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Dada la importancia y el vasto campo de aplicación de las voladuras a cielo abierto, en el presente
numeral se recuerdan y profundizan algunos de los aspectos más importantes de este campo de
aplicación de los explosivos.
Dentro de las voladuras a cielo abierto, autodefinidas, se distinguen entre otras: las voladuras en banco,
altos o bajos, las excavaciones de zanjas y el corte de taludes. A su vez los parámetros que las definen
están determinados por: el equipo de perforación, las plantillas de perforación, la longitud del barreno y
la carga específica.
Por fines prácticos, el banqueo es el método de excavación de roca más empleado para muchas
aplicaciones entre ellas: la explotación de minas a cielo abierto, la explotación de canteras y en obras
de ingeniería como son la apertura de vías.
FACTORES CONTROLABLES DE UNA VOLADURA
Si bien éstos ya fueron estudiados en capítulos anteriores, a continuación se hace una referencia de los
mismos pero desde un enfoque más práctico y matemático.
Es la distancia vertical desde la superficie horizontal o cresta hasta la superficie inferior o pata (Escuela
de ingenieros militares, 2002, p.77).
Figura 4.2 Altura de banco “H”; diámetro de barreno “D”; burden o piedra “B”
Con frecuencia la altura más económica de altura de banco “H” expresada en metros, es igual a cuatro
veces el diámetro de los barrenos expresado en pulgadas. (Ibid, p.77). Situación que se cumple para
diámetros de barreno inferiores a 6”.
H(m) = 4 x D (pulg)
Sin embargo no hay que olvidar que la altura de banco también esta determinada por la capacidad de
los equipos de perforación y por seguridad ante la estabilidad del talud o deslizamientos, no debe ser
superior a 20m.
De manera general se puede recurrir a las siguientes expresiones para el cálculo de la altura de banco
cuando se utiliza la perforación por percusión:
En la figura 4.3 se presenta un ábaco sugerido por la Escuela de ingenieros militares, 1996, como
herramienta para el cálculo de la altura de banco en función del diámetro del barreno o viceversa.
Figura 4.3 Determinación del diámetro del barreno para diferentes alturas de banco
Línea de menor resistencia a la cara libre o distancia entre filas de barrenos. Normalmente su valor,
expresado en metros, se toma igual al diámetro de los barrenos expresado en pulgadas. (Escuela de
ingenieros militares, 1996, p.190).
B(m) = D(pulg)
Igualmente se considera normal que la altura del banco sea de 2.5 a 3 veces el burden. Sin embargo
debe tenerse en cuenta que tanto el burden como el espaciamiento son, en gran medida, dependientes
de el diámetro e los barrenos, de las propiedades de la roca, de los explosivos y de los requerimientos
finales de fragmentación y desplazamiento de la voladura.
Así, ante la necesidad de una buena fragmentación en terrenos duros y masivos, las dimensiones de
burden y de espaciamiento deben ser pequeñas. Por otro lado, si la fragmentación no es tan exigente o
el estrato a volar se encuentra altamente fizurado se puede dar mayor dimensión al burden y al
espaciamiento, en concordancia con mayores diámetros de perforación, sin detrimento del éxito de la
voladura.
Se presentan situaciones de voladura en rocas masivas, o de gran profundidad o que son formaciones
sedimentarias donde la fragmentación no es relevante y por el contrario sí se requiere cortar la roca a
nivel de piso sin la ayuda de ninguna discontinuidad natural.
En este caso el modelo anterior se ve limitado por el área donde la voladura es eficiente y se recurre a
una expresión algo más general para obtener el burden óptimo, dependiendo de las características de
las rocas.
donde:
donde:
La Escuela de ingenieros militares, 1996, p.191, sugiere el ábaco de la figura 4.4 para el cálculo de
éstos parámetros en función del diámetro del barreno, donde se muestra el factor burden
máximo/diámetro promedio de barreno, “V/D” para diferentes diámetros de barreno en función de las
propiedades de la roca de roca. La inclinación del barreno va de 15º a 20º con la vertical. Para barrenos
verticales se reduce el burden entre un 5 y un 10%.
Espaciamiento (E)
Es la distancia entre los barrenos de una misma fila. Una buena aproximación a su valor es considerarlo
igual al burden B en plantilla cuadrad o de 1.3B a 1.5B en plantilla al trebolillo o rectangular. Un valor
bastante acertado es de 1.3 veces la distancia de la línea de menor resistencia.
E(m) = 0.8 x B
E(m) = 0.5 x B
Figura 4.5 Espaciamiento “E”. Distancia entre barrenos de una misma fila
La profundidad del barreno equivale a la altura del banco más la sobreperforación requerida, por debajo
del nivel de piso, para garantizar su rompimiento y la no aparición de repiés. Esta sobreperforación
normalmente es de 0.3 veces el valor del burden. Así, la altura o profundidad del barreno estará dada
por la siguiente expresión:
L(m) = K + 0.3B
Debe tenerse en cuenta la gran influencia del diámetro del barreno en la fragmentación de la roca volada
y su relación con el burden y la altura de banco. Es un parámetro bastante relevante en la producción de
vibraciones y de onda aérea.
Atacadura
Es el sello, con material inerte, de la boca del barreno con el fin de retardar el escape de los gases de la
explosión. Su longitud es de 1/3 del largo total del barreno o la del burden y se considera útil si tiene al
menos 30cm
Columna Explosiva
Es la parte del barreno que contiene el explosivo y constituye entre la mitad y las dos terceras partes del
barreno. Se divide en dos partes cuales son: la carga de fondo, Cf, y la carga de columna Cc.
Cf = 1.3 B
La carga de columna se ubica sobre la carga de fondo, pudiendo ser de menor densidad ya que supone
que el confinamiento de la roca en este sector del barreno es inferior que en el fondo. Su longitud esta
dada por:
Cc = H – 2.3 B
Un exceso de carga en el barreno produce proyecciones y su energía es proporcional al exceso por m3.
Se ha estimado que el centro de gravedad de las masas de la voladura podría desplazarse hasta seis
metros hacia delante por cada 0.1 kg/m3.
Carga Específica
Hace referencia al volumen de la perforación requerida, en metros, para volar una unidad de volumen
de roca.
L/H/BE
siendo:
H : altura de banco.
Volumen de Voladura
El volumen teórico de la voladura se calcula como: el área superficial del banco por su altura.
Vt = S x H
Adicionalmente el peso del material volado se obtiene de multiplicar este volumen por el peso específico
de la roca volada.
PLANTILLAS DE PERFORACIÓN
Es la forma en que se distribuyen los barrenos de una voladura, considerando básicamente a la relación
de burden/espaciamiento y su directa vinculación con la profundidad de los mismos. (Escuela de
ingenieros militares, 1986, p.208).
Plantilla Cuadrada
La disposición de los barrenos en cada fila es alineada directamente detrás del barreno de la fila
inmediatamente anterior. Matemáticamente la medida del burden es igual al espaciamiento. (figura 4.7).
Plantilla Rectangular
Es una variación de las dos anteriores en donde el burden y el espaciamiento pueden bien ser iguales o
incluso el burden algo menor que el espaciamiento. La diferencia radica en que las perforaciones, en
filas sucesivas, se ubican a la mitad del espaciamiento de la fila anterior.
Dado lo irregular que resulta esta plantilla se suelen perforar barrenos auxiliares en el perímetro de la
misma con el objeto de lograr uniformidad en el banco resultante o remanente. (figura 4.9).
Plantilla en “V”
Consiste en que a partir de una plantilla cuadrada o rectangular, pues no es muy recomendada su
aplicación sobre una tresbolillo, y mediante el empleo de retardos se genere un ángulo, “A” de
movimiento, entre la cara libre inicial y la cara de salida real de la voladura. (figura 4.10).
Cuando se aplica la plantilla en “V” con microrretardo sobre una plantilla cuadrada, el ángulo de
movimiento generado “A” es de 45º con respecto a la cara libre. Es así como por ejemplo, una plantilla
cuadrada de 3 x 3 m se convierte en una plantilla rectangular con el burden de 2,12 y un espaciamiento
de 4,25m. (Figura 4.11).
Figura 4.11 Plantilla cuadriculada con microrretardo en “V”
Tan A = B/E
siendo:
B = Burden
E = Espaciamiento
Y el burden efectivo, Be, y el espaciamiento efectivo, Ee, en relación con la dirección del movimiento
será. (Figura 4.12).
En algunas oportunidades será conveniente abrir la voladura con el fin de lograr mayor movimiento de
material hacia el frente. Para tal fin se emplean dos barrenos con retardo 25ms. (figura 4.14).
Plantilla Echelón
Consiste en aprovechar la situación de una voladura con dos lados expuestos dirigiendo el movimiento
de la voladura hacia esos frentes. (Figura 4.15).
Se emplean en terrenos de ladera donde no hay suficiente espacio para la plantilla echelón en “V” por
tanto se requiere un diseño estrecho de voladura. Tiene como objeto confinar el movimiento de la roca al
área de la voladura exclusivamente.
Se suelen utilizar retardos no consecutivos con el fin de proporcionar mayor tiempo al movimiento de la
roca. (Figura 4.16).
De poco uso el cual se limita básicamente a formaciones laminadas delgadas con gran espaciamiento.
(figura 4.17).
Se presenta este requerimiento cuando no se dispone de una cara libre o de alivio para la voladura.
Por tanto el resultado que se presente es del de una voladura vertical para lograr esa cara faltante a
donde pueda moverse la voladura. Así es que se requiere de disminuir el burden y el espaciamiento en
los barrenos iniciales de la plantilla para abrir el área de alivio para los barrenos restantes. Con este tipo
de plantilla se incrementa el riesgo de generación de onda, vibraciones y proyecciones.
El uso del cordón detonante tiene aplicación para las plantillas de microrretardo mencionadas
anteriormente, conjugando las propiedades propias con las de los elementos asociados a su uso como
es el conector de microrretardo en superficie, entre otros, que interrumpe la detonación del cordón por
un espacio de tiempo para después reiniciarlo. Sin embargo, como se menciono en los correspondientes
apartes de los capítulos 2 y 3, hay que tener presente la posibilidad de la rotura del cordón por el
movimiento de la voladura y tomar las debidas precauciones dentro de las cuáles una puede ser el
asegurar el disparo de todos los barrenos con un sistema de doble disparo y/o la aplicación de un
circuito totalmente cerrado. (figura 4.18).
Este tipo de estructuras, por definición natural, lineal, se suele diseñar para necesidades de espacio
interior mínimo, cuyas dimensiones promedios se pueden comprender para lo ancho entre los 80cm y
los 3.0m y la profundidad entre 50cm y 5.0m (figura 4.19)
Este tipo de voladuras difiere de los sistemas convencionales de perforación y voladura en dos aspectos
básicos resumidos en el requerimiento de un elevado consumo de explosivo ante una perforación de
menor proporción.
Adicionalmente en este tipo de voladuras se requiere de mallas más cerradas, es decir, se requiere que
los barrenos vayan más próximos el uno del otro; esto, obviamente, tiene repercusiones en los costos de
ejecución.
A continuación se presentan uno a uno los parámetros de la plantilla de voladura para trabajo en zanjas
Piedra y espaciamiento
El valor de la piedra puede estimarse en función del diámetro de los barrenos y el espaciamiento a partir
del ancho de la zanja, según las tablas 4.2 y 4.3.
Sobreperforación
Se suele tomar como 0.5 veces el valor de la piedra según unos autores y un 10% de la profundidad de
la zanja según otros. Como valor mínimo debe tomarse 0.2m. Ver figura 4.21.
Figura 4.21 Inclinación 3:1 y sobreperforación de barrenos en zanja
Es aconsejable perforar los barrenos con inclinaciones de 2:1 (26.5º respecto a la vertical) y 3:1 (18.5º
respecto a la vertical) para favorecer la rotura por el fondo y la salida posterior del material Figura 4.21 y
4.22.
Retacado
Tipos de Explosivos
Para las voladuras de excavación en zanja, debe recurrirse a los tipos de explosivo que se caractericen
por su alta energía y densidad, consecuentemente elegidos con las características de la formación
rocosa y el esquema de perforación aplicado. De ésta manera son principalmente utilizados los
explosivos gelatinosos y los hidrogeles encartuchados.
En la tabla 4.4 y la tabla 4.5 se resumen los parámetros del esquema de la voladura de zanja partiendo
del diámetro de perforación y la profundidad de la zanja.
(1) se emplearán 3 barrenos en zanjas menores de 2.5m de profundidad y 1.5m de ancho; En ciertos tipos
de roca difíciles de volar, puede ser necesario incrementar la carga cuando se utilizan 3 barrenos en
trincheras menores de 2.5m de profundidad
Fuente: U.E.E.
Tabla 4.4 Estimación de la piedra y de las cargas en función de la
profundidad de la zanja (diámetro hasta 35 mm)
Secuencias de encendido
Los objetivos a lograr en un esquema apropiado de encendido es el de lograr el arranque de la roca sin
que se produzcan sobreexcavaciones y se logre la fragmentación adecuada. En la figura 4.23 se
presentan algunas secuencias recomendadas de encendido en función del número de filas y barrenos,
y del ancho de la base de la zanja.
Es relativamente fácil, que aún con el empleo de los esquemas de perforación y las secuencias de
encendido presentadas, se presenten sobreexcavaciones en la parte más alta de los taludes de la
zanja, independiente que se tengan barrenos situados en un plano vertical; por lo tanto, si se requiere de
un contorno más fino que el obtenido, se debe recurrir a la ejecución de una voladura de precorte en la
parte superior de la excavación. Figura 4.24.
Este esquema exige una mayor perforación, por lo que los costos de ejecución se incrementan respecto
a las alternativas de un recorte o de una voladura convencional.
La excavación en zanja presenta algunas variaciones de acuerdo al sitio donde se efectúan de ahí la
diferenciación que s presenta a continuación
Muy seguramente se presentará la situación de una excavación en zanja en zonas urbanas habitadas, lo
que requiere un trabajo delicado que demanda una gran planeación y estudio de la metodología a
emplear.
Es importante estudiar y evaluar las restricciones generales presentes tales como los tiempos
destinados a la perforación y a la voladura, el trafico peatonal, vehicular y de toda índole, los riegos de
las proyecciones de roca, las limitaciones de los niveles de vibración y cualquier otra situación que se
considere de riesgo o restrictiva.
En los casos de excavación mediante voladuras, el diámetro de los barrenos suele ser de 30 a 50mm.
Un esquema típico de perforación con tres hileras de barrenos es el que se presenta en la figura 4.25,
donde también se indica la secuencia de encendido.
Debido a los elevados consumos específicos empleados en este tipo de trabajos, próximos a zonas
habitadas, se hace indispensable utilizar sistemas de protección frente a las proyecciones.
Figura 4.25 Esquema tipo de excavación en zanja con tres hileras de barrenos
Entre las medidas más frecuentes que suelen utilizarse para controlar las vibraciones, están:
Su ejecución exige el mismo planteamiento anterior, siendo el factor básico a considerar la longitud de la
excavación.
Es frecuente el dejar en segundo grado de importancia la optimización técnica y económica del ciclo de
perforación y voladura en obras de canalización de grandes dimensiones, en zonas sin edificar, en
donde es más importante el rendimiento y la rapidez con que se ejecute el proyecto justificado esto, en
el control global de los costos de ejecución. Los esquemas de perforación de zanjas para canalizaciones
y servicios, suelen emplear una gama de diámetros comprendidos entre 35 y 64mm.
Para las zanjas de gran tamaño suelen diseñarse voladuras como si se tratase de excavaciones de
producción, y el diámetro de los barrenos puede aumentarse hasta los 76mm. En la figura 4.26 se
muestra un esquema tipo, de cuatro hileras de barrenos y su secuencia de encendido.
Figura 4.26 Esquema tipo de voladura en zanja con cuatro hileras de barrenos
Excavación de zanjas que requieren una apertura mediante cuele
Se resuelve dicha situación recurriendo a un esquema de cuele en cuña o en abanico, para facilitar su
esponjamiento, su posterior desplazamiento y la fragmentación. Figura 4.27.
En las figura 4.27 y 4.28 se muestran las diferentes combinaciones de cueles en “V” para conseguir un
frente libre de ayuda a las voladuras principales; sin embargo, según Langefors, este tipo de apertura no
debe utilizarse en profundidades mayores a 4m, a no ser que se combine con un esquema tipo abanico
en las primeras filas de la voladura principal, perpendicular a la zanja.
Figura 4.27 Configuración de los barrenos en excavaciones que precisan la apertura de un cuele
en “V” en un costado
Figura 4.28 Configuración de los barrenos en excavaciones que precisan la apertura de un cuele
en “V” en el centro
Variables de Diseño del Esquema del Cuele
Diámetro de perforación
Los diámetros más recurrentes se encuentran comprendidos entre 38 y 65mm, sin embargo, en las
etapas iniciales de tanteo el diámetro de perforación puede estimarse a partir de la altura de
excavación, H, que se proyecte.
Longitud de perforación
Donde:
j : Sobreperforación.
La inclinación de los barrenos de perforación debe estar comprendida entre las proporciones 2:1 y 3:1,
dado que las alturas de excavación (bermas de trabajo) no deben sobrepasar los 12 a 15 m
Piedra y espaciamiento
donde:
H : Altura de la excavación.
Fuente: U.E.E.
Tabla 4.7 Valores de la relación: espaciamiento/piedra según la resistencia a compresión simple
de la roca
Tipo de explosivo
Consumos específicos
Los consumos específicos de explosivo para los distintos tipos de roca se recogen en la tabla 4.8.
Tabla 4.8 Consumo específico (kg/m3) según la resistencia a compresión simple de la roca.
Secuencias de encendido
Los esquemas de iniciación de las cargas deben permitir un buen arranque de la roca.
Las secuencias de encendido deben disponerse en función del número de filas de barrenos, y de su
situación general en la zona de excavación a realizar.
Para aumentar el tiempo de las voladuras puede recurrirse, ala utilización de explosores secuenciales o
a los relés de microrretardo.
Retacado
La longitud de retacado en el barreno debe estar comprendido dentro de los valores que se indican en la
tabla 4.9.
Fuente: U.E.E
Tabla 4.9 Longitud de retacado
Sobreperforación
La prospección sísmica es una técnica geofísica que pretende, a través de fenómenos físicos naturales
o inducidos, encontrar la distribución del terreno a determinada profundidad. Algunas de las principales
técnicas geofísicas se resumen en la tabla 4.11.
La prospección sísmica depende del hecho que la tierra se ha segregado durante las diferentes etapas y
procesos geológicos en lechos de densidad y comportamiento elástico diferentes. Así, el determinar e
identificar irregularidades como fallas y plegamientos en los lechos se convierte en el objetivo de la
sísmica; éstas fallas se pueden constituir en depósitos de acumulación para gases e hidrocarburos.
El proceso básico que se da es que el explosivo, debidamente ubicado en el barreno, al detonar genera
ondas de energía sísmica en todas direcciones. Esta energía atraviesa las formaciones geológicas y al
llegar a las fronteras de formaciones de diferentes impedancias acústicas se divide regresando parte de
esta a la superficie donde se registra por dispositivos electromecánicos de gran sensibilidad conocidos
como geófonos.
Cuando estos instrumentos se colocan cerca de la fuente con el fin de registrar la energía que viaja en
trayectoria vertical se habla de método de reflexión. Cuando los instrumentos se colocan a lo largo de
distancias mucho mayores, en comparación con la profundidad del estudio, con la pretensión de
estudiar las ondas horizontales de energía sísmica que viajan en un material de alta velocidad cubierto
por materiales de velocidades inferiores, se habla de método de refracción.
Estas metodologías han tenido también aplicación en la voladura de rocas midiendo la velocidad de
propagación de las ondas longitudinales por el método de sísmica de refracción en superficie.
Método Up Hole: Consiste en colocar dentro de un barreno una serie de geófonos que registren la
energía sísmica producida por una fuente superficial (Figura 4.29):
Método Dow Hole: La posición de los explosivos se intercambia con las de los geófonos. Figura 4.30.
Método de Cross-hole. Variante alternativa de los dos anteriores, en la que tanto la generación de la
onda como su transmisión y registro se realizan en el mismo medio. Figura 4.31.
Derivadas de una voladura, se pueden identificar tres efectos secundarios, que pueden generar un
ambiente de molestia y aún de peligro en el entorno y en las estructuras próximas. Estos efectos o
fenómenos son: las vibraciones, la onda aérea y las proyecciones, por lo general, acompañadas también
de polvo.
Para minimizar éstos problemas, perturbaciones, es necesario revisar los elementos y factores que
incrementan y determinan la magnitud de su ocurrencia, con el fin de mitigarlos y hacerlos menos
peligrosos para el entorno humano, animal y vegetal y, por supuesto, para las estructuras próximas. Es,
sin embargo, aconsejable, acompañar a la labor estrictamente técnica, con una labor de trabajo social y
de información a la comunidad vecina al sitio de las explotaciones.
Se debe destacar que la energía ondulatoria es un reflejo de la naturaleza de la fuente o excitación que
la produce, lo que implica que, la variación en las presiones en el punto de excitación se transmite con
mayor o menor intensidad en todo el medio.
La Explosión
La onda de compresión producida en la explosión tiene una pendiente inicial que depende solo del
gradiente de la liberación de gases lo que, en otras palabras, quiere decir, de la velocidad de detonación
del explosivo. Al aumentar su valor, ésta onda de compresión produce una pulverización del material del
entorno de la carga y la apertura de grietas radiales, amortiguando la energía y disminuyendo la
pendiente de la onda de presión. (ver desarrollo de voladura en el numeral 3.3)
Al transmitirse la onda por el medio llega a la superficie libre (superficie horizontal en el caso de
voladuras en cráter o superficie vertical en las voladuras de banco), en donde se refleja pasando a onda
de sentido de avance inverso al de la onda incidente.
Como la resistencia a tracción del medio es muy inferior a la de compresión, la onda de tracción produce
la rotura de la roca, disipando la mayor parte de la energía acumulada. De esta forma la rotura del
terreno o de la roca se produce por los siguientes efectos:
Rotura en frente o en cráter por las tracciones inducidas por la onda reflejada.
Cada rotura o grieta implica, primero, una acumulación de energía elástica y posteriormente su
disipación dinámica en el trabajo de rotura y, por tanto, en la generación de una onda.
Estructura de la Vibración
Por su baja frecuencia ésta onda viene asociada a elevadas velocidades de partícula y grandes
deslazamientos, por lo que en su transmisión su atenuación será mucho mayor en materiales de baja
resistencia a la tracción. Su atenuación por amortiguación interna es mínima en los siguientes casos:
En medios sólidos por debajo del nivel freático, en que se transmite como onda de presión en el
agua.
En materiales cohesivos saturados, en que se transmite a través del agua de saturación, con
comportamiento no drenado, con las mismas propiedades que en el caso anterior.
Con mayor atenuación, en medios rocosos sanos, en que pueden admitirse valores altos en las
tracciones.
El resto de las componentes de la vibración suelen tener frecuencias por encima de los 10 Hz en casi
todos los casos y con mayor transmisión de energía por encima de los 50Hz. Las componentes debidas
a cada tipo de rotura no son diferenciables.
Las variables que afectan las características de las vibraciones son, prácticamente, las mismas que
afectan los resultados de las voladuras, clasificándose en dos grupos según sean controlables o no
controlables.
La geología local del entorno y las características geomecánicas de las rocas tiene una gran influencia
sobre las vibraciones. En los macizos rocosos homogéneos y masivos las vibraciones se propagan en
todas las direcciones, pero en estructuras geológicas complejas, la propagación de las ondas puede
variar con la dirección y por consiguiente presentar diferentes índices de atenuación o leyes de
propagación.
Las frecuencias de las vibraciones en minas de carbón son menores que las generadas en voladuras de
canteras y obras de construcción, debido principalmente a la longitud de las columnas de explosivo, la
complejidad de las estructuras geológicas y la presencia de suelos de recubrimiento. Figura 4.33.
Una cantidad considerable de la energía transportada por las vibraciones en minas de carbón tiene una
frecuencia inferior a 10Hz que inducen grandes desplazamientos del terreno y altos niveles de tensión,
llegando a producir daños importantes en estructuras con frecuencias de resonancia entre 4 y 12Hz. (Du
Pont, 1979, p.496)
La magnitud las vibraciones terrestres y aéreas en un punto determinado varía según la carga de
explosivo que es detonada y la distancia de dicho punto al lugar de la voladura.
En voladuras donde se emplean retardos, siempre y cuando éstos sean lo suficientemente grandes para
que no se produzcan interferencias constructivas entre las ondas generadas por los distintos grupos de
barrenos, será la mayor carga por barreno la que influirá directamente en la intensidad de las
vibraciones.
Cuando en la voladura existen varios barrenos con detonadores que poseen el mismo tiempo de retardo
nominal, la carga máxima operante suele ser menor que la total, debido a la dispersión en los tiempos
de salida de los detonadores empleados. Por esto, para determinar la carga operante, se estima una
fracción del número total de cargas iniciadas por detonador del mismo retardo nominal.
El peso de la carga operante es el factor individual más importante que afecta a la generación de las
vibraciones. La relación existente entre la intensidad de las vibraciones y la carga operante es de tipo
exponencial, y así por ejemplo para la velocidad de partícula se cumple:
Siendo “a”, según el U.S Bureau of Mines, (López, 1985 p.55), del orden de 0.8.
La distancia a las voladuras tiene, al igual que la carga, una gran importancia sobre la magnitud de las
vibraciones. Conforme la distancia aumenta la intensidad de las vibraciones disminuye de acuerdo a una
relación del tipo (López, 1985, p.55):
Donde el valor de “b”, según el U.S. Bureau of Mines (ibid, p.56), es del orden de 1.6.
Frente a problemas de vibraciones, algunos ingenieros plantean reducir el consumo específico de las
voladuras, pero no hay nada más alejado de la situación de nivel mínimo, pues se han llegado a
registrar voladuras en las que bajando el consumo de explosivo un 20% con respecto al óptimo, los
niveles de vibración medidos se han multiplicado por 2 y por 3, como consecuencia del gran
confinamiento y la mala distribución espacial del explosivo lo que origina una falta de energía para
desplazar y esponjar la roca fragmentada. (Ibid, 1985, p.56).
En la figura 4.34 se puede observar la influencia del consumo específico en situaciones extremas y
próximas al nivel óptimo de utilización en voladuras en banco.
Existe una correspondencia entre las velocidades de partícula y las tensiones inducidas en las rocas. La
constante de proporcionalidad es la impedancia del medio rocoso.
Así, la primera consecuencia práctica es que aquellos explosivos que generan presiones de barrenos
más bajas provocarán niveles de vibración igualmente bajos. Estos explosivos son los de baja densidad
y baja velocidad de detonación, por ejemplo el ANFO. Si se compara una misma cantidad de ANFO con
un hidrogel común, o uno aluminizado, la intensidad de las vibraciones generadas por el primero es 2
veces y 2,4 veces menor respecto a la de sus comparaciones respectivamente.
En los estudios vibrográficos, si se utilizan explosivos de potencias muy dispares, las cargas deben ser
normalizadas a un explosivo patrón de potencia conocida. Normalmente se toma el ANFO como
explosivo de referencia, ya que es el que se consume con mayor frecuencia.
Tiempos de retardo
El intervalo de retardo entre la detonación de barrenos puede referirse al tiempo de retardo nominal o al
tiempo de retardo efectivo. El primero es la diferencia entre los tiempos nominales de iniciación, mientras
que el tiempo de retardo efectivo es la diferencia de los tiempos de llegada de los pulsos generados por
la detonación de los barrenos disparados con periodos consecutivos. En el caso simple de una fila de
barrenos éstos parámetros están relacionados por la siguiente expresión:
donde:
La figura 4.35 muestra el caso de una fila de barrenos con diferentes posiciones relativas de los
captadores.(Wiss y Linehan, citado por Itge, 1986, p.457).
La mayoría de las variables geométricas de diseño de las voladuras tienen una gran influencia sobre las
vibraciones generadas.
Diámetro de perforación
El aumento del diámetro de perforación es negativo, pues la cantidad de explosivo por barreno es
proporcional al cuadrado del diámetro, resultando frecuentemente unas cargas operantes muy elevadas.
Altura de banco
Debe intentarse mantener una relación “H/B > 2” para obtener una buena fragmentación y eliminar los
problemas de repiés, al mismo tiempo que se reduce el nivel de las vibraciones por estar las cargas
menos confinadas.
Piedra y espaciamiento
Si la piedra es excesiva los gases de la explosión encuentran resistencia para fragmentar y desplazar la
roca y parte de la energía del explosivo se transforma en energía sísmica aumentando la intensidad de
las vibraciones.
Este fenómeno se aprecia más claramente en las voladuras de precorte, donde el confinamiento es total
y pueden registrarse vibraciones del orden de 5 veces las esperadas en una voladura común de banco.
Figura 4.36.
Si la dimensión de la piedra es reducida los gases se escapan y expanden hacia el frente libre a una alta
velocidad, impulsando los fragmentos de roca en proyecciones incontroladas y provocando
adicionalmente un aumento de la onda aérea y el ruido.
En lo relativo al espaciamiento, su influencia es semejante a la del parámetro anterior pues incluso su
misma dimensión depende del valor de la piedra.
Sobreperforación
Cuando se utilizan longitudes mayores a las necesarias, cada sección adicional colabora con una
cantidad de energía cada vez menor en el cizallamiento y movimiento de la roca en la base, y por lo
tanto un porcentaje cada vez mayor de la energía desarrollada por el explosivo se convierte en
vibraciones del terreno.
Retacado
Los barrenos inclinados permiten un mejor aprovechamiento de la energía al nivel del piso,
consiguiéndose incluso una reducción de las vibraciones.
Desacoplamiento
Las dimensiones de las voladuras están determinadas, por un lado, por las necesidades de producción,
y por otro, por las cargas máximas operantes arrojadas por los estudios vibrográficos a partir de las
leyes de propagación, tipos de estructuras a proteger y parámetros característicos de los fenómenos
perturbadores.
Dado el grado de complejidad que sería el estudio real del fenómeno de la vibración, ocasionado por la
superposición de los diferentes tipos de ondas que se forman y los mecanismos de modificación de
éstas, se presentan aquí algunos aspectos teóricos, de la generación y propagación de las vibraciones
producidas en la voladura de rocas, que ofrecen una buena aproximación al fenómeno real.
Las vibraciones generadas en las voladuras se transmiten a través de los materiales como ondas
sísmicas cuyo frente se desplaza radialmente a partir del punto de detonación. Las distintas ondas
sísmicas se clasifican en dos grupos: el primero: ondas internas; Y el segundo: ondas superficiales.
Figura 4.37.
Figura 4.37 Ondas de Compresión “P” y de Cizallamiento “S”
El primer grupo de ondas son denominadas primarias o de compresión “P”. Estas se propagan dentro de
los materiales, produciendo alternativamente compresiones y expansiones y dando lugar a un
movimiento de las partículas en la dirección de propagación de las ondas.
Las ondas primarias son las más rápidas y producen en el material, a través del que se propagan,
cambios de volumen pero no de forma.
El segundo grupo lo constituyen las ondas transversales o de cizallamiento “S” que dan a las partículas
un movimiento perpendicular a la dirección de propagación de la onda.
La velocidad de estas ondas transversales está comprendida entre la de las ondas longitudinales y la de
las superficiales. Este tipo de ondas ocasionan en los materiales cambio de forma más no de volumen.
Las ondas de tipo superficial que se generan normalmente en las voladuras e roca son (López, 1985,
p.81):
Ondas Love-“Q”.
Existen otros tipos de ondas superficiales como las ondas Canal y las ondas Stonelly, que para éste
caso no son relevantes por la poca información que producen. (Ibid, p.81)
Las ondas Rayleigh imprimen a las partículas un movimiento según una trayectoria elíptica, con un
sentido contrario al de la propagación de la onda.
Las ondas Love, más rápidas que las Rayleigh, dan lugar a un movimiento de partículas en dirección
transversal a la de propagación.
Las velocidades de las ondas “P” y “Q” pueden estimarse a partir de las características elásticas de los
materiales con las siguientes expresiones:
donde:
ρr : Densidad de la roca
: Coeficiente de Poisson
E : Módulo de Young
Como las ondas viajan con diferentes velocidades y el número de retardos en las voladuras puede ser
grande, las ondas generadas se superponen unas con otras en el tiempo y en el espacio, por lo que
resultan movimientos complejos cuyos análisis requiere la utilización de captadores dispuestos según
tres direcciones: radial, vertical y transversal. Figura 4.38.
En cuanto a la distribución de la energía transportada por los diferentes tipos de ondas se dice que las
ondas Rayleigh transportan entre el 70 y 80% de la energía total.
En el manual de voladuras de Du Pont se dice que éste tipo de ondas dominan el movimiento de la
superficie del terreno a grandes distancias, cientos de metros, de las voladuras, y dado que muchas
estructuras y edificaciones en el entorno de las explosiones se encuentran a distancias superiores a los
500m son las Ondas Rayleigh las que constituyen el mayor riesgo potencial de daños.
El paso de una onda sísmica por un medio rocoso produce en cada punto de éste un movimiento que se
conoce por vibración.
Una simplificación para el estudio de las vibraciones generadas por las voladuras consiste en considerar
éstas como ondas de tipo sinusoidal. Figura 4.39.
Figura 4.39 Movimiento Ondulatorio sinusoidal
Frecuencia (f): Número completo de oscilaciones o ciclos por segundo. La frecuencia es el inverso
del período “T”.
siendo:
Atenuación Geométrica
La densidad de energía en la propagación de los pulsos generados por la detonación de una carga de
explosivo disminuye conforme las ondas encuentran o afectan a mayores volúmenes de roca. Dado que
las vibraciones del terreno inducidas por las voladuras comprenden una combinación compleja de
ondas, parece lógico considerar ciertos factores de atenuación geométrica para cada uno de los distintos
tipos.
Amortiguación Inelástica
En la naturaleza, los macizos rocosos no constituyen para la propagación de las vibraciones un medio
elástico isótropo y homogéneo. Por el contrario, aparecen numerosos efectos inelásticos que provocan
una pérdida de energía durante la propagación de las ondas, que se suma a la debida atenuación
geométrica.
Son numerosas las causas de ésta atenuación inelástica teniendo cada una de ellas diferentes grados
de influencia:
Atenuación en rocas saturadas debido al movimiento del fluido con respecto a la matriz.
Las medidas de campo muestran que la amortiguación inelástica puede representarse por una función
exponencial decreciente
La interacción de las ondas sísmicas en el tiempo y en el espacio puede dar lugar a una concentración o
focalización, proporcionando valores de coeficientes de atenuación mayores o menores que los
teóricamente calculados.
La onda aérea es la onda de presión que va asociada a la detonación de una carga explosiva, mientras
que el ruido es la parte audible e infrasónica del espectro, desde 20Hz a 20kHz. Las ondas aéreas son
vibraciones de baja frecuencia en el aire con valores generalmente por debajo de los 20Hz.
De acuerdo con Wiss y Linehan, 1978, las fuentes de estas perturbaciones son las siguientes:
Escape de los gases a través de las grietas creadas en el frente del macizo rocoso.
La combinación de las vibraciones asociadas a estas fuentes dan lugar a un frente móvil de
sobrepresión del aire que se desplaza desde el punto de la voladura. Como el aire es compresible,
absorbe parte de la energía de la onda de presión para liberarla posteriormente mediante la expansión
de esos gases calientes, causando una depresión en dichos puntos.
Las características de la onda aérea no son fáciles de predecir, pues intervienen factores como los
climatológicos, topográficos y otros, que junto al propio diseño de la voladura pueden resultar distintos
en cada caso.
La onda aérea contiene una considerable cantidad de energía de baja frecuencia que puede llegar a
producir daños directamente sobre las estructuras, pero por lo general son más comunes las vibraciones
de alta frecuencia que se manifiestan como ruido de ventanas, vajillas, puertas, etc.
Una de las etapas fundamentales en el estudio y control de las vibraciones generadas por las voladuras
es la constituida por la determinación de las leyes que gobiernan la propagación de las mismas en los
distintos medios, tierra o aire.
Existen diversos métodos para estimar las leyes que rigen los movimiento del terreno inducidos por las
voladuras, sin embargo para el nivel del presente curso y la función que pretende cumplir se tratarán
sólo los más sencillos para que tengan la aceptación y uso requerido por el ingeniero en campo.
Cuando no se dispone de instrumentación y equipos adecuados para realizar una campaña vibrográfica,
la intensidad de las perturbaciones originadas por las voladuras puede predecirse con un modelo
teórico, (G, Berta,1985), teniendo en cuenta que la energía sísmica transmitida a la roca por el explosivo
puede evaluarse con las siguientes expresiones (Itge, 1986, p. 465):
(MJ)
donde:
n1 : = 1 – (Ze-Zr)2/(Ze+Zr)2
=1/(eD/b-1.72)
Como la duración significativa de la vibración se considera que equivale a cinco veces el periodo:
donde “kf” es una constante característica del terreno que influye en la reducción de la frecuencia con la
distancia. Ver tabla 4.12
Ejemplo
Se considera una carga cilíndrica de explosivo de 10kg en un banco de granito con un frente libre.
Los datos del explosivo son:
ET = 4.52 MJ/kg
ρr = 2700kg/m3
VC = 5000m/s
kf = 0.01
D/d = 1.06
La ley de propagación de la onda aérea se acepta que es del tipo (Itge, 1986, p.468):
La componente audible de la onda aérea, que es la parte del espectro comprendida entre 20Hz y 2okHz
y que también es conocida como ruido, se mide comúnmente en dB. El decibel o decibelio se define en
términos de sobrepresión con la ecuación:
donde:
NR : Nivel de ruido.
NR : Sobrepresión (N/m2).
SP0 : Presión del menor sonido que puede ser escuchado (20 x 10-6 N/m2).
CRITERIOS DE PREVENCIÓN DE DAÑOS
En las actividades que tienen que ver con el uso de explosivos, donde se generan vibraciones en el
terreno y en el aire, que pueden causar grandes molestias en el medio que rodea la zona de voladura,
es importante conocer y analizar algunos criterios que ayudarán a prevenir los daños que causan estos
tipos de trabajo sobre las personas, las edificaciones y el medio circundante.
Los daños aparecidos en una estructura bajo una acción externa de tipo vibratorio depende de la
respuesta dinámica del conjunto del edificio, que, a su vez, está condicionada por diversos factores
como:
Un parámetro importante para controlar los daños potenciales de las vibraciones debidas alas
voladuras, es la frecuencia dominante de éstas. En los casos donde la frecuencia natural de los edificios
están muy próximas o son iguales a las frecuencias dominantes, se produce un fenómeno de resonancia
con efectos amplificadores. Figura 4.40.
Ts = Período (s)
Lp = Dimensión en planta, tomada en la dirección de la vibración cuyo efecto se desea indicar (m)
Los valores típicos de frecuencias se encuentran entre 5 y 15Hz, siendo menores conforme aumenta el
número de plantas de los edificios.
Los techos y las paredes vibran independientemente de la superestructura y suelen tener frecuencias
naturales entre 12 y 20 Hz.
Otro parámetro igualmente importante a la frecuencia natural es la amortiguación. Los valores comunes
de éstos coeficientes en estructuras de tipo residencial (Dowding, 1980) oscilan en torno al 5%.
Las vibraciones en las edificaciones pueden ser ampliadas debido a la respuesta de los elementos
estructurales que las constituyen. Así pues, debe prestarse mayor atención a los tiempos de los
detonadores de microrretardo, pues con intención de disminuir las cargas operantes y aumentarlos
tiempos de las voladuras se pueden estar generando frecuencias de vibración peligrosas al estar éstas
próximas a las de resonancia. Por ejemplo, utilizando los detonadores de microrretardo y dejando un
número en blanco, se está forzando una vibración de:
1000/60 =16.7Hz
Frecuencia que está dentro del rango de daños potenciales (López Jimeno, 1986, p.91).
Un método sencillo para predecir la respuesta estructural de un edificio a las vibraciones lo constituyen
los modelos de respuesta de un grado de libertad (una sola masa o péndulo). Estos modelos permiten
representar gráficamente la variación de los desplazamientos máximos, velocidades relativas y
aceleraciones absolutas que se producen en función del periodo propio de la estructura y
amortiguamiento de la misma, cuando se base está sometida a una excitación de tipo sísmico A partir
de las respuestas obtenidas se pueden calcular las tensiones máximas generadas, y por consiguiente,
los posibles daños potenciales.
Figura 4.42 Interacción entre las edificaciones y el terreno según la longitud de la onda
característica
En la figura 4.43 se ilustran los efectos de os diferentes tipos de ondas sobre las construcciones; en la
figura 4.44 se aprecia las fuentes de los daños, dentro de las cuales se destacan: elevaciones debidas a
la intrusión de los gases cuando las construcciones están muy próximas al área de las voladuras,
aceleración relativa del terreno, cizallamientos y asentamientos provocados en los cimientos entre otros.
Figura 4.43 Efectos de las ondas “P” y “S” sobre las estructuras
Figura 4.44 Fuentes de daños
En lo relativo a la tipología característica de las grietas que están provocadas por los movimientos
sísmicos el más representativo es el denominado como grietas en “X”, pues al deformarse las
estructuras por el movimiento relativo de las bases se crean unos esfuerzos de tracción sobre las
diagonales de los paralelogramos que crean los daños al superarse la resistencia de los materiales.
Figura 4.45.
Una vez conocida la ley que gobierna la propagación de las ondas sísmicas en el medio rocoso, el
siguiente interrogante es el grado de vibración máximo que pueden tolerar los diferentes tipos de
estructuras próximas al área de excavación, para que no sufran daños.
Los criterios de prevención de las vibraciones generadas por voladuras han sido objeto de cantidad de
estudios. En libros de texto se destacan o hacen mención entre otros a los de Thoenen y Windes en
1942 utilizando como parámetro principal la aceleración de la partícula; Crandell en 1949 quien empleo
el ratio de energía; Morris en 1950 establece un nuevo criterio de daños basado en la amplitud de la
vibración; Langefors y Kihlström en 1958 que adoptaron como parámetro más significativo la velocidad
de partícula proponiendo varios niveles, según la intensidad de los daños potenciales hasta que
posteriormente, en 1963 los investigadores llegaron finalmente a considerar el tipo de terreno en el cual
se cimentaban las estructuras sin entrar en consideraciones de detalle sobre otros aspectos del entorno.
Durante la época de los 60 y 70, numerosos investigadores como Northwood, Crawford, Edwars entre
otros, expusieron diversos límites de seguridad basados todos en la velocidad de partícula, buscando
satisfacer la necesidad de adecuar esos niveles de prevención a los distintos tipos de construcciones.
En un paso más de desarrollo y perfeccionamiento de los criterios se introdujo, además del tipo de roca
donde se cimentaba la edificación y del tipo de estructura que se pretendía proteger, una nueva variable
de gran relevancia como lo es la frecuencia de la vibración.
Sin embargo de todo éste desarrollo en criterios de prevención de daños y a su asociación con técnicas
de ingeniería sísmica aún no se logra un consenso entre técnicos, ingenieros y algunos organismos
reguladores, quienes sobre condiciones iguales o similares expresan criterios diferentes, por tanto, si
bien algunas entidades o países han promulgado algunas normas al respecto, son ejemplo la AFTES
francesa, la Standard Association of Australia y la DIN americana, (ITGE, 1994, p.395), estas normas no
han cobrado un carácter universal sino que han mantenido un alcance apenas local.
Como para complicar un poco más este escenario, son pocos los criterios desarrollados que han tenido
en cuenta al ingeniero, en labores de campo, con muy poco conocimiento, o ninguno, sobre el fenómeno
de las vibraciones, al no proporcionarle recomendaciones o bases de cálculo sencillas.
Uno de éstos pocos criterios, de sencilla aplicación, es el basado en la norma Sueca. En ésta los
valores que se recomiendan están basados sobre un amplio conjunto de datos que correlacionan la
componente vertical de velocidad de partícula y los daños inducidos a estructuras cimentadas en
diferentes tipos de terrenos.
donde:
Fd = Factor de distancia que tiene en cuenta la separación entre la voladura y el punto de registro.
Ft = Factor de tiempo con el que se tiene en cuenta la duración de los trabajos con explosivos
Los valores de velocidad máxima vertical de partícula que suelen utilizarse se muestran en la tabla 4.13
Se puede igualmente calcular éstos valores si se conoce la velocidad de propagación “ VCP” de las
ondas de compresión “P”, medida sobre el terreno en el que se apoyan las estructuras, mediante la
fórmula:
En la tabla 4.14 se indican los diferentes tipos de edificios que se clasificados en cinco grupos.
El factor de distancia Fd se puede estimar a partir de la figura 4.46 tomándose la menor distancia
existente entre el lugar de la voladura y la estructura a proteger.
Figura 4.46 Factor de distancia Fd
Alternativamente a la tabla, se pueden utilizar las expresiones siguientes, donde la distancia se expresa
en metros:
Fd = 1.91 d-0.28
Fd = 1.56 d-0.19
Fd = 1.91 d-0.29
Fd = 2.57 d –0.42
En distancias inferiores a los 10m pueden presentarse problemas especiales y graves en las
estructuras, ocasionados por la penetración de los gases en las juntas provocando desplazamientos en
éstas. Por tanto, de existir la posibilidad de que éste fenómeno se presente es necesario efectuar
registros para obtener la duración de los trenes de onda y las frecuencias dominantes para más de una
componente.
El factor de duración del proyecto, Ft1, depende del periodo de tiempo en que se van a ejecutar las
voladuras.
Fuente: MOPU, España
Tabla 4.16 Factores de duración de proyecto
Generalmente la onda aérea implica un menor peligro que la onda de vibración terrestre. Y normalmente
se asimila o se le atribuye el efecto de la rotura de vidrios el cual es muy factible que suceda sin
necesidad que se presente una rotura, agrietamiento, en placa o en algún elemento estructural.
La probabilidad de rotura de vidrios para una sobrepresión determinada puede estimarse mediante la
ecuación siguiente, sugerida por Redpath (ITGE, 1994, p.481):
donde:
Se debe tener en cuenta que los niveles de ruido, medidos o registrados en dB(L), corresponden a una
escala logarítmica, por tanto diferencias que a simple vista pueden ser mínimas en la realidad son de
gran magnitud. Por ejemplo una lectura de 120dB(L) es del orden de 78.6% mayor que una de 115dB(L)
.
En la tabla 4.17 se aprecian algunos efectos probables debidos a algunos valores de sobrepresión.
Uno de los factores principales que se deben tener en cuenta durante la ejecución de voladuras, más si
tienen alguna permanencia en el tiempo, es su afectación a las personas, pues, es claro que aún
logrando niveles de vibraciones y de onda inferiores a los máximos permitidos para no ocasionar daños
en estructuras, se pueden tener índices de percepción elevados que pueden generar desde pequeñas
molestias hasta afectaciones más trascendentales.
Por tanto es normal, y aconsejable, que en muchos proyectos los parámetros para el control de
vibraciones y ondas sean establecidos por la afectación y respuesta humana más que por la
probabilidad de daños.
Existen numerosos estudios y normas sobre la respuesta humana a las vibraciones; Dentro de las
normas se encuentran la ISO-2631 y la DIN-4150.
Existe, entre otros, un procedimiento analítico para la estimación de la respuesta humana propuesto por
Steffens (1974) ITGE, p483.1986. definido por un parámetro K calculado de la siguiente manera:
= =
donde:
f : Frecuencia (Hz)
A : Aceleración (mm/s2)
De acuerdo a los valores tomados por “K” se tienen los siguientes niveles de percepción. Tabla 4.18.
Recomendaciones para reducir los niveles de vibración del terreno y onda aérea
Si bien cada caso amerita un estudio independiente, se puede sin embargo observar unos criterios
generales que, aplicados, ayuden a la mitigación de éstos efectos de las voladuras:
Minimizar la carga de explosivo por unidad de microrretardo. Esto se puede logra mediante las
siguientes determinaciones:
Seccionando las cargas dentro de los barreno se iniciándolas en distintos tiempos. Figura
4.48.
Figura 4.48 Voladuras con cargas seccionadas dentro de los barrenos
Figura 4.49 Voladuras múltiples con el mismo número de barrenos y diferentes duraciones
Reducir el número de barrenos con detonadores instantáneos, ya que éstos presentan menor
dispersión que los números más altos de la serie.
Elegir un tiempo de retardo entre barrenos y filas efectivas que evite una fuerte superposición de
ondas y permita un buen desplazamiento de la roca.
Disponer la secuencia de iniciación de modo que ésta progrese desde el extremo más próximo a la
estructura a proteger hasta los más alejados de la misma. Figura 4.50.
Utilizar el consumo específico adecuado, ya que una disminución de éste puede aumentar el
confinamiento de las cargas y por consiguiente la intensidad de las vibraciones. Por otro lado, un
consumo excesivo da lugar a una sobrecarga innecesaria que, por supuesto, produce grandes
efectos perturbadores.
Controlar las perforaciones para que las mallas practicadas coincidan con las diseñadas.
Emplear sobreperforaciones con las longitudes mínimas necesarias para un buen arranque.
Crear pantallas o discontinuidades entre las estructuras a proteger y los macizos a volar.
Elegir los tiempos de retardo de modo que la voladura progrese a lo largo del frente a una velocidad
inferior a la del sonido en el aire (340m/s).
Evitar el empleo de cordón detonante. Cuando éste sea absolutamente necesario cubrirlo con
arena fina en una capa de al menos 7 o 10cm sobre éste.
Controlar la carga de explosivo en terrenos con coqueras para evitar las concentraciones puntuales.
Disponer pantallas de tierra o vegetales entre las voladuras y los puntos receptores. Figura 4.52.
Hoy en día se vive una época de gran concienciación del medio ambiente fomentada principalmente por
grupos de interés social, conocidos como ambientalistas, los medios de comunicación, el mismo estado
e incluso algunas industrias, que han entendido que los procesos industriales tienen impactos negativos
en el medio ambiente tales como la generación de residuos, el deterioro del ecosistema y el agotamiento
de los recursos naturales.
En este contexto, las operaciones de voladura de rocas, para referirse de manera genérica al empleo de
explosivos, tienen incidencia sobre el medio ambiente con consideraciones tales como la introducción
permanente de un insumo extraño y la generación de desechos; en segundo lugar las consideraciones
para la eliminación de estos residuos y finalmente las propias por el aporte de niveles de contaminación
al aire, al suelo y al agua, por las eventuales contingencias con los insumos, que en este caso son los
explosivos.
El concepto de impacto ambiental de una actividad o de un proceso productivo se debe entender como
la diferencia existente en el medio ambiente natural existente antes de iniciar la actividad, con el medio
ambiente que se presente durante y después de la ejecución de la actividad o del proceso productivo.
CONSIDERACIONES GENERALES
Inicialmente se debe recordar, de capítulos anteriores, la caracterización general de los explosivos y los
accesorios de las voladuras. Los explosivos, independiente del nombre bajo el cual se provean o se
conozcan, están compuestos por un agente oxidante, un agente combustible y un agente sensibilizador
y a veces, otro emulsificante.
De manera general, el principal agente oxidante es el ANFO que constituye el mayor componente de los
explosivos actuales; como agente combustible se tienen la harina de madera, la celulosa, gomas de
petróleo, aceites minerales y petróleo; y como sensibilizador se usan: la nitroglicerina, aminas, glicoles,
aire en micro esferas de vidrio y prills entre otros; el emulsificante esta constituido por monooleatos y
compuestos a base de polisobutileo.
Adicionalmente los accesorios de voladura contienen resinas ionoméricas y polietileno, pólvora negra y
casquillos de cobre y aluminio y sus empaques están conformados por cartón, papel y bolsas plásticas.
Los explosivos contienen muchas sustancias químicas que pueden dañar el medio ambiente y es
necesario tener referencia de lo que bien podría conocerse como el ciclo de vida de un explosivo.
Así, el ciclo de vida del explosivo, desde el punto de vista del usuario más no del fabricante, se inicia en
el momento en que éste sale de la fábrica hacia el lugar donde se empleará. En esta primera parte del
ciclo hay que considerar el estado físico del producto y prevenir las posibles contingencias como
derrames accidentales, grupo de respuesta inmediata, recuperación del material, recuperación de las
áreas afectadas y la investigación propia del incidente.
Estas tareas pueden ser fáciles o difíciles dependiendo si se trata de polvo, de cartuchos, de geles, de
las condiciones climáticas, los vientos y la lluvia. La segunda parte del ciclo es el almacenamiento. Los
riesgos, según las características físicas del material son las fugas, derrames y la contaminación o el
que los productos se deterioren, produciendo desechos peligrosos los cuales también tienen sus propias
consideraciones para su destrucción.
Muchas veces una mala practica de almacenamiento y rotación de stocks produce altas cantidades de
desechos. De esta manera, las precauciones y controles ambientales en esta etapa del ciclo, deben
contemplar la capacitación del personal de logística sobre problemas para la eliminación de desechos
peligrosos y residuos contaminantes.
La tercera parte del ciclo y donde se genera la mayor afectación del medio ambiente es el uso propio de
los materiales. En primer lugar está la contaminación de los suelos producto de los gases nitrosos que
absorben y terminan en los botaderos de desmonte, o rellenos, donde eventualmente aportan iones de
nitrato en las aguas de escorrentía en las épocas invernales.
Posteriormente la contaminación, por aporte directo, de las aguas subterráneas producto del regado de
frentes y finalmente los aportes de contaminantes al aire como gases de óxidos de nitrógeno, NOx,
dióxido de carbono, CO2, y dióxido de azufre, SO2, así como partículas de óxidos de silicio, SiO2, de
aluminio, Al2O3, partículas de paladio, azufre y otros elementos y compuestos.
Se presentan también complicaciones con los desechos de los explosivos como los envases y los
explosivos que fallen o que no se utilicen, para lo cual también se requiere de la capacitación del
personal a cargo y de la implementación de los debidos controles de salidas de almacén.
La cuarta, y última etapa del ciclo, es la eliminación apropiada de los desechos producto de la
eliminación de envases, explosivos en mal estado o desechos recuperados de operaciones de
contingencia.
EVALUACIÓN DEL IMPACTO AMBIENTAL
Es importante resaltar el concepto temporal-continuo que posee el estudio del impacto ambiental EIA:
estado del medio ambiente antes, durante y después de la actividad. Esto significa, en términos
prácticos, que los ejecutores de la actividad deberán prever los cambios que se producirán en el medio,
y sugerir medidas correctivas que impidan o mitiguen los efectos que serán causados, incluyendo un
plan que permita restaurar o recuperar el medio físico y biológico que se afecte.
En la evaluación de impacto ambiental, EIA, que debe tenerse terminado antes de iniciar la actividad, se
distinguen tres apartes:
El primer aparte es la “línea base” del estudio que no es otra cosa que una auditoria o un inventario
del estado del medio ambiente antes de iniciarse la actividad que provoca la intrusión. Se conoce
como “Línea Base” o bien en términos más internacionales “baseline”.
El segundo aparte corresponde a la descripción y análisis de los posibles impactos ambientales que
se deriven del proyecto. Se conoce como el “análisis predictivo”.
El tercer aparte es el plan de rehabilitación y uso final del terreno afectado el cual, obviamente,
estará basado en las conclusiones obtenidas en la investigación de línea base.
Los proyectos que implican el empleo de explosivos tienen connotaciones particulares especialmente si
son mineros o de implantación de infraestructuras. Estas implicaciones se refieren a:
Valor localizado
La localización de una mina o de una vía, por ejemplo,, está predeterminada por la localización del
mineral o el árido explotable o por la necesidad específica en caso de la obra de infraestructura. Esto
implica, para el caso de la mina, que su localización se de únicamente sobre la masa del mineral a
extraer. Para el caso de la obra de infraestructura, donde exista la necesidad, aunque en este caso se
admiten algunas atenuantes que no hacen tan estricta su localización.
Inicio
El inicio de la actividad minera como de la implantación de una estructura viene precedido de un largo
proceso de exploración y evaluación regional y local permitiendo el logro de una línea base adecuada.
Los aspectos a considerar en una investigación de línea base son diversos y muchas veces complejos.
La importancia de cada uno de ellos varía en función de las características específicas del proyecto y el
medio donde se desarrolla. A continuación se relacionan algunos de los aspectos a considerar en la
investigación de línea base:
Paisaje
Importancia en términos relativos, por ejemplo, zonas de reconocida belleza, tengan o no la categoría de
reserva, parque nacional o regional.
Hábitat
Territorio que presenta unas condiciones ambientales determinadas y que está habitado por un conjunto
de seres vivos para los que tales condiciones son las adecuadas.
Suelos
Se deberá contar con una adecuada caracterización de éstos, que permita prever los problemas que
puedan derivarse de la infiltración de contaminantes.
Flora
Se debe disponer de un catálogo florístico, listado de plantas, poniendo especial énfasis en aquellas
plantas que reciben protección especial por estar en peligro de extinción.
Fauna
Geoquímica de la zona
Se deben conocer las características químicas del medio, poniendo especial atención en los suelos.
Rocas
La investigación geológica previa generará gran cantidad de mapas sobre los cuales hay que poner
especial atención a la fracturación, fallas o redes de diaclasas, con el ánimo de evaluar las posibles
infiltraciones de soluciones.
Usos del suelo: agricultura, ganadería, usos recreacionales, cercanía a núcleos urbanos, etc.
Como ya se mencionó, la ejecución de alguna actividad con explosivos definitivamente tendrá algún
grado de afectación sobre el medio natural. Sin embargo, estos efectos son susceptibles de ser
contrarrestados o bien mitigados a través de medidas correctoras.
Una vez se tenga completa la línea base, el EIA debe incluir un aparte sobre los impactos ambientales
que podría generar el proyecto, y por supuesto, deberá además incluir un listado de las medidas
correctivas que se implantarán:
Impacto visual
Con frecuencia la vista desde una carretera, de una zona extractiva o una mina y sus instalaciones, será
el único contacto, de la comunidad próxima con el proyecto. Así, el informe de EIA deberá dejar en claro
cual será la extensión de dicho impacto y las medidas correctivas que se adoptarán.
Otro de los puntos relevantes del informe, deberá contemplar los siguientes aspectos:
Flora y fauna: las actividades con explosivos impactan negativamente la flora y la fauna. Cuando la
actividad es subterránea la afectación es inferior que cuando se hace a cielo abierto. Esta
afectación se da por la presencia humana, de maquinaria, movimiento de vehículos, ruido, etc. El
informe contemplara estas afectaciones y las medidas para contrarrestarlas.
Ruido: el ruido puede ser un factor importante si las operaciones mineras se desarrollan cerca de
núcleos urbanos. Sin embargo si éstos no están próximos el ruido también afecta a la fauna.
Vibraciones – estabilidad del terreno: si la actividad se desarrolla cerca de centros urbanos la
voladura de rocas puede inducir vibraciones inaceptables. A este problema se debe agregar el de
las ondas de choque generadas por las mismas explosiones. El informe EIA deberá entregar datos
predictivos de dichos impactos. Otro factor a considerar en la minería subterránea, es la
subsidencia del terreno debido al desarrollo de galerías y cámaras de extracción.
Polvo y otras emisiones a la atmósfera: el polvo puede ser un problema importante en centros
urbanos próximos a explotaciones en zonas áridas y semiáridas. Aún si no existe esta proximidad
el polvo continúa siendo problemático para la vegetación que verá disminuida su capacidad de
fotosíntesis al verse cubierta por éste.
Tráfico: el movimiento de camiones con explosivos causa trastornos en las comunidades locales
por el ruido, por la pérdida de seguridad vial, por el problema del mantenimiento vial, etc.
Gestión de explosivos: el informe deberá contener un listado de los productos a usar y los
procedimientos a seguir con los mismos en sus diferentes etapas.
El impacto en la fauna.
La rehabilitación es un aspecto integral de las operaciones con explosivos que incorpora dos elementos
básicos:
Plan de rehabilitación.
Revegetación, densidad de plantas: con que plantas se repoblará, cantidad de plantas por metro
cuadrado, etc.
Diversidad de especies: no es suficiente con repoblar con algunas especies vegetales, la zona
deberá ser repoblada con un número de especies animales y vegetales equivalentes a la original.
La química y los sólidos en suspensión de las aguas de escorrentía. Debe resolver: ¿Qué tan limpia
quedo el área?, ¿persiste su contaminación?
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*Los colores no están estandarizados, cada persona elegirá los colores que crea más apropiados.
*Las acciones de Proyecto y la calificación de las mismas variará en cada caso
TABLA VELOCIDADES SÍSMICAS DE DIFERENTES TIPOS DE ROCAS Y
SUELOS
Fuente: ITGE