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Asignatura:
Derecho Laboral II
Tema:
Negociación Colectiva
1
INDICE
INDICE
INTRODUCCION
2
3.3.DETERMINACION DEL NIVEL DE NEGOCIACION………………….20
3.4.POSIBILIDAD LEGAL DE NEGOCIACION COLECTIVA
ARTICULADA……………………………………………………….……21
3.5.REGLA DE SOLUCION DE LA CONCURRENCIA CONFLICTIVA DE
CONVENIOS COLECTIVOS…………………………………………..…22
3.6.ESTRUCTURA NEGOCIAL PERUANA EN LA REALIDAD…….……23
3.6.1. DATOS GENERALES EN EL MARCO DEL ESTADO
ANTISINDICAL……………………………………………… 23
IV. JURISPRUDENCIA: CASACION Nº 231 – 2017 – PUNO……………….….24
4.1.ANALISIS ESTRUCTURAL………………………………………….…..24
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
ANEXOS
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INTRODUCCION
En América Latina, hay tres países con una estructura negocial centralizada (Argentina,
Brasil y Uruguay), mientras que el resto se adscribe de manera notoria al modelo
descentralizado de negociación colectiva, al asentar en la empresa el nivel preponderante de
ejercicio de este derecho.
Y este no es un dato irrelevante, en la medida en que, dada la estructura productiva de
nuestra región, donde predomina la micro y pequeña empresa, solamente en los tres
primeros países podemos encontrar un desarrollo significativo de este derecho, mientras
que los demás tienen que lidiar con la maldición del 10%, en la medida en que no pueden
representar colectivamente a un colectivo laboral que supere ese porcentaje de sus
trabajadores.
Es decir en América Latina la mayoría de países cuenta con una estructura negocial
descentralizada que tiene en la empresa el principal ámbito de negociación y contrasta con
las obligaciones de garantía y fomento que se derivan del nuevo constitucionalismo
latinoamericano surgido tras la caída de las dictaduras en el último cuarto del siglo pasado.
En el Perú la opción legislativa impone un modelo hiperdescentralizado que ha restringido
al máximo la cobertura y eficacia de la tutela colectiva. Por su parte, la regulación estatal
referida a la negociación colectiva articulada no resulta completa ya que deja de lado temas
como la naturaleza jurídica de los instrumentos de articulación, los ámbitos de los acuerdos
marco, su eficacia, entre otros. La debilidad de la tutela colectiva ha trascendido el ámbito
específico de la empresa y pone en cuestión los equilibrios sociales, económicos y políticos
que sustentan al Estado constitucional de derecho
4
I. METODOS DE SOLUCION DE CONFLICTOS COLECTIVOS DENTRO
DEL TRABAJO
La prevención y resolución de conflictos está captando cada vez más atención a nivel
mundial. La eficaz prevención y resolución de conflictos laborales es crucial para mantener
relaciones laborales sólidas y productivas. Los métodos de resolución de conflictos ofrecen
a las partes interesadas un recurso para la negociación colectiva y para fortalecer las
alianzas sociales. Dado que el conflicto es inherente e inevitable en las relaciones laborales,
establecer procesos y métodos eficaces de prevención y resolución de conflictos es
fundamental para minimizar la incidencia y las consecuencias de los conflictos en el lugar
de trabajo.
Las causas de dichos conflictos son muchas y diversas y van desde una simple queja de un
empleado sobre derechos de pago, una queja de un grupo de empleados respecto de
condiciones laborales peligrosas o insalubres, hasta el paro de todos los empleados de un
sitio de trabajo. Algunos conflictos se resuelven muy rápido como, por ejemplo, cuando un
supervisor le explica a un empleado cómo se ha calculado el pago de su sueldo en el recibo
y el empleado acepta la explicación. El problema se resuelve en el acto y se pone fin al
conflicto. No obstante, algunos conflictos necesitarán más tiempo para ser resueltos. Por
ejemplo, una queja concerniente a condiciones laborales peligrosas o insalubres presentada
por un grupo de empleados pueda que no se resuelva inmediatamente. Si la queja está
relacionada a la falta de protección de las máquinas o al polvo o los niveles de ruido
excesivos en una sección específica de una fábrica, es posible que el empleador no pueda
resolver la situación de inmediato. Probablemente haya desacuerdo entre el empleador y el
empleado en cuanto a si existe o no peligro, al grado de riesgo que dicho peligro representa
y a cómo se podría minimizar el riesgo. Probablemente sea necesario que el empleador
recurra a los servicios de un especialista en seguridad y salud en busca de asesoramiento,
pero, mientras tanto, el problema persiste, el conflicto está presente y existe la posibilidad
de paro o de cualquier otro tipo de acción colectiva.
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Como vemos, el conflicto se puede presentar de diversas maneras y en ámbitos
como el familiar, laboral, penal, vecinal, social, nacional e internacional, dependiendo del
tipo de protagonistas, niveles, cultura, causas, etc.
Es por ello que todo sistema jurídico contempla diversos mecanismos de solución
de conflictos laborales. Usualmente, dichos mecanismos son clasificados de acuerdo al
origen de la solución que pone fin al conflicto. Es así como tenemos mecanismos
autocompositivos y mecanismos heterocompositivos.
1.1.METODOS AUTOCOMPOSITIVOS
1.1.1. DEFINICION DE LOS METODOS AUTOCOMPOSITIVOS
Es una forma de resolver un conflicto por la que las partes intentan llegar a una
decisión conjunta en asuntos de interés mutuo y situaciones conflictivas. La negociación no
implica la participación de un tercero; más bien serán los interesados o sus representantes
quienes buscarán un acuerdo beneficioso para ambos.
Es un proceso privado que puede ser utilizado incluso sin necesidad de conflicto, y depende
de la comunicación para el intercambio de posiciones.
La negociación busca establecer una relación más deseable entre ambas partes
mediante el intercambio, trueque y compromiso de derechos. Supone intercambiar y
regatear. Cada uno desea lo que tiene el otro pero al menor costo posible. Supone
asimismo, una satisfacción (obtener lo que se desea) y una insatisfacción (dar lo que posee),
al mismo tiempo.
6
En toda negociación existen dos elementos básicos: pluralidad de sujetos y
diferencias de intereses en juego. Entre los objetivos de la negociación se destacan los
siguientes: Lograr un nuevo orden de relaciones donde éstas antes no existían (crear un
contrato de compraventa); modificar un conjunto de relaciones existentes por otras más
convenientes para una de las partes o para ambas (renegociar la renta en un contrato de
arrendamiento). Dado que el propósito del negociador es influir, persuadir y convencer a la
parte contraria, es necesario conocer y saber mostrar nuestras fortalezas, controlar nuestras
debilidades, conocer a la otra parte y sus necesidades, comportarse generando confianza,
saber escuchar y comunicar, crear un clima de cooperación, buscar incrementar el grado de
flexibilidad. El proceso de la negociación supone, entre otros: un acuerdo preliminar de las
partes para negociar, un espacio para la negociación, definir una agenda, definir los temas
de la disputa, explorar las diferencias que llevaron al conflicto y los límites de la disputa, ir
reduciendo las diferencias y los temas que realmente les interesan y debatir las ofertas hasta
llegar a un resultado.
1.1.2.2.MEDIACION
El mediador deber ser una persona neutral, por ende, debe abstenerse de hacer
juicios o tomar decisiones en lugar de las partes, y carece de facultad alguna para hacer
propuestas; es, únicamente un facilitador cuya función es ayudar a llegar a un acuerdo
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consensuado. Su actividad se centra además en mejorar la comunicación entre los
interlocutores haciendo uso inclusive de la persuasión. Si bien la mediación no se encuentra
regulada en el ordenamiento jurídico peruano, es un mecanismo de solución de conflictos
que puede ser utilizado de manera particular o privada; por ejemplo, en el ámbito
educativo, con el fin de evitar situaciones de maltrato o abuso escolar, conocido como
bullying. Siguiendo modelos sobre programas de mediación escolar practicados en
Argentina o Chile, en el Perú algunas instituciones educativas han creado planes piloto
sobre mediación, con la participación de los propios estudiantes y con la tutoría de los
profesores y psicólogos.
1.1.2.3.CONCILIACION
8
Algunos principios aplicables a la conciliación son:
iv) El principio de no violencia, con el cual se quiere prevenir actos de agresión verbal o
física, de lo contrario no existirá el ambiente propicio para llevar adelante el procedimiento.
1.2.METODOS HETEROCOMPOSITIVOS
1.2.1. DEFINICION DE METODOS HETEROCOMPOSITIVOS
9
fundamental a la tutela judicial efectiva que los ciudadanos accedemos al órgano
jurisdiccional con el objeto de dilucidar la solución a nuestros conflictos, haciendo uso a la
vez del derecho de acción y contradicción a través de la demanda y la contestación, lo que
da lugar al nacimiento de una relación jurídico procesal.
1.2.2.2.ARBITRAJE
El arbitraje nace por voluntad de las partes plasmada en el convenio o cláusula arbitral
contenido en el contrato que ambas suscriben; esto significa que, de ocurrir alguna
controversia en la etapa de ejecución contractual, éstas se obligan a no acudir a la vía
judicial. Relevante es que en caso que la persona o empresa contrate con el Estado, el
arbitraje se torna obligatorio o forzoso por mandato de la Ley de Contrataciones, a
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diferencia de lo que sucede en un contrato privado en el que se puede negociar el tipo de
solución, y escoger entre el arbitraje o el proceso judicial.
En el arbitraje, el árbitro (sea que se trate de un arbitraje con Árbitro Único o Tribunal
Arbitral) es escogido por las partes, generalmente. El proceso debe seguir ciertas normas
procesales pre-establecidas por las partes en el Acta de Instalación del Tribunal, salvo que
se haya optado por someterse al reglamento de una institución arbitral. Así como existen
dos tipos de procedimiento: unificado y bifurcado.
Finalmente, se debe resaltar que la decisión del árbitro expresadas en el laudo arbitral, son
imperativas para las partes, de obligatorio cumplimiento e inapelables, es decir, no pueden
ser cuestionadas, salvo mediante el recurso de anulación ante el Poder Judicial invocando
causales taxativas contempladas en la norma. A diferencia del juez, el árbitro no cuenta con
atributos como la coertio y executio; por tal razón, necesita de la colaboración y control
judicial para el otorgamiento de medidas cautelares, así como para la ejecución del Laudo.
Por otro lado también encontramos al arbitraje, mediante el cual un árbitro único, o
tribunal arbitral, resuelve aquellos puntos que han sido sometidos a su conocimiento.
Las partes deben aportar suficientes elementos de juicio a los terceros, dado que estos
no conocen el contexto y la situación de las partes como estas mismas, para que puedan
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dirimir el conflicto. De la misma manera, la resolución de los conflictos laborales por
parte de la autoridad estatal es claramente una manera heterocompositiva de dar
solución a cualquier diferendo entre el empleador y los trabajadores. En este caso, la
voluntad del Estado sustituye la de las partes.
La política normativa del Estado dicta si es que estos mecanismos son utilizados de
manera conjunta, sucesiva o incluso excluyente. Nuestro punto de partida, que teñirá
toda nuestra reflexión alrededor de los mecanismos de resolución de la negociación
colectiva en el Perú durante los últimos 25 años, es que el sistema debe privilegiar al
máximo los mecanismos autocompositivos, y recurrir a los heterocompositivos
únicamente de manera excepcional por importar siempre un determinado nivel de
fracaso de las partes y, por lo tanto, del sistema como tal.
Al transcurrir los años, queda claro que la norma mostraba abierta desconfianza respecto de
la capacidad de las partes para llevar con éxito la negociación directa. La mejor muestra es
que lanzaba de plano, antes de ocuparse de la negociación misma, la potestad conferida a la
Autoridad para determinar el resultado final del proceso. Zavala Costa mencionaba que: “El
mecanismo vigente tiene muchas deficiencias, entre las cuales podemos consignar las
siguientes: a) La intervención del Estado resulta exagerada. b) Es muy riguroso y
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compulsivo. c) Es demasiado formalista. d) Parece más a un juicio que a una negociación.
e) Las partes pierden el interés por la existencia del arbitraje obligatorio.
En un sistema como el del D.S. Nº 006-71-TR era más importante (y para algunos más
simple) convencer a la Autoridad de Trabajo, que a la parte con la que se debía negociar.
En la realidad, existía una especie de sistema de resolución administrativa de los pliegos de
reclamos. La consecuencia es que la mitad de los intervinientes en los procesos de
negociación carezcan de incentivo para discutir, ceder, acordar, vale decir, que carezcan de
incentivo para negociar.
El 2 de julio de 1992, se publicó el D.L. Nº 25592, que regula las relaciones laborales de
los trabajadores sujetos al régimen de la actividad privada. Junto con una serie de ajustes
dirigidos a aligerar y simplificar el proceso, de modo que fluyera más como búsqueda de
encuentros y menos como contraposición de posiciones, el más trascendente de los
cambios, en lo que a la negociación colectiva refiere, fue la eliminación de la intervención
decisoria del Estado en la negociación colectiva, salvo para casos de evidente excepción.
En el nuevo esquema, la negociación quedó a cargo fundamental y casi exclusivamente de
las partes. Si no se lograba el acuerdo, podían estas obtener apoyo de la Autoridad
Administrativa de Trabajo, pero no serían suplidas por esta. Ante imposibilidad de adoptar
un acuerdo por la vía directa, el diferendo derivaba hacia el conflicto abierto (la huelga), a
menos que de acuerdo con el artículo 61 las partes lo sometieran a arbitraje.
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Más allá de dudas interpretativas provenientes de la imperfecta concordancia entre la Ley
de Relaciones Colectivas de Trabajo y su reglamento (aprobado por D.S. Nº 011-92-TR),
en efecto el arbitraje como método de resolución de pliegos de reclamos fue entendido y
aplicado en general como voluntario para ambas partes. Ello por el requisito de que las
partes suscribieran un acta arbitral para que se diera inicio a dicho procedimiento
(conforme al artículo 49 de la última norma nombrada), con la consiguiente imposibilidad
de que la una parte o la Autoridad de Trabajo pudiera obligar a la otra parte renuente a
emitir una manifestación de voluntad inexistente para viabilizarlo. En la norma, el arbitraje
aparece con el sistema de última oferta, vale decir, que a efectos de que los árbitros definan
el pliego de reclamos, cada una de las partes planta una posición integral respecto de la
negociación colectiva, para que aquellos elijan entre ambas. El artículo 65 de la Ley de
Relaciones Colectivas de Trabajo determina que el laudo debe recoger “en su integridad”
las propuestas de una de las partes que no puede plantear una solución distinta a ellas, ni
combinarlas. Tan solo admite la norma la atenuación de posiciones extremas.
La ley no impone soluciones ni mayores trámites a ninguna de las partes y las deja libres
para que solucionen sus asuntos. Por otro lado, el sistema depende para su funcionamiento
de la correcta actitud de los involucrados: de las partes al nombrar árbitros, y de estos al
conocer el diferendo. Como suele suceder, la respuesta de tales involucrados no siempre ha
sido positiva. Muchas partes han nombrado árbitro no para que actúe realmente como tal,
sino para que impulse e intente hacer prevalecer sus posiciones de parte, y muchos árbitros
han hecho exactamente eso, complicando el trabajo del tribunal. En otros casos, los
tribunales arbitrales han independizado su accionar de las partes lo que está bien, pero han
llegado a hacerlo en grado desmedido, al privilegiar la obtención de una resolución de
consenso aunque ello les exigiera exceder la facultad de atenuación ya descrita, generando
una especie de segunda negociación o negociación paralela, pero sin las partes, que deviene
en laudos muy cercanos a la combinación de las posiciones de las partes o su dirimencia en
aplicación de un punto medio ciertamente arbitrario. Ciertamente, pues, se trataba de un
sistema también imperfecto.
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El sistema establecido en la Ley de Relaciones Colectivas de Trabajo, con su disyunción
huelga-arbitraje voluntario, culminó abruptamente en su aplicación del proceso de amparo
seguido por el Sindicato de Trabajadores Marítimos y Portuarios del Puerto del Callao
contra la Asociación Peruana de Operadores Portuarios, la Asociación de Agentes
Marítimos y la Asociación Marítima del Perú, resuelto en última instancia por el Tribunal
Constitucional. El Tribunal determinó que, dado que tales sindicatos y empresas no se
habían podido poner de acuerdo sobre el nivel de negociación, la controversia a ese
respecto debía dirimirse mediante el arbitraje, y posteriormente agregó que dicho arbitraje
sería potestativo, que si una parte lo promovía, la otra no podía oponerse al mismo. Por
ello, el Poder Ejecutivo introdujo al D.S. Nº 011-92-TR el subartículo 61-A, conforme al
cual el arbitraje es potestativo en dos escenarios:
El artículo 61-A, es el único canal a través del cual cabe legalmente promoverse y
entablarse un arbitraje potestativo, pues es la norma que aplicará la Autoridad de Trabajo
para, llegado el momento nombrar árbitro en rebeldía de una parte; y en ese supuesto el
Tribunal que resuelva su propia competencia estará condicionado a efectos de su resolución
a la presencia de los requisitos ya listados. Adviértase que el reglamento establece el
arbitraje potestativo únicamente por causal, con lo que el valor por defecto del arbitraje
previsto en la ley sigue siendo de índole voluntaria. Al fin y al cabo, cuando uno le entrega
a un tercero la solución de un asunto, tiene que estar a lo que ese tercero decida,
precisamente porque se ha puesto en sus manos. La decisión de un tribunal arbitral en ese
contexto, por muy cuestionable que pudiera ser, o a pesar de todos los argumentos que
pudieran armarse para refutar sus consideraciones, habría sido pedida por las partes y
aceptada de antemano por estas.
15
Un laudo siempre tendrá la legitimidad que le confiere la voluntad de las partes al
solicitarlo. En el arbitraje potestativo eso no se da. A través de este mecanismo cabe que sin
intervención de la voluntad de una parte y hasta en contra de esta, terceros ajenos a la
realidad de los actores de la discusión, que no han sido conferidos de autoridad estatal ni
ostentan jurisdicción, se pronuncien primero respecto de los actos de estas y, después, sobre
cuál debe ser la solución del diferendo de intereses.
Un sistema que reposa sobre la equidad, vale decir, sobre el criterio del decisor, solo es
admisible si a quien se le va a aplicar ese criterio ha consentido en que ello suceda. El
temor principal que genera la figura, correlativamente, es que constituye una especie de
vehículo de facilitación del proceso, pero no del de negociación sino del de obtención de
los beneficios de la negociación colectiva, es decir, en herramienta para que se logre que
sindicatos que en negociación directa no tendrían mayor herramienta para obtener una
determinada condición o beneficio, puedan acceder a estos. Sin ser lo que era la resolución
administrativa de los pliegos de reclamos, consideramos que el arbitraje potestativo es un
retroceso. Considérese que, así como antaño la parte podía no negociar y estarse a lo que
resolviera el poder político, actualmente, y con un manejo lo suficientemente hábil o
directamente abusivo, esa parte puede forzar la solución del pliego por arbitraje, jugándolo
ni más ni menos que al sorteo por la presidencia del tribunal arbitral. El resultado de un
arbitraje potestativo, en efecto, reposa en buena medida en la identidad de los árbitros, o en
algunos casos del presidente, quien era nombrado discrecionalmente por la Autoridad de
Trabajo, y ahora lo es por sorteo, salvo acuerdo de los otros dos árbitros.
La designación por sorteo es preferible a la digitada. Pero es también criticable. Nada hay
en las características de los árbitros que aparecen en el listado de profesionales hábiles para
actuar como tales, algo que los califique para determinar los destinos de una empresa o
rama de empresas específica. Nada hay que demuestre que tienen conocimiento del sector o
entienden la problemática o que efectivamente van a actuar conforme debieran para que la
solución de equidad sea justa, más allá de la simple demostración de que se trata de
profesionales.
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Dentro de los rasgos sociales más vinculados al subsistema laboral, podemos mencionar
nuestra adscripción histórica al fordismo periférico, que se expresó en una configuración
económica cuyas principales características, en lo que a nuestro interés actual concierne, se
manifestaban en la predominancia de actividades primario-extractivas de baja
productividad, la presencia de un sector industrial pequeño y atrasado tecnológicamente, la
existencia de un sector público considerablemente grande y la emergencia, cada vez con
mayor fuerza, de un pujante sector informal. Esta configuración del tejido productivo
implicó, sin lugar a dudas, peculiaridades e importantes limitaciones fácticas —
cuantitativas y cualitativas— al desarrollo de las relaciones colectivas de trabajo.
En línea con lo visto, se ha afirmado, con innegable autoridad, que, también se inscribe en
los lineamientos predominantes de la legislación latinoamericana más tradicional sobre el
punto: intervencionismo estatal, aguda procedimentalización y estructura negocial
descentralizada por empresa.2
1
El Consejo Nacional del Trabajo es una experiencia relevante de diálogo social mucho más que de
concertación social.
2
Ermida Uriarte, 1994
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Relaciones Colectivas de Trabajo (LRCT) vigente3, muestra sin dificultad los principales
rasgos fisonómicos intervencionistas de nuestro modelo de relaciones laborales.
El terreno estructural es uno de los mejores termómetros para medir el grado de autonomía
colectiva (específicamente, autonomía externa)4, por lo que la comprobación de la
existencia de una minuciosa regulación estatal sobre el particular nos deja pocas dudas
sobre la fuertísima dependencia externa de nuestro sistema negocial respecto del Estado.
Esta constatación, que comienza por evidenciar el significativo desequilibrio de poderes
existente en las relaciones laborales peruanas, pone de relieve el papel definitivo que juega
el factor jurídico en la configuración de la estructura negocial, puesto que significa que el
margen de discrecionalidad que dejan los factores económicos ha sido procesado
exclusivamente por el Estado y sus intereses en el terreno laboral (control del conflicto
industrial, microconflictividad, debilitamiento del actor sindical, etcétera). Por todo ello, el
estudio de la estructura negocial peruana nos obligará a prestar previamente atención a las
normas legales que regulan sus diferentes componentes.
La convención colectiva tendrá aplicación dentro del ámbito que las partes acuerden, que
podrá ser:
b) De una rama de actividad, cuando comprenda a todos los trabajadores de una misma
actividad económica, o a parte de ella.
c) De un gremio, cuando se aplique a todos los trabajadores que desempeñen una misma
profesión, oficio o especialidad en distintas empresas (Poder Ejecutivo, 2003).
3
Poder Ejecutivo, 2003
4
Es decir, autonomía frente al Estado, en tanto que la autonomía interna se da en relación con otros niveles
de negociación, razón por la cual solo se ve afectada cuando se plantea una estructura negocial articulada.
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Nos movemos, pues, dentro de un cuestionable sistema de «unidades apropiadas de
negociación»5 diseñadas por el legislador, con un catálogo cerrado que sigue la senda del
listado de tipos de sindicato que se prevé en el artículo 5 de la misma norma: empresa,
sector, categoría y oficios varios (esta última organización es dejada de lado para efectos de
la negociación colectiva).6
A lo dicho habría que agregar que, en el caso de la negociación colectiva por rama, se han
impuesto requisitos tan exigentes que son de imposible cumplimiento y que han hecho que,
a la fecha, sigamos con las negociaciones colectivas de construcción civil y estibadores
portuarios como las únicas sectoriales (estas tuvieron que ser restituidas por el Tribunal
Constitucional, en el primer caso, y por un arbitraje ordenado por el Tribunal
Constitucional, en el segundo caso). Los requisitos señalados imponen que quien quiera
iniciar un proceso negocial de rama tenga que representar a la mayoría absoluta de
trabajadores y empleadores involucrados, convoque a todos (directa o indirectamente) y
recabe la conformidad de la patronal respectiva en función del inicio de negociaciones a tal
nivel. Esta regulación no solo es excesiva, sino inviable e inadecuada, ya que los sindicatos
no representan empresas. Además, no es posible medir la representación de los sindicatos
ni existe forma de notificar a todas las empresas del país cuando predominan las centenares
de miles de microempresas. Por ello, ni siquiera se han constituido sindicatos de rama en el
Perú.
5
Este sistema es cuestionable dado que significa una restricción al principio de libertad de elección de la
unidad negocial incompatible con el principio de autonomía colectiva, al dejar fuera sedes tan relevantes
como el grupo de empresas, la empresa en red, un conjunto de ramas afines o la sede interprofesional
6
Al respecto, el Comité de Libertad Sindical de la OIT (pronunciamiento recaído en casos 1648 y 1650)
señaló que el artículo 5 de la LRCT solo era aceptable si el listado de organizaciones que plantea se toma
como abierto o indicativo y no como cerrado, que es la forma en que lo sigue entendiendo el Ministerio de
Trabajo.
19
la representación sindical para todo fin o cuando, superando los 20 trabajadores, no hay
sindicato y se eligen con esa sola finalidad. En ambos casos se requiere una elección por
mayoría absoluta de los trabajadores del ámbito involucrado.
Al respecto, nos parece importante señalar que, así como compartimos la necesidad de
consenso en primera instancia para fijar un determinado ámbito negocial (como
corresponde a un derecho bilateral), nos parece totalmente cuestionable la imposición legal
del nivel menos favorable para la existencia, difusión y eficacia de la tutela colectiva,
contraviniendo abiertamente el mandato de fomento de la misma que establece nuestra
Constitución8, En este campo, el Tribunal Constitucional ha tenido una intervención
significativa en dos casos: construcción civil y estibadores portuarios. En ambos constató
que la imposición del nivel de empresa a falta de acuerdo era de imposible aplicación por la
altísima rotación de los trabajadores, pero su conclusión fue distinta: en el caso de
construcción civil ordenó el reinicio de la negociación por rama (Tribunal Constitucional,
2006), en tanto que en el caso de los estibadores ha ordenado que sea un tribunal arbitral el
que decida el nivel a utilizar (Tribunal Constitucional, 2009). Creo que no cabe ninguna
duda de que, en el segundo caso, el Tribunal Constitucional abdicó de su potestad de
resolver el fondo del conflicto sin mayor justificación, puesto que si bien el Comité de
Libertad Sindical exige que frente al desacuerdo se recurra a un órgano independiente,
7
(Poder Ejecutivo, 2003, artículo 45)
8
Si agregamos a esta clara impronta descentralizadora el número de 20 afiliados para constituir un sindicato
de empresa, nos encontramos con que se está restringiendo al máximo la posibilidad de constituir sindicatos
en un país en el que el 75% de sus trabajadores labora en unidades empresariales cuyas dimensiones no les
permiten contar con 20 afiliados.
20
nadie debe tener duda alguna de que nuestro máximo órgano de jurisdicción constitucional
lo sea.
Respecto del segundo supuesto, referido al cambio de unidad negocial, se establece que «de
existir convención en algún nivel, para entablar otra en nivel distinto, con carácter
sustitutorio o complementario, es requisito indispensable el acuerdo de partes, no pudiendo
establecerse por acto administrativo ni por laudo arbitral»9 .
Se reitera en esta norma la necesidad de un acuerdo expreso sobre el particular, por lo que
remitimos a las reflexiones anteriormente hechas sobre esta materia, puntualizando solo que
ya en esta norma se está abriendo la posibilidad de una negociación colectiva articulada,
puesto que se hace referencia expresa a la posibilidad de que se prevean niveles
complementarios. De otro lado, consideramos que la restricción referida a la imposibilidad
de que el cambio de nivel o la articulación por acto administrativo o arbitral pueda
establecerse por terceros carece de razón, puesto que, si el recurso a estos terceros es
voluntario o lo manda un tribunal (como en el caso de los estibadores portuarios), se está
impidiendo que las partes sociales accedan a medios de solución de conflictos laborales que
podrían serles de inmensa utilidad o que el Estado provea una solución adecuada en casos
específicos. De todos modos, el principio de libertad de fijación del nivel negocial
desarrollado por el Comité de Libertad Sindical de la OIT resuelve los entrampamientos
posibles con el concurso de un órgano independiente, razón adicional para cuestionar la
norma analizada.
Con esta norma se sientan las bases de lo que podría ser la aplicación vertebrada de dos o
más convenios colectivos con amplia libertad para establecer los criterios competenciales
de coordinación.
9
(Poder Ejecutivo, 2003, artículo 45)
21
Podrán negociarse a nivel de empresa, las materias no tratadas en una convención de nivel
superior, que la reglamenten o que se refieran a condiciones de trabajo propias y exclusivas
de la empresa. Estamos sobre un ámbito de convenios colectivos con competencia para
regular aspectos estructurales.
La validez de las regulaciones convencionales, por tanto, habrá que analizarla desde el
respeto o la infracción de los criterios de articulación, en la medida que estos dan, quitan o
limitan la competencia que los diversos niveles negociales detentan.
La regulación estatal no resulta completa, ya que deja de lado temas como la naturaleza
jurídica de los instrumentos de articulación, los ámbitos de los acuerdos marco, su eficacia,
etcétera.
Esto no debe ser visto como un vacío que reclama una nueva intervención legal, sino como
una oportunidad para la producción de una normativa convencional que complete y
perfeccione el régimen jurídico de la negociación colectiva articulada en el Perú,
desplazando al protagonismo estatal en tan importante labor.
Debemos ver por una solución legal , puesto que participaría el principio de la aplicación
norma más favorable que corresponde al supuesto de conflicto entre normas, en tanto que
aquí nos encontramos en un supuesto de concurrencia no conflictiva, también recurrimos al
principio de competencia en la medida en que la ruptura de la coordinación preestablecida
22
en el acuerdo marco que vertebró la negociación se deberá a una invasión de competencias
que no puede llevar a optar por la más favorable, sino por la que tenía a su cargo la
regulación de esa materia
Debe señalarse que ambas tasas están referidas a los trabajadores sujetos al régimen laboral
de la actividad privada y que evidencian una reducción drástica de ambos conceptos, que a
mediados de los años ochenta fluctuaban por encima del 40% (si bien es cierto que, en el
2012, la tasa de afiliación era 4%, con lo que hay un aparente repunte que habrá que ver si
de hecho es el inicio de un repunte o solo es circunstancial)
Hubo varios años en los que se tuvo más cancelaciones de registros sindicales que
inscripciones, aunque la tendencia negativa se está revirtiendo.
23
En tercer lugar, debemos echar una mirada a cómo ha venido evolucionando la negociación
colectiva en el Perú, en la elocuente imagen del gráfico siguiente.
Al respecto, hay que comenzar señalando que la diferencia entre pliegos presentados y
convenios registrados muestra los casos en que el conflicto quedó abierto, ya sea porque no
se llegó a suscribir el convenio colectivo en negociación directa o conciliación, o porque el
sindicato no cuenta con la fuerza suficiente para declarar una huelga efectiva o conseguir
que el empleador acepte el arbitraje del conflicto.
Esta situación se ha venido agravando desde 2011, en que la diferencia entre pliegos
presentados y convenios registrados fue de 172, pasando a 369 en 2012, 267 en 2013 y 214
en 2014. Lo que quiere decir que, a pesar del ingreso del arbitraje potestativo causal en
setiembre de 2011 y del incausado, a partir de febrero de 2014, se agudiza la situación de
los conflictos abiertos, generando ruido adicional en el sistema de relaciones laborales.
24
La Sala Penal de Apelaciones de la sede San Román de la Corte Superior de Justicia de
Puno, que confirmó la sentencia de primera instancia de 11 de julio de 2016, que los
condenó por el delito contra la administración pública - negociación incompatible, en
agravio del Estado; a cuatro años, cuatro meses y un día de pena privativa de libertad, así
como la pena conjunta de inhabilitación por un periodo de tres años; y fijó, en diez mil
soles, el monto que por concepto de reparación civil, deberán abonar en forma solidaria a
favor de la parte agraviada.
4.1.1.- FUNDAMENTOS DE HECHO:
25
Contra dicho fallo las defensas de los sentenciados interpusieron sus respectivos
recursos de casación, los cuales le son concedidos.
Cumplido el trámite de traslados a los sujetos procesales por el plazo de diez días,
se emitió la Ejecutoria Suprema de calificación de casación de fecha doce de abril
de dos mil diecisiete, que declaró: i) Inadmisibles los recursos de casación
interpuestos por los sentenciados por las causales 1 y 4 del artículo 429 del Código
Procesal Penal, por inobservancia de la garantía constitucional de carácter procesal
y por inobservancia de las normas procesales.
Producida la audiencia de casación, deliberada la causa en secreto y votada el
mismo día, corresponde pronunciar la presente sentencia casatoria que se leerá en
audiencia pública –con las partes que asistan.
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vi) Los acusados pedían requisitos que no podían cumplir los proveedores
como que la semilla sea del mismo año.
vii) El día catorce de diciembre de dos mil diez, se generó la orden de
compra, sin embargo, los documentos demostraron que el
consentimiento de la buena pro, fue publicado en el SEACE el diecisiete
de diciembre de dos mil diez.
4.1.4.- FUNDAMENTOS DE LA SEGUNDA INSTANCIA
27
autor directo, no existiendo ningún tipo de vulneración, además, él se
interesó de manera directa e indebidamente, en otorgarle la buena pro a
la empresa.
Recursos de casación
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autor mediato, inmediato y coautoría. Es necesario desarrollar si se puede
considerar un imputado de manera genérica sin precisar la categoría y si en el delito
de negociación incompatible tratándose de varios imputados los cuales se han
compartido roles, debería imputársele como coautores
Debe desarrollarse doctrina jurisprudencial en cuanto a este delito (negociación
incompatible), pues existen vacíos en la interpretación
Fundamentos de derecho:
Este delito está ubicado en la sección IV del código penal por lo que constituye una
modalidad de corrupción por que la conducta de la gente debe poseer dicha
orientación, por eso de descarta que el tipo contemple una anomalía o irregularidad
administrativa
El Art 349 de C.P regula que el funcionario o servidor público que en forma directa
o indirecta o por simulación se interesa en provecho propio o de un tercero, por
cualquier contrato u operación que interviene por razón de su cargo, será reprimido
con pena privativa de libertad no menor de 4 ni mayor de 6.
3. Bien jurídico protegido y de naturaleza del tipo penal:
29
El tipo no exige un perjuicio efectivo para la administración, por ello se constituye
en un delito de peligro, el objeto es prevenir que el funcionario público atente contra
el patrimonio estatal, aprovechándose de la administración pública.
Al constituirse el delito en uno de peligro concreto debe respetarse el principio de
lesividad, la represión de la acción debe estar condicionada a la creación de un
riesgo, cuya existencia deba ser probada para considerar consumada la infracción.
Este ilícito penal se interpreta en que el solo incumpliendo o desobediencia de una
norma que regula las contrataciones del estado, que no produzca un riego o no se
inminente para la administración pública no puede ser reprimida. contrario a ello se
castigaría una conducta por sola apariencia de interés, cual incurriría en una
valoración subjetiva de los hechos (nuestro ordenamiento se basa en sistema de sana
critica).
4. El interesarse en derecho propio o de un tercero:
La conducta típica de este ilícito penal se constituye por interés indebido siendo el
verbo rector interesarse a sido considerado como “volcar sobre un negocio una
pretensión de parte no administrativa, que asuma una configuración basada en esto
“, será indebido cuando en funcionario accione en su provecho o de un tercero, esto
debe interpretarse como una acción dirigida al beneficio mediante la intervención de
un contrato.
Se modifico el art 399 del C.P mediante ley n°28355 donde se incluyó el elemento
típico derecho propio o de un tercero, es decir el interés se sanciona cuando indique
un provecho para el funcionario o de un tercero.
El código penal establece 3 formas en la que establece como se da el interés
indebido:
a) Directamente, es decir exteriorizar su conducta mediante conductas activas,
actos externos u objetivos.
b) Indirectamente, es decir a través de otras personas o un intermediario.
c) Por acto simulado, es decir que aparente accionar imparcialmente.
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5. Vinculación funcional de la gente con el contrato u operación:
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Respecto al proceso de exoneración, el 9 de diciembre de 2010, el Comité
conformado por los impugnantes, realizó una reunión con el Fin de evaluar
los requerimientos técnicos y seleccionar a la empresa Que se invitará para
la exoneración –de conformidad con el artículo 135 del Reglamento de la
Ley de Contrataciones del Estado–, como Consta de fojas cuatrocientos
cuarenta y dos, para lo cual Analizaron las ofertas de cada empresa postora
(Corpagro S.A.C., AGP S.A.C., Asociación Granja Don Bosco Prelatura de
Ayaviri y Alabama S.A.); los motivos por los que se descartaron a las
primeras Tres empresas, fueron por la existencia de un intento de corrupción
a Uno de los funcionarios de la Municipalidad, la segunda por
Incumplimiento de un contrato en un proceso de 2008, la tercera Porque no
reportaba importación de semillas; por lo que, finalmente, Se acordó invitar
a la empresa Alabama S.A., pues cumplió con Presentar todos los
documentos exigidos en las bases del proceso. Se Aprobó la elevación al
titular de la entidad la propuesta de las bases Y la convocatoria al proceso de
exoneración N.º 001-2010-MPM.A., indicándose el cronograma para la
convocatoria, registro de participantes, recepción de propuestas y
otorgamiento de la buena pro, que se realizaría desde el 10 hasta el 14 de
diciembre de 2010.
En cuanto a la situación de desabastecimiento, obra de fojas quinientos
cuarenta y seis, la opinión N.° 017-2010-MPM-A/AVLE, de 2 de diciembre
de 2010, realizada por el asesor legal externo que, determinó que es
procedente la exoneración del plazo de convocatoria del proceso de
selección, así también, se adjuntó el informe N.°185-2010-DDAE-MPM, de
30 de noviembre de 2010, donde se especificó los gastos en los que
incurrieron los beneficiarios para la siembra de las semillas requeridas –cuya
distribución debía efectuarse a partir del 15 de octubre hasta el 30 de
noviembre de 2010 y la instalación desde el 15 de noviembre de 2010 al 15
de enero de 2011– en 1500 hectáreas del distrito de Ayaviri, y a nivel
provincial a los distritos de Cupi, Llalli, Santa Rosa y Antauta, los cuales
ascendían a S/330, 000.00 soles.
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La especificación técnica que modificó el comité especial, se refirió a los
porcentajes de germinación y pureza de las semillas, al respecto los
impugnantes han sostenido que se hizo, en función del apartado 6 del
artículo 31 del Reglamento de la Ley de Contrataciones del Estado, que
establece entre las competencias del comité, el integrar las bases, la misma
normativa, en el artículo 60, refiere que: “Las Bases Integradas que se
publiquen en el SEACE incorporarán obligatoriamente las modificaciones
que se hayan producido como consecuencia de las consultas, observaciones
y/o Pronunciamiento”; es decir, las bases estándar, establecidas
originalmente podrían incorporar requisitos técnicos adicionales que
considere el comité especial, como se hizo en el presente caso.
La variación de cantidades se produjo en razón a que los insumos fueron
requeridos para dos proyectos: “Fortalecimiento de la asistencia técnica de
Productores Agropecuarios del distrito de Ayaviri, Provincial de Melgar” e
“Instalación de pastos cultivados y forrajes en las comunidades de la
Provincia de Melgar”, ello, a mérito del informe N.º 172-2010-DDA-MPM,
de 10 de noviembre de 2010, de fojas quinientos setenta y dos, de José
Haytara Carreón, quien comunicó que por acuerdo se incorporó a dichos
distritos.
E. Mediante acta de 30 de noviembre de 2010, indicaron que no es posible
convocar mediante el Decreto de Urgencia N.º 078-2009, a una licitación
pública, por lo que a través de la Resolución de Alcaldía N.º 766-2010-
MPM/A. de 6 de diciembre de 2010, se aprobó la exoneración del proceso
para la adquisición de semillas de alfalfa, dáctilys e inoculante para los
proyectos: “Fortalecimiento de la asistencia técnica de Productores
Agropecuarios del distrito de Ayaviri, Provincial de Melgar” e “Instalación
de pastos cultivados y forrajes en las comunidades de la Provincia de
Melgar”.
La interpretación que sostuvo la Sala, para condenar a los impugnantes, fue: “El
tipo no solo exige que el beneficio sea a título personal o tercero sino lo relevante es
que su actuación haya infringido los deberes especiales positivos que favorecen los
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intereses de la administración pública [...] basta que el funcionario encause su
conducta más allá de lo debido, poniendo en riesgo su imparcialidad”.
Se ha establecido en los fundamentos anteriores que en el delito de negociación
incompatible o aprovechamiento indebido del cargo no se configura con el solo
incumplimiento de normas de carácter administrativo, que, si bien podrían constituir
una conducta ilegal, no siempre será delito; sino que es necesario que el interés
indebido, sea en provecho propio o de tercero.
Si bien se cuestiona que la base jurídica de dicho proceso era errónea, no lo son los
procedimientos de formación de los actos administrativos cuestionados, y si lo
fueran, la conducta sería ilícita –injusto administrativo– pero no delictiva.
Dicho ilícito penal tipifica que el interés debe ser en provecho propio o de tercero,
este último se habría configurado según la Fiscalía, no obstante, en el expediente no
obra indicio que acredite de forma indubitable que el actuar de los agentes se habría
realizado para obtener un provecho en tanto que, como se aprecia, la empresa
Alabama S.A., cumplió finalmente, con la adquisición de semillas. Por lo que, el
tipo penal no debe considerarse realizado si del comportamiento no se dieron las
circunstancias propias para poner en peligro la administración pública.
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Decisión: -Causal prevista Art 429 inciso 3
Absuelve Pena:
Revoca
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CONCLUSIONES
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Como conclusión con respecto al arbitraje esta es una vía alterna a la judicial, el
conflicto se resuelve a través de un Laudo Arbitral, de obligatorio cumplimiento,
inapelable y con calidad de cosa juzgada.
Principales rasgos históricos se inscribió en un diseño político, económico y social
excluyente y autoritario, sin ninguna participación real de la sociedad civil y sus
organizaciones representativas de intereses, como lo demuestra la ausencia de
concertación social en nuestra historia. El reflejo de este diseño a nivel de las
relaciones laborales se expresaba en un modelo también excluyente y autoritario,
que se plasmó en una visión patológica del conflicto, expresada en normas y actos
administrativos reglamentaritas y restrictivos, así como en comportamientos
empresariales dirigidos, todos ellos, a reducir a su mínima expresión o liquidar a las
formas institucionales de representación de los trabajadores.
La configuración legal de las unidades de negociación se mueven dentro de un
cuestionable sistema de «unidades apropiadas de negociación» diseñadas por el
legislador, con un catálogo cerrado que sigue la senda del listado de tipos de
sindicato que se prevé en el artículo 5 de la misma norma: empresa, sector,
categoría y oficios varios (esta última organización es dejada de lado para efectos de
la negociación colectiva). En ambos casos se ha precisado reglamentariamente que
en el nivel empresarial están involucradas organizaciones y negociaciones de
ámbito menor: sección, categoría o establecimiento.
Dentro del nivel de determinación la legislación prevé dos situaciones: cuando se va
a fijar el primer ámbito de negociación o cuando se busca cambiar o complementar
una sede negocial. En el primer caso, si no existe previamente una convención
colectiva, las partes decidirán, de común acuerdo, el nivel en que entablarán la
primera convención. A falta de acuerdo, la negociación se llevará en el nivel de
empresa. Respecto del segundo supuesto, referido al cambio de unidad negocial de
existir convención, con carácter sustitutorio o complementario, es requisito
indispensable el acuerdo de partes, no pudiendo establecerse por acto administrativo
ni por laudo arbitral.
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BIBLIOGRAFIA
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