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UNIVERSIDAD DE PIURA

FACULTAD DE INGENIERÍA

CURSO: TEOLOGÍA 1 Secciones B, C y D

Práctica calificada 2

Miércoles 7 de setiembre de 2016 Hora: 7.10pm

Duración: 1h 30m.

Nombre: ________________________________________

SIN LIBROS NI APUNTES

LAS PREGUNTAS PRETENDEN EVALUAR SI USTED HA LEÍDO Y COMPRENDIDO LO


RELATADO EN “DIOS EXISTE, YO ME LO ENCONTRÉ” (EXTRACTO).

SOLO PUEDE USAR UN (1) CUADERNILLO DOBLE. POR FAVOR, SÍRVASE DEVOLVER
LA HOJA DE PREGUNTAS.

SI NO SABE LA RESPUESTA, LE RUEGO ENCARECIDAMENTE QUE LA DEJE EN


BLANCO (SE PREMIARÁ CON UN PUNTO LA RESPUESTA EN BLANCO).

1. Antes de su conversión, el autor consideraba que Dios no existía, pero


señala que
“había muchas maneras de no existir”. Describa cada una de esas maneras
(3 puntos).

Los ateos que aportaban argumentos para la no existencia de Dios, quienes


consideraban que Dios era una invención de los clérigos.

Los ateos que consideraban que la existencia de Dios suponía un límite a


la libertad humana.

Los ateos que consideraban que Dios era la proyección condensada de todo
lo que no sabían, proyección que desaparecería en la medida en que las
ciencias progresen.
Los ateos perfectos, que eran aquellos que ni siquiera se planteaban la
existencia o no existencia de Dios como problema, porque era una cuestión
absolutamente indiferente en su vida.

2. El autor se consideraba un ateo perfecto. ¿en qué consiste? (2 puntos)

Significa que el autor era un ateo que ni siquiera se planteaba como


problema la existencia o no existencia de Dios, era una cuestión
absolutamente indiferente en su vida.

3. El autor vive en un pueblo donde se practica la tolerancia religiosa.


¿Cómo describe a los judíos, a los protestantes y a los católicos que lo
rodean? (2 puntos, SI DESCRIBEN A LOS DOS PRIMEROS PUEDEN DARLE LOS DOS
PUNTOS).

Al parecer, los judíos de su pueblo eran personas que observaban las


prescripciones de Moisés relativas al descanso en el sábado, el ayuno y
la preparación de las carnes, y aunque se puede decir que creían en Dios,
jamás hablaban ni una palabra sobre su religión delante de los no judíos.

Los católicos de su pueblo tampoco hablaban de su religión, los efectos


de su piedad no eran visibles a simple vista. Tenían una moral muy
parecida a la de los ateos, a excepción de dos virtudes, la obediencia y
la humildad (que los ateos consideraban defectos muy graves) y de que
parecían moverse con miras a una recompensa o castigo eternos.

Los protestantes estaban conformados por los luteranos y pietistas. Los


pietistas era una especie de secta protestante sin pastores ni
sacramentos.

4. Describa los recuerdos que el autor tenía de sus abuelos (3 puntos).

El abuelo del autor era socialista. No se le veía en el templo más que en


los entierros. Nunca hablaba de religión, ni siquiera para burlarse de
los sacerdotes. Aunque no tenía religión sí tenía moral, que básicamente
se resume en que hacía limosna de lo que le sobraba y consideraba más
importante ser honesto que rezar (1.5 puntos).

La abuela del autor era una persona alegre. Le enseñó a ser paciente
debido a las canciones que le cantaba de niño y que solo estaban
compuestas de un estribillo. Realizaba con esmero el trabajo del hogar.
Era muy cariñosa con el autor y jamás la vio encolerizada o de mal humor.
Sus últimas palabras las dirigió a un crucifijo colgado frente a su cama.
Después de mirarlo largamente, dijo: ¡Ay, pobre hombre!, lo que le llevó
a pensar que ni siquiera en el momento de su muerte pensó en sí misma
(1.5 puntos).

5. Describa el estado interior (sus pensamientos, su estado afectivo,


etc.) del autor antes de su conversión (5 puntos).

Antes de su conversión, el autor afirma que sus pensamientos son vagos


como lo son habitualmente. Su conciencia no le reprocha nada, es decir,
no hay nada dentro de él que lo predisponga a una experiencia mística (1
punto). No tiene penas de amor ni tampoco angustias metafísicas que lo
lleven a preguntarse por el sentido de la vida o por el origen del
universo (1 punto). El problema de la verdad le resulta completamente
extraño, y en caso tuviese alguna duda, al último lugar que iría para
solucionarlo es a una Iglesia o a un sacerdote (1 punto). El ejercicio de
su profesión, recién estrenada, no le ha permitido tener decepciones que
sean favorables a experimentar algún sentimiento religioso (1 punto). No
tiene preocupaciones ni le causa preocupaciones a los demás y su salud es
buena. La visión del templo por dentro, le resulta indiferente, es decir,
la emoción artística no tiene nada que ver con su conversión. En resumen,
lleva una vida feliz y no siente ninguna curiosidad por las cosas de la
religión, las cuales considera de otra época: esa es la opinión que tiene
de la oración de las hermanas de la Asociación Reparadora, pues considera
que dicha oración no sirve para nada (1 punto).

6. Explique en qué consiste lo que el autor llama “vida espiritual”.


Describa que es lo que ocurre después de su conversión (5 puntos).

Al hablar de “vida espiritual” el autor quiere describir una experiencia


jamás antes vivida con la imagen de un cielo que se eleva y que se torna
cada vez más azul. A la vez le permite descubrir que hay un orden en el
universo y que en su vértice está Aquel a quien los cristianos llaman
Padre Nuestro. Esta nueva vida lo llena de inmensa alegría a la vez que
hace surgir en él la pregunta de cómo ha podido vivir y respirar hasta
ese momento en el mundo en el que vivía. Es como si un nuevo mundo se
hubiese desplegado de improviso delante de él (2 puntos).

Después de ese auténtico milagro espiritual en forma de luz que duró


aproximadamente un mes, el autor fue a buscar a un sacerdote que lo
instruyese para recibir el bautismo (1 punto). Todo lo que escuchó en
parte lo esperaba, excepto la Eucaristía: le pareció increíble que el
amor divino hubiese encontrado ese medio inaudito para comunicarse con
los hombres haciéndose pan, que es el alimento de los pobres y de los
niños (1 punto). Finalmente, a lo largo de su vida no solo experimentó lo
que él llama la Navidad de la fe, sino también el Viernes y el Sábado
Santo, es decir, el encuentro con el sufrimiento y el dolor. Sin embargo,
ni siquiera en esos momentos, dudó del amor de Dios (1 punto).

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