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Pensamiento

El valor de la persona

Fernando Pérez de Blas


Licenciado en Filosofía.

El hombre tiene valor, no precio; un precio, siendo como eran per- libertad es un ideologema
las personas tienen valor y las co- sonas, pues ya vimos que no hay calentito para ser explotado a
sas tienen precio. El valor de la excepciones en este terreno. Si en favor de los potentados. La
persona es absoluto, no relativo. el mundo salvaje del Far West apropiación originaria remite a
La persona es sujeto y no debe ser mandaba algo era la ley del revól- la actual propiedad de la liber-
tratada como objeto. Mientras las ver y el talego de monedas. Gra- tad, de modo que la persona
cosas tienen precio, las personas cias a Dios hubo hombres muy pierde su dignidad en el trasie-
ponen el precio porque valen, de dignos en ese ambiente, como H. go laboral, perdido en miles de
ahí que ellas sean la medida y lo D. Thoreau; en este terreno la puestos de trabajo sin poder
mensurante, no lo medido (El excepción confirma desgarrando la realizar ni su vocación ni su
hombre: imagen de Dios, C. Díaz, regla. libertad.
México, Instituto Mexicano de En el plano global, el Norte
Doctrina Social Cristiana, 2000, degenera en la abundancia,
p. 31) Ámbitos de devaluación de mientras el Sur lo hace en la
la persona miseria. La pobreza no admite

L
a persona es un ser de valo- lugar en el capitalismo. ¿Qué
res, que vive en los valores, Encontramos pisoteada la digni- hacemos teniendo en cuenta a
realiza valores y remite a dad del hombre en muchos espa- los pobres, hacernos todos
un valor. Si los hombres podemos cios de la vida, en un proceso acu- pobres, perder el tren del pro-
hablar de valor, en definidas cuen- mulativo tendente a la cristaliza- greso? Pues sí señores del dólar,
tas es porque lo somos. Todos, sin ción, dejando a la persona como porque esas gentes necesitan
excepción. Aquí no hay reglamen- fósil de sí misma: pan y agua, tractores y fábricas
tos que deroguen la ley, concreti- para que veamos su dignidad.
zando el principio abstracto. La a) Económico: La persona es una ¿Su Bolsa y sus valores no le
validez de la persona es absoluta, mercancía, hasta tal punto que dejan dormir? Mire al Sur, por-
en cuanto creatura consciente de la dignificación del trabajo ter- que la gente se despierta de la
su propia dignidad. Entonces, mina siendo un suplicio. Tem- somnolencia provocada por la
¿por qué encontramos tanta infra- poralidad, escasez programada, hambruna sabiendo que su
valoración del hombre, por qué es salarios a la baja, contratos sin estómago permanecerá vacío a
extensión ad infinitum de las tácti- ley, incumplimiento de los con- tiempo completo. El primer
cas despersonalizadoras? Porque a sensos sociales… Una larga lista carnet de persona es una billete-
los hombres se les ha puesto un derivada de la concreción ra rebosante de dólares y un
precio. Todos recordamos los car- capitalista: un régimen de liber- buen paquete de acciones, sin
teles que llenaban los pueblos del tad no acepta el principio de mirar al de atrás, por si nos que-
Oeste en los films clásicos: Se bus- ésta: la igualdad. El capitalismo damos petrificados.
ca, 1000 $. Esos forajidos tenían sabe que sin unos mínimos la

14 Acontecimiento
Día a día El valor de la persona

Detalle del Retrato alegórico de la señorita Vanguardia. Equipo Crónica (Rafael Solbes y Manuel Valdés)

b) Político: La persona es un voto. persona es española, vasca, fran- dad». Querido amigo, vales
Para el político medio no es cesa, catalana o, por otro lado, menos cada día que pasas perdi-
más. Desinformación a manos moroso, violador, asesino, do voluntariamente, inconscien-
llenas, que los pobrecitos ya tie- ladrón. Etiquetas que olvidan la te de tu propia dignidad. Cuan-
nen bastante con buscarse el dignidad, justificando penas de do quieras darte cuenta, perde-
pan, ¿cómo van a comprender muerte y otras aberraciones. La rás hasta tu vida. Hay que educar
los retruécanos de la formalidad cárcel, por ejemplo, no tiene para la vida, pues si dejas a los
democrática? Las personas no entre sus muros personas, sino hijos vivir sin sentido, al final nos
pueden colaborar en política sin individuos físicos. Por eso no desviviremos todos. En las fami-
un carnet. Es el precio que reinserta, sino que provoca la lias se deja la dignidad en un
pagamos si deseamos trabajar reincidencia. segundo plano, el diálogo respe-
institucionalmente. De nuevo, Por lo mismo aquel que no es tuoso perdido en la vorágine del
jerarquías entre personas. ciudadano y además es trabaja- necesito más. A medida que se
dor inmigrante directamente es hunde la dignidad en el querer
c) Legal: La persona es ciudadano. limpiado, secado, empaqueta- cosas, los lazos religantes de la
Otro carnet lo justifica. Las do y devuelto vía urgente. No familia se cortan y permanece un
constituciones habidas —¿y las tiene ningunos de los carnets caos sin sentido.
por haber?— proclaman ser ley especificadores, ni es necesario
de ciudadanos, nunca de perso- para la urdimbre económica. e) Moral: La persona, con su carte-
nas. En el fondo reconocen que Por ahora al menos, ya se le avi- ra llena de carnets, tarjetas y
la personalidad es más profunda sará cuando se le necesite. otros cratismos del buró, va dilu-
que la nacencia contingente. Frente a ello braman desde el yéndose. El aborto, las violacio-
Pero a la vez sustituyen el esta- cielo las pancartas: «Ninguna nes, crímenes, prostitución…
tuto ontológico de persona por persona es ilegal». En un mun- todo vale, porque el dinero se
el de ciudadano. Los códigos do de reivindicaciones absur- mueve por sus intersticios. El
penales hablan de personarse en das, esta es la frescura de la ver- culto al cuerpo, a sabiendas que
los procedimientos, pero ¿acaso dad. no hay eternidad, ni tan siquiera
éstos no son procesos de des- ideologías, me permite gastarme
personalización que buscan la d) Familiar: «Vales lo que disfrutas. millones en operaciones estéticas
simple presencia física, dome- Déjame vivir mi vida, que yo val- o en cuadros para hacer la pose
ñando la presencia moral? La go lo que mis juergas de socie- esteta, cuando la inmensa mayo-

Acontecimiento 15
Pensamiento Día a día

ría de las personas no tienen sino ria: ¿desearía usted que le amaran Lo que se refiere a las inclinacio-
una gran vacío estomacal. El tanto que cuando no tiene qué nes y necesidades del hombre tie-
hedonismo utilitarista, la felici- comer le vendan armas? ne un precio comercial; lo que,
dad a precios de mercado y una El cristianismo se construyó sin suponer una necesidad, se
retórica de lo light, no admiten la destruyendo el concepto jurídico adecua a cierto gusto, es decir, a
imagen del dolor, ni mucho de persona propio de la época una satisfacción producida por el
menos su realidad. ¡Qué trabajen romana. En esa tarea hemos de simple juego de nuestras faculta-
como yo para comer! —exclama seguir, adivinando valores presen- des sin fin alguno, tiene un precio
el pobre posmoderno, rico hasta tes en la realidad, porque nada hay de afecto; pero aquello que cons-
la exuberancia en cosas, mientras tituye la condición para que algo
se regodea por engañar a los sea un fin en sí mismo no tiene un
compañeros con su vagancia o de valor meramente relativo o pre-
robarlos con su buen puñado de cio, sino que tiene un valor inter-
destajos y horas extras. no, es decir, dignidad.
Hubo un tiempo en que […] La moralidad y la humanidad
Nietzsche intentaba reconstruir en cuanto que es capaz de mora-
la vieja jerarquía de valores des- lidad son lo único que posee dig-
de una perspectiva superhuma- nidad (Fundamentación de la me-
na. Desgraciadamente no lo tafísica de las costumbres, E. Kant,
supo hacer. Con su obra como Madrid, Espasa, 1999, p. 112)
excusa se produjo una ingente
infravaloración del hombre, y Sin aceptar la categorización, ten-
con los años la desaparición de demos a aceptar que la persona es
toda jerarquía. El hombre vale lo único testificador de dignidad.
lo que tiene, no lo que es. Precisamente por ello duele más
Conocemos a alguien y pregun- su utilización como simple objeto
tamos qué haces, no quién eres. de uso o cambio, así como el
comercio con sus afectos. Porque
Frente a este panorama desolador, si la persona tiene dignidad, ¿acaso
proponemos un valor hecho virtud más contrario al valor que su sub- no debería tenerla todo aquello
en el compromiso. La virtud por sí jetivismo. Haciéndolos nuestros que hace, cree, quiere, sabe? Hacia
misma no adquiere sentido sin el en la vida cotidiana, en la revolu- ello debemos caminar, con el
otro. Por ello el amor será el eje de ción cotidiana. Sabiendo que sin amor y la crítica como principios.
una nueva moralidad, pues el sabio justicia el amor es una utopía, y sin Sabiendo que los valores brillan en
aristotélico ebrio de virtudes diano- amor la justicia un simple inter- su propia ausencia, como añora-
éticas, o el virtuoso estoico vivien- cambio distributivo, que no es mos al ser querido en la distancia o
do de acuerdo con el lógos, son poco, pero tiene que ser más. en la muerte, pero no dejamos de
superados en la ética cristiana de la Cualquier jerarquía de valores amarlo ni vaciamos nuestra alma
donación al prójimo. Y escuchemos que no tenga el amor liberador de su presencia.
bien: digo cristiana, no democris- (incluso libre, bien entendido) en Con el Evangelio en la mano
tiana, vaticana o cardenalicia. En la su gozne, será puerta cerrada a la hacia la utopía, de nuevo con el
Iglesia todos somos personas y hay persona, tenderá a empequeñecer- hermano Kant:
que fomentar el amor igualitario, la, a rebanarle su dignidad.
no la obediencia irracional. Necesi- Y todo esto, que no por repeti- Esa ley de leyes presenta por lo
tamos reflexionar todos para hacer do deja de ser necesario saberlo, se tanto, al igual que cualquier pre-
verdadera vida el mensaje de Cris- encuentra ya en Kant: cepto moral del Evangelio, la in-
to. Pensar y dialogar con otros tención moral en su plena perfec-
ámbitos de reflexión, no sólo con el En el reino de los fines todo tiene ción tal como, en cuanto un ideal
catecismo en la mano. En fin, reno- un precio o una dignidad. Aque- de santidad, es inalcanzable por
vación perpetua del mensaje prísti- llo que tiene precio puede ser sus- ninguna criatura, constituyendo
no de Dios a través de Cristo: amar tituido por algo equivalente; en sin embargo el arquetipo al que
al prójimo como a ti mismo. En su cambio, lo que se halla por enci- debemos tender a aproximarnos e
versión racionalista: no hagas al ma de todo precio y, por tanto, igualarnos en un progreso ininte-
otro lo que no desees que te hagan no admite nada equivalente, eso rrumpido pero infinito. (Crítica
a ti. Señor empresario de misa dia- tiene una dignidad. de la razón práctica, E. Kant, Ma-
drid, Alianza Ed. 2000, p. 178).
16 Acontecimiento

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