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Tesis Doctoral – Dr.

Miguel Angel Pagés

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

INDICE

Introducción página 3

Tipos de Semejanza página 12

Similitud Patogenética página 13

Similitud según el tipo de enfermedad página 15

Similitud según la etiología página 20

Similitud según el miasma en actividad página 34

Similitud de acuerdo con la experiencia médica página 40

Similitud según su naturaleza página 45

Similitud según la cronología de los síntomas página 47

Similitud según la apariencia página 49

Similitud según la potencia del medicamento página 50

Similitud según la forma de Ser y de Estar página 58

Similitud según la patología página 60

Conclusiones página 80

Bibliografía página 81

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INTRODUCCION

Desde que Hahnemann en 1796 crea la homeopatía, método terapéutico capaz de


curar de una manera suave, rápida y duradera, este se fundamentó en cuatro pilares:

1. Ley de la similitud o semejanza.


2. Experimentación en el hombre sano
3. Medicamento diluido, atenuado y dinamizado.
4. Un medicamento único por vez.

El principio de la similitud existe desde la antigüedad. En el siglo V antes de Cristo,


EMPÉDOCLES DE AGRIGENTO, enuncio que los semejantes son atraídos por los
semejantes.

Empédocles tiene su acmé o flourit a mediados del siglo V pues se estima que nació en
el 490 a. C. en la isla de Sicilia, en la antigua ciudad de Akragas, en latín Agrigento, hoy
Girgenti. Vivió setenta años de modo tal que participó en forma plena del siglo de Perícles.
Así, fue contemporáneo de Heródoto y de Sófocles, de Eurípides y de Protágoras, su discípulo
más destacado fue Gorgias de Leontini, uno de los maestros de la sofística.

En la construcción de su filosofía, tanto como en su compleja y polifacética


personalidad convergen dos corrientes de pensamiento. Por un lado los filósofos jónicos,
Tales de Mileto privilegiando como principio el agua, Anaxímenes de Mileto con el aire,
Heráclito de Efeso con el fuego, quienes buscando un principio universal para explicar la
multiplicidad de la naturaleza exaltaban un principio sobre los otros, sea este el agua, el aire o
el fuego. Por otro lado la mística órfico-pitagórica descubridora del alma como principio
espiritual del hombre y su destino trascendente.

La atracción de los semejantes, principio físico, fundante de la filosofía de Empédoles,


según el cual “lo semejante llama a lo semejante”, y que luego va ha ser utilizado
magistralmente por Platón, adquiere en Empédocles funcionalidad para explicar su teoría del
conocimiento. Y así lo afirma:”Por la tierra vemos la tierra, por el agua el agua, por el éter el
divino éter, por el fuego el destructivo fuego, la amistad por la amistad y la discordia por la
funesta discordia”.

Su teoría de la percepción, expuesta por Teofrastro, se funda en el principio de la


semejanza sobre la hipótesis de que las emanaciones expulsadas por las cosas penetran en los
sentidos a través de los poros, que en cada órgano son semejantes a los efluvios que debe
recibir.

Este fundamento filosófico es aplicado luego de 150 años por HIPOCRATES (460-
350 AC).

Para Hipócrates, la salud es la armonía perfecta de las fuerzas, su equilibrio completo.


La enfermedad tiene la misión de establecer el equilibrio perturbado; por consiguiente, es una

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reacción de conservación. Salud y enfermedad son dos funciones que tienden al mismo fin: la
conservación del individuo.

La naturaleza cura de tres modos (1):


1. De forma pasiva o estática: por el reposo, la abstinencia o el sueño.
2. De modo activo o dinámico: ejercicio, movimiento, aumento de la nutrición.
3. Por medio de “levantamientos” o reacciones, que son “movimientos calculados”.

Estos son los síntomas, esos “gritos de la naturaleza” que nos revelan el estado del
cuerpo.

El médico no cura las enfermedades, debe ser “el intérprete”, “el servidor” de la
naturaleza. Debe también considerar todas las manifestaciones por las que la naturaleza
traduce su transformación, manifestaciones psíquicas u objetivas, evidentes u ocultas.

En la enfermedad debemos considerar dos factores opuestos: la acción “morbífica”y


la acción “medicatrix”.

Acción morbífica

Pueden presentarse dos casos:

1. La causa es “accidental”; de origen externo, está relacionada directamente con


el síntoma que provoca. Es necesario combatir la causa y buscar suprimirla.
2. Con mayor frecuencia la causa guarda relación con todo un sistema de
circunstancias ligadas a la vida misma del paciente. La noción de enfermo
domina a la noción de enfermedad. Es el enfermo el que debe estudiarse pues
sus reacciones son la guía más segura de la terapéutica.

Acción medicatrix

Puede ser de dos tipos:


• La causa morbífica directa se conoce. Hipócrates enunció para este caso la ley
de que “lo contrario es curado por su contrario”. La sed es curada por la
bebida, la retención por la evacuación. Desaparecidas las causas, se suprime el
efecto. “Sublata causa tollitur effectus”.
• Se desconoce la causa: “Lo semejante es curado por lo semejante”. “Aquello
que produce la disuria cuando no existe, la cura cuando existe”. “Las
sustancias que son purgantes naturales pueden provocar estreñimiento”.

En terapéutica, el criterio es la “medida”.

La medicina, dijo Hipócrates, es la medida fugaz. Aquel que la comprende tiene en


ella un punto fijo, conoce el umbral en el que la realidad se hace irreal, es decir, donde los
purgantes se hacen estridentes, lo mismo que algunos otros.

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De este modo aplicó Hipócrates la ley de los contrarios a las enfermedades de
causa conocida. La ley de la semejanza regía para las enfermedades de causa
desconocida.

El observó detenidamente la Naturaleza y los fenómenos tal cual ocurren. Aplicado a


la medicina creó el famoso aforismo: “Similla similibus curentur”.

Este principio de la similitud fue rescatado en el siglo XVI por FELIPE TEOFRASTO
BOMBASTO DE HOHENHEIN, llamado PARACELSO (1493-1541).

Paracelso es el esfuerzo medieval. De aquella época admirable y misteriosa, en la que


todo se “revelaba” más que se manifestaba. Paracelso es la fuerza poderosa, viril y enérgica
que agita las academias, derriba los ídolos y galvaniza los espíritus, provocando a la vez
envidia y respeto, odio y amor, por la amplitud extraordinaria de sus ideas. Su obra cristaliza
en cierto modo las aspiraciones de los filósofos y sabios de su época, anhelantes de poseer el
supremo conocimiento del mundo y del hombre.

Una primera verdad es enunciada por Paracelso: “Igual que la enfermedad nace de la
salud, la salud nace de la enfermedad.”

Paracelso añade: “Por esto, hay que conocer no solamente los orígenes de la
enfermedad, sino también las reparaciones de la salud. Los médicos inhábiles se apartan de la
luz de la naturaleza y la oscurecen, porque toman una base que su propio cerebro les ha
proporcionado siguiendo los dictados de la fantasía y sin prueba alguna de la luz de la
naturaleza.”

Esta luz es el gran mundo, el “Macrocosmos”, cuyas relaciones de analogía con el


hombre, el “Microcosmos”, deben estudiarse al detalle.

De este modo Paracelso se opone de inmediato a GALENO. El enfermo no es un


hombre cualquiera, es un Ser humano creado, que lleva en sí a la vez las muestras de su
función y su enfermedad. En tanto que el médico quiera, por un análisis sutil o por
exploraciones hábiles, conocer a su enfermo para determinar lógicamente, racionalmente, su
tratamiento, se equivocará, puesto que la decisión tomada depende sólo de él mismo, el
médico, y no está sujeta al control de la naturaleza. ¿Por qué no considerar al hombre
(microcosmos) en sus relaciones con el universo (macrocosmos)? Así, el examinador sagaz se
transforma en observador prevenido, que, recogiendo las pruebas debidas, camina hacia un
conocimiento real y una terapéutica oportuna, porque se halla adaptada ahora “in numero, in
pondere, in mesura”, en tiempo, masa y medida, al individuo.

La naturaleza, agrega, es un gran médico, y este médico lo lleva el hombre dentro de


sí.

“Si la naturaleza se defiende ella misma, curará por si sola las enfermedades. Posee,
para curarlas, un método cierto que el médico ignora. Por ello, éste es únicamente el ministro
y defensor de la naturaleza”.

He aquí remozado el primer principio de Hipócrates, admitido por todo médico


respetuoso y fiel a su observación: Natura medicatrix.

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No debemos limitarnos a usar los métodos que la naturaleza emplea, no hemos de


permanecer inactivos. Por esto, añade Paracelso, hay dos clases de médicos: los que se sirven
solamente de métodos de defensa y los que son verdaderos sanadores dado que emplean
medios curativos.

“Así pues, es necesario comprender, agrega Paracelso, que el hombre y las cosas
externas mantienen cierto acuerdo o semejanza, de tal modo que concuerdan y se ayudan
mutuamente (afficiunt ac admittunt), es decir, el médico debe saber que una vez que ha
percibido claramente (perpexerit, erkennt) la naturaleza de estas cosas que se convienen y
ayudan mutuamente, poseerá el conocimiento de la anatomía”.

Comprendamos este término en el sentido de Paracelso: anatomía de la efigie,


comprensión del signo manifestado, de la imagen creada en sus relaciones de analogía,
porque todas las cosas son representadas (sunt effigietoe, sind gebildet).

Paracelso agrega: “El médico debe conocer la anatomía del hombre, de las
enfermedades y de las hierbas.”

Entendamos por anatomía la forma, la morfología del hombre, las enfermedades y las
hierbas. “Entonces la Medicina hallará la concordancia de la anatomía de los seres y de las
enfermedades, que son semejantes y se relacionan entre sí”. Y Paracelso concluye: “Lo
semejante corresponde a lo semejante”.

Aquí tenemos no solamente expresado, sino explicado en su aplicación, el segundo


principio de Hipócrates: Similla similibus.

Las enfermedades, según Paracelso, provienen de la transmutación. “Todo aquello que


es transmutado, ha de transmutarse, poniendo atención en que las anatomías conservadas
concuerdan recíprocamente. Luego, si la enfermedad sobreviene, hay que disponerlas en una
u otra transmutación. Es así que las recetas deben establecer y componerse, y no como lo
hacen los charlatanes, prescribiendo jarabes, triacas y otras cosas en las que no hay anatomía
alguna, sino sólo fantasía pura”.

El remedio ha de adaptarse al enfermo, y sólo el conocimiento de la verdadera


naturaleza de la enfermedad y la observación profunda del enfermo permiten al médico
determinar exactamente el remedio que curará, el que transformará al enfermo, que lo
transmutará, para emplear la expresión exacta de Paracelso, la que no puede hacernos sonreír
si conocemos las transmutaciones metálicas y microbianas.

Sigue diciendo Paracelso: “Ahora bien, los signos son dados únicamente después que
el cuerpo y la sustancia son denotados por ellos. Por esta razón, los nombres de las
enfermedades deberían imponerse con más acierto, según el método de curación: por ejemplo,
la epilepsia: viridellus morbos, puesto que esta clase de epilepsia es curada por Viridellus”.

¿No volvemos a encontrar aquí nuestra costumbre clínica de denominar un síndrome o


las formas diferentes de una enfermedad por el nombre del remedio que les corresponde?

Llamó a las enfermedades por el nombre de los remedios que podían curarlas, a la vez
que eran capaces de provocarlas. En tiempo de Paracelso el conocimiento sobre la acción de

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las drogas era muy elemental y precario, por lo tanto debió buscar la similitud entre los
medicamentos y en las enfermedades en el llamado “principio de las signaturas”.

Según este principio ciertos signos objetivos de los medicamentos, como el aspecto o
el color, indican su utilidad para determinadas enfermedades. Por ejemplo la quelidonia
(Chelidonium) de color semejante al de la bilis estaría indicada para afecciones hepáticas.

Si bien la idea de la similitud, como principio terapéutico natural, fue enunciada por
HIPÓCRATES, fue SAMUEL HAHNEMANN (1755-1843) quién le confirió el valor de una
ley natural, debido a sus trabajos experimentales con las patogenesias medicamentosas.

En el Par. 25 del Organón nos dice: “ La experiencia imparcial, sin ninguna duda el
único fundamento del arte de curar, nos enseña, en todos los ensayos ejecutados con
conciencia, que, en efecto, el medicamento que, actuando sobre hombres sanos ha podido
producir más síntomas semejantes a aquellos de la enfermedad a tratar, es el único que
conviene para restablecer la salud. Este medicamento debe también realmente poseer,
administrado a dosis reducida y a la dinamización atenuada convenientemente, la facultad de
destruir de una manera rápida, radical y permanente, la totalidad de los síntomas de este
estado mórbido, es decir, de aniquilar la enfermedad presente toda entera”.

En el Par. 26 enuncia la llamada Ley de los semejantes:


“En el organismo viviente, una afección dinámica más débil es extinguida de una
manera durable por una más fuerte, si ésta, (de especie diferente), se le asemeja sin embargo
mucho en sus manifestaciones.”

Como hemos visto a través de la historia partimos de un principio filosófico para


terminar con una ley enunciada por HANNEMANN como la Ley de los semejantes.

El principio general de similitud implica una concepción muy amplia de los hechos
biológicos y médicos tal como ocurren en la realidad concreta.

Toda ley general no contempla casos particulares.


La experiencia homeopática de más de dos siglos ha demostrado que el principio de la
similitud sigue vigente pero hay aspectos de su aplicación no contemplados.

HANNEMANN en sus escritos describe dos formas de similitud, una cuantitativa y


otra cualitativa. (2)

Cuantitativa

Similitud

Cualitativa

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Ejemplo de la primera es cuando nos dice: “el remedio que ha podido producir más
síntomas semejantes a aquellos de la enfermedad a tratar es el único que conviene”

Aquí podemos ver que estamos ante una idea cuantitativa de la similitud.

En otros escritos afirma que la similitud debe ser referida a “los síntomas más
llamativos, inusitados, raros, peculiares y característicos, tanto del enfermo como del
medicamento”.

En este último caso estamos en la presencia de una similitud cualitativa.

Es decir, ya no será más semejante aquel medicamento que presente similaridad con la
mayor parte de los síntomas sino con aquellos que son más característicos. Es lo que
actualmente conocemos como “totalidad característica”, por constituir el núcleo
fundamental de la constitución psicofísica del paciente.

Esta idea de la similitud cualitativa la expresa claramente en el Par. 153 del Organón:

“La comparación del conjunto de síntomas de la enfermedad natural con la lista de


síntomas patogenéticos de medicamentos bien experimentados, es útil repetirlo, es la
condición sine qua non para encontrar entre estos últimos una potencia farmacodinámica
semejante al mal a curar. Pero es necesario sobre todo y casi exclusivamente, en la búsqueda
del remedio homeopático específico, referirse a los síntomas objetivos y subjetivos
característicos más llamativos, más originales, más inusitados, más personales. Son ellos
principalmente los que deben corresponder a los síntomas muy semejantes del grupo
perteneciente al remedio a encontrar para que este último sea el que convenga mejor a la
curación”…

“ Al contrario, los síntomas comunes y vagos, como los malestares, el cansancio, el


dolor de cabeza, la falta de apetito, un mal dormir, etc., merecen poca atención, sea a causa
de su carácter banal e impreciso, sea también porque se los encuentra en casi todas las
enfermedades y en casi todos los medicamentos”.

Antes de continuar con los diferentes criterios de similitud debemos hacer hincapié
que la “Ley de los semejantes” postulada por Hahnemann tubo su origen en las llamadas
Patogenesias.

El creador de la homeopatía, decepcionado de la medicina de su tiempo, que sólo


administraba purgantes drásticos, vomitivos, sangrías y otros métodos violentos a los
enfermos, halló que todos ellos carecían de un fundamento lógico, racional, que eran
aplicados en forma totalmente empírica y que no se sustentaban sobre ninguna base cierta.

En el año 1790, en la ciudad de Stoeteritz, mientras traducía la “Materia Médica” del


médico escocés William Cullen, no concuerda con el autor en la descripción que éste hace de
las propiedades de la China officinalis o corteza de quina del Perú, a la que atribuye una
acción específica contra la fiebre palúdica en cualquiera de sus formas, lo cual contradice la
propia experiencia de Hahnemann. En conocimiento de que muchos de los enfermos
sometidos a la acción de esta droga experimentaban síntomas que no padecían anteriormente,
sin haber curado su paludismo y sabiendo que muchos de los enfermos palúdicos curados con
quina desarrollaban síntomas muy semejantes a los de dicha droga, decide investigar por su

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cuenta. Durante semanas ingiere 4 dracmas de quina, equivalentes a 13 gr. por día,
encontrándose en buena salud, hasta que empieza a experimentar síntomas muy semejantes a
los que él mismo había padecido un año antes y semejantes también a los que presentaban los
pacientes curados con quina.

Extrajo de allí la conclusión de que un remedio que, experimentado en el hombre sano


provoca determinados síntomas, es capaz de curar en el enfermo las enfermedades naturales
con síntomas semejantes. Hahnemann anotó cuidadosamente los síntomas que experimentaba
y así surgió la primera patogenesia.

En los Par. 121 a 142 del Organón, Hahnemann expone los requisitos indispensables
para realizar las patogenesias. Estas siguen un método riguroso e invariable, para que sean fiel
expresión del lenguaje de la naturaleza. Estos requisitos se refieren a las personas que son
objeto de experimentación, a los medicamentos que se han de usar en las pruebas y al registro
de los síntomas recogidos en ellas. (3)

Las personas que intervienen en las pruebas se denominan experimentadores. Estos


deben ser de ambos sexos, clínicamente sanos o exentos de enfermedad en actividad, deben
ser el mayor número posible (100 es el ideal) para que la droga pueda manifestar todos sus
efectos en el conjunto de sujetos a prueba. Ninguna sustancia es capaz de producir todos sus
síntomas específicos en un solo individuo sino que desarrolla toda su actividad patogenética
en numerosos sujetos de diversa sensibilidad o susceptibilidad.

Las mejores observaciones que se pueden obtener de los cambios que los
medicamentos pueden producir en el hombre sano serán siempre aquellas que experimente
una persona que goce de buena salud, exento de preocupaciones y con capacidad para analizar
sus propias sensaciones. Estas personas deberán tener un cierto nivel de inteligencia y de
cultura como para poder describir con precisión y claridad las sensaciones que experimentan
y, en lo posible, hacerlo por escrito. Durante el tiempo que dure la prueba deberán llevar una
vida tranquila de cuerpo y espíritu, evitando entregarse a trabajos penosos o excesivos o a
pasiones desordenadas. Ninguna preocupación grave deberá impedirles que puedan ejercer
una observación minuciosa de lo que está ocurriendo en el organismo. Su dieta alimenticia
será además, moderada, a base de alimentos simples que sólo sean nutritivos, evitando
alimentos o substancias con propiedades medicinales que puedan perturbar los resultados de
la acción del medicamento.

En lo que respecta a los medicamentos que se han de experimentar, Hahnemann


distingue tres clases entre ellos:

1. los que él llama heroicos o de acción farmacológica violenta.


2. Los por naturaleza menos fuertes.
3. Los más débiles.

Para los del primer grupo basta que sean administrados a dosis poco elevadas para que
produzcan su efecto aun en las personas más robustas. Los del segundo grupo requieren, en
cambio, dosis más elevadas. Los del tercer grupo, en sujetos que, además de ser sanos,
“tengan una constitución delicada, irritable y sensible”.

Las substancias a experimentar deben ser puras, auténticas, bien conocidas y con toda
su energía. Cada sustancia debe ser probada sola y en estado de pureza, evitando

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cuidadosamente mezclarla o asociarla con ninguna otra y guardándose el experimentador de
ingerir ningún medicamento para que se puedan observar los efectos sin ninguna
interferencia. Si se trata de plantas, deben ser preparadas según su procedencia; si son
autóctonas, se exprime su jugo y se mezcla con alcohol; si son extranjeras o exóticas se las
pulveriza o se prepara con ellas una tintura alcohólica. En los casos en que la planta se halla
en estado seco, se la administra en forma de infusión.

La experiencia ha demostrado que las substancias medicamentosas no manifiestan la


totalidad de su poder cuando se las administra en estado natural, sino cuando han sido
sometidas a un alto grado de dilución y de dinamización, por medio de los procedimientos
de trituración o de sucusión, los cuales despiertan en dichas substancias una actividad
medicamentosa insospechada. Por eso, muchas substancias que en estado natural son
completamente inertes, se han revelado, por estos métodos de preparación, su intenso poder
terapéutico, tales como Silicea, Lycopodium, Natrum muriaticum, Calcárea carbónica, etc.

La forma de administración que se recomienda como la más adecuada consiste en


tomar durante muchos días seguidos cuatro o seis glóbulos impregnados en la 30 CH dilución
de una sustancia, disueltos en un poco de agua e ingeridos en ayunas. Si esta dosis produce
efectos muy débiles, se puede aumentar la cantidad de glóbulos cada día hasta que se observe
un cambio. Siempre hay que tener presente que la susceptibilidad del sujeto experimentados
es un factor estrictamente individual.

En cuanto al efecto morboso que provocan los medicamentos, conviene distinguir


entre los síntomas desarrollados por ellos y el orden de sucesión en que aparecen dichos
síntomas. Si desde un principio y por primera vez se ha administrado una dosis demasiado
fuerte, se tiene la ventaja de que los síntomas se suceden en forma clara y evidente y así se los
puede anotar con exactitud. Los mismos efectos se pueden obtener con dosis débiles en
sujetos sensibles. En cambio, cuando se dan dosis progresivamente mayores de un
medicamento, se obtiene una idea clara de los síntomas que este desarrolla, pero no de su
sucesión.

Este fenómeno se debe a que cada dosis más fuerte cura alguno de los síntomas
producidos por la dosis anterior o provoca síntomas opuestos. Conviene repetir las
experiencias en este último caso e investigar si ello se debe a una reacción del organismo o a
un efecto alternante del medicamento. Las dosis masivas deben ser semejantes a las que se
emplean para el tratamiento de las enfermedades en la práctica diaria, según lo aconsejado por
la Farmacología. Si no provocan ningún efecto, la dosis debería ser duplicada cada día. Con
los remedios de poca acción o débiles, se puede repetir la dosis varias veces por día.

Numerosas drogas tienen a dosis masivas, efectos semejantes, tóxicos, tales como
náuseas, vómitos, diarrea, etc. Y producen síntomas que pueden ser comunes a muchas
substancias.

La Materia Médica obtenida por este procedimiento es prácticamente de tipo


toxicológico. Hahnemann observó que con pequeñas dosis se pueden obviar respuestas
violentas, no se excitan síntomas inmediatos muy marcados y que, en cambio, se desarrollan
fenómenos muy diferentes y cuadros sintomáticos muy detallados y característicos. Más
adelante experimentó con altas diluciones y dinamizaciones de drogas, recomendando al
respecto la potencia 30 CH. Posteriores investigadores usaron más altas potencias tales como

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200 y MC. Se pudo comprobar entonces que estas últimas producen síntomas más profundos
cuanto más altas son, especialmente de índole psíquico.

Cada medicamento produce síntomas que le son propios en una persona dada, pero no
los desarrolla en forma simultánea, sino sucesivamente; ni estos síntomas se ponen de
manifiesto en el curso de una misma experiencia. El común de los síntomas no se ponen de
manifiesto a las mismas horas en todos los casos. Cuando así ocurre significa que se está ante
una modalidad horaria del medicamento. Sólo se tiene la seguridad de los síntomas que un
remedio tiene la facultad de desplegar en los experimentadores cuando éstos, en un segundo
ensayo, observan los mismos síntomas que antes o con el agregado de algunos pocos nuevos.

Con respecto al registro de los síntomas padecidos por los experimentadores, es


necesario que éstos describan las “ sensaciones, incomodidades, accidentes y cambios” en el
mismo momento en que los sientan, teniendo especial cuidado de anotar el tiempo que ha
pasado entre la administración del medicamento y la aparición de cada síntoma, así como las
diversas modalidades de cada uno de ellos, en lo que se refiere al horario, posición,
movimiento, influencia de los cambios atmosféricos, hábitos fisiológicos tales como el comer,
defecar, respirar, funciones sexuales, menstruación, etc.

Todas las exposiciones son fielmente anotadas y recogidas en forma ordenada, según
un plan preestablecido, en el mismo lenguaje empleado por cada experimentador.

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TIPOS DE SEMEJANZA

Podemos establecer varios tipos de semejanza entre el medicamento y el enfermo


basados en diferentes criterios.

En realidad, Hahnemann distinguía varios tipos de similitud entre las patogenesias y


las variadas categorías de pacientes, tal como se presentaban, así como según el tipo de
enfermedad que los aqueja. El admitía una similitud entre las patogenesias con medicamentos
dinamizados que despertaban también síntomas dinámicos en los experimentadores de las
patogenesias con remedios tóxicos experimentados en sustancia. Hahnemann distinguía los
medicamentos de las afecciones agudas de aquéllos de las crónicas. Conocía los
medicamentos que respondían a una similitud miasmática y establecía una diferencia entre la
similitud natural (dos enfermedades semejantes) y la similitud artificial (enfermedad con
medicamento).

Contemporáneamente, debido a años de experiencia, podemos encontrar los siguientes


tipos de semejanza:

1. Según la Patogenética
2. Según el tipo de enfermedad
3. Según el miasma en actividad
4. Según la experiencia clínica
5. Según la naturaleza
6. Según la apariencia
7. Según la cronología
8. Según la potencia
9. Según la forma de ser o estar
10. Según la patología (aplicado en veterinaria)

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SIMILITUD PATOGENETICA
La similitud patogenética fue establecida por Hahnemann como requisito
indispensable para conocer la virtud curativa de los medicamentos. Como hemos visto
Hahnemann experimentó en una primera etapa con medicamentos en sustancia. Distinguió los
heroicos o muy tóxicos, para todos los experimentadores, en pequeñísimas dosis. Los menos
fuertes, que requieren una dosis mayor que la llamada dosis terapéutica para provocar
síntomas y los débiles, que sólo actúan en personas de gran sensibilidad. También, como
dijimos, descubrió que algunas sustancias inertes al estado natural despiertan un gran poder
patogenético una vez atenuados según su propia técnica.

D. DEMARQUE en su libro “Homeopatía, una Medicina de la Experiencia”(4) dice:

“El dominio privilegiado de la ley de analogía se sitúa sobre el plano del psiquismo y
de las relaciones psicosomáticas. Tiene por corolario indispensable la alta infinitesimalidad y
el uso de la técnica de la individualización más sutil. Solamente las patogenesias efectuadas
con dosis muy débiles o diluciones infinitesimales revelan, en toda su pureza los síntomas
mentales específicos. La prescripción terapéutica exige, para ser eficaz, el empleo de
diluciones tanto más elevadas en la infinitesimalidad cuanto más se acerca el remedio
verdaderamente característico del caso considerado al simillimum. Hahnemann fue el
primero en poner en evidencia este aspecto capital de la analogía. Esto permanecerá como el
gran mérito de la Escuela norteamericana, con Hering y Kent, por haberlo explorado en todos
sentidos. Sus estudios sobre la valoración de los síntomas, la puesta a punto por Kent de una
notable técnica repertorial, permiten cubrir la inmensa mayoría de los casos llamados
psicosomáticos.

Paradójicamente, este dominio privilegiado de la ley de analogía parece limitado por


ciertas grandes psicosis y algunas neurosis. Los progresos realizados en el tratamiento de la
esquizofrenia, por ejemplo, permiten esperar que se trate de obstáculos provisorios debidos a
la falta de homeópatas especializados y a las condiciones actuales del ejercicio de nuestro
método. Ciertos ensayos terapéuticos no pueden concebirse fuera del ambiente
hospitalario…”

“A decir verdad, si Hahnemann rechazaba en teoría lo que aparecía como una


aplicación degradada de la ley de analogía y recomendaba prescribir siempre por el conjunto
de síntomas, en la práctica introducía en algunas patogenesias efectos tóxicos lesionales.
Preludiaba así las investigaciones sobre las afinidades electivas titulares anátomo-patológicas.
El mismo Kent, cuyo pragmatismo anglosajón se oponía a su propio dogmatismo, coleccionó
cuidadosamente las constataciones de este género”.

“En teoría, Hahnemann y sus más fieles discípulos limitaban el dominio de la ley de
analogía a los efectos patogenéticos primitivos”.

“En la práctica, Hahnemann y los primeros experimentadores incorporaron a las


patogenesias todos los efectos, sean primitivos, secundarios o aún tóxicos. Parece
absolutamente cierto que la ley de analogía se aplica a todo el campo de los efectos de una
droga sobre el organismo. Se podría devolver el cumplido de medio-homeópatas a aquellos
que rehúsan admitir la acción específica lesional de ciertas sustancias”.

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“Cuando existen síntomas mentales bien característicos de la acción patogenética
específica de una sustancia, el remedio prescripto según ellos en alta dilución es susceptible
de hacer repercutir su acción hasta el plano de los fenómenos mecánicos más groseros. Así,
una alta dilución de Arsenicum album en un cardiaco en estado de anasarca, que presenta
ansiedad y la modalidad horaria característica entre medianoche y las dos, puede hacer
eliminar los edemas en tiempo record. Cuando, como en el caso citado, hay concordancia
entre los síntomas mentales provocados por la experimentación patogenética a dosis débiles y
los signos lesionales análogos a aquellos suscitados por las dosis tóxicas de la misma droga, la
similitud está muy extendida: un solo remedio bastará para restablecer el equilibrio
psicofiológico. Es lo que se observa con las sustancias de acción profunda sobre el organismo,
tales como el fósforo, el arsénico, ciertos venenos…”

“Por el contrario, puede haber disociación entre los signos mentales característicos de
una droga de toxicidad débil (cuya acción patogenética a dosis infinitesimales sobre el
psiquismo es neta) y una influencia tisular lesional restringida. El remedio elegido según el
plano superior mental hará ciertamente bien al enfermo, pero no hará efecto sobre la lesión,
mientras que aquél indicado según una analogía lesional específica demostrará ser eficaz. Así
por ejemplo, una tuberculosis pulmonar cavitaria que presenta signos mentales y pulmonares
de Pulsatilla, será mejorada por este remedio en el plano psíquico, circulatorio y endocrino,
pero su lesión no cederá más que a Stannum, que posee una influencia específica sobre la
caverna”.

“La regla teórica enunciada por Hahnemann de la elección en todos los casos por el
conjunto de síntomas y erigida erróneamente en por Kent parece entonces en falta. El campo
de acción de una droga sobre el organismo según la analogía lesional depende ante todo de la
extensión más o menos profunda de su acción tóxica y no solamente patogenética a dosis
débiles”.

“Aún la lesión profunda no constituye un límite a las posibilidades de la analogía,


salvo en casos de destrucción irreversible de los tejidos que no pueden regenerarse, por
ejemplo ciertas afecciones lesionales del eje nerviosos, pero ello implica, a veces, una
inversión de las condiciones prácticas de la aplicación de la ley. La analogía no es más
patogenética, es toxicológica. La indicación no se deduce más de la toxicidad de los síntomas,
sino de una similitud de orden anátomo-patológico tan presente como sea posible, cuya
individualización se limite al sitio anatómico, a los caracteres y a las modalidades de la lesión
y de los síntomas que están en dependencia directa con ella. La escuela homeopática
especificista insistió con razón sobre este aspecto de la analogía desconocido por Hahnemann.
Su error fue acantonarse en ese campo restringido de las investigaciones y de no ver que la
dilución altamente infinitesimal conservaba en él una habitual prioridad de eficacia”.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

SIMILITUD SEGÚN EL TIPO DE ENFERMEDAD


Hahnemann distinguía como dos grupos de enfermedades netamente separadas, las
enfermedades agudas y las crónicas.

En el par. 73 Organon clasifica a las enfermedades agudas de la siguiente manera:

• Enfermedades individuales

Los traumatismos.
Las indisposiciones.
Las exacerbaciones de las enfermedades crónicas.

• Enfermedades colectivas

Las enfermedades aguas esporádicas.


Las enfermedades aguas epidémicas.
Las enfermedades agudas propiamente dichas.

Según Hahnemann las enfermedades individuales se producen por causas nocivas


que actúan sobre los seres humanos, pudiendo ser las siguientes:

1) Traumatismos, heridas, contusiones, esfuerzos, torceduras, luxaciones,


fracturas, siendo todos estos trastornos patológicos producidos por alguna acción
mecánica.
2) Indisposiciones o trastornos fisiopatológicos debidos a causas
ocasionales, tales como enfriamientos, recalentamientos, excesos en la bebida o la
comida, carencias o intoxicaciones alimenticias, violentas impresiones físicas,
agotamiento, intemperancia o represión de deseos, emociones, preocupaciones e
impulsos diversos, etc.
3) Las exacerbaciones de las enfermedades crónicas. Según
Hahnemann, la mayor parte de las veces no son más que recrudecimiento pasajero de
una psora latente que vuelve a caer enseguida en su estado crepuscular, cuando el
estado agudo no ha sido demasiado violento y ha sido rápidamente curado.

Las enfermedades colectivas atacan a varios individuos a la vez y se desarrollan:

1) Esporádicamente, por influencias meteorológicas o climáticas nocivas


a las cuales, en un mismo momento, sólo un pequeño número de individuos están
predispuestos a sentir la acción patógena.
2) Epidémicamente, en un gran número de personas a la vez, dependen
de una misma causa o noxa y se manifiestan por síntomas fuertemente análogos,
llegando a ser habitualmente contagiosas cuando obran sobre masas compactas de
individuos.
3) Las enfermedades agudas propiamente dichas dependen de agentes
infecciosos específicos (microbios, virus, bacterias, etc.). Reaparecen siempre bajo la
misma forma, con síntomas análogos, recibiendo por tal razón nombres propios

15
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
tradicionales. A este grupo corresponden las enfermedades infecto-contagiosas:
sarampión, viruela, coqueluche, etc.

Para las enfermedades que obedecen a causas endógenas, Hahnemann recomienda


un tratamiento agudo, de acuerdo con los síntomas actuales, tal como lo aconseja para los
miasmas agudos. Este es un punto que conviene aclarar. Algunos homeópatas pretenden
que prácticamente todas las enfermedades o manifestaciones agudas son productos de la
exacerbación de la psora. Hahnemann distingue claramente unas de otras. Para él, las
enfermedades que son un recrudecimiento pasajero de la psora, son, en mi concepto,
aquéllas que se presentan por crisis más o menos periódicas, siempre las mismas, tales
como las anginas y catarros periódicos, las sinusitis, los accesos de asma, ciertas diarreas
sin causa aparente, brotes eruptivos habitualmente pruriginosos, manifestaciones bien
distintas, por cierto, de las infecto-contagiosas, que comúnmente obedecen a un agente
infeccioso conocido y que suelen aparecer sólo una vez en la vida o ninguna. Por otro
lado, el hecho de que los gérmenes causales sean perfectamente conocidos y de que,
introducidos en un organismo predispuesto puedan reproducir experimentalmente los
síntomas de la enfermedad, hace desaparecer toda duda al respecto. Con toda razón,
Hahnemann los llamó miasmas agudos para equipararlas, por su naturaleza infecciosa, a
los miasmas crónicos.

JAMES TYLER KENT, en su libro “Filosofía Homeopática” dice (5):

“Poco se sabe de las verdaderas causas excitantes. Las afecciones agudas se


dividen en dos clases: 1) aquéllas que son miasmáticas, que son verdaderas enfermedades,
y 2) aquéllas que podrían llamarse enfermedades mímicas. Las últimas no tienen causa
definidas, son producidas por causas externas, como el vivir en casas húmedas, disgustos,
mal vestir, etc., y en cuanto se eliminan estas causas el paciente recobra la salud. Pero las
primeras, debidas a miasmas agudos, tienen que correr un curso diferente. Tienen un
periodo prodrómico, un periodo de ascenso y un período de declinación, si por su
gravedad no llegan a causar la muerte. El sarampión, la tos ferina, la escarlatina, la
viruela, etc. son ejemplos de miasmas agudos. El médico debe también conocer los
miasmas crónicos, psora, sífilis y sicosis, los cuales estudiaremos más adelante. Estos
tienen, igual que los agudos, un período prodrómico, un período de ascenso, pero no
tienen, como los agudos, un período de declinación. Si el tiempo y las circunstancias son
favorables, el miasma crónico está quieto; pero los tiempos adversos lo excitan en su
actividad, y cada vez que se excita su condición está peor que en la última exacerbación.
En este parágrafo nos enseña Hahnemann que los miasmas crónicos son la causa
fundamental de los miasmas agudos; lo que equivale a decir que si no hubiera miasmas
crónicos, no habría miasmas agudos. En la propia naturaleza de los miasmas crónicos está
la predisposición del hombre para las enfermedades agudas, y las enfermedades agudas
son como un combustible añadido a una conflagración inextinguible. Las enfermedades
agudas existen, pues, por causas específicas, que cooperan con la susceptibilidad del
individuo. No reconocemos el sarampión ni la escarlatina a no ser en los enfermos. Su
influencia podría existir en la atmósfera, pero no la podemos ver. De modo que, aparte de
los individuos que la contraen y en los que se desarrolla, no podríamos saber que existiera
tal enfermedad como sarampión. Si no hubiera niños en la tierra susceptibles al
sarampión, no tendríamos sarampión, y si no hubiera miasmas crónicos, no habría
susceptibilidad. La psora es la causa de todo contagio. Si el hombre no hubiera tenido
psora no podría tener los otros dos miasmas crónicos; pero la psora, la más antigua, ha
llegado a ser la base de los otros dos.”

16
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
“La psora corresponde a aquel estado en que el hombre ha desordenado su
economía a tal grado, que ha llegado a ser susceptible a toda influencia nociva que lo
rodee”.

Como vemos, el pensamiento de Kent coincide con el Hahnemann. La psora está


en la base de toda enfermedad, crónica o aguda. Este hecho produce cierta confusión, ya
que algunos homeópatas sólo admiten enfermedades agudas como manifestación
exacerbada de la psora latente, incluyendo es éstas las enfermedades infecto-contagiosas.
En efecto, la psora es la que hace al hombre susceptible para contraer las demás
enfermedades crónicas o agudas. Así, debido a la psora, el hombre contrae la sicosis y la
sífilis; pero esto no significa que sicosis y sífilis sean la misma cosa que psora ni una
exacerbación de la psora. Son enfermedades de naturaleza distinta de aquella que le sirvió
de base. Otro tanto ocurre con los miasmas agudos o enfermedades infecto-contagiosas.
Son de naturaleza, causa y evolución totalmente diferentes de la psora y de sus
manifestaciones agudas.

Sintetizando, las enfermedades agudas responden a una causa endógena, la


exacerbación de un miasma crónico, o a una causa exógena o germen infectante
(enfermedades infecto-contagiosas o miasmas agudos).

Para las enfermedades que obedecen a causas endógenas se recomienda un


tratamiento agudo, de acuerdo con los síntomas actuales.

Continuando con Kent, en su libro “Filosofía Homeopática” nos dice:

“Cuanto mejor tratada está una enfermedad tanto menor probabilidad hay de que
se presente secuela alguna. Si el sarampión y la escarlatina se tratan correctamente,
tendremos muy poca molestia después. El médico, hasta cierto punto, es siempre
responsable de las secuelas”…Es verdaderamente de la mayor importancia en estos casos
poder separar y distinguir una cosa de otra para poder conocer para qué hay que prescribir,
o podéis prescribir un antipsórico para impedir que arraiguen las secuelas después de la
escarlatina, en tanto subsiste esta enfermedad. Primeramente habéis de prescribir para el
ataque agudo y síntomas que le pertenecen. Sin embargo, bueno es que el médico conozca
todos los síntomas de carácter crónico que tenga el paciente, a fin de saber lo que puede
esperar de ellos y poder cuidar las antiguas manifestaciones de psora que aparecen al final
del ataque agudo, aunque a menudo surge un grupo de síntomas completamente nuevo.
Cuando al final de la escarlatina sobrevienen molestias en los oídos, o una hidropesía,
éstas no forman parte de la propia escarlatina, sino que son un estado de la economía”.

En los estados crónicos, la mayoría de los pacientes presentan síntomas que


responden, en su totalidad característica, a un mismo y solo remedio de fondo llamado
simillimum. Con dicho remedio, todos los males funcionales, psíquicos, generales,
locales, crónicos y recientes de un mismo sujeto pueden desaparecer y curarse. Pero a
veces ocurre, que los síntomas del estado actual no corresponden, por sus características,
al remedio de fondo. Dichos síntomas pueden ser locales, generales y psíquicos y son los
que expresan la actividad patológica reciente y última de un sujeto enfermo. Dichos
síntomas corresponden a un medicamento propio del estado actual de enfermedad, el cual
recibe el nombre de medicamento similar.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Hahnemann en el par. 162 del Organón nos dice sobre “Remedios Segmentarios”:

“Ocurre a veces, en vista de la penuria de la Materia Médica homeopática en


medicamentos de los que se conoce perfectamente la acción patogenética específica
completa, que una parte solamente de los síntomas utilizables de la enfermedad a curar
corresponden a la sintomatología del remedio más adaptado. En estos casos, se está
obligado a emplear un remedio parcialmente similar, forzosamente aproximativo, que
cubra lo mejor posible los síntomas de la enfermedad, a falta de otro que sea mejor”.
.
Par. 163:
“De la aplicación de un remedio fragmentario no hay que esperar una curación
completa sin algunas molestias. Se observa, en efecto, durante su empleo, la aparición de
síntomas accidentales que no se notaban antes y que son, de hecho, síntomas accesorios
dependientes del remedio sólo parcialmente similar a la enfermedad a tratar. Estas
molestias no impiden, sin embargo, es verdad, que una gran parte de la afección (aquélla
cuyos síntomas patológicos cubren por su similitud los síntomas patogenéticos) no sea
aniquilada por este remedio y de ello resulta una mejoría ya importante. Pero no se
observa menos la aparición de algunos males accesorios que sin embargo quedan
siempre muy moderados si se tiene el cuidado de atenuar suficientemente la dosis”.

Par. 164:
“En los casos en que el remedio mejor seleccionado no responde más que
parcialmente a las indicaciones, el pequeño número de síntomas hallados
correspondientes, es decir, homeopáticos, no constituye sin embargo, un obstáculo a la
curación, a condición de que la mayor parte de estos síntomas patogenéticos, poco
numerosos, sean síntomas originales que distinguen y caracterizan la enfermedad. La
curación se sigue, entonces, sin incomodidades serias”.

Par 166,167,168:
“Si este nuevo remedio no basta, sin embargo, para restablecer completamente la
salud, se retoma por segunda vez el examen del cuadro de síntomas mórbidos para llegar
a determinar el remedio homeopático más adaptado a la nueva imagen obtenida; y así, de
revisión, en revisión, se continúa hasta que el objeto sea alcanzado: o sea, devolver al
enfermo el pleno goce de la salud”.

Par. 169:
“Puede ocurrir, examinando un enfermo por primera vez que, en el curso de la
búsqueda del remedio apropiado, se encuentre que la totalidad de los síntomas
característicos de la enfermedad no es suficientemente cubierta por los elementos
patogenéticos de un solo medicamento, a cusa del número insuficiente de éstos cuya
acción específica es bien conocida. Se puede, entonces, cuando dos remedios rivalizan en
conveniencia, siendo una homeopático para tal grupo de síntomas de la enfermedad y
siéndolo el segundo más para tal otro. Sin embargo, no es aconsejable aquí emplear
primero el remedio que se juzgaría ser el más conveniente y luego dar el segundo
enseguida sin un nuevo examen. En efecto, habiendo cambiado las circunstancias, este
segundo remedio no convendría más al resto de los síntomas. En semejantes casos, sería
necesario hacer una revisión del estado mórbido para precisar, según la imagen que uno
ser formara de él, el remedio homeopático que convendría entonces mejor a esta nueva
situación”.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Par. 170:
“Como cada vez que un cambio en el estado de la enfermedad ha sobrevenido,
hay que investigar los síntomas que quedan aún y elegir un remedio tan conveniente como
sea posible al nuevo estado presente del mal, eso sin tener en ninguna cuenta el segundo
remedio, que en el origen había parecido ser el mejor después de aquel del que uno se ha
realmente servido, u ocurrirá a menudo que el segundo de los remedios que se había
primero estimado adecuado lo sea aún en ese momento. Pero si después de un nuevo
examen del estado del enfermo se encontrara que aún le conviene, éste sería un motivo
más para acordarle la preferencia”.

La cura por el remedio parcialmente semejante no sólo está aprobada sino que
está recomendada por Hahnemann, en los casos especiales que plantea. La sucesión de
estos remedios constituye lo que se llama cura en ZING-ZAG, más larga que el camino
recto del remedio simillimum, pero también muy eficaz. Existen casos especiales en que,
siendo todos los síntomas de un cuadro mórbido más o menos contemporáneos entre sí,
son cubiertos en su mayor parte por un remedio antipsórico, hay un grupo de síntomas que
no cura con aquel medicamento y se necesita otro llamado complementario que cubre los
restantes (6). Este tipo de similitud complementaria es manifestado por Hahnemann en
el par. 171:

“En las enfermedades crónicas no venéreas, aquéllas que, por consecuencia,


provienen más habitualmente de la diátesis psórica, se tiene a menudo necesidad, para
curar, de varios remedios antipsóricos. Convendrá emplearlos uno después del otro, de
tal manera sin embargo, que a cada nueva prescripción el nuevo remedio sea elegido
según los principios homeopáticos conforme al grupo de los síntomas persistentes y
solamente después que el precedente haya agotado plenamente su acción”.

Únicamente teniendo en cuenta esta realidad clínica podemos solucionar casos


que se presentan en la práctica.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

SIMILITUD SEGÚN LA ETIOLOGÍA

Para poder comprender y explicar este criterio debemos recordar conceptos


básicos. Si bien es cierto que el médico homeópata debe buscar en todos los caso la
similitud del medicamento con los síntomas característicos que presenta el enfermo,
en casos especiales dicha similitud no se cumple, por lo que se ve obligado a emplear
una similitud etiológica.

¿Cómo podemos definir la salud?


El Dr. Edward Bach, creador de la terapia floral que lleva su nombre decía que la
enfermedad es el resultado de un de un desequilibrio emocional, que dicho desequilibrio se
produce en el cuerpo energético del ser vivo y que si no se corrige aparece la enfermedad en
el cuerpo físico. Por lo tanto, el agente curativo debe actuar sobre la causa y no sobre los
efectos, es decir, corregir el desequilibrio energético en el cuerpo emocional.

Alguien dijo que salud es el silencio de los órganos. También que es la ausencia total
de la enfermedad.

La Organización Mundial de la salud dice que salud es el equilibrio físico, mental y


social y no solo la ausencia de dolencias o enfermedades.

El Dr. Samuel Hahnemann, creador de la homeopatía decía en el año 1810:


En el estado de salud, la energía vital inmaterial –Dynamis- que anima la parte
material del cuerpo humano reina de manera absoluta. Entre todas las partes del organismo
viviente ella mantiene en sus actividades funcionales y reacciónales una armonía que
provoca la admiración. El espíritu dotado de razón que habita en este organismo puede así
libremente servirse de este instrumento viviente, para alcanzar el fin elevado de su existencia.

Para Heahnemann, sin fuerza vital el organismo material es incapaz de sentir, de obrar
y de mantener su propia conservación, quedando librado al poder del mundo físico exterior y
descomponiéndose en sus elementos químicos. Para él, esta energía vital, que es un principio
inmaterial y dinámico, energía activa por si misma es la única que se resiente por la influencia
dinámica de los agentes hostiles a la vida o noxas.

La desarmonía de la Fuerza Vital se puede reconocer solamente por sus efectos en el


organismo, por medio de manifestaciones patológicas en las sensaciones y funciones, es decir,
por síntomas mórbidos. Este desequilibrio de la Fuerza vital es la única causa de las
enfermedades, así como es ella la que sostiene la vida en todo el cuerpo material. En realidad,
el proceso patológico es, habitualmente, la función normal alterada cuantitativamente, pero no
cualitativamente; es la exageración de las funciones normales en más o en menos.

Hahnemann en su libro “Organon del Arte de Curar” nos dice:

Par. 9: “En el estado de salud, la fuerza vital que dinámicamente anima la parte
material del cuerpo tiene un poder ilimitado, sosteniendo todas las partes en una armonía
habitual admirable, tanto relativamente a los movimientos como a la sensibilidad; de manera

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
que el espíritu dotado de razón que reside en nosotros puede emplear libremente estos
instrumentos ágiles y sanos para cumplir con el objeto elevado de nuestra existencia”.

Par. 10 : “ El organismo material, sin la fuerza vital, no puede sentir ni obrar ni


ejecutar acto alguno para su propia conservación. Al ser inmaterial que lo vivifica en el
estado de salud es únicamente a quien debe ese sentimiento y el cumplimiento de sus
funciones vitales”.

Par. 11: “Cuando una enfermedad se apodera del hombre, esta fuerza vital, activa
por sí misma, y manifiesta en todas las partes del cuerpo, es la primera que se resiente de la
influencia dinámica del agente hostil a la vida. Una vez desarmonizada esta fuerza vital, ella
misma provoca las desagradables sensaciones que experimenta el organismo y lo impele a
reacciones anormales que conocemos con el nombre de enfermedad. Siendo esta fuerza
inaccesible por sí misma, y solamente apreciable por los efectos que produce en el
organismo, no expresa ni puede expresar su desarmonía sino por la manifestación anómala
en la manera de sentir y de obrar de la parte de la organización accesible a los sentidos del
observador y del médico, que es lo que llamamos síntomas”.

Par. 15: “Aunque no se podría concebir el organismo si no fuese animado por la


fuerza vital que lo rige, de la misma manera tampoco puede comprenderse esta fuerza vital
aislada e independiente del organismo. Los dos no forman más que un ser, aunque nuestro
entendimiento los divida, para comodidad, en dos entidades distintas y separadas”.

Es necesario clarificar estos conceptos refiriéndonos a la “Suma Teológica” escrita por


Santo Tomás de Aquino (7):

• El alma se une con el cuerpo para poder ejercer su operación característica que
es el entender. Como sustancia incompleta, no puede obrar sin la ayuda del
cuerpo, que es su complemento substancial.
• La organización estructural del cuerpo obedece a dos causas eficientes, una
mediata y otra inmediata. La causa mediata es el alma de los padres (genes)
que ha comunicado al semen y al óvulo una energía o virtud formativa o
morfogénetica que persevera inmutable en el embrión y va modelando los
órganos de conformidad con los fines a que están destinados. La causa
inmediata es la virtud o potencia formativa que emana del alma propia,
individual.
• La virtud o potencia operativa mediante la cual cada órgano ejerce sus
funciones específicas, procede solamente del alma espiritual que informa todo
el organismo. El alma es una forma, una idea real que tiene por objeto el
cuerpo; es compleja y una a la vez, en la complejidad y la unidad de su cuerpo.
El alma, por sí misma, en realidad no constituye su cuerpo, ya que es, por sí
misma, una idea de construcción, una forma inherente. La nutrición y el
crecimiento se hace por la virtud de la especie, que es la capacidad de
asimilación del compuesto alma-cuerpo ya constituido.
• Como el alma se une al cuerpo: el alma humana se une substancialmente con la
materia y, por consiguiente, no hay en el hombre más forma substancial que el
alma espiritual. El cuerpo recibe de ella el ser ente, el ser cuerpo, el ser
viviente, el ser sensitivo. No se debe hablar del alma y del cuerpo
contraponiéndolos como si fueran dos substancias específicas o genéricamente
distintas. Ni el alma por sí sola ni el cuerpo por sí solo son un ser cada uno de

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
ellos. No puede definirse el alma sin el cuerpo ni el cuerpo sin el alma. El alma
es orgánica, el cuerpo es animado (es el compuesto). El compuesto recibe de la
forma todas sus actividades, incluso las físicas y las químicas.
• Como operaría el alma. El alma, es decir su esencia, no actuaría directamente
sino que lo haría por intermedio de sus potencias, que son cualidades del alma.

Continuando con el Organon nos remitimos al Par. 16:

“Siendo nuestra fuerza vital un poder dinámico, la influencia sobre el organismo sano
de los agentes hostiles, que vienen a perturbar la armonía del juego de la vida, no puede
tampoco afectarla sino de una manera puramente dinámica”.

Como podemos ver, Hahnemann concibe la Fuerza Vital como un ser inmaterial, es
decir, como un agente agregado y unido a la materia pero distinto de la materia.

Las repetidas patogenesias y, más tarde, la abundante experiencia clínica, pusieron en


evidencia factores capaces de desequilibrar el estado de salud de las personas. Estos agentes
hostiles se denominan agentes patógenos o noxas. Tienen la virtud de desarmonizar la
energía vital provocando reacciones patológicas que dependen, por un lado, del sujeto, y por
otro, de la noxa.

Inespecíficas

Noxas

Específicas

Las noxas inespecíficas despiertan una sintomatología en todo dependiente de las


tendencias mórbidas constitucionales de cada persona, como el frío, el calor, los
traumatismos, las penas, los disgustos, etc.

Pero las noxas específicas tales como los microbios de las enfermedades
infectocontagiosas y los medicamentos y tóxicos, provocan procesos patológicos que le son
propios y exclusivos.

La etiología de los males presentes en un enfermo puede ser infecciosa, tóxica,


medicamentosa, vaccinal o por diversos factores causales.

La etiología infecciosa, puede ser de naturaleza aguda o crónica. El contagio agudo


puede ser de origen endógeno o exógeno. Es endógeno cuando el proceso patológico se
manifiesta espontáneamente en una persona, sin mediar el aporte de gérmenes específicos de
otro sujeto enfermo. Por ejemplo una colecistitis o una infección urinaria a Escherichia Coli.
En este último ejemplo nos encontramos que la persona enferma padece infecciones urinarias
a repetición. Por repertorización puede corresponder a Lycopodium, Pulsatilla, Calcárea
Carbónica, etc. pero la administración de Colibacillinum, el nosode correspondiente lo mejora
rápidamente.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Cuando existe un contagio exógeno, como el sarampión, escarlatina, difteria,
coqueluche, etc., el nosode simplifica y acelera el caso hacia la curación. No se sabe a ciencia
cierta como actúan los nosodes, pero parecen despertar una inmunidad específica, de acuerdo
con esta similitud etiológica.

En los estados infecciosos crónicos, como la blenorragia, la sífilis, la tuberculosis,


tenemos que recurrir al nosode que ejerce una acción favorable.

Los efectos perjudiciales de las vacunaciones o reacciones post-vacinales son tratados


con medicamentos específicos como: Thuya, Apis, Silícia o con el nosode correspondiente al
germen administrado: Vaccininum, Tuberculinum, etc.

La acción tóxica de numerosos remedios alopáticos pueden ser tratados con la misma
sustancia dinamizada. Aquí podemos dar el ejemplo de los efectos perjudiciales de la
amoxicilina a nivel intestinal que lleva a un estado diarreico por lesión de la flora intestinal.
Se utiliza para paliar y curar este efecto colateral la misma amoxilina en una potencia 6 CH.
Podemos mencionar dentro del mismo procedimiento a deltisona 6 CH para paliar los efectos
del corticoide en sustancia.

También por el mismo procedimiento podemos tratar determinadas adicciones como la


producida por marihuana prescribiendo Cannabis indica 200 CH.

Lo mismo ocurre con las intolerancias alimenticias, por ejemplo con el chocolate, la
leche, etc.

Existen otros factores causales desencadenantes de estados patológicos. Cada uno de


los cuales suele tener sus remedios adecuados a la etiología, a veces aun prescindiendo de los
síntomas, cuando éstos se hallan ausentes; pero siempre es aconsejable guiarse por los
síntomas reacciónales que resultan de la acción de la noxa.

Por ejemplo los trastornos por disgustos y cóleras reprimidas tienen en Staphysagria,
Aurum, Chamomilla, Ignatia y Sepia clásicos remedios.

Trastornos por disgustos y cóleras reprimidas

Staphisagria (8)

Sujeto PALIDO, DEPRIMIDO, con SISTEMA NERVIOSO AGOTADO; RASGOS


ABATIDOS, nariz larga y puntiaguda, ojos HUNDIDOS, OJEROSOS; es UN SENSUAL
QUE HA ABUSADO DE LOS ORGANOS SEXUALES PARTICULARMENTE POR
ONANISMO. Conviene particularmente a individuos debilitados por emociones morales
enervantes o penas, despecho y contrariedades que los irritan, por EXCESOS SEXUALES,
SOBRE TODO MASTURBADORES. Parece haber analogía evidente entre sus síntomas y
trastornos nerviosos, con punto de partida sexual; por eso combate eficazmente ciertos
sufrimientos cuya causa real reside en excesos libidinosos.

Los síntomas mentales tienen gran valor y las impresiones recibidas por el cerebro y
transmitidas al organismo guían útilmente su elección. EXITABLE, FACILMENTE

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
IRRITABLE PERO RARA VEZ DEJA ESTALLAR SU COLERA, es decir, fácilmente
irritable, pero exteriormente, no la deja ver, y estado moral prominente particularmente en
casos de malestares provocados por COLERA CONTENIDA, CONTRARIEDAD
DESIMULADA, EMOCIONES ESCONDIDAS, INDIGNACIÓN CONTENIDA, GRAN
INDIGNACIÓN por acciones de otros o de él mismo y preocupación por sus consecuencias.

Un hombre bien educado tiene una discusión con un individuo grosero que termina
por insultos; se contiene, da vuelta la espalda y se va. Una vez en su casa no dice nada, se
domina, pero eso lo enferma. No duerme de noche, de día está fatigado, su cerebro no
funciona; no puede calcular, comete errores al escribir o hablar; vejiga irritable, cólicos etc.

Como ejemplo presento el caso de un paciente, masculino, 60 años de edad, que


consulta por cólicos abdominales matutinos seguidos en ocasiones de episodios diarreicos.
Por repertorización corresponde como remedio de fondo a Lycopodium y por sintomatología
funcional a Colocynthis. Se prescribe los mismos y no hay mejoría. En consulta posterior
manifiesta un disgusto ocurrido en la vía pública con un hombre que saliva a su lado cuando
pasaba. Eso le produjo indignación por considerarlo grosero pero no le dijo nada y en su casa
tampoco comentó el episodio a su familia. Al día siguiente comenzaron los cólicos. En base a
estos datos prescribo Staphysagria 200CH y la curación fue inmediata.

Aurum

Personas languidecí entes, deprimidas, sin impulso, de memoria débil, gran deseo de
actividad física y mental aunque nada de eso pueden hacer con facilidad y rapidez;
SENTIMIENTO DE INDIGNACIÓN, DE DESESPERACIÓN, DESESPERACIÓN EN
EL DOMINIO PSIQUICO Y RELIGIOSO; HIPERSENSIBLES, LAS MENORES
INJURIAS LE DESPIERTAN UN RENCOR INDECLINABLE; cóleras violentas, de las
que enseguida se arrepiente y se lamenta. Profunda tristeza, gran desaliento, disgusto por vivir
y constantemente piensan en suicidarse.

Chamomilla

IRRITABLE, MALO, CAPRICHOSO, ASPERO, RENCOROSO; reconoce sus


defectos pero es incapaz de actuar de otra manera. Impaciente, y cuando habla no puede
soportar que lo interrumpan. NO TOLERA A NADIE A SU ALREDEDOR Y NO LE
GUSTA QUE LE HABLEN; si responde, es con fastidio y aún con grosería. Predispuesto a
MONTAR EN COLERA, y sus cóleras son siempre de extrema violencia, al punto de
enfermarlo.

Ignatia
TRISTE, MALANCÓLICA, LLOROSA; LANZA PROFUNDOS SUSPIROS;
RECONCENTRADA EN SI MISMA, RUMIANDO SUS PENSAMIENTOS Y PENAS.
CONSECUENCIAS DE PENA, EMOCIÓN, SACUDIDA MORAL.
En cuanto a trastornos provocados por choque moral, IGNATIA, se coloca al lado
de: NAT. MUR.; PHOSPH. AC., por mala noticia, gran desilusión, violenta cólera: ACON.,
CHAM., PULS.,NUX VOM., STAPH.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

Sepia

COMPLETA INDIFERENCIA POR LOS QUE MAS QUIERE; aversión por su


familia, casa, ocupaciones habituales. TRISTE, MISERABLE, LLENA DE ANSIEDAD,
MIEDO, IDEAS NEGRAS, SE ASUSTA DE TODO, INQUIETA POR SU SALUD,
SENSIBLE A TODAS LAS IMPRESIONES, MENTE PEREZOSA, MEMORIA
DEBILITADA, NO TIENE ALEGRÍA DE VIVIR, INDOLENTE, FATIGADA FÍSICA Y
MORALMENTE, TACITURNA, responde apenas a las preguntas, muy distraída.

EXCESIVAMENTE IRRITABLE, se agrava por ruido, sociedad, aunque se asusta


de estar sola. FACILMENTE SE OFENDE, NO SOPORTA CONTRADICCIÓN,
CARÁCTER EXCESIVAMENTE DIFICIL Y DESAGRADABLE, DESCARGA SU
MAL HUMOR Y COLERA CONTRA LOS QUE MAS QUIERE.

Los trastornos por pena silenciosa se tratan con Ignatia, Natrum mur. Y Pulsatilla.

Trastornos por pena silenciosa

Natrum muriaticum

Presenta GRAN DEPRESION MENTAL, que lo hace TRISTE Y MELANCÓLICO,


SENSACIÓN MARCADA DE DESESPERACIÓN cuando piensa en el porvenir y todo lo
que le concierne. GRAN ABATIMIENTO DE ESPÍRITU, GRAN TENDENCIA A
LLORAR. Llora sin razón y MAS TODAVIA SI SE TRATA DE CONSOLARLO;
TRISTEZA, MELANCOLIA, LÁGRIMAS SE AGRAVAN POR CONSUELO.
Deprimido, moroso, taciturno, hipocondríaco, apático, indiferente, BUSCA LA
SOLEDAD por temor, para huir del consuelo y poder pensar sin que nadie distraiga su
tristeza.
LA DEPRESIÓN, EL CARÁCTER TRISTE Y DESANIMADO Y LA DEBILIDAD
INTELECTUAL, falta de atención, distracción, dificultad para pensar, pérdida de la memoria,
son SOBRE TODO MARCADAS EN ENFERMEDADES CRÓNICAS a las que conviene el
remedio. MELANCOLIA DE LA PUBERTAD, IRRITABILIDAD EXTREMA QUE LO
HACE MONTAR EN CÓLERA POR NADA, por una bagatela; NO PUEDE SOPORTAR
LA CONTRADICCIÓN.

Pulsatilla

FALSA PLÉTORA QUE DA ENGAÑOSA APARIENCIA DE SALUD, y hace que


no se crea que no se siente bien. Sin embargo LLORA FACILMENTE, NERVIOSA,
AGITADA, CAPRICHOSA PERO SUAVE, FÁCIL DE CONVENCER Y CONDUCIR.
Aunque siempre llora y en el fondo es de naturaleza fácil, es FACILMENTE IRRITABLE,
NO AGRESIVA, PERO FACILMENTE HERIDA, EXCITADA; se cree siempre ofendida y
piensa que no le prestan atención. MELANCOLIA, TRISTEZA, LLANTOS,
DESESPERACIÓN: DESESPERACIÓN RELIGIOSA, particularmente. Llena de
CAPRICHOS E IDEAS VARIABLES.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
MUJER JOVEN QUE ERA SUAVE, FACIL Y LLORONA, LUEGO SE HACE
TRISTE Y TACITURNA Y PERMANECE SENTADA TODO EL DIA, SIN DECIR NADA
NI RESPONDER A LAS PREGUNTAS MAS QUE CON SI O NO O UN MOVIMIENTO
DE CABEZA.

CARÁCTER SUAVE, SUMISO, PROFUNDAMENTE SIMPÁTICO, GRAN


TIMIDEZ; enrojece cuando le dirigen la palabra. TRISTE, MELANCÓLICA, ENCIERRA
SU PENA EN SI MISMA, LLORA FACILMENTE PERO UNA BUENA PALABRA LA
CONSUELA FACILMENTE.

Los trastornos producidos por pena con Aurum, Causticum, Ignatia, Lachesis, Natrum
Mur., Phosph. Acid y Staph.

Trastornos producidos por pena

Causticum

Ejerce sobre el espíritu acción deprimente relacionada con su acción general sobre el
sistema nervioso. De ahí, síntomas mentales particulares muy importantes para su elección.

HUMOR MELANCÓLICO Y TRISTE; SE INCLINA A VERLO TODO NEGRO; A


LA DESESPERACIÓN. Esta melancolía, a menudo se relaciona con preocupaciones, tristeza,
PENAS DE ANTIGUA DATA.

Lachesis

POSTRACIÓN MENTAL Y FISICA CON HIPERSENSIBILIDAD NERVIOSA


EXAGERADA. Todo lo fatiga, lo irrita. Se estremece al menor ruido, no soporta el menor
contacto. Le cuesta mucho trabajar cerebralmente, a causa de gran fatiga intelectual y gran
rapidez para registrar impresiones.

ALTERNATIVAS DE EXCITACIÓN Y DEPRESIÓN. AGITADO E INQUIETO, no


le gusta ocuparse de sus negocios; tiene siempre deseos de pasear. TRISTE DE MAÑANA,
no le gusta mezclarse con otros individuos. LA ACTIVIDAD MENTAL AUMENTA DE
MANERA DESACOSTUMBRADA A LA NOCHE.

ORGULLOSO, CELOSO, EXTREMADAMENTE SUSCEPTIBLE, CELOS SIN


RAZÓN. MELANCOLÑIA ANSIOSA Y TEMOR A UNA MUERTE PRÓXIMA. En cuanto
a la DEPRESIÓN se nota debilidad de memoria, faltas al escribir, confusión sobre el tiempo,
delirio de noche, balbuceo, sopor. Se SIENTE EXTREMADAMENTE TRISTE,
DEPRIMIDO, INFELIZ, ANGUSTIADO y este estado, agravado en la mañana, puede
también agravarse cada vez que duerme, de día o de noche. ENFERMEDADES CRÓNICAS
POR CAUSAS DEPRIMENTES, COMO TRISTEZA O PENA MORAL.

26
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

Phosphoricum acidum

INFLUENCIA DE SHOCKS MENTALES, PREOCUPACIONES, PENAS etc.:


Depresión característica, resultado de emociones deprimentes tales como penas, pérdida de
un ser querido, bienes, posición.
TRASTORNOS O PREOCUPACIONES por negocios; TRISTEZAS
PROLONGADAS; PENAS DE AMOR; tristeza nostálgica.

Las consecuencias de una exposición al frío seco o al frío húmedo tienen sus típicos
remedios, lo mismo que las indigestiones por distintos alimentos.

Los traumatismos en general se tratan con Árnica.

Árnica

Acción general del medicamento

SOBRE LOS MÚSCULOS Y TEJIDO CELULAR. Su influencia especial sobre la


fibra muscular determina trastornos circulatorios en arterias y capilares, lo que explica su
acción sobre vísceras, en particular cerebro y bulbo.

Su acción sobre los vasos sanguíneos, sobre todo los capilares, posibilita la
EXTRAVASACIÓN SANGUINEA. Produce estados semejantes a CONTUSIÓN O
TRAUMATISMO siendo útil para los casos en que un traumatismo, aún curado, parezca ser
el motivo de un mal presente. Es indicado para casos de contusión o surmenage de un órgano,
esfuerzos musculares; el cuerpo y todos los miembros duelen como si hubiesen sido
golpeados; la cama parece dura.

ES EL PRINCIPAL REMEDIO PARA LAS CONTUSIONES Y SUS


CONSECUENCIAS. Produce efectos semejantes a los resultantes de golpes, contusiones,
caídas y conviene acordarse de él en afecciones agudas o crónicas debidas a traumatismos.
Produce bajo la piel equimosis como las de una contusión; favorece la resorción de sangre
extravasada, evitando la supuración.

ARNICA SANGRA FACILMENTE. La tonicidad de sus vasos sanguíneos parece


relajada y facilita extravasación. Se forman manchas equimóticas en la piel; las mucosas y
regiones inflamadas sangran fácilmente.

Pero hay remedios claves para traumatismos especiales en la cabeza, ojos, columna,
huesos, periostio, nervios, partes blandas, etc.

27
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
MEDICAMENTOS HOMEOPÁTICOS CON TROPISMO
ESPECÍFICO
A continuación describiremos propiedades específicas y acciones más
salientes de algunos medicamentos individuales con tropismo específico.

• Aconitum napellus
Agitación, ansiedad, temor a la muerte. Dolores intolerables por golpes de
aire frío. Afecciones repentinas. Afecciones por frío. Estados gripales después de
exponerse al frío, fiebre, escalofríos, dolor de garganta, cefalea, fiebre alta y seca con
piel roja y caliente. Sus pensamientos predicen la muerte, terror a morir, irritable,
inquieto, trastornos a partir de un susto.

• Allium cepa
Catarro nasal agudo, secreción acuosa y abundante, tos por inspiración de aire
frío, ojos rojos con fotofobia, nariz y labios superiores irritados, rinitis alérgica o
estacional.

• Antimonium crudum
Trastornos digestivos por exceso de alimentos, lengua blanca, eructos,
náuseas, vómito, diarrea, hiperqueratosis plantar (callosidades en las plantas de los
pies y manos), verrugas, piel agrietada peor en las comisuras (boca, nariz, ojos).

• Apis mellifica
Edema de diferente orden (párpados inferiores, manos y pies) de origen renal
o cardiaco, (anasarca), picaduras de insectos, urticaria, eritema solar, derrames
articulares, nefritis agudas, hematuria, dolor ovario derecho.

• Arsenicum album
Ansiedad. Temor a la muerte. Agitación. Dolores ardorosos. Diarrea con
vómitos (excelente en intoxicaciones alimenticias, por carnes, embutidos, comidas
descompuestas. Estados de debilidad con ansiedad, dermatitis crónica, psoriasis,
urticaria. Trastornos digestivos por ingestión de alimentos en mal estado. Náuseas,
vómito, diarrea. Todos los síntomas se agravan de noche y por el frío, dolores
quemantes ardientes.

• Baryta carbónica
Medicamento de los dos extremos de la vida; retraso en el desarrollo físico y
mental de los Ni os, hipertrofia de las amígdalas con inflamación ganglionar,
hipertensión arterial por arteriosclerosis, senilidad prematura, sialorrea nocturna,
hiperhidrosis de pies, apoplejía. Lento en todo. Niños con retraso mental. Ancianos
reblandecidos. Amígdalas hipertróficas crónicas.

• Belladonna

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Afecciones febriles de comienzo brusco, gripe, amigdalitis, otitis. Abscesos,
forúnculos, panadizos, piel caliente y seca, incapacidad para transpirar, cara roja,
vértigo al levantarse, cefalea aguda. Dolor vivo al tragar. Violencia de los síntomas.
Epilepsia. Funciona como gran antibiótico. Sarampión. Escarlatina. Rubéola.
Varicela. Erisipela.

• Berberis vulgaris
Su centro de acción es el árbol urinario, cólico renal desgarrante que irradia
vejiga y uretra. Dolor lumbar, sacro punzantes, cólico hepático, elimina ácido úrico.
Reumatismo muscular.

• Bryonia alba
Estado febril, bronquitis con tos seca, pleuritis, escalofrío en la ma ana y al
anochecer, sudoración abundante y sed intensa, estado gripal, artritis con derrame
sinovial, rodillas inflamadas, plantas de pies calientes, dolor en los miembros
superiores, vértigo al levantarse, constipación, mucosas secas.

• Calcárea carbónica
Medicamento constitucional en el primer a o de vida, ni o regordete, flácido,
sudan fácilmente la cabeza, jóvenes con tendencia a la obesidad. Trastornos del
metabolismo del calcio, retraso en la dentición, litiasis hepática y renal, menstruación
frecuente y prolongada. Miedo al porvenir. Molleras abiertas. Acidez digestiva.
Eructos, vómitos y diarreas ácidas.

• Calcárea iodata
Trastornos glandulares y ganglionares con adelgazamiento. Amigdalitis
hipertrofiadas y crípticas, vegetaciones adenoides, úlceras varicosas, hipertrofia de
mamas y útero.

• Calcárea phosphorica
Medicamentos del tejido óseo y del metabolismo del calcio, adelgazamiento
con trastornos de crecimiento. Formación lenta de huesos y tejidos con crecimiento
rápido en el momento de la adolescencia. Adelgazamiento, huesos peque os y
débiles. Fontanelas abiertas por largo tiempo, raquitismo, anemia, coxalgia.

• Calcárea sulphurica
Todo lo relacionado con supuraciones, ganglios y glándulas hipertrofiadas,
abscesos, supuración prolongada. Fístulas, quemaduras, saba ones que supuran.

• Cantharis
Irritación e inflamación de las mucosas digestivas y urinarias, inflamación de
la faringe y ulceración, dolores ardorosos antes y después de la micción, eczema,
erisipela, hematuria, herpes simple, quemaduras.

• Carbo vegetabilis

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Torpeza mental, pesadez y lentitud en todos sus actos. Agotamiento con
sudor frío después de pérdida de fluidos orgánicos, flatulencia abundante, úlcera
gástrica. Baja vitalidad. Debilidad intensa. Hemorragias repetidas.

• Causticum
Constipación con heces difíciles de expulsar, hemorroides, condilomas
anales, vértigo antes de convulsiones (epilépticas), parálisis del nervio auditivo,
reumatismo anquilosante, afonía con tendencia a carraspear, parálisis de vejiga por
retención forzada, rigidez de miembros y articulaciones.

• Chamomilla
Ni os irritables y de mal comportamiento, trastornos durante la dentición;
lloriqueo, diarreas, sue o alterado, dolores, fiebre, Ni os de piel malsana,
menstruación dolorosa oscura y frecuente, seguidas de flujo excoriante amarillo.
Diarrea verdosa en niños. Infante caprichoso. Siempre descontento. Dolor
intolerable. Otitis. Antinflamatorio.

• Chelidonium majus
Afecciones hepáticas y abdominales que se acompa an de dolor constante en
el hígado y ángulo inferior del omoplato derecho, coloración amarilla de las
conjuntivas, cólico hepático.

• China officinalis
Característica importante debilidad por pérdida de fluidos (hemorragias,
lactancia, diarreas, sudores), cansado y aburrido de la vida, hipertrofia e induración
del hígado y bazo. Distensión de vientre después de comer, flatulencia excesiva.

• Colocynthis
Dolores neurálgicos agudos calambroides punzantes, cólico hepático,
abdomen distendido. Dolor en la región umbilical, dolor cervical y escapular,
neuralgia facial.

• Cuprum metallicum
Llanto por la menor emoción. Calambres, espasmos musculares que aparecen
bruscamente, dolor hipocondrio izquierdo, convulsiones (epilepsia).

• Echinacea angustifolia
Estados sépticos. Adinamia profunda con postración, dolores agudos y
lancinantes. Angina con amígdalas negruzcas cubiertas de membrana grisácea.
Afecciones cutáneas, forúnculos, picaduras de insectos, linfangitis y adenopatía
ganglionar, fiebre con flujo de sangre en la cabeza. Ántrax, abscesos.

• Gelsemium

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Debilidad física y mental con temblores de los miembros e incoordinación.
Cefalea con sensación de pesadez en la región occipital, hemicránea precedida de
trastornos visuales. Afonía después de una emoción, lentitud en el pensamiento.
Fiebre tifoidea, estados gripales, parálisis agitante, arteriosclerosis, ataxia
locomotriz, dolores agudos en la región uterina que irradian a la espalda.

• Graphites
Tendencia a la obesidad con constipación habitual. Menstruaciones
retardadas, erupciones con escurrimiento espeso y pegajoso. Lateralidad izquierda.
Sujetos apáticos. Erupciones húmedas en la parte posterior del pabellón auditivo,
eczema de los párpados y conducto lagrimal, alrededor de la boca y comisuras.
Distensión abdominal, flatulencia gástrica, leucorrea antes de las reglas, corisa
crónica con obstrucción nasal. Piel de las manos callosa, indurada y agrietada, piel
malsana.

• Hamamelis
Congestión venosa. Várices, hemorragias de sangre negra que coagula
difícilmente. Hemorragias intraoculares. Equimosis al menor golpe, dolor en el
cordón espermático que irradia al testículo. Venas dilatadas, sensibles y dolorosas.
Metrorragia intermitente y abundante. Úlceras varicosas, hemorroides y flebitis.

• Hepar sulphur
Temperamento linfático y escrofuloso. Infartos glandulares y erupciones con
tendencia a la supuración, sensibilidad al dolor y al frío, dolores agudos, punzantes
con tendencia a la supuración. Corisa espesa y amarillenta. Tos seca que se agrava
por el aire frío. Leucorrea abundante e irritante. Micción lenta, sudores abundantes
de mal olor. Todas las secreciones son ácidas y fétidas.

• Ignatia amara
Es el principal medicamento para trastornos de origen emocional, tristeza,
miedo, desengaño. Llora involuntariamente, estados histéricos con desmayo, se debe
administrar ignatia por la ma ana, si se toma antes de dormir puede causar inquietud
nocturna, el mejor medicamento de la histeria.

• Ipecacuanha
Trastornos durante el embarazo, náuseas, vómitos, salivación bronquitis
aguda en Ni os con tos que produce vomito, menstruación abundante y adelantada,
amenazas de aborto, diarreas en Niños.

• Kalium bichromicum
Su gran indicación son las mucosas, rinitis, sinusitis, mucosidades
abundantes, amarillentas y viscosas, úlcera gástrica o duodenal, ulceraciones
faríngeas, dolor punzante en la nariz, con escurrimiento adherente, verdoso, fétido.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
• Lachesis
Mujer desconfiada y de intensos celos, trastornos físicos y psíquicos de la
menopausia, intolerancia a la ropa ce ida, hemorragia retiniana, equimosis al menor
roce, venas varices, hemorroides, oleadas de calor con sudor, ninfomanía, úlcera de
los miembros inferiores.

• Magnesia phosphorica
Actividad Fisiológica: Regulador de la actividad constructora de las fibras
musculares. Su alteración ocasiona dolores agudos de tipo calambroide de aparición
brusca.

• Mercurius solubilis
Deseo o tendencia a matar a otro o así mismo, está descontento siempre y con
todo. Procesos inflamatorios con tendencia a supuración, (abscesos, aftas,
estomatitis, gingivitis, etc.) blefaritis, inflamación de ganglios linfáticos, temblores
(parkinson), dolores óseos, osteoporosis, diarreas agudas, sífilis primaria.

• Natrum sulphuricum
Estado hidrogenoide y psicosis. Flatulencia abdominal con cólicos y diarrea,
lengua cubierta de saburra gris, asma que se agrava con el cambio de tiempo
(humedad a nivel del mar), congestión hepática, uretritis crónica, verrugas,
condilomas.

• Sepia officinalis
Incapacidad de sentir amor, indiferencias a sus seres queridos aún a sus
propios hijos. Trastornos menstruales; oleadas de calor, sudor, descargas lechosas
nasal, vaginal, uretral. Vientre abultado después del parto, dolor en los órganos
genitales, tendencia al aborto, manchas en la cara. Dispepsia gastrohepática,
congestión portal.

• Silicea
Falta de confianza en sí mismo, inseguro, tímido. Procesos supurativos,
abscesos, forúnculos, fístulas, promueve la expulsión de cuerpo extra o (proyectiles,
espinas, agujas). Caries ósea de fémur, tibia, peroné, nódulos inflamados y duros.
Adenopatía axilar dura. U as deformadas y con manchas.

• Staphysagria
Acción sobre el sistema genitourinario. Trastornos nerviosos causados por
cólera, excesos sexuales, onanismo, blefaritis, chalazión, gingivitis, herpes zoster,
orquitis, prostatitis, piorrea, tumores de los párpados (orzuelos), reumatismo.

• Stramonium

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Trastornos nerviosos, delirio con inquietud, movimientos constantes. Estados
maniáticos, alucinaciones, corea, estados epilépticos.

• Sulphur
Pereza física y mental, aversión al trabajo, altanero y arrogante. Estimula las
defensas propias del organismo. Favorece la eliminación de toxinas. Alergias de piel
y mucosas, eczemas secas con prurito, manos agrietadas con callosidades, erupciones
pustulosas (acné) piel sucia mal sana.

• Tabacum
Postración con náuseas, vómito, enfriamiento helado en todo el cuerpo y
sudores fríos, vértigo con palidez, angina de pecho, mal del mar, vómito durante el
embarazo, hemicránea.

• Thuja
Mente ocupada con pensamientos o ideas fijas, obsesivas, cree que su cuerpo
es frágil, se siente culpable. Thuja, gran antipsicótico por excelencia. Trastornos por
vacunación. Blenorragia mal tratada o suprimida, sudor en los genitales, condilomas,
verrugas vaginales en forma de coliflor, pólipos uterinos. Crujidos articulares,
reumatismo, piel de aspecto sucio con manchas amarronadas.

SIMILITUD SEGÚN EL MIASMA EN ACTIVIDAD


Existen casos en que el remedio exactamente indicado no actúa eficazmente a pesar de
haber utilizado distintas potencias. Un análisis exhaustivo nos indica que el problema reside
en que existe un miasma en actividad.

Hahnemann observó en varias oportunidades que el medicamento mejor elegido para


el caso era capaz de poner en orden la salud del paciente pero era impotente para impedir las
recidivas de los accidentes agudos o exacerbaciones periódicas de la enfermedad. También
que, habiendo curado un episodio determinado, estas exacerbaciones, se producían en una
esfera orgánica diferente, induciendo a pensar que se trataba de una nueva enfermedad de
distinto origen.

Si el método no estaba en discusión, es que su aplicación era incorrecta o incompleta;


si el remedio no era eficaz, parecía que no cubriera todos los síntomas. Las recidivas por la
menor causa con la reaparición de viejos síntomas o aparición de síntomas nuevos cada vez
más resistentes al tratamiento, mostraba que dichos síntomas eran la expresión de una misma
enfermedad, pero también que detrás de la etiología circunstancial de cada recidiva, existía
una etiología más profunda responsable de la enfermedad en su conjunto, tanto como signos
anteriores y signos actuales. Para conocer el verdadero cuadro de la enfermedad, era preciso
tomar en cuenta la totalidad de los síntomas presentes y pasados para oponerles el verdadero
remedio homeopático: el remedio de acción extensa y profunda cubiertas por su patogenesia y
la totalidad presente y pasada de sus síntomas.

Pero era necesario cubrir también, más allá de las causas ocasionales, reveladoras de la
afección, la causa profunda responsable de la totalidad de la enfermedad, en los

33
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
antecedentes patológicos del paciente. Así, por una confrontación semiológica de enfermos y
remedios, Hahnemann construyó su concepción miasmática de las enfermedades crónicas.

Hahnemann escribe:

“Una época llega aún en la que apenas procuran aquellos (los remedios) un ligero
alivio; más ordinariamente, después de los reiteraros esfuerzos para triunfar de una afección
que se reproduce frecuentemente con algunas modificaciones nuevas, quedan, aún cuando el
enfermo no tenga nada que enmendar de parte del régimen y que ejecute puntualmente todo
lo que se le prescribe, males que los medicamentos más acreditados hasta entonces no
pueden ni hacer desaparecer ni aún frecuentemente disminuir y que, multiplicándose sin
cesar, se hacen a cada instante más y más fatales. De este modo, el médico homeopático no
alcanza, obrando así, más que a retardar la enfermedad crónica, que sin embargo se agrava
de año a año.”

“Hallar la causa que haga que todos los medicamentos conocidos en Homeopatía no
procuren la curación real de las enfermedades y llegar, si es posible al conocimiento más
exacto sobre la verdadera naturaleza de los millares de afecciones que resisten al
tratamiento, a pesar de la constante verdad de la ley homeopática, tal es el serio problema
que me ha preocupado día y noche desde el año 1816 y 17. En este espacio de tiempo el
Dispensador de todo bien me ha permitido llegar por las meditaciones asiduas, las
observaciones infatigables y fieles y las experiencias de la más perfecta exactitud a una
solución que debe redundar en beneficio del género humano”.
“Yo concluí que no se tiene jamás bajo la vista más que una porción de un mal
primitivo situado profundamente, cuya vasta extensión se manifiesta por los accidentes
nuevos que se desarrollan de tiempo en tiempo.”

Como podemos ver, tras muchos años de observaciones y experimentaciones,


Hahnemann llegó a la concepción de los llamados miasmas crónicos. En efecto, no pudo
dejar de constatar que el empleo habitual del remedio llamado similar, es decir, de aquél que
cubría sólo la sintomatología actual o parcial de un cuadro dado, era cada vez más ineficaz y
no podía impedir la repetición de los síntomas ni la aparición de otros diferentes.

El estudio de los enfermos le demostró que presentaban signos comunes diferenciados


en tres familias de innegable importancia, caracterizadas cada una de ellas por un conjunto
semiológico particular. Constató también que la mayor parte de las enfermedades encuentran
en sus antecedentes la noción de una sarna, más o menos antigua, más o menos evidente o
discreta.

El estudio de las enfermedades le mostró una semejanza individual en tres conjuntos


semiológicos con las grandes enfermedades contagiosas florecientes en esa época: en primer
lugar la sarna, después la sífilis, la psicosis.

El estudio patogenético de nuevas sustancias, le proveyó de remedios de acción más


extensa y profunda, capaces de cubrir los tres conjuntos semiológicos comunes a numerosas
patologías donde, los cabezas de fila eran respectivamente: sulphur, Mercurius y Thuya.

La confusión de estos conjuntos semiológicos con las enfermedades era inevitable en


una época en la que se conocían las patologías por sus manifestaciones aparentes y no por su
etiopatogenia que hace a la unidad nosológica. Hahnemann tomó entonces los conjuntos

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
semiológicos comunes que había descubierto, que no eran sino síndromes relevantes de
etiologías diferentes: la larga lista de las manifestaciones más diversas que atribuía a la psora,
era una reseña que nos parece mantener una semejanza con las manifestaciones alérgicas,
como el asma, los eczemas atópicos, las manifestaciones infecciosas o parasitarias como el
impétigo, el herpes o la sarna; trastornos neurovegetativos o endocrinos, migrañas y
numerosos dismetabolismos como la gota, las colelitiasis, etc.

Atribuía la misma etiología contagiosa a los miasmas, término usual en esas épocas
para designar los agentes desconocidos de las enfermedades infecto-contagiosas.

Este mal interno fue concebido por Hahnemann primero como una enfermedad
infecciosa y como una discrasia, es decir, una predisposición o susceptibilidad mórbida que es
el origen de muchos otros males y que posibilita el contagio de las dos enfermedades venéreas
por excelencia: la blenorragia y la sífilis. Fue llamado Psora y es para Hahnemann la más
antigua enfermedad crónica miasmática de que padece el género
humano.

La Psora

La psora, enfermedad crónica fundamental de Hahnemann, fue rápidamente


desmantelada sobre el plano nosológico, por la atribución de un número importante de sus
síntomas a sus verdaderas causas: infecciosas, tóxicas, metabólicas, etc., al mismo tiempo que
su origen miasmático desapareciendo con el descubrimiento del sarcoptes de la sarna. El
origen de toda esta patología heteróclita reunida bajo la denominación de psora es una
hipotética contracción de la sarna, se hizo imposible de sostener. Los homeópatas se
orientaron entonces hacia un origen higiénico-dietético: los errores y excesos alimentarios de
los enfermos o de sus parientes más o menos cercanos; la psora fue asimilada al viejo
artritismo o al neuro-artritismo, y más tarde al tuberculinismo o a la alergia.

Todo nos permite pensar actualmente que la psora no es una diátesis mórbida sino una
diátesis reaccional y constitucional., ligada a un bagaje genético y al azar de las mutaciones,
de las conjunciones genéticas, de la incertidumbre del producto de la concepción después de
la fecundación. No conocemos entonces habitualmente los factores etiopatogenéticos precisos
de su constitución, sino solamente los factores etiológicos circunstanciales que la determinan
o que la agravan.

Es el potencial reaccional general, caracterizado por una modalidad reaccional general,


llamada modalidad psorica por la analogía reaccional con la sarna, donde el sarcoptes, bajo la
forma de su nosode el Psorinum, es un resonante electivo, no por identidad o parentesco
etiológico, sino por analogía del potencial reaccional. Si el Psorinum es un resonante clave de
la modalidad psórica, cualquiera que sea el factor patógeno que ha desencadenado en el
enfermo, esto porque el sarcoptes de la sarna puede poner en juego en un organismo una
modalidad reaccional semejante.

Encontramos en la modalidad psórica las motivaciones claves de la psora:


alternancias mórbidas, tendencias recidivantes, metástasis mórbidas.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

En efecto, la modalidad psórica es un modo reaccional de defensa contra la


insuficiencia de exoneración, por crisis eliminatorias, recidivantes o alternantes sobre los
diferentes emuntorios: digestivo, respiratorio, urinario y especialmente cutáneo.

Por ello la supresión de las crisis eliminatorias sin una mejoría de las eliminaciones,
agravará al enfermo; es decir, el reingreso de la psora.

La modalidad reaccional fundamental de defensa orgánica, puede aparecer en


cualquier terreno y episódicamente: es muy raro que un sujeto no haga una reacción psórica
en el curso de su vida. Pero será electiva en sujetos que presentan una deficiencia de
eliminación: sea por simple sobrecarga exonerativa normal o anormal, o por la existencia de
una enfermedad metabólica conocida, como gota, diabetes, dislipemia, o una alergia
constitucional ignorada como la oxalemia o desconocida.

Aparecerá selectivamente en los biotipos carbónicos y sulfúricos, predispuestos a la


plétora y a la sobrecarga. La modalidad psórica es entonces la expresión de un potencial
general evolutivo, revelado por factores etiológicos circunstanciales y definido por un
conjunto semiológico homeopático de signos diatésicos.

El reconocimiento en un paciente de una modalidad psórica dominante permite,


teóricamente:
• Orientar la elección del remedio hacia los remedios psóricos, aquellos
donde la semiología demuestra la modalidad psórica que poseen.
• Apreciar su potencial evolutivo patológico y reaccional e intentar la
prevención de enfermedades por sobrecarga o enfermedades
metabólicas donde está amenazada.
• Aconsejando un régimen higiénico-dietético adecuado.
• Prescribiendo medicamentos psóricos indicados y apropiados para
restablecer las funciones exonerativas.

La Sífilis

Los estudios genéticos descartaron a la sífilis como etiopatogenética de la mayor parte


de las taras que se le atribuían, para jerarquizar los innumerables factores de mutación
genética: virus, toxinas, radiaciones, etc. y otros desconocidos. La concepción del luetismo
como diátesis mórbida hereditaria ligada a la sífilis, perdió así toda credibilidad, como el
tuberculinismo ya había dejado de estar ligado a la tuberculosis. Ya no se podía adherir las
diátesis homeopáticas a factores patógenos que no habían demostrado su constante incidencia
genética. Se describió así que el terreno biológico es estrictamente individual y no categórico.
Este estado de categorización que los homeópatas habían constatado, correspondía a las
modalidades reacciónales de defensa del organismo, en los que número es limitado frente a la
multiplicidad de factores de agresión.

No podemos concebir el luetismo más que como una diátesis reaccional, como las
otras diátesis homeopáticas: es un potencial reaccional de defensa común, específico, llamado
modo luético, por analogía semiológica con la sífilis, pero no por filiación etiológica, definida
por los signos homeopáticos grupales, los signos diatésicos, una táctica de defensa del
organismo.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

Esto es lo que distingue fundamentalmente al luetismo de las otras diátesis


homeopáticas: es el de estar ligado a un biotipo patológico. Ni la psora ni la psicosis poseen
un biotipo exclusivo. El tuberculismo tiene un biotipo electivo, el longilineo con marcada
labilidad nerviosa, pero éste no es un biotipo francamente patológico, sino una variante, como
el brevilineo del tipo normolineo.

Por el contrario, el luetismo es indisociable de un biotipo patológico, mutante de un


biotipo normolíneo, brevilíneo o longilíneo, por anomalías de los organizadores genéticos
fundamentales: el distrófico fluórico, donde él expresa el potencial reaccional y mórbido.

Bajo la denominación de luetismo describimos en realidad el distrófico fluórico en su


triple expresión:
• Tipológica, que permite el reconocimiento exterior de una enfermedad
caracterizada.
• Mórbida, por la fisiopatología, que permite reconocer su potencial
mórbido.
• Reaccional. La diátesis luética propiamente dicha reconoce, bajo un
conjunto de signos diatésicos homeopáticos, lo que se expresa como su
potencial reaccional.

El Profesor Francisco Eisayaga nos dice. “Es una diátesis destructiva que produce
lesión irreversible en los tejidos, tales como ulceración y la supuración, afectando
fundamentalmente la inteligencia y la capacidad de juicio del individuo, por alteración de la
corteza cerebral. Destrucción de la mente y de los tejidos, tales son las características de este
estigma que padece la humanidad. Incapacidad para controlar los impulsos afectivos: la
agresividad, los celos, los deseos de venganza, el odio, la tendencia al suicidio,
autodestrucción, como así también el espíritu crítico malicioso y censor, con sentimientos de
culpa o ansiedad de conciencia moral”.

La psicosis

La variedad y multiplicidad de factores etiológicos señalados después de Hahnemann


como determinantes de esta enfermedad crónica, primero por la gonococia, después las
vacunaciones, más adelante los corticoides, los diuréticos, los antibióticos, etc., demuestran
que esta no es una enfermedad sino una disposición reaccional constitucional, puesta en
juego por factores etiológicos variados que, sin ser los responsables de esta predisposición,
son los factores etiológicos circunstanciales, reveladores o agravantes.

La sycosis entonces, es una diátesis reaccional como las otras diátesis homeopáticas:
es un potencial reaccional constitucional caracterizado por una modalidad reaccional general
específica llamada modalidad sycótica observada por Hahnemann, y no por identidad o
parentesco etiológico con la gonorrea. De igual forma, si el nosode Medorrhinum es un
resonante electivo de la modalidad sycótica, esto ocurre por analogía reaccional entre la
sycosis y la gonorrea y no por identidad o parentesco etiológico, porque las manifestaciones
sycóticas desencadenadas por una vacunación antivariólica serán semejantes a aquellas de
Medorrhinum, independientemente de toda etiología gonocóccica.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
La sycosis es un potencial reaccional de defensa patológica contra las agresiones a la
célula conjuntiva y más particularmente del Sistema Retículoendotelial, por una modalidad
general de defensa caracterizada por una reducción y luego bloqueo de los intercambios entre
la célula conjuntiva y el espacio intercelular, determinando el aislamiento de la célula que se
autonomiza, prolifera o se esclerosa.

El Profesor Francisco Eisayaga nos dice con respecto:


“En la esfera mental produce la perversión de los sentimientos, particularmente los
relacionados con el amor, hallándose en la base de las perversiones sexuales, la agresividad, la
maldad, la crueldad, el egoísmo, la delincuencia, etc. En los tejidos provoca la perversión de
la reproducción celular, caracterizada por la aparición de tumores de carácter benigno que se
transforman en malignos cuando se unen con la sífilis, produciendo los diferentes tipos de
cáncer.

La sicosis se caracteriza por la actividad funcional pervertida, la disfunción, la


hipertrofia del yo y de los tejidos, la hiperplasia celular y la perversión de los sentimientos
personales, familiares y sociales, sobre todo los relacionados con el amor”.

El Tuberculinismo

El tuberculinismo, no descrito por Hahnemann entre los miasmas crónicos, fue


considerado posteriormente, junto con el cancerinismo como un miasma más.

En la concepción genético-existencial actual del terreno, el tuberculinismo debe


interpretarse como un potencial reaccional general constitucional, caracterizado por una
modalidad reaccional general, llamada modalidad tuberculínica, por analogía con la
tuberculosis, donde le bacilo de Koch bajo la forma de su nosode, el tuberculinum, es un
resonante clave, no por identidad o parentesco etiológico sino por analogía de potencial
reaccional. Si el bacilo de Koch es un resonante clave de la modalidad tuberculínica,
cualquiera que sea el factor patógeno que la ha puesto en juego en el enfermo, parece que él
es capaz de acarrear una modalidad reaccional semejante en el organismo, la tuberculosis
evolutiva.

La modalidad tuberculínica es una modalidad reaccional general de defensa y se


caracteriza por una aceleración del metabolismo celular que acarrea lo siguiente. En primer
lugar un aumento de las combustiones con destrucción celular con obstrucción de la
circulación venosa y linfática que determina las crisis de eliminación sobre las mucosas y las
serosas. En segundo lugar se produce una desmineralización celular, con desasimilación,
descalcificación, determinando la pérdida de sustancia.

El cancerinismo

Actualmente se considera la existencia de este quinto miasma o diátesis, que se


observa en una proporción cada vez más creciente de individuos y que sería la combinación
de todas las diátesis, ya actuando en forma aislada o combinada. Fundamentalmente el tumor
canceroso es el resultado final de este estado precanceroso, poseyendo la hiperplasia de la
sicosis y el genio destructivo de la sífilis.

38
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Al encontrarnos ante esta circunstancia, es decir, ante la presencia de un miasma
en actividad, la administración del medicamento o el nosode que responde a dicho
miasma soluciona o aclara el caso.

SIMILITUD DE ACUERDO CON LA EXPERIENCIA MÉDICA

No existe ninguna duda de que las patogenensias experimentales en individuos sanos


constituyen la guía inevitable en todo tratamiento homeopático. Pero existe una Materia
Médica Clínica avalada por muchos años de práctica y de casuística que revela que en
determinadas afecciones o lesiones orgánicas existen remedios que han mostrado gran
eficacia. Conviene tener presente este hecho pues en el fondo está poniendo en evidencia la
farmacodinamia y el tropismo de los medicamentos. Así, ante un enfermo que presenta una
totalidad sintomática característica que nos hace dudar entre dos remedios, es conveniente
elegir aquél que en la clínica ha demostrado tener acción eficaz en la afección que estamos
tratando.

El Doctor León Vannier en su libro “Compendio de Terapéutica Homeopática”nos


dice:

La Medicina Homeopática está formada por tres elementos fundamentales que deben
conocerse e interpretarse debidamente:

Una doctrina, que tiene como punto de partida la Escuela Hipocrática, conocida y
respetada por todas las teorías y sistemas médicos.

Una clínica, cuyos métodos particulares de investigación y observación nos permiten


conocer no tan sólo la enfermedad presente, sino que nos capacita para interpretar
debidamente las causas verdaderas de ella y llegar a su conocimiento exacto.

Una terapéutica, cuya aplicación es clara y precisa porque sus indicaciones son
invariablemente determinadas, siempre que se sigan sus principios fundamentales que se
ajustan a las leyes de la naturaleza.

39
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

Todo remedio homeopático debe ser individualizado, es decir, adaptado al individuo


enfermo que reclama nuestra atención médica. En homeopatía no existen remedios panaceas,
es decir, curalotodo. Dos pacientes con la misma enfermedad pueden necesitar cada uno de
ellos un remedio diferente. La individualización y selección del remedio aplicado a cada caso
en particular, no presenta grandes dificultades, porque el enfermo los lleva en si mismo
exactamente revelados por sus síntomas. Estas manifestaciones sintomáticas y características
debe buscarlas el médico y las encontrará en la forma de trastornos psíquicos, sensoriales,
funcionales y lesionales que presenta el individuo enfermo.

Cada enfermo ofrece a la observación del médico una verdadera morfología


sintomática que es personal y en la cual la expresión psíquica, sensorial, funcional y lesional
tiene un doble efecto:
1. La morfología sintomática permite abordar firmemente el diagnóstico
clínico y no solamente reconoce la enfermedad en causa, sino que
también fija la real y verdadera etiología.
2. Permite instituir la terapéutica homeopática conforme a la enfermedad
o síndrome presente, terapéutica que es exactamente adaptable al
sujeto, pues son sus propias reacciones las que guiarán nuestra
selección del remedio. Tomadas de la Materia Médica serán
exactamente semejantes o análogas a los síntomas observados en el
enfermo.

El conocimiento de la Materia Médica Homeopática es, por consiguiente, una


necesidad.

Para practicar la homeopatía se debe conservar el buen sentido y razonar sin


prejuicios. La ley de Similitud debe ser como el hijo de Ariadna, que le permitirá encontrar
siempre la prescripción apropiada y el remedio indicado a cada caso particular. La práctica
de la homeopatía no requiere una técnica complicada y, aparte de ciertos estados morbosos
crónicos, de los cuales hablaré más adelante, se puede establecer rápidamente una
prescripción exacta y eficaz.

Nunca suministrar varios remedios a la vez.

Una vez realizado el diagnóstico diferencial de los remedios, sus indicaciones


análogas hacen pensar que su mezcla es posible y que una medicación compleja así
establecida se puede justificar. Pero el criterio médico genuinamente homeopático permitirá
comprobar fracasos terapéuticos de esta conducta y no hay que aceptar el empleo de
productos específicos que de homeopáticos sólo llevan el nombre. No debe pasarse por alto
los principios fundamentales de la ley terapéutica de los semejantes y prescribir siempre el
remedio “simillimum” que corresponda exactamente al conjunto de síntomas que presenta el
enfermo.

Ahora vamos a ver ejemplos de similitud según la experiencia médica.

• ABSCESOS (9)

40
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Belladona es casi siempre el remedio indicado al iniciarse el proceso, cuando la
inflamación se desarrolla rápidamente, con tumefacción rojo brillante, ardorosa, irradia calor
y dolores muy vivos, agudos, pulsativos. El pus todavía no se forma y el enfermo no puede
soportar compresas frías.

Hepar sulphur es el gran remedio homeopático de las supuraciones. La colección


purulenta ha tomado lugar. El enfermo se queja de dolores agudos, punzantes y presenta una
hipersensibilidad muy particular de la región afectada. Una característica importante es que el
enfermo no puede soportar ni el más leve contacto. Los dolores se agravan por la noche y por
el frío más insignificante. Si el absceso está abierto, el pus es espeso, frecuentemente
mezclado con sangre y con olor a queso viejo.

Silicea está indicada cuando la supuración persiste y cuando no se manifiesta ninguna


tendencia a la curación.

• ACNE

Kali bromatum es un remedio importante del acné que tiene asiento en toda la cara,
la nuca y las espaldas. Puede ser simple o indurado, rojo o libido, pero siempre acompañado
de trastornos nerviosos.

Antimonium crudum es el remedio del acné de los bebedores, cuando la cara tiene
un color rojo y presenta lesiones de pápulas acuminadas con punto negro o comedón y que
ponen de manifiesto su alcoholismo habitual.

Sulphur se adapta más bien a personas delgadas con piel seca, áspera, sucia, cubierta
de erupciones secas, escamosas, pruriginosas. El acné casi siempre se sitúa sobre la frente y
en la espalda, donde se comprueban numerosos puntos negros y comedones en la frente, nariz
y el mentón. La supuración es fácil; una furunculosis más o menos extendida es casi siempre
concomitante.

Sulphur iodatum corresponde particularmente al acné puntata persistente en la frente


y espalda y este remedio estará más indicado que Sulphur y será mucho más útil si los
fenómenos de autointoxicación como cefalea, constipación, prurito, se desarrollan sobre un
terreno tuberculínico. Un adelgazamiento que nada puede impedir, la presencia de ganglios
crónicamente hipertrofiados y no dolorosos, de pruritos intensos con erupciones persistentes,
ligeramente supuradas, que permiten afirmar la indicación de este remedio.

• BOCIO

Thuja occidentales corresponde a las hipertrofias tiroideas que se desarrollan


rápidamente después de vacunaciones intempestivas. El bocio es de consistencia suave y se
puede acompañar de algunos signos de Basedow frustrados: el enfermo experimenta
sensación de fatiga indefinida, con debilidad de las piernas y temblores.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Calcárea carbónica corresponde a las hipertrofias tiroideas que se desarrollan en los
sujetos escrofulosos. Las amígdalas están hipertrofiadas, las glándulas submaxilares están
gruesas y duras, la adenopatía cervical es constante. El enfermo es linfático, apático y
friolento. La piel está pálida, blanquizca y gredosa. Existen sudores abundantes de la cabeza
durante el sueño.

Calcárea iodata conviene al tratamiento del bocio que aparece en el momento de la


pubertad. El enfermo presenta los mismos signos que Calcárea carbónica pero el bocio es más
indurado y limitado.

Iodum se adapta a los bocios fibrosos y leñosos. El cuerpo tiroideo está hipertrofiado
e indurado o existe un núcleo indurado en un lóbulo tiroideo. El enfermo no experimenta
ningún dolor, pero está nervioso y ansioso. El enfermo adelgaza a pesar de alimentarse bien.

• BRONQUITIS AGUDAS

Aconitum napellus. Es después de una exposición a un viento frío y seco cuando el


sujeto enferma bruscamente. Tiene escalofríos, fiebre con piel seca y sin transpiración; el
pulso es rápido, pero la característica más notable es la agitación y la ansiedad, el sujeto se
siente muy enfermo, tiene temor a morir. Después comienza a toser, tos corta y seca, sin
expectoración. Todos estos trastornos aparecen y son más marcados antes de medianoche.

Belladona. Las características principales son las opuestas a las de Aconitum.


Mientras que en este el estado esencial es la agitación y la angustia, el enfermo de Belladona
está abatido, congestionado. Abatimiento y congestión son las características dominantes de
este remedio. La fiebre es elevada, la cara congestionada, los ojos inyectados. El enfermo
tiene la piel húmeda con transpiración muy marcada sobre las partes cubiertas. Después
empieza a toser: tos seca, espasmódica, provocada por un cosquilleo laríngeo, que se
acompaña de constricción faríngea

Bryonia. Es la más frecuentemente indicada. La tos es seca, quintosa y se acompaña


de dolores agudos y lancinantes situados en el pecho y que se presentan en la forma de dolor
de costado. El enfermo descansa inmóvil, acostado sobre el lado doloroso. Cuando tose, el
menor movimiento, la misma respiración, aumentan el dolor y para calmarlo necesita apoyar
profundamente la mano sobre la región dolorosa. Bryonia es siempre mejorada por el reposo
y por la presión fuerte; y es, por el contrario, agravada por el movimiento.

Mercurius solubilis. La tos de este remedio es seca, espasmódica y dolorosa. Aparece


en la tarde o la noche. Se acompaña de una expectoración mucopurulenta, espesa, que
presenta tres caracteres: amarilla, verdosa, generalmente salada. El enfermo tiene fiebre que
es muy notable porque se acompaña de una alternancia de escalofríos y de calor; pero esta
alternancia se manifiesta a la tarde y la noche.

Pulsatilla nigricans. Tiene una tos seca y floja a la vez; seca por la tarde y la noche,
floja por la mañana.

• CIATICA

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Árnica montana. Será el primer remedio. La ciática sobreviene después de un
esfuerzo prolongado y brusco o después de haber levantado un fardo muy pesado. Se presenta
bruscamente con lumbago que se acompaña de sensación de magullamiento y cansancio.

Belladona. Es el remedio de la neuralgia ciática que aparece bruscamente. El dolor es


lancinante, muy intenso, sobre todo por la noche y siempre se agrava por el movimiento o el
menor contacto.

Bryonia alba. Está indicado al principio de una ciática que parece de origen
reumatismal y que se desarrolla después de exponerse al frío. El dolor es agravado por el
menor movimiento y siempre mejorado por el reposo, la presión y estando acostado sobre el
lado doloroso. Es siempre de lateralidad derecha.

Colocynthis. Presenta la misma lateralidad derecha. El dolor es particularmente


intenso, con entorpecimiento y paresia de los miembros. Sobreviene por paroxismos
violentos, aparece y desaparece bruscamente, se agrava por la noche, por el menor
movimiento y el frío. Mejoría por el calor y teniendo la pierna en flexión.

Ammonium muriaticum. Este remedio se agrava al estar sentado, mejoría por


pasearse o acostarse. El paciente padece también de los dedos de los pies y los talones. Los
dolores son mejorados por fricciones y tiene la sensación de que sus tendones son muy cortos
y experimenta sacudidas musculares dolorosas.

Rhus toxicodendrom. Corresponde a las ciáticas que se desarrollan después de una


permanencia en un lugar húmedo o de un esfuerzo prolongado. La ciática se acompaña por lo
general de lumbago, todos los músculos y ligamentos parecen afectados. Los dolores son
desgarrantes, con sensación de magullamiento y cansancio en la espalda y rigidez
considerable que se acentúa por el reposo. Los dolores se agravan por el reposo y mejoran por
el movimiento.

• COLICO NEFRITICO

Berberis vulgaris. Conviene particularmente al cólico nefrítico izquierdo. El enfermo


experimenta laxitud dolorosa en la región renal con sensación de quemadura. Los dolores
siempre empeoran por el movimiento. El enfermo tiene deseos violentos de orinar pero sufre
al hacerlo, no solamente en la uretra, sino también en las caderas y los muslos.

Zarzaparrilla. Corresponde al cólico nefrítico derecho. El enfermo presenta dolores


intensos en los riñones, sobre todo a nivel del riñón derecho. Tiene violentos deseos de orinar
y que no puede satisfacer y sufre de un dolor intolerable al terminar la micción.

Pareira brava. Tiene un deseo continuo de orinar cada cuarto de hora. Hace violentos
esfuerzos por orinar, se ve obligado a arrodillarse y a apoyar sus manos sobre el piso para
poder orinar algunas gotas. Sufre de dolores violentos en los genitales externos y de dolores
en los muslos que irradian a los pies cuando prueba a orinar.

• DISMENORREA

Pulsatilla. El primer remedio en que se puede pensar para que las menstruaciones se
modifiquen es Pulsatilla. Las menstruaciones son de sangre negra, es escurrimiento es poco

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
abundante, de corta duración, es intermitente, se detiene por un día para reaparecer, siempre
más marcado durante el día, cesa generalmente por la noche. Las menstruaciones son siempre
precedidas de escalofríos, acompañadas de dolores en el vientre, de llanto y cefalalgia.

Belladona. Conviene a los estados que se manifiestan bruscamente. La paciente sufre


de dolores violentos, con sensación de presión en la parte baja, sobre todo por la mañana y al
caminar. Las menstruaciones aparecen anticipadamente, son muy abundantes. La sangre está
caliente, de color rojo vivo, con mezcla de coágulos negros y de mal olor. Belladona está
indicada en las dismenorreas congestivas que sobrevienen bruscamente después de un
enfriamiento.

Actaea racemosa. Está indicada cuando las menstruaciones son muy dolorosas.
Mientras las menstruaciones son más abundantes, los dolores son más violentos. Los dolores
son espasmódicos, lancinantes y atraviesan el bajo vientre de un lado al otro, más marcados a
la izquierda.

SIMILITUD SEGÚN SU NATURALEZA

Artificial
La similitud puede ser:

Natural

La similitud es artificial en el caso concreto de aquella semejanza que se basa en la


aplicación a un enfermo dado de una patogenesia medicamentosa experimental.

La similitud es natural cuando se trata de dos enfermedades naturales que se


asemejan mucho en algunos de sus síntomas y que tienen la virtud, la más fuerte de aniquilar
a la más débil.

En los Par. 35 al 50 Hahnemann introduce el concepto de enfermedades naturales


desemejantes y semejantes, que interfieren mutuamente entre sí. Si bien los hechos que
Hahnemann refiere son producto de la observación clínica propia de él y de muchos autores
contemporáneos a él, de acuerdo con la abundante bibliografía que presenta, la explicación
teórica que da a esos hechos podría parecer un tanto anodina y sin interés científico.

Desde el punto de vista sintomático, Hahnemann divide las enfermedades en dos


grandes grupos cuando se las compara entre sí: las enfermedades desemejantes y las

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
semejantes. Entre ellas estable una subdivisión, según su naturaleza, en afecciones naturales
y medicamentosas, existiendo las siguientes posibilidades:

1. Una enfermedad natural preexistente más fuerte es capaz de proteger el


organismo de una enfermedad reciente o nueva de igual o menor
intensidad si ambas son desemejantes. De todas las observaciones de
Hahnemann sobre este tópico, éste es el de mayor evidencia clínica.
Esto sucede con las drogas alopáticas, que son incapaces de curar una
enfermedad crónica aunque se usen durante años enteros, siempre que
su fuerza sea menor que la de la enfermedad. Si son más fuertes, en
cambio, pueden producir una supresión mórbida, con agravación del
paciente por la vía de la sustitución de la enfermedad natural por la
enfermedad drogal.
2. Si la enfermedad reciente, desemejante, es la más fuerte, suprime
temporariamente y suspende la enfermedad antigua más débil hasta que
aquella termine su curso; entonces reaparece la antigua afección en el
estadio evolutivo en que se hallaba.
3. Par. 40:”Puede ocurrir que la enfermedad reciente, después de haber
actuado largo tiempo sobre el organismo, termine por aliarse finalmente
a la antigua que le es desemejante y formar con esta un complejo
mórbido”. “Cada una afecta entonces una localización especial en el
organismo, y se instala en los órganos que presentan una afinidad
electiva al respecto, abandonando las otras regiones a aquella que le es
desemejante”.
4. En cambio, cuando dos enfermedades naturales o artificiales, diferentes
por su género (etiología), pero análogas por sus manifestaciones
(síntomas) y sus efectos, se anulan siempre que se encuentren en el
organismo. Según Hahnemann, la enfermedad más fuerte destruye la
más débil por perturbar con mayor intensidad al principio vital y la
enfermedad más débil desaparece definitivamente, es decir, cura.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

SIMILITUD SEGÚN LA CRONOLOGÍA DE LOS SÍNTOMAS

La similitud puede ser referida a los síntomas actuales, agudos o crónicos, o a los
síntomas que existieron en la historia biopatográfica de un sujeto pero que ya no están
vigentes (similitud retrospectiva).

Síntomas actuales

Similitud según

Historia biopatográfica

En el primer caso, la similitud por síntomas actuales, agudos o crónicos, ya fue


expuesta en detalle. Con respecto a la similitud retrospectiva o historia biopatográfica de un
paciente, los síntomas pasados y no presentes en el momento de ser registrado el caso deben
ser tomados en cuenta sólo después de haber fracasado la prescripción basada en los síntomas
actuales.

Esta regla es fundamental. Existen ciertos estados crónicos que manifiestan síntomas
de un determinado medicamento y que sólo pueden curar profundamente después de basar la

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
prescripción en los síntomas que correspondían a su estado constitucional previo a la
patología actual, es decir, al estado en que el paciente engendró su enfermedad actual.

A continuación sito un caso estudiado y evaluado en la Fundación “Homeos” que


manifiesta lo siguiente (10):

Un enfermo atendido en nuestro centro homeopático, de 40 años de edad, asmático de


largos años, presentaba un cuadro típico de Nux vómica, que lo mejoró notablemente durante
unos dos años. Luego de un tiempo, los accesos de asma empezaron nuevamente a recrudecer
y recurrimos a la madre del paciente para averiguar los síntomas de su infancia, de tipo
psíquico y general, surgiendo claramente la prescripción de Silicea. Este remedio fue
definitivo para su curación, no obstante no hallarse presente en los síntomas del cuadro
actual.

Sankaran (11) en un escrito en “Journal of the American Institute of


Homeopathy”relata dos casos notables. El primero, un caso de sordera curada con Mezereum,
remedio que había estado indicado para una afección cutánea suprimida antes de la sordera.

Otro caso, un paciente que padecía de impotencia y esterilidad, tratado, más de un año
y medio con escasa mejoría. Recibió Lac caninum por una difteria sufrida diez años atrás y
que tenía como característica el continuo cambio de localización en la garganta. Aunque Lac
caninum no tiene impotencia en su patogenesia, curó a este hombre de su impotencia y
esterilidad.
Kent en su “Filosofía Homeopática”, lección XXIV nos dice:

“Hay que examinar el cuadro del caso antes de que se perdiera el orden, pues aquí es
donde que hay que encontrar la imagen”…”Muy a menudo podemos recoger el hilo y volver
al remedio que estuvo indicado claramente veinte años atrás. Si aquel remedio estuvo
entonces indicado y no fue administrado, la curación que era posible entonces por aquel
remedio o uno semejante es la única cosa que hay que considerar: este es el único remedio
para el caso. Desde entonces el paciente ha estado en continuo tumulto de la acción de las
drogas o remedios. El que hayan pasado veinte años no es ninguna razón para no pensar ahora
en aquel remedio. La enfermedad del paciente no ha sido curada; sólo ha sido alterada,
cambiada o modificada; pero es el mismo paciente, la misma enfermedad y requiere el mismo
remedio. Sin embargo, si la enfermedad ha sido complicada por la acción de las drogas; no
siempre se puede lograr que se desarrolle la acción de aquel remedio que la enfermedad
necesita per se; pero después de que hayáis administrado un antídoto a las drogas o remedios
que han perturbado el caso, hallaréis que la misma medicina que había estado indicada es la
que será curativa”.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

SIMILITUD SEGÚN LA APARIENCIA

Existe otro tipo de similitud muy especial y que requiere por parte del médico una fina
percepción de los síntomas a fin de considerar si deben ser tomados en cuenta o no. Es decir,
según las apariencias, habría una similitud aparente de los síntomas con algún remedio, los
que sólo podrían engañar y son aquellos que presentan habitualmente los pacientes histéricos
o con trastornos psíquicos graves.

En estos casos, los síntomas psíquicos, tan decisivos en la jerarquización y en la


prescripción usual, en este caso sólo sirven para confundir y conducir al error. En estos
cuadros histeriformes suelen tener más valor los síntomas generales y locales característicos y
aquellos síntomas psíquicos profundos llamados motivacionales de la actividad y conducta
del paciente. La historia biográfica revela siempre en estos casos los síntomas psíquicos
dignos de ser jerarquizados.

Debemos tener en cuenta la posibilidad de que el paciente “mienta” en una primera


consulta y también en las posteriores. Hago referencia a un caso muy típico que corrobora
este concepto.

Se presentó una señora de 45 años cuyo motivo de consulta era un alto grado de
ansiedad ya que no podía manejar su relación con su hijo mayor de 16 años. Este estado de
ansiedad le producía trastornos en el sueño y aumento del apetito que lo manifestaba con
aumento de peso. En el curso del interrogatorio me manifiesta que vive con su esposo hace 17
años, que tiene dos hijos y se dedica a la docencia. La repertorizo y el medicamento indicado

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
es Arsenicum Albun. Regresa al mes sin ninguna mejoría y le indico por el cuadro funcional
Fucus y Phytolacca.

No regresó más a la consulta pero debido a que tengo varias pacientes docentes
pregunto a una compañera por ella. Me dice que sigue igual, triste por su problema de
soledad. Le pregunto porque soledad si vive con su familia y casualmente uno de los
problemas que manifestó en la primera consulta era los problemas con su hijo. Mi paciente
me dice que debemos hablar de otra persona ya que la Sra. NN no tiene hijos, es soltera.
Realizo una serie de averiguaciones a través de contactos, uno de los cuales es la directora de
la escuela en donde trabaja y me dice lo mismo. Que es soltera, sin hijos y que se encuentra
en cambio de funciones, es decir, no frente al curso sino en Secretaría por prescripción
psiquiátrica.

Como podemos observar se trata de una paciente mitómana con graves problemas
psíquicos. Queda en nuestra experiencia no llevarnos nunca de una primera impresión para
indicar el remedio. Más adelante, cuando veamos una similitud entre la forma de ser y de
estar nos vamos a dar cuenta que es muy importante conocer al paciente a través de varias
consultas. No hay ninguna duda de que si el cuadro emocional es característico y nos revela
una personalidad psicopática vamos a tener en cuenta los síntomas generales y lesionales que
los mentales.

SIMILITUD SEGÚN LA POTENCIA DEL MEDICAMENTO.


La similitud puede corresponder a las bajas, medianas o altas potencias, de acuerdo
con la susceptibilidad de cada paciente.

Kent, en su “Filosofía Homeopática”, Lección XXXIV nos dice:

“De todo lo que hemos estudiado deberíamos sentar bien claramente que la potencia
trigésima es lo suficientemente baja para empezar el tratamiento de cualquier enfermedad
aguda o crónica, pero donde está el límite no hay mortal que lo pueda saber. Es preciso que
sigamos las series para llegar a los mismos estados interiores que existen en grados en la
medicina”.

Lo habitual es que la mayoría de los pacientes susceptibles a un remedio lo son en


todas las potencias, es evidente que hay casos especiales que solo reaccionan a determinadas
potencias. Para comprender mejor esta similitud nos vamos a remitir a León Vannier en su
libro “La práctica de la Homeopatía” que en el capítulo sobre el remedio homeopático nos
habla de las potencias. Debemos tener en cuenta que este concepto es lo que actualmente
denominamos Pluralismo Francés. (12)

“El remedio homeopático es el remedio que actúa “omnidosi”, a cualquier dosis, con
la condición absoluta de que esté “determinado homeopáticamente”, es decir, elegido según
la Ley de la Semejanza cuyos principios han sido aclarados de una manera tan completa por
Hahnemann.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Toda sustancia, sea cual fuere, puede llegar a ser remedio homeopático si sus
indicaciones son conocidas experimentalmente y respetadas clínicamente. A todo estado
morboso caracterizado por un conjunto de síntomas, se opone un remedio caracterizado por
signos análogos. La expresión morbosa significativa y la expresión significativa terapéutica se
manifiestan de modo paralelo. Cuando la analogía es completa, se ha establecido el
diagnóstico del remedio, pero para que su acción alcance su completa eficacia, debe ser
dinamizado científicamente, dosificado con exactitud y determinado homeopáticamente.

Toda sustancia destinada a empleo homeopático se tritura y después se diluye. La mira


de las preparaciones homeopáticas es obtener una cantidad más y más pequeña; la
fragmentación de la molécula original se logra por dilución sucesiva combinada con
sacudimiento. Al remedio homeopático así obtenido se lo llama “dinamizado”, y esta palabra
consagra al mismo tiempo una verdad y un error.

Verdad: La atenuación progresiva de la sustancia activa contenida en el remedio le


confiere posibilidades de acción de las que carece la sustancia original. Ocurre como si las
diluciones sucesivas hubieran engendrado una nueva potencia insospechada, que sólo el
resultado terapéutico pone de manifiesto.
Error: La nueva no aumenta indefinidamente con el número de diluciones; sigue una
curva que primero es ascendente, llega al umbral máximo y después desciende hasta llegar a
cero.

La palabra dinamización es exacta cuando permite comprender la creación de una


fuerza que puede utilizarse con fines terapéuticos; es falsa cuando lleva al concepto de infinito
ilimitado. La dosis infinitesimal es “infinitesimal” porque es de orden infinitamente pequeño,
pero no es una cantidad que pueda reducirse indefinidamente. El orden de pequeñez tiene
límites, y estos límites permiten justificar su aplicación, su elección y sus resultados, lo
mismo que mantener con sinceridad y exactitud rigurosamente científicas la práctica de la
homeopatía.

El problema de la posología homeopática no viene de ayer. Ya en tiempos de


Hahnemann surgieron discusiones entre sus discípulos y, durante cerca de cien años, los
homeópatas han sido arrullados y engañados por el mito de las acciones primarias y
secundarias. Yo mismo he presenciado épicas luchas entre hombres honrados , sabios de
buena fe, igualmente anhelantes de encontrar la verdad, cuyos argumentos, ora filosóficos, ya
científicos, a veces clínicos, parecían igualmente justos y eran tan convincentes unos como
otros. ¿Ha resultado de todas estas discusiones una nueva certidumbre o un orden real que
haya dado una orientación fácil a la práctica de la Homeopatía? No. Todos se mantienen en
sus posiciones y los espectadores, si bien algunos han tomado partido y se han vuelto
partidarios irreductibles de la opinión adoptada, en su mayor parte han permanecido
indiferentes, considerando la esterilidad de toda la agitación, indiferentes ante la cuestión
primordial: la prescripción de la dosis infinitesimal útil. “La sustancia natural y la sustancia
atenuada son dos medicamentos diferentes”. Esta afirmación, enunciada por Hering en 1895,
es rigurosamente exacta:

“Mucho trabajo se ha tomado para determinar lo que es una dosis fuerte o una débil, y
los esfuerzos ningún resultado han dado”, escribe Attomyr.

Y añade: “Se ha interpretado con falsedad la acción de las diluciones altas y bajas,
diciendo que la diferencia estribaba en la fuerza o la debilidad”.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
En 1896 el Dr. León Simon, a quien conocí perfectamente, escribía: “Nunca se ha
visto entre las diversas dosis otra diferencia que su mayor o menor energía, de lo que ha
resultado una deplorable confusión de la terminología porque, según el punto de vista que se
adopte, se emplean los términos atenuación y dinamización como sinónimos de dilución y se
ha llegado a la paradójica conclusión de que el medicamento es tanto más fuerte cuanto más
diluido esté”.

En toda época siempre se ha buscado liberar el espíritu de la materia, y las sucesivas


sublimaciones y destilaciones a que se han sometido numerosas y variadas sustancias tendían
sólo a desarrollar la virtud curativa cuyos efectos y modos de aplicación bien conocían
nuestros ancestros, y no a extraer los elementos constitutivos de tales sustancias. La
fragmentación de la molécula, la liberación de una fuerza destinada a fines terapéuticos, han
sido siempre, y seguirá, siendo, las metas que persigue todo médico; basta con dedicar una
ojeada a los trabajos más recientes de la farmacopea moderna para apreciar que, alópatas y
homeópatas, todos tenemos el mismo fin.

En cierta ocasión escribí: “El remedio homeopático es la fuerza exteriorizada de la


sustancia que se experimenta tomada como remedio”. No creo haberme equivocado, porque
dicha fuerza real sólo aparece cuando la molécula se fragmenta. No hay que perder el tiempo
en discusiones inútiles cuyos argumentos se basan o en la etiología de fenómenos
experimentales estrictamente limitados, o en la comprobación de hechos clínicos obtenidos
con una gama de diluciones cuya jerarquía está equivocada, pues se funda en valores
inexactos.
Las diluciones sucesivas a las que se sujetan las materias primas animales, minerales o
vegetales de nuestros preparados, son necesarias. No aumentan la potencia del remedio
homeopático; le dan nuevas propiedades cuya acción es determinada por los signos
patogenésicos experimentales. Cuando afirmamos que el remedio homeopático ha de ser
dinamizado no queremos decir que podamos aumentar la potencia terapéutica de una
sustancia por medio de una serie indefinida de manipulaciones, sino que, por tales maniobras
operatorias, liberamos una nueva posibilidad de acción, cuya amplitud se halla limitada por
las condiciones físicas de su obtención.

La farmacodinamia homeopática está regida por las mismas leyes físicas que los
fenómenos universalmente conocidos. Es verdaderamente raro apreciar, en el transcurso del
tiempo, que ningún homeópata ha tratado de conocer la cantidad exacta de sustancia que
ponía en acción para obtener sus magníficos resultados. Nada tiene de extraordinario la
homeopatía. La doctrina es sencilla, es única; su práctica es simple, es única; su farmacopea
es sencilla y también única, si uno se apega a las ciencias exactas, cuyas reglas físicas y
matemáticas conocidas nos proporcionan garantías y seguridad.

El problema de la posología homeopática se ha planteado mal. Tal vez Hahnemann lo


instituyó al escribir: “Sólo por experiencias puras, por observaciones exactas, puede llegarse a
la meta”. En realidad, añade el Dr. Léon Simon, de quien tomo estas líneas, Hahnemann sólo
efectuó experimentos posológicos sobre los enfermos y raramente anotó en su Materia
Médica las dosis que habían producido tal o cual síntoma.

Ciertamente que el problema de la posología homeopática se ha planteado mal. Antes


de prescribir el empleo de una dilución es lógico y razonable conocer con exactitud su valor y
apreciar las cantidades exactas puestas en acción, con la ayuda de las ciencias cuyas leyes,
como suelen decir con razón nuestros adversarios, olvidamos voluntariamente. ¿No es más

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
justo, más sincero, más científico, en una palabra, presentar a quienes vienen a nosotros
elementos precisos y exactos, para que puedan comprender el más profundo arcano de nuestra
terapéutica: la acción verdadera de la dosis infinitesimal?.

La mayoría de los experimentos efectuados, casi todas las observaciones clínicas


presentadas adolecen de un error en su base porque la cifra de las diluciones empleadas no
corresponde a un valor exacto de esas diluciones. Los experimentos se han hecho con el rigor
deseable, las observaciones se han recogido intachablemente, pero dichas experiencias y
observaciones no pueden ser comparadas porque las diluciones que se han utilizado varían
según cada médico homeópata, cada preparador, y me atrevo a decir, que según cada
preparación.

No se ha visto un patrón de pesas y medidas. La unidad de la Homeopatía es absoluta


en lo que respecta a la determinación del remedio, pero en cuanto a su preparación, la
anarquía es la regla. ¿Por qué? Porque los impulsores de los diferentes sistemas establecidos
en el mundo no han querido plegarse a las exigencias de la rectitud científica que veda toda
creación imaginaria. No se ha adoptado un módulo universal porque, la verdad sea dicha, los
homeópatas no se han preocupado por hacerlo. Obtienen resultados y eso es bastante para
afirmar el valor de su terapéutica a sus ojos.

Nunca, en ningún país, se ha calculado la dilución del remedio, jamás se ha


determinado rigurosamente, nunca se ha explicado científicamente.
Sería imperdonable que siguiéramos los mismos errores en la enseñanza que
proponemos. Los homeópatas franceses tienen a su disposición, desde hace varios años, un
laboratorio modelo para preparaciones exactamente dosificadas, preparaciones que en
cualquier momento pueden reproducirse rigurosamente con la misma dosificación y en las
mismas condiciones. Estos preparados nos son presentados con las denominaciones habituales
en las distintas nomenclaturas que existen, pero se ha preparado una tabla de
correspondencias reales que permite precisar con exactitud el valor real de todas las
diluciones, desde la primera hasta la milésima.

De las bajas a las altas diluciones reales no hay una distancia demasiado larga que
recorrer, y el conocimiento de la escala permite comprender los resultados clínicos
observados, que serían incomprensibles si no interviniera una medida científica para
determinar las cantidades empleadas. Pueden considerarse:
• como diluciones bajas, la 1º hasta la 6º.
• como diluciones medias, las 30º
• como diluciones altas, 200º y Mº.

El remedio homeopático debe estar dinamizado, debe ser exactamente dosificado.

Es bien conocido el valor real de la dilución, pero no puede efectuarse indefinidamente


porque, después de una curva ascendente, llega al umbral máximo, para enseguida descender
rápidamente hasta cero. El umbral máximo es sensiblemente el mismo para cada remedio.
Pero si la escala de la posología homeopática se edifica así de manera inmutable por el orden
cuantitativo de sus remedios, no sucede lo mismo en la escala terapéutica u orden cualitativo,
que sufre algunas variaciones.

Ahora sabemos, según la condición actual de la ciencia, que es inútil perseguir la


obtención de las diluciones para todos los remedios más allá de cierto límite X. Pero sabemos

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
también que, para un remedio dado, la acción es diferente en calidad según los numerosos
grados de la escala cuantitativamente determinada.

Veamos dos remedios; Solidago Virga y Lachesis. Solidago actúa mejor a la tercera
dilución centesimal; lachesis, dado a la misma dilución, carece de efecto terapéutico. Sólo una
alta dilución, y hasta es posible decir que la más alta dilución en el orden real, esto es, el
límite superior de la escala real, permitirá obtener el resultado más eficaz.

La dosis del remedio ha de determinarse homeopáticamente, igual que se determina el


remedio útil en un caso dado. En la elección de la dilución útil hay que apegarse estrictamente
a la Ley de la Semejanza, principio absoluto que rige nuestra terapéutica.

Cuando se selecciona un remedio, la elección está determinada por la comparación


que se establece mentalmente entre los síntomas clínicos observados y los signos
patogenésicos conocidos. Se da Sepia a un enfermo que presenta las características de Sepia,
Sulphur al que tiene los signos esenciales de Sulphur, etc.

En la elección de la dosis útil debe actuarse de la misma manera, buscar


cuidadosamente la semejanza que existe entre los fenómenos observados y los signos
experimentales del remedio, pero la prescripción ha de establecerse en orden inverso de tal
suerte que la dosis recetada sea inversamente proporcional a la cantidad puesta en acción en la
experimentación de que se trate. Podemos expresar así una ley:
La dosis terapéutica debe estar en proporción inversa con la dosis experimental.

Expliquemos esto: tomemos un remedio como Podophyllum. Todos sabemos que el


extracto de Podophyllum en baja dilución, tercera centesimal, combate el estreñimiento, y que
la administración continuada por cierto tiempo de la tintura de Podophyllum provoca
violentos trastornos intestinales. Una alta dilución de Podophyllum, a veces con una sola vez
que se administre, basta para curar una diarrea antigua, con la condición de que las
características del remedio se cumplan exactamente: diarrea que sobreviene temprano por la
mañana, acuosa, fétida, abundante, evacuada en chorro, más acentuada en otoño, después de
comer frutas ácidas.

Opium, que en dosis masivas o en baja dilución provoca estreñimiento, lo cura dado en
dilución alta.

Así ocurre con las sustancias que se han estudiado experimentalmente. Todas
presentan una doble acción, primaria y secundaria o, si lo preferís, producen dos efectos
opuestos en apariencia, pero que se suceden cronológicamente durante la experimentación.
No es sorprendente, por lo tanto, encontrar síntomas de estreñimiento y de diarrea al estudiar
un remedio, o signos de excitación y de depresión, cuya aparente oposición se explica por el
transcurso cronológico de la experimentación. Deben conocerse las sucesivas etapas porque
se encuentran en el enfermo, en la forma de etapas clínicas, a las que no puede darse otro
nombre que el del correspondiente remedio.

Así, se suceden en el curso de la vida los ataques morbosos cuya significación, muy a
menudo desconocida por el clínico, corresponden en la mente del homeópata con un remedio.
Las etapas clínicas y las terapéuticas pueden superponerse retrospectivamente; por ello suele
ser posible no solamente reconstruir los diferentes capítulos de la evolución morbosa de un

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
enfermo, sino también encontrar las indicaciones de los distintos remedios homeopáticos que
hubieran podido oponérseles.

La elección de la dosis útil también depende de la enfermedad.

He definido la enfermedad de esta manera: “La enfermedad es la expresión de la


defensa de un individuo contra una fuerza que se opone a su actividad”.

En ocasiones puede precisarse la fuerza oponente, y entonces se conoce la naturaleza


de la enfermedad; la fuerza resistente siempre puede determinarse, porque se manifiesta en el
conjunto de reacciones particulares de cada individuo, reacciones propias, cuyo conocimiento
permite determinar el remedio útil, individualizarlo.

¿Cómo elegir la dilución útil en una enfermedad? De inmediato se establece una


diferencia: a las enfermedades agudas corresponden las diluciones bajas, a las afecciones
crónicas las diluciones más elevadas. En 1913 presenté un estudio semejante, y ahora
reconozco que la división propuesta era demasiado simplista, y aun errónea en ciertos puntos.
Podemos también diferenciar los remedios que obran principalmente en los casos agudos de
los que tienen acción más profunda y se reservan para el tratamiento de las condiciones
crónicas. Esta distinción no es dúctil y su observancia rigurosa conduce a numerosos fracasos.

Una enfermedad, cualquiera que sea, ocasiona la aparición sucesiva más o menos
rápida de tres categorías de trastornos:

• Sensoriales
• Funcionales
• Lesionales

Los trastornos sensoriales corresponden a las manifestaciones que dependen del


sensorio del individuo, a las reacciones propias de la persona.

En pocas palabras constituyen el “estado de malestar”, condición indefinible que


comprende las sensaciones más raras y las impresiones más extraordinarias. Alteraciones de
la sensibilidad (dolores), del psiquismo (mentalidad), se asocian y constituyen un estado
peculiar que caracteriza el individuo afectado. La palabra “caracteriza” está en su debido
lugar, porque el carácter del enfermo se modifica profundamente.

Estas importantes modificaciones del sensorio del individuo siguen siempre el mismo
desarrollo. Acentuadas en el principio de la enfermedad, notables en el periodo de estado, se
esfuman al paso que los trastornos funcionales adquieren importancia, y desaparecen casi por
completo cuando las alteraciones lesionales aparecen. Siguen una regla fija. Sus
características guardan estrecha relación con las características tipológicas del individuo. Es
evidente que un tipo jupiteriano y uno saturnino presentarán, ante una misma enfermedad,
reacciones diferentes, que pueden preverse. El conocer tipológicamente al individuo permite
prever el uso terapéutico de un grupo de remedios; a la inversa, el diagnóstico del remedio
homeopático a menudo hace posible llegar a la definición tipológica del enfermo.

Los trastornos funcionales son aquéllos que manifiestan el desarreglo de una función
orgánica.

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Por distintas causas, con frecuencia lejanas al órgano que padece, éste no produce, no
rinde más, se hace insuficiente para su cometido. Al principio parece que está únicamente
desarreglado, porque ni el examen más detenido revela modificación alguna. Este desarreglo
es sucedido pronto por una alteración más o menos profunda. En el órgano cuyo
funcionamiento está alterado siempre aparece el desgaste. Las enfermedades del corazón,
aparte los ataques agudos, siempre son secundarias a un largo periodo de disfunción; lo
mismo se aplica a las úlceras gástricas, frecuentemente consecuencia de la disritmia del
individuo, mantenida a menudo por un tratamiento intempestivo, y en la enteritis espasmódica
sostenida por la hipersensibilidad del enfermo. Nunca se apreciará lo suficiente la importancia
de las causas que pueden provocar o exasperar la irritabilidad del individuo; contrariedades,
preocupaciones, penas, etc., cuya acción hubiera podido anularse por una terapéutica
apropiada.

No olvidéis que tales trastornos varían según el individuo. Veamos tres enfermos que
padecen ligera insuficiencia hepática: uno reaccionará hacia Chelidonium y presentará heces
descoloridas o de color amarillo oro que flotarán en el agua, y dolor localizado en el ángulo
inferior del omóplato derecho; al examinarlo, se encontrará doloroso el lóbulo derecho del
hígado. El segundo reacciona en Carduus marianus y presenta heces biliosas, orina amarilla,
manchas hepáticas en la parte inferior del esternón y dolor preciso en el lóbulo izquierdo del
hígado. El tercero padece notable timpanismo y presenta el hígado crecido; sufre de diarrea
postpandrial, indolora y amarillenta, con abundantes gases. El excremento contiene alimentos
no digeridos. El enfermo está agotado. El remedio será China.
Los trastornos lesionales son aquellos que se relacionan con la alteración más o
menos profunda del tejido orgánico y con la mayor o menor extensión de la lesión, que puede
ser constructiva o destructiva, según la naturaleza de la enfermedad, pero que siempre
ocasiona paulatinamente la pérdida irreparable de la función del órgano, comprometiendo
peligrosamente la vida del enfermo.

Ahora los síntomas son iguales para todos los individuos; ya no es aplicable la
distinción del modo de reacción de manera precisa, no se establece diferenciación entre dos
enfermos que presentan un ataque de uremia o una cirrosis atrófica. La lesión renal o hepática
domina el cuadro morboso y el temperamento del individuo sólo se manifiesta en la fuerza
moral que presenta ante la muerte, la que siente aproximarse y no puede evitar.

Los trastornos sensoriales, los trastornos funcionales y los trastornos lesionales se


distribuyen de manera diferente durante el desenvolvimiento morboso de un estado agudo y
de uno crónico.

A los trastornos sensoriales corresponden las altas diluciones.

A los trastornos funcionales corresponden las diluciones madias.

A los trastornos lesionales corresponden las bajas diluciones.

Veamos algunos ejemplos:

ACONITUM. Conocéis sus características:


“Acción congestiva aguda, violenta, que se traduce por tensión psíquica, nerviosa y
vascular, que se acompaña de agitación física y mental con ansiedad.”

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Estudiemos ahora casos clínicos justiciables de Aconitum. Tenéis que tratar un
enfermo que presenta los signos clínicos de la aortitis aguda; tiene agitación, angustia,
ansiedad; su molestia precordial va acompañada siempre de miedo espantoso a morir. Pensáis,
con razón, en Aconitum, pero lo daréis en trituración baja: 3º ó 6º trituraciones.

Observáis un individuo que presenta los mismos trastornos: agitación, angustia, miedo
de morir, sensación de opresión y tortura en la región precordial, provocada por el susto o la
emoción más pequeños, pero sin el menor signo clínico cardiaco, salvo cierto eretismo
comprensible que se traduce en taquicardia intermitente; también daréis Aconitum, pero lo
recetaréis a la 30º dilución.

Por último, supongamos que se trata de una persona extraordinariamente nerviosa que
presenta agorafobia y que de pronto, sin razón alguna, sufre irracional angustia con miedo de
morir de inmediato; prescribiréis Aconitum 200º.

BRYONIA
El individuo tiene fiebre y dolor de costado; comprobáis el principio de un derrame
pleural. O bien, presenciáis el de un reumatismo articular con hinchazón de la articulación y
aparición de líquido. En ambos casos ha reaccionado una serosa; existe un trastorno lesional
cuya evolución sólo podrá modificarse dando Bryonia, remedio del que encontráis los signos
característicos: dolor que se acentúa con el movimiento y mejora con la presión fuerte.
Prescribiréis Bryonia 6.
También podéis observar un enfermo que padece desde mucho tiempo antes de
trastornos digestivos. Después de las comidas experimenta sensación de pesantez, como si
tuviera una piedra en el estómago. A pesar de esta aparente plenitud, siempre está sediento y
bebe mucha agua. Hay estreñimiento pertinaz, sin deseo de evacuar; las heces son duras,
secas, negras, como quemadas. Bryonia 30º os dará el mejor resultado.

Por último, supóngase que se trata de un individuo nervioso, impaciente, muy irritable,
que monta en cólera por una fruslería. Insociable, no quiere recibir a nadie, porque teme los
accesos de ira que lo enferman. Siempre atareado y agitado, tiene ansiedad y se inquieta por el
porvenir. Por la mañana, en cuanto se levanta y hace un movimiento, lo atacan los vértigos.
Bryonia 200 lo curará.

Podemos asentar una regla:


En todos los casos en que existe lesión, la dilución baja es la regla, la alta dilución
la excepción.

Siempre que predominan los trastornos del sensorio, la dilución alta es la regla, las
bajas diluciones la excepción.

Las bajas diluciones (1º y 6º centesimales) tienen acción cierta sobre los tejidos
mismos del órgano. Así se explica la acción selectiva de la Digital sobre el músculo cardiaco,
de Coccus cacti, Suero de anguila y Thlaspi bursa pastoris sobre los riñones, de Solidago y
Spiritus quercus sobre el hígado y riñones, de Ceanothus sobre el bazo, de Azufre de
antimonio dorado sobre los pulmones.

Las bajas diluciones pueden repetirse con frecuencia, y su empleo a menudo tiene que
ser prolongado.

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Las diluciones medias (30º) actúan sobre la sangre o por su mediación. Son las dosis
útiles de los llamados remedios de drenaje, que facilitan la circulación y mejoran los
transportes e intercambios de nuestro organismo, asegurando la más rápida y fácil eliminación
de nuestros desechos y haciendo salir del organismo las toxinas perjudiciales que comienzan a
fijarse en él.

Las diluciones medias no deben repetirse muy frecuentemente. No pueden usarse por
tiempo prolongado; su indicación desaparece en cuanto cesa el trastorno funcional. Su
prescripción depende únicamente de los signos patogenésicos observados.

Las altas diluciones (200º) actúan de modo más profundo sobre el individuo; su
acción, más durable, se ejerce durante varios días. Por ello la dilución alta no debe repetirse a
menudo, solamente cada quince días, con la condición imprescindible de que se observen
nuevamente los signos característicos del remedio prescripto. En la generalidad de los casos,
la trasformación del enfermo requiere un remedio diferente en dilución alta; siguiendo cierto
orden de altas diluciones, el tratamiento homeopático conducirá, en cierto modo por escalones
sucesivos, a la curación del enfermo.
El remedio a dilución alta es el remedio de fondo del médico homeópata. Es el que da
los mejores resultados.

SIMILITUD SEGÚN LA FORMA DE SER Y DE ESTAR

No existe ninguna duda de que los tiempos han cambiado. Nuestra sociedad actual se
entrelaza entre valores antiguos y nuevos parámetros. Estamos en el tercer milenio, siglo XXI.
¿Cómo es nuestra sociedad? ¿Qué y como somos? ¿De donde venimos y adonde vamos?
Estas y cientos de preguntas nos invaden constantemente. Nadie en realidad tiene las
respuestas. Despojándonos de nuestra individualidad y trasladándonos a nuestro rol de
médicos homeópatas nos surge otro gran interrogante ¿Cómo es nuestro paciente?

Uno de los requisitos para la correcta práctica de la homeopatía es saber observar.


Desde que el paciente entra en nuestro consultorio tratamos de grabar en nuestra mente su
forma de caminar, de vestir, de sentarse, de mirarnos. Pretendemos por lo estudiado hacer una
analogía con algún remedio. Es delgado, nervioso, acomoda las cosas de nuestro escritorio,
enseguida pensamos en Arsenicum. Viene desaliñado, sudoroso, desprolijo, Sulphur surge en
nuestra mente. Y así puedo dar múltiples ejemplos. Pero en nuestra vida ¿siempre nos
comportamos igual? Somos de una forma cuando estamos atendiendo a nuestros pacientes en
el consultorio. Cambiamos cuando ya distendidos llegamos a nuestro hogar y entramos en
interacción con los miembros de nuestra familia. Dulces ante el abrazo de un hijo, enérgicos
cuando debemos dar una reprimenda. ¡Que diferentes cuando jugamos un partido de fútbol
con los amigos del barrio! Diferentes cuando manejamos en la ciudad en un itinerario
conocido que cuando estamos en algún lugar que no conocemos. Podemos decir hasta que
somos diferentes en algunas horas del día. Ni hablar de las diferentes etapas de la vida.
Vamos cambiando porque vamos aprendiendo por el paso de los años y las experiencias
vividas. Ahora, si estamos aceptando que en un mismo día podemos ser diferentes, es decir,
tolerantes, tiernos, enérgicos ¿Qué sucede con nuestros pacientes?

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La escuela Kentiana sostiene que los síntomas mentales enseñorean el cuadro clínico.
Es decir, son los más importantes para poder encontrar el simillinum. Puedo decir que estoy
de acuerdo pero con un pero. Son importantes y fundamentales después de haber, a través del
tiempo, conocido a nuestro paciente.

En la primera consulta nos encontramos ante un extraño, hablamos por una hora o más
y pretendemos que hemos encontrado el remedio que lo va a sanar. Pero cuidado, hemos
encontrado y con mucho esfuerzo en una primera consulta, el remedio de su forma de
ESTAR. Decimos de su forma de estar porque es la imagen que él nos quiere mostrar para
que podamos ayudarlo. Una cosa es que concurra por un cuadro lesional característico donde
los síntomas mentales tienen relativa importancia y otra cosa es que concurra por un cuadro
emocional que prevalece en su motivo de consulta. ¿Es fácil que ante un extraño
manifestemos que somos extremadamente celosos, posesivos, indiferentes, que tenemos ira,
odio? Evidentemente que no. Siempre vamos a tratar de mostrar lo mejor de nosotros mismos
y lo que es peor, desde una sola óptica. ¿Podemos pretender conocer a una persona en una
hora? La respuesta es imposible. Vamos a conocer una parte de él o una manifestación para
que lo podamos ayudar. Entonces en esa primera consulta lo vamos a repertorizar por su
forma de estar y ese medicamento lo va a ayudar. Con es transcurso del tiempo, luego de
varias consultas podemos encontrarnos que conocemos facetas diferentes de su personalidad
que no cambian. Con el tiempo conocemos sus vivencias y como ha reaccionado ante cada
una de ellas. Es decir, estamos conociendo su forma de SER.
Muchas veces, sino pecamos de soberbia, debemos admitir que nos hemos equivocado
en una primera apreciación.
Quiero presentarles un caso que avala lo dicho anteriormente. Llega por primera vez a
consulta una señora de 49 años aquejada de un trastorno circulatorio caracterizado por várices
dilatadas, inflamadas, que le provocan dolores fascinantes. En el transcurso de la consulta
muestra un carácter suave, complaciente. Manifiesta que vive con su esposo hace 25 años y
que tiene tres hijos. Cuando habla del mayor que estudia en la Ciudad de Córdoba, deja
escapar una lágrima porque manifiesta extrañarlo mucho. Allí aclara que gracias a la
comprensión y el apoyo de su esposo salió de un cuadro depresivo cuando el hijo se marchó.
Luego de una hora de consulta, teniendo en cuenta los síntomas mentales, generales y locales
le prescribo Pulsatilla.

Regresa a los 30 días con una mejoría manifiesta, salvo un dolor de cabeza, que lo
había manifestado en su primera consulta que no mejoró. Le indico como complementario
Argentum nitricum (por la modalidad del dolor). También me manifiesta que se siente muy
bien de ánimo, que sigue extrañando a su hijo pero que no llora más.

Pasaron tres meses y concurre nuevamente. Su forma de entrar, de sentar y de mirarme


me llamó la atención. Ya no era la mujercita suave, dulce de las veces anteriores. Tenía un
gesto duro, hasta diría agresivo. Sin preámbulos me cuenta que se separó porque descubrió
una infidelidad de su marido en su propia casa. No llora, por el contrario, gesticula y levanta
la voz. Trato de contenerla, suavizando la situación y rechaza el consuelo diciendo que todos
los hombres son iguales y que se cubren entre ellos. Manifiesta que le va a iniciar demanda de
divorcio porque quiere dejarlo en la calle. Por decepción de amor y otros síntomas más le
prescribo Phosporicum Acidum.

Con el tiempo y a través de otra paciente amiga de ella me entero que el matrimonio
estaba en crisis por los celos injustificados de la misma que hacían la convivencia
prácticamente imposible.

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¿Qué sucedió? ¿Es Pulsatilla, Lachesis, Phosporicum Acidum? Con el tiempo y a


través de varias consultas que atravesaron el duelo de su separación no tengo ninguna duda de
que es Pulsatilla. Pero que hubiera sucedido si la primera consulta hubiera sido justo en el
momento de descubrir la infedilidad?

Por todo lo expuesto debemos agregar una similitud entre el remedio y la enfermedad
por la forma de SER y de ESTAR. Esto no lo lograremos nunca en una primera consulta,
debemos tener paciencia y esmerarnos por conocer a nuestro paciente. Quiero aclarar que
existen casos “de libro”, pero estos son los menos.

SIMILITUD SEGÚN LA PATOLOGIA


Este tipo de similitud se utiliza en Medicina Veterinaria ya que en ocasiones es muy
difícil poder rerpertorizar y encontrar el Simillinun. La experiencia clínica ha demostrado
remedios efectivos para determinadas patologías.

PRINCIPALES PATOLOGÍAS

• ABSCESOS

La terapéutica para abrir un absceso consiste en administrar Hepar Sulphur 6. Una


toma diaria. Paralelamente administrar Mercurius Solubilis 6 y Silicia 6. Cada dos o cuatro
horas.

Abscesos calientes, indicar:


Belladona 6
Cada dos o cuatro horas.

Abscesos precedidos o acompañados de inflamación, indicar:


Belladona 6, Bryonia 6, Rhus toxicodendron 6.
10 gotas o glóbulos cada dos o cuatro horas.

Abscesos con bordes de color lívido, azulado, pus de color pardo


negrusco e irritante, indicar:
Lachesis 30.
Dos tomas diarias.

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Abscesos dolorosos con induración de las regiones afectadas.
Postración. Diarrea, indicar:
Taréntula cubensis 30. .

En los estados generales de postración y agitación. Pulso rápido,


temperatura elevada. Olor pútrido del cuerpo, aliento y exudados,
indicar:
Pyrogenium 200.
10 gotas o glóbulos dos veces por día.

Para prevenir la aparición de abscesos, indicar:


Psorinum M y T.K 200. Se indica 10 gotas o glóbulos en una toma semanal.

AMARILLO: Calcárea Sulphúrica 6.

SEGÚN LAS CARÁCTERISTÍCAS AMARILLO VERDOSO: Pulsatilla 6.


DEL PUS
BLANCO: Silicia 6.

Abscesos con fístula, indicar:


Silicia 30.
10 glóbulos o gotas cada 12 horas.
Externamente se colocan compresas de Caléndula T.M cuatro veces por día.

Las compresas se preparan colocando 20 gotas de tintura madre por litro de


agua.

• CISTITIS

Uretra inflamada, sensible al tacto, marcha con las patas abiertas.


Secreción espesa, amarillenta, indicar:.
Cannabis sativa 6.
Cada 4 horas.

Deseos frecuentes e ineficaces de orinar, flujo uretral cremoso, muy


espeso. Orina turbia y fétida. Albuminuria, indicar:.
Dulcamara 6.
Cada 4 horas.

Región lumbar derecha dolorosa, gran sensibilidad en la región vesical,


mayor de derecha. Pujo y tenesmo vesical. Evacuaciones frecuentes y
abundantes, indicar:
Equisetum 6.
Cada 4 horas.

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Necesidad de orinar a cada rato, violentos esfuerzos para orinar unas
gotas. Olor amoniacal de la orina, indicar:
Pareira brava 6.
Cada 2 o 4 horas.

Flujo uretral espeso, lechoso o amarillento, con deseo frecuente de


orinar, indicar:
Petroselinum 6.
Cada 4 horas.

Retención de orina con deseos ineficaces, hematuria, sangre negra,


indicar:
Secale 6.
Cada 2 horas.

Micción dificultosa. Orina con moco y sangre, indicar:


Chimaphila 6.
Cada cuatro horas.

Micciones frecuentes, gota a gota. Animal gimiente. Escurrimiento


espeso y verde, indicar:
Mercurius Corrosivus 6.
Cada cuatro horas.

Deseos frecuentes y urgentes de orinar. Orina oscura sanguinolenta,


indicar:
Cantharis 6.
Cada cuatro horas.

• ECLAMPSIA PERRUNA

Indicar:
Cuprum 6, Croccus sativa 6, Bryonia 6, Oenanthe crocatta 6.
Cada dos horas, espaciando las tomas según evolución:

• ESPONJA (Tumor en la punta del codo)

Tumor reciente por causa exterior, indicar:


Arnica 6.
Cada dos horas espaciando las tomas según evolución.

Tumor antiguo, indicar:


Chamomilla 200, Apis 30.
10 gotas o 10 glóbulos cada doce horas.

Esponja que comienza a endurecer, indicar:


Conium 30, Ledum 30.
Dos tomas diarias.

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• PARTO

El animal no se acuesta, agitado, los dolores no se presentan, indicar:


Chamomilla 30, Pulsatilla 6, Cannabis sativa 6.
10 gotas o glóbulos cada dos horas.

Convulsiones con esfuerzos inmoderados, indicar:


Secale cornutum 6.
Cada quince minutos espaciando las tomas según evolución.

Trabajo de parto deficiente con dolores muy débiles, indicar:


Pulsatilla 6.
Cada quince minutos.

Atonía completa, indicar:


Opium 6.
Cada quince minutos.

Si existe mucha hemorragia, indicar:


Secale cornutum 6.
Cada quince minutos espaciando las tomas según evolución.

En el caso de que el animal haya sufrido mucho durante el trabajo de


parto indicar:
Arnica 30.
Cada seis horas.

En el caso que se haya producido parálisis en los riñones, indicar:


Apis 6, Nux vómica 6.
Cada seis horas.

Para prevenir infecciones posteriores al parto, indicar:


Actea racemosa 30, Pyrogenium 200.
Una toma diaria durante siete días.

Placenta retenida o que tarda en salir, indicar:


Sabina 6, Secale cornutum 6.
10 gotas cada quince minutos.

Siguen las contracciones después de expulsada la placenta, indicar:


Sepia 6, Platina 6.
Cada quince minutos.

• AFONÍA EN LAS AVES, PRINCIPALMENTE CANARIOS

Indicar:
China 6, Arsenicun 6, Phosphorus 6, Cantharis 6, Apis 6.
2 gotas cada seis horas.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

• ALOPECÍA

Pérdida del pelaje en pequeñas placas, indicar:


Cantharis 30, Iodum 30, Phosporus 30.
Se prescribe dos tomas diarias.

Pérdida del pelaje por debilidad general, indicar:


Phosporicum Acidum M, Selenium 30.
Indicar dos tomas diarias.

Con escamas, indicar:


Natriun Muriaticum 30, Lycopodyum 30, Calcárea Carbónica 30, Sulphur
30.
10 gotas o glóbulos dos veces por día. En lo posible por la mañana y por la
noche.

Para favorecer la muda en las aves: China 6. Indicar 2 gotas


dos veces por día.

• CARBUNCO

Se debe lavar la herida con una solución que contenga 10 gotas de


CALENDULA TM en un litro de agua.
Frasco 1: Antracinum 200.

Indicar 10 gotas o glóbulos una vez por día.


Frasco 2: Antracinum 6,
Indicar cada seis horas.

• CASTRACIÓN

Se debe mojar la herida con una solución que contenga 10 gotas de ARNICA
TM en un litro de agua. Realizar la curación cada 6 horas.

Para la fiebre traumática consecutiva o para aliviar el dolor se indica:


Arnica 6, Ledum 6, Phosphorus 6.
Cada 2 horas, espaciando las tomas según necesidad.

• CLAUDICACIÓN O COJERA

Si la causa es externa realizar compresas con una solución que contenga


10 gotas de ARNICA TM por cada litro de agua.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Si la lesión es con herida realizar compresas con una solución que
contenga 10 gotas de Caléndula TM por cada litro de agua.

Si existe luxación incompleta, indicar:


Arnica 6, Ruta 6, Silicia 6.
10 gotas o glóbulos cada seis horas.

Cuando se presenta un cuadro de claudicación duradera y comienzo de


atrofia del miembro indicar:
Arnica 6, China 6, Rhus toxicodendron 6, Arsenicum 6, Sepia 6, Sulphur 6.
10 gotas o glóbulos cada seis horas.

• COLICOS

Lo primero que se debe indicar es Aconitum 6 cada dos horas o según


necesidad. Si el cuadro no cede alternar con Arsenicum 6.

Si se producen cólicos asociados con constipación rebelde, indicar:


Nux vómica 6, Opium 6, Plumbum 6, Bryonia 6, Colocynthis 6.
10 gotas o glóbulos cada cuatro horas.

Si existen cólicos con retención de orina, indicar:


Cantharis 6, Hyosciamus 6. Se indica cada dos horas.

Si existen cólicos más meteorismo, indicar: Carbo vegetalis 6,


Lycopodium 6, Colchicum 6.
Cada cuatro horas.

Cólicos con sacudidas de atrás hacia delante, indicar:


Calcárea Acética 6.
Cada dos horas.

Cólicos con gases y se produce mejora con el movimiento, indicar:


Chamomilla 30.
Cada seis horas.

Cólicos con diarrea, indicar:


Ipeca 6, Colocynthis 6, Antimonium Tartaricum 6.
Indicar cada cuatro horas.

Si el cólico es de origen urinario, indicar:


Berberis 6, Calcárea Carbónica 6, Equisetum 6.
Indicar cada dos horas, espaciando las tomas hasta que el cuadro ceda.

Cuando el cólico es de origen verminoso lo primero que se indica es


Aconitum 6.

Si se identifica el parásito seguir el siguiente esquema:

64
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
TENIA: Cina 6, Filis Mas 6, Marum verum 6.
Indica cada seis horas.

LOMBRICES: Cina 6, Mercurius Solubilis 6, Absinthium 6.


Cada seis horas.

ASCARIDES: Digitalis 6, Ignatia 6, Marum Verum 6.


Cada seis horas.
Luego de desaparecido el cólico tratar el terreno indicando Sulphur 200, una
única toma.

• TOS

Tos simple, sin complicaciones, indicar:


Dulcamara 6,Rhus toxicodendron 6
10 gotas o glóbulos dos veces por día.

Tos con esfuerzo que corta la respiración, indicar:


Squilla 30, Bryonia 30.
Dos tomas diarias.

Accesos frecuentes, indicar:


Hyosciamus 6.
Cada cuatro horas, espaciando las tomas según evolución.

Tos seca, frecuente, falta de apetito, excrementos secos, indicar:


Pulsatilla 6, 30.
Dos tomas diarias.

Tos seca con diarrea, indicar:


Chamomilla 6, 30.
Dos tomas diarias.

Tos muy rebelde, profunda, indicar:


Cuprum 30, Sulphur 30, Antimonium Crudum 30, Drosera 30.
Se indica cada doce horas.

• OJOS

Conjuntivitis producida por exposición al viento frío y seco, indicar:


Aconitum 6.
Cada dos horas.

Conjuntivas muy rojas, párpados aglutinados, mucosidades, indicar:


Euphasia 6.
Cada seis horas.

Conjuntiva roja, lagrimeo abundante, párpados aglutinados por la


mañana, indicar:
Mercurius Solubilis 6.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
10 gotas o glóbulos cada seis horas.

Conjuntivitis con secreción abundante muco- purulenta, fotofobia


intensa, tendencia a las ulceraciones de la cornea, indicar:
Argentum Nitricum 6.
Cada seis horas.

Inflamación sin secreción. Párpados rojos, indicar:


Aconitum 6, Conium 6, Sulphur 6.
Cada seis horas.

Contusiones sin desgarradura, indicar:


Compresas frías de agua arnicada.

Contusiones con desgarradura: Compresas frías de agua con


Hypericum.

Contusiones con tendencia a la infección: Compresas de agua con


Caléndula.

EN TODOS LOS CASOS LAVAR EXTERNAMENTE CON UNA


SOLUCION QUE CONTENGA 20 GOTAS DE EUPHRASIA TM. POR CADA
LITRO DE AGUA.

• COREA DEL PERRO

Sacudidas espasmódicas anterior izquierda, posterior derecha, que por


lo general desaparecen durante el sueño, indicar:
Gelsemium 30, Agaricus muscaris 30.
10 gotas o glóbulos dos veces diarias.

Temblores, con parálisis del tren posterior, indicar:


Agaricus muscaris 30.
Dos veces diarias.

Movimientos coreicos muy violentos, animal agitado, aún durante el


sueño, indicar:
Belladona 30, Taréntula 30, Zincum Metalicum 30.
10 gotas o glóbulos dos veces diarias.

Cuando la corea se acompaña de síntomas gastrointestinales, indicar:


Cuprum 30.
Dos veces diarias.

• DIARREA

Diarrea intensa, con cólicos dolorosos, indicar:


Baryta Muriática 6, Arsenicum 6, Ipeca 6.

66
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Comenzar con una frecuencia de una toma cada cuatro horas, espaciando las
mismas según evolución.

Diarrea producida por calor con vómitos, lengua cubierta de capa


espesa, indicar:
Antimonium Crudum 6, Ipeca 6.
Cada cuatro horas.

Diarrea causada por enfriamiento, indicar:


Aconitum 6, Pulsatilla 6, Bryonia 6.
Cada cuatro horas.

Diarrea sin causa aparente, indicar:


Natrum Sulphuricum 30, Aloe 6.
Dos veces diarias.

Diarrea producida por cambio de alimento, indicar:


Arsenicum 6, Pulsatilla 6, Antimonium Crudum 6, Rheum 6.
Se indica dos veces diarias.

Diarrea con excrementos abundantes, fétidos, amarillentos en chorro,


indicar:
Podophyllum 6.
Indicar cada 4 o seis horas.

Deposiciones acuosas, verdes, con cólicos. Adelgazamiento, indicar:


Aethusa cynapium 30.
Dos veces diarias.

Deposición diarreica abundante, debilitamiento, lengua seca, vómitos


violentos, indicar:
Veratrum album 6, Aloe 6, Ipeca 6, Phosporus 6.
Cada cuatro o seis horas.

Diarrea con excremento amarillento, hemorragia intestinal, postración


después de defecar, indicar: China 6, Aloe 6, Sulphur 6.
10 gotas o glóbulos cada cuatro a seis horas.

Deposición acuosa, en chorro, inmediatamente después de comer o


beber, indicar:
Croton tiglium 6, Mercurius Solubilis 6.

Cada cuatro o seis horas.

• ECZEMAS

Con costras escamosas, secreción espesa como miel, amarillenta,


indicar: Graphites 30.
Dos tomas diarias.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

Erupción con costras blanquecinas y pus amarillento, prurito, indicar:


Mezereum 30.
10 glóbulos o gotas dos veces por día.
Animal agitado, con piel enrojecida con vesículas, indicar:
Rhus toxicodendron 6, Belladona 6.
Cada seis horas.

Piel reseca, alternando con erupciones fluentes, secreción clara y


acuosa, indicar:
Petroleum 30.
Dos tomas diarias.

Erupciones con tendencia a la supuración, indicar:


Hepar Sulphur 6
Cada seis horas.

Piel muy seca, descamación, picazón continua, indicar:


Alúmina 6, Arsenicum Iodatum 6.
10 gotas o glóbulos cada cuatro o seis horas.

Piel seca y escamosa, endurecimiento e induraciones, indicar:


Arsenicum 30, Sulphur 30.
Dos tomas diarias.

Prurito violento, piel viva entre las nalgas y genitales, erupción


vesiculosa y pustulosa, indicar:
Sulphur 6 Mercurius Solubilis 6
Cada seis horas.

Piel rugosa y malsana, eczema de los pliegues de los miembros,


picazón agravado por el calor, indicar:
Sulphur 30. Dos tomas diarias.

Eczema seco, indicar:


Arnica30, Alúmina 30
Dos tomas diarias.

En el periodo agudo de gran inflamación, indicar: Belladona 6.


Cada dos horas.

Sarpullido de vesículas grandes. Alivio por aplicaciones frías.


Trastornos urinarios. Líquido escoriante, indicar:
Cantharis 30.
Dos tomas diarias.

Erupción de vesículas grandes que forman costras espesas, duras y


amarillentas. Se arrancan fácilmente y fluye un líquido irritante,
indicar:
Antimonium Crudum 30.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Dos tomas diarias.

• ENFERMEDAD DE CARRÉ

Forma nerviosa, indicar:


Gelsemium 6, Cimicifuga 6, Cocculus 6.
Cada seis horas.

Predominio de convulsiones clónicas, indicar:


Belladona 6, Cuprum Aceticum 6.
10 glóbulos o gotas cada dos o cuatro horas.

Predominio de convulsiones tónicas, indicar:


Cantharis 6, Cicuta virósica 6, Nux vómica 6.
Dos a cuatro horas.

Colapso nervioso, indicar:


Helleborus 6, Opium 6, Cyanhidricum Acidum 6.
Se indica 10 gotas o glóbulos cada cuatro horas.

Cuando se presenta parálisis, indicar:


Causticum 30.
Dos tomas diarias.

Crisis con gritos y alaridos, indicar:


Hyosciamus 30.
Dos veces diarias.

EN TODOS LOS CASOS INDICAR AUTONOSODE DE SANGRE 200


UNA TOMA DIARIA.

• ENFLAQUECIMIENTO

Pérdida de peso en forma rápida y generalizada, indicar:


Calcárea Caústica 30.
Dos tomas diarias.

Enflaquecimiento progresivo, indicar:


Cuprum 30, Cuprum Aceticum 30.
Dos tomas diarias.

Enflaquecimiento con debilidad, materias fecales diarreicas, indicar:


Arsenicum 30, Nux vómica30, China 30, Pulsatilla 30.
10 glóbulos o gotas dos veces por día.

En los casos de enflaquecimiento crónico dos veces por día, indicar:


Magnesia Phosphorica 30, Petroleum 30, Sulphur 30, Lycopodium 30,
Iodum 30.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

• ERUPCIONES

Prurito intenso y violento, indicar:


Sulphur 6.
Cada cuatro horas.

Erupción seca y escamosa, indicar:


Sulphur 30, Sepia 30, Alúmina 30.
10 glóbulos o gotas dos veces diarias.

Pequeños espacios pelados, indicar:


Sulphur 30, Natrum Muriaticum 200, Lycopodium 30.
Dos veces diarias.

Erupciones vesiculosas con prurito, indicar:


Rhus toxicodendron 30, Graphites 30 Sulphur 6, Bryonia 30.
10 gotas o glóbulos dos veces diarias.

Erupción con vesículas que forman pequeñas úlceras penetrando la piel


hacia los músculos, indicar:
Sulphur 30 Arsenicum 30, Rhus toxicodendron 30. Graphites 30,
Staphysagria 30.
Dos veces diarias.

Erupciones localizadas en las extremidades, indicar:


Rhus toxicodendron 30, Sulphur 30, Thuya 30, Conium 30, Graphites 30
Dos tomas diarias.

Erupciones herpéticas, indicar:


Rhus toxicodendron 6.
10 gotas o glóbulos cada seis horas.

• EXCRECENCIAS DEL CASCO

Indicar Sepia 30.


Una toma diaria.

• FATIGA O CANSANCIO

Con inapetencia, indicar:


Nux vómica 30, Phosphoricum Acidum 200, Arnica 30.
10 glóbulos o gotas dos veces por día.

Cansancio por trabajo excesivo, indicar:


Arnica 30.
Dos tomas diarias.

Cansancio con gemidos a cada movimiento, indicar:


Rhus toxicodendron 30, Cannabis sativa 30, Arnica 30, Ruta 30.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Dos tomas diarias.

Cansancio con parálisis en las patas, indicar:


Arnica 6, Rhus toxicodendron 6, Ledum , 30.
10 gotas o glóbulos cada seis horas.

Cansancio con edema y falta de flexibilidad, indicar:


Rhus toxicodendron 30, Arsenicum 30, Apis 30, Ruta 30.
Dos tomas diarias.

• FRACTURAS

Inmediatamente de producida, indicar:


Aconitum 6, Arnica 6, Ruta 6.
Cada dos horas según evolución del dolor, paralelamente indicar:
Symphytum 30, Calcárea Phosphoricum 30.

Cada doce horas. Se prescribe para acelerar el proceso de formación del callo
óseo.
• SARNA

Indicar:
Hepar Sulphur 30, Mezereum 30, Staphysagria 30, Sulphur 30,
Lycopodium 30.
Dos tomas diarias.

• OTORREA Y OTORREA CRÓNICA

Otorrea con secreción espesa, purulenta, indicar:


Hydrastis 6, Sulphur 6, Mercurius Solubilis 6, Chamomilla 6
Cada seis horas.

Otorrea crónica con secreción pútrida, indicar:


Thuya 30, Psorinum 200, Sulphur 30, Mercurius Solubilis 30.
Dos veces por día.

EN TODOS LOS CASOS PREPARAR AUTONOSODE CON LOS


PRODUCTOS DE SECRECION A UNA POTENCIA DE 200 Y ADMINISTRAR
UNA VEZ POR SEMANA DURANTE TRES MESES.

• OTITIS EXTERNA

Cerumen abundante como miel, indicar:


Graphites 30.
Dos tomas diarias.

Cerumen abundante, piel seca, fisura, indicar:


Petroleum 30.
Dos tomas diarias.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Vesículas con costras y pus amarillento, indicar:
Mezereum 30, Sulphur 30, Mercurius Solubilis 30.
10 glóbulos o gotas dos veces diarias.

Pus amarillento, fétido, indicar:


Psorinum 200.
Una toma diaria.

EN TODOS LOS CASOS PREPARAR AUTONOSODE CON LOS PRODUCTOS


DE SECRECIÓN A UNA POTENCIA DE 200 Y ADMINISTRAR UNA VEZ POR
SEMANA DURANTE TRES MESES.

• MUERMO

Indicar:
Mercurius Cyanatus 6, Sulphur 6, Arsenicum 6, Lycopodium 6, Calcárea
Iodata 6, Dulcamara 6.
Cada doce horas.

• MUDA EN LAS AVES

Al inicio indicar:
Aconitum 6.
Dos gotas por la noche. Luego:
Hepar Sulphur 6.
Dos gotas por la mañana y por último:
Arsenicum 6.
Dos gotas por la noche.

• MOQUILLO

Periodo inflamatorio, indicar:


Aconitum 6, Belladona 6, Bryonia 6.
10 gotas o glóbulos cada cuatro horas.

Periodo catarral, indicar:


Mercurius Iodatum 6, Kali Bichromicum 6.
Cada cuatro horas.

EN TODOS LOS CASOS REALIZAR AUTONOSODE DE SANGRE CON


POTENCIA 200 E INDICAR UNA VEZ POR DIA.

En el caso de moquillo en las AVES, indicar:


Aconitum 6, Ferrum Phosporicum 6, Calcárea Sulphurica 6.
Dos gotas dos veces por día.

• GALAPAGO (Enfermedad de los cascos)

Se indica:
Graphites 30, Thuya 30, Psorinum 200.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Dos tomas diarias.

• GLOSITIS

Inflamación simple de la lengua, indicar:


Alternar Aconitum 6 con Belladona 6.
10 gotas o glóbulos cada cuatro horas.

Glositis con lengua seca, indicar:


Nitricum Acidum 6, Sulphuric Acid 6.
Cada cuatro horas.

Glositis con induración de la lengua, indicar:


Carbo Animalis 30, Conium 30, Lycopodium 30, Silicia 30.
10 gotas o 10 glóbulos cada doce horas.
• GOTA (Hinchazón de las patas de las aves)

Indicar:
Aconitum 6, Dulcamara 6, Rhus toxicodendron 6.
Dos gotas cada una hora espaciando las tomas según evolución.

• GOTA SERENA (Amaurosis)

Realizar el siguiente esquema de tratamiento:


Frasco 1: Pulsatilla 6, Nux vómica 6, Cannabis sativa 6, Conium 6, Sulphur
6.
10 gotas o glóbulos cada seis horas.
Frasco 2: Euphrasia 30.
Una toma cada dos días.
Frasco 3: Amonium Carbónicum 30, Causticum 30.
Una toma cada siete días.
Frasco 4: Belladona 6, Sulphur 30, Causticum 30.
Una toma cada diez días.

• HEMATURIA

Hematuria producida por contusión en la región lumbar, indicar:


Arnica 6.
Cada cuatro horas.

Hematuria por nefritis, indicar:


Cantharis 6, Ipeca 6, Millefolium 6, Ferrum Phosphoricum 6. 10 gotas o
glóbulos cada seis horas.

Hematuria debido a cálculo vesical, indicar:


Uva Ursi 30.
Dos tomas diarias.

Hematuria con sangre rojo brillante, indicar:


Sabina 6.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Cada cuatro horas.

Hematuria con sangre negra, indicar:


Secale cornutum 6.
Cada cuatro horas.

Hematuria con poca orina y mucha sangre, indicar:


Terebinthina 6.
Cada cuatro horas.

HEMATURIA ESENCIAL DE LOS BOVINOS, indicar:


Coccus cacti 30, Lachesis 30, Nitric Acid 30, Secale corutum 30, Sabina
30, Terebinthina 30, Thlaspi bursa pastoris 30.
20 gotas cada doce horas.

• HEMOPTISIS

Apariencia brusca en salud aparente. Agitación. Tos seca, sofocante.


Fiebre elevada, indicar:
Aconitum 6.
10 gotas o glóbulos cada dos horas.

Tos poco marcada. Sangre abundante rojo vivo. Sin fiebre, indicar:
Millefolium 6.
Cada dos horas.

Tos seca, quintinosa. Sangre abundante arrojada en chorro. Color rojo


vivo, espumosa y brillante. Acompañada de vómitos, indicar:
Ipeca 6, Phosporus 6, China 6.
10 gotas o glóbulos cada dos horas.

Hemoptisis de origen traumática, indicar:


Arnica 6.
Cada dos horas.

Hemoptisis poco abundante. Rebelde. Tos seca que se agrava en las


mañanas. Sangre roja por la mañana y negra con coágulos por la noche,
indicar:
Acalypha indica 6
Cada cuatro horas.

Hemoptisis muy abundante y duradera. Tos muy violenta. Debilidad


intensa, indicar:
China 6
10 gotas o glóbulos cada cuatro horas.

Hemoptisis con sangre negra, indicar:


Hamamelis 6
Dos tomas diarias.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
• HEMORRAGIAS

De sangre roja y brillante, indicar:


Millefolium 6.
Cada quince minutos espaciando las tomas según evolución.

Hemorragias de sangre oscura, indicar:


Secale cornutum 6.
Cada quince minutos.

Hemorragias que se agravan por el menor movimiento, indicar:


Lilium tigrinum.
10 gotas cada quince minutos, espaciando las tomas según evolución.

Hemorragias debilitantes o para combatir la debilidad posterior, indicar:


China 30.
Dos tomas diarias.

• ICTERICIA

En forma general indicar:


Chelidonium 30, China 30, Lycopodium 30, Mercurius 30, Natrum
Sulphuricum 30, Nux vómica 30, Sulphur 30.
Dos tomas diarias.

En el caso específico de los PERROS con piel y ojos amarillentos,


indicar:
Phosphorus 6 Lachesis 30, Antimonium Crudum 30, Bryonia 30, Ipeca 30,
Lycopodium 30, Nux vómica 30, Sulphur 30, Veratrum album 30.
10 gotas o glóbulos cada doce horas.

En los VACUNOS con rumiación suprimida, indicar:


Arsenicum 30.
20 gotas dos veces diarias.

Ictericias que cursan con pulso lento, hepatomegalia dolorosa, indicar:


Chelidonium 30, Phosphorus 30, Digitalis 30.
Dos veces diarias.

Ictericias graves, con vómitos de sangre roja o negra, diarrea. Sed


intensa de líquido rápidamente vomitado, indicar:
Phosphorus 6, Ipeca 6, Nux vómica 6, Lycopodium 6.
Cada dos horas espaciando las tomas según evolución.

• INCONTINENCIA DE ORINA

En forma general indicar:


China 30, Pulsatilla 30, Rhus toxicodendron 30.
10 gotas o glóbulos cada doce horas.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

Orina que se escapa a gotas continuamente, indicar:


Arnica 30, Petroleum 30, Pulsatilla 30, Spigelia 30.
Dos tomas diarias.

Incontinencia con excoriación de los órganos genitales, indicar:


Ferrum Muriaticum 30, Apis 30, Equisetum 30.
Dos tomas diarias.

• INDIGESTIÓN

Vómitos con sed intensa, lengua con capa blanca. Eructos. Dificultad
para respirar. Aversión a los alimentos, indicar:
Antimonium Crudum 6, Ipeca 6, Arsenicum 6, Phosphorus 6.
10 gotas o glóbulos cada cuatro horas, espaciando las tomas según evolución.

Vómitos abundantes. Lengua limpia. Excrementos secos mezclados con


alimentos sin digerir, indicar:
Ipeca 6, Phosphorus 6, Nux vómica 6, Lycopodium 6, Bryonia 6.
Cada cuatro horas según evolución.

Vómitos que alivian. Excrementos pequeños, secos y duros. Falta de


apetito, indicar:
Nux vómica 30.
10 gotas o glóbulos cada doce horas.

Animal muy agitado. Diarrea acuosa sin cólicos. Boca seca, indicar:
Arsenicum 6, Alúmina 6, Sulphur 6
Cada cuatro horas.

En los RUMIANTES indicar:


Colchicum 30, China 30, Nux vómica 30.
20 gotas dos veces diarias.

• INTOXICACIONES ALIMENTICIAS

Postración. Aliento pútrido. Excremento diarreico, indicar:


Baptisia 6, Sulphur 6.
Cada cuatro horas espaciando las tomas según evolución.

Postración. Aliento fétido. Trastornos de la locomoción, indicar:


Sulphur 6, Botulinum 30.
Cada seis horas.

Boca lengua y seca. Encías sangrantes, indicar:


Sulphur 30, Echinacea 30.
Dos tomas diarias.

• LITIASIS URINARIA

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Uretra inflamada, dolorosa, sensible al tacto. El animal camina con las
patas separadas, indicar:
Cannabis sativa 6, Berberis 6, Apis 6.
Cada seis horas.

Deseos frecuentes e ineficaces de orinar. Tenesmo vesical. Flujo uretral


amarillento, cremoso, espeso, indicar:
Capsicum 30, Apis 30, Mercurius Solubilis 30, Sulphur 30.
10 glóbulos o gotas cada doce horas.

Disuria, polaquiuria. Orina turbia y fétida. Albuminuria, indicar:


Dulcamara 6, Cantharis 6, Apis 6, Berberis 6.
Cada cuatro horas.

Sensibilidad dolorosa en la región lumbar derecha y en la región vesical


con lateralidad homóloga. Micción frecuente y abundante, indicar:
Equisetum 30, Cantharis 30, Berberis 30, Apis 30.
Dos tomas diarias.

Deseos de orinar cada quince minutos. Violentos esfuerzos para


expulsar unas gotas. Orina con olor amoniacal, indicar:
Pareira brava 6, Apis 6, Berberis 6, Cantharis 6.
10 gotas cada cuatro horas.

Poliuria. Dolor en la región renal. Hematuria, indicar:


Sabina 30 Apis 30, Cantharis 30.
Dos tomas diarias.

Tenesmo vesical violento. Animal gime en cada deseo de orinar. Dolor


intenso en zona renal. Arenillas blancas en la orina, indicar:
Zarzaparrilla 6, Berberis 6, Cantharis 6, Apis 6.
10 gotas cada cuatro horas.

• LLAGAS Y LESIONES

Llagas profundas de la piel y mucosas que cicatrizan difícilmente,


indicar:
Kali Bichromicum 30, Sulphuricum Acidum 30.
Indicar dos tomas diarias.

Si la úlcera llega al hueso agregar:


Symphytum 30.
Dos tomas diarias. Externamente aplicar dos veces diarias:
CALÉNDULA TM, ALOE TM. Excipiente en base hidrosoluble.

Lesiones con luxación, indicar:


Conium 30, Kali Bichromicum 30, Sulphuricum Acidum 30.
Dos tomas diarias.

Con supuración de pus mal oliente indicar:

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
Mercurius Solubilis 6, Asa foetida 6, Silicia 6
10 gotas o glóbulos cada seis horas.

Llagas con adherencia de la piel al hueso, indicar:


Sulphuric Acidum 30.
Dos tomas diarias.

Pezones agrietados durante el ordeñe. Inquietud, indicar:


Arnica 30, Sulphur 30, Camphora 30.
20 gotas dos veces por día.

En las lesiones del casco, indicar:


Arnica 30, Squilla 30, Phosporicum Acidum 30, Sulphur 30.
20 gotas dos veces por día.

• LOMBRICES

Lombrices que habitan en el estómago y recto.

El animal escarba la tierra con las patas delanteras y echa el cuerpo


hacia delante, indicar:
China 30, Marum verum 30, Nux vómica 30.
Dos tomas diarias.

En el caso de ascárides indicar: Cina 30, Mercurius Solubilis 30,


Absinthium 30, Ignatia 30, Filix Mas 30, Petroleum 30.
Prescribir dos tomas diarias.

LUEGO DE EFECTUADO EL TRATAMIENTO Y PRODUCIDA LA


ELIMINACION DE LOS PARÁSITOS PRESCRIBIR SULPHUR 200 UNA TOMA
SEMANAL DURANTE TRES MESES.

• ENFERMEDADES DE LAS MAMAS

Mamas congestionadas, indicar:


Frasco 1: Aconitum 6.
Cada seis horas.
Frasco 2: Belladona 30, Hepar Sulphur 30, Nux vómica 30, Phosporus 30.
10 gotas o glóbulos dos veces diarias.

Lesión causada por contusión o picadura de insecto, indicar:


Arnica 6, Sulphur 6, Urtica urens 6, Apis 6
Cada seis horas.

En el caso de supuración de las mamas, indicar: Calcárea Carbónica


30, Carbo Vegetalis 30, Phosporus 30, Pulsatilla 30, Silicia 30, Asa
foetida 30, Mercurius Solubilis 30.
Indicar dos tomas diarias.

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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

Cuando se forman filetes fistulosos, indicar:


Cálcarea Carbónica 30, Carbo Vegetalis 30, Pulsatilla 30, Fluoric Acid 30,
Silicia 30.
Dos veces diarias.

Tumefacción de los pezones, indicar:


Belladona 30, Camphora 30, Chamomilla 30, Mercurius Solubilis 30.
Dos veces diarias.

Induración dolorosa de las mamas por la presencia de tubérculos


redondeados, indicar:
Bryonia 30, Chamomilla 30.
Dos tomas diarias.

CONCLUCIONES

Como hemos visto, de todo lo expuesto, el principio de la similitud no siempre es de


aplicación tan sencilla, sino que se impone la consideración de toda una serie de factores
cuando la prescripción, que parecía la correcta, no resulta exitosa.

Es importante tener en cuenta todos los diferentes criterios de similitud ya que ante la
consulta diaria la complejidad de casos nos los exige. Si bien, la primera similitud a
considerar es la patogenetica esta no puede ser aplicada por lo anteriormente citado o por la
rapidez en que debemos actuar para resolver un caso.

Hemos visto a través de todas estas páginas que partimos con un principio filosófico
para terminar en una ley esbozada por el creador de la homeopatía. Pero como dijimos
anteriormente toda regla tiene su excepción. Pasaron muchos años de la creación de la
homeopatía. Si bien el ser humano no ha cambiado, han cambiado las circunstancias de su
entorno. Nuevas formas de vida, nuevas enfermedades, diferentes métodos de diagnostico.

El paciente que recibimos en nuestro consultorio es diferente al de la época de


Hahnemann, no porque haya cambiado, sino que han cambiado las circunstancias. Por ello es
tan importante tener en cuenta diferentes criterios para el análisis y la toma del caso. Si bien
en ortodoxia debemos hacer el diagnostico del remedio y no de la enfermedad, en nuestros
tiempos, esa actitud no puede aceptarse. No debemos olvidarnos que somos médicos. La
ciencia actual ha avanzado muchísimo y los métodos de diagnósticos son cada vez más
sofisticados. Tenemos en nuestras manos enormes posibilidades de hacer una correcta
medicina. Si bien la doctrina homeopática es y debe ser inalterable, somos nosotros, los
médicos, quienes debemos actualizarnos constantemente.

En el criterio de similitud según la patología utilizada en medicina veterinaria alguien


puede decir que es complejismo. Existen años de experiencia que avalan dichos tratamientos.
Recordemos que la medicina homeopática veterinaria es algo nuevo. Si bien Hahnemann trató

79
Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés
a su caballo, por años no existieron trabajos en este campo. Es muy difícil repertorizar un
canario, pero existen numerosas experiencias que determinados medicamentos curan su
afonía.

Con este trabajo no pretendo modificar conceptos preestablecidos sino simplemente


dar una visión más amplia y menos ortodoxa de la aplicación de la homeopatía.

Dr. Miguel Ángel Pagés


Médico Homeópata

BIBLIOGRAFÍA

1- Vannier, León. “La práctica de la Homeopatía”. Editorial Porrua. 1991


2- Eizayaga, Francisco. “Tratado de Medicina Homeopática”. Editorial Marecel. 1991.
3- Hahnemann, Samuel. “Organon del arte de curar”. Sexta edición
4- Demarque,D. “L’Homéopathie, Médecine de l’Expérience . Angoulême, 1968.
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7- Sto. Tomás de Aquino. Suma Teológica. “Del hombre”.
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11- SanKaran. “Journal of the American Institute of Homeopathy”. 1966
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Tesis Doctoral – Dr. Miguel Angel Pagés

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