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LOS CANTEROS DE COLINA

RESEÑA HISTÓRICA

El antiguo fundo Los Hornos, ubicado


en el sector nororiente de la Región
Metropolitana, no tenía otra cosa que
admirar, que su increíble belleza
depositada en cada unos de los
cerros Canteros de Colina. En el año
1897 se cuenta que los trabajadores
de la piedra de los faldeos del cerro
San Cristóbal transportaban, en
burros o carretas, las rocas extraídas
desde las canteras de Piedragosa y la
Campana, ubicadas en dicho fundo.

En ese entonces adoquines y soleras


sirvieron de pavimento para las primeras calles del Santiago antiguo y que en la
actualidad sólo algunos sectores de la capital, las mantienen como copia fidedigna
del árduo trabajo de los primeros Canteros de Colina, que culminó con la aparición
del asfalto y el cemento que sirvieron de pavimento para la capital, obligando a
estos sacrificados trabajadores a cambiar de rubro y dedicarse a la solicitada labor
de dar forma y belleza a una pesada piedra en bruto.

Cuantas huellas reposan en las calles de Santiago, cuantas generaciones han


transitado por Alameda Bernardo O’Higgins, Pedro de Valdivia, Vivaceta, Av.
Matta, sin saber el origen de tan noble y sacrificado oficio de los primeros
adoquineros.

Hasta el año 1904 no existía poblado alguno, solo en 1952 Fermín Vergara
Figueroa, primer propietario del antiguo fundo Los Hornos, elaboró un plano
rupestre en el que identificaba con un punto a cada familia que allí vivía. El año
1960 estos imponentes cerros canteros fueron heredados por su hijo, quien
arrendaba un pedazo de tierra a cada hombre que quisiera trabajar en el sector.

De los terrenos del antiguo fundo, la expropiación general de que fue objeto y que
por lógica le pertenece a los canteros que allí habitan, comenzó a gestarse el año
1978, con la mesura de los predios y que se finiquita el año 1983, con la
inscripción de terrenos en el Conservador de Minas. La empresa Hartsen, se hace
propietaria de una parte de los dominios el año 1998 con la firma de un
compromiso de venta e inician la construcción de condominios en los cerros de
Las Canteras, más tarde se estipula la construcción del enlace a la carretera en la
Av. del Valle.

Piedra y piedra y poco a poco las 54


casas originales se transformaron en
los 2.500 habitantes de un pueblo que
es testigo directo de tres generaciones
de canteros que han dedicado su vida
a esculpir y embellecer la dura y
consistente piedra de basalto azul o
gris, o la actual piedra de cantera
canteras más grandes de la zona, llamadas La Campana y El Algarrobo, para
elaborar pindongos un pedazo de piedra de 20 cms. de alto y del largo, que se
utilizaron para hacer el empuntillado de toda la canalización del Río Mapocho.

SABIDURÍA DE CANTERO
Sacar la piedra del cerro y partirla,
conocer la hebra, la contra y la media
de la piedra, arreglar las distintas
herramientas de acero son cualidades
indispensables para ser un buen
cantero, porque éste no es un oficio
fácil, por el contrario, requiere de
mucho sacrificio y esmero, porque no
cualquiera puede serlo. Según el tipo
de cantera solo es necesario adquirir
la especialidad de buscar el mejor
lado del cerro y darle el corte que se
quiere, a eso se le llama volteada y
depende de la inteligencia de cada hombre.

Vivir en las Canteras también es importante para poseer la habilidad de esculpir


cada pedazo de roca que aflora de los cerros.

Este noble y centenario oficio, que generación tras generación se a traspasado de


padres a hijos, se refleja en la inquietud de “los niños canteros de piedra”, que
sienten entre sus pequeñas y frágiles manos la herencia y los dotes de un oficio
que comenzó a gestarse en Colina a fines 1800. Por ello no resulta extraño verlos
cortando o cuadrando pequeños trozos de piedras, para poder algún día, ser un
cantero completo, capaz de sacar, calar e instalar los frutos de un arduo trabajo,
para así convertir un tosco trozo de piedra en bruto de una bella y significativa
escultura.

PUEBLO CENTENARIO

Escondido de la urbe capitalina este poblado plagado de sacrificio y de ricas


tradiciones familiares y con el propósito de proteger la fuente de trabajo de
quienes han vivido siempre en el sector, el Sindicato de Canteros, que acoge a
350 trabajadores, creó un estatuto preventivo para asegurar el derecho de explotar
los recursos únicamente a los nacidos en Las Canteras.

Muchas historias se esconden entre los cerros de un poblado que se ha dedicado


por más de 100 años a vivir de los frutos de las imponentes canteras, que han sido
fieles testigos de tres generaciones de sacrificados trabajadores de la piedra, que
hoy sueñan con ver en un museo los recuerdos plasmados en las fotografías de
las primeras familias del sector, y que Rolando Abarca, quiere dejar como un
legado histórico de un pueblo que vive bajo sus propias tradiciones.

El trabajo de antaño se materializa con la exportación de piedras y adoquines a


Miami que adornan, al igual que en Santiago, lugares tan importantes como la
Plaza de Armas y el Congreso de Valparaíso. Además la construcción de una de
las piletas más grandes que se haya trabajado de una sola roca de 2½ mts. de
diámetro, esculpida por Don Carlos Vergara, que es exhibida en la exposición del
Tradicionalmente, los Canteros de
Colina reciben a sus clientes en la
propia cantera o en sus talleres
domésticos. Allí los potenciales
compradores cotizan directamente
los precios y los trabajos
encargados. Desde hace unos años,
existen contratistas externos que
realizan los encargos de trabajo.

Actualmente, muchos canteros


independientes han buscado otras
formas de comercializar sus
productos, usando la tecnología como
soporte para mostrar sus trabajos. No
obstante, las maneras tradicionales son
las más usadas y siguen dando
resultado.

Los precios varían según la demanda, la


calidad de los materiales y las
características del trabajo solicitado. Los
trabajos de mayor grado de elaboración
tienen una gran variedad de precios,
aunque en general, se mantienen en la
lógica del costo del material, el trabajo
solicitado y la inclusión de otros servicios, como el traslado, la instalación y otros
factores relacionados.
Las piezas más comunes son el adoquín, las soleras, bases para pilares,
columnas, piletas, frontis para casas y piezas decorativas tradicionales para el uso
doméstico y empresarial.
Obras Destacadas
Entre los trabajos más importantes
encargados a Los Canteros de Colina,
se cuentan la remodelación de la
Moneda, la Plaza de la Constitución, la
Catedral de Santiago, la Plaza de
Armas, el edificio del Arzobispado de
Santiago, además de la histórica
pavimentación de las calles de la capital
con adoquines y soleras.

En el año 1982, los Canteros exportaron


miles de adoquines para un paseo
peatonal en la ciudad de Miami y que dio
partida al nuevo repunte de la actividad.
En la actualidad, el uso de la piedra ha tenido un nuevo auge en la construcción y
son innumerables las obras para particulares que realizan cada año.
(Datos obtenidos en reportaje de Cecilia Lincolao para Revista Araucaria, año 2001)

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