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1.2.

HUME

David Hume representa la culminación del empirismo moderno llevándolo de manera


implacable y coherente hasta sus últimas consecuencias. Es el principal representante de
la Enlightment (Ilustración Inglesa) y el responsable de despertar a Kant de su sueño
dogmático. Su influencia no se limita a Kant ya que el empirismo contemporáneo reconoce
en él su fuente y precursor.
Retrato de David Hume, por Allan Ramsay. Al conde de Charlemont le parecía más "un hidalgo
comilón que un filósofo refinado"

David Hume nació el 7 de mayo de 1711 en Edimburgo (Escocia). Era hijo de Joseph Home
(-o Hume, términos sinónimos en la pronunciación escocesa-, perteneciente a la rama del
Conde de Home, abogado, muere cuando Hume tiene sólo 2 años) y de Katherine Falconer
(parece que hermanastra de Joseph Home aunque no hubo ningún impedimento para su
matrimonio, hija de Sir David Falconer con el título de Lord Halkerton, que heredó su
hermano). Su familia era acomodada, aunque no lo suficientemente rica como para
permitir a Hume dedicarse exclusivamente a la filosofía (parece ser el único real interés de
Hume:<<una aversión insuperable hacia todo lo que no fuera la investigación filosófica y el
saber en general>>) por lo que su familia lo orientó hacia la carrera de abogado. En 1734
se marcha a Bristol, donde trabaja con comerciante, aunque sólo durante unos meses,
porque <<me di cuenta de que esa vida no era en absoluto para mí>>. Hume abandona su
trabajo y viaja a Francia, donde permaneció entre los años 1734-1737, dispuesto a
dedicarse exclusivamente a la filosofía y a vivir modestamente dada la escasez de medios
económicos. Vive en Reims y en La Flèche (sí, allí había estudiado Descartes, razón por la
que algunos biógrafos ven intencionalidad en esa elección). Durante este tiempo compuso
su obra Tratado sobre la naturaleza humana.

Estatua de David Hume en Edimburgo

En 1737 regresa a Londres, dirigiéndose posteriormente a Escocia, donde vivirá unos años
con su madre y hermano. Publica el Tratado sobre la naturaleza humanaque constituye un
auténtico fracaso (“jamás intento literario alguno fue más desgraciado que mi Tratado
sobre la naturaleza humana”) y de la que el mismo Hume dice “«Nacido muerto desde la
imprenta, sin ni siquiera alcanzar la distinción necesaria para levantar un murmullo entre
los fanáticos. Pero, de temperamento alegre y optimista, me recuperé pronto de la
decepción y proseguí con ardor mis estudios»”.

Afortunadamente en 1742 publica los Ensayos, cuyo éxito le hace olvidar el fracaso
anterior y le anima a reescribir el Tratado. En 1745 optó a la cátedra de ética de la
Universidad de Edimburgo, plaza que no obtuvo por culpa de su reputación de escéptico y
ateo (No será la única ocasión. En 1751 intentó ocupar la cátedra de Lógica de la
Universidad de Glasgow que dejaba vacante su amigo Adam Smith y tampoco la consiguió
por idénticos motivos. El mejor filósofo de Escocia no pudo impartir clases en su patria
debido al fanatismo religioso dominante). Después de un año como tutor privado (del
Marqués de Annandale, del que Hume silencia su locura y sus problemas para cobrar su
sueldo) fue invitado por el general St. Clair a una expedición como secretario que,
inicialmente dirigida contra Canadá, acabó con una pequeña incursión en la costa francesa
(Voltaire se mofará de St. Clair y su expedición con lo que quedará más ridiculizada todavía
por lo que instan a Hume a que conteste, cosa que efectivamente hace en 1756);
posteriormente, en 1747, fue invitado por el mismo general a acompañarle como secretario
en una embajada militar por las cortes de Viena y Turín. Estas últimas actividades le
permiten mejorar su situación económica: <<Mi cargo, y también mi frugalidad, me
hicieron dueño de una fortuna, con la que podía considerarme independiente>>.

En 1749 regresa a Escocia, donde volverá a pasar dos años con su hermano en su casa de
campo, publicando algunas obras más. En 1751 se traslada a Londres, con la pretensión,
como hemos visto, de conseguir la cátedra de la Universidad de Glasgow. En 1752 se
instala en Edimburgo donde fue nombrado bibliotecario de la facultad de Derecho,
dedicando su actividad filosófica más bien a problemas históricos, sociales y políticos, como
pone de manifiesto las obras publicadas a partir de entonces. Su Historia de Inglaterra, a
pesar del excelente elogio de Voltaire, constituye otro auténtico fracaso. Tales son los
problemas que le acarrea que en 1756 se llegó a pedir su excomunión: <<No creo que
haya un inglés entre cincuenta que, si oyera decir que mañana me voy a romper la crisma,
no se alegrara por ello. Unos me odian porque no soy tory; otros, porque no soywhig;
algunos, porque no soy cristiano; y todos, porque soy escocés>> (Por cierto, y dicho sea
de paso, siempre se le acusó del marcado acento escocés de su inglés y de que el francés
siempre se le resistió).

En 1763 recibió la invitación del conde de Hertford, embajador británico en Francia, de


acompañarle a París como secretario de la Embajada. Rechazada la invitación en principio,
Hume la aceptó ante la insistencia del conde, dirigiéndose a París donde permanecerá hasta
1766. Ya había entablado amistad con Montesquieu en 1749 y participa en las actividades
de los eciclopedistas y los círculos ilustrados y entabla amistad con algunos de los
personajes destacados de la época (mejor no intentéis recordar el nombre de la mujer más
influyente en la vida de Hume: Marie-Charlotte-Hippolyte de Campet de Saujeon, Condesa
de Bouffleurs-Rouverel, responsable del epíteto a Hume de le bon David),
como Rousseau (se lo presenta Madame Bouffleurs), con el que volvió a Londres(la
publicación del Emilio hacía que su posición en Francia peligrase), aunque el
carácter suspicaz de Rousseau condujo a una rápida ruptura en sus relaciones. Es el
momento más dulce en la vida de Hume, cuya acogida en Francia fue espectacular. Se
codeó con todos los filósofos de la época (D´Alambert, Buffon, Diderot, D´Holbach, y por
supuesto, Rousseau (the little nice man, según Hume) y entró en todos los salones de la
época. Además recibe unos honorarios altísimos. Mientras esto sucede en Francia, en
Inglaterra se publica una obra filosóficamente en contra de Hume y otra insultante y
vergonzante incluso a nivel personal pero con citas muy frecuentes de su Tratado.
Curiosamente, es la fuente por la que Kant accede a la obra de Hume, del que dirá que le
despierta de su sueño dogmático.

David Hume

A su regreso a Londres fue nombrado “Subsecretario de Estado para el Departamento


Septentrional”, que se ocupaba de los asuntos diplomáticos con los países situados al norte
de Francia, cargo que no estaba remunerado y que desempeñó durante dos años, hasta
1769. Ese año regresará a Edimburgo (<<muy rico, lleno de salud, y, aunque algo entrado
en años, co el deseo de disfrutar tranquilamente de mis bienes durante largo tiempo, y,
además, de ver cómo se iba incrementando mi reputación>>), continuando sus actividades
de estudio e investigación. (En esta época empieza a ser llamado -medio en broma medio
en serio- <<San David de Escocia>>. Sus relaciones con las damas de Edimburgo -con
múltiples proposiciones de matrimonio- fueron excelentes. Una de ellas escribió con tiza en
la fachada de la casa de Hume <<St. David´s Street>>, y así pasó a llamarse la calle. Por
cierto se llamaba Nancy Orde y Hume pensó muy seriamente en casarse con ella). Allí
morirá el 25 de agosto de 1776, habiendo escrito previamente, el 18 de abril, una breve
autobiografía, conocedor ya de su pronta e inevitable muerte. <<En la primavera de 1772
padecí un desorden intestinal del que en un primer momento no hice caso pero que se ha
convertido, como sé muy bien ahora, en dolencia incurable y mortal>>. Deja establecido
que quiere ser enterrado de modo privado, con un monumento de valor no superior a cien
libras, con una inscripción que tenga solamente su nombre y los años de nacimiento y
muerte, dejando a la posteridad añadir el resto.

Tumba de Hume en Edimburgo

Esa autobiografía fue publicada por su amigo Adam Smith y en ella se describe Hume de la
siguiente manera: “un hombre de disposición tranquila, de temperamento suave, de humor
abierto, sociable y animado, capaz de sentir cariño, pero no enemistad, y de gran
moderación en todas mis pasiones. Incluso mi amor a la fama literaria, mi pasión
dominante, no agrió nunca mi carácter, a pesar de mis frecuentes desengaños. Han
aceptado mi compañía lo mismo el joven y despreocupado que el estudioso y hombre de
letras; y así como he sentido particular placer en la compañía de damas discretas, tampoco
he tenido quejas del recibimiento que siempre me han dispensado. En una palabra, a pesar
de que la mayoría de los hombres eminentes han tenido razones para dolerse de la
calumnia ajena, yo nunca me he sentido herido por ella, ni tampoco mordido por sus
funestas dentelladas. A pesar de haberme expuesto atrevidamente a la rabia de banderías
civiles y religiosas, parece como si en su habitual furia se hubieran quedado inermes, para
mi propio provecho. Nunca han necesitado justificar mis amigos ningún detalle de mi
carácter o conducta. Y, como puede suponerse, no porque los fanáticos no hayan bien
deseado inventar y propagar cualquier cuento para desacreditarme, sino porque nunca
pudieron encontrar nada que les pareciera tener siquiera un asomo de verosimilitud. No
puedo decir que no exista algo de vanidad por mi parte al hacer mi propia oración fúnebre,
pero tengo la esperanza de que no esté fuera de lugar: y éste es un hecho que fácilmente
puede uno aclarar, y cerciorarse de él.”

OBRAS
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A. ELEMENTOS DEL CONOCIMIENTO: IMPRESIONES E IDEAS

Hume no estaba satisfecho con la utilización del término idea para todo lo que conocemos,
tal como lo había descrito Locke. Por esta razón, reservó el concepto de idea para designar
sólamente ciertos contenidos del conocimiento. Hume divide los contenidos del
conocimiento en dos clases:

IMPRESIONES. Es el conocimiento por medio de los sentidos. Datos inmediatos de la


experiencia interna (impresiones de reflexión:angustia, agrado, etc…) o externa (de
sensación: color, sabor, etc…), caracterizados por su viveza y su sentido de la realidad.

IDEAS. Son las representaciones o copias de las impresiones en el pensamiento.


Datos mediatos, reproducidos o derivados de las impresiones y por esa razón, menos
vivos, más débiles.

Las impresiones son todas nuestras sensaciones. Las ideas son las imágenes débiles de las
impresiones

Por ejemplo, estamos percibiendo esta clase: paredes, pizara, mesa. Si ahora cerramos los
ojos y nos imaginamos la misma clase, percibiremos lo mismo pero con menos viveza y
realidad. La primera es una impresión, la segunda es una idea.

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Tanto las impresiones como las ideas pueden ser:

SIMPLES. No admiten distinción ni separación. Por ejemplo, el color azul y la idea de azul.
Son las de mayor valor cognoscitivo.
COMPLEJAS. Cuando se pueden separar. Sí admiten distinción dentro de ellas, pueden
dividirse en partes. Por ejemplo, “amapola”: varios colores, forma, tamaño, peso, etc.

RELACIÓN ENTRE IMPRESIONES E IDEAS

Una idea es verdadera si procede de una impresión

 SEMEJANZA

 CORRESPONDENCIA: a toda idea simple le corresponde una


impresión simple

 REPRESENTACIÓN: las ideas no son copias exactas, son


representaciones de la experiencia

 PENSAMIENTO: la impresión es siempre anterior a la idea

Todas las ideas complejas se forman a partir de ideas simples


Todas nuestras ideas proceden de impresiones, de mezclar, trasponer, aumentar o
disminuir los materiales suministrados por los sentidos. Quien pretenda otra cosa, tiene un
sencillo método de refutación: mostrar aquella idea que, en su opinión, no deriva de dicha
fuente. <<Si albergamos la sospecha de que un término filosófico se emplea sin significado
o idea alguna (como ocurre con harta frecuencia), sólo habrá que preguntar de qué
impresión deriva la supuesta idea; y si es imposible asignarle una, se habra confirmado
nuestra sospecha>>.

CRITERIO DE VERDAD DE NUESTRAS IDEAS: Una idea es verdadera si procede de una


impresión; o dicho de otro modo, a toda idea tiene que corresponderle una impresión. Si no
hay correspondencia, hay falsedad.

B. TIPOS DE CONOCIMIENTO: RELACIONES ENTRE IDEAS Y


CONOCIMIENTO DE HECHOS.

1. RELACIONES ENTRE IDEAS/VERDADES DE RAZÓN. Aunque todas las ideas tienen


su fundamento en las impresiones, una vez que las poseemos, podemos tener conocimiento
de dichas ideas sin necesidad de recurrir a las impresiones.

Un ejemplo más de relaciones entre ideas

Por ejemplo, “el todo es mayor que la parte” es un razonamiento que se basa en la relación
entre las ideas de “todo” y de “parte”. Presciendiendo de que haya en la realidad “todos” y
“partes”, esta proposición es siempre verdadera. La relación de estas ideas, en cuanto tal,
es independiente de los hechos. Otro ejemplo que no hemos visto nunca en clase, “un
triángulo tiene tres ángulos”.

Estas formulaciones son ANALÍTICAS Y NECESARIAS. Que sean analíticas quiere decir
que el predicado está contenido ya en el sujeto, con lo que no aportan en realidad nueva
información; simplemente descomponiendo el sujeto veremos que ya contiene el predicado.
Que sean necesarias quiere decir, como hemos visto miles de veces en clase, que su
negación nos haría incurrir en una contradicción.

La lógica y las matemáticas (ciencias formales) corresponden a este tipo de conocimiento.

2. CUESTIONES DE HECHOS. Fuera de las relaciones de ideas no nos quedan, como


conocimientos, más que las puras cuestiones de hechos, factuales, basados en
las impresiones. No ofrecen, en absoluto, el grado de necesidad de las ciencias formales,
su contrario no implica contradicción y es perfectamente posible. <<Que el sol no salga
mañana es una proposición ni menos inteligible ni más contradictoria que la afirmación de
que saldrá>>.

Alguien sin experiencia ¿podría deducir de la fluidez y transparencia del agua que se podía ahogar en
ella?

Siguiendo con los ejemplos del propio Hume, Adán no habría podido deducir de la fluidez y
transparencia del agua que se podía ahogar en ella, ni del brillo y el calor del fuego que
éste podría destruirlo. Igualmente, que la pólvora tiene carácter o fuerza explosiva, que el
imán atrae, que el pan es un buen alimento para el hombre y no para el león, son hechos
que no cabría deducir del análisis de sus respectivas ideas. En este tipo de hechos, la
experiencia nos hace reconocer una relación causa-efecto, pero por mucho que analicemos
la relación, es imposible descubrir la segunda idea en la primera o viceversa. Nadie puede
deducir de la idea de una cosa qué efectos producirá ni qué causa la ha producido. El que
de hecho se den conexiones entre ellos, sólo podemos enterarnos por la experiencia.

Las cuestiones de hecho son SINTÉTICAS Y NO NECESARIAS. Que sean sintéticas quiere
decir que el predicado proporciona información nueva que no está contenida en el sujeto;
como dirá Kant son extensivas, aumentan nuestro conocimiento. Como hemos visto
inmediatamente antes, por mucho que analicemos el sujeto nunca encontraremos en él lo
que señala el predicado. También hemos visto que no son necesarias (veremos
inmediatamente como son simplemente PROBABLES) porque su negación es perfectamente
posible y concebible; no incurrimos en ninguna contradicción.

C. EMPIRISMO DE HUME Y LA IDEA DE CAUSA.

Como ya hemos comentado al inicio, Hume llevará a sus últimas consecuencias los
presupuestos empiristas, de forma implacable y coherente, acabando en un claro
escepticismo. Veamos el proceso.

 LA IDEA DE CAUSA Y EL CONOCIMIENTO DE HECHOS

Recordemos cuál era el criterio que había establecido Hume para decir que una idea era
verdadera: ¿de qué impresión procede?.

Apliquemos ese criterio al conocimiento de hechos. Nuestro conocimiento de hechos queda


limitado a nuestras impresiones actuales (lo que vemos, oímos, etc…) y a nuestras
ideas actuales de impresiones pasadas (lo que recordamos haber visto, oído, etc…)
pero NO puede haber conocimiento de hechos futuros, ya que no poseemos impresión
alguna de lo que sucederá en un futuro. ¿Cómo vamos a poseer impresiones de lo que aún
no ha sucedido?¡Eso es imposible!

Ahora bien, es incuestionable que en nuestra vida contamos constantemente con que en el

Si vemos nevar, salimos a la calle y no queremos mojarnos, cogeremos un paraguas ¿no?

futuro se producirán ciertos hechos: vemos caer la lluvia a través de la ventana y si


pensamos salir y no queremos mojarnos, cogeremos un paraguas; colocamos agua al fuego
y contamos con que se calentará; estamos asistiendo a esta clase que contamos se acabará
dentro de un rato cuando suene un timbre. Sin embargo, sólo tenemos las impresiones de
la lluvia cayendo, del agua fría sobre el fuego o de la clase a la que estamos asistiendo.
¿Cómo podemos estar seguros de que después tendremos las impresiones de los objetos
mojados, el agua caliente o el timbre del final de la clase?

 CAUSALIDAD Y CONEXIÓN NECESARIA

Si no tienes experiencia previa, ¿sabes qué va a pasar? Quizá una bola pase a través de la otra ...

La idea de causaes la base de todas nuestras inferencias acerca de hechos de los que no
tenemos una impresión actual. La relación causa-efecto se ha venido considerando en
filosofía como una conexión necesaria (es decir, que no puede no darse) entre la causa y
el efecto. Desde el punto de vista de Hume es una de las equivocaciones más grandes y
fundamentales tanto de la filosofía como de las ciencias. Una y otras han concedido al
principio de causalidad un poder real (donde sólo hay una sucesión regular)
y necesario (cuando, en las cuestiones de hecho, como ya hemos dicho muchas veces, no
cabe hablar de necesidad)

Lo único que podemos afirmar con certeza es que hemos observado una sucesión
constante entre un fenómeno y otro (siempre que llueve, me mojo; siempre que arrimo la
mano al fuego más de la cuenta, me quemo). Esa sucesión constante quiere decir que
siempre que sucedía el primer hecho, sucedía el segundo; vamos, que uno venía detrás del
otro. Lo que hemos observado es esa sucesión pero nunca una relación necesaria entre una
cosa y otra. Gracias a esas regularidades que aparecen en secuencias espacio-temporales
y, por la ley de asociación, la presencia de una de esas ideas, suscita en la mente la idea de
la otra.

 CONSECUENCIAS
Solo el hábito y la costumbre nos hace establecer relaciones necesarias en el mundo de la experiencia

Puesto que es el hábito y la costumbre lo que nos lleva y autoriza a esperar la repetición
uniforme de la experiencia, la conexión causa-efecto así fundamentada no puede darnos
certeza. Nuestra certeza no se apoya en el conocimiento de los hechos, sino en
la CREENCIA. Hume no nos condena a un escepticismo estricto, la causa no es una
quimera o fantasía, sino una creencia sólida y sometida a prueba: pero a una prueba
empírica que no tiene nada que ver con la demostración necesaria. La expectativa del
efecto no puede pasar nunca de probable, aunque la acumulación de experiencias
probatorias aumente satisfactoriamente el grado de probabilidad. Podéis estar tranquilos:
hay una altísima probabilidad de que dentro de muy poco tiempo suene el timbre. Para
Hume la universalidad y la necesidad sólo cabe en las ciencias formales, en las relaciones
entre ideas. Las ciencias empíricas sólo pueden aspirar a la probabilidad.

La inferencia causal sólo es aceptable entre impresiones: podemos pasar de una impresión
a otra, pero nunca de una impresión a algo de lo cual nunca hemos tenido experiencia o
impresión.

Descartes había establecido la realidad a partir de tres sustancias: pensante, extensa e


infinita. Locke había concedido la validez a las tres por demostraciones intuitiva, sensitiva y
demostrativa. Berkeley rechaza la noción de sustancia para el mundo de los cuerpos, pero
no para el del espíritu. Hume, coherente con el empirismo no hace concesiones a la idea
de sustancia y, por tanto tampoco a la de mundo exterior, ni a la de Dios ni a la de yo
identidad personal. De modo implacable y coherente, Hume aplica su criterio: ¿de qué
impresión deriva la supuesta idea?

D. LOS LÍMITES DE LA INFERENCIA CAUSAL Y LA EXISTENCIA DE


REALIDADES DISTINTAS DE NUESTRAS IDEAS E IMPRESIONES
 LA REALIDAD EXTERIOR, EL MUNDO. Locke admitía la existencia
de los

Si se elimina el color, textura, olor, ... ¿qué queda?

cuerpos como realidad distinta y exterior a las impresiones o


sensaciones por una inferencia causal: la realidad exterior es
causa de nuestras impresiones. Esta inferencia es inválida porque
no va de una impresión a otra impresión, sino de una impresión a
una supuesta realidad que está más allá o detrás de ellas y de la
cual no tenemos impresión o experiencia alguna. La existencia de
una realidad corpórea es injustificable apelando a la idea de causa.

 LA EXISTENCIA DE DIOS. Para fundamentar la existencia de Dios se


acude al principio de causalidad. Lo hemos visto en Tomás de Aquino
y en Descartes. Esta

Crítico con la utilidad de la religión y no sólo con que la existencia de


Dios sea indemostrable
inferencia es inválida o injustificada exactamente por las mismas
razones que la del mundo exterior o cuerpos. Hume es un crítico
de la religión . Niega validez a todas las pruebas que pretenden
demostrar la existencia de Dios racionalmente: argumento
ontológico de San Anselmo o Descartes , vías tomistas con el
principio de causalidad, o las que establecen un orden en el
universo con una causa inteligente de ese orden (5ª vía t0mista).
Hume va más lejos: considera que la religión es una superstición
que puede provocar bastante más daño que utilidad, sobre todo
en épocas o pueblos con sentimientos religiosos (vinculación de la
religión, como la moral a los sentimientos) exaltados. Establece
una génesis de las ideas religiosas. Las primeras religiones eran
politeístas y estaban fundamentadas en la ignorancia y el miedo a
lo desconocido. A partir de ahí se pasa al monoteísmo, que tiene
sus ventajas frente al politeísmo (tiende a racionalizarse) pero
también sus inconvenientes: potencia el fanatismo y la
intolerancia (puesto que sus preceptos son los verdaderos deben
imponerse a los demás, surgiendo las persecuciones religiosas) y
cuanto más poderosa sea la divinidad más sentimientos
destructivos genera en los hombres: autohumillación,
sometimiento, penitencia, mortificación, etc …

 TAMBIÉN AL YO LE LLEGA SU HORA. Por idénticas razones no


podemos afirmar la existencia del yo o de una identidad personal.

Si a alguien se le ocurre preguntar de dónde proceden nuestras impresiones, toda vez que
no podemos justificar racionalmente la existencia del mundo exterior, Dios o el yo, Hume
contesta que no lo sabemos ni podemos saberlo. Pretender contestar esta pregunta es
ir más allá de nuestras impresiones y éstas constituyen el límite de nuestro conocimiento.

Recordad: a toda idea ha de corresponderle una impresión y no hay impresión de las


sustancias. Cierto que tenemos impresiones sensibles dispersas pero no de sustancia
corporal; cierto que tenemos impresiones internas, de reflexión, pero no la hay de
conciencia. Podemos admitir con Descartes que hay pensamientos indudables pero no
podemos demostrar que haya algo tras esos pensamientos, es decir, una sustancia
(llámese alma, conciencia o yo). Suponemos que tras esas impresiones dispersas hay algo
que las unifica pero sólo lo suponemos, no podemos demostrarlo.
Lo que podemos hacer es, en todo caso, tratar de justificar la creencia en la existencia del
mundo exterior o de la identidad personal, o, en general, de las sustancias. Hume lo intenta
con la ayuda de las leyes de la asociación y con el recurso a la memoria.

E. RECHAZO A LA METAFÍSICA: FENOMENISMO Y ESCEPTICISMO

Hume se convierte en el primer gran crítico de la filosofía entendida como

Escepticismo con humor ...

metafísica: disciplina o saber que trata de explicar el ser de las cosas, de conocer la
realidad última. Los tres grandes contenidos de la metafísica y de la filosofía son aquellos
que Hume acaba de cargarse: mundo, hombre y Dios. Su teoría del conocimiento conduce
a la negación de la metafísica. La razón es muy sencilla: solo podemos contar con nuestras
imperiones pero no puedo saber a qué se deben esas impresiones. De la realidad externa
no tengo conocimiento estricto. El conocimiento se reduce a conocimiento
de fenómenos (lo que aparece, lo que se muestra), de ahí la calificación
de fenomenismo al pensamiento de Hume. Fundada en la coherencia y constancia de las
impresiones suponemos la existencia de una realidad exterior … pero nada más.
La costumbre y la creenciafundada en la costumbre no puede dar conocimiento. Esa
imposibilidad de fundamentar el conocimiento se denomina escepticismo.

2.2. ÉTICA EN HUME

La parte más conocida de la filosofía de Hume es la teoría del conocimiento que acabamos
de ver, su radical interpretación de los presupuestos empiristas. Sin embargo, Hume vive
en el siglo XVIII y hemos mencionado que es el principal representante de la Ilustración
Inglesa. Por lo tanto, vive el espíritu e intereses de la Ilustración. Además de por el
conocimiento, Hume se ocupó de la religión, la historia, la política y la ética. Por lo que
respecta a ésta última, dos son las afirmaciones fundamentales: crítica al racionalismo
moral y el sentimiento como fundamento de los juicios morales.

A. CRÍTICA AL RACIONALISMO MORAL

Como ya hemos dicho muchas veces, un código moral es un conjunto de juicios a través de
los cuales expresamos la aprobación o reprobación de determinadas conductas y actitudes.
Por ejemplo, aprobamos la honestidad en los políticos y reprobamos la corrupción.

La mayoría de los filósofos, cuando hacen ética y se preocupan por fundamentar esos
códigos morales, han señalado la razón como origen y fundamento de dichos códigos. Su
origen estaría ya en la filosofía griega (recordad el intelectualismo moral de Sócrates, la
ética platónica con la razón dirigiendo al individuo o la aristotélica, con su sabiduría o
razón práctica realizando el cálculo que nos permite elegir un término medio)

Hume considera que la razón, el conocimiento intelectual, no es ni puede ser el fundamento


de nuestros juicios morales. El conocimiento en Hume es de dos tipos: relaciones entre
ideas y cuestiones de hechos. Los juicios morales no son ni relaciones entre ideas ni
cuestiones de hechos. Cuando emitimos un juicio moral estamos haciendo una valoración
de los hechos, que, lógicamente, no está en los hechos. Por ejemplo, cuando decimos que
“los políticos no deben ser corruptos” no estamos diciendo que se dé o no la circunstancia
de que los políticos sean corruptos, lo que estamos haciendo es una valoración acerca del
hecho de la corrupción política. ¿En que se basa esa valoración? Hume lo dice muy claro:
<<Toma una acción cualquiera, considerada como viciosa, un asesinato voluntario, por
ejemplo. Examínalo desde todos los puntos de vista y mira a ver si puedes encontrar un
hecho , una existencia real que corresponda a lo que denominas vicio. En cualquier modo
que lo tomes encontrarás solamente ciertas pasiones, motivos, voliciones y pensamientos.
No hay ningún hecho más en este caso. Mientras que dirijas al objeto, el vicio no aparecerá
por ninguna parte. No lo encontrarás nunca hasta que dirijas tu reflexión hacia tu propio
corazón y encuentres un sentimiento de reprobación, que brota de ti mismo, respecto de
tal acción. He aquí un hecho, pero un hecho que es el objeto del sentimiento, no de la
razón. Está en ti mismo, no en el objeto>>.

B. EL SENTIMIENTO, FUNDAMENTO DE LOS JUICIOS MORALES.


El rechazo surge de la desaprobación, del sentimiento de desagrado que nos producen determinadas
acciones

El fundamento de los juicios morales no se halla en la razón sino en el sentimiento. La


razón es incapaz de determinar nuestra conducta y son los sentimientos los que nos
determinan a hacer una cosa u otra. Los sentimientos (tipo de impresiones de reflexión)
son la única base sobre la que se puede fundamentar la moral. El sentimiento moral es de
aprobación o desaprobación/agrado o desagrado respecto de determinadas acciones o
maneras de ser de los seres humanos. Cuando emitimos un juicio moral del tipo “No se
debe matar”, lo que estamos diciendo es que desaprobamos que se mate, que nos
desagrada profundamente que se mate. Hume recoge una corriente de filosofía moral de la
Inglaterra de principios del XVIII y que llega a nuestros días con el nombre de emotivismo
moral, nombre que recibe toda teoría moral que se fundamenta en los sentimientos.

EXAMEN

“Parece, entonces, que esta idea de una conexión necesaria entre eventos surge de una
pluralidad de casos similares en los que se da la constante conjunción de éstos; y que no
puede esta idea sugerirla jamás ninguno de los casos aislados, por más que se le considere
bajo toda posible luz y desde todo posible punto de vista. Pero nada diferente hay en un
número de casos de lo que hay en cualquier caso singular al que se supone exactamente
similar; excepto, sólo, que, después de una repetición de casos similares, la mente se ve
llevada por el hábito, con motivo de la aparición de un evento, a esperar a su usual
acompañante y a creer que existirá.”

David Hume, Investigación sobre el conocimiento humano, Sección 7, parte 2.

El autor, en este texto, reflexiona sobre el problema del conocimiento


1. Exponer las ideas y estructura argumentativa del texto

Después de presentar con una frase el texto (Este texto pertenece a Investigación sobre el
conocimiento humano,conjunto de doce ensayos que recogen los temas tratados en el Libro
I del Tratado de la naturaleza humana, pero de forma más sencilla y resumida;
concretamente a la sección 7 en la que Hume critica el principio de causalidad) se señalan
las ideas principales.

La idea principal es la crítica al principio de causalidad; concretamente, a


la idea de conexión necesaria entre causa y efecto. El principio de causalidad establece
que todo efecto lo es de una causa anterior que lo produce; por lo tanto, hay una conexión
necesaria entre causa y efecto; es decir, que no puede no darse. Hume señala
que no hay conexión necesaria entre un hecho (evento) y otro, simplemente la idea surge
de la repetición de casos similares. Es el hábito o la costumbre la que nos lleva
a creer en una conexión necesaria entre un hecho y otro. Para justificar su afirmación nos
hace ver cómo si sólo se tiene en cuenta un caso nunca surgiría la idea de conexión
necesaria, la idea surge ante multitud de casos en los que un hecho ha sucedido a otro.
Pero, en multitud de casos no hay nada más que en uno singular. Por lo tanto, no hay
conexión real y necesaria entre causa y efecto; simplemente constatamos que después de
un hecho siempre le ha sucedido el otro y es el hábito el que no nos hace creer que tras
un hecho sucederá el otro.

2. Explica el problema del conocimiento del autor y expón sistemáticamente las


líneas principales de su pensamiento.

[En el caso de que os caiga Hume, y teniendo en cuenta el texto, el problema que va a
aparecer es únicamente el problema del conocimiento. Como os he dicho siempre, podéis
anticipar la respuesta del problema que os piden y después exponer sistemáticamente su
pensamiento o exponer sistemáticamente el pensamiento y aclarar en esa exposición el
momento en que aparece el problema. En Hume, excepto el emotivismo moral, todo lo
demás es el problema del conocimiento. Parece lógico que utilicéis la segunda forma más
que la primera. Si decidís dar solución primero al problema no deberíais exponer todo el
conocimiento sino sólo la crítica al principio de causalidad como una conexión necesaria
entre causa y efecto.]

Independientemente del texto que os pongan, la exposición sistemática del pensamiento de


Hume sería como sigue:

1. Presentación del autor en su época y sistema filosófico (Ilustración, empirismo, crítico)


2. El problema del conocimiento:

 Elementos del conocimiento: impresiones e ideas. Definición, relación


y criterio de verdad de las ideas.

 Tipos de conocimiento: relaciones entre ideas y cuestiones de hecho

 Aplicación del criterio de verdad a las cuestiones de hecho. Idea de


causalidad

 Idea de causalidad y conexión necesaria

 Consecuencias de la crítica de conexión necesaria

 Límites de la inferencia causal y existencia de realidades distintas a


nuestras impresiones e ideas

o realidad exterior

o Dios

o alma, conciencia, pensamiento, yo, identidad personal

 Conclusión: fenomenismo y escepticismo. Crítica a la metafísica

3. El emotivismo moral

 Rechazo del racionalismo moral

 El sentimiento, fundamento de los juicios morales

3. Marco histórico, socio-cultural y filosófico del autor

El siglo XVIII es un siglo de recuperación económica y de explosión geográfica, una época


de grandes transformaciones que influyen en la vida política, económica, social, cultural y
filosófica. Filosóficamente hablando es el siglo del Empirismo y de la Ilustración.

Políticamente predominan en toda Europa las monarquías absolutas, a excepción


precisamente de Gran Bretaña donde gobierna una monarquía parlamentaria (Jorge I, II y
III reinan durante la vida de Hume) bajo la forma del despotismo ilustrado (“Todo para
el pueblo, pero sin el pueblo”), como sistemas de gobierno de lo que se denomina Antiguo
Régimen. Los hechos históricos más destacados son la independencia de EE. UU. de Gran
Bretaña (1776, año que coincide con la muerte de Hume) y la Revolución Francesa en
1789 .
La economía sigue siendo fundamentalmente agrícola, aunque a finales de siglo se inicia
en Inglaterra la Revolución Industrial, con del descubrimiento de la máquina de
vapor (1785) y sus aplicaciones. Se produce una explosión demográfica (en 50 años se
duplica la población europea) que lleva a Malthus a prever un futuro catastrófico por las
distintas progresiones de aumento de población y alimentos. Se intenta dar una
fundamentación científica a la economía, de la mano especialmente de Adam
Smith (1723-1790) -amigo de Hume- con su liberalismo económico que corre de la
mano del liberalismo político representado por Locke. Tanto Locke como Smith
defienden un libre mercado con una crítica del sistema de limitación
de propiedad existente en la época que desencadenará las llamadas revoluciones liberales.

Pervive todavía una sociedad estamental en la que la nobleza (cuyo poder está en la
posesión de tierras) comienza a perder posición frente a la burguesía (el comercio y la
industria) e intenta cerrar el paso de la burguesía a los altos cargos y afianzar la
servidumbre del campesinado. Esto último, unido sin duda a otras circunstancias crea un
malestar que culmina con la Revolución Francesa.

Por lo que se refiere al mundo del arte y la cultura, el Barroco se sustituye por
el Clasicismo, movimiento en el que la sencillez, orden y racionalidad se imponen frente a
los excesos del Barroco, que, no obstante, vive su último momento con el Rococó, arte
más recargado todavía que el Barroco. En la música el barroco pervive
con Vivaldi, Albinoni, Bach y Händel, aunque, a mediados del siglo
el clasicismode Mozart y Hydn toman la batuta y, a finales, irrumpe Beethovenque
inicia la transición al Romanticismo.

En la ciencia destaca Newton -algunos lo incluyen dentro de los pensadores empiristas-


que con su teoría de la gravitación explica una serie de fenómenos (movimiento de los
planetas, caída de los graves, trayectoria de proyectiles) que sus predecesores (Kepler,
Galileo) explican por separado. Con él aparece la Mecánica moderna. Otros científicos
eminentes del siglo son Euler en
Matemáticas; Fahrenheit, Celsius, Franklin, Galvani, Volta y Coulomb en
Física; Lavoisier en Química y Linneo o Buffon en Ciencias Naturales.

Filosóficamente el s. XVIII está marcado por dos movimientos fundamentales:


el Empirismo y la Ilustración, siendo Hume el máximo representante tanto del
Empirismo como de la Ilustración Inglesa.

Empirismo (ver apuntes)


La Ilustración es un movimiento intelectual caracterizado, en términos generales, por:

 Confianza absoluta en la razón que puede resolver todos los


conflictos. Esta concepción de la razón tiene su origen en el
racionalismo aunque será precisamente Kant el que le ponga límites.
Es una razón autónoma, laica, universal y limitada.

 En religión se defiende el deísmo que admite la existencia de un ser


supremo, creador del mundo y distinto de él (trascendente) pero que
una vez que ha creado el mundo, no se ocupa de él. El mundo se rige
por leyes físicas y, por lo tanto, tampoco se debe realizar ningún tipo
de culto. Es una religión natural, basada en la razón, que niega lo
sobrenatural. No obstante, algunos son agnósticos (Hume mismo) o
ateos (Diderot).

 Confianza en el progreso indefinido; esto es, la razón nos llevará a


un conocimiento y dominio de la naturaleza cada vez mayor.

 No es absolutamente uniforme en toda Europa. Los países más


destacados son Inglaterra, Francia y Alemania. Cada uno de esos
países tiene una situación histórica y socio-cultural distinta.

o Francia (vive un clima prerrevolucionario) es el país en el que se


desarrolló con más intensidad este movimiento, que tomó el
nombre de las Lumiéres y fue presentada por
los enciclopedistas.Se caracterizó por el desarrollo de la ciencia
histórica, en contra de la tradición, y por la consideración del
hombre culto como alguien menos ocupado de la teología y más
atento a los avances de las ciencias y las letras. Se pensaba que la
cultura debía ser clara y accesible a todo el mundo. Se preocupan
sobre todo por la acción humana.
Destacan Voltaire, D´Alambert, Montesquieu y Rousseau.
Hume mantiene relación con los ilustrados franceses.

o En Inglaterra (clima político más sosegado) se


denominó Enlightenment. Se caracterizó por su defensa de la
libertad política y de la tolerancia religiosa, estando muy influido por
el empirismo de Locke y Hume. No podemos olvidar la figura
de Newton, culminación de la revolución científica que se inicia en
el XVI.
o En Alemania adoptó el nombre de Aufklärung, llegó con cierto
retraso y en unas circunstancias más difíciles que las de los otros
países. Alemania estaba políticamente disgregada en más de
doscientos pequeños Estados. La sociedad era mayoritariamente
feudal, con una clase media débil y un proceso de industrialización
aún balbuceante. Las discusiones teóricas se centraban sobre todo
en la ética, asunto que consideraban previo a cualquier cambio
político. La figura más representativa de la Aufklärung fue Kant.

4. Expón el problema del conocimiento en un autor de una época diferente a la del


autor.

A excepción de Descartes, Rousseau y Kant podéis elegir al que os dé la gana.

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3 comentarios to “TEMA 12. EL EMPIRISMO: DAVID HUME”

1. ZE MANEL Says:
marzo 1, 2013 a las 6:30 pm | Responder

EXCELENTE, PERMITE CONOCER Y APRECIAR CON MUCHA CLARIDAD

EL TEMA DE EMPIRISMO

2. agostinha Says:
febrero 19, 2014 a las 9:40 pm | Responder

me gustado mucho

3. agostinha Says:
febrero 19, 2014 a las 9:42 pm | Responder
Excelente

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