Вы находитесь на странице: 1из 9

Maestría en educación con gestión educativa y competencias

docentes

ASIGNATURA:
Evaluación de las competencias
en los sistemas educativos

CATEDRÁTICO:
Mtro. SAMUEL TEMIX YEPEZ

PRESENTA:
Zamudio Portilla Joaquín
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

INDICE

INDICE ............................................................................................................................................................................. 2
INTRODUCCIÓN .............................................................................................................................................................. 3
LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE DIMENSIONES Y PRÁCTICAS INNOVADORAS ......................................................... 4
Conclusión ...................................................................................................................................................................... 8
Bibliografía ...................................................................................................................................................................... 9

Joaquin Zamudio Portilla

2
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

INTRODUCCIÓN
La evaluación es parte integrante de nuestra vida, continuamente nos estamos sometiendo a evaluación. No pasa un día sin que
al finalizar la jornada no hagamos un balance de lo que hicimos y como lo hicimos, que nos falta por hacer, etc. Y así sucede con
todos los aspectos de la vida. Por ello no es posible pensar y organizar un proceso de enseñanza sin que no este presente el
componente de la evaluación.

Cuando se pretende la excelencia en el desempeño educativo es indispensable continuamente evaluar nuestros propios
procedimientos de enseñanza, de modo que nos permita adecuarlos a las necesidades y características del alumnado de manera
que satisfagan las expectativas de los educandos. De igual modo los alumnos deben ser sometidos sistemáticamente a
evaluaciones para poder comprobar su evolución, así como la eficacia de nuestro propio desempeño profesional.

Es importante que los maestros se adapten a los alumnos para lo cual deben conocerlos, y discernir la manera de proceder con
cada uno si hubiera que reducir toda la psicología educativa a un solo principio, quedaría éste: el factor más importante que
influye en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe. De ahí el auge que tiene en la actualidad la evaluación inicial y la dimensión
diagnostica de la evaluación.

Las escuelas se componen de profesionales. Tales profesionales, deben buscar constantemente servir a sus alumnos y a la
comunidad de la mejor manera posible. Deben poseer unos criterios exigentes altos. Deben comparar sus prácticas con los
criterios. Deben intentar mejorar aquellos aspectos de sus trabajos que sean deficientes, o cuando el estado de la ciencia haya
confirmado que existen mejores estrategias para educar a sus alumnos. Deben traba-jar en colaboración con colegas, padres y
la comunidad con el fin de satisfacer de manera efectiva el abanico de necesidades educativas de todos sus alumnos. Debiendo
mostrarse abiertos e interesados en que otros evalúen su trabajo. En lugar de eso, la escuela efectiva es aquella cuyos
profesionales realizan y utilizan sistemáticamente las evaluaciones para servir bien a los alumnos y para informar al público sobre
los logros y necesidades de la escuela.

Joaquin Zamudio Portilla

3
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

LA EVALUACIÓN DEL APRENDIZAJE DIMENSIONES Y PRÁCTICAS INNOVADORAS


La evaluación es hoy quizá uno de los temas con mayor protagonismo del ámbito educativo, y no porque se trate de un tema
nuevo en absoluto, sino porque administradores, educadores, padres, alumnos y toda la sociedad en su conjunto, son más
conscientes que nunca de la importancia y las repercusiones del hecho de evaluar o de ser evaluado. Existe quizá una mayor
consciencia de la necesidad de alcanzar determinadas cotas de calidad educativa, de aprovechar adecuadamente los recursos,
el tiempo y los esfuerzos y, por otra parte, el nivel de competencia entre los individuos y las instituciones también es mayor.

Quizá uno de los factores más importantes que explican que la evaluación ocupe actualmente en educación un lugar tan
destacado, es la comprensión por parte de los profesionales de la educación de que lo que en realidad prescribe y decide de
facto el "que, cómo, por qué y cuándo enseñar" es la evaluación, es decir, las decisiones que se hayan tomado sobre "qué, cómo,
por qué y cuándo evaluar".

En general, uno de los objetivos prioritarios de los alumnos es satisfacer las exigencias de los "exámenes". En palabras de A. de
la Orden (1989): "la evaluación, al prescribir realmente los objetivos de la educación, determina, en gran medida... lo que los
alumnos aprenden y cómo lo aprenden, lo que los profesores enseñan y cómo lo enseñan, los contenidos y los métodos; en otras
palabras, el producto y el proceso de la educación... querámoslo o no, de forma consciente o inconsciente, la actividad educativa
de alumnos y profesores está en algún grado canalizada por la evaluación". Todos estos factores han llevado a una "cultura de
la evaluación" que no se limita a la escuela, sino que se extiende al resto de las actividades sociales.

Concretamente, en nuestro país, la ampliación del ámbito de la evaluación desde los resultados y procesos del aprendizaje de
los alumnos hasta el propio currículo (en sus distintos niveles de concreción), la práctica docente, los centros, el sistema
educativo en su conjunto, etc. ha dibujado en los últimos años un nuevo escenario para las prácticas evaluativas, que se han
desarrollado a todos los niveles de manera muy importante.

El contextualizar la evaluación supone entenderla como una actividad que se desarrolla mediante la combinación de dos
dimensiones: la ética y la técnico-metodológica (Bolívar, 1995; Sacristán, 1997). La evaluación obviamente, además de ser una
situación que represente un problema técnico del conjunto de procedimientos, instrumentos y modos de obtener información
más adecuados, es, sobre todo, un problema ético, de decidir por qué evaluar, para qué y qué evaluar, con qué legitimidad y
legibilidad se puede pretender evaluar, si es preciso dar una información o no y a quien proporcionarla. De esta forma, la
dimensión técnico- metodológica se subordina a la ético-moral. Sólo después de tener Claridad en cuanto al sentido de la
evaluación en este ámbito después de saber para qué y que evaluar es muy importante también considerar cuál sería el propósito
que se persigue al momento de evaluar.

Por consiguiente esta distinción nos lleva a considerar las dimensiones éticas y sobre todo considerar cuál es la finalidad de un
proceso de evaluación y el objeto del mismo , sobre todo que procedimiento, citando la dimensión técnico- metodológica se
tendrá que utilizar para poder llegar a una evaluación de manera adecuada, la cual supone permite reflexionar sobre las prácticas
de la evaluación, ya que parte de las experiencias didácticas que potencian el desarrollo de las capacidades y promueven la
autorregulación de los estudiantes para el aprendizaje autónomo del proceso.

Desde este punto de vista, la finalidad con la que evaluamos a los alumnos es estableciendo una evaluación formativa, en tanto
se dirija hacia la aplicación de los aspectos relacionados con el proceso de enseñanza-aprendizaje con el fin de mejorarlos
resultados. Esto implica no solamente un simple proceso sino también el formularse preguntas de ¿cómo están aprendiendo los
estudiantes?, ¿cuáles son sus progresos?, ¿cuáles son sus indicios de avances? y ¿qué dificultades existen y cuáles son las causas
de estas dificultades?, sólo así se podrán introducir correcciones dentro del proceso de evaluación y de esta manera se podrá
planificar y realizar en conjunto, acciones alternativas de ayuda y orientación con la finalidad de permitir al estudiante tomar de
manera reflexiva y autónoma, una idea más clara y precisa de cómo canalizar sus potencialidades y enfrentar de una
manera diferente su debilidades.

Joaquin Zamudio Portilla

4
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

En nuestra práctica cotidiana se utilizan distintas formas de evaluación una de ellas es la evaluación formativa podemos
reconocer informativa como un proceso mediante el cual alumnos y profesores recogen evidencias del aprendizaje decisiones
a tiempo de cómo seguir avanzando Modificar el proceso de enseñanza según las necesidades de los estudiantes, esto es
complejo aquí es muy difícil saber qué está pasando las dificultades que esté enfrentando el alumno en su contexto social.

En la evaluación formativa permite observar el proceso de enseñanza aprendizaje de forma completa al hacer visible 3
momentos: ¿Hacia dónde vamos?, ¿dónde estamos? y Cómo podemos seguir avanzando. En la evaluación formativa, el profesor
hace la meta comprensible para todos los estudiantes de manera que se convierta en una meta compartida que nos indique a
dónde se quiere dirigir proceso de enseñanza aprendizaje, de tal manera que con diferentes estrategias de evaluación formativa
se cumpla con la finalidad, de qué tanto alumnos como maestros puedan determinar dónde están en relación a las metas de
aprendizaje.

Por otro lado, el objeto de evaluación puede ser muy variado dependiendo del propósito qué se evalúa este objeto ser el proceso
en su conjunto o de algún componente esos procesos. De tal manera debo considerar que el objeto de evaluación es el aspecto
o fin en el que se centra el proceso de evaluación es decir ¿qué voy a evaluar?.

Se debe considerar qué es muy importante analizar las repercusiones que puedas tener cada uno de los diferentes factores
elementos que intervienen dentro del proceso de enseñanza aprendizaje al momento de realizar una evaluación, sin embargo
normalmente se entiende que los objetos sobre los cuales recae la valuación son los alumnos, su rendimiento en el cual se
manifiesta el cumplimiento de las de las exigencias académicas que propone el currículum. (Eduardo, (2004))

En la propuesta de evaluación integrada al proceso de enseñanza y aprendizaje debemos considerar que estas son dos realidades
que no se pueden separar ya que la tarea de evaluar consiste en recoger información sobre qué y cómo aprende cada alumno,
así como la identificación de los progresos que va obteniendo al momento de al participar en situaciones de enseñanza de
modo que podemos junto con ellos detectar logros pero también incomprensiones y dificultades y tomar medidas necesarias
para superar los tiempos, entenderse como un mecanismo de revisión renovación constante del proceso pedagógico. En todas
estas decisiones profesor debe tener presente en todo momento canción en enseñanza aprendizaje y la evaluación se dirigen
hacia el logro aprendizajes los cuales han de traducirse en competencias actitudes comportamientos concretos qué proporcionan
su formación científica, humana, ética y moral, la cual ha de reflejarse en un ser humano feliz, solidario, reflexivo y creador
preparado para vivir en esta sociedad del conocimiento libre de y Autónoma.

Por consiguiente, la evaluación debe estar sustentada en el desarrollo de competencias ya que según Bogoya (2000), “La
competencia es la actuación idónea, realizada por el estudiante frente a una tarea concreta, utilizando conocimientos o saberes
estudiados en las diferentes Disciplinas." Debido a esto debemos considerar que el evaluar los aprendizajes construidos por los
alumnos consiste en conocer y analizar hasta qué punto ellos han desarrollado, modificado y aprendido determinadas
competencias como consecuencia de las experiencias educativas vividas. Para alcanzar este propósito, el docente necesita estar
en capacidad de conocer cuáles son las condiciones con que el estudiante llegó al proceso, sobre qué bases comenzó o prosiguió
su aprendizaje para saber cómo debe avanzar y entender de manera reflexiva cual debe ser la naturaleza de estos avances.

Por otra parte se puede concebir que el conjunto de experiencias en las actividades y estrategias didácticas que realicen los
alumnos los recursos más útiles para lograr que el docente y los propios alumnos mosca con profundidad y claridad curso de los
acontecimientos en la clase y los avances dientes van obteniendo a lo largo del proceso de aprendizaje ya que el conocimiento
sobre lo que el alumno está en capacidad de hacer como sobre sus carencias y dificultades puede ser obtenido dentro de las
prácticas habituales de trabajo y seguimiento de tareas dentro de un clima fluida comunicación que permita al docente conocer
directamente al alumno de que se plantean dos condiciones previas fundamentales el primero qué es la comunicación fluida y
sin conflictos entre profesores y estudiantes y por otra parte es un esfuerzo por evitar separar el tiempo de enseñar y de aprender
de los momentos de evaluar lo aprendido. (Santos Guerra, 2009)

Joaquin Zamudio Portilla

5
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

Por otra parte, un requisito de evaluación formativa es el explicitar de manera clara los objetivos y exigencias que plantean
determinadas tareas y criterios de evaluación que permitirán que el estudiante asuma su responsabilidad de su propio
aprendizaje. Si queremos que la evaluación cumpla con una función formativa en cuanto al rol del profesor podemos identificar
las funciones como lo son: definir las competencias, definir los indicadores, decidir los procedimientos de evaluación, conocer
la importancia del trabajo en grupo, realizar la evaluación inmersa en las situaciones didácticas, construir pautas de colaboración
con los estudiantes, analizar información recogida y tener con bastante frecuencia, encuentros y entrevistas con los estudiantes
para conversar y analizar con ellos más cercanamente sus logros y dificultades y acordar con ellos nuevas actividades y tareas de
aprendizaje para trabajar sobre las fortalezas y debilidades de cada estudiante en función de sus necesidades.

La evaluación es una práctica muy extendida en el sistema escolar en todo nivel de enseñanza. conceptualizarla como práctica
quiere decir que estamos ante una actividad que se desarrolla siguiendo unos usos, que cumple múltiples funciones, que se
apoya en una serie de ideas y formas de realizarla y que es la respuesta a unos determinados condicionamientos de la enseñanza
institucionalizada (Gimeno Sacristán, 1992 pág. 334).

En mi práctica docente se resume en las sabias palabras de Freire “Hay una práctica de la libertad, así como hay una práctica de
la dominación. Actualmente, nos movemos, somos, vivimos, sufrimos, anhelamos y morimos, en sociedades en que se ejerce la
práctica de la dominación. Continúa planteando que… “No
perdemos nada si intentamos una nueva pedagogía. Por el contrario, podemos ganar una nueva sociedad, un nuevo hombre, un
nuevo mañana”.

Los docentes debemos implementar nuevas prácticas de aula partiendo del contexto en el cual nos encontramos inmersos, lo
cual facilitará la concepción del aprendizaje del sujeto en formación, forjando nuevos conocimientos a partir de la realidad, de
la cultura, del ser en una sociedad organizada y donde la población más vulnerable está en nuestras veredas, ahí es donde
necesitamos ser creativos, dinámicos, innovadores. Por eso la docencia tiene que enfocarse en “transformar el mundo, participar
en la creación de una sociedad más justa, humana y fraterna” de ahí la importancia de pensar en el mañana para el proceso
enseñanza y de aprendizaje fortaleciendo la práctica pedagógica, siempre abiertos al cambio.

Es por ello que, creemos que la escuela efectiva o una escuela que aprende (Santos Guerra, 2009), es aquella de desea innovar
desde el modelo de resolución de problemas, donde las innovaciones son planteadas desde el docente. Además, están
concienciadas de que la innovación comportará su función. A su vez, desean mejorar, innovar y ser flexibles en sus funciones.
Por lo que comprendemos que tienen carácter democrático, comprensivo, reflexivo e innovador.

Tomando como base planteamientos expresados por sacristán y nuestra experiencia en el campo de la docencia podemos
identificar y proponer prácticas de enseñanza y de evaluación innovadoras que sean más encaminadas hacia un proceso de
aprendizaje aplicando estrategias autorregulación de este proceso para los alumnos y que al mismo tiempo existan las
posibilidades de ajustes de la intervención pedagógica docente.

Para ello vamos mencionar como acciones muy relevantes que es realizar evaluaciones iniciales al comenzar el estudio ya que
esto permite reconocer en dónde se encuentra situado el alumno en cuánto a sus conocimientos previos, otra postura es dar a
conocer los objetivos de aprendizaje de aquellos que deben lograr los alumnos, es decir, cuál es nuestro objetivo al querer
transmitir dicho conocimiento, otra opción, es proponer experiencias de aprendizaje significativas con tareas de actividades
diversificadas que requieran la visión desde distintas áreas del conocimiento y que ayudan a los alumnos.

Otro punto relevante es la realización profesor o por los alumnos como parte de las propias actividades de aprendizaje y de
evaluación, situaciones didácticas orientadas a conversar sobre los significados construidos a partir de lecturas realizadas, llegar
a acuerdos sobre determinadas interpretaciones, incluso a precisar ciertos problemas, a revisar las elaboraciones hechas por los
estudiantes sobre todo determinados temas y a revisar también los textos producidos estas acciones permiten que la evaluación
se lleve a cabo de manera continua a través de un análisis de producciones y de aportaciones durante las clases día a día, en
base a estas experiencias se cumple la función evaluativa al mismo tiempo como espacios para poder aprender regular el proceso
de enseñanza aprendizaje, hay que informa a los estudiantes sobre cómo va su proceso sobre que han aprendido y sobre lo que
deben aprender. (Celman, (2011). )

Joaquin Zamudio Portilla

6
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

A partir de este las diferentes actividades prácticas de evaluación de trabajos escritos y otros textos producidos le asignan un
papel protagonista a los estudiantes dentro del proceso de revisión y corrección de sus propios textos y producciones, ya que
entre ellos mismo también pueden hacer una revisión de estas evidencias o actividades produciendo entre ellos una
coevaluación, así de esta manera las discusiones comentarios y análisis que se producen en clases dan como resultado la
devolución de información al profesor para cada estudiante donde los resultados de su evaluación en las tareas académicas
realizadas son prácticas que adquieren importancia singular en el proceso de aprendizaje, una vez dada esta situación empieza
la formulación de preguntas en el estudio sobre algún hecho o suceso de la realidad relacionado con alguna temática en
especifica actual, esto con el fin de estimular en los estudiantes un planteamiento de problemas, una formulación de preguntas
y una creación de interrogantes que le permitan crecer en el conocimiento, así de la misma manera el establecer entrevistas
sostenidas individualmente con cada estudiante para tratar asuntos de interés relacionados con el proceso y resultados
obtenidos en relación a los trabajos y tareas realizadas orientadas al desarrollo de competencias específicas y de esta manera
tener clara y explícitamente los criterios de ejecución de los trabajos marcando así las pautas que se establecen para que se
puedan realizar tareas de autocorrección como instrumento ideas para orientar el aprendizaje y la evaluación.

Joaquin Zamudio Portilla

7
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

Conclusión
Por consiguiente podemos resumir que la evaluación es un proceso que implica descripciones cuantitativas y cualitativas de la
actuación de los alumnos. En el primer momento, se reúne la información; y en un segundo momento se trabaja para el análisis
y la interpretación de los datos que hemos obtenido para formular, en un tercer momento posterior, juicios de valor. En este
sentido, la evaluación de los aprendizajes es muy importante puesto que los resultados que podamos obtener nos servirán para
orientar la enseñanza, conforme a lo que nos hemos propuesto que nuestros alumnos aprendan.

Es importante tener claro qué se desea evaluar para luego poder diseñar los instrumentos que mejor nos permitan conocer lo
que queremos saber. Si el instrumento para evaluar consiste en una prueba escrita, ésta podrá tener igual grado de dificultad
para todos los alumnos del mismo grupo. El docente también podrá elaborar dos o más pruebas con diversos grados de dificultad
para administrar a diferentes alumnos dentro del mismo grupo.
Recordemos que no es lo mismo evaluar actitudes, conocimientos o procedimientos; así como también son diferentes los
procesos que los alumnos tienen que poner en juego para resolver cada consigna que les presentemos (en el caso de que
elaboremos una prueba escrita).

Joaquin Zamudio Portilla

8
Evaluación de las competencias en los sistemas educativos

Bibliografía
Celman, S. y. ((2011). ). Diálogos entre Comunicación y Evaluación. Una perspectiva educativa. .

Eduardo, G. B. ((2004)). La evaluación educativa. Revista mexicana de investigación educativa. .

Escudero Escorza, T. ( (2003). ).

Santos Guerra, M. Á. (2009). La escuela que aprende. Retos, dificultades y esperanzas. En J. Paredes Labra, A. (. de
la Herrán Gascón, M. Á. Santos Guerra, J. L. Carbonell Fernández, & J. Gairín Sallán, La práctica de la
innovación educativa (págs. 179-188). Madrid: Síntesis.

Joaquin Zamudio Portilla

Вам также может понравиться