Академический Документы
Профессиональный Документы
Культура Документы
Importancia
El primer año de vida es el periodo en que el ser humano crece más. El desarrollo del
cerebro alcanza el 85% de su volumen, por lo que es necesaria una buena nutrición para
el adecuado desarrollo intelectual y cognitivo del niño a futuro. Incluso de acuerdo a
Fuentes V; 2011. Los nutrimentos perdidos en esta etapa son irreparables. El niño a esta
edad es totalmente dependiente del adulto, específicamente de la madre cuya función de
proporcionar leche materna es indispensable.
Requerimientos nutricionales
Leche materna
El alimento por excelencia en esta etapa de vida es la leche materna, que sin duda
alguna es un alimento bastante completo y no solo cumple con los requerimientos
nutricionales, sino también con el sistema inmunológico del niño. En esta edad el niño
se encuentra indefenso a diversos tipos de bacterias y está expuesto a múltiples
enfermedades ya que su nivel de adaptación al medio ambiente toma tiempo.
Composición
Lactancia materna
La leche materna es el alimento ideal para el bebé durante al menos los primeros 6 meses
de vida; sus múltiples beneficios están científicamente demostrados, así como los riesgos
derivados de la alimentación con leches artificiales. El inicio de la lactancia debe ser
precoz, ya en el paritorio, favoreciendo así la producción láctea y reforzando el vínculo
madre hijo.
Salvo casos aislados toda madre está preparada para producir leche en suficiente calidad
y cantidad para alimentar a su bebé, siempre que reciba los consejos y la ayuda adecuada
durante los primeros días; por ello, no dude en consultar a la matrona, pediatra, enfermera
o grupo de lactancia más próximo.
Para el bebé:
Le aporta todo lo que necesita para nutrirse al menos durante los primeros 6 meses
de vida.
Transmite defensas que hacen que se enferme menos.
Se ha demostrado en algunos estudios que los lactantes amamantados presentan a
largo plazo menos obesidad, hipertensión arterial, celiaquía, asma y diabetes,
entre otras enfermedades.
La lactancia materna refuerza el vínculo madre-hijo.
La lactancia ha de ser a demanda, es decir, sólo el bebé sabe cuándo tiene hambre, y lo
demostrará estando despierto y activo, succionando sus manitas o girando la cabeza si se
le roza la mejilla (no hay que esperar a que llore por hambre). Al principio puede pedir
comer a menudo, y poco a poco será más regular en sus ingestas. Las primeras semanas
no se deberían espaciar las tomas del pecho más de 3-4 horas. La duración de la toma es
variable, se debe permitir al bebé mamar el tiempo que precise; 10-15 minutos es lo
habitual, pero sobre todo al principio pueden ser más prolongadas. Si el bebé se duerme
al pecho o parece que no está comiendo ya, se debe desprender suavemente, haciendo
vacío con el meñique, para evitar la maceración del pezón y la aparición de estrías.
Lactancia artificial
Si bien la leche materna es el alimento idóneo para el bebé durante los primeros 6 meses
de vida, en ocasiones la lactancia natural no es posible; para estos casos, existen fórmulas
modificadas para intentar adaptarse a las necesidades de los lactantes: las leches de inicio
(aptas desde el nacimiento hasta los 6 meses) y de continuación (de 6 a 12 meses).
La leche de vaca sin modificar, oveja o cabra no son aptas para el consumo por menores
de 1 año. El término “lactancia mixta” se reserva para aquellos lactantes que reciben tanto
leche materna como artificial.
El horario de las tomas no debe ser estricto. Al principio el bebé comerá cada 2-4 horas,
de forma variable, y poco a poco irá espaciando las tomas y siguiendo un ritmo más
predecible. Será la adecuada ganancia de peso y talla la que nos dirá si el bebé come
suficiente, por lo que no es posible determinar cuánto ha de comer.
Tenemos signos que nos ayudan a esta valoración como son que el bebé se muestra fuerte,
alegre, moja 5-6 pañales al día y crece bien, entonces la cantidad que come es la adecuada.
Será el pediatra en las revisiones habituales quien confi rme que la evolución es la
correcta. En ocasiones la leche artifi cial puede generar reacciones alérgicas o
intolerancia; si sospecha que es el caso de su hijo o hija, consulte con su pediatra antes de
hacer ningún cambio de leche.
Alimentación complementaria
Existen ciertos periodos en la maduración del bebé que deben respetarse para
promocionar un desarrollo normal y una actitud saludable hacia la comida: entre los
4 y los 6 meses empiezan a estar listo para tomar alimentos semisólidos en cuchara;
alrededor de los 8 meses puede ya comer algún trozo blando cortado pequeño, y entre
los 9 y los 12 meses es conveniente que empiece a intentar manejar, con la ayuda de
sus padres, cuchara y tenedor, así como beber sujetando el vaso. El retraso de esta
práctica de estas habilidades puede dificultar la alimentación posterior.
Cereales y leguminosas
Se recomiendan cereales simples fortificados con hierro y zinc, como los cereales de
avena, arroz y maíz. Estos se pueden introducir por recomendación de la OMS
(Organización Mundial de la Salud) entre los 7 y 9 meses.
Verduras
Son las más recomendadas en esta etapa, para empezar con la ablactación, por su
consistencia suave, ligero sabor dulce. Se recomienda los de color amarillo o
anaranjado en pequeñas porciones al vapor o cocidos, e incluso como puré. Algunos
ejemplares son las zanahorias, zapallos, lechuga, brócoli, entre otros. La ingesta debe
ser variada para incentivar el consumo en el futuro. Deben consumirse alrededor de
las 3 veces por semana.
Frutas
Después de los vegetales son los más recomendados. Se recomiendan las de color
amarillas o anaranjadas como manzanas, peras o papaya. Se pueden proporcionar de
manera paulatina entre el sexto y octavo mes.
Proteína animal
Carnes de res y pollo son las principales fuentes de proteína animal en esta etapa, cuya
ingesta recomendada es a partir del 9 mes; el pescado, fuente proteínas bastante
importante y nutritiva a pesar de muchas contradicciones, también es recomendable
incentivar su ingesta a partir del noveno y décimo mes de acuerdo a estudios recientes
que han demostrado que no es malo en esta etapa como se indicaba anteriormente por
cuestiones de inocuidad en el medio donde se vive. Hablando de carnes, el consumo
de sal debe ser mínima.
Lácteos
La leche de vaca puede ser introducida en la ingesta del niño desde la ablactación,
también el consumo de mantequilla como complemento. Por lo general se recomienda
dar alimentos lácteos de marcas especializadas en alimentación de bebés.
Recomendaciones
Referencias bibliográficas
Barrios Elisa, García José, Murray Mercedes, Ruiz Pons Mónica, Santana
Catalina, Suárez Eloisa. (2011). Guía pediátrica de la alimentación: Pautas de
alimentación y actividad física de 0 a 18 años.
Fuentes López Valeriano. [Periódico Notus]. (2014, Abril 23). Nutrición en el
primer año de vida [Notus Salud]. Recuperado de:
https://www.youtube.com/watch?v=Bbttb-r0quc
Shellhorn C., Valdés V. (1995). La leche humana, composición, beneficios y
comparación con la leche de vaca. Ministerio de Salud, UNICEF, Chile.
Ana Isabel de Cos Blanco; Consuelo López Nomdedeu; Clotilde Vázquez
Martínez. (2005). Alimentación y nutrición: manual teórico-práctico. Madrid:
Díaz de Santos.