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Si no se tratara de una situación de riesgo vital, se harían dos pruebas antes de la transfusión:
Determinación del grupo sanguíneo. Para confirmar el grupo sanguíneo de su hijo, un enfermero o técnico le extraerá
una muestra de sangre desde una vena utilizado una agua estéril. (Exceptuando el breve pinchazo de la aguja, no es
doloroso y sólo dura pocos minutos.) Esta sangre se etiqueta inmediatamente con el nombre de su hijo, su fecha de
nacimiento y su número de historia clínica, y se le coloca un brazalete con la misma información. Después se envía la
sangre al laboratorio del banco de sangre del hospital, donde los técnicos determinarán su grupo sanguíneo.
Prueba de compatibilidad. Una vez se conoce el grupo sanguíneo, se elige una sangre donada compatible. Como
comprobación final, un técnico de laboratorio del banco de sangre mezclará una pequeña muestra de la sangre de su
hijo con una pequeña muestra de la sangre donada para confirmar que son compatibles. Si la sangre se compacta o se
aglutina, significa que no son compatibles. Si la sangre se mezcla homogéneamente, significa que son compatibles.
Seguidamente, la sangre que se considera compatible se etiqueta con el nombre de su hijo y su número de historia
clínica y se lleva al lugar donde recibirá la transfusión.
La mayoría de las transfusiones se hacen en el hospital, a menudo en la cama del paciente, o en un quirófano, sala de
urgencias o unidad de quimioterapia. También se pueden hacer en una clínica ambulatoria o incluso en casa, si fuera
necesario.
Siempre que la transfusión no se lleve a cabo durante una operación, usted podrá estar con su hijo, que estará
despierto. Su hijo puede estar sentado cómodamente en una silla reclinable o acostado en una cama, mientras ve una
película, escucha música o juega tranquilamente; hasta es posible que pueda comer y beber, darse una vuelta e ir al
baño.
En carpeta de 3er semestre pdf que dice sangre
Los granulocitos o células polimorfonucleares: son los neutrófilos, basófilos y eosinófilos; poseen un núcleo
polimorfo y numerosos gránulos en su citoplasma, con tinción diferencial según los tipos celulares.
Basófilos: Poseen un núcleo a menudo cubierto por gránulos de secreción.presentes en sangre entre 0,1 y 1,5 células
por mm³, (0,2-1,2 % de los leucocitos). Segregan sustancias como la heparina, de propiedades anticoagulantes, y
la histamina que contribuyen con el proceso de la inflamación.
Eosinófilos: presentes en la sangre entre 50 y 500 células por mm³ (1-4 % de los leucocitos). Aumentan en
enfermedades producidas por parásitos, en las alergias y en el asma. Su núcleo, característico, posee dos lóbulos
unidos por una fina hebra de cromatina
Neutrófilos, presentes en sangre entre 2.500 y 7.500 células por mm³. Son los más numerosos, ocupando entre un
55 % y un 70 % de los leucocitos. Se encargan de fagocitar sustancias extrañas (bacterias, agentes externos, etc.) que
entran en el organismo. En situaciones de infección o inflamación su número aumenta en la sangre. Su núcleo
característico posee de 3 a 5 lóbulos separados por finas hebras de cromatina, por lo cual antes se los denominaba
"polimorfonucleares" o simplemente "polinucleares", denominación errónea.
Plaquetas o trombocitos
son fragmentos celulares pequeños (2-3 μm de diámetro), ovales y sin núcleo. Se producen en la médula ósea a partir
de la fragmentación del citoplasma de los megacariocitos (forman parte del tejido hematopoyético de la médula
ósea) quedando libres en la circulación sanguínea. Su valor cuantitativo normal se encuentra entre 250.000 y 450.000
plaquetas por mm³ . sirven para taponar las lesiones que pudieran afectar a los vasos sanguíneos. En el proceso
de coagulación(hemostasia), las plaquetas contribuyen a la formación de los coágulos (trombos), así son las
responsables del cierre de las heridas vasculares. (Véase trombosis). Una gota de sangre contiene alrededor de 250.000
plaquetas.
Su función es coagular la sangre, cuando se rompe un vaso circulatorio las plaquetas rodean la herida para disminuir el
tamaño y evitar el sangrado.El fibrinógeno se transforma en unos hilos pegajosos y junto con las plaquetas forman una
red para atrapar a los glóbulos rojos, red que se coagula y forma una costra con lo que se evita la hemorragia. Cuando
se coagula la sangre y se consumen los factores de la coagulación, la fracción fluida que queda se
denomina suero sanguíneo.
Plasma sanguíneo
es la porción líquida de la sangre que forma parte del líquido extracelular representando un 55 % del volumen total de
la sangre. Es salado y de color amarillento traslúcido que además de transportar las células de la sangre, lleva los
nutrientes y las sustancias de desecho recogidas de las células.
El plasma es una mezcla de muchas proteínas
vitales, aminoácidos, glúcidos, lípidos, sales, hormonas, enzimas, anticuerpos, urea, fibrinógeno (para la
coagulación), globulinas (regulan el contenido del agua en la célula, forman anticuerpos), gases en disolución y
sustancias inorgánicas como sodio, potasio, cloruro de calcio, carbonato, bicarbonato, el cobre, el hierro, otros metales
y diversas hormonas.
Los componentes del plasma se forman en el hígado (albúmina y fibrinógeno), las glándulas endocrinas (hormonas), y
otros en el intestino.
3) Que son los derivados de la sangre, de donde se extraen, en que patologías son utilizadas como tratamiento
Hemoderivados
GLÓBULOS ROJOS (ERITROCITOS)
PLAQUETAS (TROMBOCITOS)
PLASMA
FACTORES DE COAGULACIÓN DE LA SANGRE
ANTICUERPOS
GLÓBULOS BLANCOS (LEUCOCITOS)
SUSTITUTOS DE LA SANGRE
Los investigadores han logrado desarrollar sustitutos de la sangre que utilizan ciertas sustancias químicas o soluciones
de hemoglobina especialmente tratada (la proteína que permite a los glóbulos rojos transportar oxígeno), para
transportar y liberar oxígeno en los tejidos. Estas soluciones pueden almacenarse a temperatura ambiente (a menudo
durante varios años, mucho más tiempo del que puede mantenerse la sangre en un banco de sangre) y no es necesario
realizar pruebas cruzadas y de grupo a la persona que las reciben. Estas características las hacen muy adecuadas para
su transporte al sitio donde se ha producido un traumatismo o a un campo de batalla. Sin embargo, los estudios no han
demostrado que ninguno de los sustitutos de la sangre desarrollados hasta ahora salve vidas. Los médicos están
haciendo más investigaciones sobre otros posibles sustitutos de la sangre.
Eritrocitos
Por lo general, los concentrados de eritrocitos (sedimentados) son el hemoderivado de elección para aumentar la Hb.
Las indicaciones dependen del paciente. La capacidad de transporte de oxígeno puede ser adecuada, con
concentraciones de Hb de tan solo 7 g/dL en pacientes sanos, pero puede estar indicada una transfusión con
concentraciones de Hb más altas en aquellos con disminución de la reserva cardiopulmonar o hemorragia activa. Una
unidad de eritrocitos aumenta la Hb de un adulto promedio en alrededor de 1 g/dL (y el Hto en alrededor del 3%) por
encima de su valor pretransfusión. Cuando sólo se requiere expansión de volumen, pueden utilizarse otros líquidos en
forma concurrente o independiente. En pacientes con multiples anticuerpos contra grupo sanguíneo o con anticuerpos
contra antígenos eritrocíticos muy frecuentes, se utilizan eritrocitos congelados poco habituales.
Los eritrocitos lavados carecen de casi todo vestigio de plasma, de la mayoría de los leucocitos y de plaquetas. Por lo
general, se administran a pacientes que presentan reacciones graves al plasma (p. ej., alergias graves, hemoglobinuria
paroxística nocturna, inmunización IgA). En pacientes inmunizados contra IgA, puede ser preferible transfundir
sangre obtenida de donantes con deficiencia de IgA.
Los eritrocitos con depleción de leucocitos se preparan con filtros especiales que eliminan ≥ 99,99% de los
leucocitos. Están indicados en pacientes que han presentado reacciones transfusionales febriles no hemolíticas,
recibido exanguinotransfusiones, pacientes que requieren sangre citomegalovirus-negativa cuando no se dispone de
ella y, posiblemente, en la prevención de aloinmunización HLA para ayudar a evitar la refractariedad a la transfusión
plaquetaria (no se puede alcanzar el nivel objetivo de plaquetas en sangre después de la transfusión de plaquetas).
Plasma fresco congelado
El plasma fresco congelado (PFC) es una fuente no concentrada de todos los factores de coagulación, sin plaquetas.
Las indicaciones son la corrección de una hemorragia secundaria a deficiencias de factores para las que no hay
reemplazo de factores específicos, los estados de deficiencia de múltiples factores (p. ej., transfusión
masiva, coagulación intravascular diseminada [CID], insuficiencia hepática) y la reversión urgente de los efectos de la
warfarina, aunque el concentrado de complejo protrombínico es la primera elección si es factible. El PFC puede
suplementar los eritrocitos cuando no se dispone de sangre entera para la exanguinotransfusión neonatal. El plasma
fresco congelado (PFC) no debe usarse simplemente para la expansión del volumen o la corrección de una
coagulopatía leve a moderada antes de los procedimientos quirúrgicos.
Crioprecipitado
El crioprecipitado es un concentrado preparado a partir del plasma fresco congelado. Cada concentrado suele contener
alrededor de 80 unidades de factor VIII y de factor de Von Willebrand, y alrededor de 250 mg de fibrinógeno.
También contiene ADAMTS13 (una enzima que es deficiente en la púrpura trombocitopénica trombótica congénita),
fibronectina y factor XIII. Si bien se usó originalmente para la hemofilia y la enfermedad de von Willebrand, en la
actualidad el crioprecipitado se utiliza como fuente de fibrinógeno en la CID aguda con hemorragia, el tratamiento de
la hemorragia urémica, la cirugía cardiotorácica (adhesivo de fibrina), las complicaciones obstétricas
como desprendimiento prematuro de placenta y síndrome HELLP (hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y bajo
recuento de plaquetas) y la rara deficiencia de factor XIII cuando no está disponible el concentrado de factor de la
coagulación humana XIII. Por lo general, no debe ser usado para otras indicaciones.
Leucocitos
Pueden transfundirse granulocitos cuando aparece una sepsis en un paciente con intensa neutropenia persistente
(neutrófilos 500/μL) que no responde a antibióticos. Los granulocitos deben administrarse dentro de las 24 horas de
obtenidos; sin embargo, pueden no haberse completado los estudios de HIV, hepatitis, virus linfótropo de linfocitos T
humano y sífilis antes de la infusión. Debido a la mejor antibioticoterapia y a los fármacos que estimulan la
producción de granulocitos durante la quimioterapia, pocas veces se utilizan granulocitos.
Inmunoglobulinas
La inmnoglobulina anti-Rh (RhIg), administrada por vía IM o IV, previene la aparición de anticuerpos anti-Rh
maternos que pueden deberse a una hemorragia fetomaterna. Debe administrarse la dosis estándar de RhIg
intramuscular (300 mcg) a una madre Rh-negativa inmediatamente después de un aborto o un parto (recién nacido
vivo o muerto), a menos que el recién nacido sea Rh0(D) y Du negativo o que el suero de la madre ya contenga
anticuerpos anti-Rh0(D). Si la hemorragia fetomaterna es > 30 mL, se requiere una dosis más alta. Si se sospecha una
hemorragia de este volumen, la investigación del volumen de la hemorragia fetomaterna comienza con una prueba de
detección sistemática de rosetas que, si es positiva, es seguida de una prueba cuantitativa (p. ej., prueba de Kleihauer-
Betke). También se usa Rhlg para tratar la trombocitopenia inmune (ITP), en cuyo caso se administra IV.
Hay otras inmunoglobulinas destinadas a la profilaxis posexposición para pacientes expuestos a una serie de
enfermedades infecciosas, como citomegalovirus, hepatitis A y B, sarampión, rabia, virus sincitial respiratorio,
rubéola, tétanos, viruela y varicela (véase la enfermedad específica para el uso).
Plaquetas
Se utilizan concentrados de plaquetas
Para prevenir el sangrado en la trombocitopenia grave asintomática (recuento de plaquetas < 10.000/μL
Para pacientes con sangrado y trombocitopenia menos grave (recuento de plaquetas < 50.000/μL)
Para pacientes con sangrado y disfunción plaquetaria debida a fármacos antiplaquetarios pero con recuento
normal de plaquetas
Para pacientes que reciben transfusión masiva que causa trombocitopenia dilucional
Los concentrados de plaquetas también se utilizan a veces antes de la cirugía invasiva, particularmente con circulación
extracorpórea durante > 2 hs (que a menudo vuelve a las plaquetas disfuncionales). Una unidad de concentrado de
plaquetas aumenta el recuento de plaquetas en alrededor de 10.000/μL, y se alcanza hemostasia adecuada con un
recuento de plaquetas de aproximadamente 10.000/μL en un paciente sin complicaciones y de aproximadamente
50.000/μL en aquellos sometidos a cirugia. Por lo tanto, los concentrados de plaquetas derivados de un conjunto de 4 a
5 unidades de sangre total se usan comúnmente en adultos.
Cada vez es más frecuente preparar los concentrados de plaquetas mediante dispositivos automatizados que recogen
las plaquetas (u otras células) y devuelven los componentes innecesarios (p. ej., eritrocitos, plasma) al donante. Este
procedimiento, denominado citaféresis, aporta suficientes plaquetas a partir de una sola donación (equivalente a 4 a 5
unidades de plaquetas de sangre entera) para transfundir a un adulto, y como minimiza los riesgos infeccioso e
inmunógeno, se prefiere a las transfusiones de donantes múltiples en ciertas enfermedades.
Algunos pacientes pueden no responder a las transfusiones de plaquetas (denominado refractariedad), posiblemente
debido a secuestro esplénico, consumo de plaquetas debido a coagulación intravascular diseminada o destrucción
debida a aloinmunización contra HLA o a antígenos específicos de las plaquetas (y destrucción inmunomediada). Si
los pacientes son refractarios a la transfusión, se realizarán las pruebas de aloinmunización si es posible. Los pacientes
con destrucción inmunomediada pueden responder a plaquetas concentradas de sangre entera (debido a la mayor
probabilidad de que algunas unidades sean HLA-compatibles), a plaquetas de familiares o a plaquetas AB0- o HLA-
compatibles. La aloinmunización HLA puede reducirse transfundiendo eritrocitos con depleción de leucocitos y
concentrados de plaquetas con depleción de leucocitos.
Otros productos
Los hemoderivados irradiados se utilizan para prevenir la enfermedad de injerto contra huésped en pacientes en
riesgo. Se han realizado muchos intentos por desarrollar sustitutos de la sangre que utilizan sustancias químicas inertes
(p. ej., perfluorocarbonos) o soluciones de Hb para transportar y liberar oxígeno en los tejidos. Aunque estos sustitutos
de la Hb tenían una capacidad promisoria de entregar oxígeno a los tejidos durante una emergencia, varios ensayos
clínicos han fracasado debido al aumento de la mortalidad y las toxicidades cardiovasculares adversas graves (p. ej.,
hipotensión). Actualmente, están en marcha intentos para regenerar los eritrocitos y las plaquetas procedentes de
diversas fuentes de células madre.
Las células progenitoras hematopoyéticas (células madre) de donantes autólogos o alogénicos pueden transfundirse
para reconstituir la función hematopoyética (en particular, la función inmunitaria) en pacientes sometidos a
tratamiento mieloablativo o mielotóxico (ver Trasplante de células madre hematopoyéticas).
Carpeta de 3er semestre guía de uso clínico de sangre y hemoderivados, no encontré lo de las patologías
CONTROL DE ENFERMEDADES MEDIANTE LA PURIFICACIÓN DE LA SANGRE
En la aféresis se extrae la sangre de una persona y, una vez eliminados de forma selectiva líquidos, sustancias,
glóbulos o plaquetas, o reducida su cantidad, se devuelve al organismo.
Algunas veces se utiliza este sistema para obtener los glóbulos sanguíneos o las plaquetas que se necesitan de un
donante (por ejemplo, en una aféresis de células madre, una aféresis de granulocitos o una plaquetoféresis).
Este proceso se utiliza también para purificar la sangre mediante la eliminación de sustancias nocivas del plasma o la
eliminación del exceso de glóbulos sanguíneos o plaquetas en personas que padecen enfermedades graves que no
responden a otros tratamientos. Para que la aféresis produzca realmente la depuración de la sangre, tiene que eliminar
las sustancias o los glóbulos sanguíneos no deseados a una velocidad superior a la de su producción por el organismo.
Los dos tipos más frecuentes de aféresis que se utilizan para purificar la sangre son la plasmaféresis y la citaféresis.
En la plasmaféresis se extrae la sangre de la persona y se separa el plasma de las células sanguíneas y las plaquetas.
El plasma se desecha y las células de la sangre y las plaquetas se devuelven a la persona junto con un fluido de
sustitución del plasma, como la albúmina. El intercambio de plasma se utiliza para tratar trastornos como la esclerosis
múltiple, la miastenia grave y el síndrome de Guillain-Barré (trastornos neurológicos que causan debilidad muscular),
el síndrome de Goodpasture (trastorno autoinmunitario relacionado con hemorragia pulmonar e insuficiencia renal), la
crioglobulinemia (formación de un tipo anormal de anticuerpos) y la púrpura trombocitopénica trombótica (un
trastorno de la coagulación poco frecuente).
La citaféresis se utiliza para extraer algunos glóbulos sanguíneos cuando su número es excesivo. La citaféresis puede
indicarse como tratamiento de la policitemia (exceso de glóbulos rojos), ciertos tipos de leucemia (un tipo de cáncer
en el cual existe un exceso de glóbulos blancos) y la trombocitemia (exceso de plaquetas).
En el intercambio de glóbulos rojos los glóbulos rojos se eliminan mediante aféresis y luego son reemplazados por
glóbulos rojos del donante. El intercambio de glóbulos rojos se utiliza para tratar o a veces para prevenir
complicaciones graves de la enfermedad de células falciformes, como un accidente cerebrovascular.
La aféresis solo se repite cuando es necesario, ya que el intercambio brusco de líquidos que se produce a través de los
vasos sanguíneos y los tejidos al extraer y reintegrar la sangre puede causar complicaciones en las personas enfermas.
La aféresis contribuye al control de algunas enfermedades, pero no suele conseguir su curación. Sin embargo, la
púrpura trombocitopénica trombótica puede curarse con aféresis.
DONACIÓN:La donación de PLAQUETAS por aféresis dura unos 5 minutos y unos 25a de GLOBULOS ROJOS.
La venopunción es igual a la de la donación convencional. El personal sanitario emplea MATERIAL ESTÉRIL y de
un solo uso. Durante la donación, es imposible contraer enfermedades infecto- contagiosas.
Después de haber realizado la donación, se envía de modo confidencial al domicilio del donante un carné que acredita
su condición de donante de sangre junto con ls resultados de los ANÁLISIS realizados: pruebas de hematología, de
bioquímica y de serología para el conocimiento de su buen estado de salud.
SOBRE LA SANGRELa sangre no se emplea tal y como se le extrae al donante. Cada bolsa de sangre donada se
somete a un proceso de separación en el que se obtienen tres componentes sanguíneos (glóbulos rojos, plasma y
plaquetas). Normalmente cada enfermo requiere sólo uno de ellos.
GLÓBULOS ROJOS
Se necesitan en intervenciones quirúrgicas, trasplantes de órganos, hemorragias debidas a accidentes,… Duran hasta
42 días.
PLASMA
Contiene proteínas para el tratamiento de grandes quemados , enfermedades crónicas, infecciosas,...Se conserva hasta
dos años.
PLAQUETAS
Se necesitan en el tratamiento de enfermos con cáncer o leucemia, nos trasplantes de medula ósea,…Tan sólo duran
7días.
UNA DONACIÓN puede beneficiar a más de un enfermo ya que los tres componentes sanguíneos suelen utilizarse
por separado
Tan sólo
7 de cada 100 donantes poseen el grupo sanguíneo CERO NEGATIVO conocidocomo DONANTE UNIVERSAL, f
recuentemente utilizado en las urgencias, por lo que estamos desarrollando campañas informativas para concienciar a
este grupo especial de donantes.
En una intervención quirúrgica pueden necesitarse dos bolsas de glóbulos rojos, pero en algunos accidentes de tráfico
y en los trasplantes de hígado se llega a utilizar la sangre que donan 40 personas y a veces más.
La AFÉRESIS no debilita el organismo y se puede intercalar con donaciones convencionales cumpliendo los plazos
establecidos por la ley. Todo el proceso se realiza bajo supervisión médica y por persoal sanitario especializado.
PLAQUETOAFÉRESIS
Las plaquetas son células sanguíneas necesarias para evitar hemorragias. El cuerpo humano posee entre 150.000 y
400.000 plaquetas por mm3 de sangre. En las leucemias, cáncer, enfermos que reciben quimioterapia y/o radioterapia,
trasplantes de hígado o de médula ósea,... la cifra de plaquetas baja de 5.000 por mm3, por lo que necesitan la
transfusión de plaquetas varias veces al día para recuperar una cifra óptima.
Para pode donar plaquetas por AFÉRESIS, es necesario tener más de 150.000 plaquetas por mm3. El proceso dura
cerca de una hora y se obtienen 12ml de plaquetas, cantidad que equivale a las plaquetas obtenidas en 5donaciones
convencionales con la ventaja adicional de que las plaquetas de AFÉRESIS, al ser de donante único, garantiza una
mejor calidad transfusional. Tras la plaquetoaféresis, el donante queda con cifras SEGURAS de plaquetas (solo dona o
15% de las que posee) y a las 48 horas recupera las cifras iniciales. Al donar un solo elemento de la sangre, la
PLAQUETOAFÉRESIS se puede realizar con mayor frecuencia que la donación convencional.
UNA DONACIÓN DE PLAQUETAS MEDIANTE AFÉRESIS EQUIVALE A LA MISMA CANTIDAD QUE SE
OBTIENE EN DONACIONES CONVENCIONALES.
PLAQUETOPLASMAFÉRESIS
Otra posibilidad de donación mediante AFÉRESIS é a PLAQUETOPLASMAFÉRESIS, que dura cerca de una hora y
se obtienen 300 ml de plasma y 120 ml de plaquetas. El plasma se recupera durante la donación y las plaquetas a las
48 horas. Es necesario recordar una vez más que el donante siempre queda con cifras SEGURAS de plaquetas. Este
tipo de donación se puede realizar con mayor frecuencia que la donación convencional.
Los grupos sanguíneos más demandados en el programa de ERITROAFÉRESIS son el A negativo y el Cero
Negativo. Sólo 7 de cada 100 personas poseen este grupo que suele utilizarse en las urgencias
CITAFÉRESIS
Esta forma de donación mediante AFÉRESIS permite la obtención de una pequeña cantidad de los tres componentes
sanguíneos en un mismo proceso y por separado. La CITAFÉRESIS evita tener que someter la bolsa de sangre donada
al proceso de fraccionamiento de sus componentes y en este proceso se obtiene una mayor cantidad de plaquetas que
en una donación convencional. La frecuencia de la donación mediante CITAFÉRESIS es la misma que en una
donación convencional: cuatro veces al año los hombres y tres las mujeres.
5) Con que elementos se conserva la sangre o los componentes sanguíneos
¿Cómo se conserva la sangre?
Cuando la sangre aportada por los donantes va a almacenarse en su totalidad, se preserva a una temperatura de
entre 2 ºC y 6 º C durante aproximadamente un mes. Pero hoy lo normal es aislar los distintos componentes
sanguíneos –glóbulos rojos, plasma, plaquetas–; solo hace falta la sangre completa en las transfusiones
masivas.
En el caso de los glóbulos rojos o eritrocitos, estos se extraen mediante un proceso de centrifugación llamado
eritroféresis.
Son usados en las anemias resistentes a la medicación convencional, así como para reponer los hematíes
perdidos tras un accidente, una operación o un parto. Congelados a -80 ºC, pueden reaprovecharse incluso
años después de su extracción.
Mediante la plasmaféresis se obtiene el plasma, la fracción líquida y acelular del líquido rojo que dura hasta
un año a una temperatura constante de -30 ºC. Se reserva para trasfundir a los pacientes en cirugías cardiacas
si hay que revertir terapias anticoagulantes o en los tratamientos de hemofílicos, ya que una aportación de ese
fluido puede salvarles de una hemorragia fatal.
Por último, la citaféresis provee a los bancos de sangre de plaquetas, vitales para los enfermos de leucemia, por
ejemplo. La vida de estos fragmentos sanguíneos es la más efímera: su fecha de caducidad expira pasados cinco días
fuera del cuerpo del donante, y se mantienen a 22 ºC.
1 2 3
O O
A A O
B B O
AB AB O AoB
Grupo Receptor
10) Que es un tipaje, cuantos tipos de sangre son, que es factor RH y cuantos existen
TipajeSanguineo
miércoles, 25 de mayo de 2016
La sangre tiene propiedades antigénicas distintas en cada individuo al igual que propiedades inmunitarias
diferentes, estas diferencias permitieron el descubrimiento de varios sistemas de grupos sanguíneos. Dos antígenos
(tipo A y tipo B) aparecen en las superficies de los eritrocitos en una gran proporción de los seres humanos; son estos
antígenos (llamados también aglutinógenos porque aglutinan a menudo los eritrocitos) los que causan la mayoría de
las reacciones transfusionales sanguíneas.
Cabe señalar que Landsteiner, médico patólogo que trabajó en Viena, descubrió en 1901 el primer grupo
sanguíneo, que fue el ABO. El sistema de grupos sanguíneos ABO tiene importancia en las transfusiones sanguíneas,
obstetricia, neonatología y en medicina legal; además los antígenos eritrocitarios se utilizan como marcadores
genéticos en estudios poblacionales, familiar y de clasificación fenotípica. El estudio de los grupos sanguíneos tiene
gran interés para los investigadores de múltiples disciplinas, además que sus aplicaciones están inmiscuidas en la
práctica médica por su importancia clínica. El conocimiento del tipo de grupo sanguíneo es indispensable, por la
susceptibilidad que tiene cada individuo de sufrir accidentes en el diario vivir, lo que conlleva a la necesidad de
recibir transfusiones sanguíneas.
El sistema Rh representa un papel importante en obstetricia, las madres Rh negativas al ser sensibilizadas
por antígenos eritrocitarios de un producto 1 Rh positivo, producirán anticuerpos Anti-Rh que al cruzar la barrera
placentaria pueden producir hemólisis de eritrocitos fetales, causando la enfermedad hemolítica del recién nacido.
Las transfusiones de sangre y de sus componentes constituyen el tratamiento más utilizado para corregir las pérdidas
de sangre agudas y las anemias crónicas.
SISTEMA ABO
El sistema ABO fue el primer grupo sanguíneo descubierto. Landsteiner en 1901 descubrió que los glóbulos
rojos pueden clasificarse en A, B y O, de acuerdo a la presencia o ausencia de antígenos reactivos en la superficie de
los glóbulos rojos.
El estudio de los grupos sanguíneos tiene gran interés para los investigadores de múltiples disciplinas,
además que sus aplicaciones están inmiscuidas en la práctica médica por su importancia clínica. El conocimiento del
tipo de grupo sanguíneo es indispensable, por la susceptibilidad que tiene cada individuo de sufrir accidentes en el
diario vivir, lo que conlleva a la necesidad de recibir transfusiones sanguíneas, trasplante de tejidos y enfermedad
hemolítica del recién nacido .La compatibilidad de grupo ABO es esencial en toda prueba serológica
GRUPO SANGUINEO
Según Grispan (1983) define al grupo sanguíneo como una clasificación de la sangre de acuerdo con las
características presentes o no en la superficie de los glóbulos rojos y en el suero de la sangre. Las dos clasificaciones
más importantes para describir grupos sanguíneos en humanos son los antígenos del sistema ABO y el factor Rh.
Es necesario conocer y entender bien los principios básicos de la inmunología en lo que respecta a la
reacción antígeno anticuerpo si se quiere entender la inmunología de los grupos sanguíneos.
Por un aparte los grupos sanguíneos son antígenos y pueden conducir a la producción de anticuerpos
específicos si son inoculados en forma de sangre en una persona distinta. Algunos anticuerpos existen
fisiológicamente cuando la persona carece del antígeno correspondiente (Anticuerpos naturales.)
En la especie humana, los grupos sanguíneos son cuatro, y se denominan con las letras A, B, O y AB.
Sangre grupo A: posee agluti nógenos A en la membrana plasmática de los glóbulos rojos y aglutininas anti
B, es decir contra el aglutinógeno B en el plasma sanguíneo.
Sangre de grupo B: tiene aglutinógenos B en los eritrocitos y aglutininas anti A (contra el aglutinógeno A) en
el plasma sanguíneo.
Sangre de grupo O: carece de aglutinógenos en la superficie de sus eritrocitos. En el plasma contiene dos
tipos de aglutininas, las anti A y las anti B, o sea contra ambos tipos de aglutinógenos. Sangre del grupo AB: posee
los dos aglutinógenos A y B en las membranas plasmáticas de los glóbulos rojos, y no tiene aglutininas plasmáticas.
Esta clasificación deja en claro que los grupos sanguíneos se establecen de acuerdo a la presencia o no de
aglutinógenos y aglutininas. Estas dos sustancias, son moléculas de proteínas. Los individuos cuya sangre es del
grupo A (proteína de membrana A) producen anticuerpos contra la proteína B de membrana. Los del grupo B
elaboran aglutininas contra la proteína A. Aquellas personas que poseen el grupo AB (aglutinógenos A y B en sus
eritrocitos) no producen anticuerpos contra las proteínas A y B. Por último, los representantes del grupo O elaboran
anticuerpos contra las proteínas A y B. La distribución mundial de los grupos sanguíneos indica que el grupo O es el
más numeroso, mientras que el AB obtiene el menor porcentaje. Naturaleza de los antígenos A y B.
Martin (2010) define el factor Rh como una proteína integral de la membrana de los glóbulos rojos. Son Rh positivas
aquellas personas que presentan dicha proteína en sus eritrocitos y Rh negativa quienes no presentan la proteína. Un
85% de la población tiene en esa proteína una estructura dominante, que corresponde a una determinada secuencia
de aminoácidos que en lenguaje común son denominados habitualmente RH+.
Tener Rh –(negativo) significa que se tie ne la misma proteína pero con modificaciones en ciertos aminoácidos que
determinan diferencias significativas en la superficie de los glóbulos rojos, y hacen a los humanos Rh- disponer de
anticuerpos (aglutininas) en el plasma que reaccionan contra los glóbulos rojos Rh+ ( positivo).
Publicado por Eberson chirinos arroyo en 9:04
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martes, 24 de mayo de 2016
DETERMINACION DEL GRUPO SANGUINEO Y FACTOR RH
SE LLEVA ACABO A TRAVES DE UNA SERIE DE ELEMENTOS Y PASOS:
MATERIALES A UTILIZAR
Algodon
Alcohol
Porta objeto
Lancetas
Reactivos
Aplicadores de madera
PROCEDIMIENTO
4 Analisis de resultados.
Grupo sanguíneo
Ir a la navegaciónIr a la búsqueda
«B+» redirige aquí. Para el concepto de ciencias de la computación, véase Árbol B+.
Para otros usos de A+, véase A+.
El tipo de sangre es determinado, en parte, por los antígenos de los grupos sanguíneos A, B, O, presentes en los
glóbulos rojos.
Un grupo sanguíneo es una clasificación de la sangre de acuerdo con las características presentes en la superficie de
los glóbulos rojos y en el suerode la sangre. Las dos clasificaciones más importantes para describir grupos sanguíneos
en humanos son los antígenos (el sistema AB0) y el factor Rh. El sistema ABO fue descubierto por Karl
Landsteiner en 1901, y fue el primer sistema de grupo sanguíneo conocido; su nombre proviene de los tres tipos de
grupos que se identifican: los de antígeno A, de antígeno B, y 0 (cero) sin antígenos.
Las transfusiones de sangre entre grupos incompatibles pueden provocar una reacción inmunológica que puede
desembocar en hemólisis, anemia, fallo renal, choque circulatorio y muerte.
Archivo:Determinación de grupo sanguíneo AB++ y B+.png
Determinación de grupo sanguíneo AB+ y B+ utilizando sueros con anticuerpos monoclonales para antígenos A, B,
AB y Rh. Ver principio de hemaglutinación.
El científico austriaco Karl Landsteiner recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1930 por sus trabajos en
la caracterización de los tipos sanguíneos ABO. Aparte de los grupos mayoritarios, hay otros 32 muchísimo más
escasos.1
Índice
1Importancia
2Características del sistema ABO
o 2.1Herencia del tipo ABO
3Características del factor Rh
4Herencia del factor Rh
5Compatibilidad
6Frecuencia
7Historia evolutiva
8Sistemas de grupos sanguíneos inmunológicos
9Referencias
10Enlaces externos
Importancia[editar]
Cada individuo posee un conjunto diferente de antígenos eritrocitarios, y por su número ―existen al día de hoy
32 sistemas antigénicos conocidos, más algunos antígenos diferenciados que aún no han sido atribuidos a ningún
sistema específico― es difícil encontrar dos individuos con la misma composición antigénica. De ahí la posibilidad de
la presencia, en el suero, de anticuerpos específicos (dirigidos contra los antígenos que cada individuo no posee), lo
que resulta en aglutinación o hemólisis cuando ocurre una transfusión incompatible. Diferentes sistemas antigénicos se
caracterizan por inducir a la formación de anticuerpos en intensidades diferentes; por lo que algunos son más comunes
y otros, más raros.
Los sistemas antigénicos considerados más importantes son el sistema ABO y el sistema Rh. Estos son los sistemas
comúnmente relacionados a las temidas reacciones de transfusiones hemolíticas. Reacciones contra antígenos
eritrocitarios también pueden causar la enfermedad hemolítica del recién nacido, causada por el factor Rh+ del padre y
del bebé y el Rh– de la madre (DHRN) cuya causa generalmente se asocia a diferencias antigénicas relacionadas al
sistema Rh.
La determinación de los grupos sanguíneos tiene importancia en varias especialidades y disciplinas:
En hemoterapia, se vuelve necesario estudiar al menos alguno de estos sistemas en cada individuo para
garantizar el éxito de las transfusiones. Así, antes de toda transfusión, es necesario determinar, al menos el
tipo AB0 y Rh del donador y del receptor.
En ginecología/obstetricia, se puede diagnosticar la enfermedad hemolítica del recién nacido a través de su
estudio, adoptándose medidas preventivas y curativas.
En antropología, se pueden estudiar diversas poblaciones y sus interrelaciones evolutivas, a través del análisis
de la distribución poblacional de los diversos antígenos, determinando su predominancia en cada etnia y
haciéndose comparaciones.
Características del sistema ABO[editar]
Las personas con sangre del tipo A: sus glóbulos rojos expresan antígenos de tipo A en su superficie y
anticuerpos contra los antígenos B en el plasma.
Las personas con sangre del tipo B: sus glóbulos rojos con antígenos de tipo B en su superficie y anticuerpos
contra los antígenos A en el plasma.
Las personas con sangre del tipo 0: no tienen dichos antígenos (A o B) en la superficie de sus glóbulos rojos,
pero tienen anticuerpos contra ambos tipos.
Las personas con sangre del tipo AB: teniendo ambos antígenos en la superficie de sus glóbulos rojos no
fabrican anticuerpo alguno contra el antígeno A o B.
Esta clasificación internacional, debida a Landsteiner, ha reemplazado a la de Moss, en la cual el grupo 1 corresponde
al grupo AB de la precedente, el grupo 2 al grupo A, el grupo 3 al grupo B, y el grupo 4 al grupo 0. Estos cuatro
grupos sanguíneos constituyen el sistema AB0.
A causa de estas combinaciones, el tipo 0 puede transfundir a cualquier persona con cualquier tipo y el tipo AB puede
recibir de cualquier tipo AB0.
La denominación «O» y/o «cero» es confusa, y ambas están muy extendidas. El austriaco Karl Landsteiner designó los
grupos sanguíneos a principios del siglo XX.
Algunas fuentes indican que O podría deberse a la preposición ohne, que es ‘sin’ en alemán (sin antígeno). Sin
embargo allí se dice NullBlutgruppe, y casi nunca la alternativa O Blutgruppe. En alemán «O» se dice /o/ y 0 (cero) se
dice Null. En inglés «O» se lee /ou/ y a veces el cero también se lee /ou/ (por ejemplo en un número de teléfono, o en
una fecha). Sistema ABO y O blood-group es de uso mayoritario en inglés. Otros idiomas de Europa mantienen la
designación «null», en sus variantes zero, cero, nula, etc. En Centroamérica y el Caribe es más común «O positivo»,
evitando la similitud «cero positivo» con el término «seropositivo» ―se llama seropositivo al individuo que presenta
en sangre anticuerpos que, cuando se le somete a la prueba diagnóstica apropiada, prueban la presencia de un
determinado agente infeccioso― que mucha gente relaciona con el retrovirus VIH, causante del sida (síndrome de
inmunodeficiencia adquirida).
Herencia del tipo ABO[editar]
Para tener una visión más amplia de como se produce la herencia genética se puede ver el artículo Gregor Mendel.
Son controlados por un solo gen con tres alelos: 0 (sin, por no poseer los antígenos del grupo A ni del grupo B), A, y
B.
El alelo A da tipos A, el B tipos B y el alelo 0 tipos 0, siendo A y B alelos dominantes sobre 0. Así, las personas que
heredan dos alelos 00 tienen tipo O; AA o A0 dan lugar a tipos A; y BB o B0 dan lugar a tipos B. Las personas AB
tienen ambos genotipos debido a que la relación entre los alelos A y B es de codominancia. Por tanto, es imposible
para un progenitor AB el tener un hijo con tipo 0, a excepción de que se de un fenómeno poco común conocido como
el 'fenotipo Bombay' o diversas formas de mutación genética relativamente extrañas.
Los alelos A y B son dominantes sobre el alelo 0, lo que se llama codominancia.2
Características del factor Rh[editar]
El sistema Rh es el segundo sistema de grupos sanguíneos en la transfusión de sangre humana con 50 antígenos
actualmente. En 1940, el Dr. Landsteiner descubrió otro grupo de antígenos que se denominaron
factores Rhesus(factores Rh), porque fueron descubiertos durante unos experimentos con monos Rhesus (Macaca
mulatta). Las personas con factores Rhesus en su sangre se clasifican como "Rh positivas", mientras que aquellas sin
los factores se clasifican como "Rh negativas". Es común para los individuos D-negativos no tener ningún anticuerpo
anti-D IgG (inmunoglobulina-G) o IgM, ya que los anticuerpos anti-D no son normalmente producidos por
sensibilización contra sustancias ambientales. Las personas Rh negativas forman anticuerpos contra el factor Rh, si
están expuestas a sangre Rh positiva.
La prueba de Coombs cruzado se realiza para determinar la compatibilidad entre la sangre del donante y el receptor a
transfundir.
Herencia del factor Rh[editar]
Los antígenos del sistema Rh son de naturaleza proteica. El antígeno D posee la mayor capacidad antigénica.
Los genes responsables de este sistema se localizan en el cromosoma 1. Existen tres teorías sobre el control genético:
Teoría de Fisher: Tres genes C, D, E (presentan antígeno D aquellas combinaciones que contengan el alelo D
como por ejemplo cDe).
Teoría de Wiener: En determinados casos se expresa un antígeno D débil Du (rh-) como consecuencia de:
La represión del gen D por un gen C en posición trans (cromosoma opuesto).
La existencia de un alelo Du.
La formación de un antígeno D incompleto.
Teoría de Tippet (1986): Tippet emite la teoría de la existencia de dos genes RHD y RHCD, que son
secuenciados en 1990 por Colin y colaboradores.
La enfermedad del Rh es provocada por una madre Rh– que concibe un hijo Rh+. Los anticuerpos de la sangre
materna destruyen los Rh+ del bebé. Si la madre piensa tener un segundo hijo debe aplicarse una vacuna que elimina
los anti-Rh, llamada la gammaglobulina. Ésta debe aplicarse en las 72 horas posteriores al primer parto, ya que si se
tiene un segundo bebé con Rh+ la madre producirá anti-Rh en exceso que destruirá la sangre del hijo, produciendo una
enfermedad llamada eritroblastosis fetal (anemia severa), si es que el hijo nace, ya que la producción en exceso de los
anti-Rh puede causar la muerte del hijo intrauterinamente.
Los grupos sanguíneos Rh (descubierto por Landsteiner y Wiener en 1940) tiene un interés clínico similar a los grupos
ABO dada su relación con la enfermedad hemolítica del recién nacido (EHRN) y su importancia en la transfusión.
Compatibilidad[editar]
Este artículo o sección necesita referencias que aparezcan en una publicación acreditada.
Este aviso fue puesto el 9 de diciembre de 2011.
Los donantes de sangre y los receptores deben tener grupos compatibles. El grupo 0- es compatible con todos, por lo
que quien tiene dicho grupo se dice que es un donante universal. Por otro lado, una persona cuyo grupo sea AB+,
podrá recibir sangre de cualquier grupo, y se dice que es un receptor universal. Por ejemplo, una persona de grupo A–
podrá recibir sangre 0– o A– y donar a AB+, AB–, A+ o A–.3 Cabe mencionar que al recibirse la sangre de un
donante, ésta se separa en distintos hemocomponentes y ahí se determina la compatibilidad con los debidos grupos
sanguíneos. Actualmente ya casi no se realizan transfusiones de sangre entera, si así fuera no debemos utilizar el
término "donante o receptor universal" ya que debemos tener en cuenta que la sangre entera está compuesta
principalmente por glóbulos rojos (con sus antígenos) y por plasma (con sus anticuerpos). De ese modo, si se
transfundiera a una persona de grupo A la sangre de un supuesto dador universal de grupo 0-, estaría ingresando
anticuerpos anti A del donante que es grupo 0, (que como se mencionó, tiene anticuerpos anti-A y anti-B) a la persona
a la que se le transfunde, provocando una incompatibilidad AB0 que podría provocar incluso la muerte.[cita requerida]
Como se aclaró, la sangre se separa en distintos hemocomponentes, los glóbulos rojos, plasma, y plaquetas. De esta
manera, se pueden transfundir los glóbulos rojos de un donante 0 a cualquier grupo sanguíneo ya que no cuenta con
antígenos para el sistema AB0 en sus glóbulos rojos. Por el contrario, se puede transfundir su plasma a un individuo
solamente con el mismo grupo sanguíneo, teniendo en cuenta que el grupo O cuenta con anticuerpos anti-A y anti-B.
Lo contrario sucede con el grupo AB. Los glóbulos rojos (eritrocitos) de un donante AB tienen antígenos A y B, por lo
que no se pueden transfundir a un receptor A (pues los antígenos B del donante se unirán a los anticuerpos anti-B que
tiene todo receptor A). Tampoco puede donar glóbulos rojos a un receptor B (pues los antígenos A del donante se
unirían a los anticuerpos anti-A que tiene todo receptor B y se produciría una incompatibilidad). Del mismo modo, no
se pueden trasfundir glóbulos rojos de un donante AB a un receptor O (pues los antígenos A y B del donante se unirán
a los anticuerpos anti-A y anti-B que tiene todo receptor 0).
Es decir: un individuo 0- es donante universal de eritrocitos, pero sólo puede donar plasma a otro individuo 0. El 0+
en cambio, no es donante universal de eritrocitos, ya que sus eritrocitos tienen tienen factor Rh positivo, un antígeno D
contra el que reaccionarían los anticuerpos Anti-D que tienen presente en su plasma todos potenciales receptores de
grupos negativos. El 0+, no es receptor universal de plasma, ya que no presenta ni antígeno A, ni antígeno B, pero si
Antígeno D en sus eritrocitos.El individuo O- no presenta antígenos A ni B, pero aunque no tiene antígeno D, tampoco
tiene anticuerpos Anti-D. Sólo los desarrolla después de que su sangre entre en contacto con sangre de un individuo
con factor Rh+.
Un individuo AB+ es donante universal de plasma, ya que no posee ningún anticuerpo Anti-A, ni Anti-B ni Anti-D;
pero sólo puede recibir plasma de otro AB+. Un individuo AB+ también es receptor universal de eritrocitos.
11) Cuánto dura un glóbulo rojo en la sangre, cual es la vía de excreción después de la vida
Nacimiento, vida y muerte de los glóbulos rojos. El glóbulo rojo visto por un ingeniero
La sangre es el medio interno que tiene como misión el transporte de oxigeno y de diversas sustancias metabólicas a
las células de los órganos y sistemas del cuerpo humano. Igualmente sirve como fluido de comunicación, y ejerce las
funciones de defensa frente a las intrusiones extrañas al organismo, así como desarrolla los mecanismos de
inmunidad. Una de las células sanguíneas que desempeña un papel fundamental son los glóbulos rojos, hematíes o
eritrocitos.
En este artículo se describe el nacimiento, vida y muerte de los glóbulos rojos. Los hematíes nacen en la medula
ósea, que produce cientos de miles de millones de glóbulos rojos cada día. De allí pasan al torrente circulatorio,
donde viven unos 120 días desarrollando su función de abastecimiento de oxigeno a las células, y recogida de CO2 y
otros productos de desecho del metabolismo celular. Para realizar esta función los hematíes tienen que sortear
diversos obstáculos en la circulación, entre los que destacan los conductos estrechos de los capilares de la
microcirculación, y el paso a través del filtro esplénico. Así, es fundamental que posean una adecuada
deformabilidad, que viene dada, entre otros factores, por su forma única de discocito bicóncavo. Por ello los
discocitos son un excelente ejemplo de la relación biológica entre forma y función.
Se analizan las funciones del bazo como órgano de control de la vialidad eritrocitaria, y sus especiales características
de filtro de los glóbulos rojos, mostrándose la tipología especial que presenta la circulación de la sangre en el bazo.
En resumen, se presenta una forma diferente de análisis de los glóbulos rojos, desde un punto de vista morfológico
mediante microscopia electrónica, y con una visión más bioingenieril, destacándose la incidencia que tienen las
propiedades mecánicas de los hematíes y fundamentalmente su deformabilidad en la vialidad eritrocitaria, para así
poder cumplir los objetivos básicos que tiene que desarrollar durante su corta vida en la circulación sanguínea.
Hemocateresis
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12) Cuanto debe durar una transfusión sanguínea a pasar a un paciente y quien debe administrarla
Una transfusión de sangre es un procedimiento médico relativamente sencillo. En una transfusión, un paciente recibe
sangre entera o alguno de sus componentes por vía intravenosa (o VI). La VI es un tubo muy fino que se introduce en
una vena utilizando una pequeña aguja.
Aunque lo más probable es que el paciente note el pinchazo de la aguja, una transfusión de sangre es prácticamente
indolora. De todos modos, puesto que participa una aguja, los niños se puede poner nerviosos si se tienen que someter
a una transfusión. Por eso, ayuda mucho entender en qué consiste hacer una transfusión. Así, usted estará tranquilo
sobre lo que va a ocurrir y podrá ayudar a su hijo a tomárselo con calma y a relajarse.
Sobre las transfusiones de sangre
La sangre es como el sistema de transporte del organismo. Cuando la sangre circula, distribuye el oxígeno y los
nutrientes por todo el cuerpo. También recoge los productos de desecho y los trasporta a los órganos responsables de
eliminarlos al exterior.
La sangre entera es una mezcla de células y líquido, y cada uno de sus componentes tiene una función específica:
Los glóbulos rojos transportan oxígeno a los tejidos del cuerpo y eliminan dióxido de carbono.
Los glóbulos blancos defienden al cuerpo de las infecciones fabricando anticuerpos, que ayudan a destruir a
los gérmenes extraños que entran en el organismo.
Las plaquetas, las células sanguíneas de menor tamaño, ayudan a la coagulación de la sangre y a controlar las
hemorragias.
El plasma es la parte líquida amarillenta de la sangre. Es una mezcla de agua, proteínas, electrolitos, hidratos
de carbono, colesterol, hormonas y vitaminas.
Una transfusión de sangre se puede utilizar para reponer una pérdida de sangre o de cualquiera de sus componentes.
Aunque se puede transfundir sangre entera, es algo que se hace en contadas ocasiones. Generalmente, son necesarias
transfusiones de componentes específicos de la sangre. Los glóbulos rojos, el componente de la sangre que se
transfunde más a menudo, se utilizan para aumentar la capacidad de transportar oxígeno de la sangre y para prevenir o
evitar el agotamiento y otras complicaciones.
Las transfusiones duran entre 1 y 4 horas, en función de la cantidad de sangre y del grupo sanguíneo que se
administre. No requieren ningún tiempo especial de recuperación. La mayoría de las transfusiones se llevan a cabo en
el hospital, pero pueden hacerse en otros lugares cuando es necesario. En la mayoría de los casos, la sangre procede de
donantes voluntarios.
La sangre del donante, que se analiza atentamente para garantizar su seguridad, debe ser compatible con el grupo
sanguíneo del receptor.
Hay cuatro grupos sanguíneos, cada uno provisto de un marcador químico diferente en los glóbulos rojos. Estos
marcadores determinan si la persona pertenece al grupo A, B, O (universal) o AB. A su vez, cada grupo sanguíneo
puede ser positivo (+) o negativo (-).
Por qué se hacen transfusiones de sangre
Los tres motivos principales de que un niño pueda necesitar una transfusión de sangre son los siguientes:
1. Pérdida de sangre durante una operación o por una herida o enfermedad.
2. Incapacidad de producir suficiente sangre. Algunas enfermedades y tratamientos pueden afectar
negativamente a la capacidad de la médula ósea para fabricar sangre (p. ej., la quimioterapia reduce la
producción de nuevas células sanguíneas.)
3. Prevenir complicaciones derivadas de trastornos sanguíneos o hemorrágicos preexistentes, como la
anemia falciforme, la talasemia o la anemia provocada por la enfermedad renal, la hemofilia o la enfermedad
de von Willebrand.
De dónde procede la sangre
Debido a que no existe ningún producto artificial que pueda sustituir a la sangre, la sangre transfundida debe ser
donada. Las tres formas en que se puede donar sangre son las siguientes:
1. Donación de sangre autóloga. A veces, cuando una persona sabe con tiempo de antelación que va a necesitar
una transfusión (para una operación programada, por ejemplo), puede donar su propia sangre de antemano. No
existen requisitos relacionados con la edad pero, por lo general, los niños no donan su propia sangre hasta que
superan los 12 años de edad.
2. Donación directa. Cuando un familiar o un amigo con sangre compatible dona específicamente su sangre a
un paciente en concreto.
3. Donación de voluntarios. Debido a que no hay pruebas médicas de que la sangre procedente de donantes
directos sea mejor que la procedente de donantes voluntarios, la mayoría de los pacientes reciben sangre
donada en las campañas de donación de sangre, que suelen organizar organismos de recogida independientes,
como la Cruz Roja Americana. La edad mínima para donar sangre son los 16 o los 17 años, dependiendo del
lugar de la residencia.
A algunas personas les preocupa contagiarse de enfermedades por recibir sangre infectada, pero las reservas de sangre
de EE.UU. están entre las más seguras del mundo. Muchos organismos y organizaciones, como los bancos de sangre y
el gobierno federal de EE.UU., son muy exigentes para garantizar la seguridad de las reservas de sangre.
El riesgo de contraer enfermedades como el SIDA o la hepatitis a través de una transfusión es extremadamente bajo en
EE.UU. porque las pruebas de cribado a que se somete la sangre donada son muy estrictas. Además, las agujas y el
resto del equipo utilizado son estériles, se utilizan sólo con una persona y luego se desechan en unos contenedores
especiales.
Prepararse para una transfusión de sangre
Si su hijo necesita hacerse una transfusión de sangre, su médico o pediatra le explicará el procedimiento. Si tiene
alguna pregunta, no dude en hacérsela. Cuando se sienta tranquilo con la información y haya resuelto sus dudas, le
pedirán que firme un consentimiento informado. Este formulario declara que usted entiende el procedimiento y sus
riesgos y que autoriza a que transfundan sangre a su hijo.
Si no se tratara de una situación de riesgo vital, se harían dos pruebas antes de la transfusión:
1. Determinación del grupo sanguíneo. Para confirmar el grupo sanguíneo de su hijo, un enfermero o técnico
le extraerá una muestra de sangre desde una vena utilizado una agua estéril. (Exceptuando el breve pinchazo
de la aguja, no es doloroso y sólo dura pocos minutos.) Esta sangre se etiqueta inmediatamente con el nombre
de su hijo, su fecha de nacimiento y su número de historia clínica, y se le coloca un brazalete con la misma
información. Después se envía la sangre al laboratorio del banco de sangre del hospital, donde los técnicos
determinarán su grupo sanguíneo.
2. Prueba de compatibilidad. Una vez se conoce el grupo sanguíneo, se elige una sangre donada compatible.
Como comprobación final, un técnico de laboratorio del banco de sangre mezclará una pequeña muestra de la
sangre de su hijo con una pequeña muestra de la sangre donada para confirmar que son compatibles. Si la
sangre se compacta o se aglutina, significa que no son compatibles. Si la sangre se mezcla homogéneamente,
significa que son compatibles. Seguidamente, la sangre que se considera compatible se etiqueta con el nombre
de su hijo y su número de historia clínica y se lleva al lugar donde recibirá la transfusión.
La mayoría de las transfusiones se hacen en el hospital, a menudo en la cama del paciente, o en un quirófano, sala de
urgencias o unidad de quimioterapia. También se pueden hacer en una clínica ambulatoria o incluso en casa, si fuera
necesario.
Siempre que la transfusión no se lleve a cabo durante una operación, usted podrá estar con su hijo, que estará
despierto. Su hijo puede estar sentado cómodamente en una silla reclinable o acostado en una cama, mientras ve una
película, escucha música o juega tranquilamente; hasta es posible que pueda comer y beber, darse una vuelta e ir al
baño.
Colocación de la vía intravenosa (VI)
Un enfermero colocará la vía intravenosa (VI). Después de insertar la aguja en un brazo o una mano, se extrae una
pequeña muestra de sangre que se envía al laboratorio para confirmar el grupo sanguíneo. En cuanto se dispone de los
resultados, se deja en la vena un tubito muy fino de plástico, que se conecta a la VI, que, a su vez, se conecta a la bolsa
que contendrá la sangre.
Puesto que se necesita una pequeña aguja para perforar la piel, la colocación de una VI puede doler un poco (como un
pellizco o un pinchazo breve). Para reducir las molestias, es posible que el enfermero aplique sobre la piel de su hijo
una crema anestésica para dormir la zona una media hora antes de clavar la aguja.
Aunque se suele utilizar una vena del brazo o de la mano, se pueden utilizar venas de otras partes del cuerpo si es
necesario, sobre todo en algunas circunstancias, como en condiciones de deshidratación grave o de hemorragia
importante, en que cuesta más encontrar dichas venas. Por ejemplo, los bebés suelen recibir transfusiones a través de
las venas de los pies o del cuero cabelludo.
Los niños que necesitan muchas transfusiones pueden requerir una vía central (un tubo insertado en una vena de
mayor tamaño ubicada en el pecho) o un catéter central de inserción periférica o CCIP (un tubo más largo insertado en
una vena cerca del pliegue del codo). Estas vías permiten un fácil acceso y evitan que se dañen venas de menor
tamaño debido a los pinchazos repetidos.
La mayoría de los niños no necesitan medicamentos especiales antes de someterse a una transfusión de sangre ni
durante la misma. De todos modos, si su hijo ha tenido una reacción leve durante una transfusión previa, es posible
que el médico le administre algún medicamento justo antes del procedimiento, ya sea por vía oral o por VI.
Dos enfermeros se leerán mutuamente los nombres y los números de identificación que figuran en el brazalete de su
hijo y en la sangre procedente del banco. Y no se iniciará la transfusión a menos que ambos coincidan.
Transfundir sangre
La bolsa de sangre se cuelga boca abajo de una bomba VI que controla la velocidad de la transfusión.
El enfermero medirá la tensión arterial de su hijo, su temperatura corporal y su pulso varias veces a lo largo del
procedimiento. Además, controlará atentamente a su hijo por si presentara cualquier signo de reacción alérgica o de
otro tipo, como una erupción, fiebre, dolor de cabeza o inflamación.
Después de la transfusión, si su hijo va a irse a casa, le extraerán el tubo de plástico de la vena y le vendarán el área.
Es posible que note la zona algo dolorida o con sensación de hormigueo durante un rato. Podrían administrar a su hijo
medicamentos, si presentara cualquier efecto secundario, como fiebre o dolor de cabeza. Si fueran a operar a su hijo o
si fuera a permanecer en el hospital, le dejarían la VI colocada.
Ventajas
En los niños con anemia o los que están recibiendo quimioterapia, la principal ventaja de una transfusión es un
incremento del flujo de sangre para nutrir los órganos y mejorar la concentración de oxígeno en el organismo. Esto les
puede aliviar la sensación de profundo agotamiento y aportarles suficiente energía para las actividades cotidianas. Este
tipo de ventajas se nota bastante pronto.
En pacientes con problemas hemorrágicos, las transfusiones de plaquetas o de plasma pueden ayudar a controlar o
evitar posibles complicaciones.
Las reacciones graves a las transfusiones son muy infrecuentes. Pero, como ocurre con cualquier procedimiento
médico, se asocian a pocos riegos potenciales, que su médico comentará con usted.
Cuando su hijo va a someterse a cualquier tipo de procedimiento médico, es comprensible que se sienta un poco
intranquilo. Pero ayuda saber que las transfusiones de sangre son procedimientos corrientes y que las complicaciones
son raras. Si tiene cualquier pregunta sobre las transfusiones, hable con el médico o el pediatra de su hijo.
Fases
La transfusión sanguínea consta de tres fases que son:
1. Solicitud de la transfusión: Se realiza por prescripción médica cuando hay una situación de las descritas
anteriormente. El médico rellenará la solicitud pertinente explicando el motivo de transfusión, la firmará y la
cumplimentará con la firma del paciente o un familiar autorizado.
2. Extracción de sangre para pruebas cruzadas: Se le realizan al paciente para conocer la compatibilidad
entre donante y receptor y el análisis de su tipificación ABO y grupo Rh. Antes de la obtención de la muestra
observaremos que el paciente tenga un acceso venoso, si no es así le canalizaremos una vía periférica de
calibre adecuado( 20G o 18G) y de ahí sacaremos la muestra, que irá recogida en un tubo de edta, el cual debe
ir perfectamente cumplimentado con los datos del paciente, hora y fecha de extracción y nombre completo del
enfermero que realiza la prueba. Para finalizar, se le dejará puesta al paciente una pulsera identificativa, que se
desechará en un máximo de 48 horas tras la transfusión.
3. Administración de la transfusión: La administración de sangre o de sus hemoderivados siempre irá
precedida de una comprobación de los datos de identificación del paciente y de la bolsa a administrar. Estos
datos se contrastarán con la historia clínica y con la pulsera identificativa.
Material
Suero salino al 0,9%.
Filtro de sangre estándar.
Filtro de sangre especial si fuese recomendado por el banco de sangre.
Guantes no estériles.
Gasas.
Batea.
Procedimiento
Una vez comprobados que los datos del paciente y de la bolsa destinada a él son correctos, palparemos la bolsa para
comprobar qué temperatura tiene. Si es muy fría, esperaremos unos minutos a que se atempere. Si tiene buena
temperatura nos colocamos los guantes y perforamos la bolsa con el filtro de sangre, la purgamos y la depositamos en
la batea. También prepararemos el suero fisiológico si no lo tuviera pautado el paciente.
Antes de iniciar la transfusión tendremos en cuenta que mientras infundamos la sangre no debe pasar otro
medicamento IV por la misma vía y se debe evitar la ingesta de alimentos sólidos.
Comenzaremos pasando el suero fisiológico durante unos minutos mientras observamos el estado del paciente para
detectar posibles reacciones transfusionales. En este momento, le tomaremos la tensión y temperatura.
Una vez iniciada la transfusión, tendremos en cuenta el ritmo de la misma, dependiendo de lo que administremos:
Concentrado de hematíes: tiene una duración entre 1-3 horas, no debe durar más de 4 horas.
Plasma fresco: entre 10-30 minutos.
Concentrado de plaquetas: entre 5-10 minutos.
Una vez finalice la transfusión, registraremos hora de inicio y final, posibles efectos adversos y firmas del personal
que haya intervenido.
RESUMEN
La transfusión sanguínea es una técnica básicamente de enfermería que requiere un conocimiento profundo de
las bases fisiológicas y un manejo meticuloso de la atención al paciente y la aplicación correcta de un protocolo, para
fundamentalmente prevenir las serias complicaciones que pueden presentarse.
PALABRAS CLAVE
INTRODUCCIÓN
La sangre y derivados se utilizan para restaurar el volumen sanguíneo, mejorar la hemoglobina o corregir los
niveles séricos de proteínas. (1)
Administrar correctamente una transfusión sanguínea requiere dosis considerables de habilidad y
conocimiento, lo que exige seguir estrictamente una serie de pasos correlativos para poder controlar, detectar y
solucionar cualquier anomalía que pudiera producirse durante la transfusión. Por todo ello, consideramos esencial
disponer de una normativa de trabajo protocolizada para:
METODOLOGÍA
Primer paso
Antes de extraer una muestra de sangre hay que comprobar la identidad del paciente, así como conocer su
historia clínica. Si durante una urgencia, debe extraerse una muestra de sangre de un paciente no identificado,
asegúrese de que la haya sido asignado un número de identificación temporal. Después se enviará la muestra a
laboratorio (perfectamente identificada) para determinar el grupo, Rh y pruebas cruzadas.
Averiguando si ha sido sometido a transfusiones previas. Si la historia es positiva, pregúntele cómo se sintió
antes y después del procedimiento, si tuvo alguna reacción adversa...etc.
Si es la primera vez que se le administra una transfusión, explicarle las características del procedimiento o
síntomas subjetivos de la reacción adversa, cefaleas, escalofríos, etc...
Dado que es una técnica con un potencial de riesgo, es prioritario disponer del consentimiento informado, que
además ayuda a reforzar la información aportada al paciente.
Seleccionar un catéter o aguja de calibre grueso, con el fin de evitar fenómenos hemolíticos.
Optar por venas del antebrazo o de la mano. Para los adultos de aconseja utilizar agujas o catéteres de calibre
18 o 19; para recién nacidos y niños, un calibre 22 o 23G.
Si la vía utilizada es una vía central y el paciente ha de recibir una transfusión de sangre o concentrado, es
preciso utilizar un dispositivo calefactor, ya que el extremo del catéter se ubica en vena cava superior o aurícula
derecha y la administración de sangre fría directamente en corazón podría alterar la conducción cardiaca y provocar
arritmias. Por otra parte, la temperatura de la sangre no debe superar los 37 ºC porque provocaríamos hemólisis.
-Equipo simple de administración de sangre (es el dispositivo más común para las transfusiones): el filtro está
en el interior de la cámara de goteo y es antibacteriano y antiburbujas.
-Equipo con filtro para microagregados: se utilizará siempre que se quiera administrar grandes cantidades de
sangre completa conservada o concentrado de hematíes, con el fin de evitar que los microagregados penetren y
obturen el sistema circulatorio del paciente.
-Equipo en Y: se utilizará para los concentrados de hematíes, que a veces, debido a su viscosidad debe pasar
junto con suero salino fisiológico para diluirlo.
-Equipo de jeringa o goteo para componentes en la transfusión de plaquetas: con el fin de no obstruir la vía
intravenosa y poder administrarlas lo más rápidamente posible, evitando así que se aglutinen.
-Equipo de transfusión con bomba: cuando se necesita transfundir grandes cantidades de sangre de forma
rápida.
Para evaluar con exactitud la respuesta del paciente a la transfusión, es preciso establecer el valor basal de sus
signos vitales antes de iniciada y posteriormente cada media hora.
Tanto si se utiliza una vía intravenosa ya establecida, como si se instaura una nueva para la transfusión.
A un máximo de 2 ml/minuto durante los primeros quince minutos, permaneciendo junto al paciente, de esta
forma, si el paciente muestra signos o aqueja síntomas típicos de reacción adversa interrumpir de inmediato la
transfusión (unas cuantas gotas de sangre incompatible pueden resultar fuertemente lesivas) y comunicarlo
inmediatamente al médico. (3)
Intentando siempre que pase sólo y jamás perforar o inyectar aire a una bolsa o sistema, ya que podemos
provocar contaminación bacteriana o una embolia gaseosa.
PRECAUCIONES
Si el paciente presenta alguno de los siguientes síntomas: escalofríos, hipotermia, hipotensión, cefalea,
urticaria, diseña, dolor lumbar, dolor torácico, sensación de calor, náuseas, vómitos o taquicardia. Los pasos a seguir
serán:
1- Suspenda la transfusión y comience con goteo de solución salina para mantener permeable la vía venosa a fin de
seguir teniendo acceso a la circulación
2- Avisar al médico
3- Vigilar signos vitales cada quince minutos o según lo indique el tipo y la gravedad de la reacción
4- Administración de Oxígeno, adrenalina, etc, según prescripción médica
5- Vigile muy de cerca ingestión y excreción de líquidos y recoja la primera muestra de orina después de la
reacción
6- Comuníquelo al banco de sangre
7- Registro de todas las incidencias
Si la transfusión transcurre normalmente, tanto la bolsa como el sistema y catéter se desecharán en contenedores
apropiados, al ser material potencialmente biopeligroso.
13) Cuáles son las indicaciones a seguir para administrar una transfusión
Indicaciones para la transfusión
Transfusión de concentrados de hematíes
Las transfusiones de hematíes están indicadas para corregir los síntomas derivados de un déficit en la capacidad de
transporte de oxígeno a los tejidos debido a anemias crónicas sintomáticas no corregibles por otros medios
terapéuticos. También está indicada la transfusión de hematíes, asociados a otros hemoderivados, en pérdidas
moderadas o agudas de sangre.
En general, la decisión de transfundir hematíes debe tomarse de manera individualizada para cada paciente ya que,
aunque la concentración de hemoglobina es el indicador más usado para valorar su transfusión, existen otros factores
como los mecanismos de compensación del propio paciente o las enfermedades de base que influyen en la decisión.
La administración de un concentrado de hematíes en un adulto puede aumentar el valor de la hemoglobina en sangre
de 1 a 1'5 gramos por decilitro y el hematocrito en un 2 ó 3%.
Transfusión de plaquetas
La transfusión de plaquetas se usa terapéuticamente en enfermos con hemorragia por trombopenia o con trastornos
funcionales de las plaquetas. También se pueden transfundir para prevenir posibles hemorragias, por ejemplo, antes de
una intervención quirúrgica o, en enfermos de cáncer, después de la quimioterapia.
La dosis a transfundir para un adulto suele ser una unidad, si ésta procede de aféresis, o una mezcla de plaquetas
(pool), que normalmente se obtiene de 4 ó 5 donaciones de sangre total; y que habitualmente se administra cada 24/48
horas en profilaxis, o justo antes de una cirugía en el caso de intervenciones quirúrgicas.
Transfusión de plasma fresco congelado
Su transfusión está indicada en pacientes con sintomatología hemorrágica y alteraciones de las pruebas de
coagulación, circunstancias que pueden concurrir en los trasplantes de hígado, en las cirugías extracorpóreas, en
transfusiones masivas, y otras, que deberán ser valoradas individualmente.
Dada la presencia de isoaglutininas de grupo ABO, el plasma a transfundir debe ser compatible con el grupo del
receptor. Además, salvo en casos puntuales, es preferible el uso de sus derivados (albúmina, inmunoglobulinas,
factores de coagulación, etc...) obtenidos en forma purificada, concentrada, inactivados frente a virus potencialmente
contaminantes, y con posibilidades de dosificación precisa; ya que son más eficaces y seguros para la mayoría de las
indicaciones.
14) Cuáles son los medios para tranfundir y a que temperatura, cual es el medio para retirar el frio
Hemoterapia instrucciones básicas para banco de sangre y transfusión
Introducción
La hemoterapia es una disciplina que sufre rápida evolución acorde con el progreso de las ciencias médicas y de la
tecnología aplicada.
Es imperativo conocer los adelantos técnicos en la preparación y uso de la sangre y de los hemocomponentes.
Lo anterior es la justificación para elaborar este documento con información actualizada, que ha de servir no sólo a los
microbiólogos encargados de los bancos de sangre, sino también a médicos y enfermeras involucrados en la
hemoterapia, responsables finales de la transfusión solicitada. En este instructivo van las normas respecto a la forma
en que se deben preparar y manejar los productos sanguíneos a transfundir. Son criterios específicos para que estos
productos reciban la atención necesaria al momento de su preparación, de la transfusión misma y aun después de
pasada la infusión del hemocomponente, por la posibilidad de una reacción indeseable aguda o tardía.
Presentamos instrucciones sobre métodos regulares y también especiales de transfusión, como son los filtros
removedores de leucocitos al pie de la cama del paciente, hemocomponentes lavados o irradiados, transfusión en
caliente, etc. Son complemento de las indicaciones generales de transfusión que el médico dicta, según el caso.
La sangre o los hemocomponentes son parte del tejido hematopoyético humano, por lo que se deben manejar con
criterio profesional, para no alterar su calidad, cantidad y actividad hemoterapéutica. Los mismos problemas
inmunológicos que se presentan en transplantes de órganos los podemos esperar, con diferente nivel de complejidad,
además de los propios de la sangre.
El médico debe indicar la dosificación, la velocidad de infusión y los criterios justificantes de la transfusión, además
de asumir la responsabilidad por las consecuencias derivadas directamente de su indicación.
El profesional encargado del caso en el banco de sangre debe tener la calificación necesaria para despachar productos
sanguíneos equivalentes. Cuando no exista el producto pedido, un profesional en inmunohematología despachará el
producto equivalente, que se ajuste a las indicaciones de la solicitud del médico.
La enfermera que vigila al paciente debe tener presente los diferentes grados y tipos de reacción transfusional, sus
formas clínicas y procedimientos correctivos de emergencia. Esta información será transcendental para el diseño del
estudio de reacción transfusional mediante el que trataremos de encontrar, en el Banco de Sangre, una explicación de
la sintomatología presentada.
También ofrecemos aquí referencias de los criterios operativos de transfusión, recomendados por un grupo
multidisciplinario del Hospital Nacional de Niños(7), además de las sugerencias tomadas de la literatura científica
mundial, incluyendo guías y algoritmos para trabajar ordenadamente dentro del banco(10).
Este es un diseño particular para las necesidades de un Hospital Pediátrico y no pretende ser una norma de todo centro
de salud, en lo que se refiere a las indicaciones médicas; sin embargo, las instrucciones de manejo operativo de la
transfusión deben cumplirse tal y como se indican, por se éstas normas universales, cuya vigilancia compete al
inmunohematólogo del banco de sangre.
Siempre debemos tener presente que la transfusión es un procedimiento que no está excento de los riesgos de
transmisión de enfermedades o de reacciones adversas, por lo que se debe ejercer un cuidadoso criterio científico.
Esta publicación que presentamos a manera de una manual de normas, es la ampliación y actualización de un
documento anteriormente impreso por la Dirección Técnica de Servicios de Salud, Sección de Laboratorios Clínicos
de la Caja Costarricense de Seguro Social.
La transfusión
Siempre debemos plantear el interrogante de por qué necesitamos transfundir a un paciente. Hay tres razones
fundamentales y universales:
1. Reposición del volumen sanguíneo.
2. Reponer la capacidad de oxigenación.
3. Hemostasis.
La indicación de una transfusión corresponde a un médico, por los alcances legales de la misma. Las normas locales
piden que se cumpla con tres etapas previo a la transfusión de un paciente:
1. Evaluación directa del caso por un médico.
2. Anotación de las razones en el expediente.
3. Indicación de las cantidades, frecuencia, tipos y precauciones especiales.
Es importante conocer la hemodinámica de la transfusión, sus indicaciones y contraindicaciones, según la patología.
Ver el Cuadro 1.
El inmunohematólogo debe conocer las razones de la transfusión y sus riesgos implícitos, para poder determinar el
hemocomponente que más se ajusta a las indicaciones médicas.
Entre las razones más descriptivas para la utilización de sangre total, tenemos los siguientes casos: una
exanguineotransfusión, en una situación de shock por trauma, o en caso de una cirugía ortopédica mayor, en casos de
cirugía extracorpórea, en casos de transplantes de hígado, corazón, pulmón y otros.
Cada una de estas situaciones requiere de calidades de productos diferentes: lavados, filtrados, calentados,
concentrados, diluidos, etc. (1).
Cuadro 1
En el caso del plasma humano, albúmina al 5% o proteínas plasmáticas parcialmente purificadas, debe existir
una indicación médica.
8. El lactato Ringer o cualquier otra solución electrolítica rica en calcio, nunca debe administrarse en la misma línea
que la sangre o hemocomponentes.
9. Debe inspeccionarse la unidad por hemólisis, contaminación bacteriana, precipitaciones, coágulos, grumos, cambio
de color, etc.
10. Al descongelarse productos, debe evitarse que los sitios de punción o acceso de la bolsa se contaminen con agua.
Utilizar bolsas plásticas para prevenir la contaminación.
11. Si el contenido de un hemocomponente debe extraerse o fraccionarse rompiendo la integridad del sello de la bolsa,
el producto remanente debe descartarse 4 horas después si es almacenado a temperatura ambiente y 24 horas después
si es almacenado a 4ºC.
12. La única temperatura permitida para el calentamiento de sangres es de 37ºC.
13. Exceptuando las situaciones en que la condición clínica del paciente indique lo contrario, realizar la transfusión a
una velocidad de infusión de 5 ml/minuto, en los primeros 15 minutos. Debemos acatar esta norma del banco de
sangre, para poder tener un margen razonable de seguridad en caso de una reacción. Si iniciamos la transfusión
rápidamente y sin razón médica justificante aumenta el riesgo de que ocurra una reacción transfusional. Debe vigilarse
al paciente por razones indeseables. Si éstas se presentan debe suspenderse la transfusión inmediatamente, guardar la
bolsa, tomar muestras y notificar al banco de sangre. Seguir Protocolo de Reacción Transfusional.
14. No demorar la transfusión más de 24 horas. Si la transfusión es lenta, se debe fraccionar en varias bolsas y
solicitarlas conforme se van necesitando.
15. Cualquier reacción transfusional o evidencia de contaminación bacteriana, debe notificarse de inmediato al banco
de sangre.
Sangre total
Una unidad de sangre total contiene los glóbulos rojos y el plasma con sus componentes, de un donador de sangre. La
mayoría de las plaquetas y leucocitos han sido removidos durante la preparación. Generalmente una unidad de sangre
total consiste en 500 ml de sangre anticoagulada, con un hematocrito de 35 a 45%. El volumen real de la unidad debe
ser indicado en la etiqueta.
Entre los anticoagulantes tenemos el Citrato-Fosfato-Dextrosa-Adenina (C.P.D.A-1), el Ácido Cítrico-Dextrosa
(ACD), o el Citrato-Fosfato-Dextrosa (C.P.D. + Adsol).
Propósito:
La sangre total provee los eritrocitos necesarios para el transporte del oxígeno a los tejidos. Puede emplearse como
expansor de volumen y fuente de proteínas, con cierta capacidad oncótica, y de coagulación en casos calificados. El
banco de sangre ofrece dos tipos de sangre total: a) sangre total completa: la obtenida de una donación sin fraccionar y
b) sangre total reconstituida: la preparada a partir de componentes frescos que se unen en una bolsa.
Contraindicaciones
Según se refiere en la literatura mundial y en las Normas de la Asociación Americana de Bancos de Sangre (1,11,12) ellos
exponen que dependiendo de la condición cínica del paciente, no se utilice la sangre total como expansor, si la
posibilidad de sustitutos está a mano. No debe emplearse la sangre total para reponer factores lábiles de coagulación,
pero sí para casos de pérdida masiva de sangre.
Dosificación y administración.
Unicamente se puede utilizar sangre total cuando los grupos sanguíneos ABO sean idénticos. Es necesario despachar
la sangre con estudios de compatibilidad, exceptuando condiciones críticas con riesgo de la vida del paciente, en cuyo
caso, el médico debe informarlo al banco de sangre y hacer la referencia en el expediente.
El volumen a transfundir depende de la situación particular del caso.
Cada unidad de sangre total (500 ml) contiene suficiente masa eritrocítica para elevar la hemoglobina del receptor en
un tres por ciento. El médico tomará la decisión de la cantidad que solicita.
Glóbulos rojos
Es el producto resultante de la centrifugación de la sangre completa, a la cual se le ha retirado la mayor parte del
plasma (quedando en un hematocrito aproximado de 80%) con ciertos residuos de leucocitos y de plaquetas.
Propósito
El propósito fundamental de una transfusión de glóbulos rojos es aumentar la capacidad transportadora de oxígeno de
la sangre, incrementando la masa total eritrocítica.
Cuadro 3
OPCIONES PARA TRANSFUNDIR
GLOBULOS ROJOS
GRUPO DEL PACIENTE GRUPO DE LA BOLSA
A+ A+, A-, O+, O-
A- A-, O-
B+ B+, B-, O+, O-
B- B-, O-
AB+ AB+, AB-, O+, O-
AB- AB-, O-
O+ O+, O-
O- O-
Contraindicaciones
No debe utilizarse glóbulos rojos empacados cuando la razón de la anemia se corrige con un tratamiento específico.
Si el paciente no sufre de una descomposición seria y aguda, debe intentarse tratamientos específicos alternos, cuando
el criterio médico así lo permite. Debe tenerse presente que la transfusión es un procedimiento delicado, por los
riesgos implícitos de reacciones e infecciones.
Dosificación
La dosificación y administración es semejante a la de sangre total y como no hay grandes cantidades de plasma, puede
utilizarse unidades de glóbulos rojos ABO compatible, pero no necesariamente idéntica. Desde una perspectiva
netamente matemática, una dosis de GRE de 10 ml/kg de peso (4ml/kg aumenta la hemoglobina en 1 gramo). En todo
momento debe seguirse la indicación del médico tratante.
Transfusión en neonatos
La transfusión en el recién nacido debe ser realizada teniendo conocimientos de factores tales como el problema
patológico fundamental del paciente, el grupo de la madre, su edad y exámenes de laboratorio. El hemocomponente a
utilizar debe adaptarse a las condiciones clínicas del recién nacido. El enfoque inmunológico, así como la posibilidad
de transmisión de citomegalovirus a niños de madres CMV negativas debe siempre considerarse, para tomar las
medidas preventivas mencionadas en los párrafos anteriores(6).
Plasma y componentes
El plasma es el líquido amarillento de la sangre. Contiene todos los factores de la coagulación y otras proteínas del
metabolismo normal y se obtiene a partir de unidades de sangre completa hasta 5 días previo al vencimiento o
mediante el procedimiento de plasmaféresis(5,8).
El plasma fraccionado fresco se puede almacenar congelado a temperaturas de -20 ºC a -40ºC. El plasma líquido se
almacena en refrigeración. Cada unidad tiene ente 180 a 300 ml de plasma.
Propósito:
El banco de sangre prepara unidades de plasma fresco o normal para suplir las necesidades de globulinas; tienen
mayor uso las gamaglobulinas, los factores de coagulación, incluyendo factores lábiles y fibrinógeno, la albúmina y
globulinas en general.
Contraindicaciones:
Debe tenerse presente que la transfusión de plasma es un procedimiento de gran beneficio pero de alto riesgo (1,2,12).
Nunca utilice el plasma como sustituto de factores lábiles de la coagulación.
No lo utilice como expansor de volumen, cuando exista la posibilidad de un sustituto.
No lo utilice como suplemento nutricional. Las cantidades de elementos nutrititivos o de proteínas que tenemos por
unidad de plasma, o por dosis regular, no son suficientes par alcanzar niveles terapéuticos o correctivos.
No lo utilice como terapia profiláctica.
Dosificación y administración:
No requiere de pruebas de compatibilidad, pero debe garantizarse que sean ABO compatibles y estudios de
anticuerpos (Coombs Indirecto), negativos.
El médico determinará la cantidad de plasma a transfundir. Generalmente depende la clínica, el tamaño del paciente y
los resultados de los análisis de laboratorio sobre la coagulación.
El plasma fresco congelado lo solicitan al banco en los siguientes casos:
1. Sangrado o procedimiento invasivo en un paciente con deficiencia de un factor de coagulación.
2. Sangrado o procedimiento invasivo en un paciente en el que se sospeche deficiencia de vitamina K (enfermedad
hemorrágica del recién nacido) o que esté anticoagulado.
3. Terapia del reemplazo mediante el recambio terapéutico.
4. Terapia de reemplazo en casos de coagulación intravascular diseminada.
5. En casos de transfusión masiva.
6. Terapia de reemplazo en deficiencias que condicionan fenómenos trombóticos y no hemorrágicos en niños y adultos
jóvenes.
Las indicaciones para el uso del plasma simple (plasma humano normal) se limitan sólo a pacientes quemados. Sin
embargo, con mucha frecuencia en nuestro medio se debe utilizar el plasma simple como expansor del volumen en los
pacientes en shock. La razón es económica ( no siempre está disponible la albúmina humana).
En general se emplea siempre que los signos vitales y examen clínico revelen problemas de hipoperfusión con bajo
gasto. Esta circunstancia debería ser reevaluada y considerar la utilidad de expansores plasmáticos.
Dosis:
Durán et al.(7) recomiendan la dosificación de plasma fresco congelado y de plasma simple a 10 ml/kg, y que los
pacientes pediátricos sean evaluados por los médicos tratantes antes de indicar cualquier dosis de plasma.
Cuadro 4
OPCIONES PARA TRANSFUNDIR
PLASMA
GRUPO DEL PACIENTE GRUPO DE LA BOLSA
A+ A+, A-,.AB+,AB-
A- A-,A+,AB+,AB-
B+ B+,B-,AB+,AB-
B- B-,B+,AB+,AB-
AB+ AB+,AB-
AB- AB-,AB+
O+ O+,O-
O- O+,O-
Crioprecipitados
El factor anti hemofílico, se prepara a partir del plasma fresco congelado. Los factores lábiles y el fibrinógeno son las
partes principales, pero también hay restos de los otros factores. En la preparación se congela una unidad de plasma
fresco, se deja descongelar lentamente entre 1 y 6ºC (durante 12 a 18 horas); se obtiene un crioprecipitado blanco que
se sedimenta en el fondo de la bolsa. Este producto se separa y congela a-70ºC, conservando su actividad por un año.
Para su uso se debe descongelar a 37ºC, obteniéndose una solución blanquecina, lista para ser transfundida.
Cada bolsa de crioprecipitado contiene aproximadamente:
80-100 unidades de factor VIII.
250 mg de fibrinógeno
30% de factor XIII
40-70% del factor Von Willebrand (50-80 unidades).
Propósito:
Suministrar crioprecipitadoantihemofílico que contiene factor lábil (VIII), factor XIII, fibrinógeno y el factor de Von
Willebrand.
Contraindicaciones:
El banco de sangre recomienda no utilizar este componente a no ser que los análisis de laboratorio indiquen una
alteración que justifique su empleo. Recuerde que el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas está presente,
así como la posibilidad de problemas alérgicos, etc. (1,5).
Dosificación:
La dosificación de crioprecipitados en los pacientes con hemofilia A se hará en base a los requerimientos médicos de
unidades de factor VIII, de acuerdo con el tipo de sangrado que presenten (5):
1) Para el tratamiento de sangrados en hemofílicos, aplican una infusión rápida (10 ml de crio/minuto), hasta el nivel
esperado. Este paso es continuado con una dosis de mantenimiento cada 8-12 horas. Para lograr hemostasis post
cirugía, se debe mantener el tratamiento por 10 días.
2) Sangrados leves: 20 U/kg/día por 3 días.
3) Sangrados moderados: 30 U/kg/12 horas por 3-5 días.
4) Sangrados severos: 50-80 U/kg/8 horas por 8-10 días.
Los crioprecipitados como fuente de fibrinógeno son de gran utilidad porque concentran en un pequeño volumen toda
la dosis terapéutica del fibrinógeno de una unidad de sangre. Se acostumabra enviar una bolsa /4 kg de peso del
paciente, cada 12 horas.
Para el cálculo del número de bolsas de crioprecipitado se puede aplicar el siguiente cálculo:
Nº de bolsas de crio = concfVIII% deseado x vol. plasmático de pte.en ml/prom/fVIII/crio.
Plaquetas
Los concentrados de plaquetas se obtienen mediante el fraccionamiento de una unidad de sangre completa durante las
primeras 8 horas posteriores a la donación. Por medio de centrifugación se produce un plasma rico en plaquetas al que
se le extrae el concentrado de plaquetas, con un volumen de 35-50 ml. También puede obtenerse hasta diez veces más
plaquetas por medio de máquinas de aféresis.
Cada unidad simple de plaquetas contiene 5,5 x 1010 plaquetas y si es por aféresis 3 x 1011 plaquetas(5,9).
Propósito:
En los casos en que se presenta evidencia clínica de sangrado por disfunsión plaquetaria o de pacientes con niveles de
plaquetas inferiores a los valores de referencia para el paciente, se debe suministrar concentrados de plaquetas.
También cuando la patología y su esquema de tratamiento contenga la posibilidad de trombocitopenia o en el caso de
cuadros sépticos severos, los casos de cirugía extracorpórea, donde la bomba de perfusión puede llegar a retener o
dañar temporalmente la función plaquetaria y ciertos casos de diálisis o de homofiltración (2,5,9).
Contraindicaciones:
Las transfusiones de plaquetas, en términos generales, se contraindican en las siguientes situaciones en que el
problema primario no es trombocítico. El criterio del médico puede justificar otras razones clínicas por las que se debe
transfundir al paciente:
1. Síndrome urémico hemolítico
2. Púrpura trombocitopénicatrombótica
3. Púrpura trombocitopénica inmunológica
4. Trombocitopenia inducida por drogas.
5. Coagulación intravascular diseminada no tratada.
6. En casos de sepsis o hiperesplenismo.
Dosificación:
Cada unidad de plaquetas, que se obtenga de una donación simple contiene 5,5x1010 y de 3x1011 en procedimientos de
aféresis.
Cada unidad (bolsa) de concentrado de plaquetas aumenta el cómputo en 5.000-6.000/mm3 para una superficie
corporal de 1,8 metros cuadrados. Según este cálculo, si se desea aumentar el conteo de plaquetas de 5.000 a
30.000/mm3 se requerirán 5 unidades de concentrados (o sea 30.000-5.000=5). Una forma rápida de calcular la dosis
de plaquetas a administrar es la de 1 unidad/10kg de peso.
Una unidad de concentrado de plaquetas por cada 10 kg de peso deberá aumentar el conteo plaquetario en 5.000-
10.000 plaquetas, en ausencia de sepsis, CID, esplenomegalia o trombocitopenia inmune. Por aféresis se incrementa
entre 30.000 y 60.000 plaquetas/mm3.
Mantenimiento
Deben mantenerse a temperatura ambiente (22ºC), en un lugar ventilado, en agitación constante, hasta por cinco días.
Si no son transformados en un lapso de 3 horas, se deben devolver al banco para su adecuado mantenimiento.
En ningún momento las plaquetas deben ser manejadas con violencia, ello conduce a la agregación irreversible y el
consiguiente daño plaquetario.
Las plaquetas también se deben transfundir bajo las mismas normas estrictas de la sangre, con la papeleta de "Entrega
de hemoderivados" a nombre del paciente específico y número de expediente. Se debe verificar el grupo ABO.Rho y
si la transfusión es grupo incompatible realizar los procedimientos de lavado de las plaquetas necesarios para remover
los anticuerpos ABO.
Cuadro 5
Coombs indirecto
INTERPRETACION DE RESULTADOS EN EL BANCO DE SANGRE
El Filtro de goteo
Muy fría
Velocidad de infusión muy acelerada
Velocidad de infusión muy lenta
INFORMACIÓN:
para pacientes
NOTA: Esta es la versión para profesionales. PÚBLICO GENERAL: Hacer clic aquí para obtener la versión para
público general.
Muchos pacientes desnutridos necesitan un soporte nutricional, cuyo objetivo es aumentar la masa muscular del
cuerpo. La alimentación oral puede generar dificultades para algunos pacientes con anorexia o problemas de absorción
o para alimentarse. El soporte nutricional a menudo es necesario en pacientes críticamente enfermos (1).
En ocasiones, es necesario modificar algunos comportamientos para mejorar la alimentación por vía oral:
Animar al paciente a que coma
Calentar o sazonar las comidas
Ofrecerle sus alimentos favoritos o aquellos muy sabrosos
Alentarlo a que coma porciones pequeñas
Flexibilizar el horario de las comidas
Ayudarlo a comer
Si estas medidas no son suficientes, está indicado el soporte nutricional y la nutrición por vía oral, nutrición enteral
por sonda o nutrición parenteral, excepto a veces en pacientes terminales o con demencia grave.
Referencia general
Predicción de los requerimientos nutricionales
Evaluación de la respuesta al soporte nutricional
Conceptos clave
Las medidas conductuales pueden evitar la necesidad de apoyo nutricional.
Predice los requerimientos de energía del paciente sobre la base del peso, el sexo, el nivel de actividad, y el
grado de estrés metabólico (p. ej., debido a una enfermedad crítica, traumatismos, quemaduras o cirugía
reciente).
Los requerimientos normales de proteínas son de 0,8 mg/kg/día, pero esta cantidad se ajusta si el paciente
tiene más de 70 años, insuficiencia renal o estrés metabólico.
Evalúa la respuesta al soporte nutricional a través de indicadores de la masa corporal magra y/u otros (p. ej.,
balance de nitrógeno, respuesta a los antígenos cutáneos, medición de la fuerza muscular, calorimetría
indirecta).
Introducción al apoyo nutricional
Por David R. Thomas, MD, ProfessorEmeritus, St. Louis UniversitySchool of Medicine
NOTA: Esta es la versión para el público general. MÉDICOS: Hacer clic aquí para la versión para
profesionales
Muchas personas desnutridas (ver Desnutrición) necesitan apoyo nutricional (nutrición adicional). La alimentación
artificial, para la que se utilizan mezclas ya preparadas de nutrientes y no comida, es una forma común de apoyo
nutricional. El apoyo nutricional se destina a aumentar la cantidad de tejido muscular (masa muscular). Por lo general,
proporciona calorías, así como vitaminas y minerales.
Siempre que sea posible, los nutrientes se administran por vía oral, de forma ideal a través de los alimentos habituales.
Cuando las personas son reacias a comer, las siguientes estrategias pueden a veces ayudarlas a tomar más comida:
Alentar a las personas a comer
Alentar la ingesta de pequeñas cantidades y a menudo
Calentar o condimentar los alimentos
Proporcionarles sus alimentos favoritos u otros con un sabor más intenso
Hacer de los tiempos de las comidas una prioridad al planificar las actividades del día
Ayudarles a comer si es necesario
Sin embargo, estas estrategias no son suficientes para algunas personas. Por ejemplo, no ayudan a las que no pueden
comer debido a lesiones u otros problemas físicos (tales como dificultad para tragar) o a quienes les cuesta absorber
nutrientes. Estas personas pueden necesitar apoyo nutricional.
El apoyo nutricional incluye:
Una sonda (alimentación por sonda), que por lo general se introduce a través de la nariz o a través de la piel en
el interior del estómago o el intestino.
Un catéter insertado en una vena (alimentación intravenosa)
Con la alimentación por sonda, los nutrientes van directamente al estómago o al intestino delgado.
Generalmente no se recomienda la alimentación artificial (ver Apoyo nutricional para personas moribundas o con
demencia grave) para personas moribundas o con demencia avanzada.
DETERMINAR LAS NECESIDADES NUTRICIONALES
Antes de iniciar el apoyo nutricional, primero los médicos deben determinar la cantidad y la mezcla de nutrientes
necesarios para suministrar energía, que se mide en calorías. El número de calorías necesario varía dependiendo de lo
siguiente:
Peso de la persona
Nivel de actividad
Necesidades derivadas de su enfermedad
La mezcla de nutrientes típicamente incluye hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales, fibra y
líquidos.
Por lo general, los médicos estiman estas necesidades a través de ecuaciones basadas en el peso, la altura, la edad, el
sexo y el nivel de actividad. Ajustan los requisitos si la persona padece un trastorno que aumenta la necesidad de
calorías, como una enfermedad grave, una insuficiencia renal, una infección, una lesión o una cirugía reciente.
Algunos centros utilizan una técnica especial para obtener una estimación más precisa, que mide la cantidad de
oxígeno inhalado y la cantidad de dióxido de carbono exhalado: un indicador de la cantidad de energía que el cuerpo
utiliza.
¿Sabías que...?
Ciertos trastornos, como las enfermedades graves, una insuficiencia renal, las infecciones, las lesiones y una
cirugía, pueden incrementar la necesidad de nutrientes.
CONTROL DEL APOYO NUTRICIONAL
Los profesionales de la salud deben administrar cuidadosamente los métodos de alimentación artificial para asegurar
que las personas están recibiendo los nutrientes que necesitan y evitar problemas, como las infecciones. Para
determinar si el apoyo nutricional es adecuado y efectivo, los médicos controlan regularmente los factores tales como
los siguientes:
El índice de masa corporal (IMC; el peso en kilogramos dividido por la estatura en metros elevada al
cuadrado)
La composición corporal (la cantidad de grasa y el tejido muscular ver Graso frente a magro: composición
corporal)
Las sustancias en la sangre, la orina y las heces que indican el estado nutricional
La fuerza muscular (por ejemplo, mediante la medición de fuerza al empuñar la mano)
Un aumento de la fuerza muscular indica un aumento de la masa muscular y por lo tanto la mejora del estado
nutricional.
Esta técnica la puede realizar el personal sanitario adecuado y cualquier persona, como un familiar, a la que
previamente se le haya enseñado.
Lo primero que tenemos que hacer cuando procedemos a alimentar por sonda nasogástrica es elevar al paciente
encamado unos 30 º A continuación, con una jeringa de 50 cc, aspiraremos el contenido gástrico, para verificar que no
supere los 150 ml en adultos. Comprobaremos que la dieta sea la correcta (líquida o triturada), que esté a temperatura
ambiente y libre de grumos. Con la jeringa cargaremos el alimento, retiraremos el tapón del extremo de la sonda y
conectaremos la jeringa para introducir el alimento lentamente, nunca a presión. El tiempo que debe durar esta técnica
sera entre 15 y 20 minutos. Tras la ingesta administraremos de 20-30 ml de agua y mantendremos al paciente con la
misma elevación de la cabecera al menos 30 minutos, para evitar el reflujo gástrico. A las dos horas comprobaremos el
contenido gástrico mediante aspiración. Si éste supera los 150 ml, nos indicará una mala absorción.
Todos los expertos concuerdan en que deben existir grupos de soporte nutricional para el manejo de pacientes
adultos que requieren terapia nutricional entérica o parenteral. La mayoría está de acuerdo en que estos grupos
deberían ser de carácter obligatorio, aunque uno de los expertos considera que la definición de obligatoriedad
depende de la normatividad vigente en salud. Estos grupos son especialmente necesarios en los hospitales de tercer
y de cuarto nivel. No hubo consenso al respecto de si los grupos de soporte nutricional son necesarios y
obligatorios en las instituciones de menor nivel. Fue claro dentro de la discusión que existen instituciones de
segundo nivel de atención con servicios de cirugía general, donde se practican procedimientos gastrointestinales
que pueden requerir de terapia nutricional especial, donde la necesidad de un grupo sería evidente, pero la decisión
al respecto de la obligatoriedad depende del volumen y complejidad de los pacientes manejados en dichas
instituciones. No se especificó si los pacientes que requieren soporte nutricional deben ser remitidos a un hospital
de tercer o de cuarto nivel.
Entre las razones que se aducen para tener un grupo de soporte nutricional, se encuentran:
1. el cumplimiento de las metas de calidad definidas nacional e internacionalmente por las sociedades científicas y
los entes gubernamentales,
2. la disminución de la aparición de eventos adversos,
3. la optimización del uso de recursos en terapia nutricional, y
4. la realidad evidente de que en las instituciones hospitalarias existe subdiagnóstico de la desnutrición, lo cual
contribuye a aumentar la morbimortalidad, los costos de atención y la estancia hospitalaria.
Algunos expertos sugieren que, en situaciones específicascomo las de las instituciones de cuidado crónico o en
aquellos programas de cuidado en casa, es necesario que participe un grupo de soporte nutricional.
Hubo consenso respecto a que, al menos, cuatro profesionales deben conformar el grupo de soporte nutricional.
Ellos son médico, nutricionista, enfermero y químico farmacéutico. Algunos sugieren que, además, debe contarse
con el concurso de una auxiliar de enfermería. No hubo consenso en si es necesaria la participación de otros
profesionales dentro del grupo. Algunos sugieren la inclusión de fonoaudióloga, terapista física, terapista
ocupacional y otros profesionales de la medicina, como gastroenterólogos, radiólogos, psiquiatras o especialistas
de la enfermería, como expertas en manejo de heridas y ostomías.
Entre las competencias de los miembros, se sugirió que el médico debería tener un entrenamiento específico en
soporte nutricional. No hubo consenso respecto a qué especialidad debería tener el médico y se consideró que fuera
cirujano general, internista, intensivista o gastroenterólogo. En relación con la enfermera, ella debe tener
entrenamiento en el manejo de sondas de alimentación entérica y de catéteres de alimentación parenteral. Se espera
del químico farmacéutico que tenga conocimiento específico sobre los productos y manejo de las soluciones de
nutrición entérica y parenteral.
1.3 Frecuencia de seguimiento intrahospitalario de los pacientes por parte del grupo de soporte nutricional
Se logró consenso en relación con que la valoración de los pacientes que reciben alimentación entérica y parenteral
debe hacerse de manera diaria. Esto es particularmente relevante para los que se encuentran en unidades de
cuidados intensivos o que tienen condiciones clínicas complejas que hacen que la terapia deba ser ajustada de
manera inmediata. Algunos expertos sugirieron la posibilidad de dilatar el seguimiento en pacientes con
tratamiento ya instaurado y que se encuentran estables en su condición clínica y que, además, no requieren de
ajustes rápidos de la terapia nutricional.
Sin embargo, no se logró consenso en esta afirmación. Entre las razones aducidas para que la evaluación sea diaria,
se encuentran:
Específicamente desde la visión de química farmacéutica y en razón de que la nutrición se considera como un
‘medicamento’, la dispensación obliga a hacer un seguimiento diario del paciente. Algunos expertos también
sugirieron que el seguimiento puede ser espaciado encasos específicos de nutrición entérica, cuando haya habido
un entrenamiento adecuado y supervisado de los familiares o cuidadores. Sin embargo, tampoco se llegó a un
consenso en este aspecto.
No se logró consenso respecto a cuáles son los indicadores específicos que se deben medir para valorar la función
y actividad del grupo de soporte nutricional. Se mencionaron indicadores de carácter clínico (mediciones
antropométricas, resultados de los exámenes bioquímicos, complicaciones, etc.), de volumen de pacientes (número
total, número por tipo de nutrición, número en tamización), de objetivos alcanzados (tiempo para lograr metas
calóricas y proteicas, tiempo de respuesta de interconsulta, tiempo de permanencia de las sondas o catéteres) y
administrativas (pertinencia de las valoraciones, número de glosas). Se logró consenso al respecto de la necesidad
de que cada institución tenga, al menos, un número básico de indicadores que permita medir la actividad del grupo
de soporte nutricional.
No hubo consenso respecto a si el médico debe ser el director administrativo del grupo de soporte nutricional o no.
No obstante, hubo consenso en que él debe liderar las actividades diarias del grupo. Entre las funciones que debería
cumplir el médico en el grupo, se encuentran:
Se logró consenso respecto a las funciones del nutricionista dentro del grupo de soporte nutricional. Entre las
funciones establecidas, están:
Se logró consenso respecto a las funciones de enfermería dentro del grupo de soporte nutricional. Entre las
funciones que debe cumplir, se encuentran:
Fue evidente, en esta pregunta, la necesidad que tienen algunos grupos de tener un auxiliar de enfermería que
cumpla funciones de carácter administrativo relacionados con el suministro de la nutrición, rotulado y distribución
de las soluciones, y adecuación de las fórmulas.
Se logró consenso respecto a las funciones del químico farmacéutico en el grupo de soporte nutricional. Entre las
funciones que deben cumplir, se encuentran:
Objetivos
Estimar la incidencia de algunas complicaciones del soporte nutricional en pacientes críticamente enfermos.
Métodos
Estudio multicéntrico, descriptivo, prospectivo, realizado en seis instituciones de alta complejidad de la ciudad de
Medellín (Colombia) en un período de cuatro meses. La población objetivo estuvo constituida por pacientes adultos
mayores de 18 años que ingresaron a UCI y recibieron SN mínimo por 48 horas. Fueron excluidos los pacientes
remitidos de otras unidades de hospitalización o de otras instituciones con soporte nutricional instaurado así como
mujeres en gestación.
En cada institución participante, una vez seleccionado el paciente que cumpliera los criterios de inclusión, se registró
la presencia de las complicaciones definidas para cada tipo de soporte nutricional; la complicación se reportó una sola
vez como evento nuevo en los formularios diseñados para tal fin. La información fue recolectada en un período de
cuatro meses, al cabo de los cuales se determinó la incidencia de las complicaciones estudiadas. Para controlar los
sesgos se capacitó a los investigadores en la identificación y registro de las complicaciones previamente establecidas y
en el diligenciamiento de los formularios.
De cada paciente seleccionado se obtuvo información sobre edad, género, diagnóstico médico, estado nutricional a la
admisión por valoración global subjetiva (VGS), tipo de soporte nutricional, vía de acceso, tipo de fórmula,
complicaciones, duración del soporte, suspensión y causa. Se unificaron los criterios para la VGS, la cual se basó en la
propuesta de Detsky (12) con un ajuste al incluir como nueva categoría a los pacientes con exceso de peso. Se realizó
una prueba piloto durante un mes, la cual permitió probar y ajustar el proceso de recolección de datos.
Definición de complicaciones
Con base en los reportes de otros estudios y de la experiencia clínica de los investigadores, se definieron las
complicaciones a estudiar así:
Nutrición enteral
Residuo gástrico alto (RGA): residuo con características alimentarias mayor a 150 ml13,14.
Diarrea: más de cinco deposiciones de consistencia líquida en un período de 24 horas ó dos deposiciones de un
volumen superior a 1.000 ml/día15.
Broncoaspiración (BA): salida de fórmula de nutrición por boca y la aspiración de secreciones del tracto respiratorio
con contenido de fórmula de nutrición confirmada por diagnostico médico y placa de rayos X15.
Retiro de la sonda (RS): extracción voluntaria e involuntaria de la sonda. Se excluyó retiro por orden médica.
Nutrición parenteral
Hipertrigliceridemia (HTG): valores mayores a 350 mg/dl, cuando se midió durante la infusión de lípidos y mayor de
250 mg/dl cuando se valoró 12 horas después10. No se consideró el tipo de infusión utilizada.
Colestasis: en pacientes con NP más de dos semanas y que presentaron al menos una de las siguientes alteraciones:
bilirrubina total o directa > 1,2 mg%, fosfatasas alcalinas > 380 UI/l, gama glutamiltransferasa> 50 UI/l 10.
Sepsis asociada a catéter: identificación del mismo microorganismo en un cultivo de sangre y de una parte del catéter,
realizado de manera semicuantitativa o cuantitativa, en presencia de signos de infección en ausencia de otras causas 16;
no se consideró si el cateter era mono, bilumen o trilumen
Hipofosfatemia (HP): cifras de fósforo sanguíneo menores de 2,5 mg/dl17.
Manejo ético de la investigación
Cada paciente o en su defecto un familiar, firmó un consentimiento para participar en forma voluntaria en la
investigación; en algunos no fue posible por la condición del paciente o porque no tuvo acompañantes. El proyecto fue
avalado por los Comités de Ética de cada una de las instituciones participantes.
Análisis estadístico
La base de datos y el análisis estadístico de la información se realizó en el programa SPSS versión 17.00. Las
variables cuantitativas se describieron por medidas de tendencia central y dispersión; las variables cualitativas
mediante frecuencias y porcentajes. Para cada complicación se calculó la incidencia y la densidad de incidencia
(No episodios*100/días de SN). Se utilizó la prueba Chi2 o la prueba exacta de Fisher para explorar la asociación de
cada complicación según las variables de interés y la U de Mann Whitney cuando al menos una de las variables fue
cuantitativa. El nivel de significancia definido fue de p < 0,05.
Resultados
La población final estuvo conformada por 419 pacientes, de los cuales 222 fueron hombres (56,8%). La edad
promedio fue de 54 ± 20 años y el 71,9% tenía más de 40 años. El 58,2% (244) de los pacientes ingresaron por
diagnóstico médico (enfermedad cardiovascular, gastrointestinal, neurológica, respiratoria, renal, hepática y VIH),
23,4% (98) por trauma y 8,6% (36) presentaron sepsis. El 46,3% presentó a la admisión riesgo de malnutrición o
malnutrición severa. En la tabla I se describen las características generales de la población de estudio por tipo de
soporte.
Respecto al tipo de SN, el 90,7% (380) de los pacientes recibió NE y el 9,3% (39) NP. La vía de acceso más utilizada
para la NE fue la sonda orogástrica (48,2%) y la vena subclavia para la NP (89,7%). La fórmula polimérica fue la más
empleada en la NE (48,7%). En la tabla IIse describen las características por tipo de SN. La duración del soporte fue
en promedio 15 ± 15 días, con un mínimo de 2 y un máximo de 109; en el 47,5% de los casos, la duración fue menor a
10 días sin diferencia significativa por tipo de soporte. El número de días contabilizados para la NE fue de 5.664 y
para la NP de 583.
De los pacientes estudiados, el 43,7% de los que recibieron NE y el 51,3% de los que recibieron NP presentaron
complicaciones, sin diferencia significativa por tipo de soporte (p = 0,363). El RGA fue la complicación mas incidente
en los pacientes que recibieron NE (24,2%) con una densidad de incidencia de 1.62 episodios por 100 días de soporte.
En la NP la complicación más incidente fue la HP (38,5%) con una densidad de incidencia de 2.57 episodios por 100
días de soporte. En general, se presentaron 2.93 complicaciones por cada 100 días para la NE y 3,43 para la NP. En
la tabla III se presentan la incidencia y densidad de incidencia de las complicaciones por tipo de soporte. En el 26,7%
de los pacientes que presentaron alguna complicación se suspendió el SN. Tanto para la NE como para la NP, la causa
más frecuente de suspensión fue el fallecimiento (61,2% y 50%), seguido en la NE del retiro de la sonda (14,5%) y en
la NP de la sépsis asociada al catéter (40%).
La duración del SN tanto enteral como parenteral mostró asociación estadísticamente significativa con la mayoría de
las complicaciones estudiadas (tablas IV y V). En la NE se encontró asociación estadística significativa entre la
diarrea y el suministro de la fórmula polimérica especializada más módulo (p = 0,008) y la presencia del RGA con la
vía de acceso por sonda oragástrica (p = 0,025).
Discusión
Sin extremar el papel del SN, se reconoce su importancia en la atención de los pacientes críticos y hoy, más que un
tratamiento, se considera una terapia dentro del manejo integral que puede contribuir a modular la función
inmunológica e inflamatoria y a modificar y moderar la respuesta catabólica aunque no puede reversarla en su
totalidad4. Este estudio determinó la incidencia de algunas de las complicaciones del SN en pacientes de UCI en
instituciones hospitalarias de la ciudad de Medellín. Aunque son reconocidas las ventajas de la NE sobre la NP18, no
se encontraron diferencias significativa entre la ocurrencia general de las complicaciones estudiadas por tipo de
soporte, el 43,7% para la NE y el 51,3% para la NP (p = 0,363).
Para la NE, el RGA fue la complicación de mayor incidencia (24,2%). Este hallazgo es consistente con lo reportado
por diferentes autores respecto a que es ésta una de las complicaciones más frecuentes en los pacientes que reciben
este tipo de soporte15,19,20. Comparar estas cifras con otros estudios es difícil pues no hay acuerdo en el punto de corte
en el cual el residuo se considera alto. Elpern y cols. definiendo un residuo gástrico > 150 ml como alto, encontraron
un incidencia de 11,5%21. Metheny y cols. reportaron incidencias inversamente proporcionales al punto de corte
definido: 39% para un volumen < 150 ml, 27% para un volumen hasta 200 ml y 17% para un volumen hasta 250 ml22.
Grau y cols. refirieron una incidencia de 34,6% para un volumen mayor de 200 ml15. Montejo y cols. en dos estudios
reportaron incidencias de 39% y 25%23,24; Mentec y cols. definiendo como alto un residuo entre 150 y 500 ml en dos
mediciones consecutivas o > 500 ml en presencia de vómito reportaron una incidencia de 32%25. Aunque el punto de
corte para RGA fue menor en este estudio, tanto la incidencia como la densidad de incidencia encontradas fueron más
bajas que las publicadas por Grau y cols. en el estudio ICOMEP (24,2% vs 34,6% y 1,62 vs3,03 respectivamente)15. Si
bien la medición del RGA hace parte de la mayoría de los protocolos de las UCI, su utilidad e interpretación es
controvertida pues depende de muchos factores como características de la sonda, tamaño de la jeringa usada, posición
del paciente y habilidad de quien lo toma26,27. No siempre un RGA indica estasis gástrico28 como tampoco un residuo
gástrico bajo protege de la neumonía por aspiración29,30. Igual se debe tener en cuenta que puede ser un síntoma de
alteraciones en el vaciamiento gástrico y no siempre por norma una complicación de la NE. Tanto los resultados de
este estudio como los referenciados, muestran que el RGA es una complicación frecuente y que a pesar de la
controversia y limitaciones, mientras no se dispongan de otras pruebas de motilidad gástricas rápidas y aplicables al
pie de cama, sigue siendo recomendado como parte del monitoreo a los pacientes que reciben NE20,27,31. Es importante
unificar técnicas para su medición, definir puntos de corte e interpretación para establecer los valores en los cuales el
residuo gástrico indica que se puede continuar con la NE o si por el contrario, es necesario suspenderla por
intolerancia gástrica26 pues como lo reportan algunos estudios, el RGA es una de las principales causas de la
suspensión de la NE y por tanto, de la hipoalimentación en los pacientes críticos en UCI19,24; de hecho en este estudio,
fue la causa de suspensión en el 5,5% de los casos.
La diarrea fue la segunda complicación mas incidente de la NE en UCI, con un 12,5% y 0,85 eventos por cada 100 día
de soporte. Como en la complicación anterior, la ausencia de uniformidad en las definiciones y el alto grado de
subjetividad en la evaluación de los síntomas hace difícil comparar resultados32. La incidencia de la diarrea como
complicación de la NE presenta cifras entre el 20 al 70%, sin embargo, para los grupos que utilizan definiciones
objetivas, la incidencia queda limitada del 10 al 18%15,33, valor en el cual se encuentran los resultados de este estudio.
La presencia de diarrea en un paciente con NE en UCI representa un problema importante por la pérdida de nutrientes,
líquidos y electrolitos y el riego de infección en las úlceras por presión34. Las causas de la diarrea durante la NE
incluyen factores relacionados con la dieta, con la administración, causas infecciosas, medicamentos y patología de
base34,35. Aunque aun es generalizado el concepto de que la NE es el principal factor responsable de la diarrea, los
factores antes mencionados deben ser considerados, pues como lo mostraron Edes y cols., sólo en un 25% de los
casos, la dieta fue considerada responsable de la diarrea en pacientes que recibían NE36. Montejo y cols. reportan una
incidencia del 14%24 y Grau y cols. del 16% con una densidad de incidencia de 1,4 episodios por cada 100 días de
soporte15. Los datos de este estudio mostraron una incidencia de diarrea dentro de los rangos basados en definiciones
objetivas. Respecto al estudio Multicéntrico de Grau, los resultados fueron muy similares en la incidencia
(12,5% versus 14,0%) pero con una menor densidad de incidencia, 0.22 episodios por cada 100 días de
soporte versus 1,38 episodios en el estudio ICOMEP15. En ninguno de los casos, la diarrea fue causa de suspensión de
la NE, lo que podría estar reflejando que ante la aparición del evento, se aplican los protocolos para el mejor manejo
del problema y se consideran medidas intermedias antes de tomar la decisión de suspender la NE.
La incidencia de la broncoaspiración como complicación de la NE en este estudio fue del 2,1% con 0,14 episodios por
cada 100 días de soporte, en ambas casos cifras más altas que las encontradas por Grau y cols. en el INCOMEP,
0,37% y 0,03 respectivamente15. Sin duda una de las complicaciones más graves de la NE es la neumonía por
aspiración, la cual sucede entre el 1 y el 44%, asociándose especialmente al acceso gástrico, donde influyen también
factores como la patología de base, la tolerancia a la NE, el calibre y localización de la punta de la sonda y la
presencia de reflujo gastroesofágico37. Además de considerar elevar la cabecera de la cama en un ángulo de 30 a 45
grados, en los últimos años se ha recomendado el acceso a yeyuno para disminuir el riesgo de broncoaspiración, sin
embargo, varios estudios han demostrado que el riesgo es similar y que no hay diferencia significativa en la eficacia
de la alimentación yeyunal versus la gástrica en pacientes críticamente enfermos38,39. En este estudio no se encontró
diferencia significativa en la incidencia de la broncoaspiración según lugar de acceso de la sonda. Bankhead y cols.
plantean que la medición del residuo gástrico sigue siendo la medida utilizada para prevenir la aspiración, aunque los
estudios relacionados con su eficacia siguen siendo conflictivos26. De hecho, mientras algunos trabajos sin un poder
estadístico significativo, han demostrado relación entre la neumonía por aspiración y el RGA40, otros, también sin
poder estadístico suficiente, han mostrado que el RGA no es un marcador confiable que indique aumento en el riesgo
de neumonía41. En este estudio se definió un punto de corte de 150 ml para diagnosticar RGA, lo cual podría sugerir
que si bien fue bajo, puede posibilitar un seguimiento más cuidadoso del paciente que permite detectar tempranamente
alteraciones en el vaciamiento gástrico, intolerancias a la NE y prevenir la incidencia de broncoaspiración como
complicación de la NE en UCI; solo en un caso, la broncoaspiración fue causa de suspensión del soporte.
En este estudio una complicación de la NE que llama la atención por su incidencia, fue el retiro de la sonda, bien fuera
voluntario o involuntario. La incidencia fue del 6,6% con 4,4 episodios por cada 100 días de NE. Infortunadamente,
aunque es una situación frecuente, no hay datos publicados para efectos de comparación. Se menciona que es
frecuente en niños, pacientes con alteraciones neurológicas y en aquellos bajo el efecto de medicamentos como
opiáceos. En los pacientes críticos esta situación puede tener consecuencias como la suspensión temporal de la
nutrición enteral, situación que contribuye a su vez a la disminución en el aporte de energía y nutrientes. El retiro
implica la colocación nuevamente de la sonda, con las molestias y riesgos que esto conlleva para el paciente; en
algunas ocasiones es necesario intentar otro abordaje o incluso desistir de este tipo de soporte. Es necesario entonces
prever esta complicación y monitorear al paciente en forma permanente pare evitar que se presente. Actualmente se
dispone de fijadores nasales para las sondas que pueden disminuir el riesgo de autoretiro de la sonda.
La HP es considerada como una complicación grave ya que el fósforo mantiene la integridad de la membrana celular y
es un cofactor de diversas vías metabólicas para la formación de energía. En este estudio la incidencia de esta
complicación fue de 38,5% mucho mayor comparada con el 18,1% reportado por Martínez y cols.17, esta diferencia
puede deberse a que estos últimos eran pacientes post-quirúrgicos, mientras que en éste estudio se incluyeron
pacientes en estado crítico en los cuales los niveles de fósforo se pueden disminuir por traumatismo, trastornos
respiratorios o enfermedades infecciosas, procesos catabólicos y medicamentos frecuentemente usados en la UCI
como bicarbonato, catecolaminas y adrenalina42. El estudio de ICOMEP reporta una incidencia de complicaciones
hidroelectrolíticas de 43% en paciente críticos que recibieron NP10, sin embargo, estos resultados no son comparables
dado que en ICOMEP agruparon en una sola complicación el aumento o la disminución de varios electrolitos (sodio,
potasio, cloro, calcio, magnesio y fósforo). Batani y cols. encontraron 56,5% de complicaciones hidroelectrolíticas,
mucho mayor que éste estudio, sin embargo, este último incluyó niños y adultos y tampoco especifica el porcentaje de
pacientes con HP11. Otro aspecto a considerar es que la HP puede presentarse en pacientes desnutridos que inician
soporte nutricional, ya que es la principal manifestación del síndrome de realimentación, que según algunos estudios
puede presentarse entre un 30% y 38% de los pacientes que reciben NP cuando se suplementa con fósforo y llegar
hasta el 100%, cuando no se administra este micronutriente. En este estudio el 46,3% de los pacientes presentó riesgo
o malnutrición severa lo que podría explicar la alta incidencia de de esta complicación43.
En cuanto a la HTG, la incidencia fue de 5,1% y la densidad de incidencia 0,34. Al comparar este resultado con el
estudio ICOMEP que utilizó el mismo punto de corte los hallazgos fueron similares (5,7%), aunque la densidad de
incidencia fue un poco mayor10. Otro estudio multicéntrico realizado en 14 hospitales de España encontró que el
26,2% de los pacientes adultos que recibieron NP presentaron HTG. La diferencia en los resultados puede explicarse
en que el estudio español consideró un punto de corte menor para diagnosticar HTG (> 267 mg/dl) y que se incluyeron
pacientes de otras unidades de hospitalización44. En el estudio de Malaysia, la hiperlipidemia fue reportada sólo en el
0,7% de los pacientes, sin embargo no se indica el punto de corte, se incluyeron niños y adultos y no se especifica que
se consideró hiperlipidemia11.
El catéter venoso central es ampliamente utilizado en pacientes críticos y la sepsis es considerada la complicación de
mayor riesgo. En un estudio realizado en Taiwan con 281 sujetos, se demostró que la NP fue el único factor de riesgo
independiente y que tuvo asociación significativa con infección en pacientes quirúrgicos45. La incidencia de sepsis por
catéter en este trabajo fue de 15,4% y la densidad de incidencia 1,03, más alta comparada con el ICOMEP que fue de
5,9% y 0,44 respectivamente. Entre otras causas, la diferencia encontrada podría atribuirse al no seguimiento de los
protocolos de inserción y cuidado del catéter o al tiempo de duración de la NP que en este trabajo mostró asociación
estadísticamente significativa. Otro estudio reportó que la duración de la NP y la frecuencia de inserción de catéter
fueron los principales factores de riesgo para infección46. Otra investigación realizada en el hospital Johns Hopkins
encontró que la duración del catéter fue el factor de riesgo de mayor fuerza tanto para la colonización como para la
infección, sin embargo, este mismo estudio reportó que los catéteres usados para NP tuvieron una colonización más
baja (1,6%) comparada con los usados para administración de líquidos, medicamentos o diálisis (12%-21%) y ninguno
de los utilizados para NP presentó infección; este resultado lo atribuyen los autores a que en este hospital los catéteres
son insertados y cuidados por un equipo multidisciplinario, son de un solo lumen, únicamente para NP y colocados en
la vena subclavia47. El estudio de Batani, aunque incluyó niños y adultos, también reportó una incidencia muy baja de
esta complicación, de los 215 pacientes que recibieron NP sólo 1 (0,7%) presentó sepsis11.
Referente a las complicaciones hepáticas, la incidencia de colestasis en este estudio fue de 10,3% y la densidad de
incidencia de 0,69. En el estudio ICOMEP se reportó disfunción hepática en el 31,1% de los pacientes, siendo la
colestasis la más frecuente con una densidad de incidencia de 3,610. El estudio de Batani encontró complicaciones
hepáticas en el 12,4% de los pacientes hospitalizados incluyendo adultos y niños, cifras similares a las encontradas en
este trabajo11. El estudio de Cavicchi en pacientes con NP en el hogar reporta que a medida que incrementa el tiempo
aumenta la incidencia de colestasis, consistente con los resultados de esta investigación48. Otro estudio realizado en
UCI de España con 3.409 pacientes, utilizando exactamente los mismos criterios para diagnosticar colestasis, la
incidencia de esta complicación se triplicó respecto a este estudio (30% vs 10,3%), sin embargo, es necesario
considerar que el estudio español agrupó como disfunción hepática, colestasis, necrosis hepática y un patrón mixto.
Los autores señalan como posibles causas de estos hallazgos, factores como diagnóstico de falla orgánica múltiple al
ingreso o sepsis, causas que podrían en parte también explicar los resultados de este estudio, pues al ingreso el 28,2%
de los pacientes tuvieron este diagnóstico49.
A pesar de sus beneficios el SN no está exento de riesgos y efectos adversos y tanto la NE como la NP pueden
presentar complicaciones mecánicas, metabólicas, gastrointestinales e infecciosas. Estas complicaciones son en su
mayoría detectables, manejables y no deberían ameritar la suspensión del SN8,50. Si bien las complicaciones del SN se
deben evitar al máximo, cuando se presentan es preciso identificarlas y tratarlas oportunamente para que éste cumpla
su objetivo y no se convierta en un riesgo adicional para la ya comprometida situación del paciente.
En conclusión, las complicaciones más incidentes del SN encontradas en este estudio fueron el RGA en la NE y la HP
en la NP; el retiro de la sonda, voluntaria o involuntaria es una complicación más frecuente de lo que se piensa y con
consecuencias para el paciente igualmente importantes. Finalmente, los resultados del estudio confirman que las
complicaciones del SN en los pacientes de UCI son frecuentes, y aunque no siempre son comparables con otros
estudios por la falta de uniformidad en la definición, los datos encontrados no se alejan de los reportados por otros
autores. Las complicaciones son inevitables, pero el diseño y aplicación de protocolos por parte de los responsables
del SN deberían ser la prioridad para lograr que éste cumpla su propósito de contribuir a la recuperación del paciente.
El estudio se ejecutó con recursos de la estrategia de sostenibilidad de la Vicerrectoria de Investigación de la
Universidad de Antioquia.
MANEJO DE HEMODERIVADOS
HEMODERIVADOS
La transfusión sanguínea es un procedimiento terapéutico basado en el aporte de los diferentes componentes
sanguíneos (hematíes, plaquetas, granulocitos y plasma) obtenidos a partir de la donación altruista. En la actualidad,
debido a diferentes avances, como el cuestionario de exclusión de donantes, los estudios para la detección de virus o la
filtración para la desleucotización de todas las unidades, la sangre es más segura que nunca, pero la indicación de
transfusión se debe realizar después de valorar el equilibrio entre sus riesgos y beneficios.
La sangre y derivados se utilizan para restaurar el volumen sanguíneo, mejorar la hemoglobina o corregir los niveles
séricos de proteínas.
Cuando se realizan cirugías programadas o de urgencias, que eventualmente pueden requerir la transfusión de sangre o
sus derivados, y como la transfusión tiene riesgos y complicaciones, mortalidad en algunos casos, se hace necesario el
contar con guías para el manejo adecuado y seguro de la sangre y sus derivados.
Administrar correctamente una transfusión sanguínea requiere dosis considerables de habilidad y conocimiento, lo que
exige seguir estrictamente una serie de pasos correlativos para poder controlar, detectar y solucionar cualquier
anomalía que pudiera producirse durante la transfusión.
Por todo ello, consideramos esencial disponer de una normativa de trabajo protocolizada para:
3. Concentrado de plaquetas:
ü Cada unidad individual tiene un volumen de 50-60ml, con un contenido de por lo menos 55 x 109 plaquetas, con
trazas de glóbulos rojos y leucocitos.
ü Preparada a partir de pool de donantes o por aféresis de un solo donante. La preparada de pool implica la exposición
a 4-6 donantes, la preparada por aféresis constituye la dosis de un adulto.
ü Indicadas en trombocitopenias, y defectos de la función plaquetaria.
ü No indicada para púrpura trombocitopénica idiopática auto-inmune (PTI), púrpura trombocitopénicatrombótica
(PTT), coagulación intravascular diseminada no tratada (CID).
ü Dosis de una unidad de plaquetas por cada 10kg de peso, en un adulto son 4-6 unidades de pool, o una unidad de
aféresis.
ü Se almacenan a temperatura de 20-24ºC, y deben ser agitadas de manera continua, tienen una vida útil de 5 días,
cuando son colocadas en pool tienen que ser utilizadas en 4 horas. No se deben refrigerar antes de la infusión, ya que
esto disminuye la función plaquetaria.
ü Siempre que sea posible los concentrados deben ser ABO compatibles.
4. Crioprecipitados:
ü Preparado a partir de plasma fresco congelado, que se descongela hasta 1 a 6ºC y se centrifuga, el precipitado
insoluble es separado del plasma y se congela.
ü Contiene la mitad del factor VIII y fibrinogeno de una unidad de sangre total, o sea 80-100u.i. y 150-300 mg
respectivamente.
ü Indicado en coagulopatías adquiridas con fibrinogeno bajo, y como alternativa al concentrado del factor VIII en el
tratamiento de la hemofilia A.
ü También se puede utilizar en enfermedad de von Willebrand.
ü La dosis usual es una unidad por cada 10kg de peso.
SANGRE TOTAL
INDICACIONES
PRECAUCIONES Y EFECTOS ADVERSOS
CONSIDERACIONES DE ENFERMERÍA
* Reemplaza el volumen sanguíneo y mantiene los valores de hemoglobina
* Da volumen intravascular
* Aumenta la capacidad de transporte de O2 en la sangre
* Riesgos asociados a hepatitis o SIDA y reacciones alérgicas
* Administración tardía por necesidad de pruebas cruzadas
* No poner sangre fría
* Mantenerla en el frigorífico
* Vigilar posibles reacciones (fiebre, malestar, calambres, sarpullido ).
* Utilizar una vía venosa exclusivamente, solo para pasar la sangre
* No administrar ningún medicamento por la misma vía por donde se esta pasando la sangre
CONCENTRADO DE HEMATÍES
INDICACIONES
PRECAUCIONES Y EFECTOS ADVERSOS
CONSIDERACIONES DE ENFERMERÍA
* Eleva el hematocrito
* Corrige el déficit de hematíes
* Mejora la capacidad de transporte de O2 de la sangre.
* Efectivo para rápida reposición de volumen
* No contienen proteínas del plasma y factores de coagulación
* Mismas consideraciones que con la sangre total
PLASMA HUMANO FRESCO CONGELADO
INDICACIONES
PRECAUCIONES Y EFECTOS ADVERSOS
* Repone el volumen plasmático
* Repone factores de coagulación.
* Peligro de hepatitis viral y reacciones alérgicas
* Administración inmediata para evitar deterioro de factores V y VIII.
PROCEDIMIENTO DE LA TRANSFUSIÓN
Identificación y Verificación
1. Pídale al paciente que se identifique con nombre, apellido, fecha de nacimiento, o cualquier otra información
adecuada. Verifique estos datos con los de la historia clínica. Si el paciente está inconciente, verifique la identidad con
un familiar, con el brazalete del paciente o con la historia clínica.
2. Verifique que la información en la etiqueta de compatibilidad coincida exactamente con los detalles en la
documentación del paciente y el brazalete de identificación en cuanto a: nombre, número de historia clínica, grupo
sanguíneo del paciente.
3. Verifique que no hay discrepancias entre del grupo ABO y Rh del paciente y la bolsa del hemoderivado y la
etiqueta de compatibilidad.
4. Verifique que no hay discrepancias entre el número único de donación y la etiqueta de compatibilidad.
5. Verifique la fecha de expiración del producto sanguíneo.
6. Examine la bolsa antes de la transfusión. No administre la transfusión si la bolsa está dañada o hay signos de
filtraciones, color inusual, signos de hemólisis.
Administración:
Si va a utilizar un acceso venoso en uso, verifique que esté funcionando bien. Si va a canalizar una vena nueva, utilice
catéteres de calibre 18-20G y verifique que funciona antes de iniciar la transfusión. Los catéteres venosos centrales,
también se pueden usar para transfusión, previa verificación de su colocación.
1. La única solución compatible con los productos sanguíneos es la solución salina al 0.9%, la cual se puede agregar
a los glóbulos rojos empaquetados a través de un equipo en “Y”. La única excepción a esto es la inmunoglobulina
intravenosa que se debe administrar con solución de dextrosa al 5% en agua destilada.
2. No administre ningún medicamento en la línea de la transfusión, en caso necesario, canalice una segunda vena.
3. Los glóbulos rojos empaquetados, plasma, plaquetas y crioprecipitados, requieren un equipo estándar de
administración de sangre con tamaño de filtro entre 170-240 micrones. El filtro está diseñado para retener partículas
tales como fibrina y otros microagregados que pueden hacer daño al paciente. El equipo se debe cambiar cada 4
unidades o cada 6 horas, lo primero que ocurra. Las plaquetas siempre se deben transfundir usando un equipo nuevo.
4. Con los glóbulos rojos empaquetados, plasma, plaquetas y crioprecipitados, invierta la bolsa varias veces para
asegurar la resuspensión. Esto es de particular importancia para los glóbulos rojos empaquetados.
5. Velocidades de transfusión. Estas deben ser indicadas por el médico, de ser posible todos los productos sanguíneos
deben ser iniciados de manera lenta y observar cualquier efecto adverso. En caso de emergencia las velocidades de
infusión pueden ser mayores, pero solo se debe pasar un producto sanguíneo a la vez, porque en caso de una reacción
adversa se puede saber que producto fue el causante.
a. Glóbulos rojos: Iniciar a 50ml/hora en los primeros 15 minutos, si el paciente tolera este inicio, aumentar la
velocidad para que el resto se transfunda en 2 horas. No se debe demorar la transfusión más allá de 4 horas.
b. Plaquetas y productos plasmáticos: Iniciar a 50ml/hora en los primeros 15 minutos, si el paciente tolera este inicio,
pasar el resto del producto tan rápido como lo tolere el paciente. No demorar más de 4 horas en la transfusión.
c. La albúmina al 25% no se debe transfundir más rápido de 2ml/min, porque extrae líquido del espacio extravascular
y puede causar sobrecarga de líquidos.
6. La unidad se debe descartar de manera apropiada después de 4 horas.
Monitorización:
1. Para cada unidad de sangre transfundida, monitoree al paciente en las siguientes etapas:
· Antes de comenzar la transfusión
· Al comienzo de la transfusión
· A los 15 minutos del comienzo de la transfusión
· Al menos cada hora durante la transfusión
· Al término de la transfusión
· A las 4 horas de completada la transfusión.
2. En cada una de estas etapas registre la siguiente información en la historia del paciente:
· Apariencia general del paciente
· Temperatura
· Pulso
· Presión arterial
· Frecuencia respiratoria
· Balance de fluidos:
· Ingesta de fluidos oral y endovenosa
· Eliminación urinaria.
3. Registre:
· Hora de comienzo de la transfusión
· Hora en que la transfusión es completada
· Volumen y tipo de todos los productos transfundidos
· Número único de donación de todos los productos transfundidos
· Cualquier efecto adverso.
4. Monitoree al paciente, especialmente durante los primeros 15 minutos de la transfusión para detectar signos y
síntomas tempranos de efectos adversos.
MANEJO INMEDIATO
CATEGORIA 1: LEVE
1. Suspenda la transfusión. Mantenga la línea venosa abierta con solución salina normal.
2. Administre antihistamínico IM ,o IV(ej. clorfeniramina 0.1mg/Kg. o equivalente).
3. Si no hay mejoría clínica dentro de 30 minutos o si los síntomas y signos empeoran, trate como Categoría 2.
1. Preoperatorio:
· Evaluación completa del estado de salud del paciente.
· Pacientes con enfermedades cardiovasculares tienen mayor tendencia a presentar isquemia con la anemia, y por lo
tanto se transfunden con niveles de hemoglobina relativamente mayores.
· La anemia crónica compensada, no es una indicación de transfusión, pues el organismo tiene mecanismos
compensatorios para mantener el transporte y entrega de oxígeno a los tejidos.
· Se debe corregir en la medida de lo posible, la anemia en el preoperatorio, para disminuir la exposición del
paciente a transfusiones.
· Siempre hacer preguntas de tamizaje para descubrir posibles defectos de la coagulación y hemostasia.
· Tener en cuenta el posible sangrado de cada cirugía.
· Si el paciente se encuentra tomando aspirina u otra droga antiplaquetaria, esta deberá suspenderse siete días antes
de la cirugía, teniendo en cuenta que esta suspensión no implique riesgos para la salud del paciente.
· Tener en cuenta que ciertos medicamentos homeopáticos o plantas pueden tener efectos adversos sobre la
coagulación, como el ajo, el jengibre, etc.
· Los pacientes que toman warfarina pueden ser manejados, previa evaluación del perfil de coagulación.
· Informar al paciente y a sus familiares de las posibilidades de una transfusión, de las alternativas a la transfusión
de sangre homóloga, y de los riesgos que implica la realización de una transfusión.
· Decidir si las enfermedades coexistentes y la cirugía planeada hacen necesario el remitir el paciente a un nivel de
atención superior, para un manejo adecuado.
· Dejar en la historia clínica los consentimientos informados sobre la posible transfusión y sus riesgos, así como
autorizaciones para rehusar una transfusión, sea cual sea la razón para esta.
2. Transoperatorio:
· Vigilar la pérdida de sangre con evaluaciones periódicas del campo operatorio, conteo de compresas, nivel de
sangre en el frasco de succión, signos de sangrado microvascular excesivo.
· Monitorizar la oxigenación inadecuada de los órganos vitales con los monitores estándar (presión arterial,
oximetría, ECG, capnografía). Cuando se considere necesario se puede recurrir a monitoría más especializada como
gases arteriales o venosos.
· Adecuada técnica anestésica, que reduzca los requerimientos de oxígeno. El uso de beta-bloqueadores puede estar
indicado en algunos pacientes.
· Mantener normotermia. La hipotermia así sea moderada induce coagulopatías.
· Vigilar los niveles de hemoglobina y hematocrito. En los casos de anemia aguda y en pacientes en unidades de
cuidado intensivo, no se ha demostrado que al transfundir (cuando alcanzan un umbral predefinido de hemoglobina),
mejore el desenlace final. La mayoría de las guías considera que sin enfermedades cardiopulmonares concomitantes,
es muy raro requerir transfusiones con niveles de hemoglobina mayores a 9 gr./dl, pero la transfusión casi siempre es
necesaria con niveles de hemoglobina iguales o menores a 6 gr./dl. Los niveles de hemoglobina dados, son solo una
guía para optimizar el manejo de los hemoderivados, siempre en una decisión debe primar la clínica del paciente.
· Las indicaciones de transfundir pacientes con niveles de hemoglobina intermedios (6-9 gr./dl), se deben basar en
signos de isquemia, el sangrado actual o potencial, el estado cardiovascular del paciente y los factores de riesgo del
paciente a una inadecuada oxigenación.
· Para el ahorro de sangre, utilizar siempre una adecuada técnica quirúrgica. Otras técnicas para el ahorro de sangre
como la recuperación de sangre del campo operatorio y la hemodilución normovolémica aguda se pueden realizar
siempre que se cuente con el equipo adecuado.
· En el caso de una catástrofe intraoperatoria, y la presentación de coagulopatía, se deben pedir exámenes de
laboratorio para confirmarla y en caso necesario decidir la transfusión de plasma fresco congelado, concentrados de
plaquetas, crioprecipitado, administración de drogas para tratar el sangrado excesivo (desmopresina y hemostáticos
locales).
· Solo en cirugía cardiovascular (corazón abierto), se empleara el uso de antifibrinolitícos como el ácido
epsilónaminocaproico y el ácido tranexámico.
3. Postoperatorio:
· Se debe tener una vigilancia sobre el sitio de la cirugía, y de los signos que nos indiquen que hay un sangrado
activo. En el caso de tener drenes, cuantificar lo perdido en los drenes, y en caso necesario ordenar los controles de
laboratorio pertinentes.
Las indicaciones de transfusión son básicamente las mismas que en el transoperatorio.
METODOLOGÍA
Primer paso:
Antes de extraer una muestra de sangre hay que comprobar la identidad del paciente, así como conocer su historia
clínica. Si durante una urgencia, debe extraerse una muestra de sangre de un paciente no identificado, asegúrese de
que le haya sido asignado un número de identificación temporal. Después se enviará la muestra a laboratorio
(perfectamente identificada) para determinar el grupo, Rh y pruebas cruzadas.
ü Equipo simple de administración de sangre (es el dispositivo más común para las transfusiones): el filtro está en el
interior de la cámara de goteo y es antibacteriano y antiburbujas.
ü Equipo con filtro para microagregados: se utilizará siempre que se quiera administrar grandes cantidades de sangre
completa conservada o concentrado de hematíes, con el fin de evitar que los microagregados penetren y obturen el
sistema circulatorio del paciente.
ü Equipo en Y: se utilizará para los concentrados de hematíes, que a veces, debido a su viscosidad debe pasar junto
con suero salino fisiológico para diluirlo.
ü Equipo de jeringa o goteo para componentes en la transfusión de plaquetas: con el fin de no obstruir la vía
intravenosa y poder administrarlas lo más rápidamente posible, evitando así que se aglutinen.
ü Equipo de transfusión con bomba: cuando se necesita transfundir grandes cantidades de sangre de forma rápida.
PRECAUCIONES
Si el paciente presenta alguno de los siguientes síntomas: escalofríos, hipotermia, hipotensión, cefalea, urticaria, dolor
lumbar, dolor torácico, sensación de calor, náuseas, vómitos o taquicardia. Los pasos a seguir serán:
1. Suspenda la transfusión y comience con goteo de solución salina para mantener permeable la vía venosa a fin de
seguir teniendo acceso a la circulación
2. Avisar al médico
3. Vigilar signos vitales cada quince minutos o según lo indique el tipo y la gravedad de la reacción
4. Administración de Oxígeno, adrenalina, etc, según prescripción médica
5. Vigile muy de cerca ingestión y excreción de líquidos y recoja la primera muestra de orina después de la reacción
6. Comuníquelo al banco de sangre
7. Registro de todas las incidencias
Si la transfusión transcurre normalmente, tanto la bolsa como el sistema y catéter se desecharán en contenedores
apropiados, al ser material potencialmente biopeligroso.