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CAMINANDO HACIA MI

BENDICION

INTRODUCCION

El plan maravilloso de Dios es que nosotros podamos manifestar su Reino


sobre la tierra y poder expandirlo, pero ese plan no puede ser efectuado si
no seguimos el mapa dado por Dios.

Muchas formas, maneras y opciones da el hombre para todo tipo de situación,


queriendo dar la solución a Todo sin darse cuenta que Dios ya Dio la solución,
pues nosotros no hemos visto el camino.

Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta,


ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto
te recompensará en público.
Mateo6:6

Desde un inicio el padre nos da el camino, el ser humano siempre quiere


hacer caminos distintos por donde Dios no le dijo, pues ello trae su caíd--a,
destrucción, pobreza, enfermedad y diversas situaciones.

El orar al Padre es tener la comunión con Él Para nosotros poder decirle que
nos muestre su camino, y ÉL con todo amor está dispuesto a contestarnos y es
más recompensarnos de una manera pública.
Acudir a Dios te recompensa en público. ¿Porque? Porque le pones en primer
lugar a él y no a TI, a Dios y no a tus planes, A tu Padre y no tu familia.

.Pero en esta oportunidad hablaremos de tres puntos esenciales en que como


hijo de Dios podemos caminar hacia una mayor bendición, una mayor Gloria
y sobre todo a una expansión de su Reino.

Ahora bien, Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra, y de


tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré;
y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré
tu nombre y serás una bendición.
Génesis 12:1-2
todo suena tan lindo cuando Dios nos dice te voy a bendecir y prosperar ,
pero muchos nos desilusionamos cuando tenemos que pagar algo por aquella
bendiciones , en este caso Abraham tuvo que pagar tres cosas sumamente
importante:

1. VETE DE TU TIERRA

 (“tu tierra”) que corresponde al marco natural donde vive la persona,


sus propiedades, el paisaje que hasta ahora ha dado sentido a su vida.
 Renunciar a la tierra le convierte en emigrante.
 Cuando Dios te dice vete de tu tierra, es porque algo está andando mal
y no te deja ser bendecido.
 Muchos nos acostumbramos con el vivir de nuestra tierra, sus
costumbres, sus pecados, su idolatría y todo lo malo en ello, servimos
a Dios pero llevamos las costumbres ajenas.
 Deja de ser cosas negativas que hay en tu tierra, sociedad, trabajo, etc.
 Una tierra bendecida, es una tierra apartada y preparada, la
preparación incluye el retiro de toda cosa que no ayudará a que esa
tierra no sea fértil.
Dios te saca de una tierra contaminada a una tierra fértil, pero debes dar paso
de fe y avanzar.

2. VETE PARENTELA

 (“tu familia”) es el lugar del nacimiento, del lugar donde


encuentra solidaridad, de los usos y costumbres que conoce, la
lengua con la que se expresa.

3. VETE DE LA CASA DE TU PADRE

 (“la casa de tu padre”) es el domicilio familiar donde la persona


encuentra su complemento y las razones que dan sentido a su
vida, el lugar donde recibe y da afecto.
 renunciar al domicilio paterno le convierte en huérfano.

La decisión de Abrahán de dejar una posición de estabilidad y de seguridad


no tiene ninguna lógica humana ni por la edad ni por la inseguridad de la
nueva vida que emprende: una vida nómada, sin rumbo fijo, él que era un
propietario importante.
El texto hebreo usa una expresión muy peculiar: “Lej leja”. En español es
traducido como “vete”, pero literalmente se podría leer “vete de ti
mismo”. Es como si Dios le estuviere diciendo que debía irse de todo lo que
le era conocido y familiar hasta ese momento.

¿De qué debe irse?


à de tu tierra
à de tu parentela
à de la casa de tu padre
à de lo que había estado haciendo hasta entonces

Debía desligarse y apartarse de lo que le era familiar hasta ese momento.

Según la tradición judía, el padre de Abram era un hacedor de ídolos, lo cual


concuerda con lo que está escrito en Josué.
(Jos 24:2) Y Josué dijo a todo el pueblo: Así dice el SEÑOR, Dios de Israel: "Al
otro lado del río habitaban antiguamente vuestros padres, es decir, Taré, padre
de Abraham y de Nacor, y servían a otros dioses.

Abram debía dejar atrás la idolatría y todo lo que le era familiar. Eso estaba
claro. Pero, ¿a dónde debía ir? Eso no lo sabía, pues Dios no se lo había
revelado. Todo lo que sabía es que iría al un lugar que el Señor le iba a
mostrar.

Muchas veces el Señor trabaja así con nosotros. Nos pide que demos un paso,
pero no nos revela más que esa tarea. Lo hace para que aprendamos a confiar
en Él, y no en los planes mismos. El resultado de la obediencia es siempre
bendición.

LA PROMESA
Dios le prometió varias cosas a Abram si él obedecía y dejaba todo para
seguirlo a Él (Gen. 12:1-3):

* Haré de ti una nación grande


* Te bendeciré
* Engrandeceré tu nombre
* Serás bendición.
* Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga, maldeciré.
* En ti serán benditas todas las familias de la tierra.

Aunque Dios apartó a Abram y su descendencia de entre todas las familias del
mundo, lo hizo con el propósito de bendecir a todos al final.
Abram no era joven. Ya era anciano. Uno podría pensar que le faltaba poco
para “terminar” su vida. Pero a los ojos de Dios, allí comenzaba su vida. El
Señor le dio cien años más de vida; pero no sólo eso sino un propósito de vida
enorme, que trascendería las generaciones.
Abram dejó todo para comenzar de nuevo. A veces pensamos que es duro
entregar todo por ¿nada? Pero cuando Dios nos pide que le entreguemos
todo, es porque Él nos dará algo mejor.

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