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“UNIVERSIDAD NACIONA DE SAN MARTIN TARAPOTO”

NOMBRE: Johnny Aarón

APELLIDOS: Jimenez delgado

CURSO: Bioquímica

TEMA: Bases bioquímicas para el desarrollo de un producto


agroindustrial no alimentario

DOCENTE: Ing. Luis Enrique

FECHA: 13/07/2017

AÑO:

2017
INTRODUCCIÓN
Este artículo familiar principalmente usado para lavar y emulsionar se compone de las
sales de sodio (o de potasio) de ácidos grasos de 12 a 18 átomos de carbono. Las sales
de sodio fabricadas en grandes cantidades son los jabones duros, y los de potasio se
denominan jabones blandos. Se obtienen saponificando grasas o aceites, o
neutralizando ácidos grasos, con hidróxidos o carbonato de sodio o de potasio.

La mejor clasificación de los jabones se basa en el uso para que han sido fabricados.
Los de mejor calidad son los jabones de tocador, que contienen muy poco álcali y se
utilizan grasas y aceites de color mucho más claro. Los que le siguen en calidad son los
jabones de servicio ligero, que se prestan en forma de pastillas, polvos, gránulos y
escamas. Se usan para lavar la vajilla, tejidos de lana, etc. Aquí se usan grasas con un
color un tanto más oscuras.

Las grasas más oscuras se emplean en la fabricación de jabones para el lavado de ropa
en el hogar doméstico. Existen también los jabones industriales que se fabrican para
fines específicos.
Figura 1 Esquema de reacción de saponificación para la producción de jabón.

¿CÓMO FUNCIONA UN JABÓN?

Como si se tratara de una batería con polos positivo y negativo, una molécula de jabón
también tiene dos extremos de diferente afinidad.

La Figura 2 representa una molécula de jabón. En rojo, la cabeza, con carga, es afín al
agua porque son de polaridad similar. La cadena azul, denominada lipofílica, es afín a
las grasas y repele al agua (CLAYDEN, 2005). A causa de esta estructura, el jabón posee
una doble afinidad hacia la polaridad de otras moléculas y puede orientarse según el
medio donde se encuentre.

Figura 2 Una molécula de jabón, la cabeza roja con carga interactúa con el agua,
mientras que la cadena azul sin carga se mezcla con las grasas o aceites.
Alguna vez hemos escuchado la frase “Tú y yo somos como el aceite y el agua, jamás
podremos estar juntos”. Palabras muy fuertes. Es probable que quien usa esta
expresión no conozca la química de un jabón, que puede disminuir la tensión
superficial y, con ello, crear un efecto de emulsificación que es algo muy cercano a
mezclarse.
En el agua, el jabón forma entre 100 y 200 micelas; es decir, asociaciones o
conglomerados de moléculas que orientan sus cabezas con carga hacia la superficie del
agregado molecular, mientras que las cadenas alifáticas quedan hacia dentro. La micela
es una partícula energéticamente estable, ya que los grupos con carga están unidos
mediante enlaces de hidrógeno de baja energía con las moléculas del agua
circundante, mientras que los grupos afines a las grasas se orientan hacia el interior de
la micela e interactúan con otros grupos de características similares.
Los jabones limpian debido a las afinidades diferentes de los extremos de sus
moléculas. La suciedad grasa no se elimina fácilmente sólo con agua, que la repele por
ser insoluble en ella. Sin embargo, el jabón posee una cadena larga alifática o
hidrocarbonada sin carga que interactúa con la grasa, disolviéndola, mientras que la
región con carga se orienta hacia el exterior, formando gotas. Una vez que la superficie
de la gota grasa está cubierta por muchas moléculas de jabón, se forma una micela con
una pequeña gota de grasa en el interior. Esta gota de grasa se dispersa fácilmente en
el agua, ya que está cubierta por las cabezas con carga o aniones carboxilato del jabón,
como se observa en la Figura 3. La mezcla que resulta de dos fases insolubles (agua y
grasa), con una fase dispersada en la otra en forma de pequeñas gotas, se denomina
emulsión. Por lo tanto, se dice que la grasa ha sido emulsionada por la solución
jabonosa. De esta manera, en el proceso de lavado con un jabón, la grasa se elimina
con el agua del lavado.

Figura 3 Formación micelar en un entorno acuoso, donde A es una micela y B es


una molécula de jabón.
JABÓN
El jabón (del latín tardío sapo, -ōnis, y este del germánico saipôn) es un producto que
sirve para la higiene personal y para lavar determinados objetos. Se puede encontrar
en pastilla, en polvo, en crema o líquido.
El jabón generalmente es una sal sódica o potásica resultante de la reacción química
entre un álcali (hidróxido de sodio o de potasio) y un lípido; esta reacción se
denomina saponificación. El lípido puede ser de origen vegetal (como el aceite de coco)
o animal (como la manteca de cerdo). El jabón es soluble en agua. Por sus
propiedades detersivas se utiliza para el lavado de ropa, corporal, etc.
Tradicionalmente es un material sólido. En realidad, la forma sólida es el compuesto
"seco", sin el agua que se emplea en la reacción mediante la cual se obtiene el jabón.
La forma líquida es el jabón "disuelto" en agua. En este caso su consistencia puede
presentar distintas viscosidades.

Fig. 4 Jabón de tocador o jabonete de manos.


ORIGEN DEL JABÓN
Como ocurre con otros muchos productos no está claro cuándo ni cómo se inventó el
jabón, y diversos pueblos se atribuyen su invención.
Según una de las leyendas se descubrió en Italia. Cuentan que, en el Monte Sapo, cerca
de Roma, se hacían sacrificios ceremoniales de animales. En ese mismo monte ardían
fuegos para la realización de esas ceremonias de sacrificio. Cuando llovía el agua
arrastraba la grasa animal y las cenizas de esos fuegos, que bajaban por riachuelos
hasta la base del monte. Los esclavos que lavaban la ropa de sus amos en las aguas que
bajaban desde ese monte descubrieron que esas aguas la limpiaban mejor e indagando
en la razón de esto descubrieron cómo hacer jabón.
Los restos de jabón más antiguos son de origen babilonio y datan del 2800 a. C.
TIPOS
Existen innumerables tipos de jabón, con distintas combinaciones de consistencia, olor,
forma, color, textura, propiedades limpiadoras o terapéuticas. Algunos de los más
conocidos tipos de jabones son:

 Jabón de Marsella.
 Jabón de Castilla.
 Azul y blanco portugués.
 Jabón de brea.
 Jabón de coche.
 Para afeitar.
 Jabón de Alepo. Fabricado en Alepo, Siria, utilizando extractos de laurel y aceite
de oliva.
 Jabón líquido.
 Jabón de aceite.
 Jabón de glicerina.

ACCIÓN DETERGENTE

Los jabones ejercen su acción limpiadora sobre las grasas en presencia del agua debido
a la estructura de sus moléculas. Estas tienen una parte liposoluble y otra hidrosoluble.

El componente liposoluble hace que el jabón «moje» la grasa disolviéndola y el


componente hidrosoluble hace que el jabón se disuelva a su vez en el agua.
Las manchas de grasa no se pueden eliminar sólo con agua por ser insolubles en ella. El
jabón en cambio, que es soluble en ambas, permite que la grasa se diluya en el agua.
Cuando un jabón se disuelve en agua disminuye la tensión superficial de ésta, con lo
que favorece su penetración en los intersticios de la sustancia a lavar. Por otra parte,
los grupos hidrofóbicos del jabón se disuelven unos en otros; mientras que los grupos
hidrofílicos se orientan hacia el agua generando un coloide, es decir, un agregado de
muchas moléculas convenientemente orientadas. Como las micelas coloidales están
cargadas y se repelen mutuamente, presentan una gran estabilidad.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

El jabón ocupa hoy un lugar esencial en la sociedad. Atrae por su aroma, su textura y
sus burbujas, atributos que determinan el uso especial que se le ha dado desde las
primeras civilizaciones. Aunque no se puede precisar la fecha exacta en que se preparó
por primera vez, existen indicios de que ya se usaba en 2500 a.C. Los habitantes de
Sumeria, según una tableta de arcilla de escritura cuneiforme, utilizaban para lavar la
lana una sustancia preparada mezclando agua, un álcali y aceite de acacia (SPITZ,
2010). Se cree que la palabra jabón, del latín saponem, proviene de la montaña Sapo,
donde se sacrificaban animales cuya grasa, fundida, era arrastrada junto con las cenizas
y el barro hasta las orillas del Tiber (WILCOX, 2000).

El papiro de Ebers, tratado médico que data de 1500 a.C., sostiene que los egipcios
usaban jabón como ungüento para curar infecciones de la piel (BARDINET, 1995);
además, perfeccionaron su producción mezclando grasa animal y aceites vegetales,
sales alcalinas y cenizas si deseaban una sustancia espumosa. En el reinado de
Nabónido (556-539 a.C.) en Babilonia, lo preparaban con aceite de sésamo, cenizas y
ciprés, aunque era utilizado para lavar superficies (LEVEY, 1958). Para los hebreos, el
baño significó además limpieza espiritual: el libro de Jeremías (627 a.C.) contiene la
palabra hebrea bôrîth, que significa “vegetal alcalino”, el cual probablemente fue una
mezcla de plantas autóctonas quemadas para obtener un compuesto jabonoso (REINA
y VALERA, 1960; SPITZ, 2010).
Los habitantes de la América prehispánica tenían la costumbre del baño diario y el
lavado frecuente de sus ropas. Para ello utilizaban dos insumos: para lavar la ropa, la
raíz de la planta de jabón Xiuhamolli, que contiene saponinas que producen espuma
(SAHAGÚN, 1577); y la corteza y fruto del Copalxocotl, para lavar el cuerpo y el cabello
(CRUZ, 1552). Aún hoy, el extracto de la corteza se utiliza en el tratamiento de la lepra
(ESCOBEDO, 2013). De forma similar, los habitantes de la antigua China producían
jabón a base de vegetales y lo utilizaban para la limpieza personal, proceso mejor
conocido como “lavado de legumbres”. Posteriormente le adicionaron hierbas y le
dieron un uso cosmético (SCHAFER, 1956).
La fórmula egipcia del jabón también fue utilizada por los griegos y los romanos, que lo
elaboraban hirviendo grasas y aceites con álcali de ceniza y cal (SPITZ, 2004). Empero,
el baño para ellos era una cuestión social y de salud. Para la limpieza corporal usaban,
en lugar de jabón, aceite de oliva (ASHENBURG, 2007). Fue hasta el siglo II d.C. que lo
comenzaron a utilizar para el baño personal, como resultado de la colonización, que los
hizo aceptar su uso y fabricación (SPITZ, 2004). En Europa, el jabón se dejó de utilizar
durante siglos para la limpieza personal a causa de algunas creencias que se originaron
por la peste negra, recurrente durante la Edad Media. Siglos después, el “jabón de
Marsella” (Francia) se generalizó en varias regiones del Mediterráneo, como Savona,
Italia, y Castilla, España (SPITZ, 2010). Éste se elaboraba con aceite de olivo y una
mezcla de plantas llamada barilla, que proveía el álcali, dado su riqueza en carbonatos
de sodio, calcio y potasio, y era abundante en la región. Fue así como, a mediados del
siglo XVII, el gobierno de Francia reguló el mercado del jabón de Marsella y propuso
reglas para elaborarlo excluyendo las grasas animales.

A lo largo de la historia, distintas civilizaciones utilizaron diversos ingredientes para


elaborar el jabón: una sustancia grasa, ya sea de origen vegetal o animal, y un álcali, ya
sea cenizas de madera o de plantas, ricas en carbonatos de sodio o potasio. Ese es el
origen de la reacción más antigua, la saponificación.

MÉTODOS DE OBTENCIÓN

MATERIAS PRIMAS PARA OBTENER EL JABON.


En la fabricación del jabón, los carácteres físicos y químicos del producto dependen
directamente de las materias primas empleadas. De las grasas y aceites se emplean el
sebo, la manteca, aceite de nueces, los residuos de la refinación y del endurecimiento
de aceites de semilla y algunos aceites marinos.

ÁLCALIS.

En la mayor parte de los jabones se utiliza el NaOH como álcali saponificador o


neutralizante. En el procedimiento ordinario para hacer jabón se usa el cloruro de
sodio en grandes cantidades para precipitar el jabón de su solución en la lejía.

Los jabones potásicos, que se hacen empleando como álcali la potasa cáustica, son más
solubles en agua que los de sodio, y son los denominados jabones blandos. No pueden
precipitarse de la lejía por el cloruro de sodio, porque se formaría jabón de sodio.

Las combinaciones de las dos clases de jabones tienen las deseables características de
los jabones duros más la rápida solubilidad y la facilidad de formar gran cantidad de
espuma, peculiar de los jabones blandos.

GRASAS Y ACEITES.

Los ácidos grasos más convenientes en los jabones son el láurico, el mirístico, el
palmítico y el oleico, que contienen de 12 a 18 átomos de carbono. Es evidente que los
carácteres de los jabones están directamente relacionados con los ácidos grasos de las
materias primas utilizadas.
Los ácidos mencionados anteriormente son saturados, excepto el oleico, forman la
mayor parte de la materia del sebo y del aceite de coco. Este aceite y el sebo, en
relaciones de 3:1 y 4:1, se utilizan en la mayoría de los jabones fabricados para
lavanderías y para el tocador. Las fórmulas dependen de la calidad deseada sobre el
producto terminado.

SEBO

El sebo se utiliza en la fabricación de jabones en mayor cantidad que cualquier otra


grasa. Se obtiene fundiendo grasas de ganado vacuno, lanar, caballar, etc., y se clasifica
en dos grados comerciales: comestible y no comestible. La mayor parte del sebo
utilizado es no comestible.
Los sebos se clasifican por el American Institute of Meat Packers según su color, su
título, su porcentaje de ácidos grasos libres y su contenido de humedad, materia
insoluble y materia insaponificable.
El título del sebo crudo es un factor importante para determinar la calidad del sebo y la
dureza del jabón que éste producirá. El título se define como el punto de solidificación
de los ácidos grasos contenidos en el sebo, expresado en grados centígrados. Una grasa
cuyo título excede los 40ºC, se clasifica como sebo, y hasta 40ºC se considera como
grasa o manteca. El contenido de humedad, materia insoluble y materia insaponificable
es material que no produce jabón.
El sebo de alto título produce jabones duros y el de título bajo, jabones blandos.

GRASA

La grasa o manteca ocupa el segundo lugar en importacia entre las materias grasas
utilizadas para producir jabón. La grasa pocas veces se utiliza sola en las calderas de
saponificación; generalmente se utiliza combinada con el sebo. Los jabones hechos con
manteca son algo más blandos que los fabricados con sebo y no tienen el olor y la
estabilidad peculiares de los fabricados con sebo. La manteca contiene mayor
porcentaje de ácidos grasos sin saturar que el sebo.

ACEITES

Estos aceites, a saber: de coco, de palma, marinos, de oliva, de cacahuate, de maíz, o


de sésamo, se utilizan combinados con las grasas ordinarias utilizadas en la fabricación
de jabón. Se utilizan para jabones especiales con propiedades distintas a las de los
jabones comunes. Estos jabones no tienen mucha salida debido a que son muy caros
por las materias primas utilizadas.

MATERIALES NO GRASOS

Las principales no grasas son: la colofina, el aceite de pino y ácidos nafténicos. Estos
materiales no grasos no son triglicéridos, y por consiguiente no se forma glicerina
cuendo se transforman en jabón. Estos jabones se mezclan en pequeñas cantidades
con los jabones ordinarios para el uso en lavanderías y jabones industriales.

La mayor parte de los jabones se fabrican por uno de los dos métodos básicos
siguientes:

1. Saponificación de grasas y aceites

2. Neutralización de ácidos grasos


El más utilizado es el primero porque el equipo requerido para obtener productos de
buena calidad es relativamente sencillo y poco costoso. La producción y manipulación
de ácidos grasos requiere metales resistentes a los ácidos, caros y difíciles de conseguir.
Por ello, resulta más fácil fabricar jabones de alta calidad con grasas y aceites neutros
que instalar equipos especiales para hacer jabón con equipos especiales.
En esencia el proceso de obtención del jabón, sea industrial o artesano, consta de tres
fases: saponificación, sangrado y moldeado.

Saponificación: se hierve la grasa en grandes calderas, se añade lentamente soda


cáustica (NaOH) y se agita continuamente la mezcla hasta que comienza a ponerse
pastosa. La reacción que ha tenido lugar recibe el nombre de saponificación y los
productos son el jabón y la lejía residual que contiene glicerina:
grasa + sosa cáustica → jabón + glicerina.

Sangrado: el jabón obtenido se deposita en la superficie en forma de gránulos. Para


que cuaje de una manera completa se le añade sal común (NaCl). Esta operación recibe
el nombre de sangrado o salado; con ella se consigue la separación total del jabón (que
flotará sobre la disolución de glicerina), de la sosa cáustica (que no ha reaccionado) y
de agua.

Moldeado: ya habiendo realizado el sangrado, el jabón se pasa a otro recipiente o


vasija donde se le pueden añadir perfumes, colorantes, productos medicinales, etc.
Entonces, todavía caliente, se vierte en moldes, se deja enfriar y se corta en pedazos.
El jabón líquido está constituido principalmente por oleato de potasio, preparado por
la saponificación del ácido oleico con hidróxido de potasio. También es muy usado (por
ser más económico), el estearato de sodio o palmilato de sodio, análogo al anterior,
usando ácido estearílico, esteárico o palmítico e hidróxido sódico, respectivamente.
En la actualidad hay dos métodos de obtención del jabón, ambos basados en
la saponificación.
Fig 8 Tradicional jabón de Marsella . Fig 9 Caja de jabón "Amigo del Obrero".

USOS EN LA INDUSTRIA

El jabón en todas sus variedades, tienen amplias utilidades en: productos para lavado,
limpieza, tratamiento de fibras textiles.
Aunque el jabón es generalmente conocido como agente de
l i m p i e z a y l a mayor parte del jabón que actualmente se produce, se utiliza para
éste fin, tiene también otros usos importantes como emulsivo.

LIMPIEZA Y LAVANDERIA

Para el aseo y el lavado doméstico y para las empresas comerciales de lavandería se


destina elevado porcentaje del jabón que se fabrica. En la mayoría de las empresas de
lavado de ropa se emplea agua ablandada y el lavado se realiza a alta temperatura.
TEXTILES.

E n l a i n d u s t r i a t e x ti l s e e m p l e a n l o s j a b o n e s e n l a s o p e r a c i o n e s d e
lavado, remojo, enfurtido, impermeabilización, abrillantado y apresto.

ALIMENTOS.

En la elaboración de alimentos son extraordinariamente importantes l a s e l e v a d a s


normas de limpieza. los jabones se emplean para tener a los
operarios y sus ropas en buen estado de limpieza, para limpiar el equipo, los locales en
que se almacenan los alimentos y en muchos casos, para limpiar la superficie exterior
de los productos sometidos a elaboración. los jabones se usan para lavar las frutas y
legumbres a fin de eliminar los insecticidas, la suciedad y las materias extrañas de
origen orgánico.

BIBLIOGRAFÍAS.

 https://es.wikipedia.org/wiki/Jab%C3%B3n

 http://quimicaebta.blogspot.pe/2010/09/obtencion-de-
jabones.html

 http://www.jpimentel.com/ciencias_experimentales/pagwebciencia
s/pagweb/la_ciencia_a_tu_alcance/Experiencias_quimica_fabricaci
on_de_jabon.htm

 http://biomodel.uah.es/model2/lip/jabondet.htm
 http://www.revista.unam.mx/vol.15/num5/art38/

 https://es.scribd.com/document/338051265/Aplicaciones-Del-
Jabon

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