL.”, para tratar el siguiente orden

del día:
1. Llamado a lista y verificación del quórum.

2. Nombramiento del Presidente y Secretario de la Asamblea.

3. Aprobación del orden del día.

4. Informe del Gerente y de la Administración.

5. Revisión y aprobación de Estados Financieros.

6. Nombramiento de Revisor Fiscal y asignación de Honorarios.

7. Propuestas varias.

1. Llamado a lista y verificación del quórum.

Se constató la presencia de los socios, así:

SOCIOS % CUOTAS VALOR

APORTES

SOCIO A
50 50.000 $50’000.000

ROLANDO TORRES PEREZ


50 50.000 $50’000.000

TOTAL 100 100.000 $100’000.000

Estando presentes la totalidad de los socios la Junta puede deliberar y decidir

válidamente de conformidad con el artículo 182 del Código de Comercio.

2. Nombramiento del Presidente y Secretario de la Asamblea.

Por unanimidad se eligió como Presidente de la reunión al señor Socio A y como

secretaria a Señora Secretaria.

3. Aprobación del orden del día.

Toma la palabra el señor Socio A, representante legal de la sociedad, quien solicita se

proceda a la aprobación del orden del día fijado. El orden del día fue aprobado por

unanimidad.

4. Informe del Gerente y de la Administración.


El representante legal de la sociedad, presenta el informe de la administración, en el

cual señala que ha evolucionado positivamente, cumpliéndose todas las metas

previstas. El informe del Gerente y de la Administración fue aprobado por unanimidad.

5. Revisión y aprobación de Estados Financieros.

Se presenta por parte del señor Socio A, representante legal de la sociedad, los estados

financieros con corte a 31 de diciembre de 2017. Dichos balances son satisfactorios

teniendo en cuenta que presentan ganancias para la empresa con crecimiento

progresivo. Los estados financieros son aprobados por unanimidad.

6. Nombramiento de Revisor Fiscal y asignación de Honorarios.

Se hace el nombramiento como Revisor Fiscal de la entidad al Contador NOMBRES Y

APELLIDOS, identificado con cédula de ciudadanía N°12.345.678 expedida en Cúcuta y

Tarjeta Profesional 98765-T, asignando Honorarios por un valor de VARIOS MILES DE

PESOS M/LEGAL ($?’??0.000). El nombramiento y asignación de Honorarios del Revisor

Fiscal fue aprobado por unanimidad.

7. Propuestas varias.

Se presentaron propuestas.

La secretaria procede a la elaboración y la lectura de la presente acta, la cual es aprobada

por la totalidad de los socios. No habiendo otro asunto que tratar, se levanta la sesión,

siendo las 11:50 de la mañana del día 9 de febrero de 2018, en constancia firman.

Socio A Señora Secretaria

Gerente – Presidente Secretaria

C.C. 1.234.567.890 Cúcuta C.C.

98.765.432 Cúcuta

El presente documento es fiel copia de su original tomado del libro de actas.

Prueba de la elección o nombramiento del revisor fiscal

La figura del revisor fiscal reviste especial importancia por cuanto es una exigencia legal

para muchas sociedades, y son varias las entidades de control estatales que exigen el

cumplimiento de esta obligación, por lo que resulta importante tener claridad sobre la
prueba idónea que se debe tener para acreditar su nombramiento y por ende el

cumplimiento de la obligación legal.

Partiendo del hecho de que el revisor fiscal es nombrado por la asamblea, resulta apenas

natural deducir que la prueba de su nombramiento no ha de ser otra que la respectiva

acta en la cual conste su elección y nombramiento.

in embargo, el nombramiento que se realice mediante el acta de asamblea, debe ser

formalizado en la respectiva cámara de comercio, por lo que en muchos casos, si el

nombramiento no se inscribe en la cámara de comercio, el procedimiento de

nombramiento no se finiquitará del todo.

En efecto, son varias las entidades del estado que no reconocen el nombramiento de un

revisor fiscal si este no ha sido legalizado en la cámara de comercio, por lo que se ha

vuelto necesario su registro para poder acreditar plenamente la elección y el

nombramiento del revisor fiscal, pues no basta con el acta de la asamblea.

Se exceptúa el caso de la Dian, que en ocasión de numerosos pronunciamientos del

Consejo de estado, ha quedado claro que para efectos tributarios no se requiere que el

nombramiento del revisor fiscal sea inscrito en la cámara de comercio, para que la firma

de las declaraciones tributarias por parte de este, tenga plena validez. Se recomienda

sin embargo que se realice el procedimiento completo para evitar futuros contratiempos.

Para efectos relacionados con la acreditación del cumplimiento de la obligación de tener

revisor fiscal, no es prueba suficiente la presentación de un contrato de prestación de

servicios en el que se vincula el revisor fiscal. El contrato de serviciosno suple el acta de

la asamblea, que es el órgano facultado para su nombramiento.

El contrato de servicios mediante el cual se vincula el revisor fiscal, no está firmado por

la asamblea sino por el gerente o representante legal, en cumplimiento de una decisión

de la asamblea, por tanto no se puede esperar que el contrato de servicios pueda

reemplazar el acta de la asamblea cuando no es la facultad el gerente el nombrar el

revisor fiscal.
¿Contrato con el revisor fiscal debe ser por escrito?

¿El contrato con el revisor fiscal debe ser por escrito, sea este un contrato de trabajo o

un contrato de servicios?

La redacción de una ley parece hacer obligatorio que el contrato firmado entre la

sociedad y el revisor fiscal, deba ser por escrito.

Así se desprende de la lectura del artículo 46 de la ley 43 de 1990:

Siendo la retribución económica de los servicios profesionales un derecho, el Contador

Público fijará sus honorarios de conformidad con su capacidad científica y/o técnica y en

relación con la importancia y circunstancia en cada uno de los casos que le corresponda

cumplir, pero siempre previo acuerdo por escrito entre el Contador Público y el

usuario.

La ley exige que la remuneración del revisor fiscal sea pactada por escrito, ¿y de qué

otra forma se podrá pactar por escrito si no es mediante un contrato de trabajo o de

servicios por escrito?

Para cumplir con esta ley no bastaría con que en el acta de la asamblea en la que se

nombra el revisor fiscal, contenga la remuneración ofrecida para dicho cargo, puesto

que el acta de la asamblea no constituye una cuerdo entre las partes, ya que sólo

contiene la voluntad de la sociedad, mas no la del revisor fiscal, por tanto, es

indispensable que exista un documento diferente en el cual contenga expresamente el

mutuo acuerdo de las partes [revisor fiscal-cliente] respecto a la remuneración.

Como anotación final, aunque la supersociedades ha opinado que se puede vincular un

revisor fiscal mediante contrato de trabajo, debido a que este contrato se caracteriza

por la subordinación, opinamos que no es prudente hacerlo porque puede afectar la

independencia del revisor fiscal, que es el pilar de esta figura, por tanto, lo ideal es

utilizar el contrato de servicios


¿Debe el revisor fiscal suplente ser remunerado?

Es claro que todo revisor fiscal debe recibir una remuneración, pero en el caso del revisor

fiscal suplente, ¿debe este ser remunerado?

Se supone que la remuneración existe cuando hay una efectiva prestación de un servicio,

lo cual difícilmente se da cuando se es suplente del revisor fiscal, aunque claro está,

siempre está presente la posibilidad de tener que prestar ese servicio efectivamente.

El artículo 46 de la ley 43 de 1990 considera como un derecho del contador público la

remuneración, pero como ya se expuso, esta debe existir cuando exista una efectiva

prestación del servicio, lo cual no sucede si el contador público se desempeña como

revisor fiscal suplente, por tanto, debemos concluir que no es obligatorio que la empresa

remunere al revisor fiscal suplente.

No obstante, la empresa puede optar por asignarle una remuneración al revisor fiscal,

toda vez que aunque no se preste un servicio efectivo, si existe la expectativa constante

de tener que prestar el servicio, lo cual supone una disponibilidad permanente, que

incluso puede limitar o inhabilitar al contador público para que ejerza su profesión

plenamente, ya que este eventualmente no podría desempeñar algunos cargos o

empleos debido a su compromiso como revisor fiscal suplente, lo que vendría a justificar

la remuneración.

Se debe aclarar, eso sí, que de existir una remuneración, para nada implica la obligación

del revisor fiscal suplente de prestar algún tipo de servicio a la empresa, ya que el revisor

fiscal sólo puede ejercer la revisoría fiscal, únicamente en el evento en el que el revisor

principal se ausente, evento en el cual el revisor fiscal suplente ejercerá como revisor

fiscal pleno, situación que supone la existencia de una remuneración ganada por derecho

propio y que también debe ser fijada claramente, remuneración distinta a la que

eventualmente podría devengar el revisor fiscal cuando sólo es suplente sin ejercicio.

Periodo del revisor fiscal suplente

¿El periodo del revisor fiscal suplente es el mismo del revisor fiscal principal? ¿Si el

principal renuncia debe renunciar también el suplente? ¿El suplente termina el periodo

del principal o es preciso elegir un nuevo revisor?


Estas son las inquietudes planteadas por un lector frente a las cuales dejamos nuestra

opinión.

El revisor fiscal suplente tiene como objetivo reemplazar o sustituir al revisor fiscal

principal cuando se ausente de forma temporal o permanente, de manera que la

revisoría fiscal no sufra traumatismo alguno ante la falta del revisor fiscal permanente.

En cuanto al periodo del revisor fiscal suplente, no está atado al periodo del revisor fiscal

principal, por la sencilla razón de que al estarlo no se cumpliría con el objetivo de la

suplencia, que es sustituir al principal en caso de que este falte, pues el suplente en todo

caso debe ocupar el cargo del principal hasta tanto la asamblea decida nombrar un nuevo

revisor fiscal.

Recordemos que respecto al periodo del revisor fiscal principal el artículo 206 del código

de comercio señala:

«En las sociedades donde funcione junta directiva el período del revisor fiscal será igual

al de aquella, pero en todo caso podrá ser removido en cualquier tiempo, con el voto de

la mitad más una de las acciones presentes en la reunión.»

Ahora, una vez el revisor fiscal principal falta de forma permanente como sucede cuando

renuncia, el revisor fiscal suplente ocupará su cargo hasta tanto la asamblea nombre

un nuevo revisor fiscal principal, que puede ser el mismo suplente promovido a principal

o uno diferente.

En este caso la asamblea puede o no esperar a que el suplente complete el periodo para

el que estaba elegido el principal, por lo que no se puede hablar de que el suplente

ocupará su cargo hasta completar el periodo del principal.

Inhabilidades del Revisor Fiscal Suplente

Es necesario recordar que cuando se habla de inhabilidades para ejercer un cargo se

hace alusión a una serie de circunstancias o condiciones las cuales son propias a la

persona que quiere desempeñar el cargo, y que son impedimentos para su

nombramiento, aceptación y desarrollo del mismo.

La figura de un Revisor Riscal suplente se creó para reemplazar el desarrollo de las

funciones del Revisor Fiscal principal en un momento dado por la ausencia de éste,
por consiguiente en el momento de ejercer las funciones tiene las mismas obligaciones

y las mismas responsabilidades en el momento que tenga que ejercer como tal.

Es por esto que cuando un Contador Público es elegido Revisor Riscal suplente y éste

acepta su cargo debe tener la conciencia, el conocimiento y la experiencia adecuada para

poder dar confianza y seguridad a sus dueños y administradores en que conoce y va a

ser cumplir las normas legales y estatutarias tal como lo debe realizar un Revisor Fiscal

principal por lo tanto debe saber el grado de responsabilidad que implica la aceptación

de dicho cargo.

La ley en ninguna parte hace algún tipo de referencia en que las inhabilidades del

Revisor Fiscal suplente sean diferentes a las del Revisor Fiscal principal, y por el

contrario entidades como la Junta Central de Contadores y la Superintendencia de

Sociedades han afirmado en varias oportunidades que éstas afectan de la misma

forma a un revisor fiscal suplente que llega a desempeñar el cargo.

Claro está que para desempeñar el cargo previamente tuvo que haber un nombramiento

y éste en el momento de realizarse se debió tener en cuenta las inhabilidades

mencionadas en el artículo 205 del Código de Comercio.

Por lo tanto como las funciones de un Revisor Fiscal Suplente son las mismas funciones

del Revisor Fiscal principal en el momento de existir dicho reemplazo esto conlleva a

las mismas inhabilidades del revisor fiscal principal.

¿Un revisor fiscal suplente puede renunciar a su cargo para ser asesor
tributario de la sociedad?

Para determinar si el revisor fiscal suplente está habilitado para contratar con la sociedad

una vez se retire del cargo, debemos remitirnos a lo que dice el artículo 48 de la ley 43

de 1990:

El Contador Público no podrá prestar servicios profesionales como asesor, empleado o

contratista a personas naturales o jurídicas a quienes haya auditado o controlado en su

carácter de funcionario público o de Revisor Fiscal. Esta prohibición se extiende por el

término de un año contado a partir de la fecha de su retiro del cargo.


De acuerdo a la ley, el contador púbico no podrá contratar con la empresa de la que fue

revisor fiscal suplente en la medida en que efectivamente haya desempeñado su cargo.

Una de las funciones del revisor fiscal es auditar la sociedad, de modo que si el revisor

fiscal suplente, en algún momento ejerció las funciones de revisor fiscal propiamente

dicho, estará inhabilitado para contratar con la empresa dentro del año siguiente a su

retiro.

Si el revisor fiscal no actuó como principal y en consecuencia no auditó la sociedad, no

se configura la causal de que trata el artículo 48 de de la ley 43, puesto que esta es

precisa en determinar la inhabilidad solo para quien ha auditado efectivamente la

sociedad, y la simple suplencia de la revisoría fiscal no implica la realización de

auditorías. Estas son posibles solo en el evento en que el revisor fiscal suplente asuma

las funciones del revisor fiscal principal.

En el mismo sentido se pronunció la superintendencia de sociedades en oficio 115-

155339 de diciembre 23 de 2010.

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