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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS


ECONOMÍA III

Nombres: Fernando Naranjo y Nataly Montenegro


Semestre: Tercero Ciencias Políticas
Tema: Economía Social y Solidaria y Economía Comunitaria

Economía Comunitaria en Ecuador


Un análisis sobre el debilitamiento de la economía comunitaria en Ecuador

Actualmente nos encontramos en un contexto donde los problemas económicos, políticos y


sociales no pueden ser resueltos por la economía de mercado, provocando cada vez a nivel
mundial consecuencias en todos los ámbitos, en cuanto al ambiental, el cambio climático es
uno de los más notables, además de la pérdida de cientos de especies, tanto animales, plantas
y nacionalidades indígenas que se quedan sin territorio. De igual manera, se evidencia en
cuanto a lo social, una gran desigualdad, existiendo casos de pobreza extrema al igual que de
riqueza extrema, creciendo esta brecha de ricos y pobres a pasos agigantados.

Así mismo se evidencian las crisis alimentarias, un ejemplo cercano es Venezuela, donde el
modelo económico no permite que exista un abastecimiento de alimentos en el propio interior
del país. Este es sólo un ejemplo (por ser el de más controversia actualmente) de entre otros
que impactan al mundo hoy en día, por lo cual es necesario realizar cambios y analizar
nuevas propuestas que pueden mejorar esta situación. Tal es el caso de la economía social y
solidaria, economía comunitaria, entre otras, cuyo objetivo es lograr el buen vivir.

Antes que nada cabe señalar qué es lo que se entiende por Economía Social y Solidaria, lo
cual nos lleva a analizarlo por varias partes, en primera cabe hacer mención a su origen, para
lo cual es necesario analizar en algunos conceptos básicos de la economía, como la economía
de mercado, siendo esta un sistema autorregulador de mercados, es decir, ¨una economía
gobernada por los precios del mercado y únicamente por ellos¨ (Polanyi, 1994). Es así como
sólo en este tipo de sistema, ¨capaz de organizar la totalidad de la vida económica sin ayuda o
intervención del exterior, es autorregulador. (Polanyi, 1994). No obstante, en la modernidad
hay una invasión a esta idea utópica de un mercado autorregulador, recurriendo a la noción
de solidaridad, la que ¨constituyó una referencia para establecer una regulación democrática
de la economía (…) donde insiste sobre las relaciones entre reciprocidad y redistribución¨
(Polanyi, 1994).

Esto dio hincapié a que se dé lo que se conoce como economía solidaria, cuyo surgimiento
data en la década de 1990, donde ¨por iniciativa de ciudadanos, productores y consumidores
surgieron diversas actividades económicas organizadas según principios de cooperación,
autonomía y gestión democrática¨ (CLACSO, 2009). Desde allí esta iniciativa se ha ido
multiplicando y tomando diferentes formas desde colectivos de generación de ingresos, hasta
comunidades productivas autóctonas, cuyo fin como manifiesta Laville, es que haya un
predominio de la solidaridad sobre los intereses individuales y la ganancia material reflejada
en la socialización de los recursos productivos y la adopción de criterios igualitarios.

Es decir, se busca que los partícipes en esta economía y sus diferentes formas, interioricen la
solidaridad, creando así un vínculo de reciprocidad en sus relaciones. De igual manera en
cuanto al campo social, la economía solidaria cumple con funciones en distintas áreas
brindando servicios a las personas que más lo necesiten, ya sea en educación, salud,
preservación ambiental, etc.

Al igual que se produjo el concepto de economía solidaria, también encontramos el de


economía social, la cual además de esa condición de necesidad que presenta, también existe
una condición sociopolítica, la cual ¨concierne a la pertenencia a un mismo grupo, cuyos
miembros tienen conciencia de participar en un destino común¨ (Laville, 2004). Este destino
común que se busca están vinculados como lo menciona Defourny a una democracia asociada
a la utilidad social. Donde a través de la misma se podrá afrontar los problemas que nos
encontramos como ¨ desarrollo de los servicios de proximidad, rehabilitación de los barrios
pobres, auxilio las personas mayores o con dificultades, medio justo finanzas éticas-
solidarias, agricultura sustentable y gestión ambiental de los residuos, e inserción profesional
de personas poco calificadas.¨ (CLACSO, 2009)

Por lo que se puede decir que la economía social y solidaria, respalda aquellos que buscan
una democracia social, donde los individuos partícipes tengan interiorizado la solidaridad y
que la ganancia sea socializada e igualitaria, es decir, predomina la satisfacción de las
necesidades de los participantes, antes que los fines de lucro. Al igual que es una economía
donde se promueve el cambio social, respetando a su vez el medio ambiente y promoviendo
la inclusión, solidaridad e igualdad.

Por otro lado, la modernidad, y su idea de progreso y desarrollo ha llevado los pueblos
(especialmente Latinoamérica), a creer que se puede quitar de nuestros hombros, esa
condición de pobreza y subdesarrollo que cargamos desde hace ya mucho tiempo, se nos ha
dicho que se puede alcanzar un mejor nivel de vida, como expone Fernando Huanacuni
“tanto a nivel personal como a nivel de Estados y que los recursos naturales eran una
condición clave para lograrlo, con una “inversión adecuada””. Pero siendo el Ecuador un país
rico en recursos naturales, reservas de petróleo, gas y minerales, ¿Cómo es que seguimos
siendo un país pobre o “en vías de desarrollo”, como lo llamarían algunos?, el mismo autor
manifiesta que la respuesta es que se nos ha hecho creer que el Estado es un mal
administrador de nuestros recursos, y por ese motivo la inversión extranjera debe ser quien
“nos ayude” interviniendo en la administración de los recursos, ya que asi se lograría una
verdadera rentabilidad. (Huanacuni, 2013)

Pese a la “ayuda brindada” seguimos teniendo problemas económicos y sociales,


ensanchando la brecha de ricos y pobres cada vez más, mientras que algunos viven con gran
opulencia y derroche, la mayor parte de la población vive con lo mínimo. Mas nuestros
pueblos indígenas-originarios, nos dan una posible respuesta, para disminuir la brecha, la
economía comunitaria, si bien esta economía no es totalmente practicada por los indígenas,
fueron ellos quienes sentaros las bases para esta. Explicando la economía comunitaria desde
el ayllu (familia o comunidad) como un sistema de organización de vida. Los pueblos
originarios parten de la conciencia de que todo está conectado y por su naturaleza todos
tienen un rol complementario y recíproco; por ejemplo las plantas generan frutos, la lluvia
renueva la vida de todos, el sol calienta para todos, así como el ser humano es un criador y
cultivador por naturaleza, por tanto cuida, cría, siembra y cosecha, cuidando el equilibrio de
la vida. Desde esta visión, no hablamos sólo de economía, sino de “economía comunitaria
complementaria”. (Huanacuni, 2013)

Desde el ayllu se genera la economía complementaria. “Sumak Kawsay” en términos


económicos significa: Generar relaciones económicas en complementariedad y reciprocidad
con la vida, la Madre Tierra, la comunidad y la familia; toda relación económica no
solamente tiene el fin de acumular capital, sino esencialmente busca preservar la vida, por lo
tanto toda relación económica, no sólo debe estar enmarcada en leyes económicas de interés
humano, sino que debe estar enmarcada en leyes naturales que cuiden la vida, la Madre
Tierra, la comunidad y la familia. (Huanacuni, 2013)

Desde la visión de los pueblos originarios, la propuesta en la expresión del nuevo Estado, es
promover la economía comunitaria complementaria en términos de armonía, de equilibrio, de
reciprocidad y de complementariedad en el horizonte del Sumak Kawsay o Vivir Bien. En las
nuevas condiciones de vida, como el cambio climático o los niveles extremos de pobreza, se
debe empezar a hablar, más que de desarrollo o alternativas de desarrollo, de nuevas políticas
públicas emergentes desde el vivir bien en las diferentes áreas y en este caso en lo
económico; que implica un cambio de paradigma y de estructura, pues la crisis del
capitalismo no es una crisis sólo coyuntural, es una crisis estructural. (Huanacuni, 2013)

Aunque hablar de economía Social y Solidaria o Comunitaria, no representa los mismo, lo


cierto es que se complementan, siendo la Economía Social y Solidaria, el nexo integrador que
une las capacidades del desarrollo sostenible, como la economía comunitaria, como vimos,
con una mirada indígena, del Buen Vivir, cuyo objetivo es que las condiciones de vida de las
personas sea más igualitario, vinculando los trabajos con la producción socialmente
necesaria, apostando por una economía más justa, por llamarla de alguna manera.

Al entender a la economía comunitaria desde una visión de los pueblos indígenas, donde no
se entiende por comunidad a una ¨unidad y estructura social¨ (Farah, 2013) sino como una
¨unidad y estructura de vida¨ (Farah, 2013). Es decir, los pueblos indígenas perciben al ser
humano como una parte del todo, no como la parte predominante, pues también se
encuentran ¨animales, insectos, plantas, montañas, el aire, el agua, el sol, incluso lo que no se
ve, nuestros ancestros y otros seres¨ (Farah, 2013). Todos forman parte de la comunidad, en
donde además existe un equilibrio y si alguna especie o alguna parte de la comunidad se
extingue o corre peligro, toda la comunidad sufre las consecuencias. He aquí la gran
diferencia con la economía capitalista implementada en Latinoamérica, donde al ser
principalmente exportadores de materias primas, se rompe el equilibrio de la comunidad,
pues por ejemplo con la explotación de petróleo, a consecuencia de esta acción, se va
destruyendo la naturaleza y las especies que allí viven.
Es por ello que la economía comunitaria es de mucha importancia, y por ende merece un
análisis de su aplicación en los últimos años en Ecuador. Lamentablemente la economía
comunitaria en Ecuador es casi nula, debido principalmente a procesos históricos que a
llevado a poner en peligro de extinción a este tipo de economía.

Como menciona Vega en su investigación, las comunidades originarias en Ecuador fueron


desapareciendo, debido a varias causas, entre ellas se puede encontrar la hacienda, donde a
través de los huasipungos y el trabajo feudal y de servidumbre se les fueron expropiando a
los indígenas de sus tierras y por ende de su sistema comunitario. De igual manera se puede
encontrar otra de las causas en las reformas agrarias implementadas no sólo en Ecuador sino
a nivel de Latinoamérica. Además, este hecho se fue profundizando con ¨las políticas
desarrollistas del estado, las ONGs y los proyectos internacionales¨ características de los años
90. Así como también la influencia del sistema capitalista en el país, que provocaba cambios
en el modo de producción, enfocándose principalmente en productos florícolas o
agroindustria. Lo que provocó que hubiese un movimiento de personas dentro del país,
campesinos comenzaron a emigrar a las partes más industrializadas de la sierra y
posteriormente a la costa donde se estaba gestando el boom capitalista. Siendo todos estos
eventos una influencia negativa para la supervivencia de la economía comunitaria.

La articulación del Estado también es otro de los puntos negativos que se pueden encontrar
pues, al extenderse las instituciones del Estado, tales como las juntas parroquiales, quitan el
protagonismo y la importancia de las organizaciones comunitarias. Estos hechos sumado a la
falta de una ¨asignación de propiedad colectiva de territorios¨ (Vega, 2017) que se no ha
llevado a cabo en Ecuador, ¨pese al reconocimiento formal del estado plurinacional en la
Constitución de 2008¨. (Vega, 2017) son evidencia clara del porqué del debilitamiento de la
economía comunitaria en el país.

Algo que sin duda llama la atención que que ni siquiera los líderes indígenas defienden este
tipo de economía, pues la propia Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador
(CONAIE), ¨en su propuesta de Constitución elaborada de cara a la Asamblea Constituyente
de 2007-2008 propuso¨ (Vega, 2017) entre sus artículos, ¨la protección para la pequeña
propiedad agraria y la microempresa agropecuaria…sin perjuicio de que se las provea de los
medios oportunos y suficientes para su transformación en empresas de tamaño que les
permita el empleo óptimo de los factores de la producción y la atención oportuna a las
demandas del mercado¨ (CONAIE 2007, Art. 346) Además del ¨reconocimiento de
regímenes de propiedad público, privado, mixto, cooperativo y comunitario¨ (CONAIE,
2007, Art. 309). Entre todos los artículos propuestos en ninguno se hace una especificación
sobre el tipo de ¨forma de organización económica específica¨ que se debería adoptar, lo que
provoca que la economía comunitaria se encierre como una categoría dentro de la economía
solidaria. Esto se puede evidenciar claramente en la Constitución del Ecuador la cual estipula
que ¨La economía popular y solidaria se regulará de acuerdo con la ley e incluirá a los
sectores cooperativistas, asociativos y comunitarios¨ (Constitución del Ecuador, 2008, Art.
283). Además, una de sus funciones será ¨potenciar las prácticas de la economía popular y
solidaria que se desarrollan en las comunas, comunidades, pueblos, nacionalidades, y en sus
unidades productivas para alcanzar el Sumak Kawsay¨ (LOEPS 2011, Art. 3,2). Lo que
provoca que se generalice la economía comunitaria y no se reconozcan ninguna de sus
especificidades.

Otra de las iniciativas que se implementó para lograr esta preservación fue el Plan Nacional
del Buen Vivir, mediante el cual el gobierno implementó algunas políticas, sobre todo para
promover el mercado interno nacional, además se propuso medidas para fomentar la
economía social y solidaria, cabe señalar que se propuso con énfasis en tratar de defender los
derechos de la naturaleza, generando una economía más amigable con el ambiente.

Según Coronel en su investigación, presenta esta gráfica la cual muestra cómo en el Plan
Nacional del Buen vivir ¨se ha hecho imprescindible que desde el gobierno se pueda orientar
a través de la inversión pública la generación de otros sectores dela economía.¨ (Coronel,
2016). Por tanto a través de las políticas implementadas en este plan, se fomenta la
producción de encadenamientos productivos, para ayudar a consolidar un mercado interno en
país. Por tanto existe un principal énfasis en la ¨ampliación y promoción de las pequeñas y
medianas industrias nacionales¨ (Coronel, 2016). Proponiendo como se mencionó
anteriormente se cree un círculo en contexto de la Economía Social y Solidaria donde exista
¨inversión, producción, comercio y consumo de nuestros propios bienes¨ (Coronel, 2016),
teniendo en cuenta y priorizando un desarrollo sostenible nacional.

No obstante, pese a la implementación de este Plan Nacional del Buen Vivir, el cual entre sus
fundamentos se encuentran varias propuestas a favor de una economía comunitaria, no se
logra mostrar una especificidad y apoyo a este tipo de economía, pues se prioriza un
desarrollo de la pequeña y mediana empresa para el fomento de un mercado nacional. Lo que
se puede decir causa una mayor interiorización del sistema capitalista por parte de
campesinos e indígenas que optan por la propiedad privada antes que la comunal.
Produciendo como consecuencia que se vaya desapareciendo cada vez más la economía
comunitaria, además de que aumente la migración y el cambio de matriz productiva de la
agricultura a otras actividades. Un ejemplo es Salasaca el cual la mayor parte de la población
a dejado la agricultura por la artesanía, lo cual causa un problema a largo/medio plazo para el
país, pues si los pueblos o sectores que se dedicaban a la agricultura comienzan a cambiar su
matriz productiva por otras actividades, no sólo provoca un problema ambiental en cuanto a
las tierras, sino que puede terminar en una crisis de alimentos para el país, pues si no hay
suficiente alimento para sustentar la demanda interna, lleva a que nos toque como Venezuela
importar la mayoría de nuestros alimentos, lo cual es claro que no es bueno para la economía
nacional.

A manera de conclusión se puede decir que la Economía Social y Solidaria, con un enfoque,
como vimos anteriormente, complementario a la Economía Comunitaria, abarcan diversas
experiencias prácticas, cuyo objetivo es dar una posible respuesta a los graves problemas de
desigualdad que vivimos en el actual sistema, generando redes de iniciativas, que juntas
podrían constituir una nueva visión de la economía.

Y aunque muchos crean que estas nuevas opciones de la economía son exclusivas de los
grupos mas vulnerables, lo cierto es que tanto la Economía Social Y Solidaria como la
Economía Comunitaria, representan en realidad una opción para todas las personas, ya que
los proyectos que se den en el marco de estas economías deben ser viables y sostenibles,
desde el punto técnico y económico, en el caso del Sumak Kawsay, dichos proyectos deben
ser determinados por valores y principios éticos, tanto con el hombre como con la Madre
Tierra.

De igual manera se puede decir que el debilitamiento de la economía comunitaria es debido


tanto a problemas históricos, tales como el sistema feudal, servidumbre, que se llevó a cabo
en el país, al igual que como consecuencia del modelo capitalista implementado en el mismo.
El cual fomenta la propiedad individual con una privatización de los medios de producción.
Lo que lleva a que los sistemas de economías comunitarias vayan desapareciendo.

Cabe señalar también que pese a la políticas del buen vivir o sumak kawsay implementadas
en el país desde el 2008, donde a través de la economía social y solidaria se proponía llegar al
objetivo de este ¨buen vivir¨, no se lograron implementar de buena manera, quizá por la
interiorización misma del modo capitalista de gran parte de los sectores indígenas del país.
Lo que provoca un problema más serio que es precisamente la migración de individuos
dedicados a la agricultura, problema a largo/medio plazo para la economía del país. Pues
puede devenir en una crisis alimentaria y que nos veamos obligados a importar alimentos,
además de las consecuencias medio ambientales que implica.

CLACSO. (2009). Diccionario de la otra economía: colección de lecturas sobre economía


social.
Coronel, J. (2016). Análisis del plan nacional del buen vivir de Ecuador desde una
perspectiva conceptual de la teoría de la dependencia . Quito.
Farah, T. (2013). Vivir bien: infancia, género y economía, entre la teoría y la prática . La Paz
, Bolivia: CIDES-USMA.
Laville. (2004). El marco conceptual de la economía solidaria. In Laville, Economía social y
solidaria: una visión Europea (pp. 207-235). Buenos Aires: Editorial Altamira.
Polanyi, K. (1994). ¨Las sociedades y los sitemas económicos¨ y ¨La evolución del patrón del
nuevo mercado¨. In K. Polanyi, La gran transformación: Los orígenes políticos y económicos
de nuestro tiempo. México D.F., México: Fondo de cultura económica.
Vega, S. (2017). La economía solidaria y comunitaria en Ecuador y Bolivia . Quito.
Fernando Huanacuni Mamani (2013). Economía comunitaria complementaria, la vida antes
que el trabajo y el capital En I. Farah,&V. Tejerina, Vivir Bien: Infancia género y economía.
Entre otra teoría y la practica (pgs.285-296) La Paz: CIDES-UMSA, INICEF

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