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EL PENSAMIENTO DEL SOMBRERO ROJO

El pensamiento de sombrero rojo se refiere a EMOCIONES, SENTIMIENTOS Y ASPECTOS NO


RACIONALES del pensar. El pensamiento de sombrero rojo es casi exactamente el opuesto al de
sombrero blanco, que es neutral, objetivo y exento de aroma emocional.

El uso del sombrero rojo permite que el pensador diga " Así me siento con respecto a este
asunto".
El sombrero rojo legitima las emociones y los sentimientos como una parte importante del
pensamiento.

Con el pensamiento de sombrero rojo nunca hace falta justificar o explicar lo que se siente.
Toda decisión correcta debe ser emocional en última instancia. Cuando hemos usado el
pensamiento para trazar el mapa, son valores y emociones los que determinan la ruta que
elegimos. Las emociones dan relevancia a nuestro pensamiento y lo acomodan a nuestras
necesidades y al contexto del momento.

El sombrero rojo cubre dos amplios tipos de sentimiento. En primer lugar, las emociones
comunes, que van desde las fuertes tales como miedo y disgusto, hasta las más sutiles como la
sospecha. En segundo lugar los juicios complejos clasificables en tipos tales como
presentimientos, intuiciones, sensaciones, preferencias, sentimientos estéticos y otros tipos no
justificables de modo perceptible. Cuando una opinión consta en gran medida de este tipo de
sentimientos, también se la puede encajar bajo el sombrero rojo.

La intuición y el sentimiento adquieren legitimidad con el pensamiento del sombrero rojo. El


sombrero rojo nos permite preguntar por los sentimientos y también expresarlos como una parte
adecuada del pensamiento. La intuición y las emociones pueden ser tratadas como sentimientos
aunque sean de naturaleza diferente.

Se puede tratar la intuición como se trata a un consejero. Si el consejero fue confiable en el


pasado, es probable que prestemos más atención al consejo que nos da. Si la intuición ha sido
correcta en muchas ocasiones, podemos estar más dispuestos a escucharla.

También se puede manejar la intuición según el "ganar algo, perder algo", la intuición puede no
ser siempre correcta, pero si lo fue más veces que errónea, el resultado final será positivo.
Sería peligroso atribuir a la intuición la infalibilidad de un oráculo místico. Sin embargo, la
intuición es parte del pensamiento. Está ahí. Es real. Y puede contribuir.

Podemos mostrar los sentimientos de sombrero rojo en cualquier momento durante el


transcurso de una reunión, discusión o conversación. Los sentimientos pueden dirigirse al manejo
mismo de la reunión, no sólo al tema que se está tratando.

En medio del flujo natural de emociones que ocurre en cualquier reunión, la convención del
sombrero rojo podría parecer artificial e innecesaria.
¿Realmente hace falta "ponerse" el sombrero rojo para enfadarse? ¿Acaso no se pueden
expresar las emociones por medio de la mirada y del tono de voz?

Precisamente es esta artificialidad lo que le da verdadero valor al sombrero rojo. Normalmente,


las emociones necesitan cierto tiempo para surgir y aún más tiempo para desaparecer. Hay
resentimiento y agravio. Se ofende y se es ofendido. En cierto modo, el sombrero rojo permite
que alguien conecte y desconecte el modo emocional en pocos instantes. Te pones el sombrero
rojo y te lo quitas. los puntos de vista que se expresan con el sombrero rojo son menos personales
que los que se expresan sin él, ya

que se lo conoce como un sistema formal.


Dado que el sombrero rojo encauza con precisión los sentimientos y la emoción, estos ya no
necesitan entrometerse a cada instante. Cualquiera que sienta la necesidad de expresar sus
emociones tiene un modo preciso para hacerlo.
Ya no hace falta tratar de adivinar los sentimientos de los demás. Hay una manera de
preguntarles directamente:

... Quiero que se ponga el sombrero rojo y me diga lo que piensa de mi propuesta

Una-vez que las emociones se han hecho presentes por medio del sombrero rojo, se puede
intentar investigarlas e incluso cambiarlas.

Esto ya no forma parte del trabajo con el sombrero rojo.


Las emociones y los sentimientos forman parte de la coloración del mapa. Gracias a la convención
del sombrero rojo podemos llegar a conocer las «regiones» que están muy teñidas
emocionalmente.
Entonces, cuando diseñemos las soluciones de las disputas, podremos mantenernos lejos de esas
áreas.

Ya que el pensamiento de sombrero rojo nos permite ser valientes y abiertos con nuestros
sentimientos, podemos tratas de sintonizarlos con las situaciones. Sin el sombrero rojo tendemos
a limitarnos a las palabras más fuertes complementadas con el tono y la expresión facial.

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