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“Salvar el planeta”: el mayor intervencionismo a la naturaleza como una muestra más de la

arrogancia del ser humano.

Yeison Alexander Ortega Rosero


Estudiante de Licenciatura en Ciencias Sociales
Facultad de Ciencias Humanas
Universidad de Nariño
Pasto, 17 de marzo de 2019

La arrogancia es, sin duda, el principio de los más serios problemas en el hombre; su efecto

hasta el momento ha sido el de mantenerlo en la cima de la pirámide depredadora y no existe en la

actualidad ninguna criatura que le dispute el puesto. El hombre es auto destructor y salvador, y

paralelamente es consciente del asesinato que está cometiendo.

Así entonces es necesario abordar de manera práctica los conceptos que definen los temas

anteriormente mencionados, para así ejemplificar su desacierto y cuestionar sus actuaciones en el

entorno.

El mayor asesino de la tierra es el hombre y hasta mata por deporte. El depredador en su

arrogancia mata para sobrevivir. El hombre se ha convertido en el voraz destructor de la fuente

natural de su propia vida, en su afán por superarse y, que en cierta forma se siente un poco Dios;

creador, inventor, transformador, dueño de la vida, patrón del universo, se olvida que todas las

cosas en la naturaleza no están hechas por azar, que cada especie ocupa su lugar en la rueda de la

vida, que cada una tiene un rol. Los dioses de la mitología eran inmortales y se podría pensar que

eso les convertía en seres arrogantes, despreocupados y con escasa capacidad para hacerse cargo

de lo humano. Eran, por lo tanto unos auténticos narcisistas. La sensación que se tiene al ser
inmortal produce narcisismo. O es tal vez el narcisismo el que promueve la impresión de

inmortalidad, o la búsqueda de ser inmortal, por encima del resto, lo que lleva al narcisismo (Aja,

1951) . Lo cierto es que los humanos sí somos mortales y, por ello, es fácil pensar que necesitamos

tener alguna relevancia. La levedad del ser, nos conduce a buscar formas de trascendencia.

Sabernos finitos nos incomoda y nos produce, entonces, ese hambre unamuniana de inmortalidad.

Parece obvio que el ser poca cosa nos lleva a reafirmar nuestro ego. Necesitamos ser algo para no

sentirnos insignificantes, parte de ello es poseer el poder de algo ¿y qué más que un espacio donde

poder converger? manipulándolo a su gusto haciendo el uso instintivo de espacio vital (Alvarez,

2014).

Hoy los países están llenos de gente caminando todo el día, preocupada por todo.

Preocupada por el aire, preocupada por el agua, preocupada por el suelo. Preocupada por los

insecticidas, pesticidas, aditivos alimentarios, agentes cancerígenos. Preocupada por el gas radón,

preocupada por el asbesto. Preocupada por salvar las especies en peligro de extinción. ¡Salvar

especies en peligro de extinción es uno de los intentos más arrogantes, por parte de los humanos,

de controlar la naturaleza! Es una arrogante intromisión. ¡Es el principio de nuestros problemas

más serios! Pero desafortunadamente no hay nadie que entienda eso, Interferir con la naturaleza

Más del 90 por ciento… más… muy por encima del 90 por ciento de todas las especies que han

vivido, que han existido alguna vez en este planeta se han ido. (AsapSCIENCE, 2015) ¡Se han

extinguido! Y nosotros no las hemos matado a todas. Simplemente han desaparecido, eso es lo que

la naturaleza hace. Actualmente desaparecen a razón de 25 por día, (Gago, 2017) y me refiero a

que desaparecen a pesar de nuestro comportamiento. Independientemente de cómo nosotros

interactuamos con este planeta. 25 especies que están hoy aquí y mañana habrán desaparecido.
Hay que comprender, dejar que se vayan, dejar a la naturaleza en paz. ¿No hemos hecho ya lo

suficiente?

Somos tan arrogantes. Todo el mundo va ahora a salvar algo. “Salvar los árboles, salvar las

abejas, salvar las ballenas, salvar esas aves”. Y la mayor arrogancia de todas, “Salvar el planeta”

¿QUÉ? Se pregunta uno entonces ¿en verdad salvar el planeta? “Hemos aprendido a volar como

los pájaros, a nadar como los peces; pero no hemos aprendido el sencillo arte de vivir como

hermanos” (King, 1963), decía Martin Luther King y creemos aun así que ¿vamos a salvar el

planeta?

Me estoy cansando de eso. ¡Estoy cansado del Día de la Tierra!, de los ecologistas

mentirosos, de las personas que piensan que lo único malo en este país es que no hay suficientes

proyectos para salvar la Amazonia. Esas personas que intentan hacer el mundo más seguro para

sus carros. Además, a los ecologistas no les importa el planeta. Ellos no se preocupan por el

planeta. No en abstracto. Lo que les interesa es un lugar limpio para vivir. Su propio hábitat. Están

preocupados de que algún día en el futuro, puedan ser molestados o contrariados. Ese ignorante

interés propio no es raro.

Además, no hay nada malo con el planeta, nada malo le pasa a este planeta. El planeta está

perfectamente. Es la GENTE la que está jodida. Lo cual es diferente. En comparación con la gente,

el planeta lo está haciendo muy bien. Ha estado aquí los últimos casi cinco mil millones de años.

(López, 2014 ). Y nosotros hemos estado aquí, (FOX, 1997). Y sólo hemos estado involucrados

en la industria pesada durante un poco más de doscientos años. Y doscientos años frente a cinco

mil millones de años. Y tenemos la vanidad de pensar que de alguna manera somos una amenaza,
que de alguna manera vamos a poner en peligro esta hermosa bolita verdi azul que está flotando

tranquilamente alrededor del sol.

El planeta ha pasado por muchas cosas peores que nosotros. Ha pasado por terremotos,

volcanes, placas tectónicas en movimiento, la deriva de los continentes, las erupciones solares, las

manchas solares, las tormentas magnéticas, la reversión de los polos magnéticos, cientos de miles

de años de bombardeo de cometas y asteroides y meteoritos, inundaciones a nivel mundial,

maremotos, incendios por todo el mundo, la erosión, los rayos cósmicos, varias edades de hielo ¿Y

pensamos que algunas bolsas de plástico y unas latas de aluminio van a marcar la diferencia? El

planeta no va a ninguna parte. ¡Somos nosotros los que nos vamos!

Nos vamos y ni siquiera vamos a dejar un gran rastro. Ojalá así sea. Tal vez un poco de

espuma de poli estireno. El planeta va seguir estando aquí mucho después de que hayamos pasado

de largo. Sólo otra mutación fallida. Sólo otro error biológico eliminado. Un callejón evolutivo

sin salida. El planeta nos va a sacudir como un perro sacude sus pulgas. Una ligera molestia en la

superficie.

¿Quieres saber cómo lo lleva el planeta? Pregunta a las personas de Pompeya, en posiciones

petrificadas por la ceniza volcánica. “¿Cómo lo lleva el planeta?” Si quieres saber si el planeta

está bien, pregúntale a la gente de la ciudad de México o de Armenia o de un centenar de otros

lugares enterrados bajo miles de toneladas de escombros producidos por los terremotos (TOVAR,

2015), pregúntales si se sienten como una amenaza para el planeta durante esta semana.

El planeta va a estar aquí por un largo tiempo después de que nosotros nos hayamos ido, y

se curará a sí mismo, se limpiará, porque eso es lo que siempre hace. Es un sistema que se auto-

corrige. El aire y el agua se recuperarán, la tierra será renovada y, si es verdad que el plástico no
es biodegradable, así, el planeta simplemente lo incorporará. Como un nuevo paradigma: ¡la Tierra,

más el plástico! La Tierra no comparte nuestros prejuicios hacia el plástico.

El plástico salió de la Tierra. La Tierra probablemente ve el plástico como uno más de sus

hijos. ¿Podría ser esta, en primer lugar, la única razón por la que la Tierra nos ha permitido ser

generados? ¿No necesitaría la Tierra del plástico? Tal vez no sabía cómo hacerlo. Tal vez nos

necesitó a nosotros para esto. ¿Podría ser esta la respuesta a nuestra pregunta filosófica milenaria?

¿Por qué estamos aquí? Quizá es por el plástico.

Si es así, el plástico ya está ahí, nuestro trabajo está hecho, ya podemos ser eliminados. Y

yo creo que esto ya ha comenzado. Creo que, para ser justos, el planeta probablemente nos ve como

una leve amenaza. Algo a tratar. Y estoy seguro de que se defenderá a si mismo de la manera que

lo hacen los grandes organismos, como una colmena o una colonia de hormigas, y reunirá una línea

de defensa. Estoy seguro de que el planeta va a pensar en algo. ¿Qué harías si fueras el planeta

tratando de defenderte contra esta molesta y problemática especie? Un virus funcionaría. Siempre

mutando y formando nuevas cepas cada vez que una vacuna se desarrolla. Tal vez, este primer

virus podría ser uno que comprometa el sistema inmunológico de estas criaturas. Tal vez un virus

de inmunodeficiencia humana, haciéndolos vulnerables a todo tipo de otras enfermedades e

infecciones que podrían venir. Y tal vez se podría transmitir por contacto sexual, haciendo que se

sientan un poco reacios a participar en el acto de reproducción.”

No me preocupo por las cosas pequeñas: las abejas, los árboles, las ballenas, las aves

caracoles. Creo que somos parte de una sabiduría más amplia a la que nunca vamos a entender. Un

orden superior.
Nuestra raza humana, cada uno de sus grandes grupos y cada uno de los individuos que la

formamos, deberíamos dejar llevarnos por el instinto de supervivencia de la especie para prolongar

su permanencia en el planeta. De eso se ha tratado a lo largo de la existencia de la humanidad.

Nada iguala al hombre en la tierra, es por ello que nadie puede detener su propia

destrucción. Los dinosaurios más fuertes y grandes, tuvieron su supremacía en la tierra pero el

tiempo se los llevo, así también el hombre más pequeño y débil, nada tiene que hacer en una tierra

devastada por su constante depredación, que con el correr de los años entrara en cuello de botella,

que darán caída a todos sus sistemas, logrando un caos imparable hasta el final de sus días. El

hombre y sus excesos, provocaron que ahora se encuentre frente a un precipicio que el mismo

construyó, para sentirse poderoso y rey frente a las demás especies y sobre el mismo, urdió una

sociedad consumista, creyéndose dueño de la naturaleza y del medio en el que vive.


Referencias

Aja, P. V. (1951). Unamuno y la inmortalidad del hombre concreto. Revista cubana de

filosofía , 25-29.

Alvarez, D. A. (21 de junio de 2014). Difundiendo y aprendiendo ESTRATEGIA en

Uruguay . Obtenido de Determinismo Geográfico, Espacio Vital o Lebensraum; conceptos que en

Geopolítica implican que un Estado para asegurar su existencia debe disponer de suficiente espacio

para atender sus necesidades (relación espacio / población).:

https://estrategiauruguay.wordpress.com

AsapSCIENCE. (22 de abril de 2015). AsapSCIENCE. Obtenido de The 6 Craziest

Extinctions Ever: https://www.youtube.com/watch?v=wissIOikrqc

FOX, M. (31 de marzo de 1997). el pais. Obtenido de MAGGIE FOX:

https://elpais.com/diario/1997/03/31/ultima/859759201_850215.html

Gago, M. (27 de noviembre de 2017). Ecologia Verde. Obtenido de Se extinguen 150

especies animales por día: https://www.ecologiaverde.com/se-extinguen-150-especies-animales-

por-dia-3.html

King, M. L. (28 de agosto de 1963). Luther King, el sueño y su legado. el heraldo , pág. 1.

López, C. T. (4 de marzo de 2014 ). cuaderno de cultura cientifica. Obtenido de de la edad

de la tierra: https://culturacientifica.com/2014/03/04/de-la-edad-de-la-tierra/

TOVAR, D. (12 de noviembre de 2015). el tiempo. Obtenido de las erupciones del Nevado

del Ruiz antes de sepultar Armero: https://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-16429628

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