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DESARROLLO – Baquero
Tanto Piaget como Vigotsky centran su trabajo en los procesos de desarrollo psicológico
como el objeto a explicar. En ambas perspectivas el análisis de los procesos de
aprendizaje no puede hacerse sin situarlo en el marco de un análisis de los procesos de
desarrollo psicológico. Pero las explicaciones de cada autor no coinciden la manera de
explicar esta relación. Baquero lo que hace es analizar estas dos perspectivas. Junto con
algunas otras, para poder resolver cuatro problemas que considera centrales:
La dirección y universalidad del desarrollo humano, en qué medida el desarrollo
es un proceso progresivo dirigido hacia estadios finales predeterminados.
Los cambios de dominio general y de dominio específico en el desarrollo,
apuntando al problema de adquisición de habilidades generales o específicas de
dominio en el proceso de aprendizaje.
Las relaciones entre aprendizaje y desarrollo, diferenciando el aprendizaje de
habilidades simples de aquellos procesos de aprendizaje complejos que
implicarían progresos en el desarrollo.
Las consecuencias en la toma de decisiones educativas, según la perspectiva de
referencia que se adopte.
Perspectiva piagetiana
Ha tenido dificultades a la hora de explicar los procesos de aprendizaje situados en el
contexto escolar. Una de las críticas centrales es el uso de la teoría para la definición de
objetivos educativos. Orientar la educación siguiendo el desarrollo operatorio que
explica la teoría piagetiana sería paradojal ya que la propia teoría se ha encargado de
demostrar lo poco sensible que el desarrollo operatorio es a las prácticas educativas,
asegurando la espontaneidad en tales procesos.
No hay dudas que esta teoría aportó el análisis tanto de las competencias intelectuales
de los alumnos como también el análisis de los requisitos de desarrollo necesarios para
el aprendizaje significativo de contenidos. Pero el uso de la teoría para el estudio de las
competencias subjetivas es problemático. Si bien el conocer el nivel de desarrollo
operatorio para la comprensión de un contenido es información valiosa, ésta no debe por
sí misma regular la selección de contenidos escolares. No debe utilizarse la
potencialidad para la promoción del desarrollo operatorio como criterio de selección o
exclusión de contenidos.
Perspectiva vigotskyana
Uno de las principales críticas tiene que ver con la metáfora de andamiaje: si bien ésta
no es propia de la teoría vigotskyana, tiene fuertes lazos con la noción de ZDP. Apunta
al sostén que provee el adulto cuando auxilia a un niño para aprender a realizar una
tarea que solo no podría dominar. Tuvo toda una serie de críticas, como la de incitar una
visión estrecha de las interacciones adulto-niño en relación a la resolución de una tarea.
También que solo apuntaría a la transmisión de conocimientos y habilidades pero no
tendría en cuenta los procesos de construcción o creación. O sea que las derivaciones
educativas tipo “andamiaje” representan una enseñanza demasiado directiva, ocupada
tan sólo de los procesos de transmisión de habilidades o conocimientos sin atención a
los procesos de creación subjetivos.
En respuesta a estas críticas, se puede asegurar que las situaciones tipo andamiaje
suponen una interiorización gradual de los procesos desplegados inicialmente en el
plano intersubjetivo. Esta interiorización implica un proceso de reconstrucción interna
del proceso intersubjetivo, siendo su producto irreductible al proceso intersubjetivo que
le dio origen. O sea, el andamiaje no debería ser una suerte de transmisión lineal de
habilidades. Además, estas situaciones andamiadas procuran un auxilio graduado y
temporal, el cual supone un aumento creciente de la autonomía y control del propio
aprendizaje por parte del sujeto que aprende.
CONCLUSIÓN
Si bien las teorías analizadas han hecho grandes aportes a la hora de conceptualizar al
sujeto del aprendizaje, es necesario advertir que inevitablemente se trata de modelos que
han privilegiado ciertas miradas sobre el desarrollo subjetivo, jerarquizando ciertos
procesos y valorando ciertas formas de funcionamiento cognitivo. Por momentos
ilusionan con la idea de que el desarrollo subjetivo coincide en su dirección e iniciativa
con los objetivos que la cultura se propone. Debemos ser capaces de advertir tanto los
límites que imponen las posiciones aplicacionistas como también el carácter al parecer
inevitablemente normativo que poseen los modelos de desarrollo.
Estos son, siguiendo a Bernstein, los efectos impensados que pueden portar las
perspectivas progresistas.
PROBLEMAS CENTRALES
El efecto de clasificar y otorgar etiquetas de rapidez o lentitud en los aprendizajes o
asignar menor o mayor capacidad es el resultado de haber significado una diferencia
como deficiencia relativa haciendo abstracción de la lógica. Es problema central es la
manera naturalizada, deshistorizada y abstraída de los aspectos situacionales, con que se
abordó clásicamente, y en parte actualmente, el proceso de desarrollo y aprendizaje, el
espacio escolar y las intervenciones. Aparece la idea de una matriz evolutiva única que
presume que todos los sujetos transitan un mismo proceso de desarrollo. Por lo tanto,
las diferencias entre sujetos quedan signadas como desvíos de la norma: una diferencia
no deseable es significada como un retraso inquietante. El riesgo radica en que el
discurso psicológico produzca un efecto de clausurar el problema de la subjetividad, el
desarrollo o la construcción del conocimiento.
El giro contextualista o situacional
Hace unos años el psicólogo educativo Paul Pintrich subrayó la existencia de un cambio
de paradigmas y metáforas en la comprensión de los procesos de desarrollo y
aprendizaje: giro contextualista o situacional. Esta perspectiva apunta a algunos
aspectos centrales del paradigma clásico. Las premisas de Vigotsky tomadas como
punto de partida son:
La discusión en torno a las unidades de análisis para abordar el problema del
desarrollo
La discusión en torno a la diversidad
Las unidades de análisis son el recorte de un problema que se juzga pertinente y
suficiente para su abordaje. El recorte permitirá una comprensión teórica del fenómeno
y arrojará pistas sobre las posibilidades de intervención.
Concepto de Educabilidad
Este giro contextualista o situacional pondrá bajo cuestión las explicaciones del
paradigma dominante centrado en el individuo como unidad de análisis. Cuando se trata
del fracaso escolar, ante un sujeto cuasi natural que debería aprender de modo natural en
un espacio naturalmente dispuesto a esos fines, si éste no aprende según los ritmos
esperados es natural sospechar de su naturaleza (la naturaleza de su cerebro, su CI, etc.)
Se juzga su educabilidad como la capacidad individual de ser educado y no como la
potencialidad de las situaciones educativas de promover desarrollo. Desde el giro
propuesto, la educabilidad es entendida como una propiedad más de las situaciones que
de los sujetos a título sólo individual. Tanto el desarrollo como el aprendizaje se
producen en situación y es la situación la que los explica, aunque los efectos se vean en
los sujetos. Esto no implica que se suprima la singularidad de los sujetos, sino que la
posibilidad de producir singularidades es también efecto de estas situaciones. No hay
posibilidades de explicar la subjetividad por fuera del lazo social y la mediación
semiótica.
VIGOTSKY
Vigotsky explica que es la actividad intersubjetiva, la cual presume la mediación
semiótica – el habla- la que produce desarrollo. La crítica desde su parte es hacia el
formato escolar mismo, más allá de los dilemas que plantea el plano didáctico.
Propone el concepto de zona de desarrollo proximal como la distinción entre un nivel
de desarrollo real o actual (lo que los sujetos son capaces de resolver de forma
autónoma) y un nivel de desarrollo potencial o proximal (lo que los sujetos son capaz de
hacer con la colaboración de un adulto o un par más capaz). Explica la categoría de
interiorización, como aquella que da lugar a ese “pasaje” del nivel de desarrollo
potencial al real, es decir, del funcionamiento conjunto al autónomo. Esta es el pasaje
del plano social al individual y es definida por su autor como un proceso de
reconstrucción interior mediante el uso de signos de las operaciones construidas en el
plano interpsicológico. Es decir, el sujeto interioriza un concepto o conocimiento
externo, de afuera hacia adentro.
Rogoff plantea una crítica ya que observa una fractura o escisión, al fin clásica, entre las
esferas del individuo y lo social. Como si estos niveles fueran interpretados como
momentos temporales y separados en su funcionamiento. La variación de las unidades
de análisis implica entender lo social y lo individual como mutuamente constituidos. La
autora propone el concepto de apropiación participativa poniendo en cuestión la frontera
entre lo externo y lo interno. La apropiación es un proceso de transformación y no un
pre – requisito para la transformación, es el cambio que resulta de la propia
participación de una persona en una actividad. Señala la autora que el desarrollo es
potencialmente multidireccional y que la dirección de los procesos de desarrollo
encuentra un componente decisivo en la configuración de las situaciones educativas. El
desarrollo ya no se plantea de menor a mayor, en línea recta y en todos los aspectos de
un sujeto en simultáneo.
Diferencias generales entre los enfoques socio – culturales y los cognitivos clásicos
El aprendizaje en los enfoques clásicos es un fenómeno mental, mientras que en la
práctica situada involucra procesos mentales y corporales. El proceso es individual en el
primero y el contexto es entendido como un recipiente estable, mientras que en el
segundo el contexto posee relaciones y el sujeto y la situación son una unidad
inseparable. Se diferencian por un proceso homogéneo en el clásico y uno heterogéneo
en el socio cultural. Además en este el aprendizaje es una apropiación cultural mientras
que en el clásico es un cambio cognitivo.