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Figura 18.1: Oferta y demanda agregada.
Y = C + I + G + XN (18.1)
De Gregorio - Macroeconomía
18.2. Oferta y demanda agregada: El modelo básico 483
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18.3. ¿Qué hay detrás de la oferta agregada?: El mercado del trabajo 485
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Figura 18.3: Equilibrio en el mercado del trabajo.
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18.3. ¿Qué hay detrás de la oferta agregada?: El mercado del trabajo 487
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friccional, que corresponde a aquel resultado, por ejemplo, del tiempo que se
demora la gente en encontrar un nuevo trabajo. Que el desempleo sea volun-
tario o friccional tampoco significa que sea óptimo. Por ejemplo, en España en
la década de 1980, el desempleo de “pleno empleo” era cercano al 15 %, como
producto de una serie de regulaciones, entre las cuales incluso habı́a algunas
que inducı́an a la gente a declararse desempleados para recibir beneficios de ce-
santı́a. Por ello, en vez de hablar de la tasa de desempleo de pleno empleo
o natural, en la terminologı́a de Friedman, en Europa se acuñó la expresión
NAIRU, que se refiere a la tasa de desempleo que no acelera la inflación3 , idea
que quedará más clara cuando hablemos de las interacciones entre desempleo
e inflación.
En general, entendemos por desempleo (o producto) de pleno empleo, sin
ninguna connotación normativa o de bienestar, la tasa de desempleo (nivel
de producción) que prevalecerı́a si todos los precios y salarios en la economı́a
fueran plenamente flexibles. El pleno empleo se define también como el nivel
en el cual están todos los factores plenamente utilizados4 .
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18.3. ¿Qué hay detrás de la oferta agregada?: El mercado del trabajo 489
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Figura 18.5: Rigidez del salario real.
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Figura 18.6: Oferta agregada y rigideces reales.
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18.3. ¿Qué hay detrás de la oferta agregada?: El mercado del trabajo 491
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empı́rica para los Estados Unidos apunta a que los salarios reales mostrarı́an
poca correlación con el ciclo, y si muestran algo, la correlación es positiva. Es
decir, los salarios reales serı́an procı́clicos. En paı́ses en desarrollo, esto serı́a
más pronunciado aún, pues los booms ocurren en perı́odos donde también los
salarios reales son altos5 . Por lo tanto, hay que mirar a otros orı́genes de las
rigideces nominales, y por ello, ahora miraremos las rigideces en los mercados
de bienes.
5
Hay que tener cuidado en todo caso con la interpretación de este resultado. Que el salario real
sea alto cuando el producto es alto se podrı́a explicar, por ejemplo, por efecto de la productividad,
pero no significa que para generar una expansión del producto haya que subir salarios. Como
discutimos aquı́, ello generarı́a desempleo.
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18.4. ¿Qué hay detrás de la oferta agregada?: Mercados de bienes 493
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Figura 18.9: Decisión de producción en mercado competitivo.
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18.4. ¿Qué hay detrás de la oferta agregada?: Mercados de bienes 495
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Figura 18.10: Determinación del precio de un monopolio.
Existen muchas teorı́as que explican las rigideces nominales. Sin embargo,
es razonable plantear que, si bien sabemos mucho de cómo se comportan las
economı́as con rigideces de precios, lo que a su vez parece ser un supuesto
muy realista, aún no tenemos teorı́as microeconómicas ampliamente acepta-
das, y que puedan ser incorporadas en modelos macro, que justifiquen dichas
rigideces.
La evidencia empı́rica, mirando a precios de productos individuales en Eu-
ropa (Dhyne et al., 2005) y en los Estados Unidos (Bils y Klenow, 2004),
confirma la existencia de rigideces de precios. En el área euro, un 15 % de los
precios cambia cada mes, y con una muestra similar para los Estados Unidos
ese porcentaje sube a 25 %. Es decir, los cambios de precios son poco frecuen-
tes, aunque en los Estados Unidos habrı́a menor grado de rigidez. Además, no
hay evidencia de que la rigidez de precios a la baja de los precios sea distinta
de la rigidez al alza. La duración media en el área euro serı́a de cuatro a cin-
co trimestres, mientras en los Estados Unidos serı́a de dos a tres trimestres.
Respecto de las rigideces de precios en modelos agregados, Galı́, Gertler y
López-Salido (2001) estiman curvas de Phillips (ofertas agregadas) para paı́ses
del área euro y Estados Unidos, concluyendo que para Europa la duración me-
dia de los precios es de cuatro a siete trimestres, y para Estados Unidos es de
tres a cuatro. Ası́, la evidencia micro es consistente con la evidencia agregada.
En los modelos agregados se muestra que estas rigideces son lo suficientemente
importantes como para que los shocks monetarios tengan efectos persistentes
sobre el producto. También al introducir rigideces salariales, estos modelos
mejoran su capacidad de describir la realidad.
¿Cuán relevantes son los shocks de polı́tica monetaria en las fluctuaciones
del producto? La evidencia es extensa y tiene una larga data. Estimaciones de
Kim y Roubini (2000) para un conjunto de paı́ses industrializados muestran
que cerca del 10 por ciento del error de proyección del producto es explicado
por shocks monetarios. Por otro lado, Christiano, Eichenbaum y Evans (2005)
estiman un modelo con rigideces nominales y shocks monetarios que es capaz
de replicar la inercia de la inflación y la persistencia del producto observada en
los datos de Estados Unidos. El modelo tiene rigideces nominales moderadas,
pues se asume que los salarios tienen una duración media de tres trimestres.
Las fricciones en el lado real de la economı́a ayudan a propagar los shocks mo-
netarios. De no ser ası́, habrı́a que suponer rigideces nominales mucho mayores
y poco realistas. Dos aspectos de nuestra discusión previa son importantes a
la luz de los resultados de Christiano, Eichenbaum y Evans (2005). Primero,
ellos concluyen que la rigidez salarial es más importante. Segundo, las rigideces
reales son importantes, no como causa de que los shocks monetarios afecten el
producto, sino como mecanismos de propagación del ciclo que agregan realismo
a los modelos cuando son contrastados con la realidad.
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18.5. Resumen 497
18.5. Resumen
• La evidencia empı́rica muestra que el dinero en el corto plazo no es neu-
tral y, por lo tanto, no solo afecta a la inflación sino también al nivel de
actividad. Asimismo, evidencia desagregada confirma que existen rigide-
ces de precios.
• Incluso en ausencia de rigideces nominales, polı́ticas de demanda agre-
gada tendrán efectos reales. Por ejemplo, la polı́tica fiscal tiene efectos
reales por la vı́a de afectar el tipo de cambio, la tasa de interés y en
general, las decisiones de ahorro e inversión. Además, en la presencia de
distorsiones las fluctuaciones de demanda pueden generar desviaciones
del pleno empleo.
• Se necesitan rigideces nominales para que la oferta agregada tenga pen-
diente positiva (en el plano (Y, P )) en el corto plazo y ası́ poder explicar
los efectos de la polı́tica monetaria en las fluctuaciones económicas de
corto plazo.
• Si bien las rigideces reales no pueden explicar la pendiente de la oferta
agregada, ellas juegan un rol importante en la transmisión de los shocks
y en la generación de fluctuaciones del tipo de las que se observan en la
realidad.
• Si bien hay razones de peso que explican rigideces de salarios, existen
ciertos inconvenientes al asumir salarios nominales rı́gidos, pues tiene
implicancias poco realistas respecto de la conducta de los salarios reales
en el ciclo. Sin embargo, modelos que incluyen fricciones en el lado real
de la economı́a son capaces de incorporar con realismo las rigideces sala-
riales.
• Existe amplia evidencia que los precios de los bienes se ajustan con po-
ca frecuencia, lo que también contribuye a explicar por qué los shocks
monetarios afectan el producto. La evidencia indicarı́a que las rigideces
de precios y salarios coexisten y se refuerzan entre ellas para producir
modelos más realistas. La mayorı́a de los modelos que usan los bancos
centrales asumen rigideces nominales de salarios y precios.
• Es razonable suponer que, en el corto plazo, la oferta agregada tiene
pendiente positiva, pero en el mediano plazo se ajustarı́a a una oferta
vertical a niveles de pleno empleo.
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