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1. INTRODUCCIÓN:
El cultivo bajo invernadero siempre ha permitido obtener producciones de primor, de
calidad y mayores rendimientos, en cualquier momento del año, a la vez que permiten
alargar el ciclo de cultivo, permitiendo producir en las épocas del año más difíciles y
obteniéndose mejores precios. Este incremento del valor de los productos permite que el
agricultor pueda invertir tecnológimente en su explotación mejorando la estructura del
invernadero, los sistemas de riego localizado, los sistemas de gestión del clima, etc., que
se reflejan posteriormente en una mejora de los rendimientos y de la calidad del producto
final.
En los últimos años son muchos los agricultores que han iniciado la instalación de
artilugios que permiten la automatización de la apertura de las ventilaciones, radiómetros
que indican el grado de luminosidad en el interior del invernadero, instalación de equipos
de calefacción, etc. Por ello en el presente documento se exponen aquellos parámetros
más relevantes que intervienen en el control climático de los invernaderos, así como una
breve descripción de los sistemas para la gestión del clima que se pueden encontrar
actualmente.
2. OBJETIVOS:
Identificar el manejo realizado en un invernadero teniendo en cuenta el control
requerido.
Analizarlos principios y fundamentos del control y manejo de invernaderos, a fin
de aplicar estos en procesos de la agricultura protegida y lograr hacer más
eficientes los mismos.
3. CONCEPTO Y DEFINICIÓN DE INVERNADERO.
En los diccionarios de habla hispana se define invernadero como un sitio acondicionado
para abrigar plantas durante el invierno o una estructura para proteger cultivos de las bajas
temperaturas que se presentan en los países fríos. En términos más generales se concebía
como un lugar para invernar, haciendo alusión a un sitio donde las plantas se protegen
durante las estaciones invernales.
Tal vez el nombre de “casa de sol”, que les dan los campesinos mayas a los invernaderos
que se han construido en la Península de Yucatán, sea apropiado. Otros emplean el
concepto de “veranero” para las estructuras de utilizada en los trópicos para desarrollar
cultivos dentro de ellas.
Matallana y Montero (1995), conciben al invernadero como. “Conjunto formado por una
estructura ligera y cubierta que permite la protección y/o crecimiento de las plantas
mediante el uso de la energía solar y la defensa contra el frío y otras condiciones
climáticas adversas. El tamaño del recinto permite a una persona trabajar cómodamente
en su interior”.
Agregan que un invernadero es un sistema productivo capaz de aportar cosechas fuera de
la época normal en que aparecen en el mercado o se encuentran a campo abierto. Señalan
que dos características distintivas de los invernaderos son su eficiencia y funcionalidad,
entendiendo por eficiencia la idoneidad para condicionar algunos de los principales
elementos del clima dentro de límites bien determinados de acuerdo con las exigencias
fisiológicas del cultivo y la funcionalidad como el conjunto de requisitos que permiten la
mejor utilización del invernadero, tanto desde el punto técnico como económico.
Por su parte Rosete (1998), explica que un invernadero es “el sistema productivo capaz
de generar cosechas con una programación de carácter continuo, en especial fuera de la
época normal en que aparece en el mercado.”
Mientras que Serrano (2002), define al invernadero como una instalación cubierta y
abrigada artificialmente con materiales transparentes para defender a las plantas de la
acción de los meteoros exteriores, permitiendo en control de determinados parámetros
productivos como temperatura ambiental y del suelo, humedad relativa, concentración de
anhídrido carbónico y luz, en los más cercano posible al óptimo para el desarrollo de los
cultivos que se establezcan.
Por su parte Sánchez (2005), define al invernadero como una construcción agrícola, con
una cubierta traslucida que tiene por objetivo reproducir o simular las condiciones
climáticas más adecuadas para el crecimiento y desarrollo de las plantas de cultivo
establecidas en su interior, con cierta independencia del medio exterior. Para lograr el
objetivo se recurre al diseño y equipamiento del mismo.
Así, los autores citados coinciden en definir a los invernaderos como estructuras que
permiten reproducir, simular y mejorar las condiciones necesarias para el desarrollo de
los cultivos, mediante el control de factores como la luz, la temperatura, el aire, la
nutrición y la humedad. Al respecto se puede observar que las definiciones toman los
elementos estructurales y los empleados en las cubiertas como parte de las mismas.
En España a partir de la norma arriba referida, se establece la norma UNE 76-208/92 para
normar la calidad en la construcción de invernaderos españoles, en donde se retoma la
definición de invernadero establecida por el CEN y especifican las características, los
métodos de cálculo y los procedimientos de ejecución de los invernaderos multicapilla de
estructura metálica con cubierta de materiales plásticos, rígidos o flexibles (Papaseit,
1992).
De acuerdo con esta norma el invernadero debe tener una estructura metálica anclada a
una cimentación, así mismo debe permitir colocar cubiertas con plástico flexible o rígido
y contar con dispositivos que permitan regular las condiciones climáticas en su interior.
Así en el ámbito productivo los invernaderos se plantean como estructuras que permiten
reproducir, controlar y mejorar las condiciones ambientales para el crecimiento de los
vegetales fuera de temporada o de su distribución geográfica natural, al permitir recrear
las condiciones necesarias para el desarrollo de todas las especies vegetales
contribuyendo al aumento de los rendimientos en la producción de alimentos por unidad
de superficie, haciendo más rentables las actividades agrícolas.
Bajo este enfoque, los invernaderos se conciben como estructuras que modifican en
menor o mayor medida las condiciones ambientales dependiendo de múltiples factores
como el diseño, las características de la estructura, el manejo del invernadero y del
cultivo, el equipo de control de factores ambientales, la ubicación geográfica y
topográfica, las condiciones ambientales, la época del año y la hora del día.
i. TEMPERATURA
Este es el parámetro más importante a tener en cuenta en el manejo del
ambiente dentro de un invernadero, ya que es el que más influye en el
crecimiento y desarrollo de las plantas. Normalmente la temperatura óptima
para las plantas se encuentra entre los 10 y 20º C.
Cada especie tiene una humedad ambiental idónea para vegetar en perfectas
condiciones: al tomate, al pimiento y berenjena les gusta una HR sobre el 50-
60%; al melón, entre el 60-70%; al calabacín, entre el 65-80% y al pepino
entre el 70-90%.
iii. ILUMINACIÓN
Blanqueo de cubiertas.
Mallas de sombreo.
Es interesante destacar el uso del blanqueo ya que esta labor está en función
del desarrollo del cultivo y de las temperaturas, y tiene efectos
contradictorios que hay que conocer para hacer un correcto uso. Hay que
saber que la planta sombreada se ahila y se producen abortos de flores en
determinadas especies sensibles a la luz (especialmente tomate, pimiento y
berenjena), por lo que el manejo del riego y de la solución nutritiva tiene que
ir unida al efecto que produce el blanqueo. Los plásticos sucios o envejecidos
provocan el mismo efecto que el blanqueo.
iv. CO2
El efecto que produce la fertilización con CO2 sobre los cultivos hortícolas,
es el de aumento de la precocidad de aproximadamente un 20% y aumento
de los rendimientos en un 25-30%, mejora la calidad del cultivo así como la
de su cosecha.
Sin embargo, no se puede hablar de una buena actividad fotosintética sin una
óptima luminosidad. La luz es factor limitante, y así, la tasa de absorción de
CO2 es proporcional a la cantidad de luz recibida, además de depender
también de la propia concentración de CO2 disponible en la atmósfera de la
planta. Se puede decir que el periodo más importante para el enriquecimiento
carbónico es el mediodía, ya que es la parte del día en que se dan las máximas
condiciones de luminosidad.
b. Control ambiental.
El control ambiental está basado en manejar de forma adecuada todos aquellos
sistemas instalados en el invernadero: sistema de calefacción, la ventilación y el
suministro de fertilización carbónica, para mantener los niveles adecuados de la
radiación, temperatura, humedad relativa y nivel de CO2, y así conseguir la mejor
respuesta del cultivo y por tanto, mejoras en el rendimiento, precocidad, calidad
del producto y calidad del cultivo.
f. Riego
Los sistemas de riego permiten la aplicación de agua y químicos, de manera
directa y puntual. Su principal objetivo es el ahorro de agua así como de energía
para minimizar el daño ambiental.
El ahorro de agua es una de las ventajas principales en el uso de invernaderos, ya
que ningún otro tipo de técnica agraria ofrece los grandes ahorros en consumos
de agua para el mismo crecimiento de cultivos.
La tecnología utilizada en sistemas de riego se centra en el máximo
aprovechamiento del agua desde el punto de vista de la planta. Los ciclos de riego
y cantidades de líquido a utilizar son definidos por el tipo de cultivo y sustrato en
el que se encuentra la planta, ya que el sustrato y la planta definen la forma de
absorción del líquido.
h. Componentes biológicos
i. Perturbaciones mecánicas
Los invernaderos deben ser instalados en una edificación capaz de soportar las
condiciones climáticas y mecánicas (esfuerzos estáticos y dinámicos) del lugar
de instalación, quedando al abrigo de ésta, de donde se obtienen los elementos
necesarios para proveer de todo lo necesaria al cultivo, como luz eléctrica y agua,
lo que reduce costos de operación, al tener todos los elementos necesarios dentro
al alcance del sistema
El consumo total de energía para un cultivo es el producto del tiempo que tarda
hasta ser cosechado y el consumo de energía diario para generar las condiciones
ambientales óptimas para ese cultivo. Si desea maximizar rendimiento y calidad
en su operación protegida, su invernadero debe contener la tecnología necesaria
para brindar de forma continua las condiciones ambientales óptimas para el
cultivo.
CONCLUSIONES.
Los invernaderos son estructuras de apoyo a la producción agrícola que deben usarse
como parte fundamental de un sistema productivo constituido por una serie de elementos,
igualmente importantes, para aumentar los rendimientos. Los invernaderos por si solos
no son una panacea ni la solución universal a los problemas que enfrenta la agricultura
nacional.
El manejo y control de invernaderos como estructuras para proteger cultivos ya que son
herramientas, que impulsan el desarrollo de la agricultura, basadas en una serie de
tecnologías que definen la agricultura de precisión, como parte de los métodos modernos
de producción empleados en la agricultura tecnificada.
BIBLIOGRAFIA