El programa de extensión agrícola en Filipinas pronto ofrecerá asesoramiento sobre fertilizantes

por mensaje de texto

a. Los investigadores en Filipinas pronto utilizarán teléfonos móviles para ayudar a los agricultores
a usar la cantidad correcta de fertilizante, maximizar sus cosechas, ahorrarles dinero y proteger el
medio ambiente. Es una forma novedosa de entregar información importante a los agricultores
remotos que de otra manera no tienen acceso a consejos de expertos. Para los agricultores que
buscan aprovechar al máximo sus campos, el fertilizante es un ingrediente esencial pero costoso.
"Los fertilizantes representan alrededor del 20 por ciento de los costos de los insumos en la
producción de arroz para los agricultores", dice el científico del suelo Roland Buresh en el Instituto
Internacional de Investigación del Arroz. "Así que es realmente muy importante".

b. Buresh lleva años investigando las condiciones óptimas de fertilización. Demasiado poco
significa menores rendimientos y menores ganancias. Demasiado desperdicia dinero y causa
contaminación. Pero como el campo de cada agricultor es diferente, calcular la cantidad exacta de
uso es complicado. Buresh y sus colegas han creado una serie de preguntas clave que ayudarán a
los agricultores a tomar esa decisión. "Lo único de algunas de estas herramientas de decisión es
realmente lo simples que son", dice. "Las preguntas que estamos haciendo son realmente fáciles
de responder".

c. Y para hacerlo aún más simple, los agricultores pronto podrán responder esas preguntas
utilizando sus teléfonos móviles. Cuando el programa se inicie en Filipinas en unas pocas semanas,
un agricultor puede llamar a un número gratuito y escuchar una grabación en su idioma que hará
preguntas sobre el tamaño del campo, la cantidad de arroz que produjo la temporada pasada,
fuentes de fertilizantes naturales como la paja de arroz o los sedimentos de las inundaciones de
los ríos, y así sucesivamente. El agricultor responde las preguntas utilizando el teclado de sus
teléfonos móviles. Una computadora realiza los cálculos y envía un mensaje de texto con la
cantidad y el tipo de fertilizante a aplicar.

d. Buresh dice que el impacto en los ingresos de los agricultores podría ser sustancial. "Solo un
cálculo al final del sobre muestra que en Filipinas, si en un año podemos llegar a solo cinco mil
agricultores y sus campos pueden aumentar el rendimiento en media tonelada por hectárea,
podríamos estar buscando rentabilidad. para aquellos agricultores en el rango de medio millón de
dólares ". Además de los beneficios financieros, también podría ayudar a los agricultores a reducir
la contaminación por fertilizantes. "En Filipinas y en toda Asia, los fertilizantes se han usado en
exceso y se han usado mal porque nadie les explica cuánto necesitan o cómo usarlos", dice
Danielle Nierenberg, investigadora principal de la organización de investigación ambiental
Worldwatch Institute.
e. Nierenberg dice que el potencial de la tecnología va más allá de Asia. Ella ha estado viajando a
través del África subsahariana durante los últimos ocho meses, y donde quiera que vaya, desde
aldeas remotas en Uganda hasta agricultores pobres en Níger, casi todos tienen un teléfono móvil.
"Debido a que es fácil y barato y que cada agricultor puede básicamente obtener su propio
teléfono móvil o pedir prestado a alguien que está por el camino, creo que es cada vez más una
forma de que puedan acceder a cosas que antes no tenían", dice. En Zambia, por ejemplo, los
agricultores sin cuentas bancarias pueden usar sus teléfonos celulares para comprar semillas y
fertilizantes. También pueden averiguar cuánto se está vendiendo su cosecha en los mercados de
la ciudad. "Pueden decidir si quieren viajar desde su aldea a la ciudad", agrega, "porque a veces los
agricultores llegan y los precios son demasiado bajos". Sus teléfonos móviles podrían ahorrarles un
viaje. Entonces, si bien puede que no sea bueno para arar un campo o cosechar verduras, el
teléfono móvil se está convirtiendo en una de las herramientas más valiosas de un agricultor.