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Así, tampoco se puede determinar que, genéticamente hablando, las lenguas de América se hayan originado de un
único antecesor reconocible.1 2
Para ver una lista exhaustiva de las lenguas indígenas de América consultar el listado de lenguas indígenas de
América
Índice
1 Historia
2 Distribución
2.1 Principales lenguas indígenas
2.2 Lista de lenguas indígenas de América
3 Características
3.1 Características gramaticales
3.2 Características fonológicas
3.3 Léxico
3.4 Sistemas de escritura
4 Clasificación filogenética
4.1 México y Centroamérica
4.2 Estados Unidos, Canadá y Groenlandia
4.3 Sudamérica
4.4 Hipótesis amerindia
4.5 Lenguas francas o Sabires
5 Lenguas por áreas geográficas
5 Lenguas por áreas geográficas
5.1 Áreas lingüísticas en América
5.2 Lenguas indígenas por país
5.3 Sistemas de transcripción regionales
6 Véase también
7 Referencia
7.1 Bibliografía
7.2 Enlaces externos
Historia
Antes de la llegada de los europeos al Nuevo Mundo, las lenguas
amerindias se hablaban desde lo que hoy es Canadá hasta la punta
meridional de Sudamérica por los ancestros de los actuales amerindios.
Durante los últimos 500 años muchas de las etnias y lenguas nativas
americanas han desaparecido, aunque aún se hablan varios centenares de
ellas. Hoy en día tres lenguas indoeuropeas (español, inglés y portugués)
son políticamente dominantes de cada país de América, y las lenguas nativas
tienen menor prestigio y son usadas en ámbitos bastante limitados.
La excesiva velocidad de las lenguas guajiva, chiricoa, otomaca y guaraúna es horrible; causa
sudor frío y congoja el no poder prescindir el oído más lince una sílaba de otra. Es cosa cierta y
averiguada que en cada una de las dichas lenguas falta una letra consonante y no se halla palabra
que la requiera; verbigracia, la lengua betoya no ha menester la p; la situfa no necesita la r y así de
las demás que se han reducido a Arte en las Misiones; cosa que ha dado mucho que pensar, sin
poder alcanzar el misterio que en ello se encierra.
Distribución
Sólo podemos estimar aproximadamente el número de lenguas
supervivientes nativas y su número de hablantes, especialmente en
Sudamérica donde están peor documentadas que en Norteamérica,
Mesoamérica o Centroamérica. Las cifras del número de lenguas
son muy variables, Ethnologue lista algo más de 900 lenguas
habladas actualmente; otros autores ofrecen cifras bastante
diferentes, pero casi todas las estimaciones señalan entre 400 y
1500.3 Si admitimos como una cifra razonablemente conservadora
que todavía puede haber unas 600 lenguas amerindias
supervivientes, y unos 18 millones de hablantes de lenguas indígenas
en América, tendríamos unos 30.000 hablantes por lengua, pero la
distribución real de las mismas es mucho más desigual; sólo 17
lenguas amerindias tienen más de 100.000 hablantes y por sí
mismas constituyen el 90% de la población amerindia. Las restantes
lenguas proveerían una media de 1.400 hablantes por lengua, pero
incluso tal cifra es engañosa, pues aunque el 20% de lenguas
amerindias se hablan al norte de México, esas 140 lenguas sólo Áreas de distribución de las lenguas
constituyen el 2% de la población amerindia. ameríndias más habladas en Latinoamérica
a principios del siglo XXI:
Muchas lenguas indias sólo son habladas por un puñado de Quechua
personas, normalmente gente mayor, inclinándose los jóvenes al Guaraní
inglés (Estados Unidos, Canadá), al español (Hispanoamérica) o al Aimara
portugués (Brasil), por lo que la extinción de esas lenguas está muy Náhuatl
cercana, al no ser adquiridas como lengua materna por las Lenguas mayas
generaciones jóvenes. A pesar del limitado número de hablantes Mapudungun
algunas lenguas indias de Norteamérica son bien conocidas por los
préstamos que han dado al inglés en lo que se refiere a nombres de
lugares; por ejemplo Delaware, Massachusetts, Cheyenne, Alabama, Omaha, Dakota, Wichita, Mohave, etc.
Otras se han hecho famosas en el mundo entero gracias al cine: comanche, siux, cheroqui, mohawk, etc. Las
lenguas de Mesoamérica y Centroamérica fueron estudiadas sistemáticamente algo más tarde, y Sudamérica es la
parte que más estudio necesita todavía.4
De todas las lenguas indígenas americanas, la que en la actualidad tiene el mayor número de hablantes es el guaraní
con casi 8 millones de personas que la hablan en Paraguay, Brasil, Bolivia y Argentina, luego está el quechua
sureño, con 5 millones de personas que la hablan en Bolivia, Perú y Argentina, y la quichua (2,5 millones) en
Ecuador y Colombia. Otras lenguas importantes por el número de hablantes serían el aimara (1,5 millones) en
Bolivia y Perú, el habla náhuatl (1,4 millones) en México y quiché y maya (900.000 cada una) en Guatemala y
México respectivamente. Otras estimaciones que consideran juntas las diferentes variantes de las lenguas anteriores
llevan a estas otras cifras:
1. Quechua - 9 a 14 millones.5
2. Guaraní - 7 a 12 millones.6 7 8 9 10 11 Aunque algunos hablan de 15 a 22 millones de hablantes.12 13 14 15
3. Aimara - 2 a 3 millones.16 17 18 19
4. Náhuatl - 1,3 a 5 millones.20 21 22 23
5. Maya - 900.000 a 1,2 millones.24 25 26 Las lenguas de la familia maya son habladas por entre 2 y 7 millones
de personas.
6. Mapundungun - 440.000 hablantes.27
Actualmente se siguen hablando más de 1000 lenguas indígenas diferentes en América, puede consultarse una lista
más o menos extensiva en: Anexo:Lenguas indígenas de América. La distribución es muy irregular y generalmente
el número de lenguas indígenas en América Latina es más numeroso en las regiones más inaccesibles y aisladas de
la región. En México la región con mayor número de lenguas indígenas es el sur, Oaxaca y área maya. En
Colombia la región amazónica, el sur y el oriente del país es la región con mayor diversidad aunque también existen
numerosos indígenas de la familia chocó a lo largo de la costa del pacífico. En Venezuela, Perú y Ecuador, las
áreas selváticas son las que tienen mayor diversidad lingüística. Aunque las tierras altas de Ecuador y Perú también
albergan poblaciones indígenas importantes en esas regiones el quechua ha desplazado a numerosas lenguas
preexistentes. En Brasil la mayor parte de la población indígena se concentra en el este, habiéndose extinguido la
mayor parte de las poblaciones indígenas de la costa atlántica.
Características
La diversidad lingüística es lo que caracteriza a las lenguas amerindias de Norteamérica, Mesoamérica,
Centroamérica y Sudamérica, en todos los aspectos: fonológico, morfosintáctico y léxico-semántico. De hecho, no
existen características comunes a todas ellas, lo cual refleja sus orígenes diversos. Tampoco existen carcterísticas
estructurales que se den sólo en América y estén ausentes en el resto del mundo. Lo único que diferencia a las
lenguas de América de las de otros continentes es la diferente frecuencia estadística con que se presentan algunos
rasgos tipológicos, pero salvo eso no existe ninguna diferencia esencial entre las lenguas de América y Eurafrasia.
Los rasgos más frecuentes entre las lenguas americanas son también rasgos frecuentes en las lenguas del mundo. La
mayoría de lenguas del mundo, y las lenguas americanas no son excepción, son lenguas que prefieren los sufijos a
los prefijos (y otros tipos de afijos). No escasean entre las lenguas americanas lenguas exclusivamente sufijantes
como la mayor parte de las lenguas andinas o las lenguas witoto, aunque también existen lenguas que usan muchos
prefijos, además de sufijos, como las lenguas arahuacas y panoanas. También hay numerosas lenguas que tienen
pocos prefijos y sufijos, como las macro-yê, caribe o tupianas28 y a su vez hay unas pocas que tienen muchos
prefijos y más sufijos (hevero o chébero), habiendo otras, raras, que casi no tienen afijación, como las lenguas chon
(tehuelche, ona).29
Cada área reducida a veces tiene peculiaridades prototípicas de origen genético o surgido por contacto
prolongado, pero en general la diversidad existente entre las lenguas americanas es tan grande como la diversidad
en las lenguas del mundo. De hecho se han identificado un cierto número de áreas de converegencia lingüística en
América.30 31
Características gramaticales
Las raíces verbales en las que el objeto nominal está incorporado son también frecuentes. Muchas lenguas son del
tipo aglutinante (quechua, panoano, mapuche), es decir, combinan varios elementos de significado distintivo en una
sola palabra sin cambiar el elemento. Otras (caribes, tupís) muestran una moderada cantidad de cambio y fusión de
los elementos cuando se combinan en palabras.
El singular y plural de la tercera persona no se distingue obligatoriamente ni en tupí ni en caribe, pero lenguas como
yagán y mapuche tienen singular, dual y plural. Una distinción muy común es la que se da entre la primera persona
inclusiva (tú y yo, oyente incluido) y la primera exclusiva (él y yo, oyente excluido). Las formas pronominales se
diferencian según las categorías que indican, ya sea que la persona esté presente o ausente, sentada o levantada y
lo mismo ocurre en guaicuruano y movima. Los casos en el nombre se expresan generalmente por sufijos o
posposiciones, siendo el uso de preposiciones más (especialmente en Sudamérica). La posesión se indica
predominantemente por prefijos o sufijos y los sistemas en los que las formas posesivas son las mismas en el sujeto
de los verbos intransitivos y en el objeto de los transitivos son muy corrientes. Los afijos clasificatorios que
categorizan los nombres según la figura del objeto se dan en chibchano, tucanoano y waicano.
Muy frecuentemente las formas verbales marcan el sujeto, el objeto y la negación, todo en una única palabra. Las
categorías de tiempo y aspecto parecen estar representadas generalmente en las lenguas sudamericanas, si bien las
categorías expresadas varían mucho de una lengua a otra. Por ejemplo, la aguaruna (jivaroano) tiene una forma
futura y tres pasadas diferenciadas por distinción relativa, mientras que en guaraní la diferencia es básicamente
entre futuro y no-futuro. Otras lenguas como la jébero expresan categorías modales. Son muy comunes los afijos
que indican movimiento, principalmente hacia y fuera del hablante, y localización (como en las lenguas quechuas,
aimaras, záparo e itonama) y en algunas familias como la arawak o la panoana, hay muchos sufijos en el verbo con
significado adverbial concreto. Los afijos clasificatorios que indican la manera en la que se realiza la acción ocurren
en jébero y ticuna. Las acciones hechas individual o colectivamente se diferencian paradigmáticamente en caribe,
mientras que en yámana y jívaro las raíces verbales se usan de acuerdo a si el sujeto o el objeto es singular o
plural. Hay varias lenguas (guaicuruano, mataco y cocama) en las que algunas palabras tienen formas diferentes
según el sexo del hablante.
Las frases en las que el predicado es un nombre declinado como un verbo con el significado de 'ser' o 'tener' el
objeto designado mediante el nombre ocurren en bororo y witoto, como 'yo-cuchillo', es decir, 'yo tengo un
cuchillo'. Las frases en las que el sujeto es el objeto de la acción son frecuentes pero las frases verdaderamente
pasivas en las que se expresan el
recipiente de la acción y el agente
de la misma son raras, aunque
ocurren en witoto. Las frases
subordinadas se introducen
raramente por conjunciones,
expresándose normalmente por
elementos pospuestos o formas
especiales de los verbos, tales
como gerundios, participios o
conjugaciones subordinadas.
Finalmente en cuanto a la
ergatividad, ésta está
ampliamente extendida en las Sufijación y prefijación en las lenguas del mundo.
siguientes familias de lenguas:
mixe-zoque, en mayenses; en Sudamérica, las lenguas yê, las arawak, las tupí-guaraní, las pano-tacanas, las
chibchas y las caribes. Y en Estados Unidos y Canadá el chinook y el tsimishian.
Características fonológicas
También existen entre las lenguas americanas lenguas tonales que se concentran sobre todo en Mesoamérica y la
Amazonia.
Los sistemas que poseen vocales nasales son los corrientes (macro-yê, sabelano), pero en varias lenguas (tupiano,
waicano) la nasalización es una característica de las palabras completas no de vocales o consonantes. Hay una
aparente ausencia de vocales anteriores redondeadas ([y], [ø]) pero las vocales no redondeadas posteriores y las
centrales altas son corrientes. Varios sistemas tienen vocales largas como el chipaya y algunas lenguas caribe,
ocurriendo las vocales glotalizadas, como por ejemplo en ticuna y chon. Son muy comunes los sistemas con énfasis
tonal en sílabas enfatizadas, como en panoano, witotoano y chibchano. Sistemas con tres tonos (acaricuara),
cuatro (mundurucú, nukak) y cinco (ticuna) son más bien raros.
Léxico
Muchas lenguas indias en los Andes y en las montañas orientales tienen préstamos del quechua, ya sea
directamente o a través del español.33 La lenguas arawak de muchas islas del Caribe tiene préstamos del caribe
que han formado una parte especial del vocabulario, usado sólo por los hombres. Esas palabras fueron adoptadas
tras ser derrotados los hablantes taínos de la isla por los caribes. Entre el quechua y el aimara hay abundantes
préstamos pero es difícil determinar la dirección de los mismos.
Por otro lado, algunas lenguas indias han sido origen de préstamos a
las lenguas europeas. Por ejemplo, el taíno (familia arawak) prestó
al español las palabras 'canoa', 'cacique', 'maíz' y 'tabaco', entre
muchas otras. Ninguna otra lengua de las nativas sudamericanas ha
contribuido de forma tan extendida y con palabras tan corrientes,
aunque el quechua ha dado vocablos especializados como 'cóndor',
'pampa' y 'vicuña'. El número de préstamos arahuacanos más
numerosos se ha dado en las Antillas, una región donde el holandés,
francés, inglés, portugués y español han estado presentes por largo
tiempo. Las lenguas caribe, el otro grupo importante de la región,
El Jitomate también llamado tomate, es uno
no parecen haber fraguado muchas palabras, aunque 'caníbal' es
de los muchos productos hortícolas de una forma semántica y fonéticamente modificada del autónimo de
América cuyos nombres fueron tomados los caribes. La influencia de algunas lenguas indias en variedades
prestados por las lenguas europeas..
regionales del español y del portugués ha sido considerable. Por
ejemplo, el tupí-guaraní es responsable de muchas palabras indias
en portugués brasileño, el guaraní en el español de Paraguay ('ñandú', 'ananá', 'tapioca', 'jaguar', 'mandioca',
'tucán', 'tapir') y nordeste de Argentina y el quechua en el español que se habla desde Colombia a Chile y
Argentina. Igualmente el quechua es origen de muchos topónimos en Sudamérica.
Los nombres propios, con los que diferentes creencias están relacionados, muestran una diversidad de fenómenos,
entre ellos el de nombrar al padre como al hijo (teknonimia) en algunos grupos arahuacanos. O el repetido cambio
de nombre según la etapa de desarrollo, como pasa en guayakí, o la palabra tabú que prohíbe incluso la
pronunciación del nombre propio o de la persona fallecida o ambos, como pasa en los grupos más meridionales
(alacaluf, yámana, chon) y en la región del Chaco (toba, terena) y el uso de nombres totémicos para los grupos
como en las etnias panoanas.
Sistemas de escritura
Muy pocos pueblos americanos inventaron escrituras para sus lenguas antes del siglo XVI. En Mesoamérica, los
mayas usaban ya un sistema de escritura desarrollado y completo cuando los españoles llegaron allí (véase
escritura maya). Este sistema era similar al usado anteriormente por los olmecas que figuran como precursores de
la escritura en América. El idioma epiolmeca de las primeras inscripciones americanas se ha identificado como una
lengua mije-soke).34 La escritura zapoteca, usada para el zapoteco epigráfico, está testimoniada un poco después
que la escritura olmeca. En Sudamérica, por otra parte, no existió de un sistema de escritura propiamente dicho
antes de la llegada de los españoles, los quipus ayudaban a llevar ciertos registros en los Andes centrales pero no
permiten registrar textos lingüísticoss o crónicas detalladas.
Tras la llegada de los españoles, muchas lenguas comenzaron a ser escritas. Tal vez el sistema más famoso, en ese
sentido, es el creado por el indio cheroqui Sequoyah para su lengua nativa. Se trata de un silabario en el que cada
símbolo representa una secuencia consonante-vocal. Otros sistemas de escritura, son el cree, el winnebago y
algunas lenguas atabascanas septentrionales. No obstante, escrituras alfabéticas también se han usado, adaptadas
del alfabeto romano con añadiduras de signos diacríticos y letras adicionales. Tras la influencia europea se crearon
sistemas de escritura completa en Sudamérica: uno de los Kuna en Panamá y otro en Bolivia y Perú. Hay ayudas
mnemónicas, mezcla de ideogramas y pictogramas, para recitar textos religiosos en quechua y rituales médicos en
kuna, estando en uso todavía este último.
A pesar de todo, en Norteamérica y Sudamérica, la política educativa de los blancos no ha estimulado, en términos
generales, la alfabetización en las lenguas indias, sólo a finales del siglo XX la actitud se ha vuelto más favorable
hacia las lengua indígenas. Una rica literatura oral de los mitos indios americanos, cuentos y canciones se ha
publicado en parte gracias al esfuerzo de lingüistas y antropólogos, existiendo ahora una conciencia creciente de
instruir a los nativos para que transcriban sus propias tradiciones, como es el caso de los navajo.
Se han hecho esfuerzos para introducir la alfabetización en las lenguas nativas, habiendo algunas ortografías ya
desde el siglo XVII (guaraní, quechua) y para otras los lingüistas han diseñado sistemas de escritura y preparado
cartillas en los últimos años.
Los misioneros españoles documentaron y aprendieron a hablar un número considerable de idiomas indígenas.
También desde muy temprano, en pleno siglo XVI, escribieron métodos para aprenderlas (frecuentemente
llamados Arte(s) de la lengua).
Clasificación filogenética
Las lenguas indígenas de América presentan gran diversidad lingüística, y el número de unidades filogenéticas o
familias de lenguas bien establecidas es considerablemente alto (más de 80, además de un número muy
considerable de lenguas aisladas). La mayoría de clasificaciones modernas han tratado de probar o sugerir
relaciones de largo alcance que proponen un número substancialmente
menor de familias de lenguas, y que en último término podría explicar
como fue la diversificación de los pueblos indígenas americanos. Sin
embargo, muchas de las clasificaciones que incluyen un número reducido
de familias han sido ampliamente criticadas, ya que frecuentemente no
pueden considerarse concluyentes ya que se basan en un elevado grado
de especulación. A continuación se presenta una clasificación de las
unidades filogenéticas bien establecidas, dejando sólo para el final del
artículo las propuestas más hipotéticas y controvertidas.
México y Centroamérica
1. Alagüilac [NC/xinca?, †]
2. Coahuilteco [NC, †]
3. Cotoname [NC, †]
4. Cuitlateco [A, †]
5. Huave [A]
6. Maratino [NC, †] (NE de México)
7. Naolano [NC, †] (Tamaulipas)
8. Quinigua [NC, †]
9. Seri [A]
10. Solano [NC, †] (NE México, Texas)
11. Purépecha [A]
México.
Recientemente se han aportado evidencias de relaciones entre los grupos anteriores así Callaghan (1997) propone
la familia yokutiana y Langdon (1974) da pruebas en favor del pomo-yumano-cochimí.
1. Adai [NC,†]
2. Atákapa [A,†]
3. Beothuk [A,†]
4. Cayuse [A,†]
5. Chimariko
6. Chitimacha [A,†]
7. Coahuilteco [NC,†]
8. Cotoname [NC,†]
9. Esselen [A,†]
10. Haida [A]
11. Karankawa [NC,†]
12. Karok (Karuk) [A]
13. Kootenai [A]
14. Natchez [A,†]
15. Salinero [A,†]
16. Siuslaw [A,†]
17. Solano [NC,†]
18. Takelma [A,†] Lenguas aisladas (negro), casi-aisladas (gris oscuro)
19. Timucua [A,†] y de clasificación dudosa (gris claro) de Canadá,
20. Tonkawa [NC,†] USA y México.
21. Tunica [NC,†]
22. Washo [A]
23. Yana [A,†]
24. Yuchi [A,†]
25. Zuñi (Shiwi) [A]
Sudamérica
Algunas de las principales fuentes de clasificación de lenguas de América del sur son: Adelaar (2004), Campbell
(1997), Gordon (2005), Kaufman (1990, 1994), Key (1979), Loukotka (1968). En número de lenguas existen
siete grandes familias lingüísticas de amplia distribución el Sudamérica: la familia macro-tupí, la familia arawak,
la macrofamilia macro-gê, la familia caribe, la macrofamilia pano-tacana, la familia chibcha y la familia
tucana. Por número de hablantes son importantes familias o macrolenguas formadas por un número reducido de
lenguas que alcanzaron gran difusión: quechua, aimara y mapuche. Una lista completa de las familias lingüísticas
correctamente identificadas en sudamérica es la siguiente, entre paréntesis se coloca el número aproximado de
lenguas, las lenguas extintas o casi-extintas se marcan con el signo (†):
Hipótesis amerindia
La hipótesis amerindia, postulada inicialmente por Joseph Greenberg, sugiere que todas las lenguas indígenas
americanas pueden en último término agruparse en tres unidades filogenéticas o macrofamilias, que de norte a sur
serían:
Lenguas esquimo-aleutianas, que según Greenberg estarían emparentadas con las lenguas euroasiáticas.
Lenguas na-dené, que en último término estarían emparentadas con las Lenguas dené-caucásicas.
Lenguas amerindias, que englobaría al resto de lenguas americanas, constituyendo por tanto la familia
lingüística formada por un mayor número de lenguas sobrevivientes.
Los métodos por los cuales Greenberg y Ruhlen apoyan dicha hipótesis han sido ampliamente criticados por otros
lingüistas partidarios de una aplicación más rigurosa de los métodos de la lingüística histórica. De hecho muchos
lingüistas sugieren que aunque en último término las unidades filogenéticas anteriores fueran correctas, el tiempo de
separación de unas lenguas de las otras serían tan grande que no resulta posible reconocer adecuadamente los
parentescos y por tanto no serían estrictamente demostrable por los medios comunes de la lingüística histórica. Por
esa razón muchos lingüistas consideran que la hipótesis amerindia y el resto de emparejamientos lingüísticos de las
lenguas americanas con lenguas de Eurasia son totalmente espurios.
Algunas otras aficiliaciones o macrofamilias propuestas sobre las que existen menos evidencias de parentesco y son
poco aceptadas por algunos lingüistas están:
Lenguas macro-penutí, que incluiría a las lenguas penutíes propiamente dichas, al las lenguas macro-
mayas y a las lenguas muskoki, entre otras.
Macrofamilia hokana, que engloba varias lenguas de California y Norte de México, en la que algunos
autores incluyen también lenguas centroamericanas.
Macro-chibcha, popularizada por Geenberg (1987) y preconizada anteriormente entre otros por Loukotka
(1942), Mason (1950), Rivet (1952). Adolfo Constenla (1981, 1991, 1995), propuso la macrofamilia
lenmichí, una propuesta diferente de Greenberg, basada en el método que comparativo que incluía como
ramas a las lenguas lenca, misumalpa y chibcha.
Macrofamilia andina popularizada por Geenberg (1987), esta propueta ha sido ampliamente criticada
básicamente por las mismas razones que la hipótesis amerindia. En los andes ciertas zonas de los Andes
existen indicios de la existencia de áreas lingüísticas por lo cual las lenguas muestran similaridades
superficiales de las que no se deduce un parentesco filogenético genuino.
Macrofamilia ye-pano-caribe, que englobaría a las Lenguas macro-yê, a las lenguas pano-tacanas y a las
lenguas caribe, algunos autores han reformulado este parentesco como ye-tupí-caribe excluyendo al grupo
pano pero incluyendo al grupo tupí.
Macrofamilia ye-tupí-caribe, formulado más recientemente sobre la base de irregularidades compartidas
en el sistema verbal.
Macrofamilia arahuacana, que englobaría a las lenguas arawak, las lenguas arauanas y las lenguas
guahibanas.
lenguas macro-siux, que comprendería hipotéticamente a las lenguas iroquesas, las lenguas sioux y las
lenguas caddoanas.
Además de los idiomas históricamente ligados a una comunidad, citados anteriormente, en América también existen
variedades pidginizadas o sabires que en ocasiones han llegado a ser ampliamente usados como lingua franca
para la intercomunicación entre varias comunidades lingüístcas, entre estos pueden mencionarse:
El estudio tipológico de las lenguas autóctonas de América, ya conducido a establecer que en varias zonas del
continente las lenguas ha habido desarrollos convergentes en la historia de las familias de lenguas presentes en esas
zonas. Esas zonas se llaman áreas de convergencia lingüística. La evolución convergente en esas áreas se habría
debido a contactos prolongados entre hablantes de lenguas de varias familias, especialmente mediante el
matrimonio interétnico. Las regiones donde se ha establecido con razonable certeza la emergencia de áreas
lingüísticas son:
Una dificultad con los nombres de las lenguas indígenas son los nombres, al tratarse de lenguas con pocos
hablantes frecuentemente no existe un único nombre estandarizado para los nombres de las lenguas (glotónimos).
La situación se complica porque frecuentemente los nombres varían según el origen de los lingüistas que han
descrito las lenguas o la ubicación de las lenguas. La siguiente tabla de las correspondencias alternativas entre los
sistemas transcripción más frecuentes:
Kaufman Indigenistas
AFI Americanistas Español Portugués Inglés
(1990) brasileños
/ʦ/ c tz, ts ts
/ʧ/ ch č ch tx tx ch
/ʃ/ sh š x, sh x, ch x sh
/ʒ/ j y j j zh
/j/ y y y, i i y y
/b/ b b b, v b b b
/v/ v v b, v v v v
/h/ h h j, h rr, h h h, kh
/s/ s s s, z, c s, ss, ç s s
/w/ w w gu/gü-, hu/uh- u w w
/ʎ/ ly ly ll lh lh ly
/ɲ/ ny ny ñ nh nh ny
/k/ k k c, qu c, qu k k
/g/ g g g, gu g, gu g g
/ʔ/ ' ', 7 Ø, ', -h Ø, ' Ø
/ɨ/ u ɨ, y, ü, i ü ü
/ə/ e, ö ö ö
Véase también
Anexo:Lista de lenguas indígenas de América
Arte (gramática)
Portal:Lenguas indígenas de América. Contenido relacionado con Lenguas indígenas de América.
Wikiproyecto:Lenguas indígenas de América
Referencia
Bibliografía
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Gramáticas, diccionarios y catecismos coloniales en lenguas indígenas
(http://www.memoriachilena.cl/temas/documentos.asp?
id_ut=gramaticasdiccionariosycatecismoscolonialesenlenguasindigenas) Gramáticas antiguas del tiempo
cteamo muchotototototote amor no lo olvides
tamales]]
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