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Mecanismo de acción

El mecanismo de acción de los inhibidores IECA consiste en inhibir la enzima que actúa en la
conversión de la angiotensina I en angiotensina II,. Esta enzima tiene dos funciones principales en
el organismo. Por un lado, se encarga de sintetizar la angiotensina II, un octapéptido (péptido
formado por 8 aminoácidos) vasoconstrictor efectivo, a partir de su preestadio inactivo, el
decapéptido (10 aminoácidos) angiotensina I, separando dos aminoácidos del extremo C terminal
de la molécula. Por el otro, cataliza la eliminación del mediador bradiquinina en productos
inactivos.

La vasoconstricción mediada por la angiotensina II es rápida e intensa a nivel de las arteriolas y no


tanto a nivel de las venas. La constricción arteriolar aumenta la resistencia vascular periférica con
respecto al corazón, aumentando así la presión arterial.12 La constricción venosa aumenta el
retorno venoso. La angiotensina II también aumenta la presión arterial por su efecto renal,
disminuyendo la excreción del catión sodio y de agua haciendo que el volumen extracelular
aumente.

La inhibición de la enzima que convierte la angiotensina en un vasoconstrictor activo hace que la


concentración de angiotensina II a nivel de los receptores de angiotensina (AT1 y AT2) disminuya.
Así, se reduce el tono vascular, lo que atenúa la resistencia vascular sistémica y disminuye la
presión sanguínea, tanto sistólica como diastólica.12 A continuación, la reducción del nivel de
angiotensina II conlleva a una reducción de la secreción de la hormona aldosterona de la glándula
suprarrenal y con ello se determina el contenido de agua sanguíneo. Se piensa que la angiotensina
puede ser producida en otros tejidos incluyendo el corazón.11 A nivel celular, puede observarse
un retroceso de los efectos de los mitógenos inducidos por la angiotensina II en los fibroblastos y
los miocitos del corazón, que conllevan alteraciones adversas especialmente tras un infarto de
miocardio (remodelación).

La bradiquinina es un potente vasodilatador por medio de la liberación del óxido nítrico y la


prostaciclina. Algunos de los IECAs son capaces de mantener la acción de la bradiquinina
produciendo una disminución de la resistencia vascular periférica y, por ende, la presión
arterial.11

En caso de enfermedades renales como la nefropatía diabética los inhibidores ECA ocasionan una
reducción de la eliminación de las proteínas (proteinuria) y previenen el avance de la enfermedad
(nefroprotección).

La inhibición de la eliminación de la bradiquinina supone contrariamente su acumulación y los


efectos secundarios relacionados con ella.

Estructura de la angiotensina II. Los inhibidores ECA actúan inhibiendo la enzima de


conversión de la angiotensina (ECA), generando dos efectos principales independientes el uno del
otro. Por un lado, conllevan una producción reducida de angiotensina II a partir de la angiotensina
I, por el otro, inhiben la eliminación de bradiquinina provocando su acumulación.
Fármacos

Actualmente, en muchos países están autorizados los siguientes inhibidores ECA como fármacos:

Benazepril (Cibacen®)

Enalapril (Xanef®, Pres®, muchos medicamentos genéricos)

Captopril (Lopirin®, Tensobon®, (Capotén®en España) muchos medicamentos genéricos)

Cilazapril (Dynorm®)

Fosinopril (Fosinorm®, Dynacil®)

Imidapril (Tanatril®)

Lisinopril (Acerbon®, Coric®, medicamentos genéricos)

Mecanismo de acción

Entre los mecanismos fisiológicos que dispone el organismo para la regulación de la presión
arterial, el sistema renina-angiotensina-aldosterona juega un importante papel. Este sistema es
una cascada enzimática que finaliza en la formación de la angiotensina II (fig. 1). Las etapas
principales son:

Fig. 1. Sistema renina-angiotensina-aldosterona y bradicinina-prostaglandinas.


Transformación del angiotensinógeno en angiotensina I. Catalizado por la renina con mecanismo
de regulación a nivel renal.

Transformación de la angiotensina I en angiotensina II.

Catalizado por la enzima angiotensina convertasa (ECA).

Dicho sistema tiene dos acciones vasoconstrictora y natriurética y, con ellas, regula la presión
arterial, el balance de sodio y el equilibrio ácido-base.

La angiotensina II es un octapéptido con actividad fuertemente vasoconstrictora. Mantiene la


presión sanguínea por distintos mecanismos que responden a una serie compleja de acciones
farmacológicas: en el sistema vascular produce vasoconstricción, en el renal estimula la secreción
de la aldosterona, en el sistema nervioso simpático incrementa la liberación de noradrenalina en
las terminales nerviosas y disminuye su recaptación presináptica, y a nivel cardíaco incrementa la
contractibilidad cardíaca.

Los IECA actúan en el sistema renina-angiotensina, inhibiendo la ECA, bloqueando la


transformación de la angiotensina I en angiotensina II.

Dicha enzima está presente no solamente en el plasma, sino también en otras estructuras tisulares
como el hígado, cerebro, pulmón, corazón, riñones y vasos sanguíneos.

La ECA también interviene catalizando la degradación de la bradicinina. La inhibición de este


proceso incrementa la concentración de bradicinina (sustancia vasodilatadora) y puesto que ésta
estimula la síntesis de prostaglandinas, ambas sustancias pueden contribuir a los efectos
farmacológicos de los IECA (fig. 1).

Esta multiplicidad de efectos puede ayudar a explicar algunas de las propiedades y ventajas de los
IECA frente a otros fármacos que actúan en la hipertensión:

La disminución de la presión sanguínea no va acompañada de taquicardia.

Presentan mayor efectividad frente a otros fármacos que se comportan como vasodilatadores.

No interfieren en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y ácido úrico.


A. Acciones

Los IECA disminuyen la presión arterial a través de la reducción de la resistencia vascular

periférica, sin aumentar de modo reflejo el gasto, la frecuencia o la contractilidad del corazón.

Estos fármacos bloquean la ECA, enzima que disocia la angiotensina I para formar el potente

vasoconstrictor angiotensina II (fig. 19-11). La enzima de conversión actúa asimismo para degradar

la bradicinina. Los IECA reducen los niveles de angiotensina II y aumentan los niveles de

bradicinina, que es un potente vasodilatador. La combinación de ambos efectos provoca

vasodilatación. Al disminuir los niveles circulantes de angiotensina II, los IECA reducen también

la secreción de aldosterona, y con ello disminuye la retención de sodio y agua.

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