Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Era una joven precoz. Aun en la secundaria, realizó un estudio original de Los
procesos del pensamiento humano. A partir de allí, estudió psicología en las
universidades de Friburgo, Kiel, Berlín y Munich, y supo de un tal Dr. Karl Buhler,
cuyo trabajo sobre el pensamiento humano parecía ser similar al suyo. Estaba
ansiosa por conocerlo, cuando el consejero de la Universidad de Munich murió
repentinamente y el Dr. Buhler fue contratado para supervisar a sus estudiantes,
entre los que se encontraba Charlotte. Karl Buhler y Charlotte Malachowski se
casaron en 1916 cuando Charlotte tenía 23 años. Dos años más tarde, sólo un
año después de tener a su primer hijo, Charlotte obtuvo su doctorado en
psicología de la Universidad de Munich en 1918. Un año más tarde, tuvieron el
segundo hijo.
Durante las décadas del 20 y del 30, Charlotte y su marido estuvieron al frente
de uno de los departamentos de psicología más importantes del mundo. Al
mismo tiempo, Charlotte viajó para hacer cursos especializados y llevar un
consultorio en varias partes de Europa y EE UU.
Ya que estos son los que permean el proceso de vida del individuo.
Para llevar a cabo satisfactoriamente estas fases el ser humano debe de tener
un estado físico ideal y vivir en una sociedad ideal pues en esta teoría no se tomó
en cuenta los factores externos que puedan influir en el ser humano, ejemplo la
situación actual en la que nos encontramos cubrir las necesidades fisiológicas
es un poco más difícil y en ocasiones imposible, esto nos lleva a una
incongruencia ya que si no se cuenta con un estado físico ideal no se lleva a
cabo el proceso.
A) SATISFACCIÓN DE NECESIDADES
Está referido a las necesidades de supervivencia del individuo así como sus
capacidades de amor y placer, estas juegan un papel muy importante a lo largo
de toda la vida del sujeto, siendo la tendencia particularmente primordial en el
lactante y en el niño pequeño (Montero, 1987). Las necesidades son estados
específicos del organismo producidos por la carencia o privación de algo, estas
necesidades orientan y determinan la conducta y la actividad de manera
predecible hacia la satisfacción de las mismas. La satisfacción de necesidades
se da en una relación funcional con el ambiente y consiste en la recuperación
del equilibrio orgánico y de las energías. El logro de esta satisfacción es
fundamental para la supervivencia del individuo (Espinoza, 1988). Freud en su
teoría de los instintos señala que el verdadero propósito de la vida de un
organismo individual es la satisfacción de las necesidades, y concibe al niño
como un ser básicamente instintivo. En la posición conductista, Skinner prefiere
hablar de privación y saciedad para explicar la conducta orientada hacia la
satisfacción de necesidades (Montero, 1978). Para Buhler, abarca las
necesidades de supervivencia del individuo, así como sus necesidades de
placer y amor.
En el sujeto normal operan de una manera constante desde el comienzo hasta
el final de la vida. En los recién nacidos desempeña un papel decisivo en la
docilidad con la que el bebe acepta la rutina diaria de la comida, limpieza,
períodos de sueño, etc. dispuestos por la madre, mostrando desde temprano
su capacidad de adaptación. Esta tendencia mantiene su poder a lo largo de la
vida pero suele ceder su lugar prominente durante la adolescencia, la juventud
y la adultez, a otras. En los años posteriores de la vida, por lo general los
malestares propios de esta etapa y la disminución de las funciones pueden
determinar un regreso donde nuevamente la satisfacción de necesidades sea
primordial. Aún así son múltiples los casos en los que personas de edad
avanzada siguen actuando de manera creativa en campos tan diferentes que
requieren actividad (Montero, 1987).
B) ADAPTACIÓN AUTORRESTRICTIVA
E1 individuo se adapta restringiéndose, es decir acepta ciertas limitaciones
para su propia satisfacción y extensión. Los motivos pueden ser muy
diferentes, en ellos se pueden incluir la sumisión a circunstancias u otras
personas, pueden ser la precaución, la evitación de penalidades y la evaluación
de la realidad tal cual es. Además, las personas que se limitan a sí mismas,
pueden ser modestas, buscando dar a los demás y deseando adhesión
mediante la entrega de sí mismas (Buhler, 1965; cit. por Montero, 1987).
Buhler considera la adaptación autorrestrictiva como probablemente la
característica más notable de la vida; ninguna de las grandes fuerzas de la
materia son tan eficaces para la conservación de la independencia e
individualidad de las unidades naturales, como la vigilancia y la adaptabilidad a
los cambios que designamos como vida y cuya perdida constituye la muerte,
ciertamente hay un cierto paralelismo entre el grado de vitalidad y el alcance de
la adaptabilidad en cada animal y en cada hombre (Espinoza, 1988).
Visto así este proceso; se puede pensar que la adaptación constituye un
mecanismo básico vital de todo ser vivo y hacia el cual se tiende de manera
natural con la finalidad de conservar la vida, y consiste en las modificaciones y
acomodaciones que realiza un ser vivo para ser más apto para la existencia,
para las vicisitudes de su ambiente (Espinoza, 1988).
La adaptación de un organismo en una entidad completamente automática que
mediante sus procesos conductuales automáticos consigue una adaptación
exitosa en el ambiente para lograr sobrevivir (Espinoza, 1988). Esta tendencia
cobra mayor valor en el adulto y junto con la expansión creadora es decisiva
para los objetivos de un individuo y su logro se vive como cumplimiento
realizante (Montero, 1987).
C) EXPANSIÓN CREADORA
Representa una tendencia opuesta a la adaptación autorrestrictiva. Bajo este
nombre se designa a los impulsos hacia realizaciones que efectúan cambios
deseados en el mundo qua rodea al individuo (Bühler, 1965; cit. por Montero,
1987). Esta tendencia básica vital se manifiesta a través del crecimiento
definido como la serie compleja de cambios anatómicos y fisiológicos que
tienen lugar desde el comienzo de la vida uterina hasta el final de la senilidad y
corresponden a un proceso natural regido por leyes y principios biológicos; y en
una evidente tendencia hacia la cual se orientan todos los seres vivos
(Espinoza, 1988). Lo realmente importante es que se llevan a cabo ciertos
cambios en el mundo que representan una expansión del individuo más allá de
los límites de su propia existencia. Esta tendencia goza de predominio en la
adolescencia y adultez en donde prevalecen la expansibilidad y la creatividad
(Montero, 1987).
Landau (cit. por Matussek, 1984) describe la creatividad como la capacidad de
descubrir relaciones entre experiencias antes no relacionadas que se
manifiestan en forma de nuevos esquemas mentales, como experiencias, ideas
y procesos nuevos. También puede ser definida como la capacidad que tienen
las personas para producir composiciones, generar productos o ideas de
cualquier tipo que sean nuevas o novedosas y no conocieran productor. Puede
incluir la formación de nuevos patrones y combinaciones de informaciones
derivadas de experiencias anteriores, el transplante de las relaciones antiguas
a nuevas situaciones y la generación de nuevas correlaciones. Puede tener un
fin o una meta, aún cuando no requiere una aplicación práctica inmediata ni
tampoco ser un producto perfecto y completo (Drevabl, 1956; cit. por Yarleque,
2002).
En relación a la creatividad humana, Buhler plantea su teoría del placer a la
que denomina Reacción hedonálgica. Distingue tres tipos de placer (Espinoza,
1988).
El Placer de Saciedad, en el que la satisfacción viene junto con el discurso, el
sujeto encuentra que hay una tensión de placer en el juego así como en la
creación.
El Placer Funcional, que es el goce o satisfacción que se obtiene por la
actividad misma sin considerar los posibles resultados de esta actividad, este
tipo de placer el niño lo mantiene constante, sin descanso y sin bajar la tensión
que lo acompaña; la tensión esta sostenida en un nivel que el niño parece
disfrutar, y obviamente al niño no le interesa que mientras juega desarrolla
habilidades y adquiere conocimientos. Para que la actividad posea el carácter
de juego y produzca placer, debe permitir al individuo algo de deseada
autoexpresión. La actividad del jugar y el placer que causa son considerados
por Buhler como precursores de la actividad productiva y el placer de crear.
El placer de crear, hay un aumento de tensión mientras uno crea; hay la alegría
del dominio sobre la materia en el trabajo creativo, la sensación de habilidad
que vence dificultades que ejecuta cosas. Por ejemplo, el niño que primero
goza embarrando en la arena, va un poco más adelante, dibujando una cosa o
construyendo una carretera o una montaña y goza así no sólo en el
funcionamiento, sino también en el dominio sobre la materia. El placer de crear
propone un fin que encierra el dominio de las dificultades y de la materia por
tanto se da el goce conciente del propio poder y de la habilidad personal.
El individuo que busca satisfacer sus necesidades o apetencias de calidad y de
novedad aumenta las zonas de estimulación y, por lo tanto, su nivel de
activación, el que puede ser canalizado hacia el área de la creatividad (Novaes,
1973). Sintetizando, sobre la expansión creadora, podemos decir que el
individuo expresa su autoextensión en el trabajo y experimenta el goce del
poder y dominio sobre la materia.
CRITICAS
Se critica a esta teoría es que no toma en cuenta que los seres humanos son
diferentes y tienen diferentes posibilidades y contexto social, lo cual limita las
posibilidades de que la teoría sea aplicable.
fraces
“De joven, la pregunta que más me interesaba responder era “¿De qué se trata
la vida”? Pensé que la psicología me daría la respuesta. Mi profesora de
psicología me dijo una vez: “Lo que crees que es la psicología, no lo es. No te
revelará nada sobre la vida. Sólo te dará información sobre las reacciones
sensoriales y el aprendizaje.” Me desilusionó mucho. Pero pensé. “No lo creo
así. Yo la convertiré en un estudio sobre la vida. A través de la psicología
debemos descubrir cómo vivir la vida y para qué vivimos y cómo relacionarnos
con los demás.” Charlotte Buhler, 1973.