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Filosofía medieval

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La filosofía medieval es la filosofía que se desarrolló en Europa y Oriente
Medio durante lo que hoy se llama el Medioevo o la Edad Media, que se extendió
aproximadamente desde la caída del Imperio Romano hasta el Renacimiento
Recibe el nombre de filosofía medieval la que se produce desde la caída del Imperio
romano en Occidente (476) hasta la toma de Constantinopla por los turcos (1453). Se
trata de un largo periodo caracterizado por importantes acontecimientos históricos,
sociales, políticos, culturales y científicos. En el plano cultural, Occidente pierde el
conocimiento de la lengua griega y de gran parte del legado filosófico científico
antiguo. De la mano de la Iglesia comienza la construcción de una sapentia cristiana
unitaria con el dogma cristiano, principio y fin de la reflexión.

Periodos de la filosofía medieval


Se dan los primeros pasos para conciliar la filosofía con el cristianismo. En esta fase
destaca San Agustín (ver t7), principal representante de la patrística, y Boecio (ver t9),
autor de De Consolatione Philosophiae, tratado de traducciones y comentarios a obras
de Aristóteles. Su celebridad obedece en buena parte a haber sido el iniciador de la
disputa sobre el problema de los universales.
Una de las fases más fecundas corresponde a la escolástica. Su momento más temprano
se remonta al siglo VI y concluye en el siglo XIV. «Escolástica» es una denominación
que responde a dos aspectos relacionados:
La institución educativa (schola = escuela).
Método seguido en las escuelas y universidades para examinar los argumentos a favor y
en contra antes de llegar a la solución.
La segunda fase de la escolástica abarca los siglos XI y XII. Se desarrolla el método
escolástico y tiene lugar una influencia decisiva del mundo islámico, como
consecuencia de la recepción de obras de la filosofía griega desconocidas hasta
entonces. Asimismo, es el momento en que se generaliza la discusión en torno al
problema de los universales, que durará dos siglos.
Dos acontecimientos marcan el periodo (siglos XII-XIII) de la alta escolástica:
La prohibición de la lectura de la física y la metafísica de Aristóteles, desafiada por
algunas universidades.
La figura de Santo Tomás de Aquino (1225-1274), quien trató de reunir la filosofía
aristotélica y la filosofía cristiana desde San Agustín.
La producción filosófica de Santo Tomás abarca la lógica, la metafísica, la teología
natural, la ética y la filosofía política, y se divide en tres categorías:
Comentarios (a Aristóteles, a la Biblia y a destacados teólogos).
Las Summas (Summa contra Gentiles y Summma Theologica).
Las Quaestiones disputatae y Quaestiones quodlibetales.
Mención especial merece el argumento cosmológico (las cinco vías) para demostrar la
existencia de Dios.

La escolástica tardía del siglo XIV representada por Guillermo de Ockham (1280-1348)
y su nominalismo abre una senda nueva (la vía moderna), enfrentada a la antigua de
Tomás de Aquino y reforzada por los planteamientos de Nicolás de Oresme y Jean
Buridán sobre cuestiones cosmológicas.

Los representantes más simbólicos de la filosofía medieval son Tomás de


Aquino, Duns Escoto y Guillermo de Occam.
En esta entrada al blog ofreceré una breve biografía de cada uno de estos pensadores.
Tomás de Aquino
Tomás de Aquino nace en el reino de Nápoles durante el reinado del emperador
Federico II. En el año 1230 ó 1231, fue enviado a la Abadía de Montecasino, donde
estudió alrededor de ocho años. La familia de Santo Tomás esperaba que algún día
Tomás obtuviera algún cargo importante en la abadía, pero un conflicto político entre
Federico II y Gregorio XI hicieron de Montecasino un centro de rivalidad entre
el Papa y el Emperador. En 1239, Santo Tomás fue a estudiar a la recién fundada
universidad (o, mejor aún, studium generale) en la ciudad de Nápoles. Fue en ese
momento de su vida que el Aquinate comenzó a familiarizarse con las tesis filosóficas
de Aristóteles, Averroes y Maimónides. En esa misma época de su vida, Santo
Tomás encontró su vocación a la vida religiosa concretada en su entrega como fraile
dominico, incorporándose de por vida a la orden dominica entre los años 1242 y 1244.
A mediados de 1246, Santo Tomás tomó clases en París con San Alberto Magno, quien
en ese momento enseñaba lecciones sobre el Pseudo-Dionisio. Se trasladó a Colonia,
donde continuó trabajando bajo la tutela de Alberto Magno.
En 1256, Santo Tomás se convirtió en maestro de teología, y enseñaba en la
Universidad de París. Su labor como maestro de teología le comandaba enseñar sobre
la Biblia y presidir algunas discusiones teológicas: Quaestiones disputatae. Fue en ese
mismo año de 1256 que Santo Tomás comenzó a producir sus trabajos tempranos más
conocidos actualmente: Comentario a las ‘Sentencias’ de Pedro Lombardo, De
veritate, De ente et essentia, un comentario al De Trinitate de Boecio y su Suma contra
Gentiles. Alrededor de 1265 y 1268, Santo Tomás comenzó la composición de
la Summa theologiae, trabajo que quedó inconcluso.
En 1260, Santo Tomás renunció a su “cátedra” de la Universidad de París, y se retiró a
Orvieto. En 1265, la orden dominica encomendó a Santo Tomás establecer una casa de
estudios en Roma. Para 1269, Santo Tomás se encontraba nuevamente enseñando en
París. De 1269 en adelante, Santo Tomás se convertirá en un autor altamente prolijo,
produciendo las Catena aurea (comentarios sobre los cuatro Evangelios, compuestos a
partir de citas de los Padres de la Iglesia); una edición de una liturgia para la fiesta
de Corpus Christi y un comentario al libro de Job. De estas fechas también son De
potentia, Compendium theologiae, De regno y el comentario al De Anima de
Aristóteles. Habiendo regresado a París, Santo Tomás compuso sus cuestiones
disputadas De virtutibus, De aeternitate mundi y De unitate intellectus. Igualmente, en
París se comenzaron a escribir sus comentarios a la Física, la Metafísica y la Ética
Nicomaquea de Aristóteles.
En 1272, la orden dominica le volvió a encargar el establecimiento de otra casa de
estudios, pero esta vez en Nápoles. En ese mismo año, Santo Tomás continuó con la
redacción de la Summa theologiae. Empero, A partir de aquel diciembre de 1273, Santo
Tomás dejó de escribir y dictar lecciones. De camino al II Concilio de Lyon, Tomás
enfermó gravemente. Se dice que dijo lo siguiente: “si el Señor está viniendo por mí, es
mejor que me encuentre en un casa religiosa”. Así, fue llevado a la Abadía de
Fossanova, donde murió el día 7 de marzo de 1274.

Duns Escoto
De la vida de Duns Escoto se sabe relativamente poco. Sobre su vida intelectual como
teólogo se cree que comenzó en Oxford, alrededor de 1288, pero fue transferido por la
orden franciscana a la Universidad de París en 1302 para completar su grado como
maestro de teología. Los estudios de Escoto fueron truncados por Felipe IV el
Hermoso cuando en ese mismo año gran cantidad de miembros de la orden franciscana
fueron expulsados de Francia por haber tomado bando con el Papa Bonifacio VIII en su
disputa contra el Rey Francés en torno a la imposición de impuestos sobre las
propiedades de la Iglesia. Es lugar común asumir que Escoto regresó a Oxford tras su
expulsión de Francia. Como sea, de regreso a París en 1304, Escoto continuó con sus
estudios y fue promovido al grado de Maestro de Teología hacia el año de 1305. Fungió
como regente de teología en la orden franciscana para París hasta 1307, año en el cual
fue transferido a la casa de estudios de los franciscanos en la ciudad de Colonia, lugar
donde murió a la edad de 42 años.
El corpus de Escoto se puede dividir en dos grades secciones: sus comentarios sobre
algunos trabajos de Aristóteles y sus trabajos en teología. De Aristóteles, Escoto
comentó las Categorías, el De Interpretatione, las Refutaciones Sofísticas, el De
Anima y los primeros nueve libros de la Metafísica. Dentro de sus escritos sobre
teología se encuadran sus dos comentarios a las Sentencias de Pedro Lombardo,
sus Lectura (especie de lecciones preliminares sobre el Lombardo) y la Ordinatio (sus
lecciones revisadas).

Guillermo de Occam
Se cree que fray Guillermo nació alrededor de 1285 en una pequeña villa llamada
Occam, no muy lejos de Londres. Se sabe que se hizo subdiácono en 1306 en
Southwark, municipio inglés ubicado al sudeste de Londres, y que recibió sus licencias
para confesar en el año de 1318. Es probable que Occam haya comenzados sus estudios
en Oxford en el año de 1309. Entre 1314 y 1316, impartió cursos sobre la Biblia, y entre
los años de 1317 y 1319 explicó las Sentencias de Pedro Lombardo en Oxford.
Si bien es cierto que Occam fue precoz en sus disputaciones y en su lección inaugural
para recibir el título de maestro de teología, jamás se convirtió en maestro de teología.
Más bien: la orden franciscana le pidió que se dedicara a enseñar filosofía a los
miembros más jóvenes de la orden franciscana. Alrededor de su estadía en Londres
(1321-3), Occam escribió sus Quaestiones Quodlibetales, parte de su Summa logicae y
una versión revisada de sus enseñanzas sobre las Sentencias, la cual se convertiría en
su Ordinatio. Gracias a las quejas del rector de Oxford, John Lutterell, concernientes a
la ortodoxia de Occam, hicieron que este último fuera llamado a Aviñón. En 1356, la
comisión papal declaró que 51 proposiciones contenidas en los escritos teológicos de
Occam merecían ser censuradas; pero nunca fueron censuradas. Esperando la resolución
papal sobre su procesamiento, Occam se entrometió fuertemente en la controversia
sobre la pobreza. Dado que Occam tomó bando con Miguel de Cesena, Occam fue
excomulgado en 1328. A su llegada a Múnich, Occam el restos de sus días escribiendo
sobre Eclesiología, las relaciones entre Iglesia-Estado, los límites de la autoridad
legítima y los límites del poder papal. Aparentemente, Occam murió en el año de 1347
sin haberse reconciliado con la Iglesia.

existencia de Dios
Un interés constante en este tiempo fue el de probar la existencia de Dios, a través de la
lógica, si era posible. La filosofía medieval estaba fuertemente ligada a la filosofía
cristiana, la cual estaba fuertemente influenciada a sí misma por la clásica filosofía
islámica y por la filosofía judeo-islámica en la Baja Edad Media, especialmente por los
escritos de los filósofos musulmanes como Al-Kindi, Al-Farabi, Alhazen, Avicena, Al-
Ghazali, Avempace y Averroes, y filósofos judíos como Maimónides y Gersónides.
Un esfuerzo temprano fue el del argumento cosmológico, convencionalmente atribuido
a Tomás de Aquino. El argumento, toscamente, es que todo lo que existe tiene una
causa. Por lo tanto, debe haber una primera causa sin causa, y esa es Dios. Aquino
también adaptó este argumento para probar la bondad de Dios. Todo tiene algo de
bondad, y la causa de cada cosa es mejor que la cosa causada. Por lo tanto, la primera
cosa es la mejor cosa posible. Argumentos similares son usados para probar el poder y
la excepcionalidad de Dios.
Otro argumento importante que prueba la existencia de Dios fue el argumento
ontológico, ofrecido por Anselmo de Canterbury. Básicamente dice que Dios es aquel
mayor del cual no se puede pensar otro, lo cual implica pensar que existe, pues si no
existiera se podría pensar otra realidad más grande, lo cual contradice la definición. Este
argumento ha sido utilizado de distintas formas desde Duns Scoto en adelante, y
repropuesto por Descartes y otros pensadores modernos.

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