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ANTROPOLOGÍA

HANNAH ARENDT
HANNAH ARENDT Y LA BANALIDAD DEL MAL.

LA NECESIDAD DE COMPRENDER.

La historia nos proporciona diferentes encarnaciones del mal con una pléyade de motivos humanos. El
agente del mal se suele mover por orgullo, envidia, odio o resentimiento. Lo que Arendt destaca es que el
agente del mal ejemplificado por las SS no obraba por ningún motivo de esta naturaleza. Él se veía a sí
mismo como instrumento de un programa de eliminación de lo humano del que formaban parte el
asesinato y la tortura como simples técnicas de gestión o como efectos colaterales.

Arendt considera esta forma de mal como una manifestación nueva: de una parte, porque se muestra
reticente a las categorías tradicionales que explican las formas extremas del mal como perversiones de
sentimientos humanos; de otra, porque responde a objetivos inéditos, que se resumen en la destrucción de
la idea misma de humanidad.

¿Por qué lo hicieron? En "Memoria del mal, tentación del bien" Tzvetan Todorov advierte que la dificultad
que plantea explicar y comprender los crímenes nazis puede inducir a situarlos fuera del umbral de lo
‘humano’ y a relegarlos al plano de lo ‘bestial’ o lo ‘monstruoso’. “Eran monstruos, o estaban locos” son
afirmaciones que vienen a tranquilizar nuestras conciencias y a finiquitar toda reflexión. Pero tal actitud nos
deja de nuevo a la intemperie ante futuros acontecimientos similares. Ni eran monstruos ni estaban locos.

HANNAH ARENDT Y EL CASO EICHMANN. En 1932 cuando contaba 26 años Adolf Eichmann ingresó en el
partido nacionalsocialista y en las SS. Según su propio testimonio la afiliación al partido no fue una
meditada decisión sino algo casi natural, ni siquiera se tomó interés en informarse sobre el programa del
partido. Eichmann no era un fanático.

Tras la segunda guerra mundial Eichmann se refugió en Argentina. Finalmente, fue arrestado. En 1961 fue
juzgado en Jerusalén. El tribunal consideró probada su participación en la muerte de millones de seres
humanos. Fue condenado a la pena de muerte por la comisión de quince delitos, varios de ellos contra la
humanidad y contra el pueblo judío. Tras los informes periciales de seis psiquiatras, el tribunal consideró
que Eichmann no constituía un caso de enajenación mental o de trastorno grave de la personalidad. No se
trataba de un loco o un psicópata. ¿Cómo explicar, entonces, que Eichmann rechazara haber tenido pleno
conocimiento de la naturaleza criminal de sus actos?

“Me impresionó la manifiesta superficialidad del acusado, que hacía imposible vincular la
incuestionable maldad de sus actos a ningún nivel más profundo de enraizamiento o motivación.
Los actos fueron monstruosos, pero el responsable –al menos el responsable efectivo que estaba
siendo juzgado– era totalmente corriente, del montón, ni demoníaco ni monstruoso”.

Arendt se sorprende de que no hubiese ningún rasgo de anormalidad en su persona. Apenas una tendencia
a la irreflexión que se da también en muchas otras personas normales. Incluso el acusado declaraba haber
leído a Kant y que su acción estaba dirigida por el imperativo categórico, en el sentido de que era asumida
por escrupuloso deber. El caso Eichmann lleva a Arendt a proclamar la banalidad del mal.
En Eichmann descubrió Arendt un agente del mal capaz de cometer actos objetivamente monstruosos sin
motivaciones malignas específicas: los peores crímenes no requieren grandes motivos. El daño que causó, y
del cual Arendt le considera responsable, fue monstruoso. Pero todavía resulta más aterrador cuando se
advierte que la raíz subjetiva de sus crímenes no estaba en firmes convicciones ideológicas ni en
motivaciones especialmente malvadas. La banalidad del mal apunta precisamente a esta ausencia de
malignidad. Lo que tiene de banal el mal cometido por Eichmann no está en lo que hizo, sino en por qué lo
hizo.

Para Arendt, Eichmann tenía un déficit de pensamiento, una mera incapacidad de juicio. Eichmann no era
un idiota moral: en su vida cotidiana actuaba de modo normal y sabía distinguir entre lo que está bien y lo
que está mal. En este punto, Eichmann se asemejaba inquietantemente al hombre del montón, a muchos
hombres corrientes. La única característica notable que se podía detectar en su comportamiento fue
precisamente su falta de reflexión y de pensamiento… su incapacidad de juzgar.

¿En qué consiste esta incapacidad? Distingue Arendt entre conocimiento y pensamiento. Conocer implica
acumular teorías, ideas y saberes, e incluso ser capaz de resolver cuestiones técnicas al respecto. Pero
Arendt viene a definir el pensamiento como una suerte de diálogo continuo y profundo con nosotros
mismos en lo que llama solitud: una reflexión crítica sobre nuestras propias acciones, y a la vez sobre la
ejemplaridad de cualquier acción, en nuestra más íntima soledad. Tal reflexión implica una mentalidad
amplia, una capacidad de ponerse en el lugar del otro para tratar de entender su punto de vista. Según
Arendt, este diálogo interior fortalece nuestra conciencia y, en algún sentido, dificulta el olvido. O a la
inversa, precisamente porque dificulta el olvido de aquello que vemos y hacemos fortalece nuestra
conciencia y nos avoca al dialogo con ella. Esto nos obliga a escuchar respetuosamente su voz, aunque no
siempre se le haga caso.

La distinción entre conocer y pensar le permite a Arendt explicar algunas cuestiones. Por ejemplo, el hecho
de que pueda haber tipos muy inteligentes, con grandes conocimientos científicos o de cualquier otra
índole, que sin embargo sean capaces de realizar colosales atrocidades con mínimos o nulos
remordimientos. Y aunque no suelen ser malhechores y a menudo son ejemplares ciudadanos, encierran,
como dijimos, el potencial del mayor mal.

Perder la capacidad de pensamiento y juicio no le parece a Arendt como un mal que produzca siempre unas
consecuencias nefastas. Perder esta capacidad sólo se revela como un mal extremo, atendiendo a sus
consecuencias, en circunstancias muy concretas. Es decir, mientras no ocurren catástrofes éticas o políticas
como el advenimiento del nazismo, tal incapacidad puede resultar inocua. Pero en situaciones
trágicamente excepcionales aumentan y posibilitan el fuego de la catástrofe.

Entre aquellos que perdieron esa capacidad de juicio distingue Arendt tres grupos: nihilistas, dogmáticos y
muchos ciudadanos normales que siguen fielmente las buenas costumbres:

El nihilista habría llegado a la conclusión de que no hay valores definitivos, de modo que asume
unos u otros ocasionalmente y movido por su propio interés. Cuando todo es dudable y no hay
ninguna gran idea que defender o creer la única carta segura a la que quedarse es el egoísmo,
independientemente de las consecuencias que se deriven de ello. Son los arribistas sin escrúpulos
que pululan siempre cerca del poder, de cualquier poder.

El dogmático, quizá huyendo de la ansiedad de un escepticismo incapaz de dar respuestas


definitivas a todas las preguntas, asume un dogma rígido que le aporta seguridad. Al concentrar
todas sus acciones en un obsesivo ideal, fortalece su voluntad y su capacidad de acción. A este
grupo pertenecen los fanáticos políticos y religiosos siempre refractarios al diálogo que pudiese
cuestionar sus ideales.

Entre los ciudadanos normales distingue Arendt el tercer grupo irreflexivo: el más numeroso. Estos
ciudadanos suelen asumir las buenas costumbres del lugar donde habitan, pero lo hacen
acríticamente, fieles al significado originario de moral o ética; la costumbre, precisamente por serlo,
es buena.

La cuestión fundamental es que los tres han finiquitado el dialogo con la conciencia, y aunque la conciencia
sigue estando ahí, es ya como un extraño. Una conciencia segregada a la cual se le niega el diálogo conlleva
que en absoluto retengamos sus discursos: monólogos cada vez más incomprensibles de un raro ser con el
que coexistimos, pero con el cual ya no convivimos.

Según Arendt, en la Alemania nazi los mayores males los posibilitaron, y en su caso los produjeron,
precisamente estos tres grupos; y dado que sumados constituían más del cincuenta por ciento de la
sociedad alemana, el acontecimiento se revela como escandaloso e inquietante.

Quizá entre los dirigentes nazis predominaban los nihilistas y dogmáticos, pero es evidente que entre la
población abundaban, precisamente, estos ciudadanos normales. La cuestión es que sin diálogo interior el
dogmático cambia fácilmente de dogma, el nihilista de conducta y muchos ciudadanos normales, de valores

Entre los dogmáticos es conocida la gran cantidad de comunistas alemanes que fueron engrosando el
partido nazi en la década de los años veinte. También el nihilista, no exento de cierto cinismo, no tiene
escrúpulos en modificar su conducta si la nueva es capaz de procurarle más beneficios. ¿Pero qué ocurre
con ese gran número de ciudadanos que no han mostrado nunca ningún rasgo de anormalidad y que en
muchas ocasiones han sido considerados incluso ejemplares? Aquel ciudadano normal que sigue sus
buenas costumbres, tras un momento primero de perplejidad en el que el mundo parece caérsele encima,
puede aferrarse de nuevo a otras si son las que realizan sus vecinos, las que marca el Estado y las que le
recomienda la propaganda a través de los periódicos, el cine o la radio. Quien tiene unos valores
inculcados, incluso fuertemente inculcados, pero en absoluto pensados, reflexionados o examinados,
puede sustituirlos tras un momento de crisis.

Hasta ese momento todos creíamos saber que nuestras debilidades nos pueden hacer matar o mentir, aun
sabiendo que no se debe hacer. Y si no somos psicópatas desalmados incluso en ese caso el diálogo interior
se sigue manteniendo, aunque más o menos tormentosamente. Lo nuevo en los totalitarismos del siglo XX
no es el incumplimiento de la norma ética por gran parte de la población. Lo novedoso y por ende lo más
difícil de comprender es que las propias normas se hayan invertido con tanta facilidad. En lugar de no
matarás, matarás, parecen promulgar los nazis; en lugar de no mentir, mentirás, señalan los bolcheviques.
Lo escandaloso es que gran parte del mundo lo asumió, y que el mundo mismo no se derrumbó.

EL DEBER DE NO OLVIDAR. El infierno ha sucedido, y el hombre ha sido su artífice. Nietzsche proclamó la


muerte de Dios; con el último judío aniquilado en las cámaras de gas murió definitivamente el Hombre. El
horror no debe ser olvidado. La consigna debe ser ahora no ser un hombre normal, nadie debería ser ya un
hombre normal: “sé que es posible, el infierno ha sucedido, puede volver a suceder…”; el nuevo mandato
de la razón impura, el nuevo imperativo categórico que, como proclama Theodor Adorno, deberá guiar
nuestra conducta: “actúa de tal manera que Auschwitz no se vuelva a repetir”.

Estamos ante un mal extremo, que nos sorprende por su desmesura. “Banal” es el individuo que lo comete, y lo
es tanto porque no manifiesta motivos para la acción como por “su normalidad”. Es banal porque nos muestra
una irreflexividad.
EL PENSAR Y LAS REFLEXIONES MORALES. II.

Buscar un modelo, un ejemplo que, a diferencia de los pensadores profesionales, pueda ser representativo
de nuestro «cada uno», por ejemplo, buscar un hombre que no estuviera al nivel de la multitud ni al de los
pocos elegidos, que no aspiró a gobernar; que no creyó que los hombres pudieran ser sabios y que, por lo
tanto, nunca intentó formular una doctrina que pudiera ser enseñada y aprendida. Me refiero a Sócrates.

La primera cosa que nos sorprende de los diálogos socráticos de Platón es que son aporéticos. La
argumentación no conduce a ninguna parte o discurre en círculos. Ninguno de los argumentos se mantiene
siempre en pie, son circulares; Sócrates, al hacer preguntas cuyas respuestas desconoce, las pone en
movimiento.

Estos primeros diálogos tratan de conceptos cotidianos, muy simples, como aquellos que surgen siempre
que se abre la boca o que se empieza a hablar. Felicidad, valor, justicia, etc., que Platón algo después llamó
ideas. Estas palabras, usadas para agrupar cualidades y eventos visibles y manifiestos y que, no obstante,
están relacionadas con algo invisible, son inseparables de nuestro lenguaje cotidiano y, sin embargo, no
podemos dar cuenta de ellas; cuando tratamos de definirlas, se vuelven esquivas; cuando hablamos de su
significado, nada se mantiene ya fijo, todo empieza a ponerse en movimiento.

La palabra casa es algo semejante a un pensamiento congelado que el pensar debe descongelar, deshelar,
por así decirlo, siempre que quiera averiguar su sentido original. En la filosofía medieval, este tipo de
pensamiento se denominó meditación, este tipo de meditación reflexiva no produce definiciones y, en este
sentido, tampoco resultado alguno. La meditación no es lo mismo que la deliberación, que, de hecho, se
supone que acaba en resultados tangibles; y la meditación no persigue la deliberación, si bien a veces, y no
siempre, se transforma en ella.

Sócrates a través de los símiles que se aplicó a sí mismo. Se llamó tábano y comadrona, y, según Platón,
alguien lo calificó de «torpedo», un pez que paraliza y entumece por contacto; una analogía cuya
adecuación Sócrates reconoció a condición de que se entendiera que «el torpedo, estando él entorpecido,
hace al mismo tiempo que los demás se entorpezcan. Estando yo totalmente imbuido de problemas,
también hago que lo estén los demás». Sócrates no enseñaba nada por la sencilla razón de que no tenía
nada que enseñar: era «estéril» como las comadronas griegas que habían sobrepasado ya la edad de la
fecundidad.

Primero, Sócrates es un tábano: sabe cómo aguijonear a los ciudadanos que, sin él, «continuarían
durmiendo para el resto de sus vidas», a menos que alguien más viniera a despertarlos de nuevo.
¿Y para qué los aguijoneaba? Para pensar, para que examinaran sus asuntos, actividad sin la cual la
vida, en su opinión, no sólo valdría poco sino que ni siquiera sería auténtica vida.

Segundo, Sócrates es una comadrona. Y aquí nace una triple implicación: la «esterilidad» de la que
ya he hablado, su experiencia en saber librar a otros de sus pensamientos, esto es, de las
implicaciones de sus opiniones, y la función propia de la comadrona griega de decidir acerca de si la
criatura estaba más o menos adaptada para vivir o, para usar el lenguaje socrático, era un mero
«huevo estéril» del cual era necesario liberar a la madre. Sócrates hace aquí lo que Platón,
pensando en él, dijo de los sofistas: hay que purgar a la gente de sus «opiniones» —es decir, de
aquellos prejuicios no analizados que les impiden pensar, sugiriendo que conocemos, donde no
sólo no conocemos sino que no podemos conocer— y, al proporcionarles su verdad, los ayuda a
librarse de lo malo —sus opiniones— sin hacerlos buenos, como decía Platón.
Tercero, Sócrates, sabiendo que no conocemos, pero poco dispuesto a quedarse ahí, permanece
firme en sus perplejidades y, como el torpedo, paraliza con él a cuantos toca. Sócrates, consciente
de que el pensamiento tiene que ver con lo invisible y que él mismo es invisible, y que usó la
metáfora del viento para referirse a él: «Los vientos en sí mismos no se ven, aunque manifiestos
están para nosotros los efectos que producen y los sentimos cuando nos llegan».

La razón por la que un mismo hombre puede ser entendido y entenderse a sí mismo como tábano y como
pez torpedo— es que este mismo viento, cuando se levanta, tiene la peculiaridad de llevarse consigo sus
propias manifestaciones previas. El pensamiento tiene inevitablemente un efecto destructivo; socava todos
los criterios establecidos, todos los valores y pautas del bien y del mal. Estos pensamientos congelados,
parece decir Sócrates, son tan cómodos que podemos valemos de ellos mientras dormimos; pero si el
viento del pensamiento, que ahora soplaré en vosotros, os saca del sueño y os deja totalmente despiertos y
vivos, entonces os daréis cuenta de que nada os queda en las manos sino perplejidades

La parálisis provocada por el pensamiento sea doble: es propia del detente y piensa, la interrupción de
cualquier otra actividad, y puede tener un efecto paralizador cuando salimos de él habiendo perdido la
seguridad de lo que nos había parecido fuera de toda duda mientras estábamos irreflexivamente ocupados
haciendo alguna cosa.

La búsqueda del sentido, que sin desfallecer disuelve y examina de nuevo todas las teorías y reglas
aceptadas, puede en cualquier momento volverse contra sí mismo, por así decirlo, y producir una inversión
en los antiguos valores y declararlos como «nuevos valores». Tales resultados negativos del pensamiento
serán posteriormente usados durante el sueño, con la misma rutina irreflexiva que los antiguos valores. Lo
que comúnmente denominamos nihilismo en realidad es un peligro inherente a la actividad misma de
pensar. No hay pensamientos peligrosos; el mismo pensar es peligroso; pero el nihilismo no es su
resultado. El nihilismo no es más que la otra cara del convencionalismo; su credo consiste en la negación de
los valores vigentes denominados positivos, a los que permanece vinculado. Todo examen crítico debe
pasar, al menos hipotéticamente, por un estadio que niegue los «valores» y las opiniones aceptadas
buscando sus implicaciones y supuestos tácitos, y en este sentido el nihilismo puede ser visto como el
peligro siempre presente del pensamiento.

El no pensar tiene también sus peligros. Al sustraer a la gente de los peligros del examen crítico, se les
enseña a adherirse inmediatamente a cualquiera de las reglas de conducta vigentes en una sociedad dada y
en un momento dado. Se acostumbran a no tomar nunca decisiones.

Aunque Sócrates niega que el pensamiento corrompa, no pretende que mejore a nadie. Si «una vida sin
examen no tiene objeto vivirla», el pensar acompaña al vivir cuando se ocupa de conceptos tales como
justicia, felicidad, templanza, placer, con palabras que designan cosas invisibles y que el lenguaje nos ha
ofrecido para expresar el sentido de todo lo que ocurre en la vida y que nos sucede mientras estamos vivos.

Sócrates llama a esta búsqueda de sentido erós, un tipo de amor que ante todo es una necesidad —desea
lo que no tiene— y que es el único tema en el que pretende ser un experto.23 Los hombres están
enamorados de la sabiduría y filosofía porque no son sabios. Puesto que la búsqueda es un tipo de amor y
de deseo, los objetos de pensamiento sólo pueden ser cosas dignas de amor: la belleza, la sabiduría, la
justicia, etc. La fealdad y el mal están excluidos por definición de la empresa del pensar, aunque pueden
aparecer a veces como deficiencias, como falta de belleza, la injusticia, y el mal (kakia) como la ausencia de
bien. /// Concluimos que sólo la gente inspirada por este erós, este amor deseoso de sabiduría, belleza y
justicia, es capaz de pensamiento.
MARTIN HEIDEGGER
SERENIDAD.

Estamos reunidos para conmemorar solemnemente a nuestro coterráneo el compositor Conradin Kreutzer.

Un discurso conmemorativo debe ayudamos a pensar realmente en el artista festejado y en su obra. Un


discurso conmemorativo no llega a ofrecer garantía alguna de que, en la fiesta conmemorativa, pensemos.

Todos nosotros somos a menudo pobres en pensamiento; estamos faltos de pensamientos. Esta carencia
de pensamiento, en el mundo actual, toma uno conocimiento de todas y cada una de las cosas para
olvidarlas en el mismo momento con idéntica rapidez.

A nuestra capacidad de pensar la necesitamos. Al igual que podemos quedarnos sordos sólo porque oímos,
lo mismo podemos volvemos pobres en pensamiento, por razón de que el hombre, en el fondo de su ser,
posee la capacidad de pensar.

El hombre actual está en fuga del pensar. Esta huída al pensamiento es la causa de la falta de pensamiento.
El hombre no quiere verla ni confesarla. Afirmará lo contrario. Dirá que en ningún tiempo se ha planeado
con tanta amplitud ni se ha investigado tanto. Semejante pensamiento es imprescindible, pero es de índole
especial.

Su peculiaridad consiste en que contamos siempre con determinadas circunstancias. Las tomamos en
cuenta partiendo de la calculada intención hacia determinados fines. Este contar, calcular, caracteriza todo
el pensamiento planeador e investigativo. Tal pensamiento sigue siendo un cálculo. El pensamiento
calculador no se detiene nunca, no se para a reflexionar.

Hay dos clases de pensamiento, y las dos se justifican y son necesarias: el pensamiento calculador y la
meditación reflexiva.

A esta meditación es a la que nos referimos al decir que el hombre actual está en fuga del pensamiento. La
mera meditación se encuentra flotando. No sirve para salir adelante en los negocios ordinarios. No aporta
nada a la práctica cotidiana.

Se dice que es demasiado "elevada" para el entendimiento normal. El pensamiento reflexivo reclama a
veces mayor esfuerzo.

Cualquiera puede seguir a su manera y dentro de sus límites los caminos de la meditación. ¿Por qué?
Porque el hombre es el ser pensante, o sea reflexivo. Basta con que nos demoremos en lo próximo y
reflexionemos en lo más próximo.

Johann Peter Hebel: "Somos plantas, queramos o no confesarlo de buena gana, que debemos salir de la
tierra para florecer en el éter y poder dar frutos". Eter significa aquí el aire libre del alto cielo, la abierta
región del espíritu.

Muchas personas alemanas perdieron su patria; otros, que conservaron su patria, durante horas y a diario
son exiliados a la radio y a la televisión. En todas partes se halla a mano la "revista ilustrada". Todo esto con
que los modernos instrumentos de la técnica noticiosa seducen, asaltan, agitan al hombre ..., todo esto es
hoy ya más cercano al hombre que el terruño propio en torno a la hacienda.
La autoctonía del hombre actual está amenazada en lo más íntimo. Más aún, la pérdida de la autoctonía no
está causada sólo por circunstancias y destinos externos, ni se debe únicamente al abandono y al modo
superficial de la vida de los hombres. La pérdida de la autoctonía viene del espíritu de la época en que nos
ha tocado nacer.

A la época que ahora comienza se la ha llamado últimamente era atómica. Su característica más llamativa
es la bomba atómica. La energía atómica puede ser utilizada también para fines pacíficos. Las grandes
agrupaciones industriales han calculado ya que la energía atómica puede llegar a ser un negocio gigantesco.
"La ciencia, las modernas ciencias naturales y físico-químicas es camino para una vida humana más feliz".

Si nos diéramos por satisfechos con la citada aseveración de la ciencia, nos encontraríamos a la máxima
distancia posible de una reflexión sobre la época presente.

Desde hace algunos siglos, se halla en marcha una subversión de todas las principales ideas. En la Edad
Moderna, ahora el mundo se aparece como un objeto sobre el que el pensamiento calculador inicia sus
ataques, ataques que ya nada podrá resistir. Esta relación fundamentalmente técnica del hombre con el
universo surgió primero en el siglo XVII.

El poder que se esconde en la técnica moderna determina la relación del hombre con lo que existe.

Cuando se logre dominar la energía atómica dará principio una nueva evolución del mundo técnico. Todo lo
que hoy conocemos como técnica representa, al parecer, no más que un tosco estadio inicial. El desarrollo
de la técnica se producirá cada vez más rápidamente y no se le podrá detener en parte alguna. En todas las
esferas de la existencia, el hombre va siendo cercado, cada vez más estrechamente, por las fuerzas de los
aparatos técnicos y los automatismos.

Cualquier persona puede leer hoy en cualquier revista hábilmente dirigida, o escuchar en cualquier radio;
pero una cosa es que hayamos oído y leído algo, o sea que lo conozcamos, y otra cosa es que
reconozcamos lo oído y lo leído, esto es, que lo pensemos.

Lo que verdaderamente inquieta en esto no es que el mundo se haga totalmente y por entero un mundo
técnico. Sino que el hombre no se halla preparado para esta transformación mundial, que todavía no
somos capaces de, pensando reflexivamente, llegar a un discernimiento objetivo de lo que realmente está
llegando con esta época.

Ningún individuo, ningún grupo humano, es capaz de frenar o de orientar el curso histórico de la era
atómica.

El hombre de la era atómica quedaría entregado, inerme y sin amparo, a la irresistible preponderancia de la
técnica. Así ocurriría si el hombre actual renunciase a poner en juego, en la partida decisiva, el pensamiento
reflexivo frente al pensamiento meramente calculador. Pero si el pensamiento reflexivo despierta, la
meditación deberá hallarse en su tarea constantemente y ante el más mínimo motivo, o sea también aquí y
ahora.

El camino hacia lo próximo es siempre para los hombres el más largo y, por lo tanto, el más difícil. Ese
camino es un camino de meditación. El pensamiento reflexivo pide de nosotros que no quedemos
aferrados, unilateralmente, a una sola idea.

Dependemos de los objetos técnicos; éstos nos están desafiando, incluso, a una constante mejora. Sin
damos cuenta, hemos quedado tan firmemente fundidos a los objetos técnicos, que hemos venido a dar en
su servidumbre.
Podemos hacer también otra cosa. Podemos, ciertamente, servimos de los objetos técnicos y, no obstante
y pese a su conveniente conveniente utilización, mantenemos tan libres de ellos que queden siempre en
desasimiento de nosotros. Podemos dar el sí a la ineludible utilización de los objetos técnicos, y podemos a
la vez decir no en cuanto les prohibimos que exclusivamente nos planteen exigencias, nos deformen, nos
confundan y por último nos devasten.

Permitimos que los objetos técnicos penetren en nuestro mundo cotidiano, y al mismo tiempo los dejamos
fuera. Esta actitud del simultáneo sí y no al mundo técnico con unas viejas palabras: la serenidad ante las
cosas.

En esta actitud, no vemos ya las cosas desde el solo aspecto técnico. El mirar se nos agudiza y notamos que
la construcción y utilización de las máquinas no requieren a otra distinta relación con las cosas, relación que
a su vez tampoco está desprovista de sentido.

No sabemos lo que el dominio de la técnica atómica, que progresa hasta lo inquietante, tiene como
propósito. El sentido del mundo técnico se oculta. En toda ocasión hay en el mundo técnico un sentido
oculto que nos atañe. Lo que de esta manera se muestra, y al propio tiempo se escapa, es el rasgo
fundamental de lo que llamamos el misterio. La Actitud en virtud de la cual nos mantenemos abiertos al
sentido oculto en el mundo técnico la nombro yo apertura al misterio.

La serenidad ante las cosas y la apertura al misterio van juntas. Ellas nos conceden la posibilidad de
permanecer en el mundo de un modo por entero diferente.

La serenidad ante las cosas y la apertura al misterio nos abren la perspectiva de una nueva autoctonía.

El pensamiento calculador quedase un día como el único en vigencia y ejercicio. ¿Qué gran peligro se
derivaría de ello? A la máxima y más afortunada agudeza del planeamiento calculador y de la invención
acompañaría la indiferencia ante el meditar, la total ausencia de pensamiento. ¿Y entonces? Entonces el
hombre habría negado y arrojado lo más propio suyo: su naturaleza de meditador. Por ello hay que salvar
esa naturaleza del hombre. Por ello hay que mantener despierta la meditación.

Sólo que la serenidad ante las cosas y la apertura al misterio no se nos dan nunca casualmente. No son algo
casual (que nos cae). Ambas surgen tan sólo de un pensamiento asiduo y vigoroso.
ENRIQUE ROJAS
EL HOMBRE LIGHT. PRÓLOGO.

Éste es un libro de denuncia sobre la sociedad opulenta del bienestar en Occidente, que es una sociedad
que está enferma, de la cual emerge el hombre light, un sujeto que lleva por bandera una tetralogía
nihilista: hedonismo-consumismo-permisividad-relatividad. Todos ellos enhebrados por el materialismo. Un
individuo así se parece mucho a los denominados productos light de nuestros días: un hombre sin
sustancia, sin contenido, entregado al dinero, al poder, al éxito y al gozo ilimitado y sin restricciones.

El hombre light carece de referentes, tiene un gran vacío moral y no es feliz, aun teniendo materialmente
casi todo.

Frente a la cultura del instante está la solidez de un pensamiento humanista; frente a la ausencia de
vínculos, el compromiso con los ideales.

Hay que conseguir un ser humano que quiere saber lo que es bueno y lo que es malo; que se apoya en el
progreso humano y científico, pero que no se entrega a la cultura de la vida fácil, en la que cualquier
motivación tiene como fin el bienestar, un determinado nivel de vida o placer sin más. Sabiendo que no hay
verdadero progreso humano si éste no se desarrolla con un fondo moral.

EL HOMBRE LIGHT. PERFIL PSICOLÓGICO. Estamos asistiendo al final de una civilización, y se anuncian
nuevas prisiones para el hombre. En los últimos años también se ha ido gestando un tipo de hombre que
podría ser calificado como el hombre light.

Se trata de un hombre relativamente bien informado, pero con escasa educación humana, muy entregado
al pragmatismo, por una parte, y a bastantes tópicos, por otra. Todo le interesa, pero a nivel superficial; se
ha ido convirtiendo en un sujeto trivial, ligero, frívolo, que lo acepta todo, pero que carece de unos criterios
sólidos en su conducta. Todo se torna en él banal, permisivo. Hace suyas las afirmaciones como «Todo
vale», «Qué más da» o «Las cosas han cambiado». Nos encontramos con un buen profesional en su tema,
pero que fuera de ese contexto va a la deriva.

Las conquistas técnicas y científicas nos han traído unos logros evidentes: la revolución informática, los
avances de la ciencia en sus diversos aspectos, un orden social más justo y perfecto, la preocupación
operativa sobre los derechos humanos, la democratización de tantos países y, ahora, la caída en bloque del
comunismo. Aspectos de la realidad que funcionan mal y que muestran la otra cara de la moneda:

a) materialismo: hace que un individuo tenga cierto reconocimiento social por el único hecho de ganar
mucho dinero.

b) hedonismo: pasarlo bien a costa de lo que sea es el nuevo código de comportamiento, lo que apunta hacia
la muerte de los ideales, el vacío de sentido y la búsqueda de una serie de sensaciones cada vez más nuevas y
excitantes.

c) permisividad: arrasa los mejores propósitos e ideales.

d) revolución sin finalidad y sin programa: la ética permisiva sustituye a la moral, lo cual engendra un
desconcierto generalizado.

e) relativismo: todo es relativo, con lo que se cae en la absolutización de lo relativo; brotan así unas reglas
presididas por la subjetividad.

f) consumismo: representa la fórmula postmoderna de la libertad.


Las grandes transformaciones sufridas por la sociedad en los últimos años son, al principio, contempladas
con sorpresa, luego con una progresiva indiferencia o, en otros casos, como la necesidad de aceptar lo
inevitable. Otros hechos de la vida cotidiana se admiten sin más, como algo que está ahí y contra lo que no
se puede hacer nada.

Va surgiendo el nuevo hombre light, producto de su tiempo; en él se dan los siguientes ingredientes:
pensamiento débil, convicciones sin firmeza, asepsia en sus compromisos, indiferencia sui generis hecha de
curiosidad y relativismo a la vez...; su ideología es el pragmatismo, su norma de conducta, la vigencia social,
lo que se lleva, lo que está de moda; su ética se fundamenta en la estadística, sustituía de la conciencia; su
moral, repleta de neutralidad, falta de compromiso y subjetividad, queda relegada a la intimidad.

EL IDEAL ASÉPTICO.

La cultura light es una síntesis insulsa que transita por la banda media de la sociedad: todo suave, ligero, sin
riesgos, con la seguridad por delante. Un hombre así no dejará huella. El ideal aséptico es la nueva utopía,
porque estamos en la era del vacío. De esas rendijas surge el nuevo hombre cool.

El hombre light es frío, no cree en casi nada, sus opiniones cambian rápidamente y ha desertado de los
valores trascendentes. Es cada vez más vulnerable, resulta más fácil manipularlo, llevarlo de acá para allá,
pero todo sin demasiada pasión. Los retos y esfuerzos apuntan hacia la búsqueda del placer y el bienestar a
toda costa, además del dinero.

Estamos en la era del plástico, el nuevo signo de los tiempos. De él se deriva un cierto pragmatismo de usar
y tirar, lo que conduce a que cada día impere con más fuerza un nuevo modelo de héroe: el del triunfador,
que aspira al poder, la fama, un buen nivel de vida.

Es un hombre que antes o después se irá quedando huérfano de humanidad. No prosperan fácilmente ni la
solidaridad ni la colaboración, sino más bien la rivalidad teñida de hostilidad.

El hombre light no tiene referente, ha perdido su punto de mira y está cada vez más desorientado ante los
grandes interrogantes de la existencia. Cuando se ha perdido la brújula, lo inmediato es navegar a la deriva,
no saber a qué atenerse en temas clave de la vida, lo que le conduce a la aceptación y canonización de todo.

Jean-François Revel resalta que nunca ha sido tan abundante y prolija la información y nunca, sin embargo,
ha habido tanta ignorancia.

En la cultura nihilista, el hombre no tiene vínculos, hace lo que quiere en todos los ámbitos de la existencia
y únicamente vive para sí mismo y para el placer, sin restricciones. ¿Qué hacer ante este espectáculo? Por
desgracia, muchos de estos hombres necesitarán un sufrimiento de cierta trascendencia para iniciar el
cambio, pero no olvidemos que el sufrimiento es la forma suprema de aprendizaje.

Es preciso resumir esa ingente información, la náusea ante un exceso de datos y la perplejidad
consiguiente, y para ello lo mejor es extraer conclusiones que pueden ser de dos tipos:

1. Generales: ayudan a interpretar mejor la realidad actual, en su rica complejidad.

2. Personales: conseguirán que surja un ser humano más consistente, vuelto hacia los valores y
comprometido con ellos.
ZYGMUNT BAUMAN
MODERNIDAD LÍQUIDA (Claudio Ojeda). Zygmunt Bauman (sociólogo y filósofo polaco), en su texto
“Modernidad líquida”, transmite con claridad las características de la etapa histórica en la que estamos
viviendo. Bauman no habla de postmodernidad sino de modernidad líquida, porque no cree que la
modernidad haya acabado y hayamos pasado a una nueva etapa, sino que, más bien, los ideales de la
modernidad se encuentran exacerbados (ej.: la individualidad pasa a ser una híper individualidad, etc.).
También cree que toda la modernidad es un proceso en el cual no se hizo otra cosa que un proceso de
licuefacción de ciertos ideales de la modernidad, que eran sólidos y pasan a ser líquidos. A la modernidad
temprana la va a llamar “modernidad sólida” y a la postmodernidad la va a llamar “modernidad líquida”.

¿Qué es lo sólido y qué es lo líquido?

*Lo sólido implica que no se pierde la forma, es estable, es pesado, ocupa un espacio definido claramente.
*Lo líquido cambia de forma constantemente, es liviano, y no necesariamente tiene un espacio definido.

➔Bauman dirá que la modernidad sólida se caracteriza por tener formas bien definidas, por la
preponderancia de lo pesado, por ocupar un espacio concreto (ej.: la casa requería un terreno
específico). Había certezas e ideales que se tomaban como certezas.

➔En la modernidad líquida todo es más leve, más liviano, hay que poder moverse fácilmente, no
tener ataduras, no tener cosas que pesen (ya sean objetos, vínculos, etc.), el espacio no tiene
relevancia (se puede estar en simultáneo en distintos lados), aparece la idea de lo instantáneo.

Las características de las dos épocas es posible identificarlas en el trabajo, la familia, los vínculos, la escuela.

TRABAJO. El empleo se convierte de algo sólido y fijo (con certezas, planes de carrera, se empezaba y moría
en un mismo trabajo, con la misma tarea, donde se requería control y los mismos trabajadores buscaban un
trabajo en relación de dependencia, fijo en el tiempo) en algo líquido (flexibilización laboral, un empleado
sabe cuándo entra a una empresa pero no sabe en qué cargo va a salir, actualmente nadie se quedaría en
un mismo trabajo toda la vida, se prioriza el trabajo independiente, los más jóvenes buscan nuevas
experiencias en el trabajo).

EXPERIENCIAS. En la modernidad sólida se compraban productos por el valor de uso que tenían (ej.:
compraba una heladera para enfriar), mientras en la modernidad líquida ya no es importante el valor de
uso, se prioriza estar a la vanguardia, pero no porque eso sirva realmente… en la modernidad líquida se
compran experiencias. Ya no vale el producto o su valor de utilidad, sino la posibilidad de elegir vivir
experiencias nuevas.

➢ Comprar productos que no nos sirven permite demostrar a la comunidad que se tiene la capacidad
de elegir. El problema es que esa exigencia de elegir es para todos, no sólo para quienes tienen los
recursos (ej.: es posible encontrar personas que apenas llegan a fin de mes y sin embargo gastan su
dinero en cosas que no necesitan… Esto en la modernidad sólida no pasaría).
Los PRODUCTOS de la modernidad sólida estaban hechos para durar, mientras que ahora son
prácticamente descartables, más livianos, más pequeños, transportables.

VÍNCULOS. En la familia, durante la modernidad sólida, los vínculos eran regulados por la institución
matrimonio, que implicaba un vínculo muy fuerte, lo que generaba que el mismo se mantuviera toda la
vida. // Los vínculos eran menos, pero eran de calidad, por lo que solían mantenerse para toda la vida
(tanto el matrimonio como los amigos de la infancia).

En la postmodernidad no hay un vínculo por excelencia, de hecho, todos los vínculos se vuelven más
ambiguos: nos empezamos a vincular en forma de red, con mucha gente en simultáneo, donde ninguno es
mucho más importante que otro. Ej.: redes sociales, WhatsApp, etc.

¿Hay menos seguridad en las personas por la proliferación de vínculos en forma de red? Los
vínculos se volvieron débiles, pero las personas de la postmodernidad no se volvieron inseguras; lo
que acontece es que en la modernidad sólida la calidad del vínculo fuerte garantizaba seguridad. En
la modernidad líquida se tiene un montón de vínculos, pero si se tienen 100 amigos y se pelea con
1, sigue habiendo 99 más. Además, al ser vínculos muy superficiales, son fáciles de desmontar: en la
primera de cambio que otra persona me genera impedimento o piensa distinto que yo o no
acompaña mi desarrollo personal, se corta el vínculo. Son vínculos fáciles de desmontar, no hay
demasiada implicación, no hay “cara a cara” (ej.: Facebook).

En la modernidad había un vínculo por excelencia: los familiares, el matrimonio (como vinculo pautado,
preestablecido). Los vínculos de la modernidad eran fuertes, por lo que por más que hubiera peleas, se
sostenían, no se separaban, no se divorciaban. En cambio, en la postmodernidad los vínculos son débiles,
en forma de red, y es importante que sea débiles para que se puedan cortar fácilmente en la primera en
que se vuelven problemáticos. Si el matrimonio es una institución pautada, actualmente no tiene peso.
Actualmente las parejas “están juntas”, lo que es sumamente ambiguo (¿qué es estar juntos?), lo que abre
a una pluralidad de formas de interacción completamente diversas.

EDUCACIÓN (ESCUELA). En la modernidad se educaba para la fábrica, para que los cuerpos fueran
productores. En la postmodernidad las principales fuentes de la educación son los medios (televisión,
internet, etc.), y forman sujetos consumidores (que consumirán experiencias, consumir algo distinto).

Aparece también un consumo respecto de la SALUD. En la modernidad sólida era algo estable, permanente
(se estaba en la salud, en ocasiones se enfermaba, se iba al médico y volvía a la salud). En la
postmodernidad la salud pasa a ser algo que pierde la forma, hay que mantenerla, esto es, ya no vivimos en
un estado de salud, hay que mantenerse en forma para estar en el estado de salud (ej.: hacer ejercicio,
dietas, visitar con regularidad al médico, etc.).

TIEMPO Y ESPACIO. En la modernidad el espacio era bien definido, no había pensamiento de movilidad. Se
tenía una casa y un trabajo (un puesto dentro del mismo) definidos. Hay un espacio determinado y no se
viajaba tanto, ya que se acumulaban bienes.

➢ El tiempo no implicaba demasiado (se hacía una casa y era para siempre).
➢ En la postmodernidad no es un inconveniente de tiempo comunicarse con alguien, sino de espacio.
El auto es, de hecho, uno de los principales intentos de licuefacción de ese tiempo sólido, ya que empieza a
permitir movilidades rápidas; en la postmodernidad se habla de instantaneidad, que permite borrar el
espacio, lo que permite estar en simultaneo en varios lugares.

➢ El espacio ya no es un impedimento fijo para la persona.


➢ La categoría tiempo pasan a ser momentos: el tiempo es pensado como una sucesión de moment.
➢ Las personas buscan tener pocas cosas que las aten a un lugar espacialmente.
Bauman nos permite entender el mundo en que vivimos actualmente.
ÉTIENNE DE LA BOÉTIE
SOBRE LA SERVIDUMBRE VOLUNTARIA.

Siempre es una fatalidad tener que estar sujeto a un dueño, cuya bondad no ofrece más garantías que su
capricho. De lo que aquí se trata es de averiguar cómo tantos hombres, tantas ciudades y tantas naciones se
sujetan a veces al yugo de un solo tirano, que no tiene más poder que el que le quieren dar; que sólo puede
molestarles mientras quieran soportarlo; que sólo sabe dañarles cuando prefieren sufrirlo que contradecirle.
Cosa admirable y dolorosa es, aunque harto común, ver a un millón de millones de hombres servir
miserablemente y doblar la cerviz bajo el yugo, sin que una gran fuerza se lo imponga, y si solo alucinados al
parecer por el nombre Uno, cuyo poder ni debería ser temible por ser de uno solo, ni apreciables sus
cualidades por ser inhumano y cruel. Algunas veces es preciso el ceder a la fuerza, cuando una nación se ve
obligada por la fuerza de las armas a servir a Uno, no debe admirarnos su servidumbre, antes bien debemos
lamentarnos del fatal accidente que la ha causado; sino tomarlo con resignación y prepararse para mejorar de
fortuna en el porvenir. Nuestra naturaleza es tal que frecuentemente sacrificamos con gusto una buena parte de
nuestra vida en los deberes recíprocos de la amistad; privarnos hasta de nuestros placeres para aumentar la
gloria y progresos de aquellas personas que se han hecho acreedoras a nuestro aprecio, es correspondencia tan
justa como arreglada a la razón. Con todo, cuando un país tenga la dicha de poseer un gran hombre que se haya
distinguido por su previsión en conservarlo, por su intrepidez en defenderlo y por su sabiduría en gobernarlo, no
me atrevo a considerar prudente lanzarse a su obediencia y entregarse ciegamente a su dominio, quitándole de
un lugar donde brillaba por sus virtudes, para elevarle a un puesto donde pueda obrar mal.

¿Por qué desgracia vemos a un sinnúmero de hombres tiranizados? Sufriendo los saqueos, las torpezas y las
crueldades, no de un ejército enemigo, ni de una legión de bárbaros, contra los cuales hubiera que arriesgar la
sangre y la vida, sino de Uno solo; de un hombrecillo, y con frecuencia el más cobarde y afeminado de la nación,
que, sin haber visto el polvo de las batallas, ni haber siquiera lidiado en los torneos, aspira nada menos que a
gobernar los hombres por la fuerza. Que dos, tres o cuatro personas no se defiendan de uno solo, extraña cosa
es, mas no imposible porque puede faltarles el valor. Pero qué ciento o mil sufran el yugo de Uno solo, ¿no debe
atribuirse más bien a desprecio y apatía que a falta de voluntad y de ánimo? Todos los extremos tienen sus
límites: dos y aún diez pueden temer a Uno; pero no será por cobardía el que mil, un millón, un sinnúmero de
ciudades, no se defiendan de él, puesto que la cobardía no puede llegar hasta este punto, así como el valor no se
extiende tampoco a que uno solo asalte una fortaleza, acometa a un ejército o conquiste un reino. El deseo de
mantener su libertad: fue porque en aquellas gloriosas jornadas los griegos no combatieron contra los persas
únicamente; en ellas triunfó la Libertad sobre el Despotismo, el Derecho sobre la Usurpación.

Admirable es el prodigio que obra la libertad en el corazón de sus defensores. Si un país trata de no hacer ningún
acto que pueda favorecer al despotismo, basta y aún sobra para asegurar su independencia. Los pueblos deben
atribuirse a sí mismos la culpa si sufren el dominio de un bárbaro opresor, pues que cesando de prestar sus
propios auxilios al que los tiraniza recobrarían fácilmente su libertad. Es el pueblo quien se esclaviza y suicida
cuando, pudiendo escoger entre la servidumbre y la libertad, prefiere abandonar los derechos que recibió de la
naturaleza para cargar con un yugo que causa su daño y le embrutece. No hay cosa más dulce para el hombre
que reponerse en su derecho natural. A manera que el fuego de una pequeña chispa se hace grande y toma
fuerza a proporción de los combustibles que encuentra, y con sólo no darle pábulo se acaba por sí mismo
perdiendo la forma y nombre de fuego sin necesidad de echarle agua; así los tiranos a quienes se les sirve y se
adula cuantos más tributos exigen, más poblaciones saquean y más fortunas arruinan, así se fortifican y se
vuelven más fuertes y frescos para aniquilarlo y destruirlo todo; cuando, con sólo no obedecerles y dejando de
lisonjearles, sin pelear y sin el menor esfuerzo, quedarían desnudos y derrotados, reducidos otra vez a la nada de
que salieron. Cuando la raíz no tiene jugo bien pronto la rama se vuelve seca y muerta.
Para conseguir el bien que desea, el hombre emprendedor no teme ningún peligro. Sólo los cobardes y los
perezosos no saben ni soportar el mal. Es la libertad, ese bien tan grande y dulce, que cuando se pierde, todos
los males sobrevienen y que, sin ella, todos los otros bienes, corrompidos por la servidumbre, pierden
enteramente su gusto y sabor.

¿De qué provendrá esta calamidad, este estrago, esta ruina? ¿Acaso de los enemigos? No, por cierto: pero sí
proviene del enemigo, de aquel Uno que vosotros engrandecéis, de aquel por quien os sacrificáis tan
valerosamente en la guerra, ofreciendo vuestros pechos a la muerte para conservarle en su tiranía. Este
poderoso que os avasalla, este tirano que os oprime, sólo tiene dos ojos, dos manos, un cuerpo, ni más ni menos
que el, hombre más insignificante de vuestras ciudades. Si en algo os aventaja es en el poder que le habéis
consentido de destruirnos. Sembráis, y recoge el fruto de vuestros sudores; adornáis las habitaciones, y él
dispone de vuestros muebles; educáis hijas honestas y tímidas, y las sacrifica a su lujuria; alimentáis a vuestros
hijos y 61 os los arrebata para llevárselos a sus guerras y conducirles al matadero después de haber servido a sus
antojos y ejecutado sus venganzas: vosotros sufrís todo el peso del trabajo, y 61 a costa de vuestros afanes nada
entre infames delicias y viles placeres; vosotros os debilitáis mientras él se robustece para mejor oprimiros.

Cómo pudo el servilismo echar tan profundas raíces hasta el extremo de que incluso el amor por la libertad dejó
de ser un sentimiento natural.

En primer lugar, es indudable que a conservar los derechos y lecciones que recibimos de la naturaleza, seríamos
naturalmente obedientes hacia nuestros padres, estaríamos sujetos a la razón, y no seríamos esclavos de nadie.
La naturaleza a todos nos ha hecho iguales y al parecer con un mismo molde, como para darnos a entender de
que todos somos compañeros o todos somos hermanos. ¿Dudaremos todavía de que todos somos naturalmente
libres, siendo todos compañeros? No, el entendimiento humano se resiste a aceptar que la naturaleza pueda
tolerar la esclavitud habiendo grabado tan profundamente en nuestros corazones el eterno principio de la
igualdad.

Está probado que el estado de la esclavitud es un ultraje hecho a su naturaleza y a su amor propio. Lo que falta
ahora es manifestar que, no tan solo estamos en absoluta posesión de nuestros derechos, sino que también se
alimenta en nosotros una vehemente inclinación a defenderlos. Ni los halagos ni la buena comida ni cuantas
ventajas pueden seducir al hombre son capaces de indemnizar a una simple avecilla de la pérdida de su amada
libertad, cuyo lenguaje mudo pero elocuente, bien nos da a entender que prefiere antes la muerte que vivir
oprimida; y que a partir de ahora más que vivir languidece mientras existe, continuamente se lamenta del bien
que ha perdido, nunca se complace en la esclavitud.

Todos los seres sienten el peso de la sujeción y corren en pos de la libertad. ¿Qué fatalidad pues ha podido
desnaturalizar al hombre, único nacido para vivir libremente, hasta el punto de borrarle de la memoria la
dignidad de su ser primitivo y el deseo de recobrarlo?

Tres clases hay de tiranos (hablo de los malos príncipes): unos adquieren el poder por elección popular; otros
por la fuerza de las armas, y los más por sucesión hereditaria. Los que lo adquirieron por el derecho de la guerra,
arreglan su conducta según su carácter más o menos sanguinario, más o menos cruel, y obran, según suele
decirse, como en país conquistado. Los que nacen reyes no son generalmente mejores, porque nacidos y
alimentados en el seno de la tiranía, maman con la leche la naturaleza de tiranos y miran a los pueblos como un
rebaño de ovejas que han heredado; y a tenor de su inclinación a la avaricia o a la disipación, disponen del reino
como un particular de su patrimonio. El que es monarca por el pueblo, parece que debiera ser el más tolerable;
e indudablemente lo fuera si al verse elevado por sobre los demás, alucinado por ese no sé qué que llaman
"grandeza`, decide no moverse de ahí olvidando que todo lo debe a la voluntad de sus conciudadanos. Pero es
cosa muy común a esta clase de tiranos mirar luego como una propiedad lo que únicamente recibieron por
gracia de los pueblos; siendo distintos los modos de tomar las riendas, casi siempre el modo de reinar es
parecido.
La violencia y el engaño son los medios que más comúnmente suelen emplearse para entronizar la esclavitud, y
seguramente que los hombres, mientras les queda algo de hombre, cuando se dejan avasallar no ceden a otras
causas: a la violencia, al engaño, por cuanto el pueblo es muy propenso a dejarse seducir, y con bastante
frecuencia se engaña a sí mismo. A penas puede creerse la facilidad con que el vasallo olvida el don de la
libertad, su apatía el recobrarla y la naturalidad con que se sujeta a la esclavitud, que se diría que no ha perdido
su libertad sino ganado su esclavitud. Es cierto que las primeras víctimas del despotismo lo sufren con violencia;
pero los que nacen después de ellas, como no han disfrutado de la libertad, ni saben en qué consiste, sirven sin
repugnancia y hacen de buena gana lo que sus pasados sólo hicieron a la fuerza. Llegando finalmente a
persuadirse de que el estado de su nacimiento es el de su naturaleza. Pero tal es la fuerza de la costumbre, que,
ejerciendo un dominio irresistible sobre todos los actos de nuestra vida, parece que en ninguno ha puesto tanto
empeño como en enseñarnos a ser esclavos. No se puede negar que depende en gran parte de la naturaleza el
nacer en un país libre o esclavo. Los hombres son ni más ni menos como los árboles frutales que conservan su
naturaleza particular mientras les dejan crecer libres, pero que se adulteran y dan frutas extrañas en el
momento que se injertan. Libres desde la cuna, todas las felicidades de la tierra no les compensarían de la
pérdida de sus derechos.

Aquellos ciudadanos no podían sufrir que se atentase a su libertad en lo más mínimo, ni aún sólo de palabra.

"Dame un puñal; lo ocultaré debajo de mi túnica, y como yo entro a cualquier hora en el aposento de Sila, miraré
de sorprenderle antes que despierte; tengo el brazo lo bastante fuerte para librar de él la ciudad". En todos los
pueblos y bajo cielos distintos, siempre es amarga la servidumbre y halagüeña la libertad, sino porque considero
dignos de compasión y de disculpa aquellos que nacen con la cerviz inclinada bajo el yugo; porque como no han
vislumbrado tan siquiera una sombra de la libertad, no se dan cuenta de los males que les acarrea. Nunca se
echa de menos lo que no se ha gozado; la nostalgia viene después de los placeres; la aflicción acompaña al
conocimiento del bien que se ha perdido, y el recuerdo de la alegría pasada es inseparable de la felicidad que se
desea conservar. El hombre es naturalmente libre y quiere serlo, pero es tal su naturaleza que se amolda muy
fácilmente a la educación que se le quiere dar.

Al modo que al hombre se le hace natural todo aquello que adquiere con la educación y la costumbre,
también el primer impulso de la servidumbre voluntaria es constantemente un efecto del hábito que contrae
la niñez. Apenas empieza el hombre a tener uso de razón dícenle que es vasallo de un soberano, que sus padres
también lo son. El tiempo no da jamás derecho a obrar mal, antes bien, aumenta el peso de la injuria. Hay no
obstante algunas almas, bien que pocas, más privilegiadas que las otras, que notan el peso del yugo y procuran
sacudirlo. Este conocimiento es reservado para aquellos, que dotados de un entendimiento claro y de un
espíritu noble, no se contentan como el populacho mirando lo presente, sino que fijan la vista en lo pasado
para juzgar de lo venidero, y medir su estado natural. Además de tener la cabeza bien organizada, la han
cultivado con el estudio de las ciencias, de manera que aun cuando llegara a perderse del todo la libertad,
pensando en ella, sintiéndola en su alma, saboreándola, nunca pudieran avenirse con la esclavitud por más que
la ataviaran.

Bien advirtió el Gran Turco que pueden más los libros y la instrucción que cualquier otra cosa para fomentar
entre los hombres el sentido de reconocerse y el odio a la tiranía. Por esto no permite en sus estados otros
sabios más que aquellos que pueden lisonjear su despotismo. Cualquiera que medite sobre los tiempos pasados
y los anales de la antigüedad, hallará muy pocos o ninguno de los que, habiéndose decidido a libertar a su país
de la tiranía, no lo hayan conseguido si les ha guiado una recta intención; la misma Libertad les ayuda. Jamás
debe abusarse del sagrado nombre de la Libertad para malignas empresas.

Mas, volviendo al asunto de que inadvertidamente me había separado, digo que la causa principal de
constituirse los hombres voluntariamente esclavos, consiste en que nacen siervos y son educados como tales;
y de ahí se origina otra consecuencia, a saber: que los hombres fácilmente se vuelven, bajo los tiranos,
afeminados y débiles; Ha pasado ya a ser un axioma que a la pérdida de la Libertad es consiguiente la del
valor, y que el vasallo no conoce ni la alegría ni la serenidad en los combates. Precisados a marchar como
atados frente al peligro, caminan como aturdidos, torpes y violentados; en su corazón no arde aquel fuego que
enciende el amor a la Libertad; aquel entusiasmo que hace despreciar los riesgos y dan ganas de acceder al
honor y la gloria con una bella muerte entre los compañeros. Los hombres libres se disputan la preferencia en
pelear por el bien general, porque en él hallan vinculado el interés particular: todos quieren tener su parte, en la
derrota como en la victoria. En cambio, los esclavos desconocen el valor guerrero; no tienen energía y su
corazón pusilánime no es capaz de abrazar grandes empresas. Los tiranos no perdonan ningún medio para
acobardarlos y envilecerlos.

En este tratado describe Jenofonte los remordimientos que devoran a los tiranos que al perjudicar a todos; a
todos deben temer. Más el tirano no cree asegurado su trono mientras tenga un solo súbdito de cuyas virtudes y
valor pueda recelar.

Pero no queriendo recurrir al saqueo de tan bella ciudad, ni al mantenimiento de una guarnición numerosa; por
medios menos violentos y más seguros consiguió esclavizarles. Estableció burdeles, abrió tabernas, ordenó
juegos públicos y destinó premios a cuantos inventasen deleites nuevos. Estas medidas llenaron de tal manera
las miras del tirano, que no tuvo ya necesidad de desenvainar otra vez la espada contra los lidios, quienes en
muy poco tiempo se divirtieron inventando toda clase de juegos, cierto que no todos los tiranos han declarado
tan explícitamente como Ciro sus deseos de afeminar y pervertir a sus vasallos; pero también lo es que casi
todos han recurrido siempre a tan maquiavélica táctica, aunque no lo hayan declarada expresamente. No es tan
fácil el pájaro en dejarse coger por el reclamo, ni el pez en caer al anzuelo como lo es el pueblo en dejarse
seducir; maravilla ver cuán pronto se dejan ir al menor halago que se les dispense. Teatros, juegos, farsas,
espectáculos, gladiadores, animales extraños, medallas, cuadros, etc., fueron para los pueblos antiguos los
incentivos de la esclavitud, el precio de su libertad, los instrumentos de la tiranía. Alucinados los pueblos,
cebados en pasatiempos frívolos y hechizados por vanos placeres, se acostumbraron paulatinamente a ser
esclavos con más facilidad; otro recurso, cual fue multiplicar las decurias públicas, donde se entregaban a los
excesos de la gula; con aquella falsa generosidad no hacían más que recobrar una mínima parte de lo suyo y que
el tirano no se lo hubiera podido dar si antes no se lo hubiera usurpado. El populacho siempre es el mismo: se
entrega con pasión a los placeres que no puede disfrutar sin comprometer la dignidad de su ser, y es insensible
al daño y al dolor que no puede soportar sin envilecerse. Nerón, con todo, después de su muerte, tan
abominable como su vida, el noble pueblo romano tuvo tal disgusto al acordarse de las fiestas y banquetes que
perdía, que nada le hubiera costado vestirse de luto en prueba de su dolor.

Tampoco olvidaron los emperadores romanos el apropiarse del título de Tribuno del pueblo, ya porque este
cargo era mirado como santo y sagrado, ya porque se habla establecido en defensa y protección del pueblo; por
este medio se aseguraban la confianza de los romanos, como si bastara con oír el nombre sin percibir los
efectos.

No son menos perjudiciales hoy en día los que cometen toda clase de daños a la sombra de las frases lisonjeras
de bien común y felicidad pública, halagando con ello al pueblo. A esto se llamarla engañar con finura.

Así es como el pueblo estúpido cree con fe las mentiras que él mismo se ha forjado. Muchos autores lo afirman
de un modo que salta a la vista que sólo han recogido los rumores de la calle. Al regresar Vespasiano de Asiria, y
al pasar por Alejandría en dirección a Roma para tomar posesión del imperio, obró muchos prodigios, como
enderezar cojos, dar vista a los ciegos y otras mil cosas que para ser creídas se necesitaba ser más ciego que los
que suponían curados. Y hasta los mismos tiranos no han podido menos de admirarse de la facilidad con que los
hombres podían soportar a un hombre que les perjudicara. Querían ampararse con la religión y, si era posible,
tomar prestada alguna muestra de divinidad para el mantenimiento de su malvada vida.

¿Cuál deberá ser la suerte de aquéllos que han abusado de la religión para autorizar sus embustes
Pero volviendo a nuestro tema ¿olvidaremos que casi siempre los tiranos se han esforzado en inclinar al pueblo
a la obediencia y a la servidumbre e incluso a la falsa devoción? Este sistema que enseña a la gente a someterse
de grado, apenas sirve a los tiranos, salvo para el populacho. Llego ahora a un punto que es, a mi parecer el
principal secreto y resorte de la dominación, el más grande apoyo y fundamento de la tiranía. Más emperadores
romanos fueron víctimas de sus mismos guardias que salvados por ellos; las masas armadas son las menos a
propósito para defender un tirano. Cinco o seis son a lo más los que conservan al tirano en su poder y al país en
esclavitud; adulan al primero y le allanan el camino de las crueldades; le acompañan en sus placeres, le facilitan
los medios de saciar sus licenciosos apetitos y participan de sus rapiñas. Y estos tales dominan de tal modo a su
jefe, que le obligan a autorizar hasta sus propias maldades. Como les es fácil hacerse prosélitos, buscan a
quinientos o seiscientos que imiten en ellos la misma táctica que observan en su soberano. Estos seiscientos
tienen bajo sus órdenes a más de seis mil ahijados, que, colocados en los destinos superiores de las provincias, o
en la administración de los fondos públicos se dan la mano para su codicia y crueldad; excitándoles al propio
tiempo a que hagan todo el mal que puedan, a fin de que se comprometan en tales términos que no les sea
posible medrar sino bajo su sombra, ni evadirse de la justicia sino recurriendo a la protección de sus
favorecedores. El que pretenda desenvolver esta madeja, verá que seis mil, y aún cien mil y millones, concurren
de acuerdo, formando una cadena ininterrumpida que da fuerza al tirano, el cual les arrastra en pos de sí como
Júpiter a los demás dioses, según la pintura de Homero. En suma, los favores y beneficios que prodigan los
tiranos se dirigen únicamente a aumentar el número de quienes consideran provechosa la tiranía, en términos
que pueda rivalizar con el de los amantes de la Libertad. Del mismo modo en el cuerpo político, cuando un rey se
erige en tirano, toda la hez del pueblo y aún aquellos que son incapaces de distinguir el bien del mal, se les
reúnen; y no digo un puñado de ladronzuelos que poco mal o bien pueden hacer en un país, sino los ambiciosos
y avaros que se amalgaman alrededor de él y le sostienen para participar del botín y constituirse ellos mismos en
tiranos subalternos. Aunque entre ellos hay también preeminencias y unos son jefes y otros subordina
subordinados, con todo no queda nadie sin participar del botín o por lo menos del reparto.

Así el tirano sojuzga a unos súbditos por medio de otros y está custodiado por aquellos de quienes más debería
preservarse si algo valiesen; pero es antiguo refrán que para partir leña se necesitan cuñas de madera. No sé si
admirar más su maldad o su sandez; porque a decir verdad el acercarse al tirano es apartarse de la libertad
natural, y por así decirlo, abrazar voluntariamente y con ahínco la esclavitud. El campesino o el artesano, por
avasallados que estén, viven tranquilos cumpliendo con aquello que se les manda; pero no sucede así con los
que rodean y sirven a un tirano; su felicidad no consiste en otra cosa que en mendigar sus favores. Y no basta
que cumplan con lo que les prescribe su ídolo: tienen que pensar como él quiere y a menudo, para satisfacerle,
anticiparse a sus deseos.

Pero prefieren servir para acumular tesoros, como si les fuera permitido adquirir nada para sí, cuando no
pueden decir que sean dueños de sí mismos; como si nadie pudiera tener nada propio bajo un tirano. Pretenden
apropiarse bienes, sin acordarse que ellos mismos prestan la fuerza al déspota que lo arrebata todo a todos, sin
dejar nada que pueda decirse que sea de nadie. Léanse las historias antiguas y modernas y se verá el sinnúmero
de infelices que, habiéndose proporcionado por medios infames el valimiento de los príncipes y cooperado en
sus maldades, o abusado de su negligencia, han sido después aniquilados por ellos mismos. Pocos son los
válidos, por no decir ninguno, que, después de haber sostenido el despotismo de los reyes, no hayan
experimentado más tarde en ellos mismos los efectos de la crueldad que muchas veces habían excitado contra
los demás.

Aun los que son hombres de bien, por más que reluzca en ellos la virtud y la entereza, los hombres de bien poco
pueden durar, han de darse cuenta del mal común y experimentar en ellos la tiranía. ¿Qué amistad hay que
esperar de un corazón duro, que aborrece a su reino que a ciegas le obedece, y que por no saber hacerse amar,
se empobrece y destruye a sí mismo?
La vista alrededor de los satélites de Nerón y verá que los favoritos cebados en la maldad tampoco duraron más.
¿Qué hombre hubo más enamorado de su mujer que Nerón lo fue de Popea? Y no obstante la envenenó por su
propia mano. Su madre Agripina había dado muerte a su marido Claudio a fin de que su hijo pudiera más pronto
sustituirle ni reparó en crímenes ni en arrostrar las mayores dificultades; y con todo, este mismo hijo a quien
había criado y elevado al trono, le quitó la vida. La ingenuidad sería el atributo de los tiranos si ésta consistiera
en no saber hacer ningún bien. He aquí porque la mayor parte de los tiranos antiguos fueron asesinados por sus
mismos favoritos, quienes, conociendo la naturaleza de la tiranía, desconfiaban de la voluntad y del poder del
tirano.

Tan cierto es que el tirano no estima ni es estimado. La amistad, este sentimiento sublime, cuyas dulzuras tan
sólo conocen los hombres de bien, no se sostiene sino por el amor mutuo, y se alimenta no tanto con beneficios
como por una recíproca correspondencia. La amistad jamás se hermana ni con la crueldad, ni con la deslealtad,
ni con la injusticia; pues cuando los hombres malos se reúnen forman más bien un complot que una sociedad.
No se sostienen entre sí, sino que se temen; no son amigos, sino cómplices.

Siempre será sumamente difícil el hallar amor seguro de un tirano. Elevado sobre la esfera de los demás y no
teniendo compañeros, se encuentra ya más allá de los límites de la amistad cuya sede está en la igualdad. Los
favoritos no pueden jamás estar seguros de la buena fe de un tirano, siempre superior a ellos, que desconoce
derechos y deberes, que no tiene más ley que su capricho. Entre tantos como rodean el solio de los tiranos no
hay uno solo que tenga la previsión y el valor de decirles lo que, según la fábula dijo el zorro al león, que se fingía
enfermo: "Mucho gusto tendría en visitar tu cueva; pero entre las muchas huellas de animales que se dirigen
hacia allá, no he visto hasta ahora ninguna que indique haber salido de ella para regresar hacia su casa".

Estos miserables ven brillar los tesoros del tirano; recaban alucinados los rayos de su amistad, y deslumbrados
con su resplandor, se acercan y se arrojaran a la llama que no puede dejar de consumirles. Así el sátiro indiscreto
según la fábula, viendo relucir el fuego hallado por el sabio Prometeo, le pareció tan hermoso que fue a besarlo
y se quemó. Así, la mariposa, que deseosa de gozar de algún placer se arroja al fuego por lo que reluce, y
experimenta otra virtud: que quema, dice el poeta Lucano. ¿Puede darse mayor molestia y martirio que pasar
día y noche discurriendo diferentes modos de agradar a un hombre a quien se teme más que al resto del
mundo? ¿Y cuál es el premio que debe esperar de una existencia tan azarosa y miserable? Hastiados los pueblos
del mal que les agobia no acusan al tirano sino a sus consejeros. Todas las súplicas, todos los votos van dirigidos
contra ellos; no hay desgracia, peste o hambre que no les sea atribuida; y si en ocasiones les fingen honores, los
corazones del pueblo repugnan aquellas demostraciones, pues en aquel mismo instante son maldecidos y
detestados como bestias feroces.

Aprendamos pues, por fin, aprendamos a obrar bien; alcemos los ojos al cielo, ya sea por nuestro propio honor o
por amor a la virtud, dirigiéndonos siempre al Todo-poderoso, testigo fiel de nuestras acciones y juez inexorable
de nuestras faltas. No creo equivocarme si aseguro que no hay una cosa tan opuesta a Dios, todo liberal y pío,
como la tiranía, y que su severa justicia tiene reservado en los abismos un castigo particular para los tiranos y sus
cómplices.
CLASES
(aquí se consigna información tomada de las clases)

CLASE 1 Y CLASE 2.- (01/08/2018 y 07/08/2018)

¿Por qué estudiamos antropología en derecho? Por la importancia del hombre para el derecho (que es el
que regula la conducta del hombre en sociedad). Cualquier norma, sea del orden que sea, tiene un
contenido antropológico, porque no podemos crear normas para alguien si no sabemos cómo se desarrolla
con los pares; a su vez, la norma te condiciona toda la vida (ej.: si te dice que sos libre, te condiciona a
futuro).

En todo el contenido del derecho (en todo el sistema jurídico argentino) subyace una concepción
antropológica.

➢ Ej.: derecho a la vida, implica una postura antropológica (el derecho protege al hombre
desde el momento de la concepción).
➢ Ej.: dignidad, igualdad, intimidad.
➢ Ej.: actualmente no es posible hablar de esclavitud en nuestro sistema, porque nuestro
derecho asume una postura antropológica, según la cual se respeta la libertad.
HANNAH ARENDT es una de las mayores teóricas, políticas y filósofas del siglo XX (actualmente muy en
boga en las universidades de Europa). Nace en Hannover (Alemania) en 1906; era judía, pero pudo exiliarse
(por lo que evitó el Holocausto); al tener sus padres una buena posición económica, ella pudo estudiar.
Estudió filosofía en la Universidad de Berlín. Posteriormente, decide irse a la Universidad de Marburgo
(cerca de hacia 1915/1920, época en que se debía elegir con quién estudiar). Se hablaba, por aquél
entonces, de un pensador de la Universidad de Marburgo que enseñaba no qué pensar, sino que enseñaba
a pensar: era Martin Heidegger.

➢ Heidegger compartía las ideas del nacionalsocialismo, y con él fue a recibir clases Hannah Arendt,
con quien llegó a tener una relación amorosa clandestina.
Hasta la época la educación universitaria era neokantiana o neohegeliana, por lo que no enseñaba a
pensar, sino que transmitía conocimientos, NO TENÍAN UN ESPÍRITU CRÍTICO.

➢ H. Arendt elabora todo su pensamiento en base al Holocausto (existencia de una maldad extrema).
➢ Viktor Frankl (en un campo de concentración) me han quitado todo, menos la posibilidad de
pensar y mi libertad.
Hannah Arendt, como judía, como teórica política, como filósofa, necesitaba tratar de comprender por qué
lo habían hecho, por qué se hizo ese exterminio.

“Tengo una necesidad que es vital, tratar de comprender por qué lo hicieron” – Hannah Arendt

➢ El pensar (el pensamiento), para Hannah Arendt, parte de la experiencia.


➔ Hannah Arendt va a tratar de fomentar el PENSAMIENTO INDEPENDIENTE. Pensar de manera
independiente implica libertad.

Pensar y conocer NO son lo mismo: (el primer pensador que planteó esta distinción fue Kant)

➢ El conocimiento puede venir impuesto (ej.: Tierra plana o como centro del universo).
➢ A través del pensamiento se puede revertir esto.
● CONOCER puede ser mecánico.
● PENSAR implica reconocer que lo que nos viene impuesto no necesariamente debe ser así.
*Pensar implica poner en movimiento.
*En el proceso de elaboración del pensam., el conocim. previo se borró, elaboro mi propio juicio.
*Detente y piensa.
➢ El adoctrinar se da en el conocimiento.
➢ Es necesario saber de leyes y también pensar.
“Yo no quiero vivir como me digan, como los otros quieren que viva, que piense como los otros me digan”

➔Hannah Arendt fue la primera que propuso que aprendamos a pensar desde la experiencia. Ella
empieza a pensar y reflexionar desde el Holocausto (que ella vivió).

Hacia 1961 se realiza el juicio a Eichmann, quien fuera jefe de las SS. Hannah Arendt presencia el juicio, que
se da en Jerusalén, como reportera del New Yorker. Ella se encuentra con una persona común y corriente;
plantea que Eichmann fue incapaz de pensar, que lo adoctrinaron durante años y no fue capaz de pensar.

Hannah Arendt quiere enseñarnos a pensar, le interesa que sepamos pensar. Y busca una persona que
haya sido modelo de pensador en filosofía, alguien que no haya querido imponer su conocimiento, por lo
que utiliza a Sócrates, cuyo pensamiento conocemos a través de Platón.

Sócrates es un verdadero modelo de pensador porque no escribió nada, no quiso imponer su pensamiento,
no quiso gobernar, vivió como un ciudadano más, con una única salvedad: fue coherente toda su vida, y
nada impuso.

➢ La modalidad de Sócrates eran diálogos: te invitaba a hablar, pero nunca transmitía su postura.
Esos diálogos eran aporéticos porque eran circulares, nunca se llega a una conclusión. Sócrates no
tenía nada que transmitir, no quería imponer nada a nadie (por esto no escribió nada).
Hannah Arendt propone el PENSAMIENTO INDEPENDIENTE, que es el que se ejercita con el libre albedrío,
con libertad, pero sin llegar a ninguna conclusión.

Tres símiles a Sócrates; Sócrates mismo dijo que era tábano y comadrona; y Platón le agregó pez torpedo:

1. Tábano: Sócrates como pensador te pica, te pincha, te despierta. /// Despierta el pensamiento en
otras personas, te hace dudar y despierta el interés; te pone en movimiento.
Para Sócrates las personas andan dormidas por la vida, y él, cuando te invita a pensar te despierta, porque
sin él andarías por la vida dormido, ni siquiera tendrías una vida auténtica. Si no pensás vas a vivir dormido,
vas a vivir con la doctrina impuesta pero nunca vas a pensar en eso. /// Otro también puede despertarte,
porque hay otros aparte de Sócrates, pero si no te despiertan, no vas a vivir una vida auténtica.

2. Comadrona: ayudaban a asistir en el parto, pero no se llamaban parteras, sino comadronas, ya que,
si bien eran parteras, ellas eran mujeres estériles, esto es, no podían dar a luz. // Sócrates se
autodefine como comadrona ya que el poner en movimiento al sujeto nos ayuda a librarnos de lo
malo (opiniones, prejuicios) que nos impiden pensar: ayuda a pensar, pero sin hacernos buenos.
3. Pez torpedo: te congela, te entumece; apenas te toca, te congela.
➔Pensar te paraliza, te congela, te entumece. Lo que sería contradictorio con que te despierte y a su
vez el pensamiento te deje en shock. (Pareciera contradictorio el tábano con el pez torpedo).

➔Puede congelarte cuando encontrás la nueva verdad.


Hannah Arendt para hablar del pensamiento utiliza la metáfora del viento, y dice que el pensamiento es
como el viento. // Al viento en sí no lo vemos, pero sí sentimos sus efectos; esto mismo pasa con el
pensamiento. Una vez que se produce el pensamiento éste tiene un efecto destructor: destruye/socava
todos esos criterios/ideas que tenemos establecidos a priori.

Dos peligros: pensar y no pensar.

➢ Pensar (de un excesivo pensar): llegar a un nihilismo (donde se cuestiona la existencia de todo,
nada es válido ni verdadero), que, como corriente, niega el valor de todas las cosas  nada “es”,
nada asume un valor, los valores de la ética, de la religión, de la moral, ninguno es cierto, nada
tiene un valor.

➢ No pensar: permanecer dormido, repetir conductas por el sólo hecho de que me dicen. (Te
adoctrinan).
La solución, desde el punto de vista aristotélico, sería el punto medio: un punto equidistante entre dos
extremos viciosos, uno por defecto y otro por exceso. // El peligro de pensar nos conlleva a un nihilismo, y
el no pensar nos lleva a un adoctrinamiento.

Sobre “La Sociedad de los Poetas Muertos”: en una prestigiosa preparatoria las familias que allí envían a
sus hijos consideran que tendrán una buena preparación que les permitirá entrar a la carrera que cada
familia determinó para sus hijos. El primer día de clase llega un profesor nuevo de literatura que ya había
sido estudiante de la preparatoria.

La primera clase muestra una forma diferente de enseñar: toma el libro de poesía, donde el autor dice en el
prefacio cómo leer una poesía, y él les pide romper toda esa primera parte, que es una doctrina de cómo se
debe leer la poesía. El colegio era sumamente tradicionalista, y tenía cuatro estandartes: honor, excelencia,
tradición, disciplina.

En otra escena el profesor les pide a los alumnos que se paren arriba del escritorio, para que vean todo de
una forma diferente (eso es lo que quiere el pensamiento, ver las cosas desde otra perspectiva). Otra
escena que representa eso es cuando les da un papel a cada uno con una frase y deben correr hacia la
pelota y patearla diciendo lo que ellos quieran.

En otra escena están todos aplaudiendo; les hace caminar de a tres y, a los pocos pasos, comienzan a
caminar todos al mismo ritmo; allí muestra lo difícil que es mantener una idea propia frente a los otros.
Otro profesor le pregunta: ¿qué están haciendo en el patio? Y el profesor responde: “estamos haciendo
una lucha contra la conformidad”.

Estaba enseñando a no aceptar lo que nos viene dado, atreverse a cuestionar y a pensarlo. La conformidad
hace que vayamos por la vida repitiendo y no pensemos.

Sobre “La Sonrisa de la Mona Lisa”: profesora que enseña arte en una prestigiosa universidad (sólo de
mujeres). Al llegar quiere enseñar algo con un proyector y todas las alumnas ya saben todas las respuestas
(las habían estudiado durante el verano, porque les daban el material teórico antes). La docente les
muestra otras pinturas que no estaban en el manual y las alumnas le indicaron que eso no estaba en el
material de estudio (le dijeron que eso no era arte, porque no estaba en un libro; “esto va a ser arte,
cuando alguien diga que es arte”, responde una de las alumnas).
Luego la profesora les lleva una pintura de Van Gogh que estaba estandarizada para que pudieran pintarla y
les dice que no tienen que seguir un estándar como estaba en la caja, sino que pueden ser quien quieran
ser (desarrollo del pensamiento crítico).

El trasfondo de la película es que las chicas que se casaban tenían más oportunidades, no eran tan
exigentes con ellas, ya que las “formaban” para casarse. La profesora quiere desarrollar el pensamiento
crítico a una de las alumnas entregándole una inscripción para Derecho (el tábano), esa alumna quedó
congelada, y ocultó la inscripción (pez torpedo).

La profesora se termina yendo de la institución, porque no pudo ser corrompida por la misma. En la
institución creía encontrar líderes, pero se encuentra con una institución sumamente tradicionalista y que
sólo formaba “amas de casa”.

➔Yo te ejercito a vos para pensar, pero si yo te impongo una idea, te adoctrino.

¿Por qué estudiamos antropología en derecho?

➢ Estamos tratando de entender el sustrato que ilumina todo el orden jurídico.


➢ Todo ordenamiento jurídico tiene un fundamento antropológico.
o En todas las instituciones creadas por el hombre hay un contenido antropológico.
➢ El derecho se crea para un hombre en relación a otro hombre.
➢ La antropología estudia al hombre como centro.
➢ El sujeto y el objeto de la antropología es el HOMBRE.
CLASE 3.- (08/08/2018)

➢ ¿Cuál es la importancia en tu formación de una REFLEXIÓN ANTROPOLÓGICA?


o Saber las implicancias de nuestro actuar.
Lo importante es pensar. Hannah Arendt proponía el pensamiento independiente. Todo el programa de la
asignatura está atravesado por reivindicar el pensamiento independiente, poner en valor de nuevo la
importancia del pensar por sí mismo; y esto es importante para evitar que te adoctrinen.

Hannah Arendt se inspira en la figura de Sócrates porque él no dejó nada escrito, no adoctrinó. Sócrates
hincaba, como el tábano, para que te despiertes de un pensamiento que no es crítico. Además, Sócrates
hablaba con cualquiera que quisiera escuchar.

➢ Sólo la perplejidad es lo que te va a hacer pensar y pensar y pensar…

➢ El tábano te despierta y el estado de perplejidad te entumece, te congela. Si bien parecen


contradictorios (porque al tiempo de despertarte te congela) no lo son.
➔Conocer: tener conocimiento de algo a priori, que viene del contexto.

Hay algo que nos está signando, que es un paradigma muy complejo. En este paradigma donde nos
encontramos hay muchos prejuicios. Muchas veces el que está en ese paradigma piensa de acuerdo a su
entorno familiar o cultural y no se anima a salir. Pero hay algo que también signa este paradigma: el
concepto de postverdad (que es un concepto peligroso).

La postverdad es un neologismo (nueva palabra) que refiere a la distorsión emotiva de la realidad. La


palabra que más se asocia a postverdad es la palabra manipulación, quiere decir que alguien instala algo
intencionalmente como verdadero, “esto es la verdad”. (verdades que se instalan, imponen)
¿Cómo se relaciona la postverdad con Hannah Arendt? Quienes compran esas verdades que se instalan
son aquellos que no tienen pensamiento crítico. El pensar por uno mismo es el pasaporte a la libertad.

➢ El librepensamiento es lo único que te lleva a la libertad.


o Muchos, por no pensar por sí mismos, hipotecan su identidad y su propia libertad.
o Pensar por uno mismo y tener el valor de aceptar las críticas.
o Poner en movimiento las cuestiones.
o Muchas veces para que otro me apruebe renuncio a lo más bello: mi libertad.
➔El peligro de no pensar es el adoctrinamiento, dejarse llevar.

➔La banalidad del mal implicaba que la persona que hizo el mal no tenía maldad en sí, sino falta de
pensamiento.

MARTIN HEIDEGGER, en su texto serenidad (escrito en 1957), se adelanta increíblemente a lo que va a


pasar hoy. En esa charla planteo que, como el hombre ha priorizado el pensamiento calculador, esto trae
aparejado que:

1. La naturaleza se le va a poner en contra al hombre;


2. Vamos a tener un problema grande con la tecnología, que nos va a atrapar (el empleo es
reemplazado por la tecnología, la dependencia total de la tecnología, las redes sociales);
3. La era atómica va a salirse de control (ej.: Corea del Norte, accidente nuclear en Embalse, etc.).

Heidegger es invitado a dar una conferencia, podía hablar de la vida del músico (que no le interesa) o
aprovechar ese momento para reflexionar. Lo primero que tiene para decir es algo a lo que nos negamos
decir: que el hombre de hoy está pobre de pensamiento, el problema de esto es que, lo que hace a la
esencia del hombre (lo que lo diferencia del resto de los animales) es la capacidad de pensar/reflexionar.
Además, el hombre sistemáticamente niega esta posibilidad (ser pobre de pensamiento) afirmando que
“hoy más que nunca ha avanzado la ciencia”, ahí Heidegger establece la diferencia entre dos tipos de
pensamiento: uno calculador y uno reflexivo.

➔Pensamiento calculador: hay cosas que experimento como los animales, pero no me detengo a
pensar en las implicancias. Ej.: de la mano de la ciencia el hombre construyó espectaculares
edificios, modificó las semillas genéticamente, pero no vio las implicancias. /// Nos hemos dejado
llevar por el pensamiento calculador.

➔Pensamiento reflexivo: es aquél que supone esfuerzo, porque es un “poner en consideración”.

Como hemos priorizado el pensamiento calculador, esto nos ha llevado a un estado de desarraigo, que
implica salir de lo nuestro; estamos desarraigados, estamos perdiendo la humanidad, porque hemos dado
lugar no a lo que nos caracteriza, sino al pensamiento sin compromiso, que es el pensamiento calculador.

En noviembre de 2017, 15.000 científicos de 184 países dieron la segunda advertencia a la humanidad,
anunciando que comenzó la cuenta regresiva, ya no hay más tiempo para “después vemos”, ya se están
viendo los efectos: empieza a acabarse el agua. Esto Heidegger lo advirtió en 1957.

CLASE 4.- (14/08/2018)

➢ El conocer se asocia a lo estático, congelado.


➢ El pensar se asocia a algo que tiene movimiento, descongelar, (“poner en movimiento”).
¿Qué se pone en movimiento en el conocer? La información, lo que nos dijeron, lo que me atrevo a poner
en movimiento. ¿Por qué hay que atreverse a poner en movimiento? Porque cuando se pone en
movimiento se lleva lo que venía impuesto y se puede pensar por uno mismo.

➔Quien vive dormido no vive una vida auténtica.

➢ Se puede tener una mirada diferente de la que tienen todos.


➢ Ser distinto, ser libre, no es fácil ni es gratis…
➢ Lo más conveniente es no pensar (porque la pasás bien), pero esto lleva al adoctrinamiento.
➢ Nadie tiene derecho a imponer tu propio proyecto de vida.
**La vida moderna nos lleva, a veces, a no detenernos a pensar; poco a poco, el pensamiento calculador
poco a poco va acorralando al pensamiento reflexivo.

El texto termina diciendo cuál es la postura que tenemos que tener frente a un avance vertiginoso de la
tecnología: el misterio y la serenidad (de ahí el título de la conferencia de Heidegger); es importante tener
presente que el texto se escribió en 1957, cuando todavía no había avanzado como hoy la tecnología.

Heidegger utiliza “conmemoración” no como “recordar”, sino como un espacio para pensar/reflexionar.

➢ Lo primero que tiene para decir es que el hombre de hoy está pobre de pensamiento, incluso,
aquellos que tenemos por ejercicio de pensar nuestra profesión (hasta los filósofos están pobres de
pensamiento).

➢ Lo segundo que dice es que lo grave es que el hombre no quiere reconocer que está pobre de
pensamiento. ¿Por qué es grave estar pobre de pensamiento? Porque la capacidad de pensar es la
que distingue al ser humano del resto de los animales.
Cada vez que el plantea que el hombre está pobre de pensamiento, le niegan eso argumentando que la
ciencia ha avanzado más que nunca de manera increíble. Heidegger dice que sí, avanzó, pero priorizando el
pensamiento calculador.

➢ Pensamiento calculador (está mucho más desarrollado que el reflexivo):


o Naturaleza (hemos tomado a la natur. como una estación de servicio, sin ver implicancias).
o Era atómica.
o Desarraigo.
➢ Pensamiento reflexivo (estamos pobres de este pensamiento) se caracteriza porque:
o Implica esfuerzo.
o Implicancia (que implica ver las consecuencias del acto).
o Independencia y movimiento.
o Tiempo (no es lo mismo estudiar un tema repitiendo que reflexionando).
➔Al respecto de la era atómica dice Heidegger que la energía atómica se va a salir de control. Ej.: Chernobyl
(1986), Fukushima (2011).

➔Heidegger plantea tres tipos de desarraigo:

1. Exilio que implica tener que irse del país por razones políticas, religiosas.
2. Quien vive en un pueblo muy pequeño y debe irse a la ciudad, en busca de oportunidades.
3. El que genera el tener tanto acceso a la información (radio, televisión): nada tiene profundidad,
todo es superficial, porque estamos bombardeados de información.
¿Cuál es la implicancia de tener tanto acceso a la información? ➔que todo es tomado de manera
superficial, nada tiene profundidad.

Heidegger termina el texto planteando qué hacer con esta situación, y dice que todavía hay una posibilidad:
volver al pensamiento reflexivo.

Segunda advertencia a la humanidad. Hace 25 años, más de 1.700 científicos «preocupados» lanzaron un
mensaje a la humanidad advirtiendo de que nuestra forma de vida iba en camino de acabar con el planeta y
con nosotros mismos. La carta, firmada por la mayoría de premios Nobel de la época, explicaba que el
impacto humano en el mundo natural podría llevar a la miseria y a un planeta «mutilado». El pasado
noviembre, llegó la segunda notificación. Esta vez firmada por más de 15.000 investigadores de 184 países
que insistían en que las amenazas descritas la primera vez son cada vez mayores. «Están empeorando
alarmantemente», aseguraban.

Los científicos plantean que comenzó la cuenta regresiva, y esto “no lo van a ver nuestros hijos”, ya
empezó a verse… Ej.: olas de calor extremo en Europa (2018); se está acabando el agua; olas de
calor año a año; lugares donde ya no hay agua por meses; en hoteles 5 estrellas de Sudáfrica NO
HAY AGUA. // “No importa que haga calor, prendo el aire acondicionado”, tampoco hay energía, se
ESTÁ AGOTANDO, no hay más energía. Heidegger se adelanta con esta historia. ¿Por qué no viste
esta noticia? ¿Por qué no se muestra esto en la televisión?

CLASE 5.- (15/08/2018)

*¿Cómo relacionamos en Hannah Arendt el pensar con el descongelar? En que pensar es poner en
movimiento.

*¿Qué relación hay entre el pensar de Hannah Arendt con Heidegger? Se relaciona el pensar de
Arendt con el pensamiento reflexivo de Heidegger. El pensamiento calculador, al contrario, no
implica ningún esfuerzo.

*Heidegger dice que se profundizó el pensamiento calculador sobre el reflexivo, ¿en qué área
analiza Heidegger? En la tecnología, estamos todo el día con la tecnología.

*¿Nos ha puesto en jaque la tecnología? Sí, por ejemplo, en lo referido a la información personal,
con las redes. Con la basura tecnológica, no pensamos que estamos generando la basura
tecnológica. Con el bombardeo de información.

*¿Nos restan libertad las redes sociales? Sí, porque nos terminan controlando, dependemos del
último mensaje, de las actualizaciones, de los “me gusta”. Somos dependientes de la tecnología, y si
no la usamos estamos excluidos del grupo. // (Se llaman “redes” porque atrapan).

La película “Una verdad incómoda” pone en perspectiva el que habrá que dar cuenta a nuestros hijos qué
hizo nuestra generación con el medio ambiente, porque el tiempo se está acabando. Esta película es de
quien fue candidato a presidente de Estados Unidos, Al Gore, que habla del calentamiento global. Nos dice
que es todo consecuencia del accionar del hombre: todo tiene una explicación antropológica. No es cierto
que estamos en jaque mate, pero estamos en jaque, y a poco tiempo de que sea definitivo.

Relación con la alegoría de la caverna: el que está encadenado y lo que él ve, que es apariencia, las cadenas
le hacen creer que esa apariencia que ve es la realidad. Ergo, alguien logra romper las cadenas y se da
cuenta que eso no es la realidad. ¿El romper las cadenas cómo se relaciona con Arendt, que te dice que si
no pensás por vos mismo vas dormido? ¿Cómo con Heidegger, que plantea que es fundamental la
reflexión? (Ya que si no reflexionas crees que es verdad lo que no es verdad).

Hasta ahora hemos visto el pensar por vos mismo, ahora… ¿Cómo se define el paradigma actualmente?
Actualmente tenemos un paradigma que está definido por el hombre light, y graficado por la modernidad
líquida (concepto de Bauman).

¿Qué sugiere la expresión hombre light? Lo liviano, “tranqui”, cómodo, relajado. ¿Qué significará el hombre
light? ¿Qué es lo opuesto a lo light? Lo pensado, lo que tiene profundidad. Algunas características de este
hombre light:

➢ Todo es relativo, pero, ¿cuál es el problema de un relativismo a ultranza? La pluralidad está


excelente, pero debe haber en ella algo que no sea negociable. Lo que no es negociable son los
Derechos Humanos.
➢ Lo superficial caracteriza al hombre light.
➢ El hedonismo, placer por el placer mismo, sin buscar profundidad.
➢ Revolución sin compromiso: significa que adhiero sin tener en claro a qué me estoy adhiriendo, sin
saber en profundidad a quién adhiero.
➢ Lo permisivo: permite hacer de todo, sin ningún tipo de sanción/consecuencia, da lo mismo todo.
Ej.: si hay tanto bullying en las escuelas es porque los directivos no ponen un límite.

CLASE 6.- (21/08/2018)

➢ El hombre está cómodo y no sale de esa comodidad.


➢ Hay mucha información y poco tiempo (esto lo decía Heidegger, quien plantea que la información
excesiva nos llevará a un desarraigo).
➢ En este paradigma todo tiene poca profundidad.
➢ Todo es superficial (ej.: en la moda, tecnologías, seguir la doctrina de otros).
➢ Carece de pensamientos propios (es más fácil estar adepto a la correntada).
➢ Pasa una noticia y, casi al instante, pasa otra, no hay tiempo para profundizar/analizar/pensar.
En el paradigma actual la tecnología nos está bombardeando de información (todos estamos informados de
todo), pero sin profundidad (nunca tenemos tiempo de analizar).

El hombre light (texto de ENRIQUE ROJAS).

Connotaciones caracterizantes del paradigma del hombre light (en el que estamos todos involucrados):

➔Materialismo: se instala en la sociedad que alguien es exitoso si tiene mucho dinero. Ej.: siempre
se quiere el último celular (sin ver las implicancias que eso tiene) (¿Cuánto tiempo gastamos para
comprar algo y para ello renunciamos a hacer lo que nos gusta?).

➔Hedonismo: el placer por el placer mismo, pero exacerbado, dándole un valor superior. (El placer
no está mal, pero sí verlo como el valor superior).
➔Permisividad: todo da lo mismo, todo es válido, todo vale; el límite no existe. Ej.: tirara la basura
a la calle, sin importar nada; escribir como se nos dé la gana, y eso lleva a problemas en la
ortografía. (Correr cada vez más el límite a lo que “se puede” hacer).

➔Consumismo: compramos cosas que no necesitamos. Ej.: propagandas.

➔Relativismo: todo es relativo, por lo que no se llega nunca a ningún lado. (Todo da igual). Se dicen
cosas como “todos los políticos son ladrones”, pero esto desde la lógica no se sostiene. // Todo está
supeditado a una opinión personal, ya no hay una verdad. // Se puede determino qué es lo bueno
sin límites (ej.: “yo creo que está bueno hacer una picada en una avenida de la ciudad”), este
relativismo a ultranza es grave (“nadie me puede decir que yo divirtiéndome no me puedo reír de
las características físicas de otro”), ya que lleva al caos: se abre la puerta a que cada uno haga lo
que quiera. “El hombre es la medida de todas las cosas” (sofistas).

➔Revolución sin finalidad y sin programa (sin causa): tiene que ver con el adoctrinamiento, algo
que viene impuesto (por otro, por la sociedad, por un grupo), y yo sigo lo que se me impone sin
saber siquiera qué estoy haciendo. // Se acepta o se condena algo sin deliberar.

Cada uno tiene su propio proyecto de vida/de felicidad, pero hay un límite de lo que no es negociable: los
DERECHOS HUMANOS. El relativismo, que signa el paradigma del hombre light, implica que cada uno puede
definir qué está bien y qué está mal, pero el límite son los DD. HH.

Aristóteles planteaba que se nace con circunstancias y un temperamento que no elegimos, ante eso lo que
se debe hacer es forjar el carácter.

Características antropológicas del hombre light:

➔Se renuncia a los valores trascendentes, esto es: ligados a la espiritualidad/a lo religioso.

➔Las opiniones cambian rápidamente, porque no tiene compromiso con nada. Nada se hace por
decisión propia, sino porque está de moda.

➔El hombre de hoy no apunta a ser una persona culta.

*** ¿Por qué Rojas sostiene que el hombre de hoy cayó en una indefensión? Porque es manipulable.

ZYGMUNT BAUMAN es un autor polaco, sociólogo y filósofo. Su propuesta es confrontar lo que se llama
modernidad sólida con la modernidad líquida.

➢ Líquido se asocia a lo que está en movimiento, lo que se amolda al cambio.


Bauman diferencia entre lo sólido y lo líquido, y lo analiza viendo diversas instituciones:

➢ Familia: antes era sólida (no era común que se disolviese). // Ahora familias ensambladas.
➢ Amistad: antes era para toda la vida. // Ahora se ha desdibujado, es como más descartable.
➢ Cosas: antes duraban más tiempo. // Ahora se habla de la obsolescencia programada.
o Antes eran pensadas para toda la vida; ahora ya no.
*** ¿Cuál es la implicancia antropológica que tiene el paso de la modernidad sólida a la modernidad
líquida respecto a las cosas? Mucho desecho tecnológico, lo que lleva a un deterioro del medioambiente.

Son palabras clave del paradigma actual: descartable, vulnerable.


CLASE 7.- (22/08/2018)

¿Cómo analiza Bauman el tema del trabajo en la modernidad líquida? Es un trabajo dinámico, ya no es
estático como durante la modernidad sólida (en la que se estaba en un solo trabajo durante toda la vida).

➢ La mano de obra ha sido desplazada por la tecnología, lo que conlleva menos puestos de trabajo.
➢ El trabajo hace a la dignidad del hombre.
Respecto a tiempo y espacio, Bauman plantea que en la modernidad líquida se “vive el momento”, todo
tiene que ser “ya”, lo que lleva a que todo sea apurado, no se termina teniendo un vínculo.

Hasta ahora los ejes temáticos trabajados han sido: Postverdad, Arendt (pensar/conocer), Bauman y Rojas
(que caracterizan el nuevo paradigma, con falta de compromiso, de profundidad; con la modernidad líquida
y sólida; y el hombre light), y Heidegger (pensamiento reflexivo/pensamiento calculador).

¿Qué entendés que es la antropología filosófica? (analizando la relación entre los ejes trabajados) Tener
presente que en el actuar subyace una concepción (un modelo) antropológica, que tiene implicancias.

➢ Cuestionarnos, no aceptar las cosas acríticamente.


➢ Es fundamental someter todo a juicio crítico (por ejemplo: lo planteado por los partidos políticos).
La antropología surge en el siglo XX con Max Scheler, quien se pregunta cuál es la esencia del hombre (qué
es lo que hace que sea diferente).

A partir de ahora comenzamos la parte histórica.

ÉTIENNE DE LA BOÉTIE (o Esteban de la Boétie) es un autor renacentista, que escribió el discurso sobre la
servidumbre, donde habla sobre la servidumbre voluntaria, esto es, una persona que voluntariamente
accede a que haya un tirano. Plantea que todos somos iguales, por lo que no se entiende por qué miles de
personas voluntariamente se someten a la tiranía.

➔Hay otras tiranías más allá de las políticas: de las marcas; de Facebook; de lo políticamente correcto; etc.

➔Servidumbre voluntaria hace referencia a quien voluntariamente accede a que haya un tirano.

Ejemplo: actualmente hay muchos tiranos en Medio Oriente, por caso, se puede mencionar a la
Primavera Árabe. Toda África estaba dominada por tiranos. Un chico de aproximadamente 18 años
se inmoló prendiéndose fuego, para llamar la atención de la tiranía en Túnez; como consecuencia
de ese hecho cae el tirano de Túnez, que llevaba 40 años en el poder. Al año cae el tirano de Egipto;
luego cae Gadafi, dictador de Libia. Estos dictadores comían personas.

➔Tantos hombres aguantan a uno, que tiene el poder que le dan. El límite del tirano es el que le pone la
gente. Esas personas prefieren tolerarlo a ese tirano. Es preciso dolerse de ello más que sorprenderse, ya
que están todos encantados y hechizados por uno solo.

¿A qué cosas sometemos voluntariamente nuestra voluntad/libertad? Cuando nosotros renunciamos a


ser/hacer quien realmente queremos ser/hacer, para tener la aprobación del otro, claramente
voluntariamente estamos sometiéndonos a un tirano.

¿Cómo hace el tirano para poder preservar su poder?


*Primero, apela al espectáculo.
*Segundo, crea la pirámide de la corrupción. ¿Qué es la pirámide de la corrupción?
CLASE 8.- (28/08/2018)

ESTEBAN DE LA BOÉTIE se ubica en el 1530 (s. XVI); además de escritor fue magistrado, estudio derecho en
la Universidad de Orleans (Francia). Venía de una familia acomodada (lo que le permitió acceder a una
formación universitaria).

Algunas corrientes históricas entienden que a los 18 años escribió el “discurso sobre la servidumbre
voluntaria” (texto que también se conoce como “el contrauno”). Otros autores entienden que por
la altivez académica y la nobleza intelectual del texto no podría haberlo escrito a los 18 años:
entienden que comenzó a escribirlo a los 18 años y lo perfeccionó durante su profesión como
magistrado. La Boétie muere de peste y su obra se publica años después de su muerte.

El hecho que motivó a que La Boétie se pusiera a reflexionar sobre le poder autoritario fue, en su
contexto, las monarquías absolutas y, más específicamente, el aumento de un impuesto a la sal, lo
que generó un malestar muy grande y una crisis a nivel social, que habría sido el evento que motivó
a que La Boétie escribiera el contrauno. (La crisis existió, pero no hay pruebas que unan a la misma
con La Boétie).

➔Todos nos dejamos gobernar voluntariamente.

➔Se supone que la servidumbre no es voluntaria, sino forzada. La Boétie busca entender por qué tantos
hombres se dejan controlar por uno.

➔La diferencia de la Boétie con los otros autores es que centra su análisis en los sujetos privados de la
libertad, no en los tiranos. (Viendo al sujeto es posible encontrar el enfoque antropológico).

“De lo que aquí se trata es de averiguar cómo tantos hombres, tantas ciudades y tantas naciones se
sujetan a veces al yugo de un solo tirano, que no tiene más poder que el que le quieren dar; que sólo
puede molestarles mientras quieran soportarlo; que sólo sabe dañarles cuando prefieren sufrirlo
que contradecirle. Cosa admirable y dolorosa.”

“Mas ¡Oh buen Dios! ¿Qué título daremos a la suerte fatal que agobia a la humanidad? ¿Por qué
desgracia o por qué vicio, y vicio desgraciado, vemos a un sinnúmero de hombres, no obedientes,
sino serviles, no gobernados, sino tiranizados”.

“¿Llamaremos a eso cobardía? ¿Llamaremos cobardes a los que así se dejan envilecer? Que dos,
tres o cuatro personas no se defiendan de uno solo, extraña cosa es, mas no imposible porque
puede faltarles el valor. Pero que ciento o mil sufran el yugo de Uno solo, ¿no debe atribuirse más
bien a desprecio y apatía que a falta de voluntad y de ánimo?”

➔Punto de partida del texto: tantas naciones bajo el dominio de una persona.
➔El segundo tópico: no es que esos hombres obedecen, no es que cumplen órdenes, son siervos.
➔El tercer punto es preguntarse la razón por la cual existe esta servidumbre voluntaria. Se pregunta si
puede ser por cobardía.

“¿Diremos que sea por debilidad? ¿Qué monstruosidad pues será ésta que, ni el título merece de
cobardía que no halla nombre lo bastante vil, que por su bajeza se resiste la naturaleza a conocerla
y la lengua a pronunciarla?”
Sigue queriendo desentrañar si esto es no cobardía.

El punto antropológico más importante que va a proponer el autor es cómo superar este estadio de
servidumbre sin uso de la violencia:

“Y aún más prodigioso si se considera que este tirano sería destruido por sí mismo, sin necesidad de
combate ni de defensa, con tal que el país no consintiera en sufrir su yugo; no quitándole nada sino
con dejar de darle”.

Sólo con dejar de darle poder, dejar de servirle, eso es un acto antropológico que se llama la indiferencia
hacia la existencia.

“Si un país trata de no hacer ningún acto que pueda favorecer al despotismo, basta y aún sobra
para asegurar su independencia. Es el pueblo quien se esclaviza y suicida cuando, pudiendo escoger
entre la servidumbre y la libertad, prefiere abandonar los derechos que recibió de la naturaleza para
cargar con un yugo que causa su daño y le embrutece”.

El hombre, teniendo la posibilidad de ser libre, elige no serlo. El hombre, siendo esencialmente libre, pasan
todos los animales al lado riéndosele diciendo “yo soy libre, y vos no”.

Hablar de libertad es hablar de antropología.

“¿Acaso no se consigue la libertad con sólo desearla? Y si basta un simple deseo”.

➔Para Esteban de la Boétie yo soy libre con solo desear ser libre. Yo puedo decidir estar sometido o no a
algo, porque el hombre por esencia es libre.

“A manera que el fuego de una pequeña chispa se hace grande y toma fuerza a proporción de los
combustibles que encuentra, y con sólo no darle pábulo se acaba por si mismo perdiendo la forma y
nombre de fuego sin necesidad de echarle agua”.

➔Metáfora del fuego: no es necesario echarle agua, puedo dejar de darle combustible y así solo se apaga.

“Cuantos más tributos exigen, más poblaciones saquean y más fortunas arruinan, así se fortifican y
se vuelven más fuertes y frescos para aniquilarlo y destruirlo todo; cuando, con sólo no obedecerles
y dejando de lisonjearles, sin pelear y sin el menor esfuerzo, quedarían desnudos y derrotados,
reducidos otra vez a la nada de que salieron”.

“¿De qué provendrá esta calamidad, este estrago, esta ruina? ¿Acaso de los enemigos? No por
cierto: Este poderoso que os avasalla, este tirano que os oprime, sólo tiene dos ojos, dos manos, un
cuerpo, ni más ni menos que el, hombre más insignificante de vuestras ciudades”.

➔Esta frase recuerda a Hannah Arendt, quien se puso en perspectiva para analizar a Eichmann.
➔El que nos oprime es simplemente otro hombre.

“¿Qué mal pudiera haceros a no constituiros en encubridores de sus rapiñas, cómplices del asesino
que os mata y traidores a vosotros mismos? Sembráis, y 61 recoge el fruto de vuestros sudores;
adornáis las habitaciones, y él dispone de vuestros muebles; educáis hijas honestas y tímidas, y 61
las sacrifica a su lujuria; alimentáis a vuestros hijos y 61 os los arrebata para llevárselos a sus
guerras y conducirles al matadero después de haber servido a sus antojos y ejecutado sus
venganzas: vosotros sufrís todo el peso del trabajo, y 61 a costa de vuestros afanes nada entre
infames delicias y viles placeres”.
➔61 es un nombre que le ha puesto La Boétie al tirano.

Metáforas para explicar la dominación:

➢ Vos sembrás y él cosecha.


➢ Vos tenés hijas, las educás, y él las viola.
“No se necesita para esto pulverizar el ídolo, será suficiente no querer adorarlo; el coloso se
desploma y queda hecho pedazos por su propio peso, cuando la base en que se sostenía llega a
faltarle”.

“Indaguemos no obstante cómo pudo el servilismo echar tan profundas raíces hasta el extremo de
que incluso el amor por la libertad dejó de ser un sentimiento natural”.

Es tan profundo el sometimiento que el amor por la libertad (que es lo más propio del hombre) ha dejado
de ser un sentimiento. Está tan arraigado a la propia naturaleza el ser siervo que se ha perdido el amor por
la libertad.

“A no estar tan sordos los hombres, oirían que los animales por todas partes les gritan "Viva la
libertad””.

“Cuan cierto es: que hasta los bueyes gimen bajo el yugo, y los pájaros se lamentan en la jaula. De
esto se deduce que todos los seres sienten el peso de la sujeción y corren en pos de la libertad. ¿Qué
fatalidad pues ha podido desnaturalizar al hombre, único nacido para vivir libremente, hasta el
punto de borrarle de la memoria la dignidad de su ser primitivo y el deseo de recobrarlo?”

Todos los seres sienten el peso de la sujeción, pero siempre van a correr tras la libertad.

¿Cómo puede ser que el hombre se haya desnaturalizado? Has perdido tanto la naturalidad de ser libre,
que los animales pasan y te dicen “viva la libertad”.

“Tres clases hay de tiranos: unos adquieren el poder por elección popular; otros por la fuerza de las
armas, y los más por sucesión hereditaria”.

Hay un común denominador en estas tres clases de tiranos: el modo de gobernar.

“Advierto que hay entre ellos alguna diferencia pero no opción a hacer pues, siendo distintos los
modos de tomar las riendas, casi siempre el modo de reinar es parecido. Los elegidos, tratan a los
pueblos como a toros que deben domarse; los conquistadores, disponen de ellos como de una presa
que les pertenece, y los herederos les reducen a la clase de esclavos naturales”.

¿Cómo se llega a ser siervo?

➢ Costumbre (o nacer siervo). Quienes así nacen no han conocido la libertad, están desnaturalizados.
o El hombre, siendo libre y cayendo siervo primero luchará (y será objeto de tortura); pero
sus hijos ya nacerán bajo la costumbre.
➢ Cobardía: porque vos sos cobarde.
➢ Pérdida de valores (amor por ciertas cuestiones; tiempo libre): trae aparejado la servidumbre.

➢ Voluntariamente sucede: sigue el curso normal de las cosas.


➢ Gobernados somos todos; no es lo mismo que tiranizados (si el hombre desea ser libre, es libre).
➢ Metáfora del fuego: el fuego, si no lo alimentamos, se apaga solo.
CLASE 9.- (29/08/2018)

El DOCUMENTO DE PUEBLA tiene su origen en Puebla (México). Es un documento realizado por la parte
más progresista de la Iglesia Católica, que refiere, sobre todo, a América Latina; en el texto se plantean
visiones inadecuadas:

➢ Determinismo: el determinismo, en general, hace referencia a una ausencia de libertad (esto es


una implicancia antropológica). Se relaciona el determinismo con el fatalismo, que podría
resumirse en “vos no escapás de tu destino”, esto se opone al accionar humano. // El hombre no
es dueño de sí mismo, sino víctima de fuerzas ocultas.

o Social: convencimiento en la sociedad de que unos valen más que otros. Ej.: creer que el
que cumple determinado estereotipo vale más que el que no lo cumple.

o Brujería – hechicería: visión distorsionada en la que mucha gente cree en el poder mágico y
en la influencia maléfica de ciertas personas, acciones u objetos, y hacen depender a Dios
de acontecimientos humanos.

o Horóscopo: seguirlo a ultranza nos determina, y se vuelve superstición.

o Providencia: si la persona se aferra a la providencia, no hace nada; muchos creen que todo
lo que les sucede es determinado e impuesto fatalmente por Dios.

o Karma: “lo que hiciste en otra vida lo pagás en esta”  hay ausencia de libertad.
***Todas las clases de determinismo son visiones inadecuadas que eximen al hombre de responsabilidad.

➢ Psicologismo: esta concepción inadecuada es la freudiana y la del conductismo.


o La freudiana porque decía Freud que el hombre es preso de sus instintos sexuales.
▪ Esto se observa en el Código Civil de Vélez Sarsfield, en que, por ejemplo, la
infidelidad era causal de divorcio (teniendo el culpable que mantener de por vida al
inocente). La manera de distinguir la infidelidad era: hombre (sólo era infiel si tenía
pareja estable, ya que era víctima de sus instintos); mujer (con una sola aventura
ya era infiel). Además, por este mismo motivo, dentro del matrimonio no había
violación, en tanto, por el débito conyugal, la mujer debía estar disponible para el
marido.
o La conductista porque plantea la “acción-reacción”, esto es, que el hombre carece de
libertad ya que responde mecánicamente a estímulos. (Esta visión podría justificar la
defensa en mano propia).

➢ Estatismo: el contexto histórico del documento de Puebla es con la mayoría de los países de
América Latina bajo gobierno de facto (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, etc.). Plantean
al estatismo como visión inadecuada porque, basándose en el pretexto de la seguridad nacional, el
Estado controlaba todo: te indicaba cómo vestir, qué leer, qué escuchar, etc. Las libertades estaban
limitadas.

➢ Cientismo: sugiere que la ciencia busca un “modelo determinado”, a través de la genética se


plantea “un hijo por catálogo”. La ciencia puede avanzar, pero debe haber un límite.
*En la visión cientista sólo se reconoce como verdad lo que la ciencia puede demostrar.
*En nombre de la ciencia todo se justifica, inclusive lo que sea una afrenta a la dignidad humana.
*El hombre queda reducido a su definición científico-técnica.

➢ Economicismo:
o Consumismo (visión individualista): “consumo, luego soy”. La persona humana es
considerada instrumento de producción y objeto de consumo.
o Capitalismo (visión individualista): cuando se hace mal uso del capital (ej.: mano de obra
esclava, talleres clandestinos). Esta visión no planifica la economía al servicio del hombre,
sino el hombre al servicio de la economía.
o Comunismo (visión colectivista): época con muchos países comunistas. El hombre es
despojado de su libertad auténtica y es dirigido en su comportamiento por las normas
dictadas por aquellos responsables de las estructuras sociales, políticas y económicas.
*POSTVERDAD o mentira emotiva es un neologismo que describe la distorsión deliberada de una realidad,
con el fin de crear y modelar la opinión pública e influir en las actitudes sociales, en la que los hechos
objetivos tienen menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias personales. ///
En cultura política, se denomina política de la posverdad a aquella en la que el debate se enmarca en
apelaciones a emociones desconectándose de los detalles de la política pública y por la reiterada
afirmación de puntos de discusión en los cuales las réplicas fácticas (los hechos) son ignoradas. (Wikipedia)

*TROLL: en la jerga de Internet, un trol, describe a una persona que publica mensajes provocadores,
irrelevantes o fuera de tema en una comunidad en línea, con la principal intención de molestar o
provocar una respuesta emocional negativa en los usuarios y lectores, con fines diversos (incluso por
diversión) o, de otra manera, alterar la conversación normal en un tema de discusión, logrando que los
mismos usuarios se enfaden y se enfrenten entre sí. El trol puede crear mensajes con diferente tipo de
contenido como groserías, ofensas, mentiras difíciles de detectar, con la intención de confundir y ocasionar
sentimientos encontrados en los demás. (Wikipedia)
ANEXO
Texto sobre Hannah Arendt.

Lo que critica y rechaza Arendt es una manera tradicional de hacer filosofía que se pregunta por el
individuo sin tener en cuenta que ese individuo nunca existe en singular, sino que nuestro mundo está
habitado por individuos plurales, y, por consiguiente, la pluralidad humana y la comunicación con los otros
deben constituir en realidad los condicionantes del quehacer filosófico.

“Filosofía” y “política” serán para Arendt términos prácticamente opuestos, o al menos en una permanente
tensión no resuelta. Su propósito se orientará a pensar (filosóficamente) acerca de fenómenos políticos
tales como la acción, la revolución, el poder o la violencia.

Arendt se enfrenta a la tarea de pensar las experiencias políticas vividas. El motivo y la preocupación que le
mueve a ello es comprender lo ocurrido, comprender el mundo que le rodea, en toda su barbarie y en toda
su grandeza.

La comprensión significa un atento e impremeditado enfrentamiento con la realidad, un


soportamiento de ésta, sea como fuere.

El pensar como actividad tiene que partir necesariamente de las experiencias, pues son éstas las que
constituyen el objeto del pensar. Lo que desconcertaba y aun hoy desconcierta sobre Arendt era que ella
ejercía un “pensamiento independiente”, como ella misma afirmaba. La actividad del pensar es una
actividad que para Arendt se caracteriza por su libre ejercicio, y no por buscar un punto final indiscutible.
No pretende comunicar conclusiones, sino mantener un dialogo anticipado con otros.

El valor y la fuerza del pensamiento de Arendt radican en su original y testaruda capacidad para indagar de
manera crítica acerca de nuestros más asentados y tradicionales conceptos políticos. Su valor está, por
sobre todo, en la convicción profunda de que alcanzamos nuestra humanidad no en solitario, sino en
relación con los otros, en un mundo plural y compartido.

Hannah Arendt no tenía por objeto comunicar conclusiones sino estimular a otros al pensamiento
independiente, y esto con el propósito de crear un discurso entre pensadores.

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