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CONTROL Y MANEJO DE INVERNADEROS

1. INTRODUCCIÓN:
El cultivo bajo invernadero siempre ha permitido obtener producciones de primor, de
calidad y mayores rendimientos, en cualquier momento del año, a la vez que permiten
alargar el ciclo de cultivo, permitiendo producir en las épocas del año más difíciles y
obteniéndose mejores precios. Este incremento del valor de los productos permite que el
agricultor pueda invertir tecnológimente en su explotación mejorando la estructura del
invernadero, los sistemas de riego localizado, los sistemas de gestión del clima, etc., que
se reflejan posteriormente en una mejora de los rendimientos y de la calidad del producto
final.

En los últimos años son muchos los agricultores que han iniciado la instalación de
artilugios que permiten la automatización de la apertura de las ventilaciones, radiómetros
que indican el grado de luminosidad en el interior del invernadero, instalación de equipos
de calefacción, etc. Por ello en el presente documento se exponen aquellos parámetros
más relevantes que intervienen en el control climático de los invernaderos, así como una
breve descripción de los sistemas para la gestión del clima que se pueden encontrar
actualmente.

2. OBJETIVOS:
 Identificar el manejo realizado en un invernadero teniendo en cuenta el control
requerido.
 Analizarlos principios y fundamentos del control y manejo de invernaderos, a fin
de aplicar estos en procesos de la agricultura protegida y lograr hacer más
eficientes los mismos.
3. CONCEPTO Y DEFINICIÓN DE INVERNADERO.
En los diccionarios de habla hispana se define invernadero como un sitio acondicionado
para abrigar plantas durante el invierno o una estructura para proteger cultivos de las bajas
temperaturas que se presentan en los países fríos. En términos más generales se concebía
como un lugar para invernar, haciendo alusión a un sitio donde las plantas se protegen
durante las estaciones invernales.

En lengua inglesa se usa el término greenhouse para denominar las construcciones


empleadas para proteger las plantas del frío invernal, mismo que se traduce como casa
verde, haciendo alusión a una casa con plantas o casa para que las plantas se desarrollen.
En los tiempos que corren el concepto de invernadero, entendido como un abrigo para
proteger plantas durante el invierno ha sido rebasado, motivo por el cual no se puede
aplicar estrictamente, puesto que se construyen y emplean invernaderos tanto en
ambientes de climas fríos, como en zonas tropicales donde nunca se presentan los rigores
invernales.

Tal vez el nombre de “casa de sol”, que les dan los campesinos mayas a los invernaderos
que se han construido en la Península de Yucatán, sea apropiado. Otros emplean el
concepto de “veranero” para las estructuras de utilizada en los trópicos para desarrollar
cultivos dentro de ellas.

No obstante, lo anterior, la palabra invernadero se ha arraigado, en los diferentes países


hispano hablantes, para definir las estructuras con cubierta transparente o traslucida a los
rayos solares, empleadas en la producción de plantas y cría de animales, independiente
de la época o de las estaciones del año y el tipo de clima en el que se utilicen.

Los invernaderos funcionan bajo dos principios elementales, 1) la transformación de la


energía luminosa en energía calorífica y, 2) el movimiento ascendente del aire caliente y
el movimiento descendente del aire frío.

Sin embargo, sobre el concepto y la definición de lo que se considera son los


invernaderos, existen serias controversias entre los distintos autores que han tratado el
tema. A continuación, se exponen algunas de las ideas principales, desarrolladas al
respecto.

Una definición italiana de 1962 describe al invernadero como; “una construcción de


madera o de hierro u otro material, cubierta por cristales, provista por lo general de
calefacción, que, a veces está iluminada artificialmente y en donde se pueden cultivar
hortalizas tempranas, flores y plantas verdes, en épocas en las que la temperatura y la luz
del lugar en donde se está cultivando serían insuficientes para su crecimiento y
fructificación” (Alpi y Tognoni, 1991).

Matallana y Montero (1995), conciben al invernadero como. “Conjunto formado por una
estructura ligera y cubierta que permite la protección y/o crecimiento de las plantas
mediante el uso de la energía solar y la defensa contra el frío y otras condiciones
climáticas adversas. El tamaño del recinto permite a una persona trabajar cómodamente
en su interior”.
Agregan que un invernadero es un sistema productivo capaz de aportar cosechas fuera de
la época normal en que aparecen en el mercado o se encuentran a campo abierto. Señalan
que dos características distintivas de los invernaderos son su eficiencia y funcionalidad,
entendiendo por eficiencia la idoneidad para condicionar algunos de los principales
elementos del clima dentro de límites bien determinados de acuerdo con las exigencias
fisiológicas del cultivo y la funcionalidad como el conjunto de requisitos que permiten la
mejor utilización del invernadero, tanto desde el punto técnico como económico.

Por su parte Rosete (1998), explica que un invernadero es “el sistema productivo capaz
de generar cosechas con una programación de carácter continuo, en especial fuera de la
época normal en que aparece en el mercado.”

Mientras que Serrano (2002), define al invernadero como una instalación cubierta y
abrigada artificialmente con materiales transparentes para defender a las plantas de la
acción de los meteoros exteriores, permitiendo en control de determinados parámetros
productivos como temperatura ambiental y del suelo, humedad relativa, concentración de
anhídrido carbónico y luz, en los más cercano posible al óptimo para el desarrollo de los
cultivos que se establezcan.

Por su parte Sánchez (2005), define al invernadero como una construcción agrícola, con
una cubierta traslucida que tiene por objetivo reproducir o simular las condiciones
climáticas más adecuadas para el crecimiento y desarrollo de las plantas de cultivo
establecidas en su interior, con cierta independencia del medio exterior. Para lograr el
objetivo se recurre al diseño y equipamiento del mismo.

Así, los autores citados coinciden en definir a los invernaderos como estructuras que
permiten reproducir, simular y mejorar las condiciones necesarias para el desarrollo de
los cultivos, mediante el control de factores como la luz, la temperatura, el aire, la
nutrición y la humedad. Al respecto se puede observar que las definiciones toman los
elementos estructurales y los empleados en las cubiertas como parte de las mismas.

La gran diversidad de opciones en la construcción y diseño de invernaderos presentes en


el mercado mundial, ha llevo a la comunidad europea a crear una norma por la cual se
debería regir el diseño y la construcción de invernaderos. Así, El Comité Europeo de
Normalización (CEN), creador de dicha norma, define al invernadero como: un “conjunto
formado por estructura ligera y una cubierta que permite la protección y/o crecimiento de
las plantas mediante el uso de la energía solar y la defensa contra el frío y otras
condiciones climáticas adversas, las dimensiones del recinto permite a una persona
trabajar cómodamente en su interior”. Esta norma también establece que la estructura
debe estar anclada al terreno por medio de zapatas de concreto (Serres, 1997, Vigouroux,
1998).

En España a partir de la norma arriba referida, se establece la norma UNE 76-208/92 para
normar la calidad en la construcción de invernaderos españoles, en donde se retoma la
definición de invernadero establecida por el CEN y especifican las características, los
métodos de cálculo y los procedimientos de ejecución de los invernaderos multicapilla de
estructura metálica con cubierta de materiales plásticos, rígidos o flexibles (Papaseit,
1992).

De acuerdo con esta norma el invernadero debe tener una estructura metálica anclada a
una cimentación, así mismo debe permitir colocar cubiertas con plástico flexible o rígido
y contar con dispositivos que permitan regular las condiciones climáticas en su interior.

Además dispondrá de un acceso al interior de forma que permita la entrada de personas y


herramientas, manuales o mecánicas, necesarias para realizar las labores a los cultivos

establecidos en su interior. También señalan que la forma de un invernadero puede ser


circular, semielíptico, a dos aguas o de otra forma, pero la estructura debe estar anclada
y dispuesta de forma que impida la entrada de agua de lluvia.

En cuanto a la altura de los invernaderos la norma establece mínimos a considerar en su


construcción. Así del suelo hasta el canal, la altura no será menor a 2.50 metros y en la
cumbrera variará según el tipo de invernadero, pero no será en ningún caso inferior a 3.80
metros. Las puertas de los invernaderos deberán tener unas dimensiones mínimas de 1.50
x 2.40 metros para una sola hoja y de 3 x 2.4 para puertas con dos hojas. Los canalones
de recogida desalojo del agua deberán ser accesibles para su limpieza y en longitudes
superiores a 50 metros se colocarán bajadas intermedias.

Dadas las actuales condiciones de globalización internacional de los mercados y la gran


afluencia de empresas constructoras de invernaderos, dicha normalización está siendo
retomada por las empresas que quieran competir en el mercado internacional referente a
la fabricación, venta y construcción de invernaderos. Sin embargo en este aspecto se ha
ido más allá y en 2008 se emitió la Norma para la Construcción de Invernaderos.

Cuatro son los elementos que definen un invernadero.


1) Son estructuras de diversos materiales, provistas con un cerramiento total o
parcial, relativamente transparente a la energía solar e impermeable al agua.

2) Son empleados en la protección de cultivos para evitar el efecto negativo de los


factores climáticos.

3) La altura mínima de la parte útil es de 1.8 a 2.0 metros.

4) permiten que las personas trabajen en su interior.

Así en el ámbito productivo los invernaderos se plantean como estructuras que permiten
reproducir, controlar y mejorar las condiciones ambientales para el crecimiento de los
vegetales fuera de temporada o de su distribución geográfica natural, al permitir recrear
las condiciones necesarias para el desarrollo de todas las especies vegetales
contribuyendo al aumento de los rendimientos en la producción de alimentos por unidad
de superficie, haciendo más rentables las actividades agrícolas.

Bajo este enfoque, los invernaderos se conciben como estructuras que modifican en
menor o mayor medida las condiciones ambientales dependiendo de múltiples factores
como el diseño, las características de la estructura, el manejo del invernadero y del
cultivo, el equipo de control de factores ambientales, la ubicación geográfica y
topográfica, las condiciones ambientales, la época del año y la hora del día.

En el ámbito académico los invernaderos se convierten en laboratorios para la


investigación y la enseñanza, los cuales se constituyen en herramientas de primer orden
debido a su gran potencial didáctico y productivo, al proporcionar las condiciones
óptimas para el desarrollo de las plantas y permitir el estudio de las mismas, en muchos
casos fuera de su hábitat o condiciones naturales donde se desarrollan.

4. CONTROL Y MANEJO DE INVERNADEROS


a. PARÁMETROS A CONSIDERAR EN EL CONTROL CLIMÁTICO.

El desarrollo de los cultivos, en sus diferentes fases de crecimiento, está condicionado


por cuatro factores ambientales o climáticos: temperatura, humedad relativa, luz y
CO2. Para que las plantas puedan realizar sus funciones es necesaria la conjunción
de estos factores dentro de unos límites mínimos y máximos, fuera de los cuales las
plantas cesan su metabolismo, pudiendo llegar a la muerte.

i. TEMPERATURA
Este es el parámetro más importante a tener en cuenta en el manejo del
ambiente dentro de un invernadero, ya que es el que más influye en el
crecimiento y desarrollo de las plantas. Normalmente la temperatura óptima
para las plantas se encuentra entre los 10 y 20º C.

Para el manejo de la temperatura es importante conocer las necesidades y


limitaciones de la especie cultivada. Así mismo se deben aclarar los
siguientes conceptos de temperaturas, que indican los valores objetivo a tener
en cuenta para el buen funcionamiento del cultivo y sus limitaciones:

Temperatura mínima letal. Aquella por debajo de la cual se producen daños


en la planta.

Temperaturas máximas y mínimas biológicas. Indican valores, por encima o


por debajo respectivamente del cual, no es posible que la planta alcance una
determinada fase vegetativa, como floración, fructificación, etc.

Temperaturas nocturnas y diurnas. Indican los valores aconsejados para un


correcto desarrollo de la planta.

Tabla 1. Exigencias de temperatura para distintas especies

La temperatura en el interior del invernadero, va a estar en función de la


radiación solar, comprendida en una banda entre 200 y 4000 mm, la misión
principal del invernadero será la de acumular calor durante las épocas
invernales.

El calentamiento del invernadero se produce cuando el inflarrojo largo,


procedente de la radiación que pasa a través del material de cubierta, se
transforma en calor. Esta radiación es absorbida por las plantas, los
materiales de la estructura y el suelo. Como consecuencia de esta absorción,
éstos emiten radiación de longitud más larga que tras pasar por el obstáculo
que representa la cubierta, se emite radiación hacia el exterior y hacia el
interior, calentando el invernadero.

El calor se transmite en el interior del invernadero por irradiación,


conducción, infiltración y por convección, tanto calentando como enfriando.
La conducción es producida por el movimiento de calor a través de los
materiales de cubierta del invernadero. La convección tiene lugar por el
movimiento del calor por las plantas, el suelo y la estructura del invernadero.
La infiltración se debe al intercambio de calor del interior del invernadero y
el aire frío del exterior a través de las juntas de la estructura. La radiación,
por el movimiento del calor a través del espacio transparente.

ii. HUMEDAD RELATIVA.

La humedad es la masa de agua en unidad de volumen, o en unidad de masa


de aire. La humedad relativa es la cantidad de agua contenida en el aire, en
relación con la máxima que sería capaz de contener a la misma temperatura.

Existe una relación inversa de la temperatura con la humedad por lo que a


elevadas temperaturas, aumenta la capacidad de contener vapor de agua y
por tanto disminuye la HR. Con temperaturas bajas, el contenido en HR
aumenta.

Cada especie tiene una humedad ambiental idónea para vegetar en perfectas
condiciones: al tomate, al pimiento y berenjena les gusta una HR sobre el 50-
60%; al melón, entre el 60-70%; al calabacín, entre el 65-80% y al pepino
entre el 70-90%.

La HR del aire es un factor climático que puede modificar el rendimiento


final de los cultivos. Cuando la HR es excesiva las plantas reducen la
transpiración y disminuyen su crecimiento, se producen abortos florales por
apelmazamiento del polen y un mayor desarrollo de enfermedades
criptogámicas. Por el contrario, si es muy baja, las plantas transpiran en
exceso, pudiendo deshidratarse, además de los comunes problemas de mal
cuaje.

Para que la HR se encuentre lo más cerca posible del óptimo el agricultor


debe ayudarse del higrómetro. El exceso puede reducirse mediante ventilado,
aumento de la temperatura y evitando el exceso de humedad en el suelo. La
falta puede corregirse con riegos, llenando canalillas o balsetas de agua,
pulverizando agua en el ambiente, ventilado y sombreado. La ventilación
cenital en invernaderos con anchura superior a 40 m es muy recomendable,
tanto para el control de la temperatura como de la HR.

iii. ILUMINACIÓN

A mayor luminosidad en el interior del invernadero se debe aumentar la


temperatura, la HR y el CO2, para que la fotosíntesis sea máxima; por el
contrario, si hay poca luz pueden descender las necesidades de otros factores.
Para mejorar la luminosidad natural se usan los siguientes medios:

Materiales de cubierta con buena transparencia.

Orientación adecuada del invernadero.

Materiales que reduzcan el mínimo las sombras interiores.

Aumento del ángulo de incidencia de las radiaciones sobre las cubiertas.

Acolchados del suelo con plástico blanco.

En verano para reducir la luminosidad se emplean:

Blanqueo de cubiertas.

Mallas de sombreo.

Acolchados de plástico negro.

Es interesante destacar el uso del blanqueo ya que esta labor está en función
del desarrollo del cultivo y de las temperaturas, y tiene efectos
contradictorios que hay que conocer para hacer un correcto uso. Hay que
saber que la planta sombreada se ahila y se producen abortos de flores en
determinadas especies sensibles a la luz (especialmente tomate, pimiento y
berenjena), por lo que el manejo del riego y de la solución nutritiva tiene que
ir unida al efecto que produce el blanqueo. Los plásticos sucios o envejecidos
provocan el mismo efecto que el blanqueo.
iv. CO2

El anhídrido carbónico de la atmósfera es la materia prima imprescindible de


la función clorofílica de las plantas. El enriquecimiento de la atmósfera del
invernadero con CO2, es muy interesante en muchos cultivos, tanto en
hortalizas como en flores.

La concentración normal de CO2 en la atmósfera es del 0,03%. Este índice


debe aumentarse a límites de 0,1-0,2%, cuando los demás factores de la
producción vegetal sean óptimos, si se desea el aprovechamiento al máximo
de la actividad fotosintética de las plantas. Las concentraciones superiores al
0,3% resultan tóxicas para los cultivos.

En los invernaderos que no se aplique anhídrido carbónico, la concentración


de este gas es muy variable a lo largo del día. Alcanza el máximo de la
concentración al final de la noche y el mínimo a las horas de máxima luz que
coinciden con el mediodía. En un invernadero cerrado por la noche, antes de
que se inicie la ventilación por la mañana, la concentración de CO2 puede
llegar a límites mínimos de 0,005-0,01%, que los vegetales no pueden
tomarlo y la fotosíntesis es nula. En el caso que el invernadero esté cerrado
durante todo el día, en épocas demasiado frías, esa concentración mínima
sigue disminuyendo y los vegetales se encuentran en situación de extrema
necesidad en CO2 para poder realizar la fotosíntesis.

Los niveles aconsejados de CO2 dependen de la especie o variedad cultivada,


de la radiación solar, de la ventilación, de la temperatura y de la humedad. El
óptimo de asimilación está entre los 18 y 23º C de temperatura, descendiendo
por encima de los 23-24º C. Respecto a la luminosidad y humedad, cada
especie vegetal tiene un óptimo distinto.

El efecto que produce la fertilización con CO2 sobre los cultivos hortícolas,
es el de aumento de la precocidad de aproximadamente un 20% y aumento
de los rendimientos en un 25-30%, mejora la calidad del cultivo así como la
de su cosecha.

Sin embargo, no se puede hablar de una buena actividad fotosintética sin una
óptima luminosidad. La luz es factor limitante, y así, la tasa de absorción de
CO2 es proporcional a la cantidad de luz recibida, además de depender
también de la propia concentración de CO2 disponible en la atmósfera de la
planta. Se puede decir que el periodo más importante para el enriquecimiento
carbónico es el mediodía, ya que es la parte del día en que se dan las máximas
condiciones de luminosidad.

b. Control ambiental.
El control ambiental está basado en manejar de forma adecuada todos aquellos
sistemas instalados en el invernadero: sistema de calefacción, la ventilación y el
suministro de fertilización carbónica, para mantener los niveles adecuados de la
radiación, temperatura, humedad relativa y nivel de CO2, y así conseguir la mejor
respuesta del cultivo y por tanto, mejoras en el rendimiento, precocidad, calidad
del producto y calidad del cultivo.

c. Sistemas de fertilización carbónica en invernaderos


Ya al principio de este documento se comentó detalladamente la importancia del
CO2 en los cultivos en invernadero, así como algunos fundamentos de su manejo
durante las diferentes etapas del cultivo. A continuación, se van a describir los
sistemas de aportación de CO2 más conocidos.
Uno de los más conocidos es el sistema por combustión, de distintas sustancias, como
alcohol, parafina, propano, petróleo, etc. En este caso la formulación de CO2 va
acompañada del desprendimiento de calor, con lo que se puede, además, elevar la
temperatura del invernadero. El mayor inconveniente de este sistema, es la
emanación, junto al CO2, de sustancias sulfurosas, que pueden ser fitotóxicas para
las plantas. Otro sistema, también muy empleado es la aportación directa de gas puro
en bombonas de CO2, haciendo expandir el anhídrido carbónico líquido y regulando
el caudal, a través de una válvula y el correspondiente medidor gaseoso. La
distribución puede realizarse a través de tuberías de plástico perforadas. Por último,
la aportación directa de CO2 puede realizarse a través de nieve carbónica cuyos
bloques, se distribuyen a lo largo del invernadero, y poco a poco se va sublimando.
d. Sistemas integrales de control climático
En la actualidad son numerosos los sistemas de automatización que existen el
mercado para controlar los parámetros climáticos de los invernaderos. Estos
sistemas se basan en el empleo de un ordenador central al que se conectan un
conjunto de sensores, que recogen las variaciones de los distintos parámetros
respecto a unos valores programados inicialmente. Se trata de una pequeña
estación meteorológica que registra valores de temperatura exterior e interior,
humedad relativa, velocidad del viento, la iluminación, etc. Estos sistemas a su
vez pueden estar conectados a los sistemas de fertirriego y de regulación
climática. Los sensores o automatismos se distribuyen en diferentes sectores,
pudiendo funcionar cada uno de forma autónoma. En el controlador central se
recoge la información captada por los sensores, se coordinan las actuaciones, y
se envían las órdenes}
e. Manejo de temperaturas
El manejo de la temperatura se basa en la estructura y diseño del invernadero, así
como el grado de tecnificación que éste posea. Haciendo referencia al grado de
tecnificación, los invernaderos industriales o de gran tamaño son en los cuales,
por lo general, se instalan sensores para el monitoreo de las condiciones
ambientales internas, ya que al ser grandes extensiones de cultivo el monitoreo
por parte de personas no es preciso ni económica mente viable.
Asimismo, el grado de tecnificación hace referencia a la cantidad de equipo
industrial instalado en el invernadero (sensores, actuadores y controladores), ya
que no todos los invernaderos industriales utilizan actuadores para cambiar las
condiciones ambientales monitoreadas.
Por otra parte la estructura y diseño del invernadero, junto con el lugar de
instalación, proveen de la ventilación e insolación necesaria para mantener el
invernadero bajo condiciones ambientales óptimas para el cultivo, permitiendo
que el flujo de aire caliente y frío dentro del invernadero sea controlado de forma
mecánica sin necesidad de utilizar dispositivos extra para mantener bajo control
el ambiente interior del invernadero.
La temperatura es la variable principal a controlar dentro de un invernadero. Esta
variable es la que requiere de mayores sistemas mecánicos de actuación para su
control, debido a que los sistemas de aireaciones son diseñados para el control de
esta variable, asimismo los sistemas mecánicos de calefacción y enfriamiento son
utilizados para el mismo fin de control.

f. Riego
Los sistemas de riego permiten la aplicación de agua y químicos, de manera
directa y puntual. Su principal objetivo es el ahorro de agua así como de energía
para minimizar el daño ambiental.
El ahorro de agua es una de las ventajas principales en el uso de invernaderos, ya
que ningún otro tipo de técnica agraria ofrece los grandes ahorros en consumos
de agua para el mismo crecimiento de cultivos.
La tecnología utilizada en sistemas de riego se centra en el máximo
aprovechamiento del agua desde el punto de vista de la planta. Los ciclos de riego
y cantidades de líquido a utilizar son definidos por el tipo de cultivo y sustrato en
el que se encuentra la planta, ya que el sustrato y la planta definen la forma de
absorción del líquido.

La cantidad de agua entregada a la planta debe ser la necesaria, puesto que si se


entrega más agua de la necesitada por la planta el invernadero puede sufrir
problemas de inundaciones o condiciones extremas de humedad. El exceso de
humedad en el interior del invernadero puede propiciar lluvias artificiales dentro
de este sistema.

Por su complejidad, el riego se realiza con sistemas de bombeo y válvulas de


salida especializadas en la técnica utilizada para realizar el riego. En definitiva,
el ser humano no debe regar de forma directa al cultivo en una estructura
protegida, sino que debe utilizar maquinaria tecnificada para realizar esta tarea.
g. Fertilización
El suelo contiene todos los nutrimentos o elementos esenciales que la planta
requiere para su desarrollo y reproducción; sin embargo, en la mayoría de los
casos, no contiene la cantidad suficiente para obtener rendimientos altos y de
buena calidad, por lo que es necesario agregar nutrimentos por medio de
fertilización.

El suelo cambia sus propiedades nutrimentales dependiendo de la zona geográfica


donde se encuentre; es por esto que el control de esta variable representa un gran
reto para los invernaderos, ya que al ser colocados en diversos climas, deben
propiciar el sustrato necesario para el cultivo que contendrán en su interior.
Si no se utilizan fertilizantes, el rendimiento será cada vez más bajo, debido al
empobrecimiento paulatino del suelo por la extracción de nutrimentos provocado
por las cosechas. Un sustrato infértil produce, menos, tiene menor cubierta
vegetal y está más expuesto a la erosión.
El uso adecuado de los diferentes fertilizantes requiere del conocimiento del
agricultor de las características, efecto en las plantas y el suelo, formas de
aplicación y problemas potenciales en los instrumentos de aplicación, así de la
forma de preparación de una dosis de fertilización con base en los fertilizantes
disponibles.
La fertilización se realiza por medio de los sistemas de riego o por sistemas
mecánicos especializados, los cuales distribuyen los diferentes químicos en el
sustrato.

h. Componentes biológicos

Los cultivos sembrados dentro del invernadero no quedan excluidos al 100% de


presentar enfermedades o plagas, ya que al generar las condiciones ambientales
favorables para el sano desarrollo de las plantas se debe considerar que estas
condiciones también pueden ser favorables para el desarrollo y presencia de
plagas y enfermedades. Estos problemas pueden acabar con el cultivo en su
totalidad en un corto espacio de tiempo, ya que la proliferación de la plaga o
enfermedad se presenta rápidamente.

Las enfermedades más comunes en el invernadero incluyen caída de plántulas o


damping-off, moho gris, mildeu y marchitez. Las plagas son controladas por
medio de insecticidas y químicos que atacan de forma paulatina las enfermedades
y plagas. La aplicación de estos químicos no se realiza de forma directa por el ser
humano ya que ciertos químicos utilizados son nocivos para la salud de los seres
humanos. Es por esto que es necesario utilizar sistema autónomos para distribuir
estos químicos dentro del invernadero.

i. Perturbaciones mecánicas

Los invernaderos deben ser instalados en una edificación capaz de soportar las
condiciones climáticas y mecánicas (esfuerzos estáticos y dinámicos) del lugar
de instalación, quedando al abrigo de ésta, de donde se obtienen los elementos
necesarios para proveer de todo lo necesaria al cultivo, como luz eléctrica y agua,
lo que reduce costos de operación, al tener todos los elementos necesarios dentro
al alcance del sistema

En los plásticos, podemos ubicar la transformación tecnológica más reciente en


la agricultura, pues éstos permiten desarrollar cubiertas, mangueras o conductos,
recipientes, dispositivos de riego y de tutoraje, productos de manejo y de
empaque, que posibilitan el manejo de variables como temperatura, control de
plagas, humedad y riego.

Lo anterior unido al desarrollo de variedades de plantas y al avance en la ciencia


de la nutrición y la sanidad, ha representado una verdadera revolución en el nivel
de producción, que hace de la actividad agrícola una actividad independiente de
la estacionalidad típica de todas “las agriculturas” anteriores.

La selección de los materiales de construcción del invernadero es vital para el


ahorro de energía y para el máximo aprovechamiento de la situación geográfica
en la que se encuentre.

El monitoreo de las condiciones ambientales óptimas dentro del invernadero, es


el factor clave para aumentar la producción. Como se mostró en este artículo,
existen diversos retos que afectan al desarrollo del cultivo en un invernadero. El
productor va a tener que enfrentarse a problemas biológicos, mecánicos, de
sistemas de control, monitoreo y riego, entre otros, pero cada uno de estos retos
puede ser acometido con sistemas autónomos de control, los cuales mantienen su
producción en niveles óptimos.

El consumo total de energía para un cultivo es el producto del tiempo que tarda
hasta ser cosechado y el consumo de energía diario para generar las condiciones
ambientales óptimas para ese cultivo. Si desea maximizar rendimiento y calidad
en su operación protegida, su invernadero debe contener la tecnología necesaria
para brindar de forma continua las condiciones ambientales óptimas para el
cultivo.
CONCLUSIONES.

 Los invernaderos son estructuras de apoyo a la producción agrícola que deben usarse
como parte fundamental de un sistema productivo constituido por una serie de elementos,
igualmente importantes, para aumentar los rendimientos. Los invernaderos por si solos
no son una panacea ni la solución universal a los problemas que enfrenta la agricultura
nacional.

 El manejo y control de invernaderos como estructuras para proteger cultivos ya que son
herramientas, que impulsan el desarrollo de la agricultura, basadas en una serie de
tecnologías que definen la agricultura de precisión, como parte de los métodos modernos
de producción empleados en la agricultura tecnificada.

 Como en todo el cuidado y la operación de los invernaderos depende de las personas y el


trabajo directo tiene un alto componente en el resultado final.

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