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SIMBOLÍSMO EN EL PRINCIPITO

 José Paternina Martínez

 Lizet Pedrozo Jaramillo

 Viviana Ramos Cuadrado

 Edward Morales Teherán1

“Lo esencial es invisible a los ojos”

El principito (Antonie De Saint Exupery)

E l Principito es una obra fantástica por la manera

admirable que el autor nos relata la historia, usando un

lenguaje sencillo, descifrable y fácil de interpretar. Esta

magnífica obra amplia los horizontes de lo que solemos

clasificar como literatura infantil, siendo un gran trabajo

artístico que puede desarrollar el amor y búsqueda (tanto de

niños como en los adolescentes, e incluso hasta los adultos

que algún día fueron niños) de literatura del mismo calibre,

es decir, estructuradas y demandantes. El principito contiene

también un gran carácter simbólico, pues, detrás de cada

personaje y situación se esconde una figura que de alguna manera se refleja en nuestra sociedad; es

decir, en la historia que se narra y cada uno de los planetas que visitó el protagonista. Se personifica

1
Estudiantes de VIII Semestre de Licenciatura En Educación Básica Con Énfasis En Humanidades Y Lengua Castellana de la
Universidad de Córdoba.
nuestra época de manera directa o indirecta, criticando a la sociedad en general, ya que las

características presentes en la obra no se alejan de algunos antivalores de nuestra realidad: la avaricia,

el poder, el vicio entre otros aspectos que se tocan en la historia.

Los símbolos que nos muestra el autor, no es más que, su intención de recalcarnos la

importancia de la vida y lleva a reflexionar sobre las cosas que en verdad son necesarias para lograr la

felicidad. Los seres humanos nos preocupamos tanto por las cosas materiales y superficiales, que

llegamos a creer que tales objetos nos harán felices, dejando a un lado nuestra parte espiritual o

sentimental que es lo que en realidad tiene valor o sentido y lo que nos lleva a la felicidad. Por tal

razón, Antoine nos expresa a través de una historia infantil la simplicidad de la vida, si solo tenemos en

cuenta las cosas que en verdad son importantes y para esto nos muestra en cada viaje del principito, no

solo esos defectos o inclinaciones del hombre por las cosas vanas, sino que a través de cada viaje el

principito envía mensajes muy sabios que nos lleva a la reflexión, y es allí donde se puede percatar de

que cada elemento, personaje o situación narrado en la obra simboliza algo, es así, que con el presente

ensayo se pretende dilucidar los más importantes símbolos que se destacan en la obra, y además se hará

una breve reflexión en cuanto a su aplicabilidad en la escuela.

Para comenzar, podemos observar que el primer planeta que visitó el principito era habitado

por un rey, cuyo poder quiere gobernar sobre todo lo que lo rodea, sin tener en cuenta que se encuentra

sólo y que si no tiene súbditos no tendría nada que gobernar; este concreta su relación con los demás y

con las cosas como relaciones de poder: —Aproxímate para que te vea mejor —le dijo el rey, que

estaba orgulloso de ser por fin el rey de alguien…La etiqueta no permite bostezar en presencia del rey

—le dijo el monarca—. Te lo prohíbo (pág. 13)

Como se observa, este primer planeta que visita el principito simboliza el poder. Se

encuentra con un rey que cree gobernar todo y en donde su autoridad es absoluta. Estas características

de dicho rey, no nos arrojan muy lejos de nuestra sociedad, puesto que actualmente el hombre
ambiciona el poder, ese poder de gobernar y tener a sus pies lo que cree que le dará sentido a su vida.

Hoy día vemos que una de las preocupaciones del hombre es tener poder, solo por el deseo de estar en

la cúspide de los demás, ser distinguido y reconocido antes los demás, olvidando que todos somos

iguales, pues, somos seres humanos. Cabe resaltar que este rey no solo representa las ansias del poder,

sino también la sabiduría, debido a que se muestra además como un monarca comprensivo que sabe

que sus órdenes no siempre se cumplen cuando lo ordena, sino que todo tiene su tiempo, y que hay que

exigir a cada uno lo que puede dar. Esta forma de pensar se manifiesta en la siguiente cita:

“Sólo hay que pedir a cada uno, lo que cada uno puede dar —continuó el rey. La autoridad se apoya

antes que nada en la razón…Yo tengo derecho a exigir obediencia, porque mis órdenes son

razonables”. (pág. 14)

Otro aspecto importante, es el

segundo planeta que visita el protagonista, la

cual simboliza la vanidad, puesto que este

asteroide es habitado por un ser vanidoso que

cree que todas las demás personas son

admiradores. Este personaje figura dentro de

nuestra sociedad, ya que muchos de los

habitantes de nuestro planeta son vanidosos, solo quieren que los admiren por lo superficial como la

ropa, las cosas materiales que puedan tener, por el aspecto físico y todo eso que le damos importancia

y que al final no son más que cosas innecesarias. Sin embargo, estas personas ignoran a las demás

porque creen ser únicas, se oyen así mismas, ven sólo que ellos quieren ver y por supuesto solo

escuchan a los demás cuando estas le hacen elogios o alabanzas. Esto se muestra en la siguiente cita

textual:

“¿Tú me admiras mucho, verdad? —preguntó el vanidoso al principito.


— ¿Qué significa admirar?

—Admirar significa reconocer que yo soy el hombre más bello, el mejor vestido, el más rico

y el más inteligente del planeta.” (pág. 15)

Como se evidencia, este hombre creía ser el mejor, el más hermoso e inteligente y daba a

entender que los demás son sólo fans, pensaba esto aun estando solo en su planeta.

En el tercer planeta se encuentra un bebedor, es el tipo de hombres que en nuestra sociedad,

cae en el vicio del alcohol, creyendo que tomando y saciándose de esta sustancia olvidará su adicción,

recurriendo al camino más fácil para solucionar sus problemas cayendo en un círculo vicioso que

tarde o temprano se apodera de su vida. Esto se evidencia en el siguiente párrafo textual:

— ¿Por qué bebes? —volvió a preguntar el principito.

—Para olvidar.

— ¿Para olvidar qué? —inquirió el principito ya compadecido.

—Para olvidar que siento vergüenza —confesó el bebedor bajando la cabeza.

— ¿Vergüenza de qué? —se informó el principito deseoso de ayudarle.

— ¡Vergüenza de beber! —concluyó el bebedor (pág. 16)

Como se aprecia este personaje es el típico hombre cobarde que aun conociendo su realidad

no es capaz de cambiarla, sino que opta por seguir sumergido en ésta, ya que se le hace más fácil vivir

dentro del vicio que fuera de él.

En el cuarto planeta habitada por el hombre de negocios, encontramos un claro indicio de

avaricia, quien da a entender toda una simbología con respecto a las cifras; allí el negocio implica todo,

y da una fuerte crítica para aquellas personas que solo les importa el dinero, aferrándose a su propio

consumismo, con el objetivo de poseerlo todo, en este caso, de las estrellas. Un aspecto importante que
recalcar es la ideología del negociante, (un tratado filosófico y existencial), como podemos apreciar en

el siguiente fragmento narrativo:

“Naturalmente. Si te encuentras un diamante que nadie reclama, el

diamante es tuyo. Si encontraras una isla que nadie pertenece, la isla es tuya. Si

eres el primero en tener una idea y la haces patentar, nadie puede aprovecharla:

es tuya. Las estrellas son mías, puesto que nadie, antes que yo, ha pensado en

poseerlas.”

Por lo general, El hombre se aferra a las cosas materiales, se considera que para todo hay un

precio, imponiendo un valor monetario con la simple intención de poseerlo. Con lo anterior, un claro

ejemplo de que las cosas no tienen dueño, naturalmente hasta que las encuentres.

Por otro lado, en el quinto asteroide (por ser el planeta más pequeño de todos), solo es

habitable por el farolero, allí, el simbolismo se representa por la rutina de trabajo, narra que en su

trabajo no hay descanso, y que se la mantiene cada minuto encendiendo y apagando el farol, como

vemos en la siguiente cita: “-Como el planeta da una vuelta completa cada minuto, yo no tengo un

segundo de reposo. Enciendo y apago una vez por minuto.” Con lo anterior, podemos indicar que es

una clara muestra de la labor que se vive en la humanidad hoy día, cuando nos esclavizamos sin poder

salir de la rutina diaria.

El siguiente planeta es habitado por un geógrafo sabio, quien representa la pasión por el

trabajo, y éste a su vez, se aísla de su propio mundo, debido a que crea un pensamiento existencial, la

idea de que no se puede ser geógrafo y explorador a la vez, como veremos en el siguiente texto

narrativo: “El geógrafo no puede estar de allá para acá contando las ciudades, los ríos, las montañas,

los océanos y los desiertos; es demasiado importante para deambular por ahí. Se queda en el despacho

y recibe a los exploradores.”


Es muy evidente que el geógrafo quiere evitar el hastío del trabajo, lo que lo conduce

indirectamente a la flojera, expresando que examinar su planeta es solo trabajo para los exploradores, y

que su única tarea es asentar los conocimientos que en él habitan.

De los símbolos mencionados con anterioridad, falta destacar el que sería el más importante:

“El principito”; éste simboliza la inocencia, curiosidad y simplicidad que describe a la niñez de la

humanidad, sin embargo dicho personaje no pertenece al planeta tierra a pesar de poseer las

características físicas de un habitante o de un terrícola, con una gran característica que lo resalta: el

poseer cabellos como de oro. Puede que el principito en verdad proviniera de otro planeta o se trataba

de una alucinación del piloto accidentado para distraer la mente de lo que parecería un aislamiento total

de la civilización, cualquiera que fuera el caso, el principito poseía unas características en su pensar y

personalidad bien estructuradas.

Por otro lado, tampoco menciona su nombre y el aviador nunca se lo pregunta, a pesar que el

principito constantemente recurría a indagar por todo lo que le parecía extraño y que no conocía. No

obstante, ese hombrecito nunca respondía a los interrogantes que se le formulaban, siempre callaba con

lo que se podía inferir, y que no tenía nada interesante que contar porque no había vivido más que en

un planeta muy pequeño rodeado solamente de tres volcanes, arbustos y una flor poco modesta a la que

dedicaba gran parte de su vida, pues la otra parte consistía en atender esos volcanes y destruir a los

baobabs, también posee una personalidad e imaginación que sorprenden a cada uno de los seres con

quien entabla una comunicación desde humanos, animales y plantas. De una manera muy singular hace

una crítica a la forma de vida que llevaban varios de los personajes, llegando siempre a la misma

conclusión, que las personas mayores eran muy extrañas, confunden todo y mezclan todo, su lógica y

manera de ver las cosas que eran tan absurdas para él.

Sin duda alguna, causa asombro el aprecio que el principito le tiene a la flor, tratándola de

proteger siempre y esta a su vez se aprovecha de la bondad de éste, con la flor era la única que podía
comunicarse en su planeta, mostrando grandes defectos como la vanidad, el orgullo y la prepotencia; el

comportamiento de la flor no era el esperado por el principito que estaba consternado determinando lo

siguiente:

“No debí haberla escuchado… nunca hay que escuchar a las flores. Hay que

mirarlas y aspirar su aroma.

No supe comprenderla entonces… ¡las flores son tan contradictorias pero yo

era demasiado joven para saber amarla!

En ese momento se sentía culpable de cómo estaba comportándose la flor, pues el solo

obedecía cada uno de sus caprichos y no agradecía sus cuidados, pero muy pronto se dio cuenta que eso

no estaba bien, se sintió utilizado y decide dejarla sola para que se diera cuenta de que no era tan

independiente y apreciará lo que él estaba haciendo por ella.

Pero en su viaje el pequeño extraterrestre se dio cuenta

de la realidad de su flor, pues en su conversación con el geógrafo

se pudo dar cuenta que en cualquier momento podía extinguirse y

en su visita al planeta tierra supo que no era la única en el

universo, que había miles como ellas y que lo único que la hacía

diferente era el cariño y la devoción que él sentía por ella, en ese momento sintió lastima por la flor, de

cuan equivocada estaba y que moriría al saber todo lo que el descubrió en sus viajes. En ese instante,

entendió que debía volver a cuidar su planeta, los volcanes y la flor.

Ese lazo tan fuerte que unía al principito y la flor conlleva a una gran realidad humana, pues

algunas personas suelen aprovecharse del cariño de los demás y esos “demás” se hacen dependientes

que no les importa sentirse utilizados con tal de satisfacer a los demás. El principito disgustado con la

flor emprendió su viaje y adquiere una gran experiencia preguntando a cada ser que se encontraba,
analizó gran parte de su vida y la de los demás de esa forma saco sus propias conclusiones con las que

logra entender a los seres humanos, animales y plantas y decide volver a su planeta B 612 a esperar la

puesta al sol que tanto le gustaba, sonriendo y enseñando al aviador a buscarlo cada noche en el cielo

por medio de las estrellas.

En otro orden de ideas, actualmente se ha creído que la literatura infantil maneja un lenguaje

breve y lleno de ilustraciones, pues se piensa que es la mejor forma de captar la atención de los niños,

es por esto que al ver libros como El Principito catalogados como literatura infantil genere dudas,

vemos que el principito no depende exclusivamente de las imágenes o gráficos acompañados de texto,

sino más bien depende de las imágenes que recree el lector en su mente cuando lo lee, es por ello que

leer o enseñar el principito a niños muy pequeños en los que aún no este desarrollado plenamente la

capacidad de comprensión e interpretación, generará dificultades, sin embargo, es precisamente esta

exigencia la que puede desarrollar en los niños las habilidades que lo vayan familiarizando con la

literatura que demanda lectores audaces y capacitados, y por el contenido del principito, los valores que

enseña, la facilidad con la que puede ser comprendido y enseñando, entre otras características, puede

ser catalogado como literatura infantil.

Con lo anterior, El Principito posee un carácter simbólico que hasta para un lector audaz le

es difícil comprender en una primera lectura, es por ello que la enseñanza de esta obra en el aula debe

estar acompañada por una excelente estrategia por parte del maestro para que los niños puedan

dilucidar un sentido más amplio que se esconde detrás de la misma. Una buen método para abordar el

principito en el aula de clase, y en la que no se atienda al método tradicional en el que solo haya que

identificar personajes o situaciones, es la de enseñar los principales valores como el respeto, el amor, la

paciencia, la responsabilidad, a los niños a través de la obra, pues esto les permitirá pensar el mundo a

través de la misma.
Por ejemplo, si quisiera enseñar a los niños

el valor de la amistad, se podría incentivar a los niños a

través de una serie de preguntas, que indaguen sobre

los personajes que entablaron una amistad, ej. ¿De

todos los planetas que visitó el principito, con quien

entabló un VINCULO?, ¿Qué significa domesticar en

la obra?, etc. Igualmente, se podría enseñar a través de

comparaciones entre los personajes de cada planeta que visitó el principito, y otros personajes en la

actualidad que hayan visto o escuchado los niños y que posean algunas similitudes, o se podría enseñar

las características buenas o malas que poseía cada uno de los personajes, como la avaricia, la vanidad,

la justicia, la responsabilidad, etc. Pero lo importante aquí es resaltar que es tarea del maestro guiar a

sus estudiantes de una forma en la que ellos generen vínculos con la obra.

Para concluir, de lo que hemos podido analizar y reflexionar en torno al “El Principito”,

destacamos el gran trabajo hecho por Antoine, quien con un lenguaje sencillo logra cautivar el lector, y

a través del principito, de su inocencia y personalidad, invita a ver el mundo con sus ojos, o con los

ojos de un niño, lleno de interrogantes que esperan ser resueltos y que lastimosamente las personas

mayores están muy ocupadas para resolverlos. El Principito es una excelente obra para los niños, es

sencilla pero a la vez compleja, en las manos de un buen maestro será una excelente herramienta para

enseñar a las nuevas generaciones, pero no desde lo tradicional, sino, explotando todo el potencial

pedagógico que puede generar en el aula.

Bibliografía

DE SAINT EXUPERY, Antoine. “El Principito”. Edición Electrónica: El Trauko. Chile – 2000.

Tomado el 25 de mayo de 2013 de:

http://www.vicentellop.com/TEXTOS/principito/principito.pdf

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